Este capítulo versa sobre el desarrollo de las relaciones del profesional sanitario con los pacientes y
la realización de las anamnesis de estos. Hemos escrito «realización» de una anamnesis en lugar de
«obtención» porque se trata de un esfuerzo conjunto en el que han de participar tanto el profesional
como el paciente, una colaboración que debe dar lugar, entre otros resultados, a una anamnesis que
refleje verdaderamente las perspectivas y la situación singular del paciente (Haidet y Paterniti, 2003).
Exponemos el contexto de la relación en términos emocionales, físicos y éticos, y, con un rechazo
expreso de la inflexibilidad, ofrecemos sugerencias sobre la conducta verbal y no verbal que usted,
como profesional sanitario, puede adaptar a su estilo y costumbres personales. Finalmente, ofrecemos enfoques contrastados en el tiempo y de amplia aceptación sobre la estructura de una anamnesis, proponiendo adaptaciones en función de la edad, del sexo y de las situaciones de discapacidad.
La anamnesis es vital para una interpretación apropiada de la exploración física.
Colaboración con los
pacientes: realización
de la anamnesis
1
Capítulo
• Audios y videos de exploración física
• Impresos para la práctica: guías para la
educación del paciente
• Guías de evaluación
• Listas de comprobación de los antecedentes
y de la exploración física
• Pruebas interactivas
• Cuadros de información clínica
• Guías de factores de riesgo
• Resúmenes de exploración descargables para
PDA, imprimibles y en formato audio
• Calculadoras instantáneas
Media Link
Pueden encontrarse vídeos, listas de comprobación, resúmenes de exploración y otros recursos útiles
en la página web complementaria: http://evolve.elsevier.com/Seidel.
Desarrollo De Una Relación Con El Paciente
Nuestro objetivo es ofrecer instrucciones sobre el aprendizaje acerca de las personas sanas y
enfermas que solicitan cuidados. La anamnesis y la exploración física se sitúan en el centro mismo
de este esfuerzo metódico pero en modo alguno rígido. No es fácil captar las sensaciones de otras
personas ni apreciar en toda su medida la orientación de los demás en el mundo. Tal vez el
paciente y usted parezcan tener una experiencia similar, aunque la hayan interpretado de una
forma totalmente diferente a partir, sobre todo, de una base de información que puede ser
enormemente variable. Si quiere evitar errores de interpretación y percepción, debe realizar todos
los esfuerzos posibles para percibir el mundo del paciente tal como él lo siente.
Un objetivo principal consiste en descubrir la raíz de la preocupación del paciente y hacer algo
al respecto. Si no tiene siempre presente esta necesidad de identificar las preocupaciones subyacentes, creer en ellas e intentar abordarlas, probablemente su acción no servirá de gran ayuda.
2 Capítulo 1 Colaboración con los pacientes: realización de la anamnesis
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Debe entender lo que se espera de usted. Su criterio y su flexibilidad le confirmarán que cada
interacción es única. Si obra con acierto, la naturaleza íntima de la entrevista y la exploración
física resultarán reforzadas, y a menudo vivirá momentos agradables con los pacientes cuando
comprenda que su esfuerzo tiene recompensa y que ha fomentado una relación de confianza y
esperanza. En estas páginas aspiramos a ayudarlo a conseguir esos momentos.
Se ha escrito mucho sobre la tecnología como sustituto, en cierta medida, de la exploración
física y la anamnesis, pero la asistencia a los pacientes va bastante más allá de la mera técnica. Los
profesionales sanitarios han sido habilitados por la sociedad para que ofrezcan consejo y la
posibilidad de curar a los seres humanos, una atención adecuada cubre una necesidad que sólo
puede satisfacerse plenamente con el toque humano, la conversación íntima y el «tacto físico».
No hay nada que sustituya a esta vertiente física de las relaciones con los pacientes, especialmente
cuando la enfermedad comporta una vulnerabilidad.
Como también es esencial la contención de costes, en una sociedad avanzada una anamnesis y una
exploración física bien realizadas justifican el empleo apropiado y rentable económicamente de recursos
tecnológicos. En un contexto menos favorecido, pueden ayudar a compensar su ausencia. Lo anterior
subraya la necesidad de un buen criterio y de la utilización de recursos en un equilibrio apropiado para
cada paciente concreto y para las necesidades utilitarias de la sociedad (Jauhar, 2007).
En un primer encuentro, usted se encuentra en una posición de fortaleza y los pacientes se ven
como vulnerables. Sus perspectivas no necesariamente serán compartidas, aunque debe intentar
aprehender las de los pacientes si desea establecer con ellos una colaboración significativa. No
deben subestimarse las convicciones, actitudes y valores de los pacientes, pero es necesario aplicar
cierta disciplina. Como profesional, ha de ser conocedor de sus propias creencias culturales, su fe
religiosa y su estado de conciencia, de modo que no interfieran de forma inadecuada en su
intervención con los pacientes en cuestiones controvertidas como, por ejemplo, el aborto. Este es
el significado de la máxima conócete a ti mismo (Farr et al., 2007).
Usted reaccionará de forma diferente ante distintas personas. ¿Por qué? ¿Cómo sucede? ¿Quizá
se esfuerza demasiado por caer bien? ¿Piensa en la recompensa que obtendrá con su esfuerzo? ¿Por
qué razón un determinado paciente le inspira antipatía? ¿Siente alguna frustración en su vida?
¿Cuáles de sus prejuicios pueden influir en su respuesta ante el paciente? Hable sobre estas
cuestiones con personas en las que confíe en lugar de realizar un esfuerzo introspectivo en solitario.
Así conseguirá un mejor control de las posibles barreras para lograr un buen resultado.
La primera cita con el paciente establece el tono de una buena colaboración, siempre que usted
indique al paciente que quiere saber realmente todo lo necesario y que mostrará ante él una actitud
abierta, flexible y clara para abordar las distintas preguntas y explicaciones. El trato sólo estará
limitado por la realidad de la situación. También puede aprovechar para explicar al paciente las
reglas de su consulta y el grado de su disponibilidad en cualquier situación. La confianza nace de
la franqueza y la sinceridad.
El contexto ético
La ética no da respuestas. La consideración de cada principio ético aporta el marco necesario para
una conversación respetuosa y flexible. Se ofrece, así, un enfoque disciplinado a la toma de decisiones. Ante un problema —por ejemplo, la constatación de que es necesario violar la confidencialidad— deben tenerse en cuenta varios conceptos.
◆ Autonomía: necesidad de autodeterminación del paciente. La autonomía sugiere que existen
varias opciones y que un paciente puede escoger entre diferentes alternativas. Para ello se
requieren una información fundada y la consiguiente competencia para usarla; existen dudas
cuando el paciente es un niño o tiene algún tipo de discapacidad. Los padres, los tutores, los
familiares u otras personas importantes pueden incluirse en la decisión, y han de establecerse
claramente los límites de esa participación, a veces a través de la declaración de instrucciones
previas del paciente. La competencia no siempre es fácil de determinar, y puede existir desacuerdo sobre esta cuestión. La exploración del estado mental (v. capítulo 4) y la consulta con
otros médicos y personas que conozcan al paciente pueden servir de ayuda.
◆ Prestación de ayuda: haga el bien al paciente. Tal vez se persiga con demasiada ansiedad, con
el riesgo de caer en un consiguiente paternalismo que podría limitar la autonomía. A veces el
«padre» o la «madre» saben qué es lo mejor pero, ciertamente, no siempre es así. Sin embargo,
no necesariamente el paternalismo es negativo cuando se aplica con contención y con respeto
por la autonomía.
◆ Ausencia de perjuicio: no hacer daño al paciente.
INFORMACIÓN CLÍNICA
«Único», derivado
originalmente del latín
«unus», que significa «uno»
Utilizamos el término en el
sentido de ser el único. Todos
somos únicos,
incomparablemente
diferentes de los demás en
el pasado, el presente o el
futuro. Ninguna relación
tiene, por tanto, una
contrapartida exacta. Cada
momento es único, diferente
del momento anterior vivido
con el mismo paciente.
Merriam-Webster OnLine, 2007.
INFORMACIÓN CLÍNICA
La relación con el
paciente
En el transcurso de su
carrera vivirá numerosas
relaciones con los pacientes.
No olvide nunca que cada
instante en el que estas
personas comparten una
experiencia con usted es
importante para ellas. Piense
en los actores que
interpretan una misma obra
durante mucho tiempo. Cada
representación es nueva,
para los actores y para
quienes compran su entrada
para estar en el teatro.
Capítulo 1 Colaboración con los pacientes: realización de la anamnesis 3
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◆ Utilitarismo: considere el uso apropiado de los recursos con la intención de lograr el máximo
bien para una comunidad amplia.
◆ Equidad y justicia: reconozca el equilibrio, a menudo precario, entre la autonomía y los
intereses en competencia de la familia y la comunidad. El tratamiento equitativo de todos los
aspectos se ve condicionado por la limitación de los recursos y por la falta de consenso sobre
las cuestiones que se manejan, un problema que en modo alguno es fácil de resolver.
◆ Imperativos deontológicos: nuestras responsabilidades para ofrecer los cuidados están establecidas por la tradición y los contextos culturales. Como las culturas varían, no pueden ser
vinculantes de modo universal.
Los principios éticos pueden entrar en conflicto en cualquier circunstancia dada. Si aparentemente existe imposibilidad de solución, valore lo siguiente:
◆ Que el problema es de índole ética y no procede de una comunicación deficiente, de un conflicto familiar interno, de problemas económicos, de confusión legal o de un conflicto cultural
o de personalidad
◆ Que los hechos se han enunciado con claridad, y que la actitud de los pacientes y/o sus
representantes se comunica claramente
◆ Que existe una posibilidad razonable de conseguir un resultado satisfactorio para la salud o la
atención médica
Al final, ante la ausencia de un argumento convincente de lo contrario, debería prevalecer el
punto de vista del paciente.
A este respecto, existen muchas formas por las cuales los pacientes pueden buscar cuidados no tradicionales que no siempre confesarán. Debe entender el motivo por el que ellos ensayan con soluciones
sanitarias no tradicionales y cuáles son los cuidados alternativos que se ofrecen, sin ser crítico. Es preferible el término «cuidados complementarios» a «cuidados alternativos», ya que es posible hacer mucho
para aliviar el sufrimiento que se complemente fácilmente con la atención tradicional. Los distintos
enfoques de la atención pueden cooperar entre sí, y no simplemente sustituirse unos por otros.
Comunicación eficaz
El establecimiento de una relación positiva con el paciente depende de la comunicación establecida
sobre unas bases de amabilidad, comodidad, conexión y confirmación (cuadro 1-1).
Sea amable; garantice la comodidad, física y emocional; asegúrese de que ha conectado con el
paciente con confianza y franqueza; y confirme que todo lo que ha sucedido durante la interacción
es entendido claramente y que puede expresarse dentro del dominio de comprensión del paciente.
Eso es comunicación.
Búsqueda de conexión. Examine sus hábitos y modifíquelos cuando sea necesario de manera
que no supongan una barrera para la comunicación eficaz. Una postura rígida y formal puede inhibir
al paciente; una actitud demasiado informal tal vez no consiga infundir confianza. No sea descuidado
con las palabras. Quizá algo que usted considere inocuo resulte de importancia vital para un paciente
que busca un significado en todo lo que usted dice. Existen limitaciones intelectuales y emocionales
sobre el modo de plantear las preguntas y de ofrecer información, la velocidad con que se habla y
el modo en que se producen las interlocuciones, con expresiones neutras como «ah» y «ya sabe».
Entre los elementos necesarios de la interacción se encuentra también el estímulo activo de la participación del paciente, así como preguntas y respuestas enfocadas tanto a cuestiones sociales y
emocionales como a la naturaleza física de los problemas sanitarios.
Tener claras las metas de cada una de nuestras interacciones a menudo nos lleva a escuchar de
forma provechosa. Para ser buenos «oyentes», debemos entrenarnos en escuchar y observar con
un sentido elaborado del tiempo y con una clase de reposo que, al mismo tiempo, sea atenta y
tranquilizadora. La actitud no verbal sirve de complemento a la escucha. El rostro no debe ser una
máscara. Se puede ser expresivo y asentir para transmitir conformidad, pero es mejor evitar
reacciones extremas (p. ej., sobresalto, sorpresa o muecas). El contacto visual debe ser tranquilizador y confortable, y el lenguaje corporal ha de demostrar que usted está realmente en la sala
con el paciente, cómodamente sentado, y no de pie e intentando alcanzar lo antes posible el pomo
de la puerta (Roter et al., 2006).
Otro elemento esencial es la confidencialidad, que es importante en todos los aspectos de la
asistencia y a veces resulta difícil. Es el paciente el que debe proporcionar la información. Si lo
acompaña un progenitor, un cónyuge u otra persona y empieza a hablar en su lugar, usted puede
intervenir y sugerir a esa persona que intervenga sólo cuando se le solicite expresamente. Si el
idioma es una barrera, tal vez un familiar sirva bien de intérprete, aunque podría obstaculizar una
INFORMACIÓN CLÍNICA
Atuendo profesional
y aspecto personal
Un atuendo y un aspecto
personal apropiados ayudan
a avanzar un largo trecho
para infundir una buena
impresión en el paciente.
Es imprescindible llevar limpias
las uñas de los dedos, vestir
con decencia y tener el pelo
limpio, y no hace falta insistir
en exceso en la importancia
del cuidado externo para
transmitir limpieza. Se
pueden evitar fácilmente los
extremos de manera que el
aspecto no se erija en un
obstáculo para la respuesta
del paciente a la atención.
4 Capítulo 1 Colaboración con los pacientes: realización de la anamnesis
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CUADRO 1-1
Algunos recordatorios: COMUNICACIÓN
Amabilidad, comodidad, conexión, confirmación
Amabilidad
• Llame antes de entrar en una habitación.
• En principio, diríjase al paciente formalmente (p. ej., señor, señora). Siempre es correcto
estrechar la mano.
• Presente a las demás personas de la sala, y defina sus funciones y su grado de participación.
• Apréndase los nombres.
• Asegure la confidencialidad.
• Esté en la habitación, sentado, sin preocuparse por irse demasiado pronto.
• No tome demasiadas notas; anote las palabras clave a modo de recordatorio, pero de
modo que al hacerlo no se distraiga de la escucha y la observación.
• Respete la necesidad de moderación.
• Dé tiempo al paciente para que se vista y se siente cómodamente después de la
exploración. Seguir la charla con él mientras está todavía «en la camilla» a menudo resulta
desconcertante.
Comodidad
• Garantice la comodidad física de todos; la suya incluida.
• Procure que haya un mínimo número de muebles que lo separen del paciente.
• Mantenga la privacidad con cortinas y mamparas.
• Garantice una buena iluminación.
• Asegure la calma necesaria.Apague el televisor.
• Cuando resulte oportuno, procure no cansar al paciente. No siempre es necesario hacerlo
todo en una única visita.
Conexión
• Mire al paciente; mantenga un buen contacto visual si las prácticas culturales lo permiten.
• Vigile su lenguaje. Evite la jerga profesional, así como la condescendencia al hablar.
• No adopte una postura dominante en la conversación. Escuche con atención. Deje que el
paciente ordene las prioridades si se han de plantear varias cuestiones.
• No acepte un diagnóstico previo como queja principal. No siga demasiado deprisa un
camino predeterminado.
• Deduzca si el paciente ha desistido de acudir a otros lugares para ir a su consulta.
• Realice la anamnesis y la exploración física antes de mirar estudios o pruebas previos.
Piense primero en lo que tiene que decir el paciente.
• En un principio, evite las preguntas imperativas o directas. Para empezar es mejor plantear
preguntas abiertas. Deje que los asuntos más concretos surjan a partir de ellas.
• No sea crítico.
• Respete los silencios. Las pausas pueden ser productivas.
• Sea flexible. La rigidez limita el potencial de una entrevista.
• Valore el potencial del paciente como colaborador.
• Busque pistas de problemas a partir de la conducta verbal del paciente y de su lenguaje
corporal (p. ej., si habla demasiado deprisa o es excesivamente parco).
• Busque preocupaciones ocultas en relación con las dolencias principales.
• No trivialice nunca un hallazgo o pista.
• Los problemas pueden tener múltiples causas. No se decida por una con demasiada rapidez.
• Defina completamente todas las inquietudes: ¿Dónde? ¿Con qué intensidad? ¿Cuánto duró?
¿En qué contexto? ¿Existen factores que lo agraven o lo calmen?
Confirmación
• Pida al paciente que resuma la conversación. Debe haberla comprendido con claridad y
eliminar toda incertidumbre.
• Deje abierta la posibilidad de prolongar la conversación con otra pregunta abierta: «¿Hay
algo más que quiera decirme?».
• Si el paciente le plantea alguna duda que no pueda responder de inmediato, dígaselo.Y
asegúrese de contestarla más adelante, si le es posible.
• Si le parece que ha cometido algún error, no lo disimule y haga todo lo posible por
corregirlo. La sinceridad es inherente a una colaboración en confianza. La mayoría de los
pacientes lo respetarán.
Capítulo 1 Colaboración con los pacientes: realización de la anamnesis 5
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contribución más sincera por parte del paciente. Sería más apropiado contar con un intérprete
profesional (fig. 1-1).
Al comienzo salude adecuadamente al paciente y a sus acompañantes. Empiece por plantear
preguntas abiertas («¿Cómo se siente con respecto a la última vez que nos vimos?», «¿Qué preguntas desearía hacerme?», «¿Qué le gustaría que consiguiéramos hoy?»). Más adelante, conforme
vaya recabando información, deberá ser más concreto. Pero, en un primer momento, lo más
apropiado es dejar que la información fluya, para que el paciente le transmita cuáles son sus
preocupaciones más inmediatas. De este modo podrá definirse el plan actual de visitas y establecer
una colaboración. Un oyente empático garantiza también un registro más preciso. La anotación
documentada hará más fácil que otras personas que deban atender al paciente más adelante
reciban las informaciones necesarias.
A veces se precisa una suave orientación para centrar el contenido de la visita y avanzar (p. ej.,
«Pero hablemos ahora además de…» o «Siento interrumpirlo, pero me gustaría confirmar que lo
he entendido bien…»). Un exceso de expresión verbal no garantiza que el resultado sea completo.
(«Eso parece importante, pero ¿en qué está pensando además?»). Asegúrese de que ha formulado
todas las preguntas necesarias.
Si el paciente menciona algo que no es relevante de inmediato para los fines que usted persigue
(p. ej., si introduce un posible problema no mencionado anteriormente), sea lo suficientemente
flexible para aclarar al menos la naturaleza de esa inquietud. Algunos puntos aparentemente irrelevantes pueden contener pistas sobre por qué el paciente ha acudido a la consulta o sobre las preocupaciones que pueden estar ocultas bajo la queja principal. El lenguaje corporal del paciente, tanto
como sus palabras, sugerirá la intensidad de los sentimientos subyacentes. Aunque un exceso de
digresiones tal vez suponga pérdida de tiempo, si presta atención podrá ahorrarse mucho tiempo
después, y la información adquirida tal vez sea importante para el futuro plan de atención.
Estímulo a las respuestas en el paciente. Las preguntas expresadas con sensibilidad
pueden conseguir respuestas más precisas. Haga una pregunta cada vez, y evite una acumulación
de interpelaciones que desincentiven al paciente a la hora de expresarse de forma más completa
o que limite las respuestas a simples síes o noes:
◆ La pregunta abierta ofrece al paciente discreción sobre la extensión de su respuesta: «¿Y entonces qué sucedió?»; «¿Qué es lo que siente en torno a ello?»; «¿Es todo lo que quiere decirme
sobre el asunto?»; «¿Hay algo más de lo que quiera hablar?»
◆ La pregunta directa busca información concreta: «¿Cuánto tiempo hace que sucedió?»; «¿Dónde
le duele?»; «Por favor, ponga el dedo en el punto del dolor»; «¿Cuántas pastillas tomó cada vez,
y cuántas veces al día?»
◆ La pregunta guiada es la más arriesgada, ya que puede limitar la información suministrada a lo
que el paciente piensa que usted quiere saber: «Me da la impresión de que eso le preocupa
bastante, ¿no es así?»; «No era muy difícil de hacer, ¿o sí?»; «Qué mal sabe esa medicina, ¿verdad?».
Asimismo, averigüe con qué frecuencia ha sucedido algo, dejando que el paciente defina la idea
de «a menudo», en vez de preguntarle: «No le pasaba demasiado a menudo, ¿verdad?»
A veces, el paciente no entiende bien lo que se le está pidiendo y simplemente asiente. Sepa
verlo cuando resulte pertinente para:
◆ Facilitar: invite al paciente a hablar más, bien con palabras o con un silencio que él pueda
romper cuando haya tenido la ocasión de reflexionar.
◆ Reflejar: repita lo que ha oído para incitar al paciente a que le dé más detalles.
◆ Aclarar: pregunte «¿Qué es lo que quiere decir?».
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Figura 1-1
Entrevista con un paciente con la
ayuda de un intérprete. Cuando
se necesite un intérprete para
solventar la diferencia de idioma
entre el examinador y el paciente
puede preferirse a alguien que no
sea un familiar.
6 Capítulo 1 Colaboración con los pacientes: realización de la anamnesis
◆ Empatizar: demuestre su comprensión y aceptación. No dude en decir «Lo entiendo» o «Lo
siento» si el momento lo exige.
◆ Enfrentarse: no vacile en enfrentarse cuando la conducta sea impropia.
◆ Interpretar: repita lo que ha escuchado para confirmar que entiende al paciente.
Lo que usted pide se complementa con la forma en que lo hace. Emprenda las siguientes
acciones, si fuera necesario, para aclarar el punto de vista del paciente:
◆ Pregunte a menudo lo que el paciente piensa y siente sobre una determinada cuestión.
◆ Cerciórese de que saber cuál es la preocupación principal.
◆ Asegúrese de que todo va bien en la situación vital del paciente, y de que en la queja principal
y en la enfermedad actual no hay nada aparentemente extraño que haya pasado desapercibido.
◆ En los momentos adecuados, sugiera al paciente que tiene la «impresión» de que él podría
extenderse más en lo que dice o que las cosas podrían no ir tan bien como le está transmitiendo.
◆ Apunte, en los momentos oportunos, que es lógico estar enfadado, triste o nervioso, y que es
normal hablar de ello.
◆ Compruebe que las expectativas del paciente en la visita se ven cumplidas y que no quedan
preguntas pendientes.
Cerciórese de que sus preguntas se entienden con claridad. Defina las palabras cuando sea necesario y elíjalas con cuidado. Si es posible, evite términos técnicos. Cuando sea necesario, adáptese
al lenguaje del paciente. Indíquele que le interrumpa si no entiende bien lo que usted está diciendo.
Análogamente, haga usted lo mismo si no capta el significado de lo que aquel le transmite. Uno
de nuestros pacientes nos dijo que tenía «poca sangre» (anemia), «la sangre alta» (hipertensión),
«la sangre mala» (sífilis) y «la sangre líquida» (estaba tomando anticoagulantes). Tómese el tiempo
necesario para analizar este tipo de cosas. No dé por supuesto que todas las preguntas necesitan
una respuesta enciclopédica. Aprenda a saber cuándo es suficiente. Recuerde también que, cuando
un paciente sea compañero de profesión, no tiene por qué estar familiarizado con la jerga de la
disciplina en particular que usted maneja.
A menudo, los datos del paciente se obtienen del registro médico. El uso exagerado de iniciales
o acrónimos acelera el proceso del registro, pero puede reducir la claridad y, por tanto, debe
limitarse en la medida de lo posible. Véase el capítulo 26 para más información, y recuerde siempre
que la seguridad del paciente puede verse amenazada cuando las abreviaturas no están claras o se
malinterpretan. Es posible que sus colegas, ahora y en el futuro, no conozcan el significado de las
iniciales que usted utilice.
Preguntas que han de tenerse en cuenta. El American Board of Internal Medicine
ha proporcionado varias preguntas como guía para la entrevista con el paciente. Sugerimos que
su uso se determine en virtud de cada situación concreta. Por ejemplo, hablar sobre el testamento
vital puede asustar a un paciente que acude a una revisión rutinaria, pero tal vez sirva de alivio
para alguien hospitalizado con una enfermedad que ponga en riesgo su vida. El deterioro cognitivo, la ansiedad, la depresión, el miedo o sentimientos relacionados, así como las diferencias de
raza, sexo y etnia, entre otras, deben actuar como modificadores de la aproximación al paciente.
◆ ¿Cómo le gustaría que lo abordáramos?
◆ ¿Cómo se siente hoy?
◆ ¿Qué puedo hacer hoy por usted?
◆ En su opinión, ¿qué es lo que le provoca los síntomas?
◆ ¿Entiende bien su diagnóstico? ¿Y su importancia? ¿Y la necesidad de tratamiento?
◆ ¿Qué sentimientos tiene acerca de su enfermedad? ¿Miedo? ¿Amenaza? ¿Temor a sufrir problemas económicos? ¿A tener problemas en su familia? ¿Están disgustados porque usted se
encuentre enfermo? (En todo caso, asegúrese de que deja al paciente contestar sin dirigirle en
las respuestas.)
◆ ¿Cree que el tratamiento le servirá de ayuda?
◆ ¿Cómo está afrontando su enfermedad? ¿Llora? ¿Está bebiendo más? ¿Toma tranquilizantes?
¿Habla más? ¿Menos? ¿Ha cambiado de estilo de vida?
◆ ¿Quiere saber todos los detalles sobre su diagnóstico y el efecto que tendrá en su futuro?
◆ ¿Qué importancia tiene para usted la expresión «hacer todo lo posible»?
◆ ¿Qué importancia tiene para usted la «calidad de vida?»
◆ ¿Ha firmado un testamento vital?
◆ ¿Hay personas con las que pueda hablar de su enfermedad? ¿Dónde consigue que le den fuerzas?
◆ ¿Hay alguien más con el que debamos ponernos en contacto acerca de su enfermedad o de su
hospitalización? ¿Algún familiar? ¿Amigos? ¿Jefes en el trabajo? ¿Un religioso? ¿Un abogado?
◆ ¿Quiere o espera recibir apoyo emocional del equipo de atención sanitaria?
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Capítulo 1 Colaboración con los pacientes: realización de la anamnesis 7
© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.
◆ ¿Hay cuestiones financieras que le preocupen sobre su atención médica? ¿Sobre la cobertura
de su seguro? ¿Sobre pruebas o tratamientos que tal vez no pueda permitirse? ¿Sobre los plazos
de pago que se le exigen?
◆ Si fue hospitalizado anteriormente, ¿le molesta que le atiendan equipos de médicos, profesionales de enfermería y estudiantes?
◆ ¿Es usted una persona celosa de su intimidad?
◆ ¿Le preocupa la confidencialidad de sus datos médicos?
◆ ¿Preferiría hablar con un médico mayor/más joven, hombre/mujer?
◆ ¿Hay cuestiones médicas que no desea que se revelen a otras personas?
Momentos de tensión: barreras potenciales a la comunicación
Curiosidad sobre usted. A veces los pacientes le harán preguntas sobre usted. Aunque no
sea el objetivo de la comunicación, tal vez usted se sienta cómodo revelando algunos aspectos
relevantes de su propia experiencia («A mí también se me ha olvidado alguna vez tomarme los
medicamentos»). Normalmente servirá una respuesta directa. A menudo, tranquilizar sobre episodios de la vida personal (p. ej., enfermedad, embarazo y parto) puede ayudar a mitigar los
miedos y —con una mayor exploración— a identificar las preocupaciones del paciente. El mensaje
de que usted es una persona «real» puede llevar a mejorar la confianza o incluso a un intercambio
terapéutico (Deering, 1999).
Ansiedad. La ansiedad puede deberse a causas diversas, como la inminencia de una operación
u otros procedimientos clínicos o la previsión de un diagnóstico. Algunos trastornos probablemente suscitarán una respuesta intensa, como los relacionados con un dolor torácico abrumador
o dificultad para respirar; en otros trastornos, simplemente la consulta con un profesional sanitario provoca ansiedad. La actitud del profesional puede servir de ayuda si evita el fingimiento y
la sobrecarga de información, lleva una conversación pausada y muestra una actitud tranquila.
Silencio. A veces, muchos clínicos, intimidados por el silencio, se sienten movidos a romperlo.
Tenga paciencia. No fuerce la conversación. Podría poner fin al silencio con una pregunta abierta
(«¿Qué es lo que le preocupa?») o con un leve impulso («¿Y después qué pasó?»). Recuerde, sin
embargo, que el silencio concede el paciente un momento de reflexión o tiempo para reunir valor.
Algunas cuestiones pueden resultar tan dolorosas y sensibles que el silencio se hace necesario y,
por tanto, debe permitirse. Las personas, en su mayoría, hablarán cuando estén listas. La conducta
del paciente, el uso de las manos, los posibles ojos llorosos y las expresiones faciales lo ayudarán
a interpretar el momento. El silencio también puede ser cultural: por ejemplo, algunos nativos
amerindios se toman su tiempo, ponderan sus respuestas a las preguntas y contestan sólo cuando
se sienten preparados. No sea demasiado insistente. Relájese con el silencio, pero póngale límites
razonables.
Depresión. Sentirse enfermo, o pensar que uno lo está, puede ser suficiente para provocar
depresión situacional. De hecho, una enfermedad grave o crónica y no controlable o el hecho de
tomar ciertos fármacos (p. ej., esteroides) a menudo se acompañan de depresión. Una sensación
de desidia cotidiana, los trastornos del sueño, la alimentación, y el contacto y social y los sentimientos de pérdida de autoestima pueden servir de pistas. Preste atención. Primero pregunte:
«¿Cuándo empezó a sentirse así?». Después prosiga: «¿Cómo se siente ahora?», «¿Ha dejado de
disfrutar de cosas que antes le gustaban?», «¿Tiene problemas para dormir?», «¿Ha tenido el
pensamiento de autolesionarse?», «¿Sufre depresión?». A un paciente en esta circunstancia no
puede apresurársele y, ciertamente, no es posible aliviarlo tranquilizándolo de una manera superficial. No le debe preocupar introducir la idea del suicidio. Con frecuencia el paciente habrá
pensado en ello, aunque sea brevemente (v. capítulo 4, cuadro «Factores de riesgo: suicidio»).
Llanto y momentos sensibles. Algunas personas llorarán en la consulta. Deje pasar el
momento al ritmo del paciente. Reanude las preguntas sólo cuando el paciente esté listo. Si sospecha que un paciente se está conteniendo, déjele desahogarse. Ofrézcale un pañuelo o diga sencillamente: «Si se siente usted mal, no hay problema en que llore». Sea directo en circunstancias
sensibles como esta, pero de forma suave, no con demasiada agresividad o insistencia. No dude
en decir que lo siente por el paciente, que lamenta lo que le está sucediendo, y que sabe que es
doloroso. A veces resulta correcto el contacto de una mano o incluso un abrazo. En ocasiones,
debe afrontarse una cuestión espinosa —por ejemplo, una relación familiar difícil—. En otras
tendrá que deducir usted mismo dónde está el problema y confiar en haber indagado en la
dirección correcta para hacer aflorar los sentimientos del paciente. Si no tiene la seguridad, pregunte sin presuponer cuál va a ser la respuesta.
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INFORMACIÓN CLÍNICA
Suicidio en adolescentes
El suicidio es una causa
importante de mortalidad en
los años preadolescentes y
adolescentes, sobre todo en
chicos. Si ese pensamiento le
ha asaltado a usted durante
la entrevista, puede estar
seguro de que también el
paciente habrá pensado en
ello. Puede mencionarlo y así
dar pie a hablar del tema. No
estará sugiriendo nada nuevo.
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8 Capítulo 1 Colaboración con los pacientes: realización de la anamnesis
Intimidad física y emocional. No es fácil llegar a una intimidad con las emociones y los
cuerpos de otras personas. Las normas culturales y las conductas son al mismo tiempo una protección y una barrera para las buenas relaciones. Además, el paciente se encuentra en una situación
de dependencia. Usted puede reconocerla mientras le explica al paciente con claridad, y sin pedir
disculpas, lo que debe hacer para su beneficio. Naturalmente, aplique la moderación, utilizando
barreras adecuadas que no impidan una buena exploración, y proceda con cautela en el modo en
que utiliza las palabras o enmarca las preguntas. Normalmente no tendrá la certeza del grado
en que un paciente dado se siente «desensibilizado» con respecto a las cuestiones relativas a su
intimidad. Sin embargo, guardar moderación, por ejemplo, omitiendo la exploración de los
genitales, más allá de lo razonable puede ser una trampa que retrase o impida el acceso a una
información muy necesaria. Podrá conseguir que esa exploración necesaria no se convierta en un
problema importante si mantiene la calma y plantea las cuestiones con serenidad profesional.
Seducción. Algunos pacientes pueden ser excesivamente halagadores y manipuladores, o
incluso seductores. Por su enfermedad y por la inseguridad que les asalta merecen una atención
especial extraordinaria. Pero esto no debe llevar a confusión. Existen límites a la calidez y a la
cordialidad. No hace falta recordar que no todo contacto físico tiene que estar motivado de una
forma sexual; a veces, un abrazo sentido entra dentro de lo correcto. No obstante, desconfíe de
esa trampa. Evítela con amabilidad y con firmeza, para transmitir el mensaje inmediato de que la
relación es y será en todo momento profesional. Este equilibrio exige sensibilidad al mismo tiempo
que se preserva la dignidad del paciente, pero no hay cabida para una mala interpretación sexual
en la relación, y en este aspecto no se puede tolerar el abuso del paciente.
Ira. A veces los pacientes más enojados (o las personas que los acompañan) son los que más
pueden necesitar de usted. Por supuesto, la situación quizá resulte muy incómoda. Afróntela. Es
oportuno decir: «Veo que está usted de mal humor. Por favor, indíqueme el motivo. Me gustaría
saber por qué». Hable con suavidad e intente no discutir. Quizá no sabrá si el paciente se ha
molestado con usted o por qué. Muy a menudo, le parecerá que no haya hecho nada malo. Aun
así, el estrés del tiempo, la sobrecarga de trabajo y la tensión que comportan los cuidados a personas
muy enfermas, a veces en fase terminal, pueden generarle impaciencia, y esto dar pie a que pueda
enfadar a otros. No se ponga a la defensiva; en su lugar, reconozca el problema y, sólo cuando
resulte apropiado, pida disculpas y pregunte cómo actuar para mejorar las cosas. Profundice en
los sentimientos. A menudo, podrá continuar con mejor base después de solventar un enojo. En
ocasiones, no habrá nada que parezca servir de ayuda. En tal caso es válido diferir la cita para otro
momento o incluso sugerir que el paciente acuda a otro profesional (Thomas, 2003).
Después, no dude en hablar del episodio con un colega de su confianza. Esto le será de ayuda.
No contarlo todo. Los pacientes no siempre cuentan toda la historia, o incluso toda la
verdad, ya sea de forma intencionada o inconsciente. La demencia, la enfermedad, el alcoholismo,
las incertidumbres sexuales, la violencia doméstica y el maltrato infantil son algunas de las razones.
Cuando sospeche que sucede algo de este estilo, no presione demasiado al paciente. Deje que la
entrevista avance y después retome algún tema sensible con alguna pregunta respetuosa. Tal vez
podría decir: «Creo que tal vez le preocupe más de lo que está diciendo» o «Quizá le inquieta lo
que podamos descubrir». Para conocer todo lo necesario puede necesitarse más de una cita. Tal
vez sea posible ahondar en el tema en una visita posterior, o retomarlo con familiares o amigos
del paciente, o bien con sus compañeros de trabajo.
Consideraciones financieras. El coste de la atención y la inversión en recursos (y el posible
impacto sobre el empleo) con frecuencia son fuentes de estrés para el paciente. Hable de ello con
franqueza y con un conocimiento preciso. En caso contrario no podrá diseñarse o ponerse en
práctica un plan de atención apropiado para el paciente. Las circunstancias y las obligaciones
apremiantes pueden obstaculizar una atención adecuada.
Anamnesis Del Paciente
Un primer objetivo en la realización de la anamnesis consiste en identificar aquellas cuestiones
que el paciente define como problemas, tanto las sutiles como las evidentes. Deberá establecer
una sensación de confianza con el paciente como intérprete de los episodios. También es importante tener en cuenta el potencial de supresión, intencionada o no, o la trivialización de ciertas
experiencias que podrían definir el contexto para que un problema no case bien con sus expectativas. Mantenga un estado constante de evaluación subjetiva de las palabras y de la conducta
del paciente. Básicamente, la anamnesis debe ser realizarse desde la perspectiva del paciente, no
INFORMACIÓN CLÍNICA
Reglas prácticas: cuando
se trata de las emociones
del paciente
• Cuando se trata de
emociones, el pensamiento
no funciona bien.
• Deje que el paciente tome
la delantera: el silencio en
el clínico es una actitud
clave.
• La angustia emocional es
incómoda para el paciente:
compartirla en parte suele
acompañarse de una
sensación de alivio.
• Cuando las emociones se
han puesto de manifiesto
y se les ha dado respuesta,
el paciente suele contestar
a la búsqueda de
información y a la
solución de problemas.
• Analice sus propias
respuestas emocionales,
velando en particular en
por qué se pone a la
defensiva y vierte
opiniones críticas, aunque
sean sutiles. El paciente
que más se enoje con
usted tal vez será el que
más le necesite.
Adaptado de Barker, 1996.
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Capítulo 1 Colaboración con los pacientes: realización de la anamnesis 9
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del profesional (Haidet y Paterniti, 2003). El profesional deberá también adaptarse a las modificaciones que imponen la edad, un posible embarazo y las discapacidades físicas y emocionales. Estas
necesidades se abordarán a lo largo del capítulo.
Lugar de la entrevista
Con independencia del lugar, la entrevista puede ser una experiencia gratificante para el paciente,
para quienes lo acompañan y para usted. Haga que todos se sientan lo más cómodos posible. A
menudo, el espacio de que se dispone es reducido y más bien poco hospitalario, los colores no
son cálidos, y las sillas tienen respaldo recto y resultan incómodas. No importa; lo principal es el
paciente. Procure que entre usted y él no haya mesas o muebles voluminosos. Si es posible, haga
poner un reloj enfrente de su posición donde pueda ver la hora (preferiblemente, detrás de la silla
del paciente), y no consulte descaradamente el reloj de pulsera. Siéntese cómodo y a su gusto,
manteniendo el contacto visual y un tono de voz dialogante. Su actitud puede tranquilizar al
paciente y aliviar así la preocupación o el dolor que constituyen su principal motivo de inquietud.
Para ello, concéntrese en la situación concreta, concediendo a ese momento toda la prioridad y
dejando a un lado las distracciones personales y profesionales (v. cuadro 1-1).
Estructura de la anamnesis
Realice la anamnesis para establecer una relación con el paciente, de manera que descubra conjuntamente las cuestiones y los problemas que necesitan atención y prioridad. Le sugerimos una
aproximación ampliamente aceptada que puede y debe modificarse para adaptarla a cada circunstancia individual:
◆ En primer lugar, los datos de identificación: nombre, fecha, hora, edad, sexo, raza, profesión y
fuente de referencia
◆ Queja principal (QP)
◆ Anamnesis de enfermedad o problema actual (AEA)
◆ Antecedentes médicos (AM)
◆ Antecedentes familiares (AF)
◆ Antecedentes personales y sociales (AS)
◆ Revisión de sistemas (RDS)
La queja principal es un breve enunciado del motivo por el cual el paciente está buscando
atención sanitaria. Son útiles las citas directas. No obstante, es importante llegar más allá de la
razón ofrecida e indagar preocupaciones ocultas que hagan que el paciente haya decidido buscar
atención médica en lugar de levantarse y dirigirse simplemente a su trabajo. Si el paciente
presenta inflamación de garganta, ¿por qué busca ayuda? ¿Tiene dolor y fiebre, o es la preocupación provocada por una experiencia anterior con un pariente que desarrolló una cardiopatía
reumática? Muchos entrevistadores incluyen la duración del problema como parte de la queja
principal.
La comprensión de la enfermedad o problema actual exige una evaluación paso a paso de las
circunstancias que rodean al motivo principal para la visita del paciente. Una anamnesis completa
va más allá y pretende una exploración de la salud general del paciente antes que del problema
actual, que incluya experiencias médicas y quirúrgicas previas. Los contextos espiritual, psicosocial
y cultural de la vida del paciente son esenciales para la comprensión de estos episodios. La familia
del paciente también ha de ser objeto de examen: salud, antecedentes médicos, enfermedades,
fallecimientos e influencias genéticas, sociales y ambientales. Siempre deberá tener en mente una
pregunta que late en toda la investigación: ¿por qué le estará sucediendo esto a este paciente en concreto en este momento en particular? En otras palabras, si muchas personas están expuestas a un
problema potencial y sólo algunas sucumben a su exposición, ¿cuáles son los factores especiales
en esta persona que condujeron al resultado que observa? Una indagación meticulosa sobre la
experiencia personal y social del paciente debe incluir los hábitos de trabajo y la diversidad de
relaciones en la familia, el centro de estudios y el lugar de trabajo. Finalmente, la revisión de los
sistemas comprende una revisión detallada de las posibles quejas en cada uno de los sistemas del
organismo, en busca de síntomas complementarios o aparentemente no relacionados que pueden
no haber aflorado durante el resto de la anamnesis. En este proceso son necesidades explícitas la
flexibilidad, la apreciación de las sutilezas y la oportunidad de que el paciente responda a las
preguntas y de explorar sus sentimientos.
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10 Capítulo 1 Colaboración con los pacientes: realización de la anamnesis
Realización De La Anamnesis
Preséntese ante el paciente y las personas que lo acompañan si es la primera vez que se encuentran,
pronunciando con claridad su nombre y su función. Si usted es estudiante, dígalo. Cerciórese de
que conoce el nombre completo del paciente y de que lo pronuncia correctamente. Pregunte cómo
hacerlo si no está seguro.
Diríjase al paciente de forma educada (p. ej., como señor, señora, o de la manera que prefiera
el paciente) y repita el nombre del paciente en los momentos adecuados. Evite la familiaridad de
usar el nombre del paciente cuando no espere la misma familiaridad en sentido contrario. No
utilice términos sustitutivos para el nombre de la persona; por ejemplo, cuando el paciente es un
niño, no se dirija a sus progenitores como «mamá» o «papá». Tomarse el tiempo de aprenderse
los nombres de cada uno es una muestra de respeto y cortesía.
También es signo de respeto mirar al paciente y no al ordenador que suele estar a mano. Utilícelo
si fuera necesario, pero colóquelo de manera que no suponga una distracción en la atención al
paciente. Siéntese a una distancia cómoda del paciente, sin muebles que interpongan barreras entre
ustedes (fig. 1-2). A no ser que ya conozca al paciente y que sepa que se trata de una urgencia, proceda
con una prontitud razonable, preguntando el motivo de la visita. Escuche, pero no dirija demasiado
al paciente en este momento. A menudo se sorprenderá al ver que buena parte de la historia y de
los detalles emergen sin presionar. Deje que el paciente se explaye y, después del primer caudal de
palabras, sondee en lo que se ha dado en llamar el «estímulo iatrotrópico», la razón para buscar
atención sanitaria. Si 100 personas se despiertan con una fuerte cefalea, y 97 van a trabajar mientras
que las 3 restantes buscan atención médica, ¿qué dimensión subyacente instó a esas decisiones?
Para entonces, usted habrá empezado a dar estructura a la enfermedad o problema actual, dentro
de un marco cronológico y secuencial. Salvo que se trate de una urgencia, proceda con parsimonia,
escuche la historia completa y absténgase de ir demasiado deprisa hacia lo que parece el curso evidente de las preguntas. El paciente irá dando pistas durante el tiempo que se le conceda. Usted debe
marcar una fina línea entre permitir este ritmo y cumplir con las numerosas restricciones de tiempo
que, sin duda, tendrá. Relájese, fije su atención en el paciente; no le interrumpa más de lo necesario,
y no plantee la pregunta siguiente antes de haber escuchado la respuesta completa a la anterior.
A veces las respuestas del paciente pueden no ser claras. Busque certezas:
◆ «¿De qué estamos hablando? ¿Cuál es su principal preocupación?»
◆ «¿A qué querría usted que prestáramos especial atención hoy?»
◆ «¿Tiene alguna idea sobre lo que debemos hacer?»
◆ O, a veces, una pregunta guiada: «En mi opinión _________ es lo que más le preocupa. ¿Estoy
en lo cierto? ¿Hablamos primero de ello?»
Conforme avance la entrevista, explore con detenimiento cada respuesta positiva con las siguientes
preguntas:
◆ ¿Dónde? ¿Dónde se sitúan los síntomas, con la máxima precisión posible? Si parecen moverse,
¿cuál es la amplitud de su movimiento? ¿Dónde está el paciente cuando se produce la dolencia,
en el trabajo o jugando, activo o en reposo?
◆ ¿Cuándo? Todo sucede en una secuencia cronológica. ¿Cuánto empezó? ¿Aparece y desaparece?
En caso afirmativo, ¿con qué frecuencia y con qué duración? ¿A qué hora del día? ¿Qué día de
la semana?
Figura 1-2
Entrevista con un adulto joven.
Como se puede observar, no hay
mesas ni muebles que
interrumpan el contacto.
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Capítulo 1 Colaboración con los pacientes: realización de la anamnesis 11
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◆ ¿Qué? ¿Qué significa para el paciente? ¿Cuál es su impacto? ¿Qué siente? ¿Con qué calidad e
intensidad? ¿Ha sido suficientemente perjudicial para interrumpir el flujo de la vida del
paciente, o tiene que afrontarlo de forma más bien puntual? ¿Sucedió algo al mismo tiempo
que pudiera estar relacionado? ¿Qué lo mejora? ¿Y qué lo empeora?
◆ ¿Cómo? El trasfondo del síntoma se hace importante al responder a la pregunta «cómo». ¿Cómo
apareció? ¿Existen algunas otras cosas que haga a la vez, como trabajar, jugar, comer o dormir?
¿Existe esa enfermedad en la familia? ¿Ha vivido episodios similares en el pasado? ¿Le preocupa
haber visto síntomas similares en amigos o familiares? ¿Hay alguna otra dolencia paralela?
¿Cómo lo afronta el paciente? ¿Cuenta con apoyo social? Nada sucede de forma aislada.
◆ ¿Por qué?
Naturalmente, la respuesta al porqué es la solución del problema. Todas las demás preguntas
conducen a esta sola.
Una vez comprendida la queja principal del paciente y el problema actual, y después de obtener
una interpretación de las preocupaciones subyacentes, se puede avanzar hacia los demás segmentos
de la anamnesis: los antecedentes médicos y familiares; las preocupaciones emocionales, espirituales y
culturales; y el acompañamiento social y en el lugar de trabajo de las inquietudes actuales. Recuerde
que en la experiencia del paciente no hay nada aislado. Los aspectos de la enfermedad o problema
actual necesitan una integración cuidadosa con los antecedentes médicos y familiares. La vida del
paciente no se construye de acuerdo con su esquema, donde numerosos factores dan forma a la
presente enfermedad y cualquier queja principal posiblemente implique más de una enfermedad.
Toda visita debe concluir con una revisión de los puntos tratados:
◆ Pida al paciente que intente rellenar posibles huecos en lo que usted ha entendido.
◆ Indíquele que le haga preguntas.
◆ Interprete y resuma lo que ha escuchado.
◆ Pídale al paciente que resuma para usted una historia completa del problema.
◆ Insista en las instrucciones y dígale al paciente que las repita.
◆ Explique los siguientes pasos: exploraciones y/o estudios necesarios, tiempos de próximas citas,
mantenimiento del contacto.
◆ Incluya a otras personas relevantes en la exposición.
Cuestiones sensibles
Las cuestiones sensibles, que pueden ser difíciles de tratar (p. ej., sexo, consumo de drogas o
alcohol, o preocupaciones acerca de la muerte) no pueden soslayarse. En una aproximación a las
cuestiones sensibles, son esenciales las siguientes directrices, de valor clave para que cualquier
entrevista tenga éxito.
◆ Garantice la confidencialidad.
◆ No use palabrería. Sea directo y firme. Evite dirigir preguntas guiadas.
◆ No pida disculpas por plantear una pregunta.
◆ No pontifique. Evite el enfrentamiento. Su función no es emitir un juicio.
◆ Utilice un lenguaje que sea comprensible para el paciente, aunque sin condescendencia.
◆ No presione en exceso al paciente.
◆ Después, documente el caso de forma minuciosa, con las palabras del paciente (y de quienes
lo acompañan) siempre que sea posible. Es correcto tomar notas, si bien ha de intentarse
hacerlo con parquedad, sobre todo cuando se abordan cuestiones sensibles.
Siempre debe estar preparado para volver a explicar por qué explora áreas sensibles. Un enfoque
acertado incluirá cuatro pasos:
1. Una introducción, en el momento en el que surja la cuestión, que aluda a la necesidad de
entender este contexto en la vida del paciente.
2. Primero preguntas abiertas que evalúen los sentimientos del paciente sobre la cuestión —si,
por ejemplo, hay problemas de alcohol, drogas, sexo, tabaco, educación o domésticos— y
después la exploración directa de lo que está sucediendo en realidad.
3. Un período en el que usted atienda reflexivamente a lo que está diciendo el paciente para
después repetir las palabras de este u ofrecer otras formas de retroalimentación. Así se permite
al paciente coincidir en que su interpretación es la apropiada, para confirmar lo que usted ha
entendido.
4. Y, finalmente, una oportunidad para que el paciente haga cualquier pregunta que pudiera ser
pertinente.
INFORMACIÓN CLÍNICA
Vigile el uso de la jerga
Por desgracia, muchos
profesionales incurrimos a
menudo en un uso excesivo
de la jerga, al arcano lenguaje
de nuestras profesiones, que
no es accesible para el
paciente. Las palabras que
degradan al paciente son aún
peores. La tensión, la
frustración, la fatiga y el
enfado son causas
subyacentes comunes para
estos momentos. Conózcase
a sí mismo. Entienda por qué
incurre en estos malos
hábitos, y haga todo lo
posible por evitarlos.
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12 Capítulo 1 Colaboración con los pacientes: realización de la anamnesis
Alcohol. El cuestionario CAGE es un modelo para hablar del consumo alcohol (cuadro 1-2;
Ewing, 1984). CAGE es un acrónimo del inglés Cutting down, Annoyance by criticism, Guilty
feeling, Eye-openers («interrupción, disgusto por las críticas, sentimiento de culpa, acciones para
despejarse»). Su utilización no garantiza una sensibilidad absoluta en la detección de un problema.
Puede complementarse o suplementarse con el modelo TACE (cuadro 1-3), especialmente en la
identificación de alcoholismo en una mujer gestante (debido al daño potencial en el lactante), o
mediante CRAFFT, para la identificación de un problema de alcohol en adolescentes (cuadro 1-4).
Existe cierta semejanza en todos estos cuestionarios. Cada profesional puede acomodarlos a su
propio estilo o a su paciente en particular. También puede adaptarlos a las preocupaciones acerca
del consumo de drogas o sustancias que no sean alcohol.
Violencia doméstica. Con demasiada frecuencia subestimamos la incidencia de la violencia
doméstica en la experiencia de nuestros pacientes de cualquier edad o sexo. La violencia doméstica
implica problemas en casa, del tipo de los que infligen dolor físico y emocional. Afecta principalmente a mujeres y niños como víctimas y, con menor frecuencia, a hombres. Las parejas íntimas
suelen ser los perpetradores. Probablemente se dé la misma prevalencia en parejas del mismo sexo,
aunque se denuncia menos, y en este caso puede haber más de un problema. El alcohol suele ser
un agente facilitador. La resistencia a indagar en estas cuestiones por miedo a ofender a los
pacientes y a sus familiares está mal encaminada, y en ocasiones una respuesta inapropiada, como
sería no hacer el caso necesario a su experiencia o incluso responsabilizarla del problema, induce
confusión en una mujer sometida a maltrato. Si así sucediera, esta sería doblemente víctima.
Referirse aquí en concreto a «ellas» tiene todo el sentido. Aproximadamente el 94% de las
víctimas que han denunciado maltrato doméstico son mujeres, y proceden de todos los grupos
étnicos y socioeconómicos. Sólo algunas se mostrarán dispuestas a hablar de ello con un profesional sanitario y, en tal caso, la paciente será casi siempre la que inicie la conversación. Si un
profesional sanitario realiza la pregunta inicial, normalmente lo hace en un departamento de
urgencias a petición de una persona que pueda tener dificultades para salir de una relación
de abuso, una mujer de una minoría desfavorecida o que muestra signos evidentes de pobreza.
A todas las pacientes debería preguntárseles de manera sistemática y directa. Para detectar violencia
conyugal se cuenta con tres preguntas que conforman un breve instrumento de cribado. En ellas
se abordan dos dimensiones de violencia doméstica por parte del cónyuge, y una respuesta positiva
a cualquiera de ellas constituye un valor de cribado positivo:
◆ ¿Ha sido alguna vez golpeada con las manos o con patadas, ha recibido pinchazos o heridas de
cualquier otro tipo en el transcurso del último año?
◆ ¿Se siente segura en su relación actual?
◆ ¿Existe algún compañero de una relación anterior frente a quien actualmente no se sienta segura?
La primera pregunta se refiere a la violencia física. Las dos últimas sopesan la percepción de
seguridad por la mujer y valoran su riesgo a corto plazo de sufrir más violencia y la necesidad de
asesoramiento.
Además, si descubriera algún indicio en la exploración física podría preguntar lo siguiente:
◆ Los hematomas que veo, ¿cómo se los hizo?
Las respuestas positivas exigen una documentación precisa, con palabras, dibujos y, si fuera
posible, fotografías y la conservación de cualquier prueba tangible. Las respuestas positivas requieren la garantía de la seguridad de la paciente. Pregunte lo siguiente:
◆ ¿Tiene usted miedo a volver a casa?
◆ ¿Hay en su casa cuchillos o armas de fuego?
◆ ¿El alcohol (u otras drogas) forman parte del problema?
◆ ¿Las cosas han empeorado últimamente?
◆ ¿Hay niños afectados?
Una respuesta afirmativa exige una intervención que requiere un conocimiento de los recursos
comunitarios y la disposición del profesional a buscar ayuda para la paciente. Conozca el punto
de vista de esta. Déjele hablar; asegúrele que no está sola y que hará todo lo posible por
ayudarla.
Incluso una respuesta negativa puede seguir dejándolo incómodo. Documente su preocupación y su sospecha con respecto a la lesión. No tema formular preguntas directas en torno a su
sospecha («¿Cómo se ha hecho estos hematomas?»). Pida a la mujer que vuelva a su consulta al
cabo de un tiempo.
Este mismo enfoque es válido también para hombres, aunque no necesariamente de forma
sistemática. Las declaraciones de los afectados o una lesión sospechosa podrían activar la acción
INFORMACIÓN CLÍNICA
Cribado
Existe una diferencia entre
una entrevista de cribado y
una de valoración. El objetivo
de la primera es deducir si
existe o no un problema. Así
sucede especialmente en los
cuestionarios CAGE,
CRAFFT y TACE. Son
eficaces, pero sirven sólo
como principio de base, y la
valoración va más allá.
Descubrir un problema con
prontitud puede llevar a un
mejor resultado del
tratamiento.
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Capítulo 1 Colaboración con los pacientes: realización de la anamnesis 13
© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.
CUADRO 1-2
Cuestionario CAGE
El modelo CAGE comprende las siguientes preguntas:
C (Cut down, «interrupción») ¿Alguna vez se ha sentido preocupado porque usted u otra
persona bebe demasiado? ¿Ha sentido alguna vez la necesidad de dejar de beber?
Sondeo: ¿A qué se parecía? ¿Tuvo éxito? ¿Por qué decidió dejarlo?
A (Annoyance, «disgusto») ¿Alguna vez le han disgustado las críticas recibidas por beber?
Sondeo: ¿Qué provocó su inquietud o preocupación? ¿Alguna vez le molestaron las
preocupaciones de otros? ¿Ha limitado lo que bebe para complacer a alguien?
G (Guilty, «culpabilidad») ¿Se ha sentido culpable alguna vez por beber? ¿Alguna vez se ha
sentido culpable por algo que haya dicho o hecho habiendo bebido?
Sondeo: ¿Alguna vez le ha molestado algo que usted haya hecho o dicho habiendo bebido?
¿Ha lamentado algo que haya sucedido a causa de que usted haya bebido?
E (Eye-opener, «acciones para despejarse») ¿Ha sentido alguna vez la necesidad de algo que
le despeje por la mañana?
Sondeo: ¿Alguna vez se ha sentido tembloroso o agitado después de una noche en la que ha
bebido mucho? ¿Qué hizo para aliviar la agitación? ¿Ha tenido alguna vez problemas para
volver a dormirse por la mañana después de una noche en la que haya bebido mucho?
Tomado de Ewing, 1984.
CUADRO 1-3
Cuestionario TACE
El modelo TACE comprende las siguientes preguntas:
T (Take, «tomar») ¿Cuántas bebidas toma para sentirse bien? ¿Cuántas tomaba cuando
empezó a beber? ¿Cuándo sucedió esto? ¿Qué prefiere: cerveza, vino o licores? (Más de
dos bebidas sugiere una tolerancia al alcohol que suscita preocupación.)
A (Annoyance, «disgusto») ¿Las personas le disgustan por criticar su hábito de beber?
C (Cut down, «interrupción») ¿Ha sentido la necesidad de interrumpir su hábito de beber?
E (Eye-opener, «acciones para despejarse») ¿Ha tomado alguna vez una primera bebida al
despertarse por la mañana para controlar sus nervios o librarse de la resaca?
Una respuesta a T en solitario (de más de 2 debidas) o una respuesta positiva a dos de A, C o
E puede indicar un problema con un alto grado de probabilidad. Las respuestas positivas a los
cuatro puntos indican un problema con gran certeza.
Tomado de Sokol et al., 1989.
CUADRO 1-4
Cuestionario CRAFFT
Las preguntas CRAFFT son un medio válido de cribado entre adolescentes sobre problemas
relacionados con el consumo de sustancias:
C (Car, «automóvil») ¿Ha viajado en un automóvil conducido por alguien (quizá usted) que
haya bebido mucho alcohol o consumido otras drogas?
R (Relax, «relajación») ¿Usa el alcohol o toma drogas para relajarse, para sentirse mejor o
para alternar?
A (Alone, «en solitario») ¿Consume alcohol o drogas mientras está solo?
F (Forget, «olvido») ¿Olvida cosas mientras está bajo los efectos del alcohol u otras drogas?
F (Family, «familia») ¿Hay algún miembro de su familia o algún amigo que le haya dicho que
deje de beber o de consumir drogas?
T (Trouble, «problema») ¿El consumo de alcohol o drogas se ha convertido en un problema
para usted?
Tomado de Knight et al., 2002.
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14 Capítulo 1 Colaboración con los pacientes: realización de la anamnesis
del profesional sanitario. Los lactantes y los niños cuentan con la protección del mandato legal
para que se comuniquen las sospechas. Preguntar a un niño sobre el maltrato sufrido o presenciado en casa puede ser problemático, ante lo cual es tentador eludir la cuestión. En general, las
preguntas abiertas se formulan con comodidad dirigidas al muchacho o a un progenitor en su
presencia (Zink et al., 2006):
◆ ¿Por qué has venido a verme hoy? (No se debe mencionar la preocupación directamente.)
◆ Dime lo que te ha pasado, por favor. (Sin hacer preguntas guiadas.)
En los lactantes, un hematoma o una quemadura con una forma extraña o en un lugar inesperado
sugieren normalmente un problema. Es difícil que un lactante que todavía no anda ni gatea se
rompa, por ejemplo, el fémur.
Los adolescentes pueden sufrir violencia, especialmente sexual, en su domicilio o fuera de casa.
Pueden percibirse pistas a través de cambios de conducta, por ejemplo, en el atuendo y el maquillaje, en el rendimiento escolar, y en las pautas de sueño y de comidas. El alcohol o las drogas
pueden convertirse en un problema. Tal vez se evite a las antiguas amistades. En estos casos, es
de la máxima importancia tomarse su tiempo y plantear las siguientes preguntas:
◆ ¿Has mantenido relaciones sexuales alguna vez?
◆ ¿Cuándo empezaste?
◆ ¿Lo hiciste voluntariamente o te obligaron o te convencieron?
◆ ¿Las personas con las que estás a veces te dan miedo?
◆ ¿Alguien te ha tocado en tus partes íntimas?
Esté siempre disponible para continuar con la conversación. Las preguntas no son más que el
principio. Observe también que el joven puede haber presenciado violencia doméstica, además de
haberla sufrido, con un profundo efecto en su vida y en su comportamiento. Estos problemas
deben tratarse como si el paciente fuera la víctima directa.
El riesgo de maltrato de las personas de edad avanzada, con frecuencia escasamente denunciado, es mayor si el anciano presenta una anamnesis de enfermedad mental, sufre un deterioro
físico o cognitivo, o vive en situación de dependencia con recursos financieros inadecuados. Los
maltratadores pueden presentar riesgos similares, tal vez relacionados con el alcohol o las drogas.
Los dos grupos pueden tener una historia pasada de violencia doméstica. En cualquier episodio,
compare la cuestión con un enfoque modelizado sobre mujeres en situación de dificultad.
Espiritualidad. La condición básica que impone la vida es la muerte. Esta idea motiva en
nosotros un sentimiento espiritual o «sagrado», que nos acompaña en todo momento, a menudo,
aunque no siempre, sublimado. La enfermedad, por leve que sea, puede remover ese sentimiento
e infundirnos sensaciones de miedo. La fe tal vez actúe como un elemento íntimo que contribuya
a la perspectiva de una persona. Por tanto, comprender la «espiritualidad» es un hecho consustancial a la atención que ofrecemos, aunque se complica por el hecho de que no existe un acuerdo
universal sobre su definición y cada uno de nosotros vivimos con nuestras propias convicciones
cuando proporcionamos los cuidados.
Muchos pacientes desean que se preste atención a la espiritualidad, y la fe puede ser un factor
clave en el éxito de un plan de tratamiento. Otros pueden preferir que el profesional no entre en
MNEMOTECNIA
Violencia doméstica: HITS
El maltrato verbal es un
problema tan intenso como la
violencia física. HITS es un
acrónimo del inglés Hurt,
Insult, Threaten or Scream
(«daños, insultos, amenazas o
gritos»). La formulación de la
pregunta es: «En el último año,
¿con qué frecuencia su pareja:
le ha producido daños
físicos?». [Hurt]
la ha insultado o hecho
callar?». [Insult]
la ha amenazado con
infligirle daños físicos?».
[Threaten]
le ha gritado o la ha
maldecido?». [Scream]
Tomado de Sherin et al., 1998.
Práctica basada en evidencias en la exploración física
Resistencia profesional a la violencia doméstica
Algunos profesionales sanitarios que cuidan de niños y adolescentes realizan el esfuerzo
sistemático de estudiar la posibilidad de que exista violencia doméstica. Borowsky e Ireland
(2002) validaron esta suposición con un estudio nacional aleatorizado de 1.350 pediatras y
650 médicos de familia. La tasa total de respuestas fue del 37%. Sólo el 5% de los pediatras y el 8%
de los médicos de familia realizaban sistemáticamente esta indagación. El 18% de los residentes
de medicina de familia también lo hacían. Sin embargo, con un estudio minucioso, Erickson, Hill
y Siegel (2001) encontraron que el 40% de las madres denunciaban violencia doméstica
ejercida por su compañero. Su estudio se extendía también a pediatras y médicos de familia.
Los 310 de los 547 encuestados que respondieron también revelaron que el estudio
sistemático era inferior al 10%, a pesar de la recomendación de la American Academy of
Pediatrics de que todos los profesionales incluyeran la indagación sobre violencia doméstica
como parte de la rutina de su preparación psicológica anticipada del paciente.
Datos tomados de Borowsky e Ireland, 2002; Erickson et al., 2001.
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Capítulo 1 Colaboración con los pacientes: realización de la anamnesis 15
© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.
ese terreno. Tal postura exige el mismo grado de sensibilidad y cautela que el que conlleva hablar
de drogas, tabaco, sexo y alcohol. Las preguntas sugeridas por Puchalski y Romer (2000) con el
acrónimo FICA, que nosotros hemos adaptado, nos proponen el siguiente enfoque:
◆ Fe, creencias, significado.
◆ ¿Cuál es su legado espiritual o religioso? ¿Son importantes para usted la Biblia, el Corán u
otros libros similares?
◆ ¿Lo ayudan estas creencias a afrontar las tensiones?
◆ Importancia e influencia.
◆ ¿Cómo han influido estas creencias en su forma de manejar las tensiones? ¿En qué
medida?
◆ Comunidad.
◆ ¿Pertenece a alguna comunidad espiritual o religiosa formal? ¿Esta comunidad le brinda
apoyo? ¿En qué sentido? ¿Hay alguien con quien le gustaría hablar?
◆ Acción/dirección en la atención.
◆ ¿Cómo influyen sus creencias religiosas en sus decisiones relativas a la atención sanitaria
(p. ej., opción de control de natalidad)? ¿Cómo le gustaría que yo lo apoyara en este sentido
en lo referente a su salud?
Las respuestas a estas preguntas pueden orientar al profesional para saber si debe pedir ayuda a
un sacerdote u otro guía espiritual o si debe implicarse personalmente de forma más profunda.
Existen algunas pruebas que indican que la oración puede promover la curación. Si le es posible,
y el paciente se lo pide o usted siente inclinación hacia ello, podría rezar con él, aunque lo mejor
es que no sea usted quien dirija la oración. No obstante, podría incluso sugerir hacerlo si el
paciente estuviera seriamente turbado y usted comprendiera que existe tal necesidad. Aun así,
existen límites. Salvo muy pocos, los profesionales sanitarios no somos teólogos, y resulta inadecuado ir más allá de los límites de nuestra experiencia profesional.
Auster (2004) sugiere que actuemos con sensibilidad cuando los pacientes nos pregunten cuáles
son nuestras creencias personales y expresen su deseo de hablar de ellas sólo con alguien que
comparta su fe. Una contestación adecuada sería: «Deseo ayudarlo lo máximo posible, así que
dígame, por favor, por qué me pregunta por mis creencias». O, más directamente: «Comprendo
sus sentimientos. ¿Le sería de ayuda si encontrara a otra persona con la que pudiera compartirlos?». Déjese guiar por su sentido de la situación (Auster, 2004; Fosarelli, 2003; Puchalski y Romer,
2000).
Sexualidad. Las preguntas sobre la historia sexual del paciente pueden ser indirectas al principio, para abordar los sentimientos más que los hechos. «¿Está usted satisfecho con su vida sexual,
o le provoca preocupación o inquietud? A muchas personas les pasa». Aunque la anterior es una
pregunta guiada, no sugiere cuáles pueden ser los sentimientos del paciente. Al contrario, si este
sintiera alguna inquietud en torno al sexo, le podría resultar confortador saber que no está solo.
La edad del paciente no debe servir de freno a la conversación. No ha de presuponerse nada para
una cierta edad, sobre todo cuando se trata de ancianos.
La orientación sexual de un paciente debe conocerse si se pretende ofrecer una continuidad
adecuada para la atención sanitaria. Es probable que en torno al 10% de las personas a las que
atenderá no sean heterosexuales (es decir, serán gais, lesbianas, bisexuales y transexuales). Para
trabajar con esas personas se requiere un conocimiento de uno mismo en relación con cualquier
posible sentimiento que pudiera abrigarse sobre heterosexismo y homofobia. Debe respetarse la
aprensión que estos pacientes pueden mostrar a la hora de revelar sus preferencias. Las palabras
tranquilizadoras y acríticas sirven de ayuda: «Me alegra que confíe en mí. Gracias por contármelo».
También es oportuno que el centro de atención sanitaria ofrezca cierto reconocimiento a los pacientes implicados (p. ej., con folletos informativos sobre estas cuestiones en las salas de espera).
Puede infundirse confianza si las preguntas son «neutras en cuanto al género»:
◆ Hábleme sobre su situación vital.
◆ ¿Mantiene una actividad sexual habitual?
◆ ¿En qué sentido?
Y no:
◆ ¿Está usted casado/casada?
◆ ¿Tiene novio/novia?
Si utiliza un acercamiento acrítico y siente la necesidad de hacerlo, podría barajar preguntas aplicables a cualquier paciente y circunstancia sexual. Tal vez antes deba conocer el acervo cultural del
paciente. Una vez rota la barrera, podrá ser más directo y preguntar, por ejemplo, sobre la
INFORMACIÓN CLÍNICA
Queja principal
Muchos profesionales
prefieren referirse a la
«queja principal» con otros
términos, y consideran que
son una expresión más
adecuada formas como
«problema de presentación»
o «motivo para buscar
atención». Siéntase libre de
utilizar las palabras que
mejor se adecúen o resulten
más apropiadas en su caso.
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16 Capítulo 1 Colaboración con los pacientes: realización de la anamnesis
frecuencia de las relaciones sexuales, los problemas para alcanzar el orgasmo, la variedad y el
número de «parejas» (un término no ligado al género), la masturbación, y las preferencias y
aversiones especiales. Es necesario plantear preguntas relativas a la confusión sobre la identidad
sexual, la posibilidad de ser perpetrador o víctima de acoso sexual y la eventualidad de la exposición a infecciones de transmisión sexual. La edad de la primera relación sexual completa y el
número de parejas sexuales puede ayudar a detectar factores de riesgo de cáncer de cuello de útero.
Algunas prácticas declaradas por el paciente (p. ej., coito anal) pueden influir en su evaluación y
en las decisiones de tratamiento.
Esquema de la anamnesis
El esquema ofrecido a continuación es una guía elaborada con el curso del tiempo con ayuda de
múltiples fuentes, formales e informales. No pretende ser rígido y cada profesional puede decidir
cuáles son las necesidades concretas de su paciente y de su estilo de vida. Eche mano también de
viejas fotografías familiares, cámaras digitales, vídeos, libros infantiles y técnicas de visualización
más recientes como complemento, no como sustituto, de lo que aprende en la anamnesis.
Queja principal o motivo para buscar atención. Responde a la siguiente pregunta:
«¿Por qué está usted aquí?». Las preguntas de seguimiento indagan sobre la duración (p. ej.,
«¿Durante cuánto tiempo le ha estado sucediendo esto?» o «¿Cuándo comenzaron los síntomas?»).
Para el registro, deben anotarse la edad, el sexo, el estado civil, las hospitalizaciones previas y la
ocupación del paciente. Tal vez afloren otras dolencias. Una cuestión aparentemente secundaria
podría tener mayor importancia que el motivo principal de preocupación, ya que lo que promueve
la queja principal tal vez tenga su origen en ella. ¿Qué es lo que llevó en realidad al paciente a
buscar atención sanitaria? ¿Era quizá un miedo o preocupación no expresados? Debe explorarse
detenidamente cada indicio sobre el motivo de búsqueda de esta atención (cuadro 1-5).
Antecedentes de la enfermedad o el problema actual. A menudo descubrirá
que es más fácil preguntar al paciente los detalles del problema actual inmediatamente después de
oír cuál es la queja principal; a veces, puede tener valor conocer los antecedentes familiares y médicos
del paciente antes de volver al presente. El orden en concreto que se siga no es de importancia
sustancial. Lo que usted desea es obtener la versión del paciente sin recurrir a preguntas guiadas. El
cuadro 1-6 sugiere muchas de las variables que pueden influir en la versión del paciente.
Una AEA completa incluirá lo siguiente:
◆ Ordenación cronológica de los episodios
◆ Estado de salud justo antes del inicio del problema actual
◆ Descripción completa de los primeros síntomas. La pregunta «¿Cuándo fue la última vez que se
sintió bien?» puede ayudar a definir el momento del comienzo y a aportar una fecha en la cual
podría haber sido necesario dejar de ir al trabajo o al colegio, perderse un suceso planificado
previamente o verse confinado en cama.
◆ Posible exposición a infección, agentes tóxicos u otros riesgos ambientales
◆ Descripción de un ataque típico, incluida su persistencia. Si el problema actual supone ataques
intermitentes separados por un intervalo libre de enfermedad, pida al paciente que describa
un ataque típico (p. ej., inicio, duración, variación en intensidad y síntomas asociados, como
dolor, escalofríos, fiebre, ictericia, hematuria o convulsiones) y las posibles variaciones. Solicite
entonces al paciente que defina los factores que incitan, agravan o alivian el problema como
actividades específicas, posturas, dieta o fármacos.
◆ Impacto de la enfermedad en el estilo de vida habitual del paciente (p. ej., experiencia sexual,
actividad de ocio, capacidad de realizar tareas o de afrontar el estrés); una valoración de la
CUADRO 1-5
Base de la comprensión
A continuación se proponen preguntas cruciales que demuestran la experiencia única de cada
paciente:
• ¿Por qué está ocurriendo esto en la vida de esta persona en particular en este momento?
• ¿En qué se diferencia este paciente de todos los demás?
• ¿Puedo presuponer que lo que en general es válido para otros pacientes es necesariamente
válido para este?
• ¿En qué medida lo anterior se sustenta en mi interpretación última de posibles problemas y
soluciones?
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Capítulo 1 Colaboración con los pacientes: realización de la anamnesis 17
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capacidad de funcionamiento de la forma esperada con una indicación de las limitaciones
impuestas por la enfermedad
◆ Motivo inmediato que instó al paciente a buscar la atención sanitaria, sobre todo si el problema
ha tenido una duración larga
◆ Revisión apropiada y pertinente de sistemas
◆ Fármacos: actuales y recientes, con indicación de la dosis de prescripción y los remedios caseros,
así como aquellos sin receta
◆ Uso de terapias y medicamentos complementarios o alternativos
◆ Una revisión, al final de la entrevista, de la cronología de los episodios, en busca de las confirmaciones y correcciones del paciente. (Si pareciera haber más de un problema, debería repetirse el
proceso para cada problema.)
◆ Un resumen de problemas. En la anamnesis escrita, es útil indicar un número específico de
problemas y un breve título a cada uno de ellos y, en un resumen, enumerarlos en el orden de
importancia aparente (recuerde siempre que este orden puede cambiar).
Antecedentes médicos. Los AM constituyen la base de referencia para la valoración de
la dolencia actual.
◆ Salud y fuerza general
◆ Enfermedades infantiles: sarampión, paperas, tos ferina, varicela, viruela, escarlatina, fiebre
reumática aguda, difteria, poliomielitis
◆ Enfermedades principales como adulto: tuberculosis, hepatitis, diabetes, hipertensión, infarto de
miocardio, enfermedades tropicales o parasitarias, otras infecciones; cualquier hospitalización
no quirúrgica
◆ Vacunaciones: polio; difteria, tos ferina y tétanos; gripe; hepatitis A; hepatitis B; sarampión,
paperas, rubéola; varicela; vacuna del herpes zóster; neumococo; meningococo; virus del papiloma humano; bacilo de Calmette-Guérin (BCG); última prueba de derivado proteico purificado (PPD) u otras pruebas cutáneas; reacciones no habituales a cualquier clase de vacunas o
antisueros (las vacunaciones relacionadas con viajes [p. ej., tifoidea, cólera, fiebre amarilla]
deben considerarse en la circunstancia especial de los destinos)
◆ Cirugía: fechas, hospital, diagnóstico, complicaciones
◆ Lesiones graves y discapacidad resultante, con una documentación completa si el problema
actual tiene una posible relación médico-legal con una lesión
◆ Limitación de la capacidad de funcionamiento según lo deseado como consecuencia de episodios
pasados
◆ Fármacos: pasados, actuales y recientes, incluida la dosis de prescripción y los remedios caseros
y aquellos sin receta (cuando no se mencionan en el problema actual)
◆ Alergias y naturaleza de las reacciones, especialmente a los fármacos, pero también a alérgenos
ambientales o alimentos
CUADRO 1-6
Factores que influyen en la expresión de la dolencia por el paciente
La enfermedad es real. La dolencia es el único camino por el que se expresa una enfermedad
en la persona afectada. Entran en juego una infinidad de variables que pueden provocar
dolencia sin enfermedad:
• Terminación reciente de una relación importante por muerte, divorcio u otros factores de
estrés como trasladarse a una ciudad nueva
• Dolencia o discapacidad física o emocional en miembros de su familia u otras personas
importantes
• Relaciones conyugales o familiares problemáticas
• Problemas y tensiones escolares
• Mala autoimagen
• Consumo de drogas y alcohol
• Mala comprensión de los hechos de un problema físico
• Presión de los compañeros (entre adultos, adolescentes o niños)
• Beneficios secundarios de las quejas por los síntomas (p. ej., respuesta indulgente de la
familia a las quejas, entrega de regalos o comodidades especiales, atención solícita de los
demás, distracción de otros problemas amedrentadores)
A cualquier edad, circunstancias como estas pueden contribuir a la intensidad y a la
persistencia de los síntomas o, al contrario, a la negación de una dolencia objetiva e insistente.
En tal caso, puede indicarse al paciente que busque ayuda o, en otras ocasiones, que la evite.
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18 Capítulo 1 Colaboración con los pacientes: realización de la anamnesis
◆ Transfusiones: reacciones y carácter de las reacciones, fecha y número de unidades transfundidas
◆ Pruebas recientes de cribado (p. ej., colesterol, prueba de Papanicolaou, colonoscopia, antígenos
prostáticos específicos [PSA], mamografía)
◆ Estado emocional: trastornos del estado de ánimo, atención psiquiátrica
Antecedentes familiares
◆ Los parientes consanguíneos en la familia inmediata o extendida con enfermedades con características similares a las del paciente constituyen un foco de atención inmediato. Si alguna
dolencia en particular «corre en la familia», como la enfermedad de las células falciformes,
pregunte por todos los parientes, desde los abuelos a los primos. Un árbol genealógico ayuda
a ilustrar a los miembros de la familia que tienen el trastorno (v. capítulo 26). Unos AF
minuciosos constituyen la esencia de la «medicina genética», y la base genómica de la experiencia de los pacientes es la infraestructura de los AF (Cheng et al., 2008). Determine el estado
de salud y, en su caso, la causa de la muerte de los parientes de primer grado (padres, hijos y
hermanos), con inclusión de la edad del fallecimiento; después, pase a los familiares de segundo
grado (abuelos, nietos, tíos y tías, sobrinos y sobrinas); y posteriormente, a los de tercer grado
(primos). En el árbol genealógico debe haber al menos tres generaciones.
◆ En su lista de asuntos de interés incluya los siguientes: cardiopatía, alta presión arterial, cáncer
(con indicación del tipo), tuberculosis, accidente cerebrovascular, enfermedad de células falciformes, fibrosis quística, epilepsia, diabetes, gota, enfermedad renal, enfermedad tiroidea, asma
u otro trastorno alérgico, formas de artritis, enfermedades de la sangre, infecciones de transmisión sexual, problemas familiares de audición y vista, u otros problemas sensoriales.
◆ En particular, determine si los cánceres han sido múltiples, bilaterales o se han producido más
de una vez en la familia y a una edad temprana (menos de 50 años).
◆ Anote la edad y el resultado de cualquier enfermedad.
◆ Tome nota del sustrato étnico y racial de la familia.
◆ Anote la edad y la salud del cónyuge/pareja del paciente o de los padres del niño.
Antecedentes personales y sociales
◆ Datos personales: lugar de nacimiento y de crecimiento, entorno en casa durante la juventud
(p. ej., divorcio o separación de los padres, clase socioeconómica, sustrato cultural y étnico),
educación, posición en la familia, estado civil, satisfacción general en la vida, aficiones e intereses, fuentes de estrés o esfuerzo
◆ Hábitos: nutrición y dieta; regularidad y pautas de comida y sueño; cantidad de café, té, tabaco,
alcohol; consumo de drogas (p. ej., frecuencia, tipo y cantidad); capacidad de realizar las
actividades de la vida cotidiana (v. «Valoración funcional para todos los pacientes», pág. 29).
(La magnitud del consumo de cigarrillos puede referirse en «años-cajetilla», es decir, el número
de cajetillas al día multiplicado por el número de años, p. ej., 1,5 cajetillas al día×10 años=
15 años-cajetilla.)
◆ Autocuidados: autoexploración de mamas y/o testicular; uso de remedios caseros, productos de
herbolario, naturales, terapias complementarias o alternativas/ejercicio (cantidad y tipo)
◆ Anamnesis sexual: preocupaciones sobre sentimientos y actuación en el terreno sexual, frecuencia de las relaciones sexuales, capacidad de alcanzar el orgasmo, número y variedad de parejas,
métodos anticonceptivos y protección contra enfermedades de transmisión sexual. «Pareja» es
un término sin género, apropiado para las primeras fases de la conversación
INFORMACIÓN CLÍNICA
¿Quién es usted?
No podemos presuponer
cómo se definen los
pacientes a sí mismos en
sentido étnico o cultural sin
preguntárselo. Términos
como «hispanos», «no
hispanos», «negros»,
«blancos», «latinos» y
«asiáticos», entre otras
muchas denominaciones,
están sujetos a múltiples
interpretaciones. El paciente
individual es el último juez.
Basta con preguntarle:
«¿Cómo se ve usted a sí
mismo?», «¿Cómo se
definiría?», «¿Cómo le
califican los demás?».
Práctica basada en evidencias en la exploración física
Realización de la anamnesis
Existen evidencias de que el riesgo de diabetes de tipo 2 o de enfermedad cardiovascular es
detectable en la infancia y de que estas entidades comparten factores de riesgo, como la
obesidad y la dislipidemia. Otros estudios sugieren que estos riesgos pueden reducirse en la
infancia. El riesgo se debe detectar a través de los antecedentes familiares. Los adultos con uno
o más parientes de segundo grado con diabetes o enfermedad cardiovascular tienen un riesgo
elevado de padecerla. Así sucede también con los jóvenes con antecedentes similares. Los
antecedentes familiares ofrecen pistas que pueden llevar a desarrollar estrategias de
prevención.
Tomado de Valdez et al., 2007.
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◆ Condiciones domésticas: alojamiento, estado económico, tipos de muebles (p. ej., alfombras y
cortinas), animales domésticos y salud de los mismos
◆ Ocupación: descripción del trabajo habitual (y del empleo actual, si fuera diferente); lista de cambios
de trabajo; condiciones laborales y horas de trabajo; esfuerzo físico o mental; duración del empleo;
exposición actual y pasada al calor y al frío o a toxinas industriales (especialmente, plomo, arsénico,
cromo, amianto, berilio, gases tóxicos, benceno y policloruro de vinilo u otros agentes carcinógenos
y teratógenos); dispositivos de protección necesarios (p. ej., guantes o mascarillas)
◆ Entorno: viajes y otra exposición a enfermedades contagiosas, residencia en los trópicos, suministro de agua y leche, otras fuentes de infección si fuera aplicable
◆ Registro militar: fechas y zona geográfica de destino
◆ Preferencias religiosas y culturales: cualquier prescripción religiosa relativa a alimentos, atención
médica; necesidades espirituales
◆ Acceso a la atención: transporte y otros recursos disponibles para el paciente, tipo de cobertura
de seguro médico (si existiera), preocupaciones a este respecto, proveedor de atención primaria,
pauta habitual de búsqueda de atención sanitaria, conversación franca sobre estas cuestiones
Revisión de sistemas. Identifique la presencia o ausencia de cuestiones relacionadas con la
salud en cada sistema corporal. No es posible formular todas las preguntas relevantes para cada
sistema y cada vez que se realiza la anamnesis de un paciente dado. No obstante, deben plantearse
muchas, sobre todo en la primera entrevista. En los siguientes capítulos se detallan las preguntas más
extensas para circunstancias concretas en cada sistema. Las respuestas negativas a preguntas de RDS
son tan importantes como las positivas.
◆ Síntomas constitucionales generales: dolor, fiebre, escalofríos, malestar, tendencia a la fatiga,
sudores nocturnos, pautas del sueño, peso (es decir, peso medio, preferido, actual, cambio)
◆ Piel, cabello y uñas: exantema o erupción, prurito, cambio de pigmentación o de textura;
sudoración excesiva, crecimiento anómalo de las uñas o el cabello
◆ Cabeza y cuello:
◆ General: cefaleas frecuentes o eventuales, localización; mareo, síncope, lesiones graves en la
cabeza; períodos de pérdida de conciencia (momentánea o prolongada)
◆ Ojos: agudeza visual, borrosidad, diplopía, fotofobia, dolor, cambio reciente en la apariencia
o la visión; glaucoma; uso de gotas oculares u otros fármacos para los ojos; anamnesis de
trauma
◆ Oídos: pérdida de audición, dolor, supuración, acúfenos, vértigo
◆ Nariz: sentido del olfato, frecuencia de resfriados, obstrucción, epistaxis, secreción posnasal,
dolor sinusal
◆ Garganta y boca: ronquera o cambio en la voz; inflamación frecuente de garganta; hemorragia o inflamación de las encías; abscesos o extracciones dentales recientes; llagas en la
lengua o la mucosa bucal; úlceras; trastorno del gusto
◆ Ganglios linfáticos: hipertrofia, hipersensibilidad, supuración
◆ Tórax y pulmones: dolor relacionado con la respiración, disnea, cianosis, sibilancias, tos, esputo
(carácter y cantidad), hemoptisis, sudoración nocturna, exposición a tuberculosis; fecha y
resultado de la última exploración mediante radiografía de tórax
◆ Mamas: desarrollo, dolor, hipersensibilidad, secreción, masas, galactorrea, mamografías
(cribado o diagnóstico), autoexploración de las mamas
Práctica basada en evidencias en la exploración física
Dejar de fumar
Existen abundantes datos que indican que pacientes que mantienen una relación de confianza
con profesionales de enfermería, médicos u otros profesionales sanitarios responderán
positivamente a consejos sencillos e incluso breves para dejar de fumar. Un grupo de
29 estudios realizados con profesionales de enfermería, 34 con médicos y 18 con especialistas
en el abandono del tabaco proporcionan pruebas estadísticas sólidas que llevan a la misma
conclusión: ofrecer consejos, por mínimos que sean, con respeto y sinceridad, da buenos
resultados. Naturalmente, no todo el mundo responderá positivamente, si bien cualquier
avance es importante. El reto se centra en incorporar las intervenciones para dejar de fumar
en la práctica estándar.
Datos tomados de Lancaster y Stead, 2004; Rice y Stead, 2004; Silagy y Stead, 2004.
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20 Capítulo 1 Colaboración con los pacientes: realización de la anamnesis
◆ Corazón y vasos sanguíneos: dolor o malestar torácico, causas que lo provocan, tiempo y
duración, factores que lo alivian, palpitaciones, disnea, ortopnea (número de almohadas necesarias), edema, hipertensión, infarto de miocardio previo, estimación de tolerancia al ejercicio,
electrocardiogramas u otras pruebas cardíacas previas
◆ Vasculatura periférica: claudicación (frecuencia, gravedad), tendencia a hematomas o hemorragia, trombosis, tromboflebitis
◆ Hematología: anemia, cualquier anomalía conocida de las células sanguíneas
◆ Gastrointestinal: apetito, digestión, intolerancia a cualquier clase de alimento, disfagia, acedía,
náuseas, vómitos, hematemesis; regularidad de evacuaciones intestinales, estreñimiento, diarrea,
cambio en el color o el contenido de las heces (p. ej., color arcilloso, alquitranado, con sangre roja,
con mucosidad, con comida sin digerir); flatulencia, hemorroides; ictericia, historia de úlceras,
cálculos biliares, pólipos, tumor; estudios previos de diagnóstico (dónde, cuándo, hallazgos)
◆ Dieta: apetito, gustos y aversiones, restricciones (p. ej., por religión, alergia u otra enfermedad),
vitaminas y otros suplementos, consumo de bebidas que contienen cafeína (p. ej., café, té y
cola); detalle hora a hora de la ingesta de alimentos y líquidos (a veces puede ser necesario un
diario por escrito que cubra varios días de ingesta)
◆ Endocrino: hipertrofia o hipersensibilidad tiroidea, intolerancia al calor o al frío, cambio inexplicado del peso, diabetes, polidipsia, poliuria, distribución y cambios en el vello facial o corporal, aumento de la talla del sombrero o de los guantes, estrías en la piel
◆ Genitourinario: disuria, dolor en los costados o suprapúbico, urgencia, frecuencia, nicturia,
hematuria, poliuria, orina oscura o con pérdida de color, vacilación, goteo, pérdida en la fuerza
del chorro, evacuación de cálculos; edema de la cara, incontinencia por esfuerzo, hernias,
infección de transmisión sexual (tipo, confirmaciones de laboratorio y tratamiento)
◆ Musculoesquelético: rigidez de las articulaciones, dolor, restricción del movimiento, tumefacción, enrojecimiento, calor, deformidad ósea
◆ Neurológico: síncope, convulsiones, debilidad o parálisis, anomalías de sensación o coordinación, temblores, pérdida de memoria, capacidad de concentración
◆ Psiquiátrico: depresión, cambios en el estado de ánimo, dificultad para concentrarse, ansiedad,
agitación, tensión, pensamientos suicidas, irritabilidad, trastornos del sueño
Mujeres
◆ Menstruaciones: edad de la menarquia, regularidad, duración y cantidad de flujo, dismenorrea,
último período menstrual (UPM), secreción o sangrado intermenstrual, prurito, fecha de última
prueba de Papanicolaou, edad de la menopausia, libido, frecuencia de las relaciones sexuales,
dolor durante el coito, dificultades sexuales, infertilidad
◆ Embarazos: número de gestaciones, hijos vivos, partos múltiples, abortos naturales e inducidos,
duración de los embarazos, tipos de partos, complicaciones durante algún embarazo o el
período posparto o con neonatos; consumo de anticonceptivos orales o de otro tipo
Hombres
◆ Inicio de la pubertad, dificultad en la erección, poluciones, dolor testicular, libido, infertilidad
Preguntas de conclusión. Dé al paciente una oportunidad más: «¿Hay algo más que
quiera decirme?». Si hubiera varias cuestiones en juego, pregunte: «¿Qué problema le preocupa
más?». Cuando las situaciones sean vagas, complicadas o contradictorias, puede ser útil preguntar:
«¿Dónde piensa usted que está el problema?» o «¿Qué es lo que más le preocupa sobre cómo se
siente?».
Adaptaciones según la edad, el sexo
y las posibles discapacidades
Existen preocupaciones generales que son comunes para todos los pacientes, inquietudes particulares compartidas sólo por algunos y ansiedades únicas que son propias de cada individuo.
LACTANTES Y NIÑOS
A los niños les encantará que usted se siente en el suelo a jugar con ellos. Tienen miedos y ansiedad
que es preciso aliviar (fig. 1-3). Hable con ellos, tómelos en brazos y transmítales tranquilidad.
Utilice un lenguaje que no les supere, sin que resulte condescendiente. Cuando sean lo bastante
mayores, déjeles que se expresen plenamente. Los niños de 7 años de edad pueden transmitir con
solvencia los aspectos de su salud (Olson et al., 2007). Cuanto mayor es el niño, más productivo
INFORMACIÓN CLÍNICA
Gemelos o más
Sus pacientes podrían ser
gemelos, trillizos o incluso
más hermanos. Cada uno de
ellos es una persona con
derecho a una consideración
independiente y a una
anamnesis separada. No
olvide dedicar a cada uno su
propio tiempo, y de forma
confidencial.
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Capítulo 1 Colaboración con los pacientes: realización de la anamnesis 21
© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.
resulta dirigirle las preguntas directamente para obtener de él la información. Es común que el
niño mayor y el adolescente se muestren pasivos, a veces incluso un tanto hostiles. Esta actitud tal
vez sugiera que prefieren quedarse a solas con usted, lo cual podría ayudar a realizar una anamnesis
más precisa. Sea proactivo y sugiéralo cuando lo crea necesario.
Durante la realización de la anamnesis se hace evidente la dinámica familiar e incluso pueden
obtenerse pistas sobre los problemas de alguno de los progenitores. Por ejemplo, una madre con
tendencia a llorar y que no disfruta demasiado con su hijo, o que parece absorta, pasiva y no
comunicativa, o incluso hostil, podría estar deprimida. En tal caso, la responsabilidad del profesional va más allá de la observación del niño. Reconozca el problema de la madre y sugiera formas
de ayudarla (Olson et al., 2006). Asimismo, respete las preocupaciones de los padres por sus hijos,
sea cual sea el origen, y haga lo necesario para aliviar su inquietud.
Existen algunos aspectos de la anamnesis relativos al paciente joven que pueden complementar
el enfoque sugerido para los adultos o mostrar variaciones con respecto al mismo. Son los
siguientes:
Motivo principal de consulta. A menudo, uno de los progenitores u otro adulto responsable
(cuadro 1-7) acompaña al niño. Debe anotar cuál es la relación entre ellos. Sin embargo, es preciso
implicar al niño en la mayor medida posible y cuando tenga la edad adecuada. Han de explorarse los
miedos latentes que se ocultan bajo cualquier posible motivo de consulta de los padres y los hijos.
Antecedentes de la enfermedad actual. Es preciso anotar el grado y el carácter de
la reacción ante el problema, tanto por parte del progenitor como del niño.
Antecedentes médicos
◆ Anote los datos de salud y fuerza general: la edad del niño y/o la naturaleza del problema
determinan el enfoque de las preguntas. Salud de la madre durante el embarazo:
◆ Salud general referida por la madre si es posible, naturaleza de los cuidados prenatales,
gravidez, paridad
◆ Enfermedades o dolencias concretas: enfermedad infecciosa (mes de gestación aproximado),
ganancia de peso, edema, hipertensión, proteinuria, sangrado (mes de gestación aproximado), preeclampsia
◆ Fármacos, hormonas, vitaminas, dieta especial o inusual, estado nutricional general
◆ Calidad de los movimientos fetales y tiempo de aparición
◆ Estado emocional y de conducta (p. ej., actitudes hacia el embarazo y los hijos)
◆ Exposición a radiaciones
◆ Consumo de drogas
INFORMACIÓN CLÍNICA
La práctica
de la prevención
Tómese su tiempo para
pensar en la prevención y en
los mejores consejos que
pueda dar en relación con la
prevención cuando hable
con su paciente o con
alguien que le represente.
Por ejemplo, los bebés
deben dormir en posición
supina para evitar el
síndrome de la muerte
súbita del lactante.Y, con
demasiada frecuencia, las
sillas de seguridad de los
niños se utilizan
incorrectamente, cuando se
emplean. Debe garantizarse
su correcto uso.
CUADRO 1-7
Consentimiento por delegación
Los lactantes, los niños y muchos adolescentes son menores. Pueden acudir a su consulta
acompañados por alguien que no sea su padre custodio o su tutor, a menudo un abuelo u otro
miembro de su familia extendida. A veces, su informante podría ser una cuidadora o una niñera o,
en el caso de divorcio y nuevo matrimonio, un padre o padrastro no custodio. ¿Tiene esa persona
el derecho a dar su consentimiento para definir la atención sanitaria que se proporcionará al
niño? Usted debe saberlo. Para adoptar criterios al respecto no ofrecemos directrices generales,
ya que las reglas del consentimiento por delegación no son compatibles entre distintos
territorios. La American Academy of Pediatrics es un recurso válido a este respecto.
Figura 1-3
Entrevista a un niño con su padre.
Como se puede observar, la
entrevistadora se acomoda cerca
del paciente y el niño se siente
seguro en el regazo de su padre.
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22 Capítulo 1 Colaboración con los pacientes: realización de la anamnesis
◆ Parto
◆ Duración del embarazo
◆ Lugar del parto
◆ Parto: espontáneo o inducido, duración, analgesia o anestesia, complicaciones
◆ Alumbramiento: presentación, fórceps, extracción con vacío, parto espontáneo o con
cesárea; complicaciones
◆ Estado del lactante, momento en que lloró, valores del test de Apgar si están disponibles
◆ Peso del lactante al nacer
◆ Período neonatal
◆ Anomalías congénitas; estado del bebé en el hospital, necesidad de oxígeno, color, características de la alimentación, vigor, llanto; duración de la estancia del bebé en el hospital y si
el lactante fue dado de alta con la madre; fototerapia con bilirrubina, prescripciones (p. ej.,
antibióticos)
◆ Primer mes de vida: ictericia, color, vigor del llanto, sangrado, convulsiones u otras evidencias de enfermedad
◆ Grado del primer vínculo: oportunidades al nacer y durante los primeros días de vida para
que los padres tuvieran al lactante, hablaran con él y lo cuidaran (es decir, oportunidades
para que el padre y la madre iniciaran una relación y comenzaran a establecer un vínculo
con el bebé)
◆ Sentimientos de la madre: pérdida de la risa; ansiedad no razonable o sensación de pánico;
llanto y tristeza excesivos; desasosiego; sentimientos de culpa; ideas suicidas. Estas pistas en
solitario, pero más a menudo de forma combinada, pueden estar relacionadas con una
depresión posparto
◆ Alimentación
◆ Biberón o lactancia materna, motivos para el cambio, si existen; tipo de leche de fórmula
utilizada y forma de preparación, cantidades ofrecidas y consumidas; frecuencia de alimentación y ganancia de peso
◆ Dieta actual y apetito; edad de introducción de sólidos; edad en que el niño llegó a hacer tres
comidas al día; pautas de alimentación actuales, con indicación de posibles problemas relacionados con la misma; edad del destete del biberón o de la lactancia materna; tipo de leche
e ingesta diaria; preferencia de alimentos; capacidad de comer solo; variantes culturales
◆ Desarrollo: normalmente se utilizan puntos clave de desarrollo. La lista debe ampliarse cuando
esté indicado. Los padres pueden tener libros de bebé, que les sirvan como recordatorio, o
también fotografías
◆ Edad en que el niño pudo hacer lo siguiente:
Sujetar la cabeza erecta en posición sentada
Rodar de delante a atrás o al revés
Sentarse solo y sin apoyos
Sujetarse de pie con apoyo y solo
Andar con apoyo y solo
Usar palabras
Pronunciar frases
Vestirse solo
◆ Edad en que aprendió las pautas de higiene del baño: enfoques y actitudes sobre cómo
enseñar al niño las mismas
◆ Colegio: curso, rendimiento, problemas
◆ Dentición: edad del primer diente, pérdida de los dientes de leche, erupción de los primeros
dientes permanentes
◆ Crecimiento: altura y peso en una secuencia de edades; cambios en los ritmos de crecimiento o de ganancia de peso
◆ Desarrollo puberal: situación actual. En las chicas, desarrollo de las mamas, de los pezones,
del vello púbico, de la menstruación (inicio, ciclo, regularidad, dolor, descripción de menstruaciones), de acné; en los chicos, desarrollo de vello púbico, de cambios en la voz, de acné,
de poluciones nocturnas
◆ Enfermedades: vacunaciones, enfermedades transmisibles, lesiones, hospitalizaciones
Antecedentes familiares
◆ Anamnesis gestacional materna que recoja todos los embarazos junto con el estado de salud de
los hijos vivos
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◆ En cuanto a hijos fallecidos, incluya la fecha, la edad, la causa de la muerte, y las fechas y la
duración de los embarazos en caso de abortos espontáneos
◆ Salud de la madre durante los embarazos y edades de los padres en el parto de este niño
◆ ¿Tienen los padres relación de consanguinidad? De nuevo, servirá de ayuda un árbol genealógico
(v. capítulo 26)
Antecedentes personales y sociales
◆ Estado personal: cuidado del niño o adaptación escolar, masturbación, hábito de morderse las
uñas, de chuparse el pulgar, de contener la respiración, rabietas, pica, tics, rituales; enuresis,
estreñimiento o manchas fecales en los pantalones; costumbre de jugar con fuego; reacciones
ante enfermedades, lesiones u hospitalizaciones anteriores
◆ A menudo es útil un relato de un día normal en la vida del paciente (en versión del progenitor,
el niño o ambos) para ofrecer una visión en profundidad. El cuadro 1-8 resalta las necesidades
especiales de los niños adoptados o en acogida
◆ Circunstancias familiares: ocupación del padre y de la madre, principales cuidadores del niño,
posible divorcio o separación de los padres, nivel educativo de los mismos; orientación espiritual; legado cultural; preparación de la comida y por parte de quién; adecuación de la ropa;
dependencia de una organización de ayuda o apoyo social
◆ Disposición de la casa: número de habitaciones y de personas en la vivienda; hábitos de sueño,
organización para dormir que sigue el niño, posibles riesgos ambientales
Revisión de sistemas. Además de las preocupaciones habituales, pregunte sobre cualquier
prueba médica o psicológica pasada realizada al niño (cuadro 1-9). Indague sobre lo siguiente:
◆ Piel: eccema, seborrea, «costra láctea»
◆ Oídos: otitis media (frecuencia, lateralidad)
◆ Nariz: ronquidos, respiración por la boca, reacción alérgica
◆ Dientes: cuidado dental
◆ Genitourinario: enuresis
Adolescentes
La adolescencia, el tiempo durante el que transcurre la segunda década de la vida desde la pubertad
a la madurez, es diferente de la infancia y la edad adulta en términos físicos y psicosociales (Ellen,
2004). Es un tiempo de vulnerabilidad por una tendencia al experimento con conductas de riesgo
de morbilidad y mortalidad potenciales. Los adolescentes pueden ser reacios a hablar y tener una
clara necesidad de confidencialidad. Incluso a veces podría ser necesario confirmar que puedan
existir leyes estatales o federales que controlen el grado de confidencialidad en ciertas circunstancias, como embarazo, aborto y consumo de drogas.
Si está presente algún progenitor, salude primero al paciente. Al principio es útil hablar de lo
que sucede en las experiencias cotidianas del paciente. No fuerce la conversación, ya que los
CUADRO 1-8
Adopción y acogida
Los pacientes que son adoptados o viven en régimen de acogida no pueden tener disponible
una anamnesis suficiente.Aprenda lo máximo que pueda. Nuestro esquema para la realización
de la anamnesis es un punto de partida y debe rellenarse con una exploración de las
circunstancias que condujeron a la adopción o a la acogida. Proceda a la misma con cuidado.
Algunos padres adoptivos tal vez no se lo hayan dicho todavía a sus hijos. Deben explorarse las
dificultades de los padres adoptivos mientras buscaban un niño, el proceso de adopción, el país
de origen del adoptado y las preocupaciones especiales de todas las personas implicadas.
Las necesidades de los niños en acogida varían considerablemente con respecto a las de los
adoptados. La anamnesis puede recibirse de un trabajador social, y las cuestiones que tal vez
se encuentren pueden diferir notablemente en variedad e intensidad. Los padres de acogida
tienen una experiencia diversa, y los niños en acogida a menudo han vivido en más de un
hogar. En todos los casos, el proceso de separación de sus padres se acompañó de
circunstancias sociales difíciles. La probable falta de estabilidad y seguridad y un conocimiento
incompleto de las enfermedades pasadas u otros trastornos hacen más difícil conocer la gama
completa de las necesidades urgentes y complejas del niño.
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adolescentes no responden fácilmente a la confrontación. Por otra parte, a menudo usted sentirá
la necesidad de hablar y tendrá dificultades para conseguir que el adolescente le responda. Los
silencios pueden ser largos, a veces huidizos, en ocasiones airados y no siempre constructivos. Es
útil tener a mano algunas tarjetas con temas comunes para los adolescentes anotados en ellas
(v. cuadro de Mnemotecnia, «Cuestiones para adolescentes»). Simplemente pida al paciente que mire
las tarjetas y que indique en silencio cuáles de ellas tienen que ver con su preocupación actual.
Después podría formular las preguntas apropiadas y hacer una transición hacia una conversación
verbal razonablemente cómoda. Adopte un enfoque abierto, con una indicación permanente de
un sentido de alianza y de colaboración (Ellen, 2004).
El grupo de compañeros y el deseo de integrarse en él asumen un papel dominante durante la
adolescencia media. Comienza la experimentación con conductas de riesgo, y son comunes las
discusiones frecuentes con los padres. Una toma de decisiones inmadura puede conducir a
experiencias destructivas que cambian la vida y a malos hábitos para el futuro. Durante la adolescencia tardía, está llegando la edad adulta y normalmente tiene lugar una consideración más
ponderada de las consecuencias, junto con un sentido más seguro del yo y una capacidad para
establecer relaciones íntimas y empezar a planificar una carrera profesional.
En esencia, las eternas preguntas, «¿Quién soy yo?» y «¿Adónde voy?», se sitúan en el centro
mismo de la experiencia adolescente. La adopción de conductas de riesgo depende de diversos
factores:
◆ Presión de los compañeros
◆ Relajación del vínculo con los padres
◆ Bajo rendimiento académico
◆ No participación en actividades escolares extracurriculares
◆ Baja autoestima
◆ Necesidad de actuar como los mayores
◆ Susceptibilidad ante la publicidad
Estas cuestiones pueden hacer difícil superar la barrera impuesta por la edad en los cuidados
del adolescente. Haga un uso generoso de preguntas abiertas, y no fuerce a hablar al paciente.
A veces puede servir de ayuda darle la oportunidad de escribir lo que le preocupa o concederle la
opción de presentar sus inquietudes por escrito y en silencio. Para repetir, puede ofrecerse un
grupo de tarjetas con temas escritos con la sugerencia de que seleccione las que el adolescente
desea introducir en la conversación. En la consulta de uno de los autores, y de muchos profesionales que atienden a adolescentes, han tenido éxito los siguientes temas:
MNEMOTECNIA
Cuestiones para
adolescentes
HEEADSSS
• Entorno en el Hogar
• Educación y empleo
• Alimentación (Eating)
• Actividades (con los
compañeros), afectos,
ambiciones, enfados
• Fármacos (Drugs)
• Sexualidad
• Suicidio/depresión
• Seguridad frente a
lesiones y violencia
PACES
• Padres, compañeros
• Accidentes, alcohol/
fármacos
• Cigarrillos
• Cuestiones Emocionales
y escuela
• Sexualidad
Nota: HEEADSSS y
PACES son instrumentos de
cribado y no sustituyen
nunca a una conversación
franca en una relación de
confianza.
Tomado de Goldenring and
Rosen 2004; DiFrancesco, 1992.
Reimpreso con autorización a
partir de Contemporary Pediatrics,
vol 12, 2004, pp 64-90.
Contemporary Pediatrics es una
publicación con derechos de
propiedad intelectual de
Advanstar Communications Inc.
Todos los derechos reservados.
CUADRO 1-9
Violencia o episodios traumáticos en la infancia
Presenciar o sufrir violencia o lesiones es un hecho de la vida común de muchos e interpone
una barrera para un crecimiento y desarrollo apropiados. Hable sobre el episodio de una
forma abierta, sencilla y directa:
• ¿Puedes decirme lo que sucedió?
• ¿Qué es lo que viste? ¿Qué es lo que oíste?
• ¿Qué es lo que más miedo te dio?
• ¿Qué estabas haciendo cuando sucedió?
• ¿Has soñado alguna vez con ello?
• ¿Piensas en ello durante el día?
• ¿Te inquieta que pueda volver a suceder?
• ¿Con quién hablas cuando te sientes preocupado o asustado?
• ¿Por qué crees que sucedió?
Para el niño mayor y el adolescente:
• ¿Cómo piensas que ha cambiado tu vida?
Estas preguntas no tienen carga de valores y no resultan demasiado restrictivas. El niño
tiene libertad de hablar si el profesional acepta cómodamente los silencios que pueden
producirse con cierta frecuencia. Los padres también pueden responder a las mismas preguntas
para rellenar la historia, y entonces podrá saber cómo afrontan esa circunstancia y qué es lo
que observaron en la conducta del niño.
Modificado de Augustyn et al., 1995.
Reproducido con autorización a partir de Contemporary Pediatrics, vol. 12, 1995. Contemporary Pediatrics es
una publicación con derechos de propiedad intelectual de Advanstar Communications Inc. Todos los
derechos reservados.
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◆ Enuresis
◆ Dolor menstrual
◆ Preocupación por la altura o el peso: demasiado bajos, muy altos, con poco peso, con
sobrepeso
◆ Preocupación por el tamaño de los pechos: demasiado grandes, muy pequeños
◆ Preocupación por el tamaño del pene: demasiado pequeño
◆ Preocupación por el embarazo
◆ Preocupación por la preferencia sexual
◆ ¿Sexo? ¿Está o no preparado?
◆ Virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), sida
◆ Juego
◆ Hábito de fumar
◆ Consumo, a veces abusivo, de drogas
◆ Actitudes y exigencias de los padres
◆ Amigos y sus presiones
◆ Colegio: no rendir bien, exceso de trabajo
◆ ¿Qué voy hacer con mi vida?
◆ Pensamientos sobre la muerte
Todas estas son cuestiones muy densas que exigen un esfuerzo de conversación pero requieren
sensibilidad, conocimiento del lenguaje adolescente y una aproximación no forzada si se quiere
establecer confianza (cuadro 1-10).
Al principio, tal vez no se consigan resultados, si bien existen abundantes pruebas de que la
persistencia por parte del profesional sirve de ayuda (Borowsky et al., 2001). La flexibilidad, el
respeto y la confidencialidad son factores clave; por lo demás, se obtendrá una conversación
productiva escasa. En ocasiones, el paciente podría pedir hablar con alguien de su mismo sexo,
lo cual debería facilitarse si fuera posible.
Una estructura para entrevistas de exploración con adolescentes sería la siguiente:
◆ «¿Cómo van las cosas en casa?» «Háblame de la situación general en que vives». No presuponga
una estructura familiar tradicional. No pregunte directamente sobre quién más vive en la casa.
La pregunta abierta al principio puede llevar a obtener mayores detalles más adelante.
◆ «¿Cómo van las cosas en el colegio?» «¿Estás trabajando bien?» «¿Qué es lo que más te gusta
del colegio?» «¿Qué es lo que no te gusta?» Seguramente escuchará hablar más de los quehaceres
fuera del colegio y de ideas sobre el futuro cuando el paciente se acerque a los 20 años de
edad.
◆ «Háblame de tus amigos.» «¿Adónde vas cuando sales con ellos?» «¿Qué hacéis juntos?» «¿Con
qué grupos vas?»
◆ «¿Juegas con el ordenador?» «¿Tocas algún instrumento o practicas otras actividades en
solitario?»
Las conversaciones abiertas sobre el hogar, el colegio, los trabajos y los amigos pueden sugerir los
ámbitos que más problemáticos resultan para el adolescente (p. ej., sexo, drogas e ideas suicidas).
CUADRO 1-10
Necesidad de confidencialidad
Al editor: estoy escribiendo para expresar mis preocupaciones sobre el modo en que entiendo
que debe ser una práctica estándar de médicos que tratan con menores. Recientemente, fui
ingresado en un hospital para someterme a cirugía. Antes de la intervención, el anestesista se
reunió conmigo (tengo 16 años) y con mis padres para revisar el procedimiento. En ese
momento, me preguntó si consumía drogas, si fumaba o si bebía alcohol. Por suerte, mis
respuestas dejaron tranquilos a mis padres y a mi médico.
Esta aparente formalidad podría demostrar que habría sido muy peligroso que un
adolescente que consumiera drogas, bebiera o fumara no hubiera podido ser sincero con el
médico mientras los padres lo escuchaban. Los muchachos tienen el mismo derecho a la
confidencialidad del paciente que los adultos. Sugiero que los médicos revisen sus prácticas, de
manera que los menores puedan hablar con ellos en privado, para garantizar que puedan
tomarse las precauciones de seguridad apropiadas durante la cirugía.
Tomado de Levin, 1990.
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26 Capítulo 1 Colaboración con los pacientes: realización de la anamnesis
No siempre es fácil conseguir una conversación fluida, ya que el adolescente está pasando de la
dependencia a la independencia, de los padres al grupo de amigos y, finalmente a sí mismo, pero
seguramente usted podrá ayudarlo (Friedman, 2006).
MUJERES GESTANTES
La atención durante el período prenatal depende del compromiso de la mujer con su salud y con
la del feto, en colaboración con el profesional sanitario. En su relación con el embarazo influyen
numerosos factores, como experiencias anteriores en la crianza de los hijos; su relación con su
propia madre y otras personas importantes en su vida; su deseo de tener hijos; y las circunstancias
de su vida actual. La interacción de la madre con el feto aumenta la complejidad de la atención.
En la entrevista inicial se deben incluir las anamnesis anteriores, la valoración de las prácticas de
salud, la identificación de posibles factores de riesgo y la valoración del conocimiento, las expectativas y las percepciones de la paciente en cuanto afectan a su embarazo.
Muchos proveedores e instituciones de atención sanitaria utilizan formularios preimpresos de
anamnesis (p. ej., el Antepartum Record del American College of Obstetricians and Gynecologists).
Estos formularios normalizados pueden crear cierta distancia entre el cuidador y la paciente. Si
los utiliza, salve esta distancia hablando confortablemente y durante suficiente tiempo con la
paciente, especialmente acerca de sus expectativas y preocupaciones. Naturalmente, habrá mucho
«tacto físico» conforme avance el embarazo.
Información básica. Se incluye la siguiente información:
◆ Edad de la paciente, etnia
◆ Estado civil, pareja o relación
◆ Último período menstrual (UPM)
◆ Período menstrual anterior habitual/normal (PMAH o PMAN)
◆ Fecha esperada del parto (FEP)
◆ Ocupación
◆ Padre del bebé y ocupación
Antecedentes de la enfermedad o el problema actual. Se obtiene una descripción del embarazo actual, y se identifica la atención médica anterior. Se presta atención a
problemas concretos (p. ej., hemorragias o manchas de sangre, náuseas, vómitos, fatiga o edema).
Se incluye información sobre enfermedades, lesiones, intervenciones quirúrgicas o accidentes u
otras lesiones desde la concepción.
Antecedentes obstétricos. La información sobre todos los embarazos anteriores (gravidez y paridad) comprende la fecha del parto; la duración del embarazo; el peso y el sexo del lactante
o de los lactantes; el tipo de parto (p. ej., vaginal espontáneo; cesárea y tipo de cicatriz; se necesita
evaluar el estado de la cicatriz en aquellas mujeres que intenten un parto vaginal después de una
cesárea); o aborto espontáneo, terapéutico o electivo y tipo de procedimiento; duración del parto;
y complicaciones en el embarazo o el parto, el posparto o con el lactante (v. capítulo 26).
Antecedentes menstruales. Además de la información anterior, se deben anotar la edad
en que se produjo la menarquia, las características del ciclo, los sangrados no habituales y otros
síntomas asociados. Si se conocen, se incluirán las fechas de ovulación y concepción, y el uso de
anticonceptivos antes o durante la concepción.
Antecedentes ginecológicos. Debe registrarse la fecha de la prueba de Papanicolaou más
reciente y de prueba del virus del papiloma humano (VPH), junto con cualquier historia de anomalías, tratamientos o cirugía ginecológica. Una anamnesis sexual incluye la edad del primer coito
y si fue consensuado, el número de parejas sexuales, los métodos de sexo seguro, la orientación de
la pareja, y, si se trata de una menor, la edad de la pareja. Se ha de obtener información relativa a
los tipos de anticonceptivos utilizados y al motivo para dejar de usarlos, junto con planes para su
empleo después del parto. Debe explorarse cualquier anamnesis de infertilidad y de exposición a
dietilestilbestrol (DES). Si ha existido algún episodio de infecciones de transmisión sexual, debe
hablarse del tipo de las mismas, de las fechas en que se produjeron, de los tratamientos y de las
complicaciones. Cualquier historia de agresión sexual ha de ser objeto de una atención minuciosa.
Antecedentes médicos. Se obtiene la misma información identificada anteriormente para
adultos, con el añadido de factores de riesgo en cuanto a VIH, hepatitis, tuberculosis y exposición
a riesgos ambientales y laborales. Una madre que sufrió retraso del crecimiento intrauterino
(RCIU) transmite este factor de riesgo a sus hijos (Klebanoff et al., 1997).
Antecedentes familiares. Además de la información obtenida anteriormente, se obtienen
los AF de trastornos genéticos, partos múltiples, diabetes gestacional, preeclampsia/eclampsia o
hipertensión inducida por el embarazo (HIE), y/o anomalías congénitas.
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Antecedentes personales y sociales. La información adicional es la relativa a los sentimientos hacia el embarazo, si fue premeditado, la consideración de la adopción o el aborto, la preferencia por el sexo del bebé, los recursos sociales y espirituales, las experiencias con la maternidad
(como madre y como hija), la experiencia y los planes sobre el parto y la lactancia materna, y la
historia de abusos pasados o presentes en las relaciones (violencia doméstica).
Revisión de sistemas. Los efectos del embarazo se observan en la totalidad de los sistemas;
por tanto, se revisan todos, aunque se presta una atención especial al reproductor (incluidas las
mamas) y al cardiovascular (si es posible, con documentación de la presión arterial antes del
embarazo). Se valora el sistema endocrino en busca de signos de diabetes y disfunción tiroidea.
El tracto urinario se valora en busca de infección, y se revisa la función renal. También se examina
la función respiratoria, porque puede verse comprometida más adelante en el embarazo o con el
tratamiento tocolítico para partos pretérmino. También es necesario evaluar la higiene dental,
dada la posible relación entre higiene deficiente y partos pretérmino.
Valoración del riesgo. La valoración del riesgo comprende la identificación en la anamnesis y la exploración física de aquellas condiciones o circunstancias que amenazan el bienestar
de la madre y/o del feto. Entre ellas se encuentran la diabetes materna, el parto pretérmino, la
preeclampsia/eclampsia, la malnutrición materna y la deficiencia de vitaminas, así como la utilización de agentes potencialmente teratógenos, como el litio y el ácido valproico.
Posparto. La depresión posparto se da aproximadamente en una de cada ocho mujeres después
del parto. Las pistas son similares a las de depresión en otras circunstancias: estado de ánimo triste,
ansiedad excepcional, sensación de agitación, insomnio, pérdida de apetito, fatiga, sentimientos de
inutilidad, sentido de culpa inapropiado e ideas suicidas. Un grupo simultáneo de estos síntomas
debe sugerir fuertemente la necesidad de valoración por depresión posparto (Wisner et al., 2002).
ADULTOS MAYORES
Con la edad se produce un cambio en el conocimiento, la experiencia, las capacidades cognitivas
y la personalidad (cuadro 1-11). Es primordial comprender estos cambios y prever el efecto que
pueden tener en la entrevista. Sin embargo, es igualmente importante saber valorar que no todos
los adultos experimentan los mismos cambios, que no se producen a igual ritmo, y que algunas
aptitudes no pueden disminuir con la edad. Así pues, las edades fisiológica y cronológica pueden
ser diferentes.
Algunos adultos mayores pueden tener pérdidas sensoriales, por ejemplo, en la audición, lo
que dificulta la comunicación. Colóquese de manera que el paciente pueda verle la cara. Hable
con claridad y lentamente, con cuidado de no retirar la cabeza mientras habla. Si grita, agravará
el problema, al distorsionar las consonantes y las vocales. En algunos casos, una entrevista por
escrito puede llegar a ser, en último caso, menos frustrante. Si esta fuera necesaria, incluya sólo
preguntas pertinentes, ya que esta forma de trabajar puede resultar tediosa y agotadora. La pérdida
de visión y la adaptación a la luz y a la oscuridad suponen un problema en los formularios por
escrito de la entrevista. Asegúrese de que los impresos son grandes y de que hay suficiente iluminación con una fuente que no deslumbre ni se refleje en los ojos.
CUADRO 1-11
Competencia
Los pacientes o sus representantes tienen derecho a decidir la extensión de los cuidados que
aceptarán bajo la orientación del profesional. Muchos pueden haber perdido la capacidad de
tomar decisiones competentes relevantes. Para poder hacerlo y ser capaces de ofrecer su
consentimiento, deben estar bien informados sobre lo que se les propone y tener la capacidad
de actuar voluntariamente. La competencia es difícil de definir, y no existe un consenso
extendido entre los profesionales sanitarios. La dificultad se agrava por el hecho de que la
capacidad de ser competente puede fluctuar de una hora a otra o de un día a otro, según la
edad y las circunstancias físicas/emocionales. A menudo es necesario buscar ayuda consultiva
para decidir la situación del paciente. La ley de cada estado puede requerirlo y, en último caso,
tal vez sea un juez el que deba decidir sobre la incompetencia legal. Appelbaum ha resaltado
los criterios relevantes. Advertencia: el paciente que esté en desacuerdo con usted no será
necesariamente incompetente, ni el que esté de acuerdo será necesariamente competente.
Tomado de Appelbaum, 2007; Janofsky et al., 1992.
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28 Capítulo 1 Colaboración con los pacientes: realización de la anamnesis
Asimismo, algunos adultos mayores pueden mostrar confusión o sufrir pérdida de memoria,
especialmente en caso de episodios recientes. Tómese todo el tiempo adicional necesario. Haga
preguntas cortas (pero no guiadas), y mantenga un lenguaje no complicado y sin usar dobles
negaciones. Consulte con otros miembros de la familia para aclarar las discrepancias o para
rellenar los huecos. Por otra parte, el paciente mayor tiene una experiencia que puede ser una rica
fuente de sabiduría y perspectiva. Escuche lo que dice.
La anamnesis es más compleja y cada vez más sutil en problemas crónicos, progresivos y
debilitantes que se solapan con el envejecimiento. Sus síntomas pueden ser menos espectaculares,
vagos o inespecíficos. A veces, el único indicio de un problema importante es la confusión. El
dolor puede referirse de forma poco fiable porque, con la edad, su percepción varía con respecto
a lo esperado. Por ejemplo, el dolor agudísimo asociado normalmente a una pancreatitis puede
percibirse como un dolor sordo, y el infarto de miocardio, cursar sin ningún dolor. Algunos
pacientes quizá no comuniquen los síntomas porque los atribuyen a la edad o porque creen que
no puede hacerse nada. Tal vez hayan vivido con un trastorno crónico durante tanto tiempo que
lo han asimilado como parte de lo que esperan de la vida cotidiana.
Los problemas múltiples que necesitan diversos fármacos elevan el riesgo de trastornos yatrógenos. Se necesita una anamnesis del tratamiento médico con atención a las interacciones farmacológicas, a las enfermedades y al envejecimiento para medicamentos con y sin receta, así como
para preparaciones de herbolario. Es especialmente útil hacer que los pacientes (de todas las
edades) lleven consigo envases de los fármacos que toman. Los que presenten necesidades farmacológicas complejas o varios proveedores deben utilizar preferiblemente una única farmacia, de
manera que la base de datos informática disponible para el farmacéutico pueda resaltar las interacciones entre fármacos.
Aunque apropiada a cualquier edad cuando exista una discapacidad aparente, la valoración
funcional debe incluirse de modo sistemático como parte de la anamnesis de pacientes mayores
(v. cuadro «Valoración funcional para todos los pacientes» y los capítulos individuales con valoración funcional específica de los sistemas). Las preguntas relativas a la capacidad de cuidar de las necesidades cotidianas de cada persona forman parte de la RDS. Los antecedentes sociales y personales
deben incluir otras dimensiones de capacidad funcional, como recursos sociales, espirituales y económicos; actividad recreativa; pautas de sueño; control ambiental; y utilización del sistema de atención sanitaria. El mantenimiento de la función es una preocupación de primer orden entre los
ancianos.
Para todas las edades, un deterioro cognitivo que prive al paciente de la capacidad de sumarse
al proceso de toma de decisiones subraya la necesidad de dar instrucciones previas sobre la
atención sanitaria. Estas documentan los deseos del paciente en relación con los medios extraordinarios de soporte vital (p. ej., ventilación asistida y sondas de alimentación). Debe complementarse mediante la designación de un representante (p. ej., cónyuge, hijo, hermano u otra persona
con una relación cercana) que esté en posesión de un poder notarial duradero y ejecutado
legalmente en relación con la atención sanitaria. Es mejor considerar estas cuestiones antes de
llegar a momentos críticos. Sea consciente de las reglas específicas que rijan sobre ellas en el
territorio en el que usted ejerce. Si estos pasos no se han adoptado todavía, debe valorar las
necesidades del paciente y ser proactivo en su vigilancia.
Fragilidad. La fragilidad tiene su comienzo con la pérdida de la reserva física y el aumento en
el riesgo de pérdida de funcionamiento físico e independencia. Su prevalencia aumenta con la
edad, especialmente pasados los 80 años. Fried et al. (2001, 2004) la han caracterizado como un
estado en el cual puede producirse debilidad muscular, fatiga, descenso en la actividad, marcha
lenta o inestable y pérdida no intencionada de peso, y existe fragilidad cuando tres o más de estos
hallazgos pueden considerarse ciertos. La presencia de una o dos de estas características sugieren
un estado intermedio, y plantea la posibilidad de que la fragilidad sobrevenga en unos años. Otra
posible definición sugiere que un paciente es frágil si necesita ayuda en dos o más de las actividades
de la vida cotidiana. Con independencia de ello, la fragilidad no es necesariamente consustancial
a la edad. La fragilidad en sí misma es considerada por algunos expertos como una enfermedad
independiente de la comorbilidad (más de un trastorno crónico al mismo tiempo) y de la discapacidad (dificultad o dependencia para hacer lo necesario para sostener la vida diaria, las funciones
esenciales del cuidado de uno mismo y, si fuera necesario, la posibilidad de vivir solo) (cuadro 1-12).
Incluya la valoración funcional sistemáticamente para el adulto mayor, el enfermo crónico y el
paciente que presente discapacidad física o emocional (v. cuadro «Valoración funcional para todos
los pacientes», pág. 29) (Fried et al., 2001, 2004; Kolata, 2002).
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Capítulo 1 Colaboración con los pacientes: realización de la anamnesis 29
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Valoración funcional
Valoración funcional para todos los pacientes
Expresado en términos sencillos, la valoración funcional es un intento de comprender la
capacidad de un paciente de lograr realizar las actividades básicas de la vida cotidiana. Debe
pensarse lo mismo de cualquier persona limitada no sólo por la edad sino también por una
enfermedad o discapacidad, ya sea aguda o crónica. Una anamnesis bien realizada y una
exploración física meticulosa pueden hacer aflorar influencias sutiles, como el tabaco y el
consumo de alcohol, los hábitos sedentarios, la incorrecta selección de la comida, el uso
excesivo de fármacos con o sin receta y el sufrimiento emocional no evidente. Incluso algunas
limitaciones físicas pueden no ser fácilmente visibles (p. ej., limitaciones de capacidad cognitiva
o de los sentidos).
Si la edad avanzada o algún otro factor es un elemento que contribuye al problema, su
valoración debe moderarse por el hecho de que los pacientes suelen exagerar sus capacidades
y, con bastante frecuencia, ocultan la realidad.
Así pues, para el adulto mayor, y para las personas con limitaciones por enfermedad u otro
deterioro, se han de considerar diversas discapacidades: físicas, cognitivas, psicológicas, sociales
y sexuales. El sistema de apoyo social y espiritual del individuo debe comprenderse de forma
tan clara como las discapacidades físicas. Existen numerosas discapacidades físicas diferentes,
como son:
• Movilidad
Dificultad para recorrer caminando distancias estándar: 300 m, 2 o 3 manzanas, media
manzana, cruzar una habitación
Dificultad para subir y bajar escaleras
Problemas con el equilibrio
• Funcionamiento de las extremidades superiores
Dificultad para asir objetos pequeños o abrir frascos
Dificultad para alcanzar cosas alejadas o por encima de la cabeza, como algo en una
estantería
• Labores domésticas
Pesadas (pasar la aspiradora, fregar los suelos)
Ligeras (limpiar el polvo)
Preparación de la comida
Compras
Uso de fármacos
Manejo del dinero
• Actividades instrumentales de la vida diaria
Bañarse
Vestirse
Lavarse y acicalarse
Moverse de la cama a la silla, de la silla a estar de pie
Comer
Caminar dentro de casa
Cualquier limitación, aunque sea ligera, en cualquiera de estos ámbitos afectará a la
independencia y a la autonomía del paciente y, según la medida de la limitación, aumentará la
dependencia de otras personas o de dispositivos de asistencia. Estas limitaciones indican la
pérdida de reserva física y la pérdida potencial de función física e independencia, lo que indica
el inicio de la fragilidad. El sistema de apoyo social del paciente y los recursos materiales son,
por tanto, parte integral en el desarrollo de planes de tratamiento razonables.
Modificado de Fried, 1992; y Fried et al., 2001, 2004.
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30 Capítulo 1 Colaboración con los pacientes: realización de la anamnesis
Figura 1-4
Entrevista a un paciente con una
discapacidad física. Como se
observa, el entorno está
despejado de objetos; cerciórese
de que un paciente en silla de
ruedas tiene espacio suficiente
para maniobrar.
CUADRO 1-12
A cualquier edad: necesidad de cuidados paliativos
El término cuidados paliativos implica el tratamiento extenso de las necesidades físicas, emocionales,
sociales y espirituales de aquellos pacientes, sus familiares y otras personas importantes en su vida
con condiciones vitales limitadas. Comprende el control del dolor, una planificación de cuidados
por anticipado y el apoyo en el duelo. El objetivo es conseguir la mejor calidad de vida posible en
un momento en que la vida misma está amenazada y el duelo es inevitable. Si usted determina que
es necesario, puede plantear algunas de las siguientes preguntas:
• ¿Tiene el paciente una enfermedad que ponga en peligro su vida o la limite?
• ¿Le sorprendería que el paciente muriera en los próximos 6 a 12 meses?
• ¿Ha aumentado la frecuencia de hospitalización en los últimos 6 a 12 meses?
• ¿La frecuencia de visitas clínicas ha aumentado debido al curso de la enfermedad?
• ¿Ha existido un cambio o un deterioro en la intensidad del dolor del paciente, su energía, su
estado funcional, su función respiratoria, su estado mental u otros aspectos de la calidad de vida?
• ¿El paciente o sus familiares han expresado alguna preocupación sobre el plan de tratamiento?
• ¿Existe algún conflicto entre la familia o el equipo de atención sanitaria sobre los objetivos
de los cuidados?
Una respuesta positiva a alguna o a la totalidad de estas preguntas sugeriría intensamente la
necesidad de cuidados paliativos. Las numerosas cuestiones —físicas, culturales, éticas, legales,
espirituales y psicosociales— indican la necesidad de una planificación anticipada y la previsión
de un período de duelo.
Modificado a partir de una conferencia y de las notas de Cynda Rushton y Nancy Hutton,The Johns Hopkins
Hospital, March 31, 2004.
CUADRO 1-13
Tipos de anamnesis
No siempre es necesaria una anamnesis «completa». Quizá usted conozca ya al paciente muy
bien y pueda haber estado pensando en el problema durante un cierto tiempo. Por tanto,
ajuste su enfoque a la necesidad del momento. Hay variantes:
• La anamnesis completa le permite familiarizarse en profundidad con el paciente en la
medida de lo posible. Con mucha frecuencia, esta anamnesis se registra la primera vez que
el profesional ve al paciente.
• La anamnesis inventarial está relacionada con la completa, pero no la sustituye. Trata los
mismos puntos principales sin entrar en detalle. Es útil cuando se necesita obtener una
«impresión» de la situación; la realización completa de la anamnesis se realizará en más de
una sesión.
• La anamnesis centrada en el problema se lleva a cabo cuando el problema es agudo y
posiblemente ponga en peligro la vida del paciente, lo que exige unos cuidados inmediatos,
de tal manera que se preste toda la atención a la necesidad del momento.
• La anamnesis provisional está pensada para episodios crónicos que han tenido lugar
desde la última cita con el paciente. Su contenido viene determinado por la naturaleza del
problema y la necesidad del momento. La anamnesis provisional siempre debe
complementarse con el registro previo del paciente.
EL PA
S
O SIGUIENTE
Capítulo 1 Colaboración con los pacientes: realización de la anamnesis 31
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PACIENTES CON DISCAPACIDADES
Usted debe adaptarse a las necesidades de pacientes de cualquier edad con estados físicos o emocionales de discapacidad (p. ej., sordera, ceguera, depresión, psicosis, retrasos en el desarrollo o
deterioros neurológicos) que requieran la adaptación a sus necesidades (v. capítulo 18). Pueden
referir o no eficazmente sus historias, aunque en cualquier caso deben ser objeto de respeto. Sus
perspectivas y actitudes importan. Todos han de implicarse plenamente hasta el límite de su
capacidad emocional y mental o de su capacidad física (fig. 1-4). Aun así, cuando sea necesario,
la familia, otros profesionales sanitarios que intervengan en la atención y el registro del paciente
deben constituir recursos para obtener una historia más completa. Algunas de las barreras más
comunes a la comunicación pueden superarse si se tiene en mente lo siguiente:
◆ A menudo puede disponerse de la ayuda de familiares para hacerle sentirse más cómodo al
paciente y para recabar información.
◆ Las personas con deterioro en la audición a menudo leen, escriben, manejan el lenguaje de
signos y/o leen los labios, pero es preciso que usted hable con lentitud y enuncie claramente
cada palabra de forma que los pacientes le vean bien; puede accederse a los recursos de un
traductor del lenguaje de signos.
Las personas con deterioro visual normalmente pueden oír; hablar más alto para resaltar algún
aspecto no sirve de ayuda. Recuerde, sin embargo, que siempre debe expresar verbalmente lo que
esté intentando comunicarles; tal vez no distingan sus gestos.
El envejecimiento, una enfermedad debilitante y el inicio de la fragilidad aumentan la dependencia de los demás, la preocupación sobre el mañana y el duelo por lo que se ha perdido. Sepa
ver estas amplias preocupaciones y la sensación de pérdida en el paciente y en su cuidador
inmediato. Puede reconocer esta sensación y prestarse a hablar de ella (v. cuadro 1-12).
El Paso Siguiente
Una vez realizada la anamnesis (cuadro 1-13), pase a la exploración física, el tacto físico, que se
expone en capítulos posteriores. Estos capítulos están obligadamente segmentados y no pretenden
reflejar cuál será el flujo natural que usted desarrollará con la experiencia. No se deje intimidar
por la idea de que sus pacientes esperen de usted la perfección. Sea disciplinado, esté atento y sepa
reconocer que sus juicios de valor no están necesariamente imbuidos de sabiduría.
32
Capítulo
© 2011. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
Tener conciencia cultural significa comprender aquellos aspectos de la condición humana que
diferencian a los individuos y a los grupos, y entender que esas diferencias a veces tienen una
influencia importante en la salud y en la atención médica. El conocimiento de una cultura en concreto frecuentemente permite a un profesional sanitario entender mejor una situación específica
de manera que pueda ponderar posibles soluciones para problemas que en un principio podrían
parecer irresolubles. Las convicciones y las conductas culturales influyen, sin duda, en las decisiones
de los pacientes, a los que mueven a buscar o a evitar la atención sanitaria. En el cuadro 2-1 se
sugieren formas de desarrollar una competencia cultural con la advertencia de que la infinita
variedad de la experiencia humana en ocasiones puede frustrar los intentos de lograr ese entendimiento. Tal situación no debería erigirse en una barrera para el esfuerzo del profesional sanitario.
La guía de bolsillo Mosby sobre valoración cultural de la salud, 4.ª edición, editada por D’Avanzo
y Geissler, es una útil fuente de información sobre más de 170 entidades culturales basadas en
grupos nacionales.
Conciencia cultural 2
• Audios y videos de exploración física
• Impresos para la práctica: guías para la
educación del paciente
• Guías de evaluación
• Listas de comprobación de los antecedentes
y de la exploración física
• Pruebas interactivas
• Cuadros de información clínica
• Guías de factores de riesgo
• Resúmenes de exploración descargables
para PDA, imprimibles y en formato audio
• Calculadoras instantáneas
Media Link
Pueden encontrarse vídeos, listas de comprobación, resúmenes de exploración y otros recursos
útiles en la página web complementaria: http://evolve.elsevier.com/Seidel.
Competencia Cultural
No es apropiado concluir que cualquiera de nosotros puede comprender a personas de otra cultura
con absoluta empatía y sin ningún sesgo. Sin embargo, sí podemos convalidar nuestros esfuerzos
para lograrlo por medio de una curiosidad respetuosa, de imaginación y del mejor conocimiento
posible sobre uno mismo. Comprendiendo conscientemente la cultura de los pacientes, estas
actitudes pueden hacer más probable que se ofrezca una atención de alta calidad dentro de diferentes sistemas de valores y que se actúe con respeto y comprensión sin imponer las posturas y
las creencias propias. La capacidad para conseguirlo es definida a menudo como competencia
cultural. Esta competencia no pretende en modo alguno degradar a quienes son distintos, sino
que facilita una visión clara de las diferencias y de su valor.
Una Definición De Cultura
Cultura, en su sentido más amplio, refleja el conjunto del comportamiento humano, incluidas las
ideas y las actitudes; las formas de relacionarse con los demás; las maneras de hablar; y los productos
Capítulo 2 Conciencia cultural 33
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DIFERENCI
A DE LAS
C
A
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A
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TERÍS
TIC
AS FÍSIC
A
S
materiales del esfuerzo físico, el ingenio y la imaginación. El lenguaje es parte de la cultura. Como
también los sistemas abstractos de creencias, normas sociales, leyes, costumbres, ocio y educación.
Dentro del conjunto cultural pueden existir diferentes poblaciones adscribibles a grupos y subgrupos. Cada una se identifica en cierto modo por un cuerpo específico de rasgos compartidos
(p. ej., un arte, una ética o un sistema de creencias; o una pauta de conducta determinada) que no será
estática sino más bien dinámica en su acomodación evolutiva a las influencias internas y externas.
Cualquier individuo puede pertenecer a más de un grupo o subgrupo, y probablemente así
sucederá. Estas múltiples adscripciones suelen ser consecuencia, entre otras cosas, del origen
étnico, de la religión, del sexo, de la orientación sexual, de la ocupación y de la profesión. Por
ejemplo, un hombre que sea médico, británico, episcopaliano y de raza blanca llevará impresa
hasta cierto punto la huella cultural de cada uno de estos grupos; también lo hará una mujer con
la misma profesión y de raza negra y católica.
Diferencia De Las Características Físicas
El uso de las características físicas (p. ej., el sexo o el color de la piel) para distinguir a un grupo
o subgrupo cultural puede ser una trampa. Existe una diferencia importante entre las características culturales y los rasgos físicos. No debe confundirse el físico con la cultura, ni permitir que
lo físico sea símbolo de lo cultural. Presuponer una homogeneidad en las creencias, las actitudes
y los comportamientos de todos los individuos de un cierto grupo racial o de todos los profesionales de atención sanitaria conduce a equívocos sobre cada persona individual. El estereotipo, una
imagen fija de un grupo dado que niega el potencial de la originalidad o de la individualidad
dentro del grupo, debe ser rechazado. Las personas pueden responder de modo diferente a los
mismos estímulos, y de hecho lo hacen.
Lo anterior no resta valor al conocimiento de las características culturales de los grupos, ni
niega la interdependencia de lo físico con lo cultural. Por ejemplo, el genotipo precede al desarrollo
del intelecto, de la sensibilidad y de la imaginación que conduce a logros culturales únicos, como
la creación de la música clásica o el jazz. Análogamente, el fenotipo de una persona, con elementos
como el color de su piel, antecede a la mayor parte de la experiencia de la vida y al subsiguiente
entrelazamiento de ese fenotipo con la experiencia cultural (cuadro 2-2). Existe un cuerpo creciente de investigación que examina los marcadores genéticos relacionados con la raza o la etnia
y las posibles interacciones con los determinantes ambientales para predecir la susceptibilidad a
las enfermedades (Risch, 2006). Actualmente estamos sumidos en una «revolución biomédica», y
la atención clínica del siglo xxi se centrará en la prevención de la enfermedad, al integrar un
conocimiento de la individualidad genética dentro del contexto de la influencia ambiental y cultural (Valle, 2004).
CUADRO 2-1
Formas de desarrollar la competencia cultural
• Reconozca la existencia de la diversidad cultural.
• Muestre respeto por las personas como individuos únicos, con la cultura como un factor
que contribuye a su singularidad.
• Respete aquello con lo que no esté familiarizado.
• Identifique, examine y discipline sus actitudes, sesgos y creencias propios si desea trabajar
con éxito con los demás; el poder que a veces damos por supuesto en la cultura de las
profesiones sanitarias puede tener una valoración distinta en grupos diferentes.
• Reconozca que algunos grupos culturales tienen sus propias definiciones de salud y
enfermedad, y prácticas que intentan promover la salud y curar la enfermedad que pueden
diferir de las suyas propias.
• Esté dispuesto a modificar la prestación de la atención sanitaria para adaptarse al sustrato
cultural del paciente; es mejor mediar que ser coercitivo.
• No espere que todos los miembros de un grupo cultural se comporten exactamente de la
misma manera.
• Sepa ver que los valores culturales de cada persona pueden estar muy enraizados y, por
tanto, son difíciles de cambiar.
Modificado de Stulc, 1991.
34 Capítulo 2 Conciencia cultural
IMPA
CTO DE LA CULTU
R
A
Impacto De La Cultura
La información contenida en el cuadro 2-2 sugiere que las diferencias raciales y étnicas, así como
las condiciones sociales y económicas pueden afectar a la provisión de servicios específicos de
atención sanitaria a ciertos grupos y subgrupos en EE. UU. La pobreza y una educación inadecuada
afectan desproporcionadamente a diversos grupos culturales (p. ej., minorías étnicas y mujeres);
las disparidades socioeconómicas influyen en la salud y en la atención médica de personas que
pertenecen a esos grupos. Aunque las tasas de mortalidad han disminuido en conjunto en EE. UU.
desde 1960, las personas con menor nivel educativo y en situación de pobreza presentan tasas más
elevadas de mortalidad por las mismas enfermedades que las que han recibido mejor educación
y disfrutan de una situación económica más ventajosa. También la morbilidad es mayor entre los
pobres. Estudios recientes sugieren, asimismo, que las diferencias raciales y de género pueden tener
impacto en la atención de personas incluso en ausencia de diferencias financieras. Por ejemplo,
en los hombres de raza blanca la probabilidad de someterse a intervenciones y pruebas cardíacas
invasivas es mayor que entre los afroamericanos y entre las mujeres blancas, lo que sugiere que
los factores sociales, culturales y clínicos pueden ponderarse de forma diferente en distintos grupos
culturales (Schulman et al., 1999). Estos hechos tan sucintos son suficientes para subrayar la
necesidad de una conciencia cultural en los profesionales sanitarios y de atención médica. También
existen diferencias culturales y prácticas entre los profesionales de la atención sanitaria. Los proveedores alopáticos a menudo muestran escepticismo hacia el empleo de la medicina complementaria y alternativa (MCA) sin considerar la posibilidad de que aporten beneficios potenciales para
los pacientes (v. cuadro 2-2).
CUADRO 2-2
Influencia de la edad, la raza, la etnia y la cultura
La edad, el sexo, la raza, el grupo étnico y, junto con estas variables, las actitudes culturales, las
diferencias regionales y la condición socioeconómica influyen en el modo en que los pacientes
buscan atención médica y en el que los clínicos la dispensan. Piense, por ejemplo, en las
diferencias étnicas y raciales en el tratamiento de la depresión en EE. UU. La prevalencia
de depresión es similar entre los distintos grupos; sin embargo, en comparación con los
estadounidenses de raza blanca, los pacientes afroamericanos y latinos tienen menos
probabilidades de recibir tratamiento.Aunque parte de la disparidad está relacionada con las
diferentes actitudes y percepciones del asesoramiento y del tratamiento, es probable que otros
factores culturales y personales actúen como grandes determinantes. En EE. UU., los niños
afroamericanos y latinos también sufren disparidades sanitarias, entre las que se encuentran
el estado general de salud y una menor recepción de atención médica rutinaria y cuidados
odontológicos en comparación con los niños blancos. Elster et al. (2003), en una revisión
sistemática de la literatura médica especializada, demostraron que también existen diferencias
en la población adolescente, donde los jóvenes afroamericanos e hispanos tienen peor acceso a
servicios necesarios en comparación con los blancos. Existe una clara necesidad de comprender
mejor por qué existen esas diferencias a escala global, si bien eliminar la ceguera cultural
cuando se trata a un paciente individual es un primer paso importante.
Además, los posibles efectos beneficiosos y perjudiciales de muchos productos de hierbas
importantes culturalmente, que el paciente podría utilizar, aunque no siempre lo reconozca,
deben conocerse y, en relaciones de confianza, comunicársenos si queremos orientar su empleo
apropiado. Sirve de ayuda traspasar las fronteras culturales, aunque es preciso vencer la barrera
del escepticismo. Por ejemplo, muchos proveedores médicos alopáticos cuestionan que la
medicina complementaria y alternativa pueda ser un abordaje auxiliar provechoso para la
prevención y el tratamiento de otitis media aguda. Sin embargo, en varios estudios controlados
aleatorizados se ha demostrado que el xilitol, los probióticos, las gotas para el oído a base de
hierbas y los tratamientos homeopáticos, en comparación con el placebo, tienen un efecto
notable para reducir la duración del dolor y el consumo de antibióticos.Aunque conviene huir
del escepticismo, las pruebas con base sólida siguen siendo esenciales. La competencia cultural
es completamente compatible con ello.
Datos tomados de Bukutu et al., 2008; Cooper, 2003; Elster et al., 2003; Flores, 2008.
Capítulo 2 Conciencia cultural 35
© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.
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U
S
O DE LAS
DIFERENCI
AS CULTU
RALES
Carácter Difuso De Las Diferencias Culturales
Algunas diferencias culturales pueden ser maleables de un modo que está fuera del alcance de las
características físicas. Por ejemplo, una nación puede distinguirse de otra por el idioma. Sin embargo,
el cambio y la necesidad nos obligan cada vez más a aprender las lenguas de otros. De este modo
pueden empezar a difuminarse las divisiones políticas. La moderna tecnología y la economía asegurarán de forma lenta, pero inevitable, la consecución de la universalidad en el lenguaje. Los cambios
tal vez sean imperceptibles y se extiendan a varias generaciones, pero también son implacables. No
obstante, la resistencia al cambio, impulsada por nuestra necesidad territorial de origen cultural para
proteger el espacio individual, está en la raíz de las convulsiones sociales, políticas y económicas. Esta
resistencia mundial a desarrollar una verdadera conciencia del otro es intensamente palpable. Aun
así, como proveedores de atención sanitaria, debemos desarrollar esa conciencia de la cultura para
atender adecuadamente a nuestros pacientes y a nuestras comunidades.
Primacía Del Individuo En La Atención Sanitaria
El paciente individual puede considerarse situado en el centro de un número indefinido de círculos
concéntricos. Los más externos representan experiencias universales limitantes (p. ej., la muerte).
Los más cercanos al centro son representativos de los diversos grupos o subgrupos culturales a los
que todos, necesariamente, hemos de pertenecer. La constancia del cambio obliga a la adaptación
y a la aculturación. Los círculos se entrelazan y superponen de forma constante. Por ejemplo, una
experiencia común en EE. UU. ha sido el éxito económico como origen de la asimilación de
numerosos grupos étnicos, con el predominio de una mayor homogeneidad, pero sin excluir
necesariamente las conductas étnicas anteriores. Sin embargo, predecir el carácter de un individuo
basándose simplemente en el comportamiento cultural común, o estereotipo, no resulta apropiado; lo correcto es comprender y tener en cuenta la conducta cultural común (cuadro 2-3).
No obstante, a menudo surgen cuestiones étnicas cuando los cuidados dirigidos a una persona
entran en conflicto con las necesidades utilitaristas de la amplia comunidad, especialmente ante
el reconocimiento de la limitación de los recursos y, en EE. UU., ante los costes en aumento de la
INFORMACIÓN CLÍNICA
El idioma no lo es todo
No puede suponerse que
un paciente que sepa hablar
inglés, aunque sea bien,
conozca también la cultura
anglosajona. Piense en la
diversidad de las
poblaciones de Gran
Bretaña, la India, la Samoa
estadounidense y Sudáfrica,
que son angloparlantes. La
ausencia de una barrera
idiomática no excluye una
barrera cultural. En su caso
sería preciso conseguir una
«traducción cultural».
INFORMACIÓN CLÍNICA
El impacto del género
Las mujeres que son
médicos serán más probables
receptoras de servicios de
asesoramiento y cribado
específicos para mujeres,
como exploración de las
mamas y mamografías.
(Tomado de Henderson
and Weisman, 2001.)
CUADRO 2-3
Preguntas que exploran la cultura del paciente
Estas preguntas pueden formularse directamente al paciente o modificarse para terceras
personas, como los padres y otros cuidadores que sean responsables de él y/o que intervengan
con el paciente. Las preguntas, apropiadas para cualquier cultura, le permitirán conocer más en
profundidad a una persona. Lo ayudarán a evitar los estereotipos y lo conducirán a una
verdadera individualización de la atención.
• ¿Cómo llama a su problema?
• En su opinión, ¿qué es lo que le ha provocado el problema?
• ¿Por qué piensa que empezó cuando lo hizo?
• ¿Qué es lo que le provoca su enfermedad?
• ¿Cómo actúa?
• ¿Cuál es su gravedad?
• ¿Cuánto tiempo piensa que durará?
• ¿Qué debe hacer para librarse de ella?
• ¿Por qué acudió a mi consulta en busca de tratamiento?
• ¿Qué beneficios obtendrá del tratamiento?
• ¿Cuáles son los problemas más importantes que le ha ocasionado su enfermedad?
• ¿Hay algo que le preocupe o le asuste especialmente acerca de su enfermedad?
• ¿Qué persona o qué otra cosa podría ayudarlo a sentirse mejor?
• ¿Alguien más lo ha ayudado con este problema?
Modificado de Kleinman et al., 1978, y Taylor y Willies-Jacobo, 2003, quienes nos recuerdan que
podemos aplicar este mismo cuestionario adaptando convenientemente la formulación de las
preguntas a la hora de dirigirse a los padres de un niño.
36 Capítulo 2 Conciencia cultural
Cultu
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atención sanitaria. Las actitudes culturales de nuestros pacientes, a menudo vagas y deficientemente comprendidas, pueden ser un freno para nuestra conducta profesional y confundir el
contexto en el que servimos al individuo. El cuadro 2-4 ofrece una guía para ayudar a entender
las creencias del paciente y las prácticas que pueden conducir a una atención individualizada y
apropiada en términos culturales.
Culturas Profesionales En Las Profesiones
Sanitarias
Existe una armonía —una unidad— en la atención de pacientes que no se ve limitada por las fronteras
culturales y administrativas de las profesiones sanitarias individuales. Los cuidados y la curación, en
un sentido práctico y profundamente emocional, no son los únicos territorios que definen estas
fronteras. Si situamos bajo vigilancia los ámbitos de la atención, y promovemos que las culturas y
necesidades profesionales de las personas tengan prioridad sobre las del paciente, interpondremos
obstáculos para la consecución de la armonía. El carácter difuso de las fronteras culturales profesionales trabaja en favor del paciente, en la medida en que este carácter difuso está motivado por el
mejor interés de aquel. Todos nosotros debemos comprender cuál es nuestra función profesional y
hemos de ser adaptables cuando los cambios culturales sugieran una mayor homogeneidad en un
conjunto de estas funciones. Además, la tabla 2-1 indica que existen creencias y prácticas sanitarias
diferentes de la largamente institucionalizada perspectiva occidental judeocristiana que es dominante
en la educación sanitaria estadounidense. Los clínicos de diferentes partes del mundo toman decisiones distintas. Su capacidad para conocer y respetar las diferencias, y para permitir que se desdibujen
las fronteras constituirá una medida de su aptitud para definir relaciones fortalecedoras con otros
profesionales y de cuidar de una amplia variedad de personas.
Impacto De La Cultura En La Dolencia
La enfermedad es moldeada por la dolencia, la cual, que es la plena expresión del impacto de la
enfermedad en el paciente, está moldeada por la totalidad de la experiencia de este. El cáncer es una
enfermedad. El paciente que tiene que vérselas con él, con sus reacciones y sus esfuerzos para sobrellevarlo, está teniendo una dolencia, está «enfermo» o «doliente». Las definiciones asociadas se basan
en el sistema de creencias del individuo y están determinadas en gran parte por su sustrato cultural.
Así sucede tanto para un episodio corto, esencialmente leve, como para un trastorno crónico y
debilitante que cambia la vida. Si no consideramos la sustancia de la dolencia, sus aspectos biológicos, emocionales y culturales, a menudo fracasaremos en nuestro cometido de ofrecer una atención completa. Para ilustrarlo, imaginemos que una persona, mientras se da una ducha, realiza una
autoexploración y, todavía joven, con una larga carrera por delante, descubre un bulto inesperado
en una mama o un testículo. ¿Cómo responderá? ¿Cuál podría ser la respuesta de otras personas?
Promoción de la salud
Defina la «norma» con precaución
A menudo recurrimos a cuestionarios de cribado en un esfuerzo por ayudar a nuestros
pacientes a alcanzar su bienestar. Estas herramientas de cribado se basan en normas que, según
dice Rhodes, «nos indican cómo situar a unos individuos con respecto a otros de acuerdo con
una cierta medida acordada y normalizada». Sin embargo, las normas pueden no ser compatibles
entre distintas culturas. Lo que en una cultura se entiende como un problema tal vez sea un
hecho normal en otra. Es posible eludir esta trampa si reconocemos que las herramientas de
cribado son meramente útiles y las empleamos sabiendo que quizá no tengan una aplicación
universal. La condición humana no es estática. Subyace tanto en los individuos como en las
culturas, de manera dinámica y siempre en evolución, y se resiste a los estereotipos inadecuados
que pudiera invocar la utilización despreocupada de las normas.
Tomado de Rhodes, 2003.
Capítulo 2 Conciencia cultural 37
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La Dolenci
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CUADRO 2-4
Guía de valoración cultural: los numerosos aspectos de la comprensión
Creencias y prácticas de la salud
• ¿Cómo define el paciente salud y enfermedad? ¿Cómo se expresan sus sentimientos
en relación con el dolor, la enfermedad en general o la muerte?
• ¿Utiliza algún método en particular para ayudar a mantener la salud, como las prácticas
de higiene y autocuidados?
• ¿El paciente está utilizando algún método en concreto para el tratamiento de la
enfermedad?
• ¿Cuál es su actitud hacia medidas sanitarias preventivas como las vacunaciones?
• ¿Existen temas de salud hacia los cuales el paciente pueda estar especialmente sensibilizado
o que considere tabúes?
• ¿Existen restricciones impuestas por el pudor que deban respetarse; por ejemplo, hay
limitaciones en relación con la exposición de algunas partes del cuerpo, la conversación
sobre temas sexuales en las relaciones hombre/mujer y las posturas ante intervenciones
como la terminación del embarazo o la vasectomía?
• ¿Cuáles son las actitudes ante la enfermedad mental, el dolor, los trastornos que implican
discapacidad, la enfermedad crónica, la muerte y la fase terminal? ¿Existen limitaciones en el
modo en que se abordan estas cuestiones con el paciente o con referencia a los familiares
y los amigos?
• ¿Hay alguna persona en la familia responsable de las diversas decisiones relacionadas con la
salud como adónde ir, a quién ver y qué consejo seguir?
• ¿El paciente prefiere a un profesional sanitario de sexo, edad, etnia y sustrato racial
idénticos a los suyos, o no tiene ninguna preferencia al respecto?
Influencias basadas en la fe y rituales especiales
• ¿El paciente profesa alguna fe o religión?
• ¿Existe alguien importante a quien se dirija el paciente para recibir apoyo y orientación?
• ¿Hay alguna práctica o creencia especial basada en la fe que pueda afectar a la atención
sanitaria cuando el paciente esté enfermo o en fase terminal?
• ¿Qué episodios, rituales y ceremonias se consideran importantes dentro del ciclo vital
de nacimiento, pubertad, matrimonio y muerte? ¿Cuál es la forma culturalmente apropiada de
responder a estos episodios vitales? ¿En qué medida existe una expresión abierta
de emoción y espiritualidad inherente en esa respuesta?
Lenguaje y comunicación
• ¿Qué idioma se habla en la casa del paciente?
• ¿El paciente entiende bien el idioma, hablado y escrito, del profesional sanitario?
• ¿Existen signos especiales para mostrar respeto o falta de respeto?
• ¿El contacto físico interviene en la comunicación?
• ¿Existen formas culturalmente apropiadas de iniciar y cerrar las conversaciones (p. ej.,
saludos y despedidas) y momentos convenientes para realizar una visita a domicilio?
• ¿Es necesario un intérprete?
Estilos de los padres y papel de la familia
• ¿Quién toma las decisiones en la familia?
• ¿Cuál es la composición de la familia? ¿Cuántas generaciones se consideran una sola familia,
y qué personas componen la unidad familiar?
• ¿Cuándo se tiene costumbre de casarse, y cuál es la postura sobre la separación y el
divorcio?
• ¿Cuál es el papel de los niños y la actitud hacia ellos en la familia?
• ¿Cuándo es necesario regañar o castigar a los niños, y cómo se hace (si se usan medios
físicos, de qué modo)?
• ¿Los padres muestran cariño físico hacia sus hijos y entre ellos?
• ¿Qué grandes acontecimientos son importantes en la familia, y cómo se celebran?
• ¿Existen creencias y prácticas especiales en torno a la concepción, el embarazo, el parto, la
lactancia y la crianza de los hijos? ¿Duermen los niños en la habitación de los padres?
(Continúa)
38 Capítulo 2 Conciencia cultural
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A
RESPUESTA CULTU
RAL
Componentes De Una Respuesta Cultural
Usted, como profesional, puede llegar a comprender la cultura de otra persona y a ser empático
con ella. Cuando existan diferencias, deberá cerciorarse de que entiende con exactitud lo que
quiere decir el paciente y de que sabe exactamente lo que este cree que usted le indica con sus
palabras y acciones. En caso de duda, es más recomendable preguntar al paciente que cometer un
error perjudicial. Evite presunciones sobre las creencias y conductas culturales realizadas sin la
convalidación del paciente.
Entre las creencias y los comportamientos que tendrán un impacto en la valoración del paciente
figuran los siguientes:
◆ Modos de comunicación: uso del habla, el lenguaje corporal y el espacio
◆ Creencias y prácticas de salud que pueden diferir de las del profesional
◆ Dieta y prácticas nutricionales
◆ Naturaleza de las relaciones dentro de la familia
Por ejemplo, pueden darse múltiples actitudes étnicas diferentes en relación con la autonomía. El
modelo centrado en el paciente, todavía respetado firmemente en EE. UU. (aunque sujeto a cierta
discusión crítica), podría estar enfrentado con un modelo más centrado en la familia que es, probablemente, predominante en otros lugares. En Japón, por ejemplo, la familia se considera generalmente la autoridad legítima para la toma de decisiones para pacientes competentes e incompetentes
(Fetters, 1998). Las personas de ciertas culturas (p. ej., en Oriente Medio y entre los indios navajos,
nativos de Norteamérica) creen que no debe comunicarse a un paciente un diagnóstico de un
cáncer con metástasis o un pronóstico terminal por cualquier otro motivo, aunque esta actitud
probablemente no será compartida por las tradiciones americanas, europeas o africanas. Tradicionalmente, la cultura de los navajos sostiene que el pensamiento y el lenguaje tienen el poder de
moldear la realidad. Los navajos creen que hablar sobre un posible resultado garantiza su consecución. Así pues, ante ellos es importante no hablar o pensar de forma negativa. La situación puede
abordarse hablando en términos de una tercera persona o de una posibilidad abstracta. Sería
posible incluso referirse a una experiencia que el profesional sanitario hubiera tenido en su propia
familia. Obviamente, los conflictos que puedan surgir por las diferentes formas de ver la autonomía,
CUADRO 2-4
Guía de valoración cultural: los numerosos aspectos de la comprensión (cont.)
Fuentes de apoyo fuera de la familia
• ¿Hay organizaciones étnicas o culturales que puedan tener influencia en el enfoque del
paciente hacia la atención sanitaria?
• ¿Existen personas en la red social del paciente que puedan influir en la percepción de la
salud y la enfermedad?
• ¿Existe algún grupo cultural en especial con el que se identifique el paciente? ¿Puede
explicarse por el lugar donde nació y ha vivido el paciente?
• ¿Cuál es la necesidad del paciente de relacionarse con otras personas?
• ¿El paciente es socialmente gregario o solitario, y la preferencia está indicada por conductas
exhibidas antes de la enfermedad?
Prácticas en la dieta
• ¿Qué le gusta comer a la familia? ¿Todo el mundo en la familia tiene gustos parecidos en la
comida?
• ¿Quién se encarga de preparar la comida?
• ¿Algunos alimentos están prohibidos por la cultura, o constituyen un requisito cultural en la
observancia de un rito o una ceremonia?
• ¿Cómo se prepara y se consume la comida?
• ¿Existen creencias o preferencias específicas relativas a la comida, como la afirmación de
que provoca o cura una enfermedad?
• ¿Existen períodos de exigencia de ayuno? ¿Cuáles son?
Modificado de Stulc, 1991.
Capítulo 2 Conciencia cultural 39
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RESPUESTA CULTU
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la religión y la compartición de información exigen un esfuerzo que está dominado por la necesidad de una clara comprensión de los objetivos del paciente. Sin embargo, es importante recordar
que un paciente no puede considerarse el sujeto tipo de las actitudes de su grupo de origen.
Modos de comunicación
La comunicación y la cultura están interrelacionadas, especialmente en la forma en que se expresan
los sentimientos, de manera verbal o no verbal. Una misma palabra puede tener distintos significados para diferentes personas. Por ejemplo, en EE. UU., un «médico en práctica» es una persona
formada, experimentada. Sin embargo, en otros lugares la palabra «práctica» sugiere inexperiencia
y puede reflejar la condición de un estudiante nativo de Alaska o de algunos europeos occidentales.
Análogamente, el contacto físico, las expresiones faciales, el movimiento ocular y la postura corporal tienen significados variados.
Modificado de Kluckhohn, 1976.
TABLA 2-1 Comparación de las orientaciones de valores entre grupos
culturales*
Orientación de valores Grupo cultural
ORIENTACIÓN DEL TIEMPO
Orientado al presente: se acepta cada día como
llega; futuro impredecible
Afroamericanos, hispanos, indios nativos de
Norteamérica
Orientado al pasado: se mantienen las tradiciones
que tuvieron sentido en el pasado; adoración de
los ancestros
Originarios de Asia oriental
Orientado al futuro: se anticipa un futuro mayor
y mejor; se concede un alto valor al cambio
Dominante en EE. UU.
ORIENTACIÓN DE LA ACTIVIDAD
Orientación al «hacer»: se realzan los logros que
son medibles por normas externas
Dominante en EE. UU.
Orientación al «ser»: expresión espontánea del yo Afroamericanos, hispanos, indios nativos
de Norteamérica
«Ser en el cambio»: se realza el propio desarrollo
de los aspectos del yo como un todo integrado
Originarios de Asia oriental
ORIENTACIÓN DE LA NATURALEZA HUMANA
Ser humano básicamente imperfecto, pero con
naturaleza perfectible; constante autocontrol
y disciplina necesaria
Afroamericanos, dominante en EE. UU., hispanos
Ser humano neutro, ni bueno ni malo Originarios de Asia oriental, indios nativos
de Norteamérica
ORIENTACIÓN DE LAS PERSONAS CON RESPECTO A LA NATURALEZA
Ser humano sujeto al entorno con muy poco
control sobre su destino
Afroamericanos, hispanos
Ser humano en armonía con la naturaleza Originarios de Asia oriental, indios nativos
de Norteamérica
Ser humano dueño de la naturaleza Dominante en EE. UU.
ORIENTACIÓN DE LAS RELACIONES
Individualista: se estimula el individualismo; las
relaciones interpersonales se dan con más
frecuencia entre extraños, y menos dentro
de la familia
Dominante en EE. UU.
Lineal: los objetivos grupales dominan sobre los
individuales; sucesión de posición ordenada
(de padres a hijos)
Originarios de Asia oriental
Colateral: los objetivos grupales dominan sobre los
individuales: se pone mayor énfasis en la relación
con las personas del propio nivel
Afroamericanos, hispanos, indios nativos de
Norteamérica
*Estas generalizaciones sirven sólo como guía y no como estereotipo. Los miembros de cualquier grupo pueden
mantener visiones y adoptar comportamientos, como a menudo hacen, distintos de los de sus vecinos. Las numerosas
variables en la vida de cualquier persona exigen que se defina individualmente a cada paciente.
40 Capítulo 2 Conciencia cultural
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En EE. UU., por ejemplo, la gente suele hablar más alto que en otros países y no se preocupa
tanto porque otros oigan lo que dice. En cambio, los ingleses procuran evitar que personas ajenas
los escuchen y hablan con voces más templadas, a un volumen que para algunos estadounidenses
podría parecer conspiratorio. En EE. UU. se practica una conversación directa, con una línea de
pensamiento lógico, se prefieren evitar los matices subjetivos y se va directamente al grano. Los
japoneses suelen hacer justo lo contrario: recurren a vías indirectas, hablan en círculos, y resaltan
las actitudes y los sentimientos. El silencio, que es incómodo para muchos de nosotros, entre los
indios nativos de Norteamérica da tiempo para pensar; no debe forzarse la respuesta de estas
personas: necesitan tiempo y tranquilidad.
Muchos grupos utilizan un contacto visual intenso. Los españoles se miran a los ojos y buscan
en los del otro el impacto de lo que están diciendo. Los franceses mantienen también la mirada
firme y a menudo observan abiertamente a los demás. Sin embargo, esta actitud podría considerarse vulgar o brusca en algunas culturas asiáticas o del Oriente Medio. Los estadounidenses son
más proclives a dejar que su mirada vague y a asentir con la cabeza o con expresiones neutras
como «ya veo», o emitiendo un «ah», para indicar que han entendido. Los estadounidenses
también tienden a evitar el contacto físico y están menos dispuestos a palmear el brazo de su
acompañante de forma tranquilizadora tal como hacen, por ejemplo, los italianos.
Existen también algunos ejemplos de variación cultural en la comunicación. Sin embargo, sugieren
una multiplicidad de comportamientos dentro de los grupos. Como sucede con cualquier ejemplo
al que podamos recurrir, no debe pensarse en las características rígidas de los grupos indicados. Aun
así, las preguntas sugeridas en el cuadro 2-5 a veces pueden aportar una visión más detallada de
situaciones concretas y servir de ayuda para evitar equívocos y problemas de comunicación.
Las características culturales y físicas del paciente y del profesional sanitario pueden influir
significativamente en la comunicación (fig. 2-1). La clase social, la edad y el género son variables
que nos caracterizan a todos; pueden llegar a interferir en una buena comunicación si no existe
un esfuerzo para un mutuo conocimiento y comprensión. Un estudiante o un profesional joven
y un paciente mayor tal vez tengan que trabajar intensamente para desarrollar una buena relación
entre ellos. Reconocer el posible problema y hablar de él, evocando los sentimientos antes de que
sea tarde, facilita las cosas. Es admisible preguntarle al paciente si se siente incómodo con usted
o con su sustrato cultural, y hablar sobre ello. También, cuando algún aspecto del paciente le
moleste, debe intentar comprender por qué.
CUADRO 2-5
Formulación de las preguntas en el orden correcto
Cuando se están analizando las diferencias, la comunicación se facilita si se deja tiempo para
responder con tranquilidad y las preguntas se formulan en un orden cómodo. Una secuencia
sugerida es la siguiente.
Cuando se habla de la dolencia de un paciente
• En su opinión, ¿qué es lo que va mal?
• Algunas personas me han contado que hay enfermedades que los médicos y los
profesionales de enfermería no conocen. ¿Ha oído hablar de ello? ¿Cuáles son estas
enfermedades?
• ¿Ha conocido a alguien que haya padecido alguna?
• ¿Ha tenido usted alguna de estas enfermedades?
• ¿Piensa que podría tener ahora una?
Cuando se habla de tratamientos
• Algunas personas me han dicho que hay formas de tratar las enfermedades que los médicos
y los profesionales de enfermería no conocen. ¿Conoce usted alguna? ¿Cuáles son?
• ¿Funcionan?
• ¿Las ha intentado alguna vez?
• ¿Las utiliza?
• ¿Le son de utilidad?
Modificado de Pachter, 1997.
Capítulo 2 Conciencia cultural 41
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Creencias y prácticas de salud
El paciente puede tener una visión de la salud y de la enfermedad y un enfoque de la curación
que estén modelados por alguna creencia o paradigma cultural y/o religioso. Si esa visión es
«científica», en el sentido de que es posible determinar una causa para cada problema de una
forma muy precisa, el paciente es más apto para sentirse cómodo con los enfoques occidentales
de la salud y la atención médica.
Sin embargo, la visión científica es reduccionista y analiza las causas y efectos de forma muy
específica y restringida. Un enfoque más naturalista u «holístico» amplía el contexto. Ve nuestras vidas
como parte de un todo mucho mayor (el cosmos en su totalidad) que debe estar en armonía. Si el
equilibrio se ve perturbado, la consecuencia puede ser la enfermedad. Entonces, el objetivo es recuperar
el equilibrio y la armonía. Los aspectos de esta concepción son evidentes entre las creencias de numerosos grupos hispanos, indios nativos de Norteamérica, asiáticos y de Oriente Medio, y cada vez están
más presentes actualmente en personas de todos los grupos étnicos en EE. UU. (cuadro 2-6). Otros
grupos creen en lo sobrenatural o en las fuerzas del bien y el mal que determinan el destino individual.
En dicho contexto, la enfermedad puede contemplarse como un castigo por haber obrado mal.
Claramente, puede darse una ambivalencia confusa en muchos de nosotros, pacientes y proveedores por igual, debido a que nuestros sentimientos y nuestras convicciones más profundas basadas
en la fe o en la idea natural pueden entrar en conflicto con las opciones disponibles para el tratamiento de la enfermedad. Piense, por ejemplo, en un niño con un hueso fracturado, como consecuencia de un accidente por negligencia que tuvo lugar mientras aquel estaba bajo la supervisión de
una niñera. Lo primero es atender la fractura. Una vez hecho, es preciso hablar con la madre sobre
el sentimiento de culpa que podría abrigar porque estaba fuera trabajando a pesar de la desaprobación de su marido. Ella tal vez piense que el accidente ha sido un castigo divino. Es importante ser
consciente, respetar y hablar sin menosprecio de una creencia que puede ser diferente a la nuestra,
de un modo que no deje de permitirnos expresar nuestro punto de vista. También podría aplicarse
lo mismo para el sentimiento de culpa de un padre y para el uso de hierbas, rituales y artículos
religiosos. Después de todo, la farmacopea de la medicina occidental está repleta de plantas y hierbas
a las que ahora llamamos fármacos. Nuestra dificultad para comprender la creencia de otra persona
no invalida su contenido. Ni tampoco la adhesión del paciente a una creencia en concreto le impide
confiar al mismo tiempo en los profesionales sanitarios alopáticos u osteopáticos.
Relaciones familiares
La estructura familiar y las organizaciones sociales a las que pertenece un paciente (p. ej., organizaciones de tipo religioso, clubes y centros académicos) figuran entre las numerosas fuerzas culturales que limitan y marcan su impronta en el individuo. Las expectativas de los niños y el modo
en que se crían y desarrollan son aspectos clave sobre este particular, y a menudo difieren culturalmente. Este hecho ha de resaltarse en la situación actual en EE. UU., con su orientación hacia
familias monoparentales o con doble fuente de ingresos y con un número importante de embarazos en adolescentes. La prevalencia del divorcio (casi uno de cada dos matrimonios) y la creciente implicación de los padres en el cuidado de los hijos en las familias biparentales sugiere
cambios culturales que han de reconocerse.
Una clase de comportamiento ya conocido puede predecir otro tipo de conducta. Por ejemplo,
las madres que utilizan cuidados prenatales apropiados suelen beneficiarse de un seguimiento
INFORMACIÓN CLÍNICA
Sopa de pollo
Los remedios caseros para
los resfriados comunes se
utilizan con mucha profusión.
En cierta medida, la sopa de
pollo complementa al
paracetamol en las familias
europeas, afroamericanas,
puertorriqueñas y originarias
del Caribe y de las Indias
Occidentales.
Tomado de Pachter et al., 1998.
Figura 2-1
Mostrar sensibilidad hacia las
diferencias culturales que puedan
existir entre usted y el paciente
puede ayudarlo a evitar problemas
de comunicación.
42 Capítulo 2 Conciencia cultural
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CUADRO 2-6
El equilibrio de la vida: lo «caliente» y lo «frío»
Un enfoque naturalista u holístico a menudo supone que existen factores externos —unos
buenos y otros malos—, que deben mantenerse en equilibrio si queremos conservar el
bienestar. El equilibrio de lo «caliente» y lo «frío» es una parte del sistema de creencias en
muchos grupos culturales (p. ej., de Oriente Medio, asiáticos, del Extremo Oriente e hispanos).
Para restaurar un equilibrio perdido, es decir, para un tratamiento, se necesita el uso de los
opuestos (p. ej., un remedio «caliente» para un problema «frío», y a la inversa). Diferentes
culturas pueden definir lo «caliente» y lo «frío» de manera distinta, e incluso emplearse
definiciones diferentes o semejantes dentro de lo que pueden parecer grupos similares. Por
ejemplo, no todos los hispanos piensan de la misma forma. No es una cuestión de temperatura;
las mismas palabras utilizadas pueden variar: por ejemplo, los chinos han llamado a estas
fuerzas yin (frío) y yang (caliente). Como base, no podemos ignorar la visión naturalista si
deseamos ofrecer a nuestros pacientes una atención adecuada.
Trastornos calientes y fríos y sus correspondientes tratamientos
Trastornos
calientes
Alimentos
fríos
Medicinas
y hierbas
frías
Trastornos
fríos
Alimentos
calientes
Medicinas
y hierbas
calientes
Fiebre Verduras
frescas
Agua de
azahar
Cáncer
Neumonía
Malaria
Dolor articular
Período
menstrual
Dentición
Dolor de
oídos
Reumatismo
Tuberculosis
Resfriado
Cefalea
Parálisis
Dolor de
estómago
Chocolate
Queso
Frutas de
zonas
templadas
Huevos
Guisantes
Cebollas
Bebidas
aromáticas
Licor fuerte
Aceites
Carnes
como
ternera,
ave,
cordero
Leche de
cabra
Cereales
Guindillas
Penicilina
Tabaco
Raíz de
jengibre
Ajo
Canela
Anís
Vitaminas
Preparados
de hierro
Aceite de
hígado de
bacalao
Aceite de
ricino
Ácido
acetilsalicílico
Infección Frutas
tropicales
Tila
Diarrea Productos
lácteos
Salvia
Problema renal Carnes
como
cabra,
pescado,
pollo
Leche de
magnesia
Exantema Bicarbonato
sódico
Dolencia
cutánea
Miel
Inflamación de
garganta
Bacalao
Problema
hepático
Pasas
Úlcera Leche
embotellada
Estreñimiento Agua de
cebada
Modificado de Wilson y Kneisl, 1988.
Capítulo 2 Conciencia cultural 43
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correcto en la lactancia, con independencia del nivel educativo, el estado civil, las relaciones
familiares o el consumo de fármacos por la madre (Freed et al., 1999). Los adolescentes que viven
sin supervisión después del horario escolar tienen más probabilidades de fumar, de consumir
alcohol y marihuana, de tener un peor rendimiento escolar, de sufrir depresión y de asumir riesgos
que los que están bien supervisados (DeVore y Ginsburg, 2005). Es especialmente importante
conocer esta secuencia de conductas relacionadas, ya que a menudo parecen no guardar un vínculo
con la integridad de la estructura familiar, el sexo o el sustrato racial o étnico. Así sucede especialmente en la adicción cultural estadounidense a los medios de cultura de masas. En los adolescentes
que pasan mucho tiempo delante del televisor, sobre todo de programas violentos, se ha detectado
una probabilidad mayor de adoptar conductas de riesgo que en los que no lo hacen; este resultado
se ha constatado, además, con independencia de la raza, del sexo o de la educación de los padres
(Escobar-Chavez et al., 2005). Estos ejemplos nos recuerdan que un individuo puede pertenecer
a muchos subgrupos, y que los comportamientos y las actitudes de un subgrupo —por ejemplo,
mujeres gestantes o adolescentes— pueden suplantar o modificar el impacto de los valores culturales del grupo o de los subgrupos de mayor dimensión a los que pertenece esa persona.
Prácticas dietéticas y nutricionales
Las creencias y prácticas relacionadas con los alimentos, así como la importancia social de la
comida, desempeñan una función crucial evidente en la vida cotidiana. Algunas de estas convicciones de importancia cultural y/o basada en la religión influyen en la atención. Un paciente que
profese la fe ortodoxa judía se negará a tomar ciertos fármacos, sobre todo durante un tiempo de
celebración como la Pascua judía, ya que la preparación de un medicamento no cumple las reglas
religiosas referidas a la comida durante ese tiempo. La mujer musulmana debe respetar el Halal
(dieta prescrita) incluso durante el embarazo. Una persona china con hipertensión y una dieta de
restricción de sal tal vez considere hacer un uso limitado de glutamato de monosodio (GMS) y
salsa de soja. Las actitudes hacia las vitaminas varían enormemente, con o sin pruebas científicas,
en muchos de los subgrupos en EE. UU. Es posible obtener un plan de tratamiento acordado
mutuamente si se admiten estas cuestiones y se habla de ellas con libertad. Así sucede también
con las actitudes hacia los remedios caseros, las hierbas y los productos naturales, llamados tratamientos complementarios o alternativos. Muchos aportarán beneficios; otros pueden ser peligrosos. Por ejemplo, los suplementos dietéticos que contengan alcaloides de efedra pueden elevar
el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular (Haller y Benowitz, 2000; Kernan et al., 2000),
mientras que otros preparados de hierbas interaccionan con los fármacos prescritos.
Resumen
Como clínicos, nos enfrentamos a la necesidad imperiosa de dar satisfacción a cada paciente en
sus propios términos, así como de resistirnos a formarnos una idea del paciente basada en el
conocimiento previo de la(s) cultura(s) de la(s) que proviene. Ese conocimiento no debe inducirnos a llegar a conclusiones; al contrario, nos servirá de inspiración y ayuda para formular las
preguntas de forma más constructiva, de manera que sondeemos al paciente para evitar verlo
como un mero estereotipo (cuadro 2-7).
Es preciso conocerse bien a uno mismo. No puede negarse que la intervención con cualquier
paciente confiere a esa interacción una calidad que es única y que esa esencia que se aporta a la
misma hace que la interacción, en cierta medida, difiera de la que habría tenido lugar con cualquier
otra persona. Si usted no lo entiende bien, sus actitudes, que tienen en gran medida una raíz
cultural, pueden ser tan insistentes que lleguen a complicar el mejor conocimiento del paciente,
y eleven la probabilidad de una valoración estereotipada. Es preciso contener los prejuicios y los
propios gustos, así como las tendencias a expresarse con sentimiento de superioridad y a ser crítico.
Si actúa correctamente, estará avanzando hacia la competencia cultural.
En los materiales de consulta, no es infrecuente encontrar tablas de información sobre actitudes
culturales relacionadas con la atención sanitaria para una multiplicidad de grupos étnicos y religiosos. Aunque estas tablas proporcionan un rápido acceso a información sobre diversos grupos
de población, nuestra experiencia sugiere que la rígida superficialidad de esta información no
suele describir adecuadamente las creencias y actitudes de una persona en particular. El objetivo
que nos proponemos en este capítulo es revisar muchas de las preguntas que podrían ser pertinentes cuando se prepare una entrevista con un paciente, las cuales tal vez no se harán más
INFORMACIÓN CLÍNICA
Cerveza
La suegra de uno de los
autores bebía cerveza
mientras amamantaba a sus
hijos, al creer que esta
bebida es un galactogogo,
una sustancia que estimula el
flujo de la leche humana. Lo
sea o no, nadie debe beber
alcohol durante el embarazo
(y después, siempre con
moderación).Aunque nos
suponga un reto, es nuestra
responsabilidad aconsejar a
los pacientes sobre las
prácticas culturales que
entran en conflicto directo
con la evidencia médica y las
que son potencialmente
peligrosas.
44 Capítulo 2 Conciencia cultural
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CUADRO 2-7
Comunicación
Esta lista de preguntas, obtenida a través de los años de nuestra propia experiencia y de
múltiples recursos externos, ilustra la variación inherente a las respuestas humanas. Procure no
sentirse intimidado por la gran cantidad de cuestiones culturales que «es preciso conocer»;
debe empezar a reflexionar sobre ellas mientras trabaje con los pacientes para despertar su
conciencia cultural.
• ¿Cuál es la importancia de los indicios no verbales?
• ¿Los momentos de silencio son valiosos?
• ¿Debe evitarse el contacto físico?
• ¿El apretón de manos, o incluso un beso de saludo, deben evitarse o son recomendables en
los encuentros y las fiestas?
• ¿Cuál es la actitud en relación con el contacto visual?
• ¿Existe una necesidad mayor de lo esperado en cuanto a «espacio personal?»
• ¿Cuál es la respuesta verbal o no verbal si sus sugerencias no son entendidas?
• ¿Hay sinceridad al admitir que algo no se entiende?
• ¿Cuáles son las actitudes relativas al respeto por uno mismo y por las figuras de autoridad?
• ¿Cuáles son las actitudes hacia personas de otros grupos, como minorías o mayorías?
• ¿Cuáles son las preferencias de idiomas?
• ¿Cuál es la necesidad de «charla» antes de incidir en la preocupación principal?
• ¿Hay un sentido del tiempo rígido o relajado?
• ¿Cuál es el grado de confianza de los profesionales de la atención sanitaria?
• ¿Con qué facilidad se exponen las cuestiones personales?
• ¿Existe el deseo, incluso por su parte, de evitar hablar de asuntos económicos de otras
cuestiones familiares?
Costumbres/prácticas sobre salud
• ¿Cuál es el grado de dependencia del sistema de atención sanitaria, sólo en caso de
enfermedad o también para necesidades preventivas y de mantenimiento de la salud?
• ¿Qué es lo que se espera en general de un profesional sanitario y qué es lo que define a
uno «bueno?»
• ¿Qué define la salud?
• ¿Existen prácticas populares especialmente comunes?
• ¿Existe una mayor (o menor) inclinación a invocar los autocuidados y a usar remedios caseros?
• ¿Hay alguna prevención o miedo especial ante los hospitales?
• ¿Cuál es la tendencia a utilizar enfoques alternativos de atención y/o remedios de hierbas
exclusivamente o como complemento?
• ¿Cuáles son las tendencias a invocar la magia o la metafísica?
• ¿Quién es el responsable final de los resultados, usted o el paciente?
• ¿Quién es el responsable final del mantenimiento de la salud, usted o el paciente?
• ¿Existe algún miedo especial a las pruebas dolorosas o intrusivas?
• ¿Existe tendencia al estoicismo?
• ¿Cuál es la dependencia de la oración?
• ¿Se piensa en la enfermedad como un castigo o como un medio de penitencia?
• ¿Hay un sentimiento de «vergüenza» ligado a la enfermedad?
• ¿Cuál es la creencia sobre el origen de la enfermedad?
• ¿La enfermedad se ve como algo que pueda prevenirse? En caso afirmativo, ¿cómo?
• ¿Cuál es la actitud hacia la autopsia?
• ¿La creencia en la reencarnación exige dejar el cuerpo intacto?
• ¿Existen hábitos culturales especiales acerca de la preparación de la comida que puedan
influir en el diagnóstico o el tratamiento?
• ¿Es el grado de pudor en los hombres y las mujeres mayor del que sería de esperar en general?
• Teniendo en cuenta el pudor, ¿las mujeres necesitan una aproximación mucho más cautelosa
y protegida de lo normal, por ejemplo, durante la exploración?
Familia, amigos y lugar de trabajo
• ¿Cuál es la rigidez de organización (y multigeneracional) en la jerarquía familiar?
• ¿La familia es muy rígida?
• ¿La vida social se extiende fuera de la familia y, en caso afirmativo, en qué grado?
• ¿La familia suele ser matriarcal o patriarcal?
• ¿Cuáles son los papeles relativos de las mujeres y los hombres?
Capítulo 2 Conciencia cultural 45
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explícitas en otras partes de este libro. Paciente por paciente, su perspicacia irá desarrollándose
conforme evite los estereotipos, tenga en cuenta al individuo y se haga cada vez más consciente
en un sentido cultural. Los clínicos deben ver la conciencia cultural como un viaje que dura toda
la vida y no como un destino o un punto final en sí mismo.
CUADRO 2-7
Comunicación (cont.)
• ¿Existen tareas especiales asignadas a las personas según su género; por ejemplo, quién lava
la ropa, quién se encarga de los ingresos familiares o quién hace la compra?
• ¿En qué medida los ancianos y otras figuras de autoridad son objeto de deferencia y cómo?
• ¿Quién toma las decisiones en la familia?
• ¿En qué medida se comparte el poder?
• ¿Quién toma las decisiones sobre los niños y los adolescentes?
• ¿Qué valor se da a los niños?
• ¿Se concede más valor a alguno de los sexos?
• ¿Cómo se valoran la confianza en uno mismo y la disciplina personal?
• ¿Cuál es la ética del trabajo?
• ¿Cuál es el sentido de obligación hacia la comunidad?
• ¿Cómo se busca la educación, desde el colegio y la lectura y/o desde la experiencia?
• ¿Qué énfasis se pone en la tradición y las prácticas rituales?
46
Capítulo
© 2011. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
Este capítulo ofrece una perspectiva general de las técnicas de inspección, palpación percusión y
auscultación que se emplean en la exploración física. En él se analiza también el uso general del
equipo destinado a la realización de la exploración física. Los detalles específicos referidos a la
utilización de las técnicas y del equipo relacionados con las partes específicas de la exploración
pueden consultarse en los capítulos correspondientes a cada parte. El presente capítulo aborda,
asimismo, cuestiones especiales vinculadas al proceso de exploración física.
Técnicas y equipo
de exploración 3
Media Link
Pueden encontrarse vídeos, listas de comprobación, resúmenes de exploración y otros recursos
útiles en la página web complementaria: http://evolve.elsevier.com/Seidel.
• Audios y videos de exploración física
• Impresos para la práctica: guías para la
educación del paciente
• Guías de evaluación
• Listas de comprobación de los antecedentes
y de la exploración física
• Pruebas interactivas
• Cuadros de información clínica
• Guías de factores de riesgo
• Resúmenes de exploración descargables para
PDA, imprimibles y en formato audio
• Calculadoras instantáneas
Precauciones Para Prevenir La Infección
Dado que personas de todas las edades y entornos pueden ser potenciales fuentes de infección, es
importante adoptar las oportunas precauciones. En cualquiera de los ámbitos de la prestación
sanitaria, las precauciones estándar deben aplicarse en la asistencia a todos los pacientes, con
independencia de su presunto estado infeccioso. Tales precauciones están proyectadas con la
finalidad de reducir el riesgo de transmisión de patógenos infecciosos a través de la sangre o de
otros medios, basándose en el principio de que la sangre, los fluidos corporales, las secreciones y
excreciones (excepto el sudor), la piel no íntegra y las membranas mucosas pueden contener
agentes infecciosos transmisibles. Entre las precauciones estándar se cuentan las siguientes:
◆ Higiene de manos
◆ Equipo de protección personal (EPP): uso de guantes, bata, mascarilla y protección ocular o
facial, en función de la exposición prevista
◆ Higiene respiratoria/precaución al toser
◆ Prácticas seguras de inyección
◆ Uso de mascarillas para la inserción de catéteres o la inyección de material en el espacio espinal
o epidural en las técnicas de punción lumbar
◆ El equipo o los objetos del entorno del paciente expuestos a posible contaminación por los
fluidos corporales deben manipularse de modo que se prevenga la transmisión de agentes
infecciosos.
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Capítulo 3 Técnicas y equipo de exploración 47
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Las referencias sobre precauciones estándar se resumen en la tabla 3-1. Dichas precauciones son
aplicables a trabajadores sanitarios y pacientes con compromiso inmunitario.
Una segunda serie de precauciones, las basadas en la prevención de la transmisión, están destinadas a pacientes de los que específicamente se sabe o se sospecha una posible infección por
parte de un agente, importante desde el punto de vista epidemiológico y que se disemina a través
del aire o por gotículas, o bien por contacto con piel seca o superficies contaminadas. Un mayor
volumen de información sobre estas precauciones basadas en la transmisión puede obtenerse en
los Centers for Disease Control and Prevention (Seigel et al., 2007).
Alergia Al Látex
La incidencia de las reacciones alérgicas graves al látex ha aumentado de forma drástica en los
últimos años. La alergia al látex se produce cuando el sistema inmunitario corporal reacciona ante
las proteínas contenidas en el látex natural. Los productos elaborados con este material contienen,
además, compuestos químicos añadidos, tales como antioxidantes, que producen reacciones irritantes o de hipersensibilidad retardada. En el cuadro 3-1 se describen los diferentes tipos de
reacciones al látex.
Los profesionales sanitarios están siempre expuestos al riesgo de desarrollar alergia al látex,
utilizado en guantes y otros productos. La sensibilización a las proteínas del látex se produce por
contacto directo con la piel o las membranas mucosas, o bien por exposición a través del aire. En
la tabla 3-2 se enumeran una serie de productos usados en el trabajo o en el hogar que pueden
contener látex, junto con sus posibles sustitutivos. El National Institute for Occupational Safety
and Health (NIOSH) ha publicado un conjunto de recomendaciones para la prevención de la
alergia al látex en el lugar de trabajo. El cuadro 3-2 contiene un resumen de las mismas. Debe
considerarse, asimismo, que los pacientes que se someten a ciertas técnicas o intervenciones
quirúrgicas están expuestos a un mayor riesgo de desarrollar alergia al látex. El paciente alérgico
presenta un mayor riesgo de inhalación de moléculas de látex (proceso que da lugar a las reacciones
más graves) cuando este material está dispersado en el aire, caso que se da cuando un miembro
del personal sanitario se quita los guantes de látex en presencia del paciente.
Técnica De Exploración
Posiciones y cobertura del paciente
La mayor parte de la exploración física se lleva a cabo con el paciente en sedestación o en decúbito
supino. Otras posiciones se emplean para fases específicas de la exploración Los requerimientos
para posiciones especiales se tratan en los capítulos correspondientes.
Sedestación. Cuando el paciente está sentado deben cubrirse con paños su regazo y sus piernas. Los paños pueden ir cubriendo otras partes a medida que se avance en la exploración.
Supino. En posición supina, el paciente queda apoyado sobre la espalda, con los brazos a los
lados y las piernas extendidas. Los paños deben cubrir al paciente desde el tórax hasta las rodillas
o las puntas de los pies. También en este caso se cambia la colocación de los paños para obtener
una exposición adecuada.
Promoción de la salud
La vulnerabilidad del profesional sanitario
El sistema inmunitario de los profesionales de la sanidad no es más robusto que el de otras
personas, aunque a veces se tienda a pensar lo contrario. Igualmente, el personal sanitario no
es más resistente a las lesiones relacionadas con su trabajo. Su salud quedará salvaguardada si
se procede a una escrupulosa aplicación de las medidas de protección:
• Seguimiento de las precauciones estándar.
• Reducción al mínimo de la exposición al látex.
• Uso de una adecuada mecánica corporal al proceder al traslado del paciente o al cambiarlo
de postura. ¡SIN EXCEPCIONES!
TÉCNIC
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ACIÓN
48 Capítulo 3 Técnicas y equipo de exploración
Tabla 3-1 Recomendaciones para la aplicación de las precauciones
estándar para la asistencia a todos los pacientes en todos
los entornos de prestación sanitaria
Componente Recomendaciones
Higiene de manos Después de tocar sangre, fluidos, secreciones,
excreciones y objetos contaminados;
inmediatamente después de quitarse los guantes;
entre contactos con distintos pacientes
Equipo de protección personal (EPP)
Guantes Para tocar sangre, fluidos corporales, secreciones,
excreciones u objetos contaminados; para tocar
membranas mucosas y piel no intacta
Bata Durante la aplicación de técnicas y la prestación
de asistencia al paciente y siempre que se prevea
contacto con prendas/piel expuesta contaminadas
por sangre, fluidos corporales, secreciones o
excreciones
Mascarilla, protección ocular (gafas),
protector facial*
Durante las técnicas y actividades de asistencia
al paciente en las que puedan generarse
salpicaduras o aerosoles o se produzca contacto
con fluidos corporales o secreciones, en especial
por succión o intubación endotraqueal
Equipamiento sucio del paciente Manéjelo de modo que se evite la transmisión de
microorganismos a otras personas y al entorno;
use guantes en caso de contaminación visible
y aplique medidas de higiene de manos
Control ambiental Desarrolle técnicas de asistencia rutinaria y de
limpieza y desinfección de superficies, en especial
las de contacto frecuente en zonas de aplicación
de cuidados a los pacientes
Tejidos y lavandería Maneje los materiales evitando la transmisión de
microorganismos a otras personas y al entorno
Agujas y otros objetos punzantes No tape, doble, rompa o manipule las agujas
usadas; si es necesario volver a tapar las agujas,
utilice técnicas de una sola mano; emplee
dispositivos de seguridad siempre que estén
disponibles; deseche las agujas usadas en
recipientes resistentes a la punción
Reanimación de pacientes Utilice mascarilla, bolsa de reanimación u otros
dispositivos de ventilación, a fin de evitar el
contacto con la boca y las secreciones orales
Ubicación de pacientes Prioridad a la ubicación en habitaciones de una
sola cama cuando hay riesgo elevado de
transmisión o probabilidad de contaminación
ambiental, o si el paciente no mantiene una
higiene adecuada o presenta riesgo alto de
infección o mal pronóstico como consecuencia
de ella
Higiene respiratoria/precaución al toser
(contención de fuentes de secreciones
respiratorias infecciosas en pacientes
sintomáticos, comenzando en el primer punto
de contacto, p. ej., en áreas de triaje y
recepción, en unidades de Urgencias o en
consultas externas)
Indique a las personas sintomáticas que se cubran
la nariz/boca al estornudar/toser, que utilicen
pañuelos de papel y que los desechen en
recipientes estancos; que se laven las manos tras
el contacto con secreciones respiratorias; que
utilicen mascarillas quirúrgicas si es posible y que
mantengan una separación de más de 1 m con
respecto a otras personas
*En el curso de las técnicas en las cuales puedan generarse aerosoles, realizadas en pacientes con
infecciones probadas o sospechadas de transmisión por esta vía (p. ej., síndrome de dificultad respiratoria
aguda), utilice un respirador N95 o superior, además de guantes, bata y dispositivos de protección facial/
ocular.
Tomado de Seigel et al., 2007.
TÉCNIC
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Capítulo 3 Técnicas y equipo de exploración 49
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Prono. El paciente se apoya sobre el abdomen. Esta posición se utiliza para maniobras especiales, como parte de la exploración musculoesquelética. Se cubre el dorso del paciente.
Decúbito dorsal. La posición de decúbito dorsal puede utilizarse para la exploración del
área genital o rectal. El paciente se coloca en decúbito supino con las rodillas dobladas y las plantas
de los pies apoyadas sobre la mesa de exploración. Coloque una alfombra formando un rombo
desde el tórax hasta los dedos de los pies. Cubra cada pierna con la esquina correspondiente del
«rombo». Para proceder a la exploración, pliegue la esquina distal de la alfombra.
Decúbito lateral. Se trata de una postura de apoyo sobre el costado, con las piernas extendidas o flexionadas. La posición de decúbito lateral izquierdo (con el paciente apoyado sobre su
costado izquierdo) puede emplearse para la auscultación de los ruidos cardíacos.
CUADRO 3-1
Tipos de reacciones al látex
Dermatitis de contacto irritante: irritación química que no afecta al sistema inmunitario. Los
síntomas suelen ser sequedad, prurito y áreas irritadas en la piel, generalmente en las manos.
Dermatitis de tipo IV (hipersensibilidad retardada): dermatitis de contacto alérgica que afecta al
sistema inmunitario y es causada por los agentes químicos utilizados en los productos de
látex. La reacción cutánea suele iniciarse de 24 a 48h después del contacto y se asemeja a
la causada por el zumaque venenoso. La reacción puede progresar hasta formar ampollas
cutáneas supurantes.
Reacciones sistémicas de tipo I: reacciones alérgicas verdaderas causadas por anticuerpos
proteicos (anticuerpos inmunoglobulina E) que se forman como consecuencia de la
interacción entre una proteína extraña y el sistema inmunitario del cuerpo. La reacción
antígeno-anticuerpo induce liberación de histamina, leucotrienos, prostaglandinas y cininas,
que causan síntomas de reacción alérgica. Las reacciones alérgicas de tipo I comprenden los
siguientes síntomas: urticaria local (habones cutáneos), urticaria generalizada con
angioedema (inflamación tisular), asma, prurito en ojos/nariz y síntomas gastrointestinales,
anafilaxia (colapso cardiovascular), asma crónica y daño pulmonar permanente.
Tabla 3-2 Equipamientos médicos que contienen látex y sustitutivos
sin látex*
Equipamientos médicos que contienen látex Sustitutivos sin látex
Guantes desechables Guantes de vinilo, nitrilo o neopreno
Manguitos de presión arterial Manguitos con recubrimiento
Tubos de estetoscopio Tubos con recubrimiento
Vías de inyección intravenosa Sistemas sin agujas, llaves, vías de látex
con recubrimiento
Torniquetes Torniquetes con recubrimiento de tela
Jeringas Jeringas de vidrio
Cinta adhesiva Cinta adhesiva sin látex
Vías respiratorias orales y nasales Tubos sin látex
Sondas endotraqueales Sondas de plástico rígido
Catéteres Catéteres de silicona
Gafas protectoras Gafas protectoras de silicona
Mascarillas de anestesia Mascarillas de silicona
Respiradores Respiradores sin látex
Delantales de goma Delantales con revestimiento de tela
Drenajes de heridas Drenajes de silicona
Tapones de viales de fármacos Retirada de los tapones
*Esta lista es una referencia de ejemplos de productos y no pretende ser exhaustiva. Una lista más
completa puede consultarse en la web de la Latex Allergy Association: http://www.latexallergyresources.org/.
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50 Capítulo 3 Técnicas y equipo de exploración
Litotomía. La posición de litotomía suele emplearse para la exploración pélvica de la mujer.
Las variantes de esta posición se analizan en el capítulo 18. Comience con la paciente en posición
de decúbito dorsal, con los pies colocados en los ángulos de la mesa. Ayude a la paciente a estabilizar los pies sobre los estribos y a que deslice las nalgas hacia el borde de la mesa. Cúbrala con
un paño en rombo, como en el caso del decúbito dorsal.
Sims. La posición de Sims puede utilizarse para la exploración del recto o para medir la temperatura rectal. El paciente comienza en decúbito lateral. El torso es girado hacia la posición de
decúbito prono. La pierna superior se flexiona de manera pronunciada en la zona de la cadera y
de la rodilla, mientras que la pierna inferior sólo se flexiona ligeramente. Cubra al paciente desde
los hombros hasta los dedos de los pies.
Inspección
La inspección es el proceso de la observación. Sus ojos y su nariz son medios sensibles para la
obtención de datos a lo largo de la exploración (cuadro 3-3). Dedique tiempo a practicar y desarrollar la capacidad de inspección. Determine qué cantidad de información puede recabar sólo a
través de este proceso. Por ejemplo, cuando el paciente entre en la sala, observe en él la marcha y
la postura, así como la facilidad o dificultad con la que se desviste y se dirige a la mesa de exploración. Estas observaciones aportan una información importante sobre el estado neurológico y
musculoesquelético del paciente. ¿Se establece contacto visual? ¿El comportamiento del paciente
es acorde con la situación? ¿Es adecuada su indumentaria para el clima y la época del año? Las
respuestas a estas preguntas aportan indicios sobre el estado emocional y mental del paciente. El
color y la textura de la piel o la presencia de un olor inusual pueden alertar sobre una posible
patología subyacente. Estas observaciones preliminares apenas requieren unos segundos y, a veces,
proporcionan datos que influyen en el resto de la exploración.
A diferencia de la palpación, la percusión y la auscultación, la inspección puede continuar a
lo largo del proceso de anamnesis y durante el resto de la exploración. Esta continuidad hace que lo
que se va observando en el paciente y en su comportamiento se vea constantemente expuesto a
confirmación o modificación. Esté atento a las expresiones verbales y al lenguaje corporal del
paciente hasta el final de la visita. En ese momento, el paso, la actitud, la fuerza de la mano al
estrecharla y el contacto visual pueden aportar una información significativa sobre la percepción
que el paciente ha tenido del encuentro.
CUADRO 3-2
Recomendaciones a los trabajadores para prevenir la alergia al látex
• Utilice guantes que no sean de látex para actividades en las que no es probable el contacto
con materiales infecciosos.
• Los guantes hipoalergénicos no carecen necesariamente de látex, pero pueden reducir las
reacciones a los aditivos químicos presentes en él.
• Cuando se manipulen materiales infecciosos, utilice guantes de látex no empolvados con
reducido contenido proteico.
• Cuando use guantes de látex, no emplee cremas o lociones para manos de base oleosa, a
no ser que se haya demostrado que estas reducen los problemas relacionados con el látex.
• Cuando se quite los guantes, lávese las manos con un jabón suave y séquelas
cuidadosamente.
• Proceda a una limpieza minuciosa de los ambientes para eliminar el polvo de látex del lugar
de trabajo.
• Aplique con minuciosidad las medidas aprendidas y practicadas sobre prevención de la
alergia al látex.
• Si desarrolla síntomas de alergia al látex, evite el contacto directo con los guantes y
productos de ese material hasta consultar a un profesional experimentado en el
tratamiento de la alergia al látex.
Tomado de NIOSH, 1997a.
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Capítulo 3 Técnicas y equipo de exploración 51
© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.
A medida que se avanza en la exploración y se inspecciona cada área corporal, es conveniente
seguir una serie de directrices. Una iluminación idónea resulta esencial. La fuente de luz primaria
puede ser natural o artificial, y debe ser lo suficientemente directa como para poner de manifiesto
el color, la textura y la movilidad, sin que haya distorsiones producidas por las sombras. Por otro
lado, la luz tangencial de una lámpara que proyecte sombras también es importante para la
observación de los contornos y las variaciones en la superficie corporal. La inspección ha de
realizarse sin apresuramiento. Tómese su tiempo para percibir aquello que está inspeccionando.
Preste atención a los detalles y anote los datos observados. Es importante tener en cuenta que
siempre se ha de exponer a la vista aquello que se va a inspeccionar. Con frecuencia, la exposición
se ve condicionada por un exceso de pudor, a expensas de perder información valiosa. Parte del
trabajo del médico se centra en la observación y en la valoración crítica.
Saber qué es lo que se debe buscar es, lógicamente, fundamental en el proceso de atención
focalizada. Muéstrese dispuesto a contrastar los hallazgos de la inspección con el paciente. La
capacidad de ampliar o reducir el espectro de percepción de manera selectiva se va desarrollando
con el tiempo y con la acumulación de experiencia, aunque el proceso ha de empezar lo antes
posible y se va consolidando sólo con la práctica.
Palpación
La palpación se lleva a cabo con las manos y los dedos, a través de los cuales se obtiene información
por medio del sentido del tacto. Determinadas partes de las manos y de los dedos son mejores que
otras para proceder a tipos específicos de palpación (tabla 3-3). La superficie palmar de los dedos
y las yemas de los mismos son más sensibles que la de la punta de los dedos, y se emplean siempre
INFORMACIÓN CLÍNICA
¿Exploración del lado
derecho?
Al menos en EE. UU., se
enseña por convención a los
estudiantes a proceder a la
exploración de los pacientes
desde el lado derecho y a
palpar y percutir con la
mano derecha. Nosotros
hemos mantenido esta
convención, aunque sólo sea
por simplificar la descripción
de los procedimientos y de
las técnicas. Sin embargo, no
consideramos que sea
estrictamente necesario que
el abordaje derecho sea el
predominante. Creemos que
es más práctico que los
estudiantes aprendan a
explorar con las dos manos
y por ambos lados del
paciente, optando por uno
u otro en función de la
conveniencia y la comodidad
de este y del médico. Lo
importante es actuar de la
forma que resulte más útil y
que genere los resultados
deseados.
CUADRO 3-3
El sentido del olfato: la nariz como ayuda en la exploración física
En ocasiones, la primera percepción al entrar en una sala de exploración puede ser un olor
evidente y penetrante. Ello puede deberse, por ejemplo, a la presencia de un cuerpo extraño
en la nariz de un niño. En realidad son varios los trastornos que se caracterizan por el olor,
aunque este suele ser más sutil que obvio. Los olores característicos aportan indicios que a
veces conducen al diagnóstico de determinadas alteraciones, algunas de las cuales han de ser
detectadas precozmente para evitar posibles secuelas que supongan riesgo vital. Algunos
ejemplos de tales indicios son los siguientes:
Alteración Origen del olor Tipo de olor
Errores innatos del metabolismo Déficit de fenilalanina hidroxilasa A humedad
Tirosinemia A pescado
Enfermedades infecciosas Tuberculosis A cerveza agriada
Difteria Dulzón
Ingestión de veneno o intoxicación Cianuro A almendras amargas
Cloroformo y salicilatos Frutal
Estados fisiológicos no patológicos Sudoración de pies A queso
Cuerpos extraños (p. ej., en nariz
o vagina)
Material orgánico (p. ej., una judía
en la nariz de un niño)
Secreción maloliente
Los olores pueden ser desagradables, neutros o agradables. El médico que realiza la
exploración es el responsable de su tipificación.
Propuesta de una presentación Grand Rounds a cargo de Rebecca Vickers, MD, May 28, 1997.
Tabla 3-3 Zonas de la mano a utilizar en la palpación
Para determinar Utilización
Posición, textura, tamaño, presencia de líquido,
crepitación o forma de una masa o estructura
Superficie palmar de los dedos y yemas
de los mismos
Vibración Superficie cubital de la mano y los dedos
Temperatura Superficie dorsal de la mano
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52 Capítulo 3 Técnicas y equipo de exploración
que es necesaria una palpación discriminatoria para determinar la posición, la textura, el tamaño,
la consistencia o la presencia de masas, líquidos y crepitaciones. La superficie cubital de la mano
y de los dedos es la más sensible para distinguir la vibración. Por su parte, la superficie dorsal de
las manos es más adecuada para la estimación de la temperatura. Como es obvio, tal estimación
es sólo aproximada y resulta más útil cuando se compara con la de otras partes del cuerpo.
Las técnicas específicas de palpación se analizan en más profundidad en cada una de las
secuencias de exploración. La palpación puede ser suave o profunda y se controla en función de
la magnitud de la presión aplicada con los dedos o la mano. Es esencial mantener las uñas adecuadamente cortadas, a fin de evitar molestias o lesiones al paciente.
El tacto resulta en buena medida terapéutico, y la palpación es la «imposición de manos» mediada
a través de él. Es necesario insistir en que la palpación ha de ser siempre suave y cómoda para el
paciente, y que las manos deber mantenerse a una temperatura adecuada, ya que esta acción no es
sólo práctica sino también simbólica en lo que se refiere al respeto mostrado hacia el paciente.
Percusión
La percusión consiste en golpear un objeto contra otro para producir vibración y, en consecuencia,
ondas sonoras. En la exploración física, los dedos funcionan como un martillo, y la vibración es
producida por el impacto del dedo sobre el tejido subyacente. Las ondas sonoras se escuchan como
tonos de percusión (a los que se llama resonancias), generados a partir de vibraciones originadas
a una profundidad de entre 4 y 6 cm en el tejido corporal. La densidad del medio a través del cual
se desplazan las ondas sonoras determina el grado de tono de percusión. Cuanto más denso es el
medio, menos intenso es el tono de la percusión, fuerte en el aire, menos fuerte en líquidos y leve
en sólidos. El grado del tono de percusión se clasifica y se categoriza en la tabla 3-4, en los siguientes
términos:
◆ Timpanismo
◆ Hiperresonancia
◆ Resonancia
◆ Matidez
◆ Matidez absoluta
El timpanismo es el sonido más fuerte, y la matidez absoluta, el más leve. La cuantificación del tono
de la percusión resulta compleja, en especial si se carece de experiencia. A modo de referencia, según
se indica en la tabla 3-4, la burbuja gástrica se considera timpánica, los pulmones llenos de aire
(como en el enfisema) son hiperresonantes; los pulmones sanos son resonantes, el hígado es mate,
y el músculo, completamente mate. El grado de percusión se diferencia con mayor facilidad al
percibir el cambio de sonido al desplazarse de un área a otra del cuerpo del paciente. Dado que es
más fácil escuchar el cambio de resonante a mate que de mate a resonante, es conveniente proceder
desde las áreas de resonancia a las de matidez. Un cartón de leche lleno hasta la mitad puede ser
un buen recurso para practicar la percusión. Comience en el espacio lleno de aire del cartón y
aprecie la calidad resonante. Proceda hacia abajo y perciba el cambio de tono al llegar al nivel de la
leche. El mismo principio es aplicable a la percusión de los tejidos y de las cavidades corporales.
Las técnicas de percusión son siempre las mismas, independientemente de la estructura que
se percuta. La percusión inmediata (directa) se realiza golpeando con el dedo o la mano directamente sobre el cuerpo. La mayoría de los médicos utilizan una variante de la técnica, la percusión mediada o indirecta. En ella, el dedo de una mano actúa a modo de martillo (plexor),
mientras que un dedo de la otra mano actúa como elemento que golpea la parte percutida. Para
realizar la percusión indirecta, coloque la mano no dominante sobre la superficie del cuerpo del
paciente con los dedos ligeramente separados. La falange distal del dedo medio debe colocarse
Tabla 3-4 Tonos de percusión
Tono Intensidad Timbre Duración Calidad Posible localización
Timpánico Alta Alto Moderada Similar al sonido
de un tambor
Burbuja gástrica
Hiperresonante Muy alta Bajo Larga Explosiva Pulmones
enfisematosos
Resonante Alta Bajo Larga Hueca Tejido pulmonar sano
Mate Baja o moderada Moderado o alto Moderada Sorda Sobre el hígado
Apagado Baja Alto Corta Muy mate Sobre el músculo
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Capítulo 3 Técnicas y equipo de exploración 53
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firmemente sobre la superficie del cuerpo, con los demás dedos levemente elevados con respecto
a la superficie percutida. Doble la muñeca de la otra mano hacia abajo y, con la punta del dedo
medio, golpee con firmeza la articulación interfalángica del dedo situado sobre la superficie del
cuerpo del paciente (fig. 3-1). Puede golpear en posición inmediatamente distal a la articulación
interfalángica, pero considerando que el sonido varía de uno a otro punto. Si no puede percibir
el tono de percusión, intente presionar con más fuerza sobre la piel del paciente con el dedo
situado sobre la superficie del cuerpo. La falta de suficiente presión es un error frecuente. Por
otro lado, una presión excesiva en el tórax de un lactante o de un niño de corta edad puede
dificultar la percepción del sonido.
Son varios los puntos esenciales en el desarrollo de la técnica de percusión. La presión descendente del dedo que golpea se origina en la muñeca, no en el antebrazo o el hombro. La percusión
debe ser firme y rápida. Cuando se haya percutido, gire la muñeca y levante con rapidez el dedo
para evitar la atenuación del sonido. Utilice la punta y no la yema del dedo plexor (en este caso,
se ha de prestar atención a llevar las uñas cortas). Percuta en cada localización varias veces a fin
de facilitar la interpretación del tono. Como otras muchas técnicas, la percusión requiere la
práctica necesaria para la consecución de los resultados deseados. En el cuadro 3-4 se describen
los errores cometidos con más frecuencia en la percusión. Para aprender a diferenciar los tonos,
es conveniente mantener los ojos cerrados para bloquear otros posibles estímulos sensoriales y,
así, concentrarse exclusivamente en los sonidos percibidos.
También puede emplearse el puño. La percusión con el puño se suele usar para detectar sensibilidad dolorosa en el hígado, en la vesícula biliar o en los riñones. En esta modalidad, se utiliza
la cara cubital del puño para golpear con firmeza el área explorada. Una percusión demasiado leve
puede no generar la fuerza suficiente para estimular una mínima sensibilidad dolorosa, aunque
también se debe tener en cuenta que una demasiado intensa, en ocasiones, da lugar a molestia o
dolor innecesarios, incluso en personas sanas. La fuerza de una percusión directa puede evaluarse
colocando la otra mano sobre el área explorada. Practique sobre sí mismo o sobre la superficie
corporal de un compañero hasta determinar la intensidad intermedia adecuada.
Auscultación
La auscultación es la acción de escuchar los sonidos producidos por el cuerpo. Algunos de ellos,
como el habla, son audibles sin dispositivos de ayuda. No obstante, la mayor parte de ellos
Figura 3-1
Técnica de percusión: golpeo de
la articulación interfalángica. Sólo
el dedo medio de la mano no
dominante del explorador ha de
estar en contacto con la
superficie cutánea del paciente.
CUADRO 3-4
Errores frecuentes en la percusión
La percusión requiere práctica, y en ella a veces se introducen hábitos perjudiciales que no
favorecen la obtención de los resultados deseados. En el aprendizaje de la percusión, los
médicos principiantes en ocasiones cometen algunos de los siguientes errores:
• No ejercen la suficiente presión con el dedo colocado sobre la superficie de la piel
• No separan el dedo que hace las veces de martillo sobre los otros dedos
• Efectúan el movimiento de percusión a partir del codo o el hombro en vez de con la
muñeca
• Golpean moviendo sólo el dedo que hace las veces de martillo en vez de toda la mano
• Golpean con la yema en vez de con la punta del dedo que hace las veces de martillo
54 Capítulo 3 Técnicas y equipo de exploración
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requieren el uso de un estetoscopio que aumente su intensidad. Los tipos específicos de estetoscopios, sus usos y sus características se analizan más adelante, en una sección dedicada a ellos.
Aunque aquello que se debe auscultar depende de cada una de las partes de la exploración,
hay una serie de principios generales aplicables a todas las maniobras de auscultación. El entorno
debe estar en silencio, sin ruidos que puedan distraer. Coloque el estetoscopio directamente sobre
la piel, ya que los tejidos de las prendas de vestir alteran los sonidos. Céntrese no sólo en la
presencia de sonidos sino también en sus características: intensidad, tono, duración y calidad.
A menudo son sutiles y transitorios, por lo que es necesario auscultar muy atentamente para
percibir todos los posibles matices. Mantener los ojos cerrados ayuda a evitar los estímulos
externos y limita el campo de percepción, con el fin de focalizar mejor los sonidos. Intente
identificar y aislar cada sonido, concentrándose en uno cada vez. Tómese el tiempo necesario
para identificar todas las características de cada ruido. La auscultación ha de realizarse en último
lugar, excepto en el caso de la exploración abdominal, después de que las otras técnicas hayan
aportado la información potencialmente útil para la interpretación de los sonidos auscultados.
Con frecuencia se procede a una auscultación demasiado acelerada, con lo que se pierden
informaciones útiles.
Uno de los aspectos más complejos de la auscultación es aprender a aislar los sonidos. No es
posible auscultar todos los sonidos a la vez. Ya se trate de un ruido respiratorio, de latidos cardíacos
o de la secuencia de latidos y respiraciones, siempre es necesario aislar cada fase del ciclo y auscultarla de manera específica. Una vez identificados los sonidos aislados, deben considerarse en
su integridad. No se anticipe al sonido siguiente; concéntrese en uno cada vez. Las auscultaciones
pulmonar, cardíaca y abdominal se analizan en los capítulos 13, 14 y 17, respectivamente.
Medición De Las Constantes Vitales
El pulso, la respiración, la presión arterial y la temperatura se consideran los indicadores basales
del estado de salud de un paciente. Su medición puede efectuarse en la fase inicial de la exploración, o bien integrada en cada una de las distintas etapas de la misma.
Pulso
El pulso puede palparse en diferentes áreas; no obstante, el pulso radial suele ser el más habitual
para la evaluación de la frecuencia cardíaca, es decir, del número de ciclos cardíacos por minuto.
Utilizando las yemas de los dedos índice y medio, palpe el pulso radial en la superficie flexora de
la muñeca, en sentido lateral. Cuente las pulsaciones, registrando también su ritmo, amplitud y
perfil. En el capítulo 15 se incluye un análisis detallado de la evaluación de los pulsos arteriales.
Respiraciones
Las respiraciones se cuentan y se evalúan mediante inspección. Observe la expansión y la contracción del tórax del paciente, así como la mayor o menor facilidad con la que respira. Cuente el
número de ciclos respiratorios (inspiración y espiración) que se suceden en 1min para determinar
la frecuencia respiratoria. En lactantes, la elevación y el descenso del abdomen con la respiración
facilitan el recuento. Determine, asimismo, la regularidad y el ritmo del patrón respiratorio. Evalúe
la profundidad de las respiraciones y observe si el paciente utiliza los músculos accesorios para
respirar. En el capítulo 13 se incluye un análisis más detallado de la respiración.
Presión arterial
La presión arterial es una medida periférica de la función cardiovascular. Las mediciones indirectas
de la misma se realizan con un estetoscopio y un esfigmomanómetro, aneroide o de mercurio.
También se dispone de esfigmomanómetros electrónicos, que no requieren estetoscopio. Un
esfigmomanómetro está constituido por un manguito o brazalete con bolsa hinchable, un manómetro y un bulbo de bombeo de goma, con una válvula de control de presión que permite inflar
y desinflar la bolsa. El esfigmomanómetro electrónico capta las vibraciones y las convierte en
impulsos eléctricos. Estos son transmitidos a un dispositivo que los transforma en una lectura
digital. Se trata de un instrumento relativamente sensible que puede medir simultáneamente la
INFORMACIÓN
CLÍNICA
Hallazgos inesperados
Una de las claves de la
consecución de una
exploración clínica
satisfactoria es seguir el
propio criterio y el propio
instinto, siempre que se
detecta un hallazgo
inesperado, es decir, cuando
lo que se percibe no es lo
previsible o lo que puede
considerarse «normal».
Preste atención a todo
aquello que parezca no tener
explicación o no pueda
interpretarse fácilmente.
Capítulo 3 Técnicas y equipo de exploración 55
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frecuencia cardíaca. Sin embargo, no indica la calidad, el ritmo y otras características del pulso,
por lo que no debe reemplazar al criterio médico en la evaluación de esta variable.
Se dispone de manguitos de distintos tamaños: las dimensiones idóneas quedan condicionadas
por el tamaño del brazo del paciente (fig. 3-2). En adultos, utilice un manguito cuya amplitud sea
un tercio o la mitad del perímetro de la extremidad del paciente. La longitud de la bolsa debe ser
aproximadamente el doble que la anchura (en torno al 80% del perímetro de la extremidad), sin
llegar a rodear por completo la extremidad. Para niños, el manguito debe cubrir en torno a dos
tercios del perímetro del brazo o el muslo. La anchura debe ser de al menos el 40% del perímetro.
Tanto en niños como en adultos, un manguito demasiado ancho puede determinar estimaciones
a la baja de la presión arterial, mientras que uno demasiado estrecho da lugar a mediciones
erróneamente elevadas. El tamaño idóneo del manguito garantiza que la presión ejercida sobre la
arteria es uniforme, lo que permite una medición precisa (cuadro 3-5).
Otros puntos a tener en cuenta son los siguientes:
◆ Si utiliza un esfigmomanómetro de mercurio, manténgalo en posición vertical y efectúe las
lecturas a la altura de los ojos, a una distancia de menos de 1m.
◆ Si emplea un instrumento aneroide, coloque la esfera de lectura justo frente a usted, a menos
de 1m de distancia. Los manómetros aneroides pierden exactitud con el uso, por lo que deben
calibrarse periódicamente.
◆ En pacientes obesos, sustituya el manguito por uno mayor, aplicando los criterios de idoneidad
mencionados. En caso de no disponer de uno lo suficientemente grande, puede aplicarse uno
estándar en torno al antebrazo, con el estetoscopio colocado sobre la arteria radial. En este caso
es necesario anotar el tamaño del manguito y la localización de la auscultación.
◆ En pacientes adultos muy delgados puede emplearse un maguito pediátrico.
Figura 3-2
Seleccione el manguito de presión
arterial del tamaño idóneo.
A. (Desde arriba) manguito para
adultos grande, para adultos
estándar y pediátrico. B. Manguito
para lactantes (arriba) y neonatos,
para ser utilizados con monitor
Dinamap de constantes vitales
(abajo). (A, tomado de Thompson
and Wilson, 1996.)
CUADRO 3-5
Elección del manguito de presión arterial pediátrico
Dado que la constitución de los niños (incluso los de la misma edad) es muy variable, la
elección del manguito pediátrico adecuado excede la simple correlación tamaño-edad. Los
manguitos pediátricos pueden presentar dimensiones variables en función de los distintos
fabricantes. Las siguientes indicaciones pueden ser útiles a la hora de elegir un manguito que
asegure la medición de presión arterial más precisa posible.
• El manguito debe cubrir en torno al 70% de la distancia entre el acromion y el olécranon
(extremo del codo).
• La longitud de la bolsa debe ser equivalente al 80-100% del perímetro braquial y su anchura
debe ser de aproximadamente el 40%, en el punto medio de la distancia
acromion-olécranon.
Tomado de Brady et al., 2008.
56 Capítulo 3 Técnicas y equipo de exploración
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◆ Evite el inflamiento lento o repetido del manguito, ya que puede inducir congestión venosa y,
en consecuencia, alterar la precisión de la lectura. Si es necesario repetir la medición, espere al
menos 15 s entre cada lectura, con el manguito completamente deshinchado. También puede
retirar el maguito y mantener elevado el brazo del paciente durante 1 o 2min.
◆ Las lecturas de auscultación sistólicas tienden a ser algo inferiores a las registradas con dispositivos oscilométricos. No son intercambiables.
La técnica específica de medición de la presión arterial se analiza en el capítulo 15.
Temperatura
La medición de la temperatura corporal proporciona a menudo importantes indicios de la gravedad de la patología de un paciente. En caso de infección bacteriana es casi siempre el indicador
diagnóstico más importante, en especial en lactantes, niños pequeños y adultos mayores. Puede
realizarse por diferentes vías; las principales son la oral, la rectal, la axilar y la timpánica.
La medición electrónica de la temperatura ha reducido el tiempo de obtención de lecturas
precisas de la misma (fig. 3-3, A). Una pieza con sonda detectora electrónica puede emplearse para
medir las temperaturas rectal, oral y axilar. La sonda, cubierta por una vaina desechable, se coloca
bajo la lengua, con la boca firmemente cerrada, en el recto o en el espacio axilar, con el brazo
pegado al torso. La lectura de temperatura aparece en una pantalla de cristal líquido (LCD, del
inglés liquid crystal display) en 15-60 s, dependiendo del modelo utilizado.
La medición obtenida con termómetros timpánicos varía en cierta medida con respecto a la
obtenida por vía rectal o axilar (fig. 3-3, B y C). En determinadas situaciones, por ejemplo, en
lactantes, las vías de medición tradicionales son más precisas. En otras, como en niños en el ámbito
ambulatorio, es preferible la vía timpánica. Una revisión sistemática de la literatura médica indica
que la termometría timpánica es la de elección para niños de entre 2 meses y 16 años de edad,
tanto en el entorno ambulatorio como en el hospitalario (Dew, 2006).
Para medir la temperatura en la membrana timpánica se necesita un dispositivo de forma
similar a un otoscopio, cuyo extremo se coloca con suavidad en la apertura externa del conducto
auditivo. No fuerce ni ocluya el conducto. Un mecanismo de tecnología infrarroja ofrece una
lectura de temperatura en la pantalla LCD en apenas 2 s. La temperatura del oído es un reflejo de
la corporal, ya que el tímpano comparte irrigación con el hipotálamo, en el cerebro.
También se dispone de termómetros de infrarrojos para recién nacidos. Las mediciones axilares
se correlacionan bien con la temperatura central en neonatos, como consecuencia de la pequeña
masa corporal y el flujo sanguíneo cutáneo uniforme de los lactantes. La sonda cuenta con una
copa cóncava que protege la medición de los efectos de las fuentes externas de calor, lo que hace
que estos dispositivos puedan utilizarse en incubadoras o bajo radiadores térmicos o luces de
fototerapia.
Figura 3-3
Dispositivos de medición
electrónica de la temperatura.
A. Termómetro rectal, oral o
axilar. B y C. Termómetros de
membrana timpánica.
MEDICIÓN DE ESTATU
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PES
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Capítulo 3 Técnicas y equipo de exploración 57
© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Saturación de oxígeno
La saturación de oxígeno arterial (Sao2) puede evaluarse mediante pulsioximetría, técnica no
invasiva de medición de la cantidad de luz absorbida por la oxihemoglobina (Hbo2) y la hemoglobina (Hb) no oxigenada. Una persona sana, sin anemia ni enfermedad pulmonar, presenta una
Sao2 del 97-99%. La pulsioximetría se utiliza de forma sistemática, tanto en pacientes hospitalizados como ambulatorios.
Dolor
Dada su naturaleza ubicua, su universalidad como signo de alteración y su frecuencia como
síntoma referido, el dolor es reconocido cada vez en mayor medida como la quinta constante vital
principal. A lo largo de todo el texto, hemos incluido la valoración del dolor en relación con los
distintos sistemas fisiológicos. En el capítulo 7 se exponen las preguntas para la obtención de la
anamnesis específica, los indicios que se han de seguir en la exploración física y las escalas de
evaluación del dolor.
Medición De Estatura Y Peso
En adultos, la estatura y el peso se miden en una balanza de pie a la que se ajusta un medidor de
estatura. Este sistema puede llegar a incorporar incrementos o decrementos del orden de 0,1kg
para equilibrar el peso colocado sobre su plataforma. La balanza debe calibrarse cada vez que se
utiliza.
Calibre la balanza a cero antes de que el paciente suba a la plataforma. La línea de equilibrio
debe ajustarse, colocándose a nivel frente a ella mediante el botón de calibrado. Levante el dispositivo de medición de estatura y coloque su parte inferior superior sobre la coronilla del paciente
(fig. 3-4). La barra del medidor de talla debe levantarse antes de que el paciente suba a la plataforma, a fin de evitar que se golpee con ella. Coloque una toalla de papel sobre la plataforma para
prevenir la posible transmisión de microorganismos a los pies descalzos.
En las balanzas electrónicas el peso se calcula electrónicamente y se muestra en una pantalla
digital. Este tipo de balanzas se calibran de forma automática cada vez que se utilizan.
La balanza de plataforma para lactantes se emplea para medir el peso de lactantes y niños
pequeños (fig. 3-5). Su fundamento es el mismo que el de las balanzas de adultos, pero permite
efectuar mediciones en gramos. La balanza presenta una plataforma con lados curvados, sobre la
que el niño puede permanecer tumbado o sentado. Antes de usarla debe colocarse una toalla de
papel sobre la plataforma, y es imprescindible que el niño no quede desatendido en ningún
momento mientras se efectúa la medición.
La longitud de los lactantes puede medirse utilizando un dispositivo integrado por un panel
craneal rígido y un panel podal móvil (fig. 3-6, A). Otra posible alternativa es colocar una colchoneta graduada de caucho blando entre sendos paneles craneal y podal (fig. 3-6, B). El tablero
de medición se sitúa sobre la mesa con los paneles perpendiculares a la misma. El lactante se coloca
Figura 3-4
Balanza de plataforma con
dispositivo de medición
de estatura.
Figura 3-5
Balanza de plataforma para
lactantes.
Figura 3-6
Dispositivos para medir la
longitud de un lactante.
A. Tablero de longitud para
lactantes. B. Colchoneta de
medición. (A, por cortesía de
Perspective Enterprises, Inc., Portage,
MI. B, por cortesía de Seca North
America, Medical Scales and
Measuring Systems, Seca Corp.)
58 Capítulo 3 Técnicas y equipo de exploración
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en posición supina sobre el tablero de medición, con la cabeza en contacto con el panel craneal y
las rodillas rectas. El panel podal se desplaza hasta que toca las plantas de los pies del pequeño, y
a continuación se procede a la correspondiente lectura en centímetros. Limpie bien la colchoneta
después de cada uso.
La longitud del lactante también puede medirse colocando al niño sobre una almohada marcando con alfileres la posición de la coronilla y de los talones con las piernas extendidas. A continuación se mide la distancia entre ambas marcas. El mismo procedimiento puede realizarse
marcando los niveles con un rotulador, si el niño está colocado sobre una hoja de papel
desechable.
Cuando el niño puede mantenerse erguido sin ayuda, la estatura se mide con un estadiómetro,
destinado específicamente a la medición de la estatura El dispositivo consta de un tablero craneal
móvil unido a un soporte rígido y a una plataforma. El niño se sitúa con los hombros, las nalgas y los
talones pegados al soporte, y el tope superior se hace descender hasta que toca su cabeza (fig. 3-7).
Modificaciones Para Pacientes
Con Discapacidades
Las discapacidades afectan de manera diferente a cada persona. En consecuencia, es importante
que los médicos aprendan a percibir los aspectos más importantes de la discapacidad de un
paciente. Un médico que, con sensibilidad, sólo formula las preguntas más oportunas sobre la
discapacidad hace que el paciente se sienta más cómodo y coopere en mayor medida.
Tenga en cuenta una serie de consideraciones sobre el entorno y el encuentro con el paciente.
Háblele directamente. Es frecuente dirigirse a la persona que acompaña o asiste a la persona discapacitada en vez de a ella misma. La retirada o la reubicación del mobiliario y los objetos de la
sala de exploración en ocasiones permiten disponer de más espacio para que se desplace mejor
una silla de ruedas o para que pueda acomodarse un intérprete de signos, cuando este ha de estar
presente. El papel que cubre la mesa de exploración puede retirarse en caso de que pueda estorbar
durante el traslado del paciente a la mesa o su colocación sobre ella. En ocasiones, estos procesos
se ven facilitados si se dispone de una mesa de nivel regulable, de una mesa más grande de lo
normal o de un tablero deslizante. Los estribos obstétricos o para los pies pueden almohadillarse
o equiparse con una agarradera para favorecer la comodidad de la paciente durante la exploración
pélvica. Si es necesaria una muestra de orina, se debe dar la opción al paciente con deterioro de
la movilidad (p. ej., por lesión medular, poliomielitis o parálisis cerebral) de que acuda a la cita
con la muestra recogida previamente. Dado que no en todas las exploraciones es necesario que el
paciente se quite toda la ropa, el hecho de que se desvista sólo parcialmente ahorra tiempo y
energía. En estos casos, para la exploración pélvica de la mujer, es conveniente que la paciente vista
una falda o pantalón fácil de quitar. Los jerséis de botones o con cremallera agilizan la maniobra
de quitarse la parte superior de la vestimenta en caso de exploración mamaria. Es conveniente
indicar con antelación al paciente o a su acompañante que use ese tipo de prendas en la visita.
Pacientes con deterioro de la movilidad
El paciente es siempre el más experto a la hora de pasar de la silla de ruedas a la mesa o de servirse
de ayudas para acceder a ella. Los movimientos serán relativamente sencillos si el paciente, el
auxiliar y el médico comprenden la mejor manera de abordar la discapacidad y de utilizar el
espacio disponible en la sala y la mesa de exploración (cuadro 3-6).
Traslado con pivotación. Colocado frente al paciente, el auxiliar sujeta las rodillas de este
entre las suyas, lo coge en torno a la espalda pasando las manos por debajo de sus brazos y lo
coloca en posición vertical, pivotando a continuación desde la silla de ruedas a la mesa de exploración. La mesa debe estar a una altura lo suficientemente baja como para que el paciente pueda
sentarse sobre ella. Así pues, cuando se usa este método de traslado puede ser necesaria una mesa
con regulación hidráulica de nivel.
Traslado en cuna. Inclinado o en cuclillas al lado del paciente, el auxiliar coloca un brazo
bajo las dos rodillas del paciente, y el otro alrededor de su espalda y bajo sus axilas. El auxiliar se
levanta y coloca al paciente sobre la mesa. Si un solo asistente no puede hacerlo, es necesaria la
intervención de un segundo auxiliar, el cual sujetará al paciente bajo sus rodillas y por la espalda,
por el lado contrario. Es importante que los dos auxiliares actúen de forma coordinada.
Figura 3-7
Dispositivo de medición de la
estatura para niños. (Por cortesía
de Perspective Enterprises, Inc.,
Portage, MI.)
Capítulo 3 Técnicas y equipo de exploración 59
© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.
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Traslado con intervención de dos personas. En todos los traslados de este tipo, las
dos personas que intervienen han de prestar atención de actuar coordinadamente para transportar
al paciente de la silla de ruedas a la mesa de operaciones. La persona más alta y fuerte debe
encargarse de levantar la parte superior del cuerpo del paciente. Existen dos formas de proceder
al traslado con intervención de dos personas.
◆ El método 1 requiere que el paciente doble los brazos sobre el tórax. Un auxiliar situado detrás
del paciente se arrodilla y coloca sus codos por debajo de las axilas del mismo, sujetando sus
muñecas de los lados opuestos. El segundo auxiliar levanta y sujeta al paciente por debajo de
las rodillas.
◆ El método 2 se usa cuando el paciente no puede doblar los brazos. El auxiliar situado detrás
del paciente coloca sus manos unidas alrededor del paciente si es posible, de modo que haya
menos probabilidad de que este se deslice. El segundo auxiliar lo sujeta por debajo de las rodillas para levantarlo.
Equipo. Algunas personas discapacitadas utilizan un tablero deslizante que les permite pasar
directamente de la silla de ruedas a la mesa de exploración. Para que este recurso funcione, es
necesario que la silla de ruedas y la mesa estén aproximadamente a la misma altura. Sin embargo,
la mayor parte de las mesas de exploración son algo más altas que las sillas de ruedas. Algunas
salas de exploración cuentan con mesas cuya altura puede ajustarse para que el traslado desde la
silla de ruedas sea más fácil y seguro. El traslado también se ve facilitado si la mesa es más amplia
de lo habitual, con independencia de que sea o no de altura ajustable.
CUADRO 3-6
Indicaciones para el traslado del paciente
Indicaciones para quien levanta al paciente
El paciente debe ser quien dirija el proceso de traslado o colocación.
Los auxiliares no deben sobrestimar su capacidad para levantar al paciente.
Tenga en cuenta que no todos los pacientes no ambulatorios requieren ayuda.
Los auxiliares deben mantener la espalda recta, doblar las rodillas y levantar al paciente con
el impulso de las piernas.
A veces es útil hacer una prueba previa levantando al paciente de la silla de ruedas antes
de proceder al traslado completo.
Cuando los auxiliares crean que el paciente puede caérseles durante el traslado, no deben
dejarse dominar por la situación. Siempre que sea posible, es conveniente explicar al
paciente lo que sucede para que no se alarme. Generalmente, los auxiliares pueden dejar
al paciente en el suelo con suavidad antes de solicitar ayuda a otra persona.
Indicaciones para el paciente
El paciente debe explicar con claridad el sistema de traslado que prefiere y orientar al médico
y a los auxiliares durante el proceso.
Los auxiliares pueden ayudar a preparar el equipo. Dado que algunos miembros del personal
sanitario no están familiarizados con el uso de la silla de ruedas o los dispositivos de
soporte, el paciente ha de explicar al médico y a los auxiliares cómo suele manejarlos. Los
pacientes que usan sillas de ruedas deben explicar cómo se utilizan los frenos, cómo se
desmontan los reposapiés y reposabrazos o cómo se apaga el motor de los modelos de
silla eléctricos. Los pacientes que utilizan dispositivos de adaptación (férulas para las piernas
o corsés ortopédicos) deben indicar cómo se quitan o dónde se colocan, si el propio
paciente no puede hacerlo.
Los que utilizan sondas y dispositivos urinarios han de indicar cómo se retiran o se manejan.
En ocasiones, el paciente desea desatar la bolsa de drenaje de la pierna y colocarla sobre la
mesa o el abdomen, para que haya un adecuado drenaje mientras permanece en decúbito
supino. El auxiliar debe prestar atención a no tirar de las conducciones o a permitir que se
formen arrollamientos.
Una vez completado el traslado, el paciente debe indicar al médico y a los auxiliares cuándo se
siente cómodo y en equilibrio.
Todos los implicados en la exploración deben prestar atención a joyas y complementos, tubos
o equipo de otra naturaleza que puedan engancharse o interferir de cualquier modo en el
traslado.
60 Capítulo 3 Técnicas y equipo de exploración
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n Discapacidades
Pacientes con deterioro sensorial
Al comienzo de la visita de un paciente con deterioro de la audición o del habla, analice cuál será
el sistema de comunicación a utilizar (p. ej., la ayuda de un intérprete de lenguaje de signos, un
tablero con palabras o un talk box). Para que la información sea accesible a los pacientes con
deterioro sensorial, también es posible recurrir a materiales de educación especial (información
en braille o grabada en audio, modelos anatómicos tridimensionales).
Deterioro de la visión. Los médicos y los auxiliares deben recordar que han de presentarse
al entrar en la sala de exploración e informar al paciente cuando vayan a salir de ella. El bastón
blanco con extremo rojo y el perro guía son recursos utilizados con frecuencia por los invidentes.
Si el paciente va acompañado de un perro guía, no lo distraiga y ni llame su atención, ya que estos
animales están adiestrados para atender sólo a las indicaciones de su propietario. Es probable que
el paciente prefiera tener cerca su bastón o su perro guía en la sala de exploración. No cambie de
lugar ninguno de ellos sin autorización del paciente. Antes de la exploración, pregunte a este si
desea examinar cualquiera de los medios e instrumentos que vayan a emplearse durante la misma.
Si se dispone de modelos tridimensionales, pueden emplearse para familiarizar al paciente con el
proceso de exploración (p. ej., con la exploración genital). Durante el examen, el paciente se siente
en ocasiones más cómodo si se mantiene un contacto verbal o táctil continuado, por ejemplo,
colocando una mano sobre su brazo o explicándole lo que va sucediendo.
Algunos pacientes con deterioro visual prefieren que se les oriente sobre cuál es su entorno en
la sala, mientras que otros no lo requieren. En cada caso se ha de preguntar sobre el tipo de
orientación y de ayuda para la movilidad que se prefiere. Dé las indicaciones verbales pertinentes
al paciente sobre el lugar en el que debe dejar la ropa, sobre la posición de los diferentes muebles
y accesorios, sobre cómo aproximarse a la mesa de exploración y sobre cómo colocarse en ella.
Deterioro de la audición o el habla. El paciente debe elegir qué modalidad de
comunicación va a utilizarse durante la exploración (intérprete de lenguaje de signos, lectura de
los labios o indicaciones por escrito). Aunque el paciente puede recurrir a un intérprete del lenguaje de signos, es posible que no desee que esté presente en todas las fases de la exploración.
Cuando se opte por esta solución, el paciente y el médico deben decidir conjuntamente dónde se
ha de situar el intérprete en la sala. Si se trabaja con un intérprete, el médico debe hablar a una
velocidad regular y dirigiéndose al paciente, no al intérprete. Si el paciente prefiere leer los labios,
se ha de prestar atención a que no pierda de vista el rostro del médico, sin que este haya explicado
antes lo que se va a hacer. Mire directamente al paciente vocalizando con claridad. Algunas
pacientes prefieren que la exploración pélvica se realice con un espejo, de forma que puedan ver
lo que sucede.
Problemas especiales en pacientes
con discapacidades
Problemas que afectan al intestino y la vejiga, como hiperreflexia, hipersensibilidad y espasticidad,
son habituales en numerosos pacientes discapacitados y se ha de prestar una especial atención a
ellos durante la exploración.
Problemas intestinales y vesicales. Ciertos pacientes discapacitados (p. ej., afectados
por lesiones medulares o espina bífida) no presentan movimientos vesicales o intestinales voluntarios. El hábito vesical o intestinal puede afectar a la exploración pélvica o rectal, ya que la estimulación física producida por un espéculo o un tacto rectal a veces evocan el hábito intestinal y
producen una deposición durante la exploración. Durante la misma, los catéteres permanentes
no deber ser retirados, a no ser que no sean funcionales. Si se retira un catéter, debe disponerse
de otro para su inserción. Cuando se procede a la exploración pélvica de una mujer cateterizada,
no es necesaria la retirada del catéter, ya que no interfiere en el proceso de exploración.
Cuando un paciente usa cateterismo intermitente para la apertura manual del esfínter vesical
a intervalos regulares durante el día, la estimulación táctil del área pélvica puede hacer que el
esfínter vesical se abra e inducir incontinencia.
Hiperreflexia autónoma. La hiperreflexia autónoma, también llamada simplemente
hiperreflexia o disreflexia, comprende un conjunto de síntomas propios de las personas afectadas
de lesión medular. Con frecuencia es debida a estimulación vesical, intestinal o cutánea localizada
bajo la lesión espinal. Entre las causas de hiperreflexia que pueden presentarse durante la
Capítulo 3 Técnicas y equipo de exploración 61
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exploración física se encuentran reacciones al frío, una mesa de exploración demasiado dura o
estribos fríos, inserción y manipulación de un espéculo, presión durante la exploración bimanual
o rectal, o contacto con áreas hipersensibles. Entre los síntomas frecuentes caben citarse una
presión arterial elevada, sudoración, manchas en la piel, náuseas o escalofríos. En los casos en los
que el paciente experimenta una elevación de la presión arterial hiperrefléxica, es necesario identificar y eliminar la fuente del estímulo. Cuando la hiperreflexia cesa, el paciente y el médico deben
decidir de mutuo acuerdo si continúan con la exploración. Si es así y la hiperreflexia se presenta
de nuevo, es conveniente programar una exploración en otro momento. Cuando la presión arterial
no disminuye tras la retirada del estímulo, o si los síntomas de hiperreflexia persisten y dan lugar
a cefalea intensa u obstrucción nasal, la situación debe tratarse como urgencia médica. Un paciente
que presente cualquier manifestación de hiperreflexia no debe quedar nunca solo.
Hipersensibilidad. Para prevenir posibles molestias o espasmos, consulte al paciente sobre
las posibles áreas hipersensibles de su cuerpo antes de proceder a la exploración. Algunos pacientes
experimentan respuestas variables a la estimulación táctil normal (p. ej., espasmos o dolor). Las
áreas sensibles pueden evitarse, o bien es posible aplicar cantidades adicionales de gel lubricante
para disminuir la presión o la fricción.
Espasticidad. Los espasmos son una manifestación habitual en pacientes discapacitados, y
oscilan desde leves temblores a contracciones rápidas y violentas. Pueden producirse durante el
traslado de la silla de ruedas a la mesa, por una postura incómoda o por estimulación de la piel
con un instrumento. Si durante la exploración se presentan espasmos, sujete suavemente la zona
afectada (generalmente una pierna, un brazo o la región abdominal) para evitar que el paciente
se lesione. Antes de continuar con la exploración, hay que esperar a que los espasmos remitan.
La sensación de seguridad física suele disminuir la intensidad y la frecuencia de los espasmos.
Un paciente discapacitado con espasmos nunca debe quedarse solo en la mesa de exploración.
Junto a esta ha de permanecer siempre un auxiliar y mantener contacto físico con el paciente para
proporcionarle sensación de seguridad.
INSTRUMENTAL
Estetoscopio
La auscultación de la mayoría de los sonidos requiere el uso del estetoscopio. Hay estetoscopios
de tres tipos básicos: el acústico, el magnético y el electrónico.
El estetoscopio acústico es un cilindro cerrado que transmite las ondas sonoras desde su fuente
y a lo largo de su columna hasta el oído (fig. 3-8). Su diafragma rígido tiene una frecuencia natural
de unos 300Hz. Detecta los sonidos de tono grave y transmite mejor los de tono agudo, como el
segundo ruido cardíaco. La campana, con la que la piel actúa como diafragma, tiene una frecuencia
natural que varía en función de la presión ejercida. Trasmite sonidos de tono grave cuando se ejerce
una presión ligera. Cuando la presión es firme, se transforma en un diafragma. La cápsula contiene
una válvula de cierre que hace que sólo una de sus partes, bien la campana bien el diafragma, esté
operativa en cada momento (con lo que se evita la disipación inadvertida de ondas sonoras).
El estetoscopio magnético presenta una única parte terminal que es un diafragma. Contiene
un disco de hierro en su superficie interior y, detrás de él, se sitúa un imán permanente. Un potente
muelle mantiene el diafragma proyectado hacia fuera cuando no está comprimido contra la
superficie del cuerpo. La compresión del diafragma activa la columna de aire cuando se establece
la atracción magnética entre en disco de hierro y el imán. La rotación de un disco ajusta la percepción de los sonidos de frecuencia baja, alta o muy alta.
El estetoscopio electrónico registra las vibraciones transmitidas a la superficie del cuerpo y las
convierte en impulsos eléctricos. Los impulsos son amplificados y transmitidos a un altavoz, donde
son reconvertidos en sonidos. Las versiones más recientes de los estetoscopios electrónicos aportan
información adicional, con intervalos de audición ampliados, lectura digital, registro y almacenamiento de sonidos, grabación y enlaces informáticos.
De los tres tipos citados, el más usado es el acústico, del que existen varios modelos. La
capacidad de auscultar con precisión en parte depende de la calidad del instrumento. Un buen
estetoscopio ha de presentar las siguientes características:
◆ El diafragma y la campana han de ser lo suficientemente sólidos como para apoyarse con
firmeza sobre la superficie del cuerpo.
◆ La cubierta del diafragma debe ser rígida.
Figura 3-8
Estetoscopio acústico.
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62 Capítulo 3 Técnicas y equipo de exploración
◆ La campana ha de tener el diámetro suficiente como para cubrir un espacio intercostal en un
adulto y ser de la profundidad adecuada, de forma que no quede llena de tejido.
◆ Se debe contar con una campana y un diafragma pediátricos para su uso en niños.
◆ La campana debe estar rodeada por un anillo de goma que afirme el contacto con la superficie
corporal.
◆ Los tubos han de ser gruesos, rígidos y resistentes, ya que conducen mejor el sonido que los
que son demasiado finos y flexibles.
◆ La longitud de los tubos oscila entre 30,5 y 40 cm, lo que reduce al mínimo la distorsión.
◆ Las mangueras (biaurales) deben ajustarse con comodidad a los oídos. Algunos modelos
cuentan con ajustes para los oídos (olivas) de diferentes tamaños y consistencias. Deben elegirse
los que más cómodos resulten en cada caso. Las olivas deben ser lo suficientemente grandes
para obstruir los conductos auditivos, a fin de bloquear los sonidos externos. Si son demasiado
pequeñas, pueden deslizarse hacia el interior del conducto y causar dolor.
◆ Los conductos biaurales angulados dirigen las olivas hacia la nariz, de modo que el sonido sea
proyectado hacia la membrana timpánica.
Para estabilizar el estetoscopio una vez colocado, sujete la cápsula entre los dedos presionando el
diafragma con firmeza contra la piel del paciente (fig. 3-9). La cavidad que soporta el diafragma
no debe utilizarse nunca sin que este se encuentre colocado. Dado que la campana funciona
captando las vibraciones, debe colocarse de forma que estas no se vean atenuadas. Apoye la
campana con suavidad pero uniformemente sobre la piel, asegurándose de que todo el borde de
la misma está situado sobre ella. Para evitar ruidos extraños, no toque el tubo con las manos ni
roce con él ninguna superficie.
Cada vez se está generalizando más el uso de un cuarto tipo de estetoscopio, el estereofónico
(fig. 3-10). Con sólo un tubo, una campana y un diafragma, su aspecto y su funcionamiento son
análogos a los del estetoscopio acústico. Sin embargo, al estar diseñado con dos canales, permite
diferenciar los sonidos de auscultación izquierdos de los derechos. Los tubos derecho e izquierdo
están conectados de forma independiente a los micrófonos semicirculares derecho e izquierdo de
la cápsula.
Muchos pediatras han constatado que colgar un pequeño muñeco, apenas sin peso, del estetoscopio entretiene a los pacientes más pequeños, sin interferir en la función del instrumento. La
funcionalidad tampoco se ve afectada por el color o la decoración del estetoscopio.
Pulsioxímetro
La pulsioximetría mide el porcentaje de Hb saturada con oxígeno (oxihemoglobina). La Sao2
aporta una medida de la cantidad de oxígeno presente en la sangre, en forma de porcentaje del
máximo que puede contener. Un sensor fijado a un dedo o al lóbulo de la oreja cuenta con dos
diodos emisores de luz, uno que emite radiación infrarroja no visible y otro que emite luz roja.
La Hb oxigenada emite más luz infrarroja y permite que la atraviese una mayor cantidad de luz
roja. La Hb desoxigenada absorbe más luz roja y deja pasar más radiación infrarroja. La relación
de absorción se utiliza para calcular el coeficiente oxihemoglobina/desoxihemoglobina. La diferencia entre ambos da la medida de la fracción de oxihemoglobina presente en sangre.
La pulsioximetría requiere una localización razonablemente translúcida, con un flujo sanguíneo
adecuado. Los pulsioxímetros utilizan la pulsación arterial para diferenciar la absorción de luz por
la piel y los tejidos en el punto de medición, y la sangre venosa de la arterial. Las localizaciones
típicas para implantarlos en adultos y niños son los dedos de las manos o de los pies, así como la
INFORMACIÓN
CLÍNICA
La fugacidad
de la memoria
«Hoy he examinado a un
paciente que presentaba
inflamación en un codo.
¿Estaba más o menos
hinchado que cuando lo
examiné hace 2 días? No
sabría decirlo...».
Hubiera sido mejor medir
el perímetro del codo
inflamado, y también el del
otro. Tenga siempre con
usted una cinta métrica y
una pequeña regla. No se fíe
de su memoria para la
evaluación de este tipo de
observaciones.
Figura 3-9
Posición del estetoscopio entre
los dedos índice y medio.
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Capítulo 3 Técnicas y equipo de exploración 63
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parte superior o el lóbulo de la oreja. En lactantes se utilizan el pie o la palma de la mano, el pulgar
o el dedo gordo del pie (fig. 3-11). El oxímetro detecta el ligero cambio de color de la sangre arterial
causado por el latido cardíaco cuando la sangre es impulsada al dedo (o al lóbulo de la oreja o al
dedo gordo del pie). Dado que el cambio de color es muy leve, es necesario que el pulso sea fuerte
durante la prueba. Si es débil, los resultados pueden ser imprecisos.
Doppler
Para algunos sonidos difíciles de auscultar el estetoscopio no es suficiente. En estos casos resultan
útiles los dispositivos Doppler (fig. 3-12). Estos son estetoscopios de ultrasonidos que detectan el
flujo sanguíneo, en vez de amplificar los sonidos, y presentan un intervalo de frecuencias que oscila
entre 2 y 10MHz. El uso del Doppler requiere la previa aplicación de gel sobre la superficie cutánea
que se vaya a auscultar. A continuación, se coloca el cabezal del instrumento directamente sobre
la zona examinada. Para que la señal sea óptima, el cabezal debe inclinarse con una angulación
dispuesta a lo largo del eje de flujo sanguíneo. El flujo arterial se percibe como sonido pulsante
de bombeo, mientras que el venoso se asemeja al sonido del viento. Cuando se emplea el Doppler,
no debe ejercerse demasiada presión, a fin de no obstruir el flujo de sangre.
El mecanismo de funcionamiento del Doppler se conoce como principio de «desplazamiento
Doppler»: una onda sonora de baja energía y frecuencia ultrasónica muy alta es dirigida hacia el cuerpo;
en las distintas interfases de tejido se producen reflexiones. Si un objeto se desplaza con respecto al
instrumento, estas reflexiones ven su frecuencia ligeramente desviada y generan sonidos audibles.
El Doppler tiene diferentes usos. Puede emplearse para detectar presiones sanguíneas sistólicas
en pacientes con sonidos débiles o difíciles de auscultar (p. ej., sujetos en estado de shock, lactantes
o personas obesas). Se usa, asimismo, para auscultar la actividad cardíaca fetal, localizar vasos,
medir pulsos débiles y evaluar la permeabilidad de un vaso. Otras aplicaciones son la localización
de oclusiones arteriales agudas o crónicas en las extremidades, la valoración de la trombosis venosa
profunda o de la incompetencia valvular, y la evaluación de la torsión testicular y el varicocele.
Equipo de monitorización fetal
La frecuencia cardíaca fetal se determina mediante instrumentos de diseño específico denominados fetoscopio y estetoscopio del Leff, con el estetoscopio clínico antes citado o con dispositivos
electrónicos basados en el efecto Doppler. El fetoscopio cuenta con una banda rígida que se ajusta
contra la cabeza de la persona que efectúa la auscultación, lo que hace innecesaria su manipulación
(fig. 3-13). La banda metálica también contribuye a la conducción ósea del sonido, de modo que
los tonos cardíacos se escuchan más fácilmente. El estetoscopio de Leff tiene un extremo que, al
ser colocado sobre el abdomen, no requiere que sea estabilizado por el médico. Estos instrumentos
permiten determinar la frecuencia cardíaca fetal a las 17-19 semanas de gestación.
Figura 3-11
Monitor y sensor de un pulsioxímetro.
(Con autorización de Nellcor Puritan Bennett LLC,
Boulder, Colorado, parte de Covidien.)
Figura 3-10
Estetoscopio estereofónico. Obsérvense la
campana y el diafragma divididos.
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64 Capítulo 3 Técnicas y equipo de exploración
El método Doppler emplea ultrasonidos continuos que captan las diferentes frecuencias del
latido del corazón fetal. Es más sensible y permite evaluar el corazón fetal a las 10-12 semanas de
gestación, o incluso antes. En ocasiones estos instrumentos cuentan con amplificadores, de modo
que el médico y los padres pueden escuchar el latido del corazón del feto al mismo tiempo.
Oftalmoscopio
El oftalmoscopio cuenta con un sistema de lentes y espejos que permite la visualización de las
estructuras internas del ojo (fig. 3-14). La fuente de luz del instrumento proporciona iluminación
a través de varias aberturas mientras se enfoca el interior del ojo. La apertura mayor, la más utilizada, genera un haz circular grande. Las diversas aperturas (descritas en la tabla 3-5) se escogen
haciendo rotar el disco de selección.
Las lentes, con diferentes niveles de aumento, se emplean para enfocar la estructura que es
objeto de exploración con luz convergente o divergente. Un indicador de lentes de iluminación
muestra el número de la lente posicionada en la apertura de visualización. Dicho número, que
oscila entre ±20 y ±140, corresponde a la capacidad de aumento (en dioptrías) de la lente. Los
números positivos (lentes convergentes) se muestran en negro, y los negativos (lentes divergentes),
en rojo. Así, cuando se esté utilizando una lente negativa, la indicación estará en rojo. La rotación
del selector de lentes en el sentido de las agujas del reloj determina la selección de lentes positivas,
mientras que cuando el sentido es inverso se seleccionan lentes negativas. La figura 3-15 muestra
las dioptrías esperadas para enfocar las estructuras del ojo. El sistema de lentes positivas y negativas
puede compensar la miopía o la hipermetropía, tanto del paciente como del explorador. En
cambio, el astigmatismo no se compensa.
El cabezal del oftalmoscopio se coloca en el mango, ajustando su adaptador al receptáculo del
cabezal y empujando hacia abajo mientras el cabezal se gira en el sentido de las agujas del reloj.
De este modo, las dos piezas quedan ensambladas.
Para conectar el oftalmoscopio, se oprime el interruptor de encendido y se gira el anillo de
control del reóstato en el sentido de las agujas del reloj hasta obtener la intensidad de iluminación
Tabla 3-5 Aperturas del oftalmoscopio
Apertura Uso en la exploración
Apertura pequeña Pupilas pequeñas
Filtro exento de rojo Produce un haz verde para la exploración del disco óptico y detección en él
de palidez o cambios vasculares mínimos; también facilita el reconocimiento
de hemorragias retinianas, y la sangre aparece de color negro
Hendidura Exploración del ojo anterior y determinación de la elevación de las lesiones
Rejilla Estimación del tamaño de las lesiones fúndicas
Figura 3-12
Doppler.
Figura 3-13
Fetoscopio.
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Capítulo 3 Técnicas y equipo de exploración 65
© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.
idónea. Cuando haya terminado de utilizar el instrumento, desconéctelo para preservar la duración del bulbo.
Un cabezal opcional «panorámico» permite disponer de un campo de observación más amplio
y aporta un mayor nivel de aumento. Cuando se utiliza este recurso, la imagen del fondo es cinco
veces mayor que con un oftalmoscopio estándar en un ojo no dilatado.
La observación oftalmoscópica se analiza más detalladamente en el capítulo 11.
Estrabismoscopio
El estrabismoscopio se emplea para la detección del estrabismo y puede usarse como parte de las
pruebas oculares en niños (fig. 3-16). Indique al niño que enfoque la vista sobre un punto de
acomodación, por ejemplo, en el póster que acompaña al instrumento. Conecte el estrabismoscopio y colóquelo sobre el ojo del paciente. Debido al efecto de espejo unidireccional, usted podrá
visualizar el interior del ojo, pero el paciente no podrá ver el instrumento. De este modo, los sutiles
movimientos oculares asociados al estrabismo serán más fácilmente detectables. Con el instrumento en posición, observe los movimientos en el ojo cubierto y descubierto. Repita la operación
en el otro ojo. El estrabismoscopio va acompañado de las correspondientes instrucciones de uso
y de una guía de interpretación de resultados.
Figura 3-15
Sección transversal longitudinal del ojo en la que se
muestran las dioptrías del cristalino para enfocar
las estructuras oculares.
Figura 3-16
Estrabismoscopio. (Por cortesía de
Welch Allyn, Skaneateles Falls, NY.)
Figura 3-14
Oftalmoscopio.
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66 Capítulo 3 Técnicas y equipo de exploración
Gráficas de agudeza visual
Tabla alfabética de Snellen. La tabla alfabética de Snellen se utiliza para el examen de
la visión a distancia (fig. 3-17, A) para adultos y niños en edad escolar con capacidad lectora y
verbal. La tabla contiene letras de tamaños graduados, con números estandarizados al final de
cada línea de letras. Los números indican el grado de agudeza visual a una distancia de unos 6m.
Otras tablas están estandarizadas para ser usadas a una distancia de 3m.
Evalúe la agudeza visual de cada ojo utilizando los números estandarizados de la tabla. La
agudeza visual se registra en forma de fracción, con un numerador de 20 (distancia en pies entre
el paciente y la tabla, equivalente a 6m) y un denominador que representa la distancia a la que
una persona con visión normal puede leer las tablas. Cuanto mayor sea el denominador peor es
la visión. El estándar para la visión normal es 20/20 (6/6). Las mediciones diferentes a 20/20 (6/6)
indican un error de refracción o un trastorno óptico. Registre la línea completa más corta que el
paciente puede leer con precisión sin equivocarse en ninguna letra. Si el paciente puede leer
algunas de las letras pero no todas las de una línea de tamaño menor, indique el número de letras
de dicha línea que el paciente lee correctamente, por ejemplo, 20/25 +2. Ello indica que el paciente
lee todas las letras en la línea 20/25 y dos de las letras de la línea 20/20.
Para niños pequeños o adultos que no puedan utilizar la tabla de Snellen se dispone de otras
opciones. Debe probarse con el mayor grado de dificultad posible que un niño sea capaz de
resolver. En general, para niños de entre 3 y 5 años, suelen emplearse la tabla de letras E o la
prueba HOTV, mientras que la tabla convencional de Snellen se utiliza para niños de 6 años o
más. En pacientes pediátricos debe aplicarse un cartón o un parche que cubra el ojo no sometido
a prueba. Asegúrese de que el niño no utiliza ese ojo a hurtadillas mientras mira al panel. Los
niños suelen situarse a unos 10 pies (3m) de la tabla para minimizar los elementos de distracción
(una distancia estandarizada). Los niños de menor edad deben ser adecuadamente instruidos
antes de realizar la prueba.
Tabla de letras E. Esta versión no alfabética de la tabla de Snellen sólo utiliza letras «E»
mayúsculas orientadas en distintas direcciones (fig. 3-17, B). La persona sometida a la prueba
Figura 3-17
Gráficos para evaluación de la
visión a distancia. A. Tabla de
Snellen. B. Tabla de letras E.
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Capítulo 3 Técnicas y equipo de exploración 67
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debe señalar la dirección hacia la que se orienta la letra «E» —arriba, abajo, izquierda o derecha—
con tres o cuatro dedos de su mano, imitando con ellos la posición.
HOTV. Esta prueba consta de un panel que sólo presenta estas letras (v. ejemplos en la web de
Evolve). El examinador indica la letra que debe leerse y el niño, por comparación, indica (marca)
la correspondiente en una tarjeta que le es entregada.
Símbolos LH (símbolos LEA). La tabla de símbolos LEA consta de cuatro ortotipos
(círculo, cuadrado, manzana, casa), todos ellos borrosos en un mismo grado. El niño debe hallar
en una gráfica o tarjeta una forma equivalente a la que se le muestra en el panel. La agudeza visual
es determinada a partir de los símbolos más pequeños que el niño puede identificar con precisión
a una distancia de unos 10 pies (3m). Por ejemplo, si puede identificar los símbolos 10/15 a esa
distancia, su agudeza visual es de 10/15 o 20/30. Si no se puede efectuar la prueba a esa distancia,
aproxime al niño al panel hasta que pueda identificar las formas de mayor tamaño; proceda
reduciendo gradualmente el tamaño de las formas. Registre la agudeza en correlación con el menor
de los símbolos identificados (número inferior) y la distancia de la prueba (número superior).
Por ejemplo, la identificación de los símbolos 10/15 a 5 pies (1,5m) se registra como 5/15 o 20/60
(más ejemplos en la web de Evolve).
Ruedas rotas. La prueba de las ruedas rotas consta de seis pares de tarjetas con los siguientes
grados de agudeza visual: 20/100, 20/80, 20/60, 20/40, 20/30 y 20/20. En cada par, una tarjeta tiene
ruedas enteras, y la otra, ruedas Landolt C o «ruedas rotas». El niño debe identificar la tarjeta con
estas últimas. Registre la agudeza en función del menor tamaño del coche en el que el niño pueda
distinguir las ruedas rotas (v. ejemplos en la web de Evolve).
Tablas de visión cercana
Para evaluar la visión cercana, pueden emplearse gráficas específicamente diseñadas, como las
tablas de Rosenbaum o Jaeger o, simplemente, una hoja de periódico. La tabla de Rosenbaum
contiene una serie de números y letras E, X y O, de tamaños graduados (v. ejemplos en la web de
Evolve). Someta a prueba y registre la visión de ambos ojos. La agudeza se registra en equivalentes
de distancia, como 20/20, o en equivalentes Jaeger, como J-2. Las valoraciones han de anotarse
sobre la tabla. Si se emplea una hoja de periódico, el paciente debe poder leerla sin dificultad.
Rejilla de Amsler
La rejilla de Amsler sirve para realizar una prueba de detección para personas con riesgo de
degeneración macular (v. ejemplos en la web de Evolve). La rejilla diferencia 10 grados de visión
central y es utilizada cuando se observan cuerpos de Drusen retinianos en el curso de una exploración oftalmológica, o bien cuando hay antecedentes familiares importantes de degeneración
macular. La rejilla consta de líneas rectas entrecruzadas a modo de cuadrícula. En el centro de la
misma aparece un punto grueso oscuro que sirve como punto de fijación. El paciente debe
observar la rejilla con los dos ojos, tapando uno cada vez. A través de la prueba se percibe la posible
presencia de distorsión o escotoma (v. capítulo 11)
Otoscopio
El otoscopio proporciona iluminación para la exploración del conducto auditivo externo y de la
membrana timpánica (fig. 3-18). El cabezal de un otoscopio tradicional se coloca en el mango del
mismo modo que en el oftalmoscopio y se gira de la misma manera. Los modelos más recientes
aportan un campo visual avanzado y se manejan de forma ligeramente diferente a los tradicionales.
Un espéculo estrecha y orienta el haz de luz. Debe seleccionarse el espéculo más grande que pueda
ajustarse con comodidad al conducto auditivo del paciente. En el capítulo 12 se analizan las técnicas específicas de exploración.
El otoscopio también se aplica a la exploración nasal cuando no se dispone de espéculo nasal.
En este caso debe emplearse el espéculo más corto y ancho, el cual se inserta en el orificio nasal
del paciente.
La fijación neumática del otoscopio se utiliza para evaluar la capacidad de fluctuación del
tímpano. Un tubo de goma corto se coloca en el cabezal del otoscopio. Al otro extremo del instrumento se conecta un bulbo de goma que, al ser presionado, impulsa golpes de aire, que inducen
el movimiento del tímpano.
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68 Capítulo 3 Técnicas y equipo de exploración
Timpanómetro
Son varios los dispositivos que pueden emplearse en la realización de una timpanometría. Esta
técnica es un medio sencillo, fiable y objetivo de evaluar la función de la cadena de huesecillos,
de la trompa de Eustaquio y de la membrana timpánica, así como la interrelación entre ellas.
Posicione el tubo en la entrada del conducto auditivo (fig. 3-19). Cuando se ha logrado un
ajuste adecuado, se introduce en el oído una cantidad conocida de energía. La magnitud de la
energía sonora equivale a la cantidad de energía introducida menos la cantidad de energía que
regresa al micrófono del instrumento. La cantidad de energía transmitida está directamente
relacionada con la distensibilidad del sistema (medida en mililitros o centímetros cúbicos de
volumen equivalente), la cual indica la magnitud de la movilidad del tímpano en el oído medio.
Una distensibilidad baja es indicativa de que una mayor energía a regresado al tubo y que menos
energía ha sido admitida por el oído medio. En cambio, una lectura de distensibilidad alta supone
que el sistema es flácido o muy móvil.
Llegados a este punto, a través del tubo se introduce una presión de 200 daPa (decapascales;
unidades de medida de presión del aire) en el conducto del oído medio. Esta presión positiva
impulsa la membrana timpánica hacia dentro, de tal forma que, en ese momento, se registra el
volumen aproximado del conducto auditivo. Este determina un valor basal a partir del cual se
traza la curva de distensibilidad. A continuación, se varía la presión en dirección negativa, controlando de manera continuada la distensibilidad del sistema. La presión se mantiene en dirección
negativa hasta que se detecta un máximo de presión o hasta que se alcanza un nivel de presión de
2.400 daPa en el conducto auditivo. El punto de máxima distensibilidad se produce cuando la
presión se iguala a ambos lados de la membrana timpánica.
El timpanograma es la representación gráfica del cambio de distensibilidad en el sistema del
oído medio a medida que varía la presión del aire. Los resultados del timpanograma aparecen en
el monitor de la sonda, o bien se obtiene una impresión de los mismos.
Espéculo nasal
El especulo nasal, dotado de una linterna tipo de bolsillo, se emplea para visualizar los cornetes
inferiores y medios de la nariz (fig. 3-20). Asegúrese de que el paciente está en una posición
cómoda. En ocasiones es necesario sujetar la cabeza del paciente o que este se tumbe para realizar
la exploración. Para que la misma sea completa, es preciso girar e inclinar la cabeza del paciente
en varias direcciones. Estabilice el espéculo con el dedo índice para evitar el contacto de las valvas
con el tabique nasal, ya que puede producir molestias. Al apretar los mangos del instrumento las
valvas se abren.
Figura 3-19
Timpanómetro.
Figura 3-18
Otoscopio con varios espéculos de varios
tamaños y dispositivo neumático adaptado.
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Capítulo 3 Técnicas y equipo de exploración 69
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Diapasón
El diapasón se emplea para evaluar la función auditiva y la sensibilidad vibratoria, como parte de
la exploración neurológica (fig. 3-21). Cuando se activa, se generan unas vibraciones que producen
ondas sonoras de una determinada frecuencia, expresada en ciclos por segundo (cps) o hercios
(Hz). Así, un diapasón de 512Hz vibra a 512 cps.
Para la evaluación auditiva se emplean diapasones de frecuencias comprendidas entre 500 y
1.000Hz, ya que con ellos se pueden estimar las pérdidas de audición en el intervalo del habla
normal, entre 300 y 3.000 Kz. Los diapasones de una frecuencia inferior pueden llevar a sobrestimar la conducción ósea y a tener una percepción errónea de las vibraciones y los sonidos. El
dispositivo se activa pinzando o golpeando las puntas del mismo, o bien golpeándolo contra los
nudillos de la mano, de modo que se genera un «pitido» leve y continuo (fig. 3-22). Dado que al
tocar las puntas el sonido se atenúa, es necesario sujetar el diapasón por la base. La audición se
evalúa a un nivel próximo al umbral, es decir, cercano a la intensidad mínima de sonido a la que
un estímulo auditivo puede escucharse. Si el diapasón se golpea con una fuerza excesiva se produce
un tono demasiado alto, por encima del nivel umbral, por lo que se ha dejar pasar un tiempo
hasta alcanzar el tono idóneo para la prueba auditiva. Las pruebas específicas con diapasón se
describen en el capítulo 12.
Para la valoración de la sensibilidad vibratoria, utilice un diapasón de baja frecuencia. La mayor
sensibilidad a la vibración se registra entre 100 y 400Hz. Active el diapasón golpeándolo contra
la base de la palma de la mano, colocando a continuación su base sobre una prominencia ósea. El
paciente percibirá la vibración como un zumbido o sonido tintineante. Las áreas en las que se
realiza esta prueba se describen en el capítulo 22.
Martillo de percusión (de reflejos)
El martillo de percusión se usa para valorar los reflejos tendinosos profundos. Sostenga el martillo
sin apretar entre los dedos índice y pulgar, de manera que pueda trazar un movimiento arqueado
rápido en una dirección controlada. Al golpear el tendón, realice un rápido giro de muñeca hacia
Figura 3-20
Espéculos nasales.
Figura 3-21
Diapasones para evaluación de la sensibilidad
vibratoria (arriba) y de la capacidad auditiva
(abajo).
Figura 3-22
Apriete y golpee ligeramente
el diapasón para activarlo.
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70 Capítulo 3 Técnicas y equipo de exploración
atrás, de modo que el martillo no prolongue el contacto sobre el tendón (fig. 3-23). El golpe debe
ser súbito y directo. Practique para conseguir un movimiento uniforme, rápido y controlado.
Puede usarse tanto el extremo agudo del martillo como el romo. Es de elección este último cuando
se golpea directamente sobre la piel del paciente. El extremo agudo es más adecuado para áreas
pequeñas, como cuando coloca el dedo sobre el tendón bicipital del paciente. El capítulo 22
contiene una detallada descripción de la evaluación de los reflejos tendinosos.
Su propio dedo también puede actuar a modo de martillo; ello se aplica especialmente a niños
pequeños, ya que para ellos el dedo resulta menos «amenazante» que el martillo. Muchos pediatras
suelen dejar el martillo al niño mientras ellos evalúan sus reflejos con el dedo.
Martillo neurológico
Una variante del martillo de percusión es el neurológico, también usado para evaluar los reflejos
tendinosos profundos. Este martillo presenta dos características adicionales que lo convierten en
un instrumento multiuso a efectos neurológicos. El mango del martillo puede desenroscarse y
dejar a la vista un cepillo de cerdas blandas. En el cabezal, un pequeño saliente puede también
desenroscarse para que quede a la vista una pequeña aguja. Estos complementos se usan para
determinar la percepción sensorial en el marco de la exploración neurológica global. El cepillo es
adecuado para la evaluación; sin embargo, el uso de la aguja no es aconsejable, dada la posibilidad
de que se produzca una infección cruzada. Es preferible utilizar una aguja desechable, un alfiler o
el extremo partido de un depresor lingual. Algunos modelos tienen una rueda rotatoria, para
evaluar la sensibilidad a los estímulos punzantes. La evaluación de la percepción sensorial se describe con detalle en el capítulo 22.
Cinta métrica
Para la medición de perímetros, longitudes y diámetros se utiliza una cinta métrica de entre 7 y
12mm de ancho. En determinados casos, es útil emplear una que mida tanto en centímetros como
en pulgadas. Se dispone de cintas de diversos materiales, como papel (desechables) o tela. La cinta
no debe estirarse, para no afectar a la precisión de las mediciones, y ha de ser flexible, para poder
medir perímetros. Como se aplica sobre la piel, es conveniente asegurarse de que sus bordes no
produzcan cortes.
Al efectuar las mediciones, asegúrese de que la cinta no es aplastada o arrugada por el cuerpo
del paciente. Al medir perímetros, realice la medición de forma ajustada, pero sin causar depresión
de la piel, ya que ello induce a error.
Al efectuar mediciones seriadas, como las de los perímetros craneal o abdominal, es importante
colocar la cinta métrica siempre en la misma posición. Si las mediciones seriadas se efectúan en
un plazo de días, un buen método para asegurar siempre la misma colocación es marcar con un
rotulador la ubicación del borde de la cinta sobre la piel, usando la marca como referencia en cada
medición. La colocación de la cinta para mediciones específicas se describe en el capítulo 5 y en
los capítulos relacionados.
Figura 3-23
A. Martillo de reflejos.
B. Utilícelo con un rápido
movimiento de muñeca.
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Capítulo 3 Técnicas y equipo de exploración 71
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Transiluminador
Un transiluminador consta de una fuente intensa de luz con un haz estrecho. El haz de se dirige
a una determinada cavidad corporal y se emplea para diferenciar los distintos medios presentes
en ella. El aire, los líquidos y los tejidos transmiten la luz de manera diferente. Gracias a ello se
puede detectar presencia de líquido en senos, de sangre o masas en el escroto, o bien anomalías
craneales en lactantes.
Se dispone de transiluminadores específicos, aunque también puede emplearse una linterna
con adaptador de goma. Cuando la situación lo requiere, es posible utilizar una linterna plana o
de bolsillo. No utilice fuentes de luz halógena, ya que pueden producir quemaduras en la piel del
paciente. En cualquier caso, la transiluminación debe realizarse en ambiente oscuro. Oriente el
haz de luz directamente hacia la zona observada y, si es necesario, cúbralo con la mano. Observe
el resplandor rojizo de la luz a través de la cavidad y anote la presencia o ausencia de iluminación,
así como cualquier posible irregularidad.
Espéculo vaginal
Un espéculo vaginal está constituido por dos valvas y un mango. Hay tres tipos fundamentales de
espéculos vaginales, que se emplean para la visualización del canal vaginal y el cuello uterino.
El espéculo de Graves está disponible en diferentes tamaños, con valvas de entre 7,5 y 12,5 cm de
largo y de entre 1,8 y 3 cm de ancho. Las valvas son curvas y queda un espacio entre ellas cuando
están cerradas. La valva inferior es aproximadamente 0,5 cm más larga que la superior, con el fin
de ajustarse a la pared vaginal posterior y facilitar la visualización. El espéculo de Pederson tiene
valvas de la misma longitud que el de Graves, pero más estrechas y planas. Se usa en mujeres con
abertura vaginal pequeña. Los espéculos pediátricos o virginales son de dimensiones más reducidas, con valvas más cortas, estrechas y planas (fig. 3-24).
Los espéculos pueden ser de plástico o de metal, que son, respectivamente, desechables o
reutilizables. Los metálicos tienen dos dispositivos de posicionamiento. La valva superior es articulada y cuenta con una palanca anexa para el pulgar. Al presionar sobre ella, el extremo distal de
la valva se eleva y el espéculo se abre. La valva puede bloquearse en posición abierta enroscando
la fijación de la palanca. Moviendo la valva hacia arriba o hacia abajo, puede regularse el grado
de abertura de los extremos terminales de las valvas, que pueden ser bloqueados, asimismo, con
una rosca situada en el mango.
El espéculo de plástico funciona de distinta manera. La valva inferior está fijada a un mango
posterior, mientras que la superior está controlada por un mango anterior. Al presionar sobre la
palanca, el extremo distal de la valva superior se eleva. Al mismo tiempo, la base del espéculo se
ensancha. Este queda fijado en posición con un cierre que hay en el mango de la valva y que queda
encajado en una hendidura de posicionamiento.
Para manejar con soltura estos dispositivos, es necesario familiarizarse con ellos y practicar con
los de ambos tipos. No espere al momento de efectuar la primera exploración, ya que pueden
producirse situaciones violentas o molestas ocasionadas por la falta de destreza en el manejo del
instrumento. La técnica de exploración con espéculo se describe en el capítulo 18.
INFORMACIÓN
CLÍNICA
Transiluminación
En comparación con las
técnicas radiológicas, la
transiluminación puede
parecer anticuada e
imprecisa. La imagen
radiológica debe utilizarse
cuando proceda; sin
embargo, la transiluminación
mantiene su valor como
herramienta clínica y es,
ciertamente, mucho menos
costosa.
Figura 3-24
Espéculos vaginales. (Tomado de
Wilson and Giddens, 2009.)
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72 Capítulo 3 Técnicas y equipo de exploración
Goniómetro
El goniómetro se emplea para determinar el grado de flexión y extensión articular. El instrumento
consta de dos brazos rectos que se intersecan, y pueden angularse y rotarse en torno a un transportador marcado con grados (fig. 3-25). Coloque el centro del transportador sobre la articulación
y alinee los brazos rectos del goniómetro con los ejes longitudinales de la extremidad. El grado de
flexión o extensión se indica sobre el transportador. La exploración específica de las articulaciones
se analiza en el capítulo 21.
Lámpara de Wood
La lámpara de Wood contiene una fuente de luz con una longitud de onda de 360nm (fig. 3-26),
la «luz negra» que induce fluorescencia en ciertas sustancias. Fundamentalmente, se usa para
determinar la presencia de hongos en las lesiones cutáneas. Oscurezca la sala, conecte la lámpara
de Wood y dirija la luz sobre el área o la lesión examinada. Una fluorescencia de color verde
amarillento indica la presencia de hongos.
El hecho de oscurecer la habitación a veces intimida a los pacientes, en especial a los pediátricos.
Tanto los niños como sus padres reaccionan positivamente si saben lo que va a suceder. Por ello,
antes de la exploración puede enfocar la lámpara sobre un objeto fluorescente (p. ej., un reloj no
digital) para que vean la luz con la que se va a investigar.
Dermatoscopio
Un dermatoscopio es un microscopio para la superficie cutánea que utiliza microscopia de epiluminiscencia (MEL), con o sin aplicación de aceite sobre las lesiones cutáneas, para iluminar o
aumentar una lesión, de modo que se pueda proceder a una inspección detallada de la superficie
de las lesiones cutáneas pigmentarias (fig. 3-27, A). La microscopia de epiluminiscencia digital
(MELD) sirve no sólo para examinar la superficie cutánea, sino también para visualizar, registrar
y documentar las capas y las estructuras situadas por debajo de la superficie de la piel (fig. 3-27, B).
La dermoscopia se utiliza para confirmar un diagnóstico o para determinar qué lesiones requieren
biopsia o extirpación; su empleo requiere entrenamiento y experiencia.
Calibre para medir el grosor del pliegue cutáneo
Los calibres para medir el grosor del pliegue cutáneo están diseñados para efectuar la medición
del grosor del tejido subcutáneo en determinados puntos del cuerpo (fig. 3-28). Suelen emplearse
calibres específicamente probados y calibrados, como los de Lange y Harpenden. El pliegue
cutáneo se pinza de modo que los lados de la piel queden paralelos. Coloque las ramas del calibre
en el borde del pliegue, con cuidado de no pinzar tejido óseo o muscular. Apriete el calibre de
Figura 3-25
Goniómetro.
Figura 3-26
Lámpara de Wood. El color violeta de la piel indica
que no hay infección fúngica. (Tomado de Thompson
and Wilson, 1996.)
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Capítulo 3 Técnicas y equipo de exploración 73
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manera que sujete el pliegue cutáneo sin llegar a comprimirlo. La técnica específica de medición
del pliegue tricipital se describe en el capítulo 5.
Monofilamento
Un monofilamento es un dispositivo diseñado para valorar la pérdida de sensación protectora,
particularmente en la superficie de la planta del pie (fig. 3-29, A). Al doblarse, el monofilamento
aplica una presión de 10 g. Los pacientes que no perciben la su aplicación cuando se dobla han
perdido la sensibilidad protectora y presentan un mayor riesgo de lesión.
Aplique el microfilamento en diversas áreas de piel intacta de la superficie plantar, incluyendo
el dedo gordo, el talón y la parte anterior de la planta del pie (fig. 3-29, B). Bloquee el monofilamento en su mango formando un ángulo de 90°. Con el paciente con los ojos cerrados, aplique
el monofilamento en perpendicular a la superficie plantar y presione hasta que el instrumento se
doble. La selección de los puntos de aplicación es aleatoria y cada una de ellas se prolonga al menos
1,5 s. Pregunte al paciente si percibe el monofilamento. Varíe los intervalos entre las aplicaciones.
Anote la respuesta en cada localización. Limpie el monofilamento con alcohol. En el capítulo 22
se ofrece una exposición más detallada del uso del monofilamento.
Figura 3-27
Dermatoscopios. A. Microscopio de
epiluminiscencia. B. Microscopio
de epiluminiscencia digital. (A, por cortesía de
Welch Allyn, Skaneateles Falls, NY. B, por cortesía
de 3Gen LLC, Dana Point, CA.)
Figura 3-28
Calibre para medición del grosor del pliegue
tricipital. Sujete el mango y apriete la palanca con
el pulgar.
Figura 3-29
A. Monofilamento. B. Presione el
monofilamento contra la piel con
la fuerza suficiente como para que
se doble.
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74 Capítulo 3 Técnicas y equipo de exploración
CUADRO 3-7
¿Qué equipo es necesario adquirir?
Durante su formación, los estudiantes conocen una amplia diversidad de instrumental aplicado
en la exploración física. Por ello es frecuente que se pregunten: «¿Qué necesito adquirir
realmente?». En buena medida, la respuesta depende de dónde se esté trabajando. Por ejemplo,
en una consulta clínica privada es conveniente disponer de oftalmoscopio y otoscopio fijados a
la pared, que no son imprescindibles en un entorno hospitalario.
La lista siguiente se ofrece a modo de orientación del equipo que se utiliza con mayor
frecuencia y del que conviene disponer. El precio de los estetoscopios, otoscopios,
oftalmoscopios y equipo de medición de la presión arterial oscila dentro de amplios márgenes.
Considerando que se trata de una inversión económica significativa, a la hora de decidir las
características que mejor se ajustan a sus necesidades, evalúe en cada caso la calidad del
instrumento y su garantía, así como las prestaciones de servicio técnico indicadas por el
fabricante:
• Estetoscopio
• Oftalmoscopio
• Otoscopio
• Manguito y manómetro de medición de presión arterial
• Regla centimetrada
• Cinta métrica
• Martillo de reflejos
• Diapasones: de 500 a 1.000Hz para evaluación de la audición; de 100 a 400Hz para valorar
la sensación vibratoria
• Linterna de bolsillo
• Tabla de valoración de la visión cercana
© 2011. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos 75
La valoración del estado mental constituye una de las partes más complejas de la exploración
neurológica. El estado mental es la expresión global de las respuestas emocionales, del estado de
ánimo, de la función cognitiva (capacidad para pensar, razonar y emitir juicios) y de la personalidad de un individuo. Un elemento importante de la exploración es la identificación de las
capacidades y destrezas para la interacción con el entorno. Este capítulo se centra en la evaluación
del estado mental en lo referente al estado cognitivo global del individuo. Véase el capítulo 22
para más información sobre la valoración de las lesiones neurológicas que causan alteración del
estado mental.
Estado mental 4
Capítulo
Media Link
Pueden encontrarse vídeos, listas de comprobación, resúmenes de exploración y otros recursos
útiles en la página web complementaria: http://evolve.elsevier.com/Seidel.
• Audios y videos de exploración física
• Impresos para la práctica: guías para la
educación del paciente
• Guías de evaluación
• Listas de comprobación de los antecedentes
y de la exploración física
• Pruebas interactivas
• Cuadros de información clínica
• Guías de factores de riesgo
• Resúmenes de exploración descargables para
PDA, imprimibles y en formato audio
• Calculadoras instantáneas
Sinopsis de exploración física
A continuación puede leer una sinopsis de los pasos necesarios para llevar a cabo un examen del estado mental.
Estos procedimientos se explican detalladamente en este
capítulo y están disponibles en (http://evolve.elsevier.
com/Seidel) en formato PDF imprimible o en formatos descargables para PDA, iPod o Smartphone.
1. Observe el aspecto físico y la conducta (págs. 79-80).
2. Valore las capacidades cognitivas (págs. 80-83)
• Estado de conciencia
• Respuesta a las analogías
• Razonamiento abstracto
• Cálculo aritmético
• Memoria
• Intervalo de atención
3. Observe el habla y el lenguaje, valorando los siguientes elementos (págs. 84-85):
• Calidad de la voz
• Articulación
• Coherencia
• Comprensión
4. Evalúe la estabilidad emocional en función de (págs. 85-86):
• Signos de depresión o ansiedad
• Trastorno del contenido del pensamiento
• Alucinaciones
A
NATO
MÍA Y FISIOLO
GÍA
76 Capítulo 4 Estado mental
El cerebro es el responsable fundamental del estado mental de una persona. Numerosas áreas del
cerebro contribuyen al funcionamiento global de los procesos mentales del individuo. El cerebro
se halla integrado por dos hemisferios, cada uno de ellos dividido en lóbulos. La capa externa gris,
o corteza cerebral, aloja las funciones mentales superiores, y es responsable de la percepción y de
la conducta (fig. 4-1).
El lóbulo frontal, que contiene la corteza motora, está asociado con el habla (en el área de
Broca). Este lóbulo es responsable de la conducta orientada a un fin, de la capacidad de concentración y de la memoria a corto plazo. Las áreas asociadas y relacionadas con las emociones, los
sentimientos, la iniciativa y la conciencia de uno mismo y las respuestas vegetativas vinculadas a
los estados emocionales también tienen su origen en el lóbulo frontal.
El lóbulo parietal es responsable fundamentalmente del procesado de los datos sensoriales a
medida que son recibidos.
El lóbulo temporal se encarga de la percepción y la interpretación de los sonidos, así como de
la identificación de su fuente. En él se encuentra el área de Wernicke, que permite la comprensión
del lenguaje hablado y escrito. El lóbulo temporal también interviene en la integración de conducta, sentimientos y personalidad, así como en la memoria a largo plazo.
El sistema límbico interviene en ciertos patrones de comportamiento que determinan la supervivencia (p. ej., el apareamiento, la agresión, el miedo y el apego). Aquí tienen su origen reacciones
frente a emociones como la ira, el amor, la hostilidad y la envidia, aunque la expresión de las
emociones y la conducta se halla mediada por conexiones entre el sistema límbico y el lóbulo
frontal.
El sistema reticular activador (SRA) del tronco del encéfalo regula el nivel de alerta o vigilia.
La interrupción del SRA ascendente puede dar lugar a alteración del estado mental (p. ej., confusión y delirio).
LACTANTES Y NIÑOS
Todas las células del cerebro están presentes en el individuo en el momento de nacer, pero el
desarrollo cerebral tiene lugar a lo largo de los primeros años de la vida, con la progresiva mielinización de las células nerviosas. Agresiones al cerebro, como son las infecciones, los traumatismos
o los desequilibrios metabólicos, pueden dañar las células cerebrales y dar lugar a una disfunción
potencialmente grave del estado mental.
ADOLESCENTES
La maduración intelectual se acompaña de una mayor capacidad para el procesado de la información y el desarrollo del vocabulario. El pensamiento abstracto (es decir, la capacidad para
Anatomía y fisiología
Figura 4-1
Subdivisiones funcionales de la
corteza cerebral. (Modificado de
Thibodeau and Patton, 2003.)
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REVISIÓN DE LOS
A
N
TECEDEN
TES
R
ELACI
O
N
A
D
O
S
Capítulo 4 Estado mental 77
desarrollar teorías, utilizar el razonamiento lógico, realizar planes de futuro, emplear generalizaciones y considerar riesgos y posibilidades) se desarrolla durante este período. La capacidad de
juicio empieza a desarrollarse con la educación, la inteligencia y la experiencia.
ADULTOS MAYORES
La función cognitiva más sensible al envejecimiento es la velocidad a la que la información nueva
es percibida, codificada, procesada y recuperada. En el anciano, el declive de las funciones cognitiva
y de desempeño de las actividades diarias ha de ser mínimo, salvo si se desarrolla algún trastorno
sistémico o neurológico. Sin embargo, con el envejecimiento, pueden registrarse pérdida de
memoria reciente, aumento del tiempo de respuesta y una menor capacidad para la retención de
información compleja (Milisen et al., 2005). Es posible que la memoria remota sea más eficaz que
la memoria a corto plazo. La educación superior se ha relacionado con una memoria y una función
cognitiva mejores en etapas avanzadas de la vida (Ball y Birge, 2002).
Para cada uno de los síntomas o trastornos tratados en esta sección se refieren las cuestiones
específicas que deben incluirse en la historia clínica. Las respuestas a las preguntas sobre tales
cuestiones proporcionan pistas que orientan la exploración física y el desarrollo de una adecuada
evaluación diagnóstica. En todas las áreas son importantes las preguntas relacionadas con el uso
de fármacos (preparados con y sin prescripción), así como con las terapias complementarias o
alternativas.
ANTECEDENTES DE LA ENFERMEDAD ACTUAL
◆ Desorientación y confusión
◆ Inicio brusco o insidioso: intermitente, fluctuante o persistente; asociación con momento
del día o crisis emocional incontenible
◆ Problemas de salud asociados: pérdida de visión o audición; trastorno neurológico, oclusión
vascular o lesión cerebral; infección sistémica; abstinencia alcohólica; trastorno metabólico
o electrolítico
◆ Síntomas asociados: delirios, alucinaciones (percepciones imaginarias), cambios de humor,
ansiedad, tristeza, aletargamiento o agitación, insomnio, alteraciones del apetito, toxicidad
farmacológica
◆ Fármacos: anticolinérgicos, benzodiacepinas, analgésicos opioides, antidepresivos tricíclicos, levodopa o amantadina, diuréticos, digoxina, antiarrítmicos, sedantes, hipnóticos o
terapias complementarias o alternativas, como ginkgo biloba e hipérico
◆ Depresión
◆ Pensamientos o sentimientos turbadores, preocupación constante; cambio en la visión de
la vida o alteración de los sentimientos; sensación de desesperación; incapacidad para controlar los sentimientos
◆ Nivel bajo de energía, despertar con sensación de cansancio, agitación; se siente mejor por
la mañana o por la noche
◆ Cambios recientes en la situación vital; muerte o traslado de amigos o familiares; alteraciones de la salud física
◆ Sensación de estar haciéndose daño a uno mismo; ideación de hacerse daño a uno mismo;
pensamientos sobre la muerte; ausencia de planes de futuro
◆ Fármacos: antidepresivos; terapias alternativas o complementarias; medicamentos que
pueden causar o empeorar la depresión (p. ej., agentes antihipertensivos, corticoesteroides,
betabloqueantes, bloqueantes de los canales del calcio, barbitúricos, fenitoína, esteroides
anabólicos)
◆ Ansiedad
◆ Episodios súbitos y sin motivo aparente de miedo intenso, ansiedad o pánico; el sujeto con
miedo es incapaz de pedir ayuda o de huir en determinadas situaciones; incapacidad para
REVISIÓN DE LOS ANTECEDENTES RELACIONADOS
REVISIÓN DE LOS
A
N
TECEDEN
TES
R
ELACI
O
N
A
D
O
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78 Capítulo 4 Estado mental
controlar la preocupación; dedica más tiempo del necesario a realizar o revisar cosas
repetidamente
◆ Evita o se siente incómodo en situaciones que implican estar con gente
◆ Experiencia previa de episodio traumático o aterrador
◆ Síntomas asociados: ataques de pánico, pensamientos obsesivos o comportamientos compulsivos
◆ Fármacos: antidepresivos, esteroides, benzodiacepinas; terapias alternativas o complementarias
Antecedentes médicos
◆ Trastorno neurológico, cirugía cerebral, lesión cerebral, efectos residuales, enfermedad crónica
o debilitante
◆ Trastorno psiquiátrico u hospitalización
ANTECEDENTES FAMILIARES
◆ Trastornos psiquiátricos, enfermedad mental, alcoholismo
◆ Enfermedad de Alzheimer
◆ Trastornos del aprendizaje, retraso mental, autismo
ANTECEDENTES PERSONALES Y SOCIALES
◆ Estado emocional: sentimientos hacia uno mismo; ansiedad, intranquilidad o irritabilidad;
desánimo o frustración; problemas económicos, laborales, legales, matrimoniales o relacionados con los niños; capacidad para afrontar las actuales circunstancias estresantes de la
vida
◆ Objetivos y actitud frente a la vida, relaciones familiares
◆ Nivel intelectual: educación, acceso a la información, estímulos mentales
◆ Patrón de comunicación, capacidad de comprensión de las preguntas, lenguaje apropiado y
coherente, alteraciones de la memoria o de los procesos de pensamiento cognitivo
◆ Alteraciones del sueño o de los patrones de alimentación; cambios en el apetito, pérdida o
aumento de peso; disminución de la actividad sexual
◆ Consumo de alcohol o drogas, especialmente de aquellas que alteran el estado de ánimo
NIÑOS
◆ Habla y lenguaje: primeras palabras, comprensión de palabras, progreso hacia secuencias de
palabras y frases
◆ Conducta: rabietas, facilidad para separarse de la familia o para adaptarse a nuevas
situaciones
◆ Realización de actividades de autocuidado: vestirse, ir al baño, comer
◆ Personalidad y patrones de conducta: cambios relacionados con un acontecimiento concreto,
una enfermedad o un traumatismo
◆ Dificultades de aprendizaje o en la escuela: asociadas al grado de interés, a hiperactividad o a
la capacidad de concentración
ADOLESCENTES
◆ Conductas de riesgo
◆ Rendimiento escolar e interacción con coetáneos
◆ Relaciones familiares, renuencia a comunicar y a hablar de actitudes y experiencias
ADULTOS MAYORES
◆ Alteraciones de la función cognitiva, de los procesos de pensamiento y de la memoria; asociación con fármacos prescritos, como antibióticos b-lactámicos, corticoesteroides y otros agentes
ya mencionados (Karch, 2005)
◆ Depresión: dolencias somáticas, desolación, desvalimiento, falta de interés por el cuidado
personal
EXPLORACIÓN Y HALLAZG
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Capítulo 4 Estado mental 79
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El estado mental se valora de manera continuada durante la interacción con un paciente, consistente en la evaluación del estado de alerta, de la orientación, de las aptitudes cognitivas y del estado
de ánimo del paciente (cuadro 4-1). Observe el aspecto físico de este y su comportamiento,
y valore las respuestas a las preguntas formuladas durante la elaboración de la historia clínica
(fig. 4-2). Tome nota de las variaciones en la respuesta a preguntas de complejidad diferente. El habla
debe presentar una clara articulación. Las preguntas han de ser contestadas de manera adecuada,
con expresión lógica de las ideas en relación con acontecimientos pasados y presentes.
ASPECTO FÍSICO Y CONDUCTA
Aseo personal
Un estado deficiente de higiene, la falta de interés por el aspecto o el uso de ropa inadecuada para
la estación o la ocasión en un individuo antes aseado pueden ser indicativos de depresión, trastorno psiquiátrico o demencia.
Estado emocional
La actitud del paciente debe demostrar un interés apropiado en relación con las cuestiones tratadas. Considere las variaciones por motivos de cultura cuando evalúe las respuestas emocionales.
EXPLORACIÓN Y HALLAZGOS
Figura 4-2
En la presentación inicial, observe
la conducta, el estado emocional,
el aseo personal y el lenguaje
corporal del paciente.Tome nota
de su postura y de su capacidad
para establecer contacto visual.
Cuadro 4-1
Procedimientos de cribado en la exploración del estado mental
Habitualmente, en las visitas de salud, cuando aparentemente no existe ningún problema
neurológico conocido, se utiliza una prueba de cribado más corta. En general, la información
se obtiene durante la recopilación de los datos de la historia clínica en las siguientes áreas
(págs. 79-86):
Aspecto y comportamiento
• Aseo personal
• Estado emocional
• Lenguaje corporal
Estabilidad emocional
• Estado de ánimo y sentimientos
• Procesos de pensamiento
Aptitudes cognitivas
• Estado de conciencia
• Memoria
• Intervalo de atención
• Capacidad de juicio
Habla y lenguaje
• Calidad de la voz
• Articulación
• Comprensión
• Coherencia
• Afasia
EXPLORACIÓN Y HALLAZG
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80 Capítulo 4 Estado mental
Tome nota de la conducta del paciente cuando denote abandono, apatía, pérdida de reacciones
simpáticas, docilidad inusual, reacciones de rabia o excesiva irritabilidad.
Lenguaje corporal
El paciente debe mantener una postura erguida. En muchas culturas, lo normal es que el individuo
mantenga contacto visual con el médico. Una postura descompuesta o la falta de expresión facial
pueden ser indicativas de depresión o de un trastorno neurológico, como, por ejemplo, enfermedad de Parkinson. Movimientos excesivamente enérgicos o una mirada siempre alerta sugieren
tensión, obsesión, ansiedad o un trastorno metabólico.
Estado de conciencia
El paciente debe estar orientado en tiempo, espacio y persona, y proporcionar respuestas adecuadas a preguntas, así como a estímulos físicos y ambientales (tabla 4-1). La desorientación con
respecto a la persona puede ser el resultado de un traumatismo cerebral, de convulsiones o de
amnesia. La desorientación espacial se registra por trastornos psiquiátricos, delirio y deterioro
cognitivo. Por otra parte, la desorientación temporal se asocia a ansiedad, delirio, depresión y
deterioro cognitivo.
CAPACIDADES COGNITIVAS
Evalúe las funciones cognitivas a medida que el paciente vaya respondiendo a las preguntas en el
proceso de recopilación de datos de la historia clínica. Preguntas y tareas concretas permiten una
valoración más detallada de la capacidad de cognición y de la ejecución de procesos mentales
complejos (p. ej., aprendizaje, percepción, toma de decisiones y memoria). Se dispone de diversas
pruebas de cribado para valorar la capacidad cognitiva, pero la Mini-Mental State Examination
(MMSE) es, hasta la fecha, la más estudiada (figs. 4-3 y 4-4; «Práctica basada en evidencias en la
exploración física»).
El mini-Cog es una breve prueba de cribado que se utiliza para valorar la función cognitiva y
que requiere apenas 3-5 min (fig. 4-5). Pida al paciente que escuche atentamente y que recuerde
tres palabras sin relación alguna entre ellas (p. ej., «rojo», «plato» y «leche») e, inmediatamente
después, que las repita. No se debe prestar ayuda si el paciente no repite alguna palabra. A continuación, pídale que dibuje la esfera de un reloj. Una vez que haya dibujado los números en la
esfera, dígale que trace las manecillas de manera que indiquen una determinada hora. Cuando
esté completada la esfera, pida al paciente que repita las tres palabras. Es de esperar que sitúe todos
los números de la esfera del reloj en la posición adecuada y con las manecillas orientadas según
la hora requerida. La prueba se considera negativa para demencia cuando el paciente recuerda las
tres palabras o cuando recuerda dos palabras y la esfera del reloj que ha dibujado es normal
(Borson et al., 2000). El mini-Cog tiene una sensibilidad del 76 al 99% y una especificidad del 89 al
96% en la detección de una probable demencia. Se ha utilizado con éxito en poblaciones de
habla tanto inglesa como no inglesa y culturalmente distintas, así como con diferentes niveles de
educación (Doerflinger, 2007).
Entre los signos de posible deterioro cognitivo se encuentran los siguientes: pérdida importante
de memoria, confusión (deterioro de función cognitiva con desorientación, déficits de memoria
y de atención, y dificultad para responder a preguntas o para seguir instrucciones), deterioro de
la comunicación, sentimientos inapropiados, dificultades para el cuidado personal, conducta
arriesgada, agitación y recelos.
Estado mental
Puede encontrar un
vídeo sobre la evaluación
de capacidades
cognitivas concretas en
INFORMACIÓN CLÍNICA
La importancia
de la validación
Si le preocupa alguna
conducta o respuesta del
paciente, es importante que
hable con un miembro de la
familia u otro observador
independiente, y le pregunte
si el paciente ha tenido o
tiene problemas en relación
con alguna de las siguientes
actividades: olvida citas o
acontecimientos importantes,
paga sus facturas, se encarga
de forma autónoma de
comprar ropa y comida,
toma sus fármacos, se pierde
cuando sale en coche o a
caminar, toma decisiones
sobre la vida diaria o
pregunta la misma cuestión
una y otra vez (Maslow and
Mezey, 2008).
Tabla 4-1 Niveles de conciencia no esperables
Nivel Características
Aletargamiento Se muestra amodorrado y se duerme rápidamente, pero una vez que se
despierta responde adecuadamente
Embotamiento Somnoliento y aún amodorrado cuando se le despierta, disminución del nivel
de alerta e interés limitado por el entorno
Estupor Responde sólo a estímulos dolorosos, visuales o verbales repetidos e intensos,
deja de responder en ausencia de estímulos
Coma No responde ni tan siquiera a estímulos dolorosos
EXPLORACIÓN Y HALLAZG
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Capítulo 4 Estado mental 81
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Analogías
Pida al paciente que describa analogías sencillas y después analogías más complejas:
◆ ¿En qué se parecen estos objetos?: ¿melocotones y limones?, ¿océano y lago?, ¿trompeta y
flauta?
◆ Complete esta comparación: ¿un motor es a un avión como un remo es a una…?
◆ ¿En qué se diferencian estos dos objetos?: ¿una revista y un listín telefónico?, ¿un arbusto y un
árbol?
Práctica basada en evidencias en la exploración física
Mini-Mental State Examination
La Mini-Mental State Examination (MMSE) es una breve herramienta estandarizada de cribado que se utiliza para valorar la función
cognitiva y para detectar cambios en el tiempo (v. fig. 4-3). Los 11 elementos de medición de orientación, retención, atención y
cálculo, memoria y lenguaje llevan aproximadamente 10 min (Folstein et al., 1985). Una puntuación de 24 a 26 sobre un total de
30 puntos se considera un resultado positivo. La MMSE tiene una sensibilidad del 71 al 92% y una especificidad del 56 al 96% para la
detección de demencia. Las puntuaciones obtenidas en la MMSE varían con la edad, la educación y el origen étnico (Boustani et al.,
2003). La figura 4-4 muestra la valoración de la capacidad para copiar en la parte dedicada al lenguaje dentro de la MMSE.
Figura 4-3
Elementos de muestra de la Mini-Mental State Examination (MMSE). (Reproducido con autorización especial
a partir de Publisher, Psychological Assessment Resources, Inc., 16204 North Florida Avenue, Lutz, Florida 33549,
tomado de Mini-Mental Examination by Marshal Folstein and Susan Folstein, Copyright 1975, 1998, 2001 by
Mini Mental LLC, Inc. Published 2001 by Psychological Assessment Resources, Inc. Queda prohibida toda
reproducción sin autorización de PAR, Inc. La MMSE puede adquirirse online en PAR, Inc., http://www.parinc.
com o llamando al (813) 968-3003.)
Figura 4-4
Las tareas de copiar intersecciones
de pentágonos y dibujar una esfera
de reloj forman parte de la
Mini-Mental State Examination.
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82 Capítulo 4 Estado mental
Cuando el paciente tiene una inteligencia media, las respuestas que da son correctas. La incapacidad para describir similitudes o diferencias puede ser indicativa de una lesión del hemisferio
cerebral izquierdo o dominante.
Razonamiento abstracto
Pida al paciente que explique el significado de una fábula, un proverbio o una metáfora, como,
por ejemplo:
◆ Más vale prevenir que curar.
◆ Más vale pájaro en mano que ciento volando.
◆ Piedra que rueda no cría moho.
Cuando el paciente tiene una inteligencia media, aporta una interpretación adecuada. La incapacidad para explicar una frase puede indicar déficit cognitivo, demencia, lesión cerebral o
esquizofrenia.
Cálculo aritmético
Pida al paciente que resuelva una sencilla operación aritmética sin lápiz ni papel, como la
siguiente:
◆ Reste 7 a 50; reste 7 al resultado; y continúe así hasta que la solución sea 8.
◆ Sume 8 a 50; añada 8 al total; y continúe así hasta que la respuesta sea 98.
Figura 4-5
El mini-Cog es un método breve
de cribado para la medición de la
función cognitiva.
EXPLORACIÓN Y HALLAZG
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Capítulo 4 Estado mental 83
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Los cálculos deben completarse con pocos errores y en 1 min si el paciente tiene una inteligencia
media. Una deficiencia en las habilidades aritméticas puede estar asociada a depresión y enfermedad cerebral difusa.
Capacidad de escritura
Pida al paciente que escriba su nombre y dirección, o una frase dictada. La omisión o la escritura
adicional de letras, sílabas o palabras o la escritura especular pueden indicar afasia (deficiencia de
función del lenguaje). Como alternativa, si duda de la capacidad de escritura del paciente, pídale
que dibuje figuras geométricas sencillas (p. ej., triángulo, círculo o cuadrado) y después figuras
más complejas, como la esfera de un reloj, una casa o una flor. La escritura o los dibujos descoordinados pueden sugerir demencia, daño de lóbulo parietal, lesión cerebelosa o neuropatía
periférica.
Ejecución de habilidades motoras
Si la paciente es mujer, pídale que se pinte los labios con una barra de carmín o, independientemente del sexo, que se peine el cabello con un cepillo. La apraxia (incapacidad para convertir la
intención en acción) no relacionada con parálisis ni con falta de comprensión puede indicar
trastorno cerebral.
Memoria
La memoria inmediata o el aprendizaje se valoran pidiendo al paciente que escuche y después
repita una frase o una serie de números. Generalmente, suelen repetirse entre cinco y ocho
números hacia delante o entre cuatro y seis números hacia atrás. Para evaluar la memoria reciente,
conceda al paciente un tiempo breve para que observe cuatro o cinco objetos y hágale saber que
le preguntará sobre ellos pasados unos minutos. Diez minutos más tarde, pida al paciente que
nombre los objetos. Debe recordar todos los objetos. Para valorar la memoria remota, pregunte
al paciente sobre episodios verificables del pasado, como su lugar de nacimiento, el instituto en el
que estudió o cualquier asunto de conocimiento habitual.
La pérdida de memoria puede ser el resultado de una enfermedad, una infección o un traumatismo del lóbulo temporal. Se registran problemas de memoria en diversos trastornos neurológicos y psiquiátricos, como la ansiedad y la depresión. La pérdida de memoria reciente o
inmediata, con mantenimiento de memoria remota, sugiere demencia.
Intervalo de atención
Pida al paciente que siga una serie corta de instrucciones o que nombre los días de la semana o
que deletree la palabra MUNDO hacia delante o hacia atrás. La capacidad para realizar cálculos
aritméticos es otra manera de valorar el intervalo de atención. Cabe esperar una respuesta acorde
con las instrucciones. La tendencia a la distracción, la confusión o el negativismo, y los problemas
de memoria reciente y remota pueden ser todos ellos elementos indicativos de disminución del
intervalo de atención. Puede tener relación con fatiga, depresión, delirio o causas tóxicas o
metabólicas, que dan lugar a confusión.
Capacidad de juicio
Determine las aptitudes del paciente para el discernimiento y el razonamiento, explorando las
siguientes áreas:
◆ ¿Cómo afronta el paciente sus obligaciones sociales y familiares?
◆ ¿Cuáles son los planes de futuro del paciente? ¿Parecen apropiados?
◆ Pida al paciente que aporte soluciones a situaciones hipotéticas, como: «¿Qué haría usted si se
encontrara un sobre franqueado?». «¿Qué haría si un policía le parara después de pasarse un
semáforo en rojo?»
Si el paciente tiene obligaciones sociales y familiares, y afronta de manera adecuada asuntos laborales,
se considera que mantiene el juicio intacto. El paciente ha de ser capaz de evaluar las situaciones que se
le plantean y de dar soluciones apropiadas. Una capacidad de juicio deficiente puede indicar retraso
mental, trastornos emocionales, lesión de lóbulo frontal, demencia o psicosis.
Estado mental
Puede encontrar un
vídeo sobre la evaluación
de la memoria en
INFORMACIÓN CLÍNICA
Prueba de memoria en
personas con discapacidad
visual
En los casos en los que el
paciente presente una
discapacidad visual, compruebe
la memoria reciente utilizando
palabras no relacionadas entre
sí en lugar de objetos. Escoja
cuatro palabras no
relacionadas cuyos nombres
tengan sonidos bien
diferenciados, como «verde»,
«narciso», «héroe» y «sofá»; o
«pájaro», «alfombra», «tesoro»
y «naranja». Diga al paciente
que recuerde estas palabras.
Pasados 5 min, pídale que
pronuncie las cuatro palabras.
EXPLORACIÓN Y HALLAZG
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84 Capítulo 4 Estado mental
CAPACIDADES DE HABLA Y LENGUAJE
Si el paciente muestra dificultades para comunicarse durante la recopilación de los datos de la
historia clínica, debe llevarse a cabo una detenida evaluación de sus aptitudes para la comunicación, tanto receptiva como expresiva. La voz del paciente debe presentar inflexiones y ser clara y
fuerte, y el individuo ha de ser capaz de aumentar el volumen. El habla debe ser fluida y articulada,
con expresión clara de los pensamientos.
Calidad de la voz
Determine si existe cualquier dificultad o molestia en la fonación o producción de los sonidos laríngeos
del habla. La disfonía, una alteración del volumen, de la calidad (p. ej., voz ronca, nasal o sibilante) o
del tono de la voz, sugiere un problema de inervación laríngea o una enfermedad de la laringe.
Articulación
Valore el habla espontánea en cuanto a pronunciación y facilidad de expresión. Una articulación
anómala puede consistir en la pronunciación incorrecta o arrastrada de consonantes, en la dificultad
para la emisión de un sonido aislado del habla, en vacilaciones, repeticiones o tartamudeo. La disartria, un trastorno motor del habla, se asocia a numerosos trastornos del sistema nervioso, como ictus,
embriaguez, parálisis cerebral y enfermedad de Parkinson.
Comprensión
Pida al paciente que siga unas instrucciones sencillas de uno o dos pasos durante la exploración,
siguiendo la misma pauta que en la valoración del intervalo de atención. El paciente ha de ser
capaz de seguir instrucciones sencillas.
Coherencia
El paciente debe ser capaz de transmitir con claridad sus intenciones y percepciones. Algunas de
las características de la comunicación que pueden asociarse a un trastorno psiquiátrico son:
◆ Circunlocuciones: pantomima o sustitución de una palabra para no revelar el olvido de la
misma
◆ Perseverancia: repetición de una palabra, una frase o un gesto
◆ Fuga de ideas o uso de asociaciones dispersas: palabras o frases desordenadas
◆ Neologismos: palabras con significado solo para el paciente
Diagnóstico diferencial
Identificación de las características de las afasias
Características
Afasia de Broca
(expresiva)
Afasia de
Wernicke
(receptiva)
Afasia global
(expresiva y
receptiva)
Comprensión de
palabras
De aceptable a buena Oye las palabras, pero
no es capaz de
relacionarlas con
experiencias previas
Ausente o reducida al
nombre propio de
la persona, pocas
palabras escogidas
Habla espontánea Deficiente fluidez
verbal; gran
esfuerzo para
hablar; habla
telegráfica (omisión
de palabras clave)
Habla fluida; utiliza
neologismos,
circunlocuciones;
puede resultar
totalmente
incomprensible
Ausente o reducida a
escasos sonidos o
palabras
Comprensión lectora Intacta Deficiente Gravemente deteriorada
Escritura Deficiente Deficiente Gravemente deteriorada
EXPLORACIÓN Y HALLAZG
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Capítulo 4 Estado mental 85
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◆ Asociación de sonidos: elección de la palabra sobre la base del sonido, de manera que las palabras riman, pero no tienen sentido
◆ Ecolalia: repetición de las palabras de otra persona
◆ Articulación de sonidos inusuales
La afasia es un trastorno del habla que puede afectar a la recepción o a la expresión. Pueden indicar
afasia las vacilaciones y otros trastornos en el ritmo del habla, la omisión de sílabas o palabras, la
transposición de una palabra, las circunlocuciones y los neologismos. La afasia puede ser el resultado
de debilidad de la musculatura facial o de la lengua, o de una lesión neurológica que afecte a regiones
cerebrales encargadas del control del lenguaje y del habla. Las características de los distintos tipos
de afasia aparecen reflejadas en la tabla «Diagnóstico diferencial» de la página 84.
ESTABILIDAD EMOCIONAL
La estabilidad emocional se evalúa cuando el paciente no parece enfrentarse adecuadamente a sus
necesidades personales o no tiene los recursos necesarios para atenderlas.
Estado de ánimo y sentimientos
Durante la exploración física, observe la expresión emocional y el estado de ánimo del paciente a
través de la conducta verbal y no verbal. Tome nota de cualquier cambio de humor o conducta
que indique ansiedad, depresión, enfado, hostilidad o hipervigilancia.
Pregunte al paciente cómo se siente en ese momento, si sus sentimientos constituyen un problema en su vida diaria y si hay momentos o experiencias que le resultan particularmente difíciles.
Algunas preguntas recomendadas para valorar la depresión son las siguientes (U.S. Preventive
Health Task Force, 2002b):
◆ ¿Se ha sentido mal, deprimido o desesperado en las últimas 2 semanas?
◆ ¿Ha sentido escaso interés o agrado por hacer cosas en las últimas 2 semanas?
Una respuesta positiva a ambas preguntas indica la necesidad de formular otras preguntas que
exploren síntomas de depresión como la fatiga, la inquietud y la falta de concentración.
El paciente debe manifestar sensaciones apropiadas y acordes con la situación. La falta de respuesta, la desesperación, la agitación, la agresión, la ira, la euforia, la irritabilidad o cambios
importantes de humor indican trastornos que afectan al estado de ánimo, a los afectos y a los
sentimientos. Identifique el riesgo potencial de suicidio.
Proceso de pensamiento y contenido
Observe los patrones de pensamiento del paciente, valorando la secuencia, la lógica, la coherencia y
la relevancia en relación con los temas tratados. El proceso de pensamiento del paciente debe ser fácil
de seguir, con expresión de ideas lógicas y orientadas hacia un objetivo. Los procesos de pensamiento
ilógicos o no realistas, el bloqueo (es decir, una pausa inapropiada en mitad de un pensamiento, de
una frase o de una locución) o la falta de fluidez de pensamiento (p. ej., repetición de una palabra,
de una frase o de un comportamiento) indican un trastorno emocional o psiquiátrico.
Estado mental
Puede encontrar un vídeo
sobre la evaluación de la
estabilidad emocional en
Factores de riesgo
Suicidio
• Hombre mayor no casado que vive solo
• Adolescente que ha perdido prestigio recientemente en algún incidente que puede parecer
trivial a los demás
• Pérdida de un ser querido, aislamiento social
• Alteración del estado de ánimo de 2 semanas o más de duración (p. ej., se siente triste,
inútil, desesperado)
• Sin interés por la vida diaria, no siente placer por actividades habitualmente placenteras
• Cambios de hábitos (comer, dormir, consumo de alcohol o drogas) en las últimas 2 semanas
• Trastorno por consumo de drogas
• Suicidio o intento de suicidio de un pariente cercano
• Enfermedad psiquiátrica pasada o presente
• Acceso a armas de fuego u otros medios de autolesión
• Ha pensado en algún plan de suicidio
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86 Capítulo 4 Estado mental
Valore posibles trastornos del contenido del pensamiento preguntando por procesos obsesivos
relacionados con la toma de decisiones, miedos o sentimientos de culpa. ¿El paciente se siente
alguna vez como si lo estuvieran observando o persiguiendo, controlando o manipulando, pierde
contacto con la realidad? ¿Repite de manera compulsiva acciones o comprueba una y otra vez
las cosas para asegurarse de que están hechas? ¿Tiene el paciente pensamientos obsesivos, conductas
compulsivas, fobias o ansiedades que interfieren en su vida diaria o indican disfunción mental o
un trastorno psiquiátrico?
¿Tiene el paciente falsas ilusiones (falsas convicciones personales, no compartidas por otros
individuos de la misma cultura), como delirios de grandeza o convicción de estar controlado por
una fuerza exterior? ¿Se siente perseguido o sufre paranoias o celos no reales? Las falsas ilusiones
a menudo se producen asociadas a trastornos psiquiátricos, delirio y demencia.
Distorsiones de la percepción y alucinaciones
Determine si el paciente percibe alguna sensación no causada por estímulos externos (p. ej., oye
voces, ve imágenes vivas o figuras vagas, percibe olores desagradables, tiene sensación de hormigueo en la piel). Averigüe cuándo se producen tales sensaciones. Las alucinaciones auditivas y
visuales se asocian a trastornos psiquiátricos, trastornos cerebrales, delirio y consumo de alucinógenos. Las táctiles, por su parte, suelen aparecer asociadas a la abstinencia alcohólica.
PROCEDIMIENTOS ADICIONALES
Glasgow Coma Scale
La Glasgow Coma Scale (GCS) a menudo se utiliza para cuantificar el estado de conciencia tras
un traumatismo cerebral u otro episodio cerebral hipóxico. Existen versiones disponibles para
adultos, lactantes y niños pequeños. Este instrumento valora la función de la corteza cerebral y
del tronco del encéfalo a través de las respuestas verbales, motoras y de apertura de ojos que
presenta el paciente frente a estímulos específicos (tabla 4-2). La GCS se desarrolló para predecir
la mortalidad asociada a las lesiones cerebrales y se utiliza para la valoración de urgencia del estado
de conciencia. Esta valoración puede repetirse a intervalos para detectar cambios en el grado de
conciencia del paciente.
La mejor respuesta del paciente en cada categoría se compara con los criterios de puntuación.
Los estímulos verbales apropiados son preguntas que ponen a prueba el grado de orientación del
paciente en relación con la persona, el espacio y el tiempo. Los estímulos dolorosos se utilizan
INFORMACIÓN CLÍNICA
Pensamiento distorsionado
El paciente que experimenta
una sensación no realista de
que le persiguen, celos, o
ideas de grandiosidad o de
referencia (p. ej., sobre
objetos neutrales del
entorno que tienen un
significado especial para
esa persona) puede estar
sufriendo una distorsión
del pensamiento.
Tabla 4-2 Glasgow Coma Scale
Conducta
valorada Criterios para adultos
Criterios para lactantes
y niños pequeños Puntos
Apertura
de ojos
Apertura espontánea
A estímulos verbales
Al dolor
Sin respuesta
Apertura espontánea
A ruidos fuertes
Al dolor
Sin respuesta
4
3
2
1
Respuesta verbal Orientada a la estimulación adecuada
Confusa
Palabras inapropiadas
Incoherente
Ninguna
Sonríe, gorjea
Irritable, llora
Llanto impropio
Se queja, protesta
Sin respuesta
5
4
3
2
1
Respuesta
motora
Obedece las órdenes
Localiza el dolor
Se retira del dolor
Flexión ante el dolor (decorticación)
Extensión ante el dolor (descerebración)
Ninguna
Movimiento espontáneo
Se retira al tacto
Se retira ante el dolor
Flexión anómala (decorticación)
Extensión anómala (descerebración)
Sin respuesta
6
5
4
3
2
1
Sume los puntos de cada categoría. Puntuación máxima = 15; puntuación mínima = 3.
Modificado de Teasdale and Jennett, 1974; and James, 1986.
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Capítulo 4 Estado mental 87
© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.
cuando se hacen necesarios para obtener respuestas motoras y de apertura de ojos. Comience por
estímulos menos dolorosos (p. ej., pellizcado de la piel) y, si no existe respuesta, avance pinzar
masa muscular o tendones. Para obtener la puntuación total de la GCS se suman tres puntuaciones. Una resultado de 15 puntos indica nivel óptimo de conciencia, y uno de 3 puntos, la más
baja, el coma más profundo. La tabla 4-3 muestra las causas más frecuentes de ausencia de
respuesta.
LACTANTES Y NIÑOS
Evalúe la conducta general del niño y el nivel de conciencia a través de la observación del grado
de actividad y de respuesta a los estímulos ambientales. Tome nota de si el niño se muestra aletargado, somnoliento, amodorrado, alerta, activo o irritable (fig. 4-6, A). A los 2 meses de edad,
el bebé debe mostrarse alerta, tranquilo y contento, y ha de reconocer la cara de la persona que
lo cuida (fig. 4-6, B). Si el examinador dedica tiempo a desarrollar una relación con un bebé de
2 o 3 meses de edad, posiblemente conseguirá de él una sonrisa. Cuando resulta imposible o difícil
despertar en el bebé una sonrisa social, se debe pensar en un trastorno neurológico o una infección, como la meningitis.
El llanto y otros sonidos vocales se evalúan cuando el niño aún no ha desarrollado el lenguaje.
El llanto del bebé ha de ser fuerte y vigoroso. Un llanto estridente o quejumbroso de tono alto o
un llanto similar al maullido de gato sugiere una deficiencia del sistema nervioso central. A partir
de los 3-4 meses de edad caben esperarse los primeros gorjeos y balbuceos.
Evalúe los tipos de palabras y patrones de habla que utiliza el niño. El desarrollo del lenguaje
debe ser apropiado para la edad, y el habla ha de ser progresivamente más inteligible a medida
que el niño crece. La tabla 4-4 describe los elementos fundamentales del lenguaje expresivo en el
niño de 1-2 años. Los puntos cruciales de la articulación del lenguaje pueden evaluarse mediante
el Denver Articulate Screening Exam (DASE).
Tabla 4-3 Causas comunes de ausencia de respuesta
Tipo de trastorno Causa
Lesiones focales del cerebro
Enfermedad cerebral difusa
Hemorragia, hematoma, infarto, tumor, absceso, traumatismo
Intoxicación farmacológica
Trastornos del metabolismo de la glucosa, del sodio o del calcio,
insuficiencia renal, mixedema, insuficiencia pulmonar
Hipotermia, hipertermia
Episodio hipóxico o anóxico: estrangulación, ahogamiento, parada
cardíaca, embolia pulmonar
Encefalitis, meningitis
Convulsiones
Falta de respuesta psicógena Demencia
Figura 4-6
A. Obsérvese la irritabilidad
y la postura de este neonato,
asociadas al síndrome de
abstinencia por cocaína.
B. Obsérvese el grado de alerta
de este lactante y el interés que
muestra por distintos objetos
y personas.
EXPLORACIÓN Y HALLAZG
O
S
88 Capítulo 4 Estado mental
Cuestionarios completados por los padres (p. ej., Ages and Stages Questionnaire [v. http://www.
agesandstages.com] y Parent’s Evaluation of Developmental Status [v. http://www.pedtest.com])
son eficaces herramientas de cribado en la valoración del desarrollo. Estas herramientas específicas
tienen una sensibilidad y una especificidad elevadas en la detección de problemas del desarrollo.
La prueba Denver II sirve para determinar si el niño se está desarrollando adecuadamente, y si
sus aptitudes motoras gruesas, su lenguaje y sus habilidades personales y sociales son las esperadas
(v. apéndice C en la web en http://evolve.elsevier.com/Seidel). A los niños mayores se les
puede pedir que dibujen una persona para valorar su desarrollo cognitivo mediante el Goodenough-Harris Drawing Test (fig. 4-7).
Observe el comportamiento del niño durante la recogida de datos para la elaboración de la
historia clínica, con objeto de identificar el estado de ánimo, el nivel de actividad, el patrón de
comunicación, las preferencias, la respuesta al progenitor y la capacidad de separación. ¿Tiene el
niño recursos para autoconsolarse? ¿El niño juega y se entretiene?
Intente aplicar las pruebas de memoria en torno a los 4 años de edad, siempre y cuando el
niño preste atención y no muestre excesiva ansiedad. Las aptitudes para la memoria varían con la
edad del niño. En la valoración de la memoria inmediata, un niño de 4 años puede repetir tres
números o palabras; uno de 5 años, cuatro números o palabras, y uno de 6 años, cinco números
o palabras. Evalúe la memoria reciente del niño a partir de los 5 o 6 años; para ello, muéstrele
objetos que le sean familiares y espere un máximo de 5 min antes de pedirle que los nombre
(fig. 4-8). La memoria remota se valora preguntando al niño qué cenó la noche anterior, cuál es
su dirección o pidiéndole que recite algún estribillo infantil.
Figura 4-7
Pida al niño que dibuje la figura de un hombre
o de una mujer. La presencia y la forma de las
partes del cuerpo proporcionan claves sobre el
desarrollo del niño cuando se siguen los
criterios del Goodenough-Harris Drawing Test.
Figura 4-8
Valore la memoria del niño utilizando objetos
que le sean familiares.
Tabla 4-4 Elementos fundamentales del lenguaje expresivo en niños
de 1-2 años y preescolares
Edad (meses) Elementos fundamentales del lenguaje expresivo
10 a 12 Utiliza una o dos palabras como «mamá», «papá», «agua»
12 a 24 Aumento de palabras cada mes, combinaciones de dos palabras (p. ej., «quiero más»
o «quiero agua»)
24 a 36 Utiliza dos o tres palabras juntas para pedir cosas o hablar sobre algo, amplía su
vocabulario, su lenguaje es comprendido por los familiares
36 a 48 Las frases pueden ser de cuatro o más palabras, su lenguaje es comprendido por la
mayoría de la gente
48 a 60 Pronuncia debidamente la mayor parte de los sonidos, excepto algunos como l, s, r, v,
c, z, ch. Cuenta historias y utiliza la misma gramática que el resto de la familia
Datos tomados de la American Speech and Language Association, 2007.
EXPLORACIÓN Y HALLAZG
O
S
Capítulo 4 Estado mental 89
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MUJERES GESTANTES
Se estima que la prevalencia de la depresión en la gestación y el posparto oscila entre un 10% y
un 15%, aunque el 50-80% de las mujeres presentan una etapa de cierta «tristeza» posparto (Bloch
et al., 2006). Los factores de riesgo para la depresión posparto son antecedentes de depresión y
depresión posparto previa. Dado que la depresión puede interferir en el apego de la madre hacia
el recién nacido y en el subsiguiente desarrollo del bebé, todas las madres primerizas han de ser
valoradas por posibles síntomas depresivos.
Una manera de realizar tal valoración consiste en formular preguntas abiertas de una manera
positiva y confirmadora, como «Hay muchas madres primerizas que se sienten agobiadas por el
hecho de tener que ocuparse del bebé. ¿Cómo lo lleva usted?». El uso de las dos preguntas de
cribado que se presentan en la pág. 85 también constituye un método de valoración adecuado.
ADULTOS MAYORES
Ciertas habilidades para la resolución de problemas se deterioran con la edad y la falta de uso. Es
de esperar que las aptitudes que implican vocabulario y recopilación de información disponible
se mantengan en los mismos niveles que en etapas adultas más jóvenes. La función mental en
conjunto puede valorarse en alrededor de 5 minutos mediante el set-test de Isaacs. Se pide al
paciente que nombre 10 elementos de cada uno de los siguientes grupos: frutas, animales, colores
y poblaciones/ciudades, despacio y sin apresurarse (Chopard et al., 2007; Isaacs y Akhtar, 1972).
La capacidad de respuesta del paciente informa sobre el funcionamiento ejecutivo, el estado de
alerta, el intervalo de atención y la memoria reciente. El paciente consigue organizar, contar,
nombrar y recordar los elementos solicitados. Asigne a cada elemento 1 punto, sobre una puntuación total de 40 puntos. Cabe esperar una puntuación superior a 25. La demencia se asocia a
puntuaciones inferiores a 15. Puntuaciones entre 15 y 25 pueden ir asociadas a trastornos mentales
y a factores culturales, educacionales o sociales.
La memoria reciente en relación con acontecimientos y conversaciones importantes no suele
estar deteriorada. El adulto mayor puede quejarse de pérdida de memoria, pero ser capaz de
aportar detalles sustanciales sobre episodios olvidados por los demás (Rabins, 2004). Se considera
que la memoria reciente se deteriora antes que la memoria remota. Cuando los familiares cercanos
están más preocupados por la pérdida de memoria que el propio paciente, hay que considerar la
posibilidad de deterioro cognitivo y demencia (Rabins, 2004).
En pacientes mayores de 71 años, uno de cada siete presenta alguna forma de demencia (Plassman et al., 2007). Determine si las alteraciones de la función cerebral pueden ser consecuencia
de una enfermedad cardiovascular, hepática, renal o metabólica. Los medicamentos también
pueden dañar en ocasiones las funciones del sistema nervioso central, dando lugar a un aumento
del tiempo de reacción, desorientación, confusión, pérdida de memoria, temblores y ansiedad.
Pueden desarrollarse problemas debidos a la dosis, al número o a la interacción de medicamentos,
adquiridos con o sin prescripción. Valore la capacidad del paciente para realizar las actividades de
la vida diaria asociadas a un estado mental funcional.
Promoción de la salud
Promoción de la memoria y de la función cognitiva
Para mantener el cerebro activo, anime a los pacientes a participar en distintos ejercicios
mentales, como juegos de cartas, crucigramas, sudokus, talleres y trabajos en el ordenador, así
como a leer (Verghese et al., 2006). El ejercicio mejora la circulación sanguínea cerebral, con
un efecto positivo sobre la función cognitiva. En este sentido, las reuniones con familiares y
amigos y la participación en las actividades de algún grupo de base religiosa o de otras
organizaciones también pueden tener efectos positivos (Ball y Birge, 2002).
EXPLORACIÓN Y HALLAZG
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90 Capítulo 4 Estado mental
Es de esperar que los adultos mayores mantengan la capacidad de relación interpersonal y que
no registren cambios de personalidad. La depresión, uno de los trastornos más frecuentes en los
adultos mayores, puede contribuir al deterioro cognitivo. Es posible identificar el estado depresivo
mediante la Geriatric Depression Scale (fig. 4-9). En ciertos casos, el pensamiento paranoide da
lugar a una llamativa alteración de la personalidad. Trate de determinar si el proceso de pensamiento es correcto o si se produce ideación paranoide, teniendo presente la incidencia del maltrato
en la población de edad avanzada. En el adulto mayor, las expresiones faciales a modo de máscara
o excesivamente dramáticas, o una postura encorvada y temerosa, pueden ser indicativas de
enfermedad progresiva.
Figura 4-9
Geriatric Depression Scale (forma abreviada). (Tomado de http://www.stanford.edu/∼yesavage.)
Valoración funcional
Actividades de la vida diaria relacionadas con el estado mental
La capacidad para llevar a cabo actividades básicas de la vida diaria (AVD) o la capacidad para
vivir de manera independiente constituye una importante valoración. En la evaluación del estado
mental del paciente, trate de determinar su capacidad para desarrollar las siguientes tareas:
• Comprar, cocinar y preparar comidas nutritivas
• Uso de aptitudes para la resolución de problemas
• Control de fármacos (compra, comprensión y seguimiento de indicaciones)
• Administración de la economía personal y de posibles negocios
• Hablar, escribir y comprender el lenguaje hablado y escrito
• Recordar citas, acontecimientos familiares, fiestas, tareas del hogar
EXPLORACIÓN Y HALLAZG
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Capítulo 4 Estado mental 91
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Muestra de documentación
Antecedentes y exploración física
SUBJETIVA
Un hombre de 16 años se cayó jugando al baloncesto y se golpeó la parte posterior de la
cabeza contra un suelo de madera. No perdió la conciencia, se levantó y empezó a caminar
inmediatamente, aunque mareado y confuso durante unos momentos. Refiere dolor de cabeza.
OBJETIVA
Orientado en tiempo, espacio y persona. Capacidades de razonamiento y de cálculo aritmético,
intactas. Memoria inmediata, reciente y remota, intactas. Estado de ánimo y expresión de
sentimientos apropiados. Habla con claridad y con articulación fluida. Comprende las
indicaciones que se le dan.
Para otras muestras de documentación, véase el capítulo 26.
Diagnóstico diferencial
Características diferenciadoras del delirio, la demencia y la depresión
Característica Delirio Demencia Depresión
Inicio Repentino Insidioso, inexorable Repentino o insidioso
Duración Horas, días Persistente Más de 2 semanas
Momento del día Aumenta y disminuye a lo
largo del día
Estable, sin cambios Durante la mayor parte del día
Conciencia Alterada No afectada, salvo en casos
graves
No deteriorada
Cognición Déficit de memoria, atención,
conciencia, numerosos
errores en las tareas de
valoración
Deficiencia cognitiva inicialmente
mínima, pero que avanza hacia
deterioro del pensamiento
abstracto, de la capacidad de
juicio, de la memoria, de los
patrones de pensamiento, de
la capacidad de cálculo y,
finalmente, agnosia
Deficiencia de concentración,
reducción de intervalo de
atención, indecisión, procesos
de pensamiento más lentos,
déficit de memoria a corto y
largo plazo
Actividad Aumentada o disminuida, puede
fluctuar
Sin variaciones respecto de
la conducta habitual
Insomnio o sueño excesivo,
fatiga, agitación, ansiedad,
aumento o disminución del
apetito
Habla/lenguaje Conversación vaga e irrelevante,
secuencia ilógica de ideas,
incoherencia
Desordenada, errante, incoherente;
le cuesta encontrar las palabras
Habla lenta
Estado de ánimo y
sentimientos
Cambios rápidos de humor;
temeroso, receloso
Deprimido, apático, sin interés Triste, desesperanzado, se siente
inútil, pérdida de interés o de
deleite
Falsas impresiones/
alucinaciones
Falsas percepciones, ilusiones,
alucinaciones y delirios
No suelen existir percepción
alterada ni alucinaciones; falsas
ilusiones
Ausencia de falsas ilusiones o
alucinaciones
Reversibilidad Potencial No, progresiva Puede tratarse, pero puede
recidivar
Fisiopatología Asociado a infecciones,
fármacos, trastornos
electrolíticos y metabólicos,
insuficiencia de órgano
principal, daño cerebral y
abstinencia alcohólica aguda
(Misra y Ganzini, 2003)
Relacionada en general con
enfermedades estructurales del
cerebro
Asociada a pena intensa, a un
acontecimiento vital
estresante, a reacción a
enfermedades médicas o
neurológicas o a un cambio
en el modo de vida
A
N
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MALÍA
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92 Capítulo 4 Estado mental
TRASTORNOS DE ESTADO MENTAL ALTERADO
Conmoción
Alteración del estado mental como consecuencia de un golpe en la cabeza o el cuello
Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos
◆ Fuerzas rotacionales sobre el tejido
cerebral en el momento del golpe
causan una interrupción transitoria en
las neuronas reticulares que mantienen
el estado de alerta; habitualmente son
consecuencia de lesiones deportivas,
accidentes de tráfico y caídas (Ropper
y Gorson, 2007)
◆ Cefalea
◆ Aturdimiento o mareo
◆ Náuseas y vómitos
◆ Visión borrosa
◆ Zumbido de oídos
◆ Amnesia
◆ Agitación o irritabilidad
◆ Puede presentar pérdida de conciencia
◆ Expresión de aturdimiento
◆ Respuestas verbales y motoras lentas
◆ Inestabilidad emocional
◆ Hipersensibilidad a los estímulos
◆ Déficits de coordinación, comprensión,
memoria y atención
◆ Coma (signo de una lesión más grave)
◆ Los síntomas pueden desaparecer en
15 min o persistir varias semanas
Delirio
Déficit cognitivo, trastornos de conciencia y estado de ánimo, y disfunción conductual de inicio agudo
Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos
◆ Factores de riesgo: lesión o enfermedad
grave, deterioro cognitivo preexistente,
especialmente en adultos mayores
(Leentjens y van der Mast, 2005)
◆ Véase cuadro «Diagnóstico diferencial»,
pág. 91
◆ Véase cuadro «Diagnóstico diferencial»,
pág. 91
ALTERACIONES DEL ESTADO DE ÁNIMO
Depresión
Se trata de un trastorno psiquiátrico frecuente que se asocia a un desequilibrio neuroquímico, a niveles reducidos de monoaminas
o a un aumento del cortisol plasmático (Takahashi, 2006)
Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos
◆ Véase cuadro «Diagnóstico diferencial»
pág. 91
◆ Véase cuadro «Diagnóstico diferencial»,
pág. 91
Manía
Estado de ánimo irritable, expansivo o agitado de manera persistente, que dura más de 1 semana; es una fase del trastorno psiquiátrico bipolar
Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos
◆ Asociada a desequilibrio neuroquímico,
con nivel incrementado de monoaminas
(Takahashi, 2006)
◆ Hiperactividad
◆ Exceso de confianza, apreciación
exagerada de las propias capacidades
◆ Deterioro de la capacidad de juicio, de
las relaciones sociales, interpersonales
y laborales
◆ Disminución de la necesidad de sueño
◆ Pensamientos acelerados
◆ Tendencia a la distracción
◆ Falta de control de impulsos
◆ Delirios de grandeza o de persecución,
euforia
◆ Habla en tono alto y a gran velocidad,
a veces con excesivos juegos de palabras
y rimas; fuga de ideas
◆ Déficit de atención
◆ Implicación excesiva en actividades
agradables, con elevado riesgo de
consecuencias graves o dolorosas
ANOMALÍAS
A
N
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MALÍA
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Capítulo 4 Estado mental 93
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Trastorno de ansiedad
Grupo de trastornos que cursan con una ansiedad o un miedo tan marcado que dan lugar a una importante interferencia con las
actividades personales, sociales y profesionales
Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos
◆ Anomalías en los sistemas de
noradrenalina y serotonina
◆ Son trastornos
específicos:Ataques de pánico
Trastorno de ansiedad generalizada
Fobias específicas
Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)
Trastorno de estrés postraumático (TEPT)
◆ Ataques de pánico: palpitaciones,
sudoración, temblores, mareo,
desfallecimiento, dolor en el pecho,
náuseas, molestias abdominales, evitación
social crónica
◆ Trastorno de ansiedad generalizada:
preocupación crónica, agitación,
irritabilidad, tensión motora, fatiga, falta
de concentración, trastornos del sueño
◆ TOC: preocupación por contagios,
cuestiones religiosas o sexuales,
convicción de que, si no se realiza una
determinada acción, el resultado será malo
◆ TEPT: flashbacks, pesadillas, conducta de
evitación, dificultad para dormir,
hipervigilancia, falta de concentración
◆ Taquicardia
◆ Diaforesis
◆ Temblores
◆ Déficit de atención
◆ TOC: acciones ritualizadas y realizadas
de manera compulsiva (lavado, limpieza,
acaparamiento, organización, recuento)
Esquizofrenia
Trastorno psicótico grave y persistente, con recaídas a lo largo de la vida del individuo
Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos
◆ Puede asociarse a defectos del
neurodesarrollo fetal; infección vírica
durante la gestación, déficits nutricionales
prenatales y complicaciones perinatales
(Takahashi, 2006); trastorno hereditario en
el que intervienen probablemente varios
genes de diferentes cromosomas
◆ El paciente oye voces
◆ Olores o sabores desagradables
◆ Visión de imágenes
◆ Pensamientos paranoides
◆ Incapacidad para experimentar emociones,
sentimientos embotados, apatía,
distanciamiento del entorno
◆ Escasa higiene personal
◆ Incoherencia verbal, malas asociaciones,
respuestas ilógicas a preguntas
◆ Alucinaciones (táctiles, auditivas, visuales,
gustativas u olfatorias)
◆ Falsas ilusiones
◆ Comportamientos repetitivos o sin
objetivo
◆ Sentimientos inapropiados en respuesta
a una situación
LACTANTES Y NIÑOS
Retraso mental
Función cognitiva general significativamente por debajo de la media y déficits en la conducta de adaptación, que se manifiestan
durante el desarrollo del niño
Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos
◆ Puede asociarse a defectos cerebrales
estructurales o a trastornos genéticos
◆ Retraso en el desarrollo motor
◆ Retraso en las habilidades del habla
y del lenguaje
◆ Retraso en los elementos fundamentales
del desarrollo
◆ Deficiencia de la función cognitiva y de la
memoria a corto plazo
◆ Incapacidad para discernir entre dos o
más estímulos
◆ Falta de motivación
Trastorno de déficit de atención/hiperactividad
Problema neuroconductual de deficiencia de atención y conducta hiperactiva que afecta al 5-10% de los niños en edad escolar
Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos
◆ Existe la teoría de que el sistema de la
dopamina puede estar relacionado con el
inicio del trastorno de déficit de atención/
hiperactividad (TDAH) (Raishevich y
Jensen, 2007)
◆ Intervalo de atención corto, tendencia a la
distracción, el niño no completa las tareas
escolares o no sigue debidamente las
instrucciones
◆ Es inquieto y nervioso, se mueve a
menudo, corre y trepa
◆ Conducta conflictiva, habla en exceso,
arranques de mal genio, estado de ánimo
variable, escaso control de impulsos
◆ Inicio antes de los 7 años de edad
◆ Actividad motora incrementada
◆ Dificultad para organizar las tareas
◆ Dificultad para mantener la atención
◆ Escaso rendimiento escolar
◆ Baja autoestima
◆ Tiene problemas en más de un contexto
A
N
O
MALÍA
S
94 Capítulo 4 Estado mental
Autismo
Trastorno del desarrollo neurológico de etiología desconocida; engloba un amplio espectro de trastornos que aparecen antes de los
3 años de edad
Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos
◆ Se cree que tiene causas multifactoriales
y fuertes condicionantes genéticos
◆ No establece contacto visual ni señala con
el fin de compartir
◆ Se resiste a que lo toquen o sostengan
◆ Conductas extrañas o repetitivas
◆ Juego ritualizado, preocupación por partes
de objetos
◆ Desarrollo motor apropiado para la edad
◆ Deficientes interacciones sociales
◆ Déficit de lenguaje, bien por retraso,
bien por falta de desarrollo
◆ Entonación extraña al hablar, inversión
de pronombres, rimas sin sentido
◆ Deficiencia en el juego imaginativo y
simbólico
◆ Ausencia de conciencia de los demás
◆ En muchos casos, deterioro cognitivo
Adultos Mayores
Demencia
Trastorno crónico y lentamente progresivo de pérdida de memoria, deterioro cognitivo, anomalías del comportamiento y alteraciones de la personalidad que a menudo comienza después de los 60 años
Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos
◆ Relacionada en general con enfermedades
estructurales del cerebro
DEMENCIA DE TIPO ALZHEIMER
◆ Aproximadamente el 60% de los casos
(Milisen et al., 2006); puede tener su causa
en una acumulación o en un metabolismo
anómalo de amiloide (Kelley y Peterson,
2007)
DEMENCIA VASCULAR
◆ Entre el 5 y el 10% de los casos; una
reducción del flujo sanguíneo cerebral,
como un infarto cerebral, provoca un
inicio rápido (Alva y Potkin, 2003)
OTRAS DEMENCIAS
◆ Asociadas a cuerpos de Lewy difusos
en el cerebro, enfermedad de Parkinson y
degeneración del lóbulo frontal (Alva
y Potkin, 2003)
◆ Memoria deficiente, olvida las citas
◆ Se pierde en áreas familiares, deambula
◆ Es incapaz de ocuparse de las compras,
de la comida, de los fármacos que toma
o de cuestiones económicas, y no puede
conducir
◆ Cambios de comportamiento, como
conducta o modo de vestir socialmente
inapropiados, aseo deficiente, carácter
impulsivo, desinhibición
◆ Afasia, agnosia, apraxia
◆ Apatía, retraimiento
◆ Ansiedad, irritabilidad
◆ Cambios de humor (depresión, enfado
impropio, ansiedad, agitación)
◆ Véase cuadro «Diagnóstico diferencial»,
pág. 91
◆ Deterioro de la memoria
◆ Trastornos del funcionamiento ejecutivo
◆ Deterioro de las relaciones sociales y
laborales (Lyketsos, 2004)
◆ Deterioro del uso del lenguaje
◆ Deficiente desarrollo de las actividades de
la vida diaria
◆ Posible desintegración profunda de la
personalidad y desorientación completa
◆ La incapacidad para identificar olores
puede ser un indicio temprano de
enfermedad de Alzheimer (Wilson et al.,
2007)
◆ El deterioro progresivo de la función
cognitiva, con estancamientos y episodios
ocasionales de mejoría, es característico
de la demencia vascular
© 2011. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos 95
El peso y la composición corporal ofrecen un importante volumen de información sobre el estado
de salud del individuo y, a menudo, aportan indicios de la presencia de una enfermedad cuando
no son equilibrados. El presente capítulo se centra en la evaluación de los parámetros antropométricos y en el análisis del crecimiento, de la edad gestacional y del desarrollo puberal. La valoración
nutricional se analiza en el capítulo 6, mientras que el desarrollo neurológico y motor del niño se
trata en los capítulos 21 y 22. Para consultar los hitos del desarrollo pediátrico relacionados con
la edad, véase la tabla en la web de Evolve del libro.
Crecimiento
y medidas 5
Capítulo
Media Link
Pueden encontrarse vídeos, listas de comprobación, resúmenes de exploración y otros recursos
útiles en la página web complementaria: http://evolve.elsevier.com/Seidel.
• Audios y videos de exploración física
• Impresos para la práctica: guías para la
educación del paciente
• Guías de evaluación
• Listas de comprobación de los antecedentes
y de la exploración física
• Pruebas interactivas
• Cuadros de información clínica
• Guías de factores de riesgo
• Resúmenes de exploración descargables
para PDA, imprimibles y en formato audio
• Calculadoras instantáneas
Sinopsis de exploración física
A continuación puede leer una sinopsis de los pasos necesarios para llevar a cabo un examen del crecimiento y las
medidas. Estos procedimientos se explican detalladamente en
este capítulo y están disponibles en (http://evolve.
elsevier.com/Seidel) en formato PDF imprimible o en formatos descargables para PDA, iPod o Smartphone.
1. Partiendo de la anamnesis, evalúe las dimensiones del paciente
(págs. 100-101), incluyendo los siguientes aspectos:
• Crecimiento reciente y ganancia o pérdida de peso
• Enfermedades crónicas que dan lugar a ganancia o pérdida de peso
2. Obtenga las siguientes mediciones antropométricas (págs.101-103),
comparándolas con las de las tablas estandarizadas:
• Estatura
• Peso
• Tipo corporal
• Índice de masa corporal
A
NATO
MÍA Y FISIOLO
GÍA
96 Capítulo 5 Crecimiento y medidas
ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA
El crecimiento, es decir, el aumento de tamaño de un individuo o un órgano, depende de una
secuencia de factores de influencia endocrinos, genéticos, constitucionales, ambientales y nutricionales. Mediante el proceso biológico de desarrollo y maduración, los sistemas orgánicos van
adquiriendo su funcionalidad.
El proceso de crecimiento requiere la interacción y el equilibrio de numerosas hormonas
mediante las cuales evoluciona el proceso de desarrollo (fig. 5-1). La síntesis y secreción de la
hormona del crecimiento tiene lugar en la hipófisis anterior, bajo el control neuroendocrino de
dos hormonas hipotalámicas. La hormona liberadora de hormona del crecimiento (GHRH)
estimula la hipófisis para que produzca hormona del crecimiento, mientras que la somatostatina
inhibe la secreción tanto de GHRH como de hormona tiroestimulante. La hormona del crecimiento es secretada en pulsos; el 70% de la misma lo es durante el sueño profundo (Sam y
Frohman, 2008). Esta hormona promueve el crecimiento y el aumento del tamaño de los órganos
y regula, además, el metabolismo de los hidratos de carbono, las proteínas y los lípidos.
Las hormonas tiroideas estimulan la secreción de hormona del crecimiento y la producción de factor
de crecimiento de tipo 1 similar a la insulina (IGF-1) y de las interleucinas 6 y 8( IL-6 e IL-8), que
desempeñan un importante papel en la formación y la remoción ósea (Wexler y Sharretts, 2007). Las
hormonas tiroideas afectan, asimismo, al crecimiento y a la maduración de otros tejidos corporales.
El IGF-1 es un péptido dependiente de la hormona del crecimiento, producido fundamentalmente
en el hígado y cuya síntesis es regulada por la insulina (Clemmons, 2007). El IGF-1 media los efectos
directos de la hormona del crecimiento sobre el tejido periférico, ejerciendo una retroalimentación
negativa sobre la secreción de la propia hormona del crecimiento (Goldenberg y Barkan, 2007). El
IGF-1 actúa estimulando las células diana que controlan el crecimiento del tejido conjuntivo y la
osificación para estimular el crecimiento muscular y esquelético. La grelina, péptido sintetizado en
los tejidos periféricos y la mucosa gástrica, ayuda a controlar la liberación de hormona del crecimiento,
e influye en la ingesta de alimento y en el desarrollo de obesidad (Melmed y Kleinbert, 2008).
La leptina desempeña un papel fundamental en la regulación de la masa grasa corporal, y se cree
que su concentración puede dar lugar al inicio de la pubertad, al informar al sistema nervioso central
de que un estado nutricional adecuado y una masa grasa idóneas están presentes en el organismo para
prestar apoyo a los cambios de la pubertad y al crecimiento (Mann y Plant, 2002). El gen del receptor
apareado a la proteína G es otro factor necesario para el inicio de la pubertad (Crowley et al., 2003).
Las gónadas comienzan a secretar testosterona y estrógenos durante la pubertad. Los niveles crecientes
de estas hormonas determinan la liberación de gonadotropinas (hormona luteinizante [LH] y
hormona foliculoestimulante [FSH]), que estimulan las gónadas a fin de que liberen más hormonas
Figura 5-1
Hormonas que afectan al
crecimiento durante la infancia
y edades a las que tienen mayor
influencia. (Reproducido a partir
de Hughes, 1984.)
A
NATO
MÍA Y FISIOLO
GÍA
Capítulo 5 Crecimiento y medidas 97
© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.
sexuales. Los genitales comienzan, así, a crecer hasta alcanzar sus dimensiones adultas. La testosterona
potencia el desarrollo muscular y la maduración sexual, y favorece la maduración ósea y el cierre
epifisario. Los estrógenos estimulan el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios femeninos, y
regulan la evolución cronológica del crecimiento, así como la aceleración de la maduración esquelética
y de la fusión epifisaria. Por su parte, los andrógenos, secretados por las glándulas suprarrenales,
promueven la masculinización de los caracteres sexuales secundarios y la maduración esquelética.
El crecimiento y la pubertad dependen de la interacción de la hormona del crecimiento, el IGF-1 y
los esteroides sexuales (andrógenos). Estos estimulan el aumento de la secreción de hormona del crecimiento, que a su vez determina un drástico aumento del IGF-1. Así se produce el «estirón» puberal.
Diferencias De Crecimiento Por Sistemas Orgánicos
Cada órgano o sistema orgánico tienen un período específico de crecimiento acelerado, que viene
señalado por una rápida diferenciación celular, influida por los factores físicos y ambientales a los
que el órgano o sistema se ve expuesto. Cada individuo presenta una pauta cronológica de crecimiento específica con un final establecido. Sin embargo, los patrones secuenciales son coherentes
para el conjunto de la población, a no ser que intervengan ciertos factores ambientales externos
y procesos fisiopatológicos anómalos (fig. 5-2).
El crecimiento general engloba a la mayoría de las medidas y de los órganos del cuerpo y, específicamente, al sistema musculoesquelético, al hígado y a los riñones. Su crecimiento se aproxima al de las
curvas de crecimiento en estatura. Se considera que el crecimiento musculoesquelético se ha completado cuando las apófisis de los huesos largos alcanzan su fusión total al final de la pubertad. Más del
90% de la masa esquelética se ha desarrollado ya a la edad del 18 años (Reiter y Rosenfield, 2008).
El peso está estrechamente relacionado con el crecimiento en estatura y con el desarrollo de
los órganos. Ambos procesos se ven influidos por la idoneidad de la nutrición, que contribuye a
determinar el número y tamaño de las células adiposas. El número de estas aumenta durante la
infancia. Las diferencias por sexos en lo que respecta al depósito de grasa se establecen durante
la lactancia y continúan hasta el final de la adolescencia.
Los tejidos linfáticos (p. ej., ganglios linfáticos, bazo, amígdalas y linfocitos sanguíneos) son
reducidos en relación con las dimensiones corporales totales, pero están bien desarrollados en el
nacimiento. Estos tejidos crecen con rapidez hasta alcanzar las dimensiones adultas en torno a los
6 años de edad. A los 10 o 12 años, los tejidos linfáticos alcanzan su máximo desarrollo, con
aproximadamente el doble de las dimensiones adultas y, durante la adolescencia, van reduciendo
su tamaño hasta llegar a su tamaño estable.
Los órganos reproductores, tanto internos como externos, experimentan un desarrollo prepuberal lento. Mediante la interacción del hipotálamo, la hipófisis y las hormonas gonadales, los
órganos reproductores duplican su tamaño durante la adolescencia, alcanzando su plena maduración y funcionalidad.
Figura 5-2
Tasas de crecimiento del conjunto
del cuerpo y de tres tipos de
tejido.Tipo linfoide: timo, ganglios
linfáticos y masas linfáticas
intestinales.Tipo neural: cerebro,
duramadre, médula espinal, aparato
óptico y dimensiones craneales.
Tipo general: cuerpo en su
conjunto; dimensiones externas y
sistemas respiratorio, digestivo,
renal, circulatorio y
musculoesquelético.Tipo genital:
comprende el sistema reproductor.
(Tomado de Wong, 1999; modificado
de Harris et al., 1930.)
A
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MÍA Y FISIOLO
GÍA
98 Capítulo 5 Crecimiento y medidas
El cerebro, junto con el cráneo, los ojos y los oídos, completa su desarrollo físico más rápidamente que cualquier otra parte del cuerpo. El período de crecimiento del encéfalo más rápido y
crítico se produce desde la concepción hasta los 3 años de edad. A las 34 semanas de gestación se
ha alcanzado el 65% del peso del cerebro. Las materias gris y blanca mielinizada aumentan de
forma drástica entre las semanas 34 y 40 de gestación. En el nacimiento a término, la estructura
del cerebro está completa, y se estima que consta de en torno a 1.000 millones de neuronas. Las
células gliales, las dendritas y la mielina continúan desarrollándose hasta los 3 años de edad y cada
neurona cuenta con unas 15.000 sinapsis, momento en el que el crecimiento cerebral se considera
completado (Feigelman, 2007). Durante la adolescencia, el tamaño de la cabeza aumenta, debido
al desarrollo de los senos aéreos y al engrosamiento del cuero cabelludo y el cráneo.
LACTANTES Y NIÑOS
Desde la lactancia hasta la edad adulta, el cambio en las proporciones corporales se relaciona con
el patrón de crecimiento musculoesquelético (fig. 5-3).
El crecimiento de la cabeza predomina durante el período fetal. La ganancia de peso fetal discurre
en paralelo al crecimiento en longitud, y alcanza su máximo durante el tercer trimestre de
gestación con un aumento del tamaño de los órganos. El peso de un lactante al nacer se ve influido
por el peso de la madre antes del embarazo, el peso que la gestante gane durante el embarazo, la
función placentaria, la edad gestacional y complicaciones como la diabetes gestacional.
Durante la lactancia predomina el crecimiento del tronco y la ganancia de peso evoluciona con
rapidez, aunque va desacelerándose progresivamente. El contenido en grasa del cuerpo aumenta
con lentitud durante el desarrollo fetal inicial para acelerarse durante la lactancia, hasta aproximadamente los 9 meses de edad.
Las piernas son la parte del cuerpo que crece a mayor velocidad durante la infancia, en la que
se registra un aumento de peso regular. La grasa corporal aumenta lentamente hasta los 7 años,
momento en el que se produce un crecimiento prepuberal previo al «estirón» que se produce en
la pubertad.
El tronco y las piernas se alargan durante la adolescencia, y la masa corporal magra aumenta
un promedio de un 80% en hombres y mujeres (Marcell, 2007). Durante este período se gana el
50% del peso ideal del individuo, y la masa esquelética y los sistemas orgánicos duplican su
tamaño. Entre las personas obesas, el 30% adquieren la obesidad durante la infancia, y el 70%,
durante la adolescencia (Subcommittee on Military Weight Management, Committee on Military
Nutrition Research y Food and Nutrition Board of the Institute of Medicine, 2003).
En la adolescencia, los hombres experimentan un ensanchamiento de los hombros y un
aumento de la musculatura, mientras que en las mujeres se produce un ensanchamiento de la
pelvis. Los hombres registran un pequeño aumento de la grasa corporal al principio de la adolescencia y, a continuación, presentan una ganancia de la masa corporal magra, que como media
alcanza el 90%. Las mujeres acumulan grasa subcutánea y registran una pequeña disminución de
la masa corporal magra, que como media se establece en el 75% (Marcell, 2007).
Figura 5-3
Cambios en las proporciones
corporales desde las 8 semanas
de gestación a la edad adulta.
A
NATO
MÍA Y FISIOLO
GÍA
Capítulo 5 Crecimiento y medidas 99
© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.
MUJERES GESTANTES
Durante la gestación se produce un aumento progresivo del peso, aunque su magnitud varía en
las distintas mujeres. El feto en crecimiento es responsable de un aumento de peso de entre 3 y
4 kg, mientras que el resto es debido al que experimentan los tejidos maternos (Johnson, Gregory
y Niebyl, 2007):
◆ Volumen de líquidos: 1-1,5 kg
◆ Volumen sanguíneo: 0,5-2 kg
◆ Aumento mamario: 0,5-1 kg
◆ Aumento uterino: 1 kg
◆ Líquido amniótico: 1 kg
◆ Grasa y reservas proteicas maternas: 2-3 kg
La velocidad del aumento de peso deseable sigue una curva a lo largo de los tres trimestres de
embarazo, lenta durante el primero de ellos y más rápida durante el segundo y el tercero. El crecimiento de los tejidos maternos es responsable de la mayoría del peso ganado durante el primer
y el segundo trimestres, mientras que el crecimiento fetal es el que genera la mayor parte del
aumento en el tercero.
La nutrición materna antes y durante el embarazo y la lactancia suelen tener efectos sutiles en el
desarrollo cerebral del lactante y en el resultado de la gestación. Las mujeres que experimentan una
ganancia de peso inadecuada están expuestas a riesgo de bajo peso del lactante al nacer, a limitación del
crecimiento intrauterino del feto o a falta de expansión del volumen plasmático (Johnson et al., 2007).
La retención de peso posparto oscila entre 0,5 y 4,8 kg para la mayoría de las mujeres. No obstante, las
mujeres de raza negra retienen más peso en el posparto que las de raza blanca (Subcommittee on
Military Weight Management, Committee on Military Nutrition Research y Food and Nutrition Board
of the Institute of Medicine, 2003). Aquellas que experimentan una ganancia de peso excesiva son más
susceptibles de padecer obesidad en el futuro, con las consiguientes consecuencias para su salud.
Actualmente, la investigación epigénica está poniendo de manifiesto los potenciales efectos de una
inadecuada nutrición materna sobre el peso del feto cuando este alcance la edad adulta (cuadro 5-1).
ADULTOS MAYORES
Generalmente, en los adultos la estatura comienza a disminuir a partir de los 50 años. Ello es
debido a la reducción del grosor de los discos intervertebrales y al desarrollo de cifosis por compresión vertebral en caso de osteoporosis.
En los últimos 15 o 20 años se ha documentado un incremento del sobrepeso y de la obesidad
en adultos mayores. Asimismo, se ha registrado una disminución del peso en relación con la altura
y el índice de masa corporal (IMC) en estudios longitudinales realizados en personas de más de
60 años. Es también frecuente que se produzca una pérdida de peso corporal, del orden del 5%,
a lo largo de los años. Ello va acompañado de un aumento de la grasa corporal a medida que va
disminuyendo el músculo esquelético, probablemente en relación con el menor ejercicio y la
reducción de la secreción de esteroides anabólicos (Chapman, 2007). Igualmente, se han identificado disminuciones de tamaño y de peso relacionadas con la edad en diversos órganos, en especial
en el hígado, en los pulmones y en los riñones (McCance y Huether, 2006).
CUADRO 5-1
Investigación epigenética y nutrición
La investigación epigenética está evidenciando una asociación entre el genoma del individuo y
la exposición ambiental durante la vida fetal, de una parte, y la salud en la edad adulta, de otra.
Por ejemplo, un estudio a largo plazo (más de 60 años) de los lactantes nacidos de madres que
quedaron embarazadas durante la gran hambruna que afectó a los Países Bajos en el invierno
de 1944 a 1945, y que, en consecuencia, padecieron infraalimentación, ha aportado importantes
hallazgos referidos a su peso en la edad adulta. La exposición a la infraalimentación en el
último trimestre de la gestación hizo disminuir el porcentaje de lactantes que serían obesos en
la edad adulta. La exposición a la infraalimentación durante los dos primeros trimestres de la
gestación aumentaba, en cambio, el porcentaje de lactantes que padecerían obesidad como
adultos.
Tomado de Nijland et al., 2008.
100 Capítulo 5 Crecimiento y medidas
REVISIÓN DE LOS ANTECEDENTES RELACIONADOS
Para cada uno de los síntomas o trastornos examinados en la presente sección, se enumeran una
serie de puntos que se deben incluir en los antecedentes de la enfermedad actual. Las respuestas
a las preguntas referidas a dichos puntos ofrecen elementos que permiten orientar la exploración
física y el desarrollo de una evaluación diagnóstica apropiada. Asimismo, para cada alteración se
destacan preguntas que aluden al uso de fármacos (preparados con y sin prescripción), así como
los tratamientos complementarios y alternativos.
Antecedentes De La Enfermedad Actual
◆ Pérdida y ganancia de peso (v. capítulo 6 para consultar las cuestiones relacionadas con la
nutrición)
◆ Pérdida de peso no deseada: anorexia; vómitos o diarrea, dificultad de deglución, período
de tiempo; sed excesiva, micción frecuente; cambios en el estilo de vida; actividad y niveles
de estrés
◆ Fármacos: quimioterapia, diuréticos, insulina, fluoxetina; comprimidos dietéticos sin receta,
laxantes, esteroides, anticonceptivos orales
◆ Cambios en las proporciones corporales
◆ Rasgos faciales toscos, agrandamiento de manos y pies, cara de luna
◆ Cambio en la distribución de la grasa: tronco-cintura o generalizada
◆ Fármacos: esteroides
Antecedentes Médicos
◆ Enfermedad crónica: gastrointestinal, renal, pulmonar, cardíaca, cáncer, virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) u otras infecciones, alergias
◆ Intentos previos de perder o ganar peso: peso a los 21 años, peso corporal máximo
Antecedentes Familiares
◆ Obesidad
◆ Estatura escasa o elevada, pubertad precoz o retardada
◆ Trastornos genéticos o metabólicos: fibrosis quística, enanismo
Antecedentes Personales y Sociales
◆ Peso y estatura habituales
◆ Pautas de actividad física y ejercicio
◆ Consumo de alcohol
◆ Consumo de drogas
LACTANTES
◆ Edad gestacional estimada, peso, longitud y perímetro cefálico al nacer
◆ Seguimiento de la curva de percentil de crecimiento
◆ Cambios no explicados por el peso, la longitud o el perímetro cefálico
◆ Escaso crecimiento/desarrollo: una o más desviaciones estándar menos en el patrón de la
curva de crecimiento; por debajo del percentil 5 en peso o estatura; edad gestacional para
lactantes pequeños; calidad del vínculo y la interacción madre-lactante; factores de estrés
psicosocial e inseguridad alimentaria
◆ Desarrollo: consecución de los hitos de crecimiento a las edades idóneas
◆ Anomalía congénita o enfermedad crónica: defecto cardíaco, hidrocefalia, microcefalia, síndrome
de malabsorción o diarrea crónica, intolerancia a la leche de fórmula, infección urinaria u otros
NIÑOS Y ADOLESCENTES
◆ Maduración sexual de niñas: precoz (antes de los 7 años) o retrasada (después de los 13); signos
de desarrollo de mamas y vello púbico, edad de la menarquia
REVISIÓN DE LOS
A
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A
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O
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EXPLORACIÓN Y HALLAZG
O
S
Capítulo 5 Crecimiento y medidas 101
© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.
◆ Maduración sexual de niños: precoz (antes de los 9 años) o retrasada (después de los 14); signos
de desarrollo genital y vello púbico
◆ Estatura corta: crecimiento menor que el de los niños de la misma edad, cambios en las tallas
de la ropa y del calzado durante el año anterior, extremidades demasiado cortas o largas en
relación con el tronco, estatura de los padres, tamaño de la cabeza desproporcionado en relación con el del cuerpo
◆ Estatura elevada: crecimiento más rápido que el de los niños de la misma edad, estatura de los
padres, signos de maduración sexual
◆ Fármacos: esteroides, hormonas de crecimiento, esteroides anabólicos
MUJERES GESTANTES
◆ Peso anterior al embarazo, ingesta dietética (v. capítulo 6 para más información)
◆ Edad de la menarquia
◆ Fecha del último período menstrual, patrón de ganancia de peso, seguimiento de una curva
de ganancia de peso para el ciclo gestacional
◆ Trastornos de la alimentación
◆ Antecedentes de pica (ingestión de almidón, hielo, arcilla, alimentos congelados)
◆ Náuseas y vómitos
ADULTOS MAYORES
◆ Enfermedad debilitante crónica: problemas en la preparación de alimentos; dificultad para
tomar alimento de forma autónoma, masticar o deglutir; ajuste inadecuado de dentadura
postiza, capacidad para seguir la dieta prescrita; dificultades de digestión
◆ Véase el capítulo 6 para analizar cuestiones referidas a la nutrición
EXPLORACIÓN Y HALLAZGOS
Equipo
◆ Balanza de plataforma con dispositivo de medición de estatura
◆ Dispositivo de medición de anchura del codo
◆ Cinta métrica no extensible
◆ Balanza para lactantes
◆ Dispositivo de medición en decúbito supino (para lactantes)
◆ Dispositivo de medición de estatura (para niños)
Peso y Estatura
Para medir el peso en una balanza, sitúe al paciente en el centro de la plataforma mientras la equilibra. El paciente no debe llevar puestos zapatos, abrigo ni jersey. Coloque la pesa mayor en el último
incremento de 10 kg por debajo del peso del paciente. Ajuste la pesa pequeña de la balanza. Efectúe
la lectura de peso con una aproximación de 0,1 kg. Durante un mismo día y de un día a otro
pueden producirse variaciones de peso por cambios en los líquidos corporales y en el contenido
intestinal. Cuando controle el peso del paciente diaria o semanalmente, efectúe la pesada siempre
en el mismo momento del día y utilizando la misma balanza. Para medir la estatura, haga que el
paciente se mantenga erecto, con la espalda apoyada sobre el eje del dispositivo de medición.
Levante el soporte superior y hágalo descender sobre la parte superior del cráneo. Efectúe la lectura
sobre la aproximación al centímetro más cercano.
También pueden efectuarse mediciones antropométricas, como la anchura del codo, para establecer la adecuación de una persona a su edad, su estatura o su sexo, cuando se realizan comparaciones con tablas de peso. (V. tablas de peso relacionado con edad, estatura y sexo en la web.) Haga
que el paciente extienda el brazo derecho y flexione el codo 90˚. El pulgar del paciente debe mirar
hacia arriba, con la mano girada lateralmente. Situándose frente al paciente, coloque el dispositivo
de medición de la anchura del codo o el calibre cutáneo, mantenido en el mismo plano que el brazo,
sobre los dos extremos más prominentes del codo (fig. 5-4). (En ocasiones es necesario un calibre
extensible si el cutáneo no alcanza a medir la anchura del codo.) Compare la medición efectuada
en el paciente con la consignada en las tablas en correlación con la edad y el sexo (tabla 5-1).
EXPLORACIÓN Y HALLAZG
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102 Capítulo 5 Crecimiento y medidas
Índice De Masa Corporal
El IMC es la referencia más habitual de valoración del estado nutricional y de la grasa corporal
total. El índice se correlaciona con la grasa corporal mediante medición bajo el agua y absorciometría dual de rayos X. En el cuadro 5-2 pueden consultarse las fórmulas para calcular el IMC. En
la tabla B-3 del apéndice B se incluye también una pauta de referencia rápida para su determinación. Para mujeres y hombres adultos, las clasificaciones de peso y estatura en función del IMC
(en kg/cm2
) son las siguientes:
◆ Desnutrición: por debajo de 18,5
◆ Peso adecuado para la altura: de 18,5 a 24,9
◆ Sobrepeso: de 25 a 29,9
◆ Obesidad: de 30 a 39,9
◆ Obesidad extrema: 40 y mayor
Estudie el cambio en el IMC de un paciente para detectar posibles problemas nutricionales o de
obesidad. La prevalencia de la obesidad en adultos está aumentando. En EE. UU., aproximadamente
Figura 5-4
Medición de la anchura del codo
con calibre deslizante.
CUADRO 5-2
Cálculo del índice de masa corporal
La fórmula para calcular el índice de masa corporal (IMC) utilizando libras (asegurándose
de convertir las onzas al sistema decimal) y pulgadas es:
[Peso[enlibras] ÷ Estatura [en pulgadas]
2
] × 703
La fórmula para calcular el IMC en kilogramos y metros es:
Peso[en kg] ÷ estatura [enmetros]
2
Tabla 5-1 Medidas de la anchura del codo por edad y sexo
ANCHURA MEDIA DEL CODO (cm)*
Edad (años) Hombres Mujeres
De 18 a 24 De 6,6 a 7,6 De 5,6 a 6,4
De 25 a 34 De 6,7 a 7,8 De 5,7 a 6,7
De 35 a 44 De 6,7 a 7,9 De 5,7 a 7
De 45 a 54 De 6,7 a 8 De 5,7 a 7,1
De 55 a 74 De 6,7 a 8 De 5,8 a 7,1
Modificado de Frisancho, 1984; datos tomados del National Center Health Statistics, 1981.
*Las medidas inferiores indican una complexión pequeña; las superiores, una complexión grande.
EXPLORACIÓN Y HALLAZG
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Capítulo 5 Crecimiento y medidas 103
© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.
el 65% de los adultos presentan sobrepeso, el 30%, obesidad, y el 5%, obesidad extrema (Hedley et
al., 2004). La pérdida de peso grave y la emaciación suelen asociarse a enfermedades debilitantes
o a autoinanición.
INFORMACIÓN CLÍNICA
Fiabilidad de las medidas
de longitud
La fiabilidad de las medidas
de longitud en recién nacidos
es difícil de garantizar, ante la
tendencia natural a la flexión
del pequeño y al
moldeamiento del cráneo. En
lactantes, es también
complicado efectuar las
mediciones, ya que los bebés
tienden a resistirse y a
moverse. Utilice una técnica
contrastada para aumentar la
fiabilidad de la medición, que,
en cualquier caso, deberá
realizarse dos veces.
VARIANTES FÍSICAS
Obesidad
En EE. UU., la prevalencia
de la obesidad, definida
como índice de masa
corporal de 30 o más, fue
del 25,6% en 2007 en
adultos de 18 años o más.
La tasa de obesidad varía en
función de criterios étnicos.
Es mayor en afroamericanos
no hispanos (35,8%), que
van seguidos de los hispanos
(28,5%), de los blancos no
hispanos (24,5%) y de otros
(15,3%) (Centers for
Disease Control and
Prevention, 2008).
Promoción de la salud
Control del peso
El ejercicio es el factor esencial en el control o la reducción del peso corporal. Se recomienda
realizar ejercicio de forma regular (p. ej., caminar u otros ejercicios aeróbicos durante 30 min
varias veces a la semana).También pueden adoptarse otras medidas sencillas, como subir por
las escaleras en vez de por el ascensor o aparcar a cierta distancia del lugar de destino o del
centro de trabajo.A los niños se les debe limitar el tiempo dedicado a ver la televisión o a
jugar con el ordenador, y se les debe estimular para que caminen, monten en bicicleta y
participen en actividades recreativas y prácticas deportivas.
LACTANTES
La prestación de cuidados a los niños constituye un desafío, dados los continuos cambios debidos
a su crecimiento y su desarrollo. La medición de su peso y su estatura y el seguimiento de su
evolución dan lugar a resultados ciertamente gratificantes a lo largo del tiempo.
Un niño nacido a término, con las dimensiones y las proporciones idóneas (adecuadas a su edad
gestacional) y sin antecedentes de dificultades prenatales o perinatales tiene las máximas posibilidades de pasar una lactancia y un período neonatal sanos. Debe prestarse la máxima atención a las
desviaciones imprevistas durante los primeros días de vida, ya que pueden ser indicativas de
potenciales problemas. Por ejemplo, la mayoría de los niños nacidos a término de los mismos
padres tienen un peso de unos 200 g más o menos que sus hermanos. Si el niño tiene un peso al
nacer manifiestamente inferior al de sus hermanos, cabe sospechar una posible anomalía congénita
o de limitación del crecimiento intrauterino. Los recién nacidos con un peso ostensiblemente
superior al de sus hermanos, por ejemplo, de 4,5 kg o más, presentan riesgo de hipoglucemia.
Longitud en decúbito
La longitud en decúbito es la medición de elección para lactantes desde el nacimiento hasta los
24 o 36 meses de edad (fig. 5-5). Coloque al lactante en decúbito supino sobre el dispositivo de
medición y haga que su madre o su padre sujete su cabeza en contacto con el panel craneal del
mismo. Sujete las piernas del niño y manténgalas estiradas con las rodillas rectas colocando el panel
inferior en las plantas de los pies del niño. Efectúe la lectura correspondiente con una aproximación
de 0,5 cm. Compare la medida con la registrada en la curva de crecimiento ajustada a edad y sexo,
y determine el percentil del niño (v. apéndice A, figs. A-1 y A-2). Para casos de crecimiento en peso
muy lento consulte la web de Evolve.
Véase el capítulo 6 para recabar información sobre el grosor del pliegue cutáneo.
Figura 5-5
Medición de la longitud de un
lactante. (Por cortesía de Seca
Corporation, Hanover, MD.)
EXPLORACIÓN Y HALLAZG
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104 Capítulo 5 Crecimiento y medidas
En el nacimiento, los niños sanos nacidos a término presentan una longitud que oscila entre
45 y 55 mm, y estos valores aumentan en un 50% en el primer año de vida.
Peso
En lactantes y niños pequeños debe utilizarse una balanza específica para esta edad, efectuando
la medición en gramos. Realice la lectura de peso con una aproximación de 10 g cuando el niño
esté más tranquilo. Compare el peso en la correspondiente curva de peso ajustada a edad y sexo,
y determine la correlación con el peso de la población estándar y el percentil pertinente
(v. apéndice A, figs. A-1 y A-2).
El peso de los neonatos a término sanos oscila entre 2.500 y 4.000 g. Tras perder el 10% de su
peso al nacer, los recién nacidos recuperan esa pérdida en un plazo de 2 semanas y, a continuación,
ganan peso a una velocidad media de 30 g diarios. Esta pauta se reduce a partir de los 3 meses
(Fiegelman, 2007). En general, los lactantes duplican su peso al nacer hacia los 4 o 5 meses de vida
y lo triplican hacia los 12 meses.
Perímetro cefálico
El perímetro cefálico debe medirse en cada visita pediátrica hasta los 3 años de edad. Rodee el
cráneo del niño con una cinta métrica de papel, ajustándola sobre la protuberancia occipital y la
prominencia supraorbitaria, a fin de determinar el punto de perímetro máximo, teniendo siempre
cuidado de no producir cortes con el borde de la cinta (fig. 5-6). Efectúe la lectura con una
aproximación de 0,5 cm (repita la medición al menos una vez para comprobar que es correcta).
Compare el valor obtenido con los de la gráfica de crecimiento correspondiente en la que se registren los valores estándar para la población general (v. apéndice A, figs. A-1 y A-2).
El perímetro cefálico previsto oscila entre 32,5 y 37,5 cm, con una media comprendida entre
33 y 35 cm. A los 2 años de edad, el perímetro alcanza los dos tercios de su valor adulto. Un perímetro cefálico que aumenta rápidamente y que se sitúa por encima de las curvas de percentil es
indicativo de incremento de la presión intracraneal. Si los valores caen por debajo de los de la
curva, indica microcefalia.
Perímetro torácico
Aunque el perímetro torácico no es una variable utilizada universalmente, se trata de una medida
útil para compararla con el perímetro cefálico si se sospecha algún problema en el tamaño, tanto
del cráneo como del tórax. Rodee el tórax del pequeño sobre la línea de los pezones con la cinta
métrica, firmemente pero con precaución para no producir roces o heridas con el borde de la
misma (fig. 5-7). Lo más idóneo es efectuar la medición en el punto medio entre la aspiración y
la espiración, y efectuar la lectura con una aproximación de 0,5 cm.
INFORMACIÓN CLÍNICA
Uso de la gráfica
adecuada
Al efectuar las mediciones
de longitud en vez de las de
estatura para niños de edades
comprendidas entre los 24 y
los 36 meses, asegúrese de
que compara los valores
obtenidos con los de una
gráfica de crecimiento idónea.
La longitud de un niño es
siempre superior a su
estatura, debido a la lordosis
propia de estas edades. La
comparación de la longitud
del niño con una gráfica de
crecimiento en estatura dará
una impresión incorrecta de
aceleración del crecimiento
(Lipman et al., 2000).
Figura 5-6
Coloque la cinta métrica en torno al perímetro mayor
del cráneo del lactante, sobre la frente y el occipucio.
Figura 5-7
Medición del perímetro torácico del lactante, con la cinta
métrica a la altura de la línea de los pezones.
EXPLORACIÓN Y HALLAZG
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Capítulo 5 Crecimiento y medidas 105
© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.
El perímetro cefálico del neonato puede ser igual o superior al torácico en unos 2 cm. Entre
los 5 meses y los 2 años, el perímetro torácico del niño debe ser aproximadamente igual al
cefálico. Si el perímetro cefálico de un lactante es menor que el torácico, es conveniente proceder
a evaluar una posible microcefalia. Después de los 2 años de edad, el perímetro torácico pasa a
ser mayor que el cefálico, ya que es entonces cuando el tórax crece más rápido que el cráneo
(tabla 5-2).
Edad gestacional
La edad gestacional es una medida del nivel de madurez de un recién nacido. Un método para
calcularla consiste en determinar el número de semanas completas entre la primera falta de
menstruación de la madre y la fecha del nacimiento. La estimación de la edad gestacional se
utiliza para evaluar la evolución del desarrollo del lactante y para diferenciar entre los neonatos
pretérmino de tamaño idóneo y aquellos nacidos a término que son pequeños para su edad
gestacional.
La prueba de Ballard para la determinación de la edad gestacional se emplea para evaluar seis
características físicas y seis neuromusculares en las primeras 36 h de vida, estableciendo o confirmando la edad gestacional del neonato (v. web de Evolve del libro para consultar las puntuaciones
correspondientes). La precisión de la valoración se ajusta para 2 semanas respecto a la edad gestacional asignada. Las puntuaciones para los neonatos pretérmino extremos son más precisas
cuando la evaluación se realiza en las primeras 12 h de vida.
Las edades gestacionales de entre 37 y 41 semanas, que son las consideradas a término, se
asocian a un mejor pronóstico de salud general. Los niños nacidos antes de la semana 37 son
pretérmino, mientras que los nacidos con más de 41 semanas de edad gestacional son
postérmino.
Tamaño en relación con la edad gestacional. Una vez asignada la edad gestacional,
puede establecerse un patrón de crecimiento fetal y de tamaño relacionado con dicha edad. Las
curvas de crecimiento intrauterino estandarizadas representan gráficamente el peso, la longitud y
el perímetro cefálico del niño al nacer (v. curvas de crecimiento en la web de Evolve). Una vez
comparados los valores del neonato con los de estas tablas, el niño es clasificado como pequeño,
normal o grande para su edad gestacional en comparación con las curvas de percentil ajustadas
por semanas de gestación (fig. 5-8). El sistema de clasificación es el siguiente:
Clasificación Percentil de peso
Apropiado para la edad gestacional (AEG) Del 10 al 90
Pequeño para la edad gestacional (PEG) Por debajo del 10
Grande para la edad gestacional Por encima del 90
Para los niños pequeños o grandes para su edad gestacional existe riesgo de morbilidad y mortalidad. El riesgo es mayor en niños pretérmino y pequeños para su edad gestacional, en especial
para trastornos como el síndrome de dificultad respiratoria, la displasia broncopulmonar y la
hemorragia intraventricular.
INFORMACIÓN CLÍNICA
Usos de las gráficas
de crecimiento
Las gráficas de crecimiento
están diseñadas para
representar y seguir los
datos antropométricos, para
detectar patrones de tamaño
y de crecimiento anómalos,
y para facilitar la evaluación
clínica global. Por ejemplo,
las disponibles para niños
desde el nacimiento hasta
los 36 meses de edad
permiten identificar la
excesiva ganancia de peso en
relación con la estatura. Una
curva independiente para
lactantes de muy bajo peso
al nacer compara el
crecimiento de este tipo
de lactantes con el de otros
lactantes de bajo peso al
nacer, aunque las gráficas de
crecimiento de los Centers
for Disease Control and
Prevention también pueden
utilizarse para la evaluación
de este tipo de lactantes.
Véase el apéndice A.
VARIANTES FÍSICAS
Bajo peso al nacer
En 2004, el 8,1% de los
lactantes nacieron con bajo
peso (menos de 2.500 g)
en EE. UU. El bajo peso al
nacer, que aumenta el
factor de riesgo de
mortalidad en los lactantes,
presenta variaciones
étnicas. El mayor
porcentaje de bajo peso al
nacer se registra en
neonatos afroamericanos
no hispanos (13,7%),
seguidos por los de origen
asiático/de las islas del
Pacífico (7,9%), por los
indios nativos de
Norteamérica (7,5%) y por
los blancos no hispanos
(7,2%) (Health Resources
and Services
Administration, 2006).
TABLA 5-2 Perímetros torácico y cefálico medios para niños
en EE. UU
PERÍMETRO CEFÁLICO (cm)
Edad Perímetro torácico (cm) Niños Niñas
Nacimiento 35 35,3 34,7
3 meses 40 40,9 40
6 meses 44 43,9 42,8
12 meses 47 47,3 45,8
18 meses 48 48,7 47,1
2 años 50 49,7 48,1
3 años 52 50,4 49,3
Tomado de Lowrey, 1986; y Waring y Jeansonne, 1982.
EXPLORACIÓN Y HALLAZG
O
S
106 Capítulo 5 Crecimiento y medidas
NIÑOS
Estatura y peso
La estatura en pie comienza a medirse entre los 25 y los 36 meses de vida, cuando el niño ya
camina bien. La medición debe realizarse con el niño descalzo y sin ropa gruesa. Para que la
medición sea lo más precisa posible, utilice un dispositivo de medición de la estatura (estadiómetro) montado sobre la pared, mejor que un medidor de estatura acoplado a una balanza. Coloque
al niño en posición erguida con los talones, las nalgas y los hombros pegados a la pared o al panel
del estadiómetro si este no es de pared, e indíquele que mire hacia el frente (fig. 5-9). El borde
externo del ojo del niño debe quedar en el mismo plano horizontal que el conducto auditivo al
mismo tiempo que se coloca el tope superior sobre la coronilla del pequeño. La medida de la
estatura se realiza con una aproximación de 0,5 cm.
Para calcular la velocidad de crecimiento, determine la variación de estatura en un determinado
período (p. ej., 1 año). Los intervalos de menos de 1 año pueden reflejar variaciones estacionales.
Procure efectuar las mediciones lo más próximas que sea posible a la periodicidad mensual
durante 12 meses, y evite realizarlas durante menos de 10 meses o más de 14. En la tabla 5-3 se
incluye el crecimiento en estatura anual, o velocidad de crecimiento anual, relacionada con la edad
y el sexo. (v. curvas de velocidad de merecimiento durante la adolescencia en la web de Evolve.)
A los niños mayores de 2 años se les pesa en balanzas de plataforma normales y vestidos con
ropa ligera. La lectura debe efectuarse con una aproximación de 0,1 kg. Recuerde medir el perímetro cefálico del niño al menos una vez al año.
Los valores de peso, estatura y perímetro cefálico se comparan con los de las curvas de crecimiento correspondientes para determinar su correlación con los de la población general, con
ajustes por edad y sexo. (v. apéndice A, figs. A-3 y A-4 para consultar las curvas de crecimiento
físico, y evaluar la estatura y el peso de niños y jóvenes entre los 2 y los 20 años de edad.)
Actualmente, la medición del IMC está estandarizada para niños y adolescentes, y su cálculo
para ellos se realiza del mismo modo que para los adultos. El IMC se interpreta mediante percentiles ajustados por edad y sexo, ya que los cambios de la grasa corporal con la edad y los valores
de grasa corporal son diferentes en niños y niñas. Una vez calculado el IMC, compare el valor
obtenido con la gráfica de crecimiento correspondiente ajustada por edad y sexo incluida en el
apéndice A. En la web de Evolve o en la de los Centers for Disease Control and Prevention se
INFORMACIÓN
CLÍNICA
Gráficas de crecimiento
especiales
Existen gráficas de
crecimiento especiales para
niños con trastornos
específicos, como los
síndromes de Down,Turner
o Klinefelter, aunque siempre
deben emplearse en
asociación con las gráficas
estandarizadas de los Centers
for Disease Control and
Prevention. Puede accederse
a estas gráficas en la web
http://www.magicfoundation.
org/www/docs/7.
Figura 5-8
A. Lactante pequeño para su edad
gestacional y lactante acorde con su
edad gestacional. B. Lactante grande
para su edad gestacional. (Tomado de
Zitelli, 2007.)
Figura 5-9
Medición de la estatura de un niño.
EXPLORACIÓN Y HALLAZG
O
S
Capítulo 5 Crecimiento y medidas 107
© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.
ofrece una calculadora inmediata del IMC. Los puntos de corte, establecidos para identificar a los
niños y adolescentes con infrapeso o sobrepeso, se basan en los siguientes percentiles:
◆ Infrapeso: IMC por edad por debajo del percentil 5
◆ Riesgo de sobrepeso: IMC por edad superior al percentil 85
◆ Sobrepeso: IMC por edad superior al percentil 95
Con el tiempo, las mediciones en el intervalo deben demostrar que el niño ha establecido un patrón
de crecimiento, indicado por el seguimiento coherente de un percentil en la gráfica de crecimiento.
Es posible que los hijos de inmigrantes de primera generación no se ajusten a los estándares de la
población de EE. UU., aunque sí deben seguir una pauta de crecimiento acorde con la de los otros
niños, incluso si están próximos o por debajo del percentil. Los lactantes y niños que repentinamente quedan por debajo o por encima de los percentiles establecidos para su curva de crecimiento
han de ser examinados en profundidad para determinar la posible causa.
Cociente entre segmentos superior e inferior
El cociente entre segmentos superior e inferior se determina cuando el peso de un niño puede
presentar proporciones inadecuadas entre la cabeza y el tronco y las extremidades. Mida el segmento corporal inferior (distancia de la sínfisis púbica al suelo con el niño en pie). Calcule el
segmento corporal superior restando la medida del segmento inferior a la estatura total. A continuación, divida el segmento corporal superior por el inferior para determinar el cociente. Los
cocientes previstos por edades son los siguientes (Keane, 2007):
◆ Al nacer: 1,7
◆ A los 3 años: 1,3
◆ Con más de 7 años: 1
Un cociente entre segmentos superior e inferior más alto de lo previsto puede ser indicio de
enanismo o de trastornos óseos.
Distancia de brazos extendidos
Aunque no se realiza de forma rutinaria, medir la distancia de los brazos extendidos puede
resultar útil en la evaluación de niños de estatura elevada. Haga que el niño mantenga los brazos
VARIANTES FÍSICAS
Índice de masa corporal
en niños y jóvenes
Un índice de masa corporal
(IMC) superior al percentil 95,
indicador de obesidad
infantil, se registra en el
18,2% de los niños y jóvenes,
y en el 16% de las niñas y
jóvenes, para edades
comprendidas entre los 2 y
los 19 años. Un IMC
superior al percentil 85,
indicativo de riesgo de
sobrepeso, se da en el 33%
de los jóvenes (Koplan et al.,
2007). En torno al 28% de
las adolescentes
afroamericanas no hispanas y
el 20% de las de origen
mexicano tienen un percentil
superior a 95, mientras que
el porcentaje se reduce a
14,5% en blancas no
hispanas. La elevación del
IMC por edad presenta una
distribución étnica similar
también en niños (Ogden et
al., 2008).
Tabla 5-3 Velocidad de crecimiento en estatura esperada para
intervalos de tiempo específicos durante la infancia*
VELOCIDAD DE CRECIMIENTO (cm/año)
Edad (años) Hombres Mujeres
De 2 a 3 8,3 8,6
De 3 a 4 7,4 7,6
De 4 a 5 6,8 6,8
De 5 a 6 6,4 6,4
De 6 a 7 6 6,1
De 7 a 8 5,8 5,9
De 8 a 9 5,4 5,7
De 9 a 10 5,2 5,8
De 10 a 11 5,1 6,7
De 11 a 12 5,3 8,3
De 12 a 13 6,8 5,9
De 13 a 14 9,5 3
De 14 a 15 6,5 0,9
De 15 a 16 3,3 0,1
De 16 a 17 1,5
De 17 a 18 0,5
Modificado de Tanner y Davies, 1985.
*La velocidad máxima de crecimiento durante la adolescencia se indica para tiempos promedio
(13,5 años para los hombres y 11,5 para las mujeres).
EXPLORACIÓN Y HALLAZG
O
S
108 Capítulo 5 Crecimiento y medidas
completamente extendidos separados del cuerpo. Mida la distancia de la punta del dedo medio
de una mano a la punta del dedo medio de la otra. La distancia ha de ser igual a la estatura del
niño. Si es mayor, el hecho puede relacionarse con un síndrome de Marfan.
Maduración Sexual
La valoración del crecimiento y del desarrollo de los niños mayores y de los adolescentes comprende la evaluación de la maduración sexual. En niñas se evalúa el desarrollo mamario y el de
vello púbico; en niños, el desarrollo de los genitales y también el de vello púbico. Las etapas
previstas en los cambios puberales para cada carácter sexual secundario se representan en las
figuras 5-10 a 5-13. La duración y la cronología de las mismas es muy variable.
Cada carácter sexual secundario puede clasificarse por separado o bien se le puede asignar una
escala de madurez sexual (EMS) para determinar el grado de desarrollo puberal del niño. El
«estirón» puberal y la cronología de otros episodios fisiológicos que se registran durante la
pubertad también se asocian al desarrollo de los caracteres sexuales secundarios. La EMS se calcula
promediando el grado de desarrollo del vello púbico o mamario en las niñas, y del vello púbico
y de los genitales en los niños.
VARIANTES FÍSICAS
Maduración Sexual
En niñas
La maduración sexual
comienza antes en las niñas
con un índice de masa
corporal elevado. En EE. UU.,
como media, las niñas
afroamericanas inician antes
la pubertad, seguidas de las
de origen mexicano y, a
continuación, de las blancas
(Wu et al., 2002). La edad
promedio de la menarquia ha
ido disminuyendo lentamente
a lo largo de la última
década, hasta situarse en los
siguientes valores: 12,06 años
para las niñas afroamericanas,
12,09 años para las de origen
mexicano y 12,52 para las de
raza blanca (Anderson y
Must, 2005).
En niños
Determinada en función del
desarrollo del vello púbico, la
maduración sexual de los
niños estadounidenses se
produce antes en los
afroamericanos, seguidos de
los de raza blanca y de los
de origen mexicano
(Herman-Giddens et al., 2001).
Figura 5-10
Las cinco etapas del desarrollo
mamario en las niñas. (Tomado de
Frisch RE, 1972. Reproducido con
autorización de Pediatrics, volume
49, by the AAP.)
EXPLORACIÓN Y HALLAZG
O
S
Capítulo 5 Crecimiento y medidas 109
© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.
El inicio de la pubertad en niñas coincide con la edad en la que se alcanza la fase 2 del desarrollo
mamario o del vello púbico, cualquiera que sea el que se produce primero. En las dos terceras
partes de las niñas, las mamas comienzan a desarrollarse antes que el vello púbico. La pubertad
se considera completada cuando se llega a la fase 4 del desarrollo mamario o a la 5 del desarrollo
del vello púbico. La fase de desarrollo mamario o del vello púbico se relaciona con la edad cronológica, la edad de la menarquia y la evidencia del desarrollo puberal. La menarquia suele producirse en la EMS 4 o en la fase 3 o 4 del desarrollo mamario. El máximo aumento de la estatura
se da en el año previo a la menarquia (Biro et al., 2006). Estos episodios pueden registrarse
comparándolos en una gráfica de velocidad del aumento de la estatura para adolescentes (v. web de
Evolve del libro). Los niveles elevados de IMC y los cambios en el mismo entre los 3 y los 6 años
de edad se relacionan con una pubertad más precoz (Lee et al., 2007). Las causas del desarrollo del
tejido mamario o del vello púbico en niñas prepúberes de menos de 6 o 7 años de edad (para
niñas de raza blanca) han de ser convenientemente investigadas (Kaplowitz et al., 1999).
En el hombre, el desarrollo de los genitales y del vello púbico se relaciona con la edad y con
los signos del «estirón» puberal. En general, los cambios genitales externos preceden al desarrollo
del vello púbico. La eyaculación suele producirse en la EMS 3, mientras que el semen comienza a
aparecer entre la EMS 3 y la 4, y la velocidad máxima de crecimiento en altura se registra a una
edad promedio de 13,5 años, generalmente en la EMS 4 o en la fase 4 o 5 del desarrollo genital.
Estos datos pueden contrastarse en una curva de crecimiento en altura estandarizada para adolescentes (v. web de Evolve del libro). Los niños más altos y fuertes presentan una maduración
sexual más temprana (Herman-Giddens et al., 2001). Las causas del desarrollo de los genitales o
del vello púbico en niños menores de 9 años deben ser sometida a investigación.
El retraso en el inicio de la adolescencia, como consecuencia del cual los caracteres secundarios
comienzan a desarrollarse más tarde que en la media de la población, a menudo es una variante
Figura 5-11
Los seis estadios de desarrollo del vello
púbico. (Tomado de Frisch RE, 1972.
Reproducido con autorización a partir de
Pediatrics, volume 49, by the AAP.)
EXPLORACIÓN Y HALLAZG
O
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110 Capítulo 5 Crecimiento y medidas
normal tanto en niños como en niñas. Suele ir acompañado de un desfase del crecimiento en
estatura. Con frecuencia los padres tuvieron un patrón de adolescencia similar. Una vez que
comienzan los cambios puberales, la secuencia de desarrollo es igual a la de los demás adolescentes,
aunque puede producirse con una distribución cronológica diferente. La estatura final puede, en
cualquier caso, ser la misma.
El desarrollo precoz de vello púbico sin signos de desarrollo sexual a veces es indicativo de
pubarquia prematura. En estos niños, la pubescencia suele producirse al mismo tiempo que en
los considerados normales.
MUJERES GESTANTES
La ganancia de peso durante el embarazo debe calcularse en función del peso previo al mismo
(fig. 5-14). Para proporcionar una orientación sobre la ganancia de peso adecuada durante la
gestación, determine en primer lugar el IMC previo (v. cuadro 5-1). A continuación, controle el
peso de la mujer durante el embarazo utilizando las directrices de la curva de ganancia de peso
sobre la curva de ganancia de peso prenatal.
Las mujeres con una amplia variación de peso durante el embarazo presentan un buen pronóstico reproductivo. Las que tienen un peso acorde con la estatura adecuado o las que registran
un IMC comprendido entre 19,8 y 26 deben incrementar su peso entre 11,5 y 16 kg a lo largo de
todo el embarazo. Las que presentan bajo peso han de ganar hasta 18,2 kg, y las que tienen
sobrepeso (IMC de 26,1 a 29), de 7 a 11,5 kg. Las mujeres obesas (IMC superior a 29) no deben
superar una ganancia de peso de 7 kg. En estas es mayor el riesgo de complicaciones, como
hipertensión arterial, diabetes, problemas en el preparto y el parto, complicaciones del feto y
muerte fetal (Abrams y Pickett, 1999). Las adolescentes gestantes menores de 16 años o aquellas
Figura 5-12
Las cinco etapas del desarrollo de
los testículos y del escroto.
(Tomado de Frisch RE, 1972.
Reproducido con autorización a
partir de Pediatrics, volume 49, by
the AAP.)
EXPLORACIÓN Y HALLAZGOS
Capítulo
5 Crecimiento y medidas 111
© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 5-13
Las seis etapas del desarrollo del
vello púbico en los hombres. (Tomado
de Frisch RE, 1972. Reproducido con
autorización a partir de Pediatrics,
volume 49, by the AAP.) Figura 5-14
Curva de ganancia de peso prenatal
por semanas de gestación. (Tomado
de Food and Nutrition Board, 1992.)
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MALÍA
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112 Capítulo 5 Crecimiento y medidas
que queden embarazadas menos de 2 años después de la menarquia pueden hallarse aún en la
fase de crecimiento en estatura. En consecuencia, muchas veces requieren mayor ganancia de peso
para que el peso del lactante al nacer sea el adecuado (Fernández et al., 2008).
Registre cualquier variación con respecto a la ganancia de peso prevista. La ganancia del primer
trimestre es variable, de 1, 4 a 2,7 kg. En el segundo y el tercero trimestres la ganancia de peso semanal
ha de ser de entre 0,23 y 0,45 kg. La ganancia de peso debe ajustarse de modo que corresponda a
los valores del IMC previos a la gestación y también en los casos de embarazo doble o triple.
ADULTOS MAYORES
Las técnicas de medición para los adultos mayores son las mismas que las de la población general.
Compare el peso del sujeto, correlacionado con la estatura y el grosor del pliegue cutáneo y
ajustado por peso y edad, con las tablas incluidas en la web de Evolve del libro. Aproximadamente
el 60% de los adultos mayores de 65 años presentan sobrepeso, con un IMC superior a 25, y el
20% son obesos, con un IMC de más de 29 (Chapman, 2006).
Muestra de documentación
Antecedentes y exploración física
Subjetiva
Una lactante de 4 meses de edad es presentada en consulta para un examen de rutina y para
recibir las vacunas pertinentes. Es alimentada con lactancia materna y aún no se ha
incorporado a su dieta ningún otro alimento. Realiza las tomas con avidez cada 2 o 3 h. Buen
apetito. Sin enfermedades.
Objetiva
Peso de 6,2 kg, percentil 50; longitud 62 cm, percentil 50; perímetro cefálico 41 cm, percentil 50;
mantiene el percentil 50 en la curva de crecimiento desde la anterior visita, hace 2 meses.
Para documentación adicional, véase el capítulo 26.
ANOMALÍAS
ACROMEGALIA
Enfermedad poco frecuente que da lugar a crecimiento excesivo y proporciones distorsionadas, causada por hipersecreción de hormona del
crecimiento y de IGF tras el cierre de las epífisis
Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos
◆ Un adenoma hipofisario benigno u otros tumores
poco frecuentes suelen ser la causa; síndromes
familiares (p. ej., neoplasia endocrina múltiple
de tipo I y síndrome de McCune-Albright)
◆ El exceso de hormona del crecimiento da lugar
a desaceleración del crecimiento esquelético y a
agrandamiento de los tejidos blandos
◆ Más frecuente en adultos de mediana edad
◆ Cambios lentos y progresivos con
exageración de los rasgos faciales
◆ Aumento del número de calzado y
del tamaño de los anillos
◆ Sin cambios en la estatura
◆ Piel grasa y sudorosa
◆ Ronquidos excesivos, apnea del sueño
◆ Disminución de la tolerancia al ejercicio
◆ Dolor en las manos y articular
◆ Véase la figura 5-15
◆ Cara y cráneo: abombamiento
frontal, crestas craneales,
proliferación de mandíbula,
ensanchamiento maxilar,
separación de dientes,
maloclusión, sobremordida
◆ Engrosamiento de la piel de
la cara (lengua, labios y nariz),
de las manos y de los pies,
tendentes al agrandamiento
◆ Agrandamiento, inflamación
y dolor articulares;
agrandamiento vertebral,
cifoescoliosis,
◆ Hipertrofia ventricular
cardíaca con disminución
de la tolerancia al ejercicio
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MALÍA
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Capítulo 5 Crecimiento y medidas 113
© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.
SÍNDROME DE CUSHING
Trastorno asociado a exposición excesiva y prolongada a corticoesteroides
Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos
◆ Causado generalmente por uso de
corticoesteroides de prescripción
médica
◆ Otras causas son hipersecreción
suprarrenal, que da lugar a exceso en la
producción de cortisol, o tumor
hipofisario que produce exceso de
secreción de hormona
adrenocorticótropa (ACTH)
◆ Trastornos debidos a exceso de cortisol,
como diabetes, hipertensión, depresión e
irregularidades menstruales
◆ Ganancia de peso, cambios en el apetito
◆ Depresión, irritabilidad, disminución de la
libido
◆ Falta de concentración, deterioro de la
memoria a corto plazo
◆ Facilidad para la formación de hematomas
◆ Trastornos menstruales
◆ Ganancia de peso, pero con crecimiento
lento en
altura en niños
◆ Véase la figura 10-8,A y B
◆ Obesidad, almohadilla grasa en «joroba
de búfalo», distribución supraclavicular
y abdominal péndula de la grasa
◆ Plétora facial o cara de luna
◆ Piel delgada, estrías de color rojo
violáceo, mala cicatrización
◆ Debilidad muscular facial
◆ Hirsutismo o calvicie en mujeres
◆ Edema periférico
◆ En niños: estatura corta, virilización
genital anómala, pubertad retardada o
seudoprecoz
SÍNDROME DE TURNER
Trastorno genético con ausencia parcial o completa de un segundo cromosoma X
Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos
◆ Signos resultantes de una complementación
reducida de los genes típicamente expresados
por los dos cromosomas X en mujeres
◆ La incidencia del síndrome de Turner es de
1 por cada 2.500 a 3.000 nacidos vivos
◆ Escaso crecimiento en estatura
◆ Ausencia de desarrollo mamario
y amenorrea
◆ Inteligencia normal
◆ Véase la figura 5-16
◆ Estatura corta
◆ Cuello ancho y corto
◆ Tórax ancho con pezones separados
◆ Codo con ángulo de carga excesivo
(codo valgo)
◆ Implantación baja del pelo en la región
occipital, orejas deformes o rotadas,
paladar estrecho con dientes apiñados
◆ Coartación de la aorta, válvula aórtica
bicúspide
◆ Pérdida de audición neurosensitiva
◆ Infertilidad
◆ Debe obtenerse el cariotipo o
realizarse un análisis cromosómico
Figura 5-15
Acromegalia. Obsérvense
el considerable tamaño de
la cabeza, la proyección de la
mandíbula y la protrusión
del hueso frontal. (Tomado
de 400 More Self-Assessment
Picture Tests in Clinical
Medicine, 1988.)
Figura 5-16
Síndrome de Turner.
(Tomado de Patton and
Thibodeau, 2010.)
A
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MALÍA
S
114 Capítulo 5 Crecimiento y medidas
HIDROCEFALIA
Excesivo volumen de líquido cefalorraquídeo (LCR) en el encéfalo, que da lugar un a aumento del perímetro cefálico
Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos
◆ Puede deberse a infección u obstrucción
del espacio subaracnoideo, que interfiere
en la reabsorción de LCR, o a una
infección o lesión que obstruya el flujo de
LCR al espacio subaracnoideo, donde se
reabsorbe
◆ A menudo se produce en asociación con
meningomielocele
◆ Agrandamiento craneal
◆ Dificultad para mantener la cabeza erguida
o para levantarla cuando el paciente está
tumbado
◆ Irritabilidad, falta de energía, mala
alimentación
◆ Véase la figura 5-17
◆ Rápido incremento del
perímetro cefálico, fontanelas
tensas, llenas o prominentes;
suturas separadas
◆ Abombamiento (protrusión)
del área frontal, tamaño de la
cara desproporcionado con
respecto al del cráneo
◆ Venas del cuero cabelludo
distendidas y prominentes,
piel del cuero cabelludo
translúcida
◆ Tono aumentado o
hiperreflexia, reflejos
tendinosos profundos
bruscos, signo de Babinski
positivo
◆ Una vez cerradas las suturas
craneales, aumento de la
presión intracraneal
◆ Parálisis de la mirada hacia
arriba (del par craneal VI)
RETRASO DEL DESARROLLO
Crecimiento de un lactante o niño por debajo de los percentiles 3 o 5 en una gráfica de crecimiento o disminución de la velocidad
de crecimiento normal en poco tiempo (p. ej., con disminución del percentil 50 al 10)
Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos
◆ Entre las causas psicosociales se
encuentran la pobreza y una
alimentación inadecuada, errores en la
preparación del alimento o mala
interacción niño-padres (p. ej., depresión
materna, maltrato, abandono o familia
disfuncional)
◆ Entre las causas orgánicas se encuentran
trastornos médicos como infección
grave o enfermedad sistémica orgánica
◆ Puede deberse a una combinación de
enfermedad orgánica y factores
psicosociales
◆ Alimento insuficiente para el lactante o niño,
ingesta dietética inadecuada
◆ Fracaso de la lactancia materna, agotamiento o
sudoración al alimentarse, rechazo del alimento
◆ Tamaño menor que el de los lactantes o niños
de la misma edad
◆ Véase la figura 5-18
◆ No alcanza los niveles de peso y
longitud (estatura) propios de su
edad
◆ Masa muscular reducida, pérdida de
grasa subcutánea, emaciación de las
nalgas, extremidades delgadas,
costillas prominentes, alopecia
◆ Signos de abandono (exantema del
pañal, piel no lavada, infecciones
cutáneas, ropa sucia)
◆ Desarrollo retardado
Figura 5-17
Hidrocefalia infantil. Se aprecia parálisis de la mirada
ascendente en un lactante con hidrocefalia, como
consecuencia de una estenosis del acueducto. Es más
evidente en el ojo derecho. Este fenómeno se denomina
a menudo signo de la puesta de sol. (Tomado de Zitelli
and Davis, 1997. Por cortesía del Dr. Albert Biglan, Children’s
Hospital of Pittsburgh.)
Figura 5-18
Retraso del desarrollo psicosocial por abandono. Esta
lactante de 4 meses de edad fue llevada a urgencias
por padecer congestión. Se observó que presentaba
un peso inferior al esperado y que padecía un
importante retraso del desarrollo. Obsérvese la
patente pérdida de tejido subcutáneo manifestada por
las arrugas en los pliegues subcutáneos de las nalgas,
de los hombros y de la parte superior de los brazos.
(Tomado de Zitelli and Davis, 1997.)
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MALÍA
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Capítulo 5 Crecimiento y medidas 115
© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.
DÉFICIT DE HORMONA DEL CRECIMIENTO
Incapacidad de la hipófisis anterior para segregar una cantidad idónea de hormona del crecimiento que sirva para regular el crecimiento en estatura
Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos
◆ Puede ser congénito o desarrollarse a
partir de un tumor hipofisario, por
radioterapia de un tumor o por
traumatismo cerebral
◆ Peso al nacer y crecimiento normales
durante el primer año
◆ Tamaño inferior al de los niños de la misma
edad
◆ Véase la figura 5-19
◆ Estatura corta, el crecimiento comienza a
disminuir a los 9-12 meses
◆ Proporciones corporales correspondientes
a niños de menor edad, aspecto querúbico
o élfico; el niño parece menor de lo que
corresponde a su edad cronológica
◆ Exceso de grasa subcutánea
◆ Voz de tono agudo
PUBERTAD PRECOZ
Desarrollo de caracteres sexuales secundarios antes de los 7 años en las niñas y de los 9 años en los niños, con maduración sexual
progresiva (Kakarla y Bradshaw, 2003)
Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos
◆ Un tumor o lesión cerebral (p. ej., hamartoma
hipotalámico) pueden activar el eje
hipotalámico-hipofisario-gonadal, con secreción
de gonadotropinas que desencadenan el
crecimiento de las gónadas, la secreción de
hormonas sexuales y la maduración sexual
progresiva.También puede verse implicado el
síndrome de McCune-Albright
◆ Desarrollo del tejido mamario o del
vello púbico a edad inferior a la
prevista en las niñas
◆ Aumento del tamaño de los testículos
y del pene y desarrollo del vello
púbico antes de la edad prevista en
los niños
◆ Véase la figura 5-20
◆ En niñas: desarrollo mamario y del vello
púbico, maduración sexual de los
genitales externos, desarrollo del vello
axilar y comienzo de la menstruación
◆ En niños: signos progresivos de
maduración sexual, con aumento del
tamaño testicular y del pene, vello
púbico, acné, erecciones y emisiones
nocturnas
◆ Aceleración del crecimiento en estatura
◆ Las concentraciones de hormonas
sexuales son las correspondientes a la
pubertad
Figura 5-19
El niño normal, de 3 años, está en un percentil 50 de
peso. La niña pequeña, también de 3 años, presenta el
característico aspecto de «muñeca», que indica un
posible diagnóstico de déficit de hormona del
crecimiento. (Tomado de Zitelli and Davis, 1997.)
Figura 5-20
Pubertad precoz con desarrollo del vello
púbico en una niña. (Tomado de Zitelli and
Davis, 2007.)
116
Capítulo
© 2011. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
La nutrición se puede definir como la ciencia de los alimentos en su relación con la salud y el
rendimiento óptimos. Por tanto, la ingesta y el estado nutricional pueden aportar datos sobre la
salud general del individuo. La evaluación nutricional comprende el análisis de la ingesta aproximada de nutrientes del individuo, vinculado con la revisión de los antecedentes relacionados, la
exploración física y sus hallazgos, y las medidas antropométricas y bioquímicas. Este capítulo revisa
el uso de los nutrientes para el crecimiento, el desarrollo y el mantenimiento de la salud, y ofrece
directrices para evaluar la ingesta de un individuo. Se analizan con detalle el uso de los antecedentes
relacionados, de las medidas antropométricas (v. capítulo 5) y bioquímicas, y de los hallazgos
físicos, a fin de completar la evaluación nutricional para poblaciones pediátricas y adultas.
Nutrición 6
Media Link
Pueden encontrarse vídeos, listas de comprobación, resúmenes de exploración y otros recursos
útiles en la página web complementaria: http://evolve.elsevier.com/Seidel.
• Audios y videos de exploración física
• Impresos para la práctica: guías para la
educación del paciente
• Guías de evaluación
• Listas de comprobación de los antecedentes
y de la exploración física
• Pruebas interactivas
• Cuadros de información clínica
• Guías de factores de riesgo
• Resúmenes de exploración descargables para
PDA, imprimibles y en formato audio
• Calculadoras instantáneas
Sinopsis de exploración física
A continuación puede leer una sinopsis de los pasos necesarios para llevar a cabo una evaluación nutricional.
Estos procedimientos se explican detalladamente en este
capítulo y están disponibles en (http://evolve.elsevier.
com/Seidel) en formato PDF imprimible o en formatos descargables para PDA, iPod o Smartphone.
Evaluación Nutricional
1. A partir de la anamnesis y la exploración física, evalúe el estado
nutricional del paciente, incluyendo los siguientes datos:
• Crecimiento, pérdida de peso o aumento de peso reciente
(pág. 121)
• Enfermedades crónicas que afectan al estado nutricional
o a la ingesta (págs. 121-122)
• Uso de fármacos y suplementos (pág. 123)
• Pantalla de nutrición (v. web de Evolve del libro en http://
evolve.elsevier.com/Seidel/Nutrition)
• Evaluación de la ingesta de nutrientes (págs. 126-132)
• Síntomas o signos clínicos de deficiencia de nutrientes o de
energía (págs. 127-131)
• Valores de laboratorio (pág. 134)
2. Obtenga las siguientes medidas antropométricas y compárelas
con tablas normalizadas:
• Altura en bipedestación (pág. 124, v. capítulo 5)
• Peso (pág. 124, v. capítulo 5)
• Calcule el índice de masa corporal (pág. 124, v. capítulo 5)
• Circunferencia de la cintura (págs. 124-125)
• Calcule el cociente cintura-cadera (pág. 125)
• Mediciones del grosor del pliegue cutáneo tricipital (PCT) y
de la circunferencia en la porción media y superior del brazo;
calcule CMMB y AMMB (págs. 132-134)
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Capítulo 6 Nutrición 117
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El alimento nutre el cuerpo porque aporta los nutrientes y las calorías necesarios para que funcione de una o de las tres formas siguientes:
◆ Aportando la energía para las actividades necesarias
◆ Aportando constituyentes para la formación y el mantenimiento de los tejidos corporales
◆ Regulando los procesos corporales
Los nutrientes necesarios para el cuerpo se dividen en macronutrientes, micronutrientes y agua.
Las necesidades de energía se basan en el equilibrio entre el gasto energético asociado al tamaño
y la composición del cuerpo del individuo y su nivel de actividad física. Un equilibrio adecuado
contribuye a la salud a largo plazo y permite el mantenimiento de una actividad física deseable.
Macronutrientes
Los hidratos de carbono, las proteínas y las grasas se denominan macronutrientes, porque son
necesarios en grandes cantidades grandes. Estos tres macronutrientes aportan las calorías necesarias para producir energía en el cuerpo humano. Aunque el alcohol también aporta calorías (7 por
gramo), no es necesario para ningún proceso fisiológico del cuerpo, por lo que no se analiza con
detalle en este capítulo.
Hidratos de carbono
Se considera que los hidratos de carbono, un nutriente que se encuentra principalmente en los
vegetales y en la leche, son la principal fuente de energía del cuerpo. Se almacenan aproximadamente 365 g en forma de glucógeno en los tejidos hepático y muscular, y aportan energía para tan
sólo unas 13 h de actividad moderada. Se deben ingerir cantidades moderadas de hidratos de
carbono a intervalos frecuentes para satisfacer las necesidades de energía del cuerpo. Los hidratos
de carbono también tienen funciones importantes en órganos vitales:
◆ Hígado: permiten que las proteínas se reserven para la producción de energía y para la participación en las vías metabólicas de destoxificación específicas
◆ Corazón: en forma de glucógeno almacenado en el músculo cardíaco
◆ Sistema nervioso central: como única fuente de energía del cerebro
Si se consumen más hidratos de carbono de los que se necesitan para obtener energía, el exceso
se almacena en tejidos grasos de todo el cuerpo. Se recomienda que el contenido en hidratos de
carbono de la dieta sea de al menos el 50% de las calorías totales, con un consumo no menor
de 100 g al día. Consulte 2002 Dietary Reference Intakes en (http://evolve.elsevier.com/Seidel),
sobre la ingesta dietética recomendada (IDR) de hidratos de carbono desde el nacimiento hasta
la edad adulta, establecida por el Food and Nutrition Board del Institute of Medicine. Un gramo
de hidratos de carbono aporta 4 calorías.
Proteínas
Las proteínas, presentes en todos los productos animales y vegetales, son fundamentales para la
vida. Forman parte de más de la mitad de la sustancia orgánica del cuerpo, incluyendo el cabello,
la piel, las uñas, el músculo, los órganos glandulares, el tejido conjuntivo, el plasma sanguíneo y
la hemoglobina. En conjunto, 20 aminoácidos distintos se combinan de diferentes formas para
formar proteínas. Se considera que nueve aminoácidos son esenciales porque no pueden ser
fabricados por el cuerpo y son fundamentales para el crecimiento y el desarrollo normales.
Durante el proceso de la digestión, las proteínas son degradadas para obtener aminoácidos, los
bloques constitutivos de las moléculas de las proteínas, y se absorben hacia el torrente sanguíneo
a través del cual son transportados hasta los tejidos. Cada tejido emplea un aminoácido específico
para formar proteínas individuales. Entre las principales funciones de las proteínas se encuentran
las siguientes:
◆ Mantenimiento de los tejidos
◆ Regulación del equilibrio hídrico y acidobásico interno
◆ Actuación como precursores de enzimas, anticuerpos y varias hormonas
ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA
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118 Capítulo 6 Nutrición
Si se toman más proteínas de las necesarias para estas importantes funciones, el exceso se utiliza
para obtener energía o bien se almacena en forma de grasa corporal, si la ingesta calórica total es
mayor que las necesidades. Se recomienda que el contenido en proteínas de la dieta sea del 14 al
20% de las calorías totales, o un mínimo diario de 13 g en lactantes, 25 g en niños y 45 g en adultos.
Consulte 2002 Dietary Reference Intakes en (http://evolve.elsevier.com/Seidel), sobre el
aporte de proteínas necesarias desde el nacimiento hasta la edad adulta, del Food and Nutrition
Board del Institute of Medicine. Un gramo de proteínas aporta 4 calorías.
Grasa
La grasa, que está presente en el pescado graso, en los animales y en algunos productos vegetales
(particularmente en las semillas de las plantas), es necesaria como principal fuente de ácido
linoleico (ácido graso ω-7) y de ácido a-linolénico (ácido graso ω-3), ácidos grasos esenciales
para el crecimiento y el desarrollo normales. Otras funciones importantes de la grasa son:
◆ Síntesis y regulación de determinadas hormonas
◆ Mantenimiento de la estructura de los tejidos
◆ Transmisión del impulso nervioso
◆ Almacenamiento de la memoria
◆ Metabolismo energético
Una vez más, si se consume más grasa de la que es necesaria para estas funciones, el exceso se
almacena en los tejidos grasos del cuerpo. Algunos de estos tejidos grasos, especialmente los que
están debajo de la piel y alrededor de los órganos abdominales, tienen una finalidad concreta
(p. ej., como depósito de reserva de combustible para utilizarlo cuando la ingesta calórica no
satisfaga las necesidades, para dar soporte a los órganos y protegerlos de las lesiones, y para evitar
una pérdida excesiva de calor por la superficie corporal). Se recomienda que el contenido en grasa
de la dieta sea del 25 al 35% de las calorías totales, o al menos de 20 a 35 g al día. Consulte 2002
Dietary Reference Intakes en (http://evolve.elsevier.com/Seidel), sobre la IDR de grasa desde
el nacimiento hasta la edad adulta, por el Food and Nutrition Board del Institute of Medicine. Un
gramo de grasa aporta 9 calorías.
Micronutrientes
Las vitaminas, los minerales (elementos) y los electrólitos son conocidos como micronutrientes,
porque el cuerpo los necesita y los almacena en cantidades muy pequeñas. Aunque no son utilizados como fuente de energía, son esenciales para el crecimiento, el desarrollo y otros muchos
procesos metabólicos que se producen a diario. Vitaminas y minerales son ingeridos con los alimentos o aportados en suplementos. Con la excepción de la vitamina K y la biotina (producidas
por determinados microorganismos intestinales), la vitamina D (a partir del colesterol) y la
niacina (sintetizada a partir del triptófano), el cuerpo no puede metabolizar los micronutrientes.
Consulte 2002 Dietary Reference Intakes en , sobre la IDR de determinados vitaminas y
minerales, por el Food and Nutrition Board del Institute of Medicine.
Agua
El agua, aunque se presenta en último lugar en esta sección, es el nutriente más vital. Una persona
puede vivir sin alimento durante varias semanas, pero sin agua sobreviviría sólo unos pocos días.
Del cuerpo de un adulto el 55-65% es agua. Entre las principales funciones del agua se encuentran
las siguientes:
◆ Aportar turgencia a los tejidos corporales
◆ Alterar las sustancias disueltas para que estén disponibles para los procesos metabólicos
◆ Transportar los nutrientes disueltos y los productos de desecho por todo el cuerpo
◆ Mantener una temperatura corporal estable
En el cuerpo se produce una continua pérdida de agua, a través de los riñones, en forma de orina;
por los pulmones, en forma de vapor de agua en el aire espirado, y por la piel, como sudoración.
Cada día se pierden aproximadamente 2-2,5 l de agua. Esta pérdida es sustituida por los líquidos
ingeridos, el agua contenida en los alimentos sólidos que se comen y el agua que se produce en el
cuerpo como consecuencia de los procesos oxidativos. El cuerpo puede mantener el equilibrio
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Capítulo 6 Nutrición 119
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hídrico excepto durante algunas enfermedades agudas o crónicas. Aunque no se ha establecido
ningún valor recomendado con la dieta, consulte 2004 Adequate Intake Values en para ver
los objetivos recomendados de ingesta de agua en personas sanas, establecidos por el Food and
Nutrition Board del Institute of Medicine.
Necesidades De Energía
El gasto energético total diario incluye la energía utilizada en reposo, la empleada para la actividad
física y la utilizada como consecuencia de la termogenia, la respuesta metabólica a la ingesta de
alimentos. Los factores que afectan a estos elementos son la edad, el sexo, el tamaño corporal y su
composición, la genética, el estado fisiológico (p. ej., crecimiento rápido, gestación o lactancia), la
presencia de enfermedades y la temperatura corporal. A todas las edades se produce un cambio
de la energía corporal almacenada en forma de grasa si la energía en forma de calorías que se
ingiere con los alimentos es excesiva o deficitaria para satisfacer las necesidades del individuo.
Gasto energético basal
El gasto energético basal (GEB) contribuye a la mayor proporción del gasto energético total del
cuerpo. El GEB representa la energía que consume una persona en reposo en condiciones de
temperatura estable. Aunque la tasa metabólica basal (TMB) se define como el GEB medido poco
después de despertarse por la mañana (12 h después de la última comida), estos valores con frecuencia son intercambiables (su variabilidad es menor del 10%). La tabla 6-1 presenta ecuaciones
elaboradas por la Organización Mundial de la Salud (OMS, 1985). Estas ecuaciones pretenden ser
una guía; no son completamente exactas para todas las personas, aunque pueden ser útiles para
determinar las necesidades energéticas aproximadas. La tabla tiene en consideración la edad, el
peso y el sexo, pero no la altura. Esta no parece afectar a la exactitud del cálculo.
Actividad física
La actividad física constituye la segunda mayor proporción de gasto energético total del cuerpo.
Los investigadores han estudiado meticulosamente la energía que se consume en numerosas
actividades. La que se utiliza en una actividad determinada puede variar mucho de una persona
a otra, y depende mucho del peso corporal y de la masa muscular. Una persona de más peso gastará
más energía para una tarea dada que una de menor peso. Esto con frecuencia hace que el cálculo
exacto del gasto energético sea difícil y laborioso. La tabla 6-2 proporciona criterios para calcular
las necesidades energéticas estimadas (NEE) en hombres y mujeres de 30 años de edad. Las NEE
se definen como la ingesta media de energía con la dieta (estimación de las calorías necesarias
cada día) para mantener el equilibrio energético en una persona sana de acuerdo con su edad,
sexo, peso, altura y nivel de actividad física (NAF).
Tabla 6-1 Ecuaciones para predecir el gasto energético basal (GEB)
a partir del peso corporal*
Sexo y edad (años) Ecuación para calcular el GEB en kcal/día
Hombres Mujeres Hombres Mujeres
0 a 3 0 a 3 (60,9×peso†
)−54 (61×peso)−51
3 a 10 3 a 10 (22,7×peso)+495 (22,4×peso)+499
10 a 18 10 a 18 (17,5×peso)+651 (12,2×peso)+746
18 a 30 18 a 30 (15,3×peso)+679 (14,7×peso)+496
30 a 60 30 a 60 (11,6×peso)+879 (8,7×peso)+829
> 60 > 60 (13,5×peso)+487 (10,5×peso)+596
*Tomado de World Health Organization, 1985. Estas ecuaciones se obtuvieron a partir de datos de tasa
metabólica basal.
†
Peso de la persona en kilogramos.
Modificado de Subcommittee on the Tenth Edition of the RDAs, 1989.
120 Capítulo 6 Nutrición
Termogenia
Después de comer aumenta la tasa metabólica, dependiendo de la cantidad y de la composición
de la comida. Esto supone aproximadamente el 7% de la energía consumida durante un día. El
aumento de la tasa alcanza su máximo después de aproximadamente 1 h y desaparece después de
4 h. Tiene poco efecto a largo plazo sobre las necesidades energéticas, y se pierde en las variaciones
diarias del metabolismo energético.
REVISIÓN DE LOS ANTECEDENTES RELACIONADOS
Para cada uno de los síntomas o trastornos que se discuten en esta sección se señalan los temas
que se deben incluir en los antecedentes de la enfermedad actual. Las respuestas a estas preguntas
aportan datos para centrar la exploración física y elaborar una valoración diagnóstica adecuada.
Las preguntas sobre el uso de fármacos (preparados con y sin prescripción), además de las terapias
complementarias y alternativas, son importantes para cada uno de estos aspectos.
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Tabla 6-2 Ingesta dietética recomendada (IDR): necesidades energéticas estimadas (NEE)
para hombres y mujeres de 30 años de edada
Food and Nutrition Board, Institute of Medicine, National Academies
Altura (m) NAFb
Peso para IMCc
de
18,5 kg/m2
(kg)
Peso para IMC de
24,99 kg/m2
(kg)
NEE, HOMBRESd
(KCAL/DÍA)
NEE, MUJERESd
(KCAL/DÍA)
IMC de
18,5 kg/m2
IMC de
24,99 kg/m2
IMC de
18,5 kg/m2
IMC de
24,99 kg/m2
1,5 Sedentario 41,6 56,2 1.848 2.080 1.625 1.762
Poco activo 2.009 2.267 1.803 1.956
Activo 2.215 2.506 2.025 2.198
1,65 Muy activo 2.554 2.898 2.291 2.489
Sedentario 50,4 68 2.068 2.349 1.816 1.982
Poco activo 2.254 2.566 2.016 2.202
Activo 2.490 2.842 2.267 2.477
1,8 Muy activo 2.880 3.296 2.567 2.807
Sedentario 59,9 81 2.301 2.635 2.015 2.211
Poco activo 2.513 2.884 2.239 2.459
Activo 2.782 3.200 2.519 2.769
Muy activo 3.225 3.720 2.855 3.141
Donde AF se refiere al coeficiente para NAF
a
Para cada año por debajo de 30, añadir 7 kcal/día en mujeres y 10 kcal/día en hombres. Para cada año por encima de 30, restar 7 kcal/día en
mujeres y 10 kcal/día en hombres.
b
NAF = nivel de actividad física.
c
IMC = índice de masa corporal.
d
Derivado de las siguientes ecuaciones de regresión basadas en agua con marcado doble:
Hombre adulto: NEE = 662 – 9,53 × edad (años) + AF × (15,91 × peso [kg] + 539,6 × altura [m])
Mujer adulta: NEE = 354 – 6,91 × edad (años) + AF × (9,36 × peso [kg] + 726 × altura [m])
NAF = gasto energético total ÷ gasto energético basal
AF = 1 si NAF ≥ 1 < 1,4 (sedentario)
AF = 1,12 si NAF ≥ 1,4 < 1,6 (poco activo)
AF = 1,27 si NAF ≥ 1,6 < 1,9 (activo)
AF = 1,45 si NAF ≥ 1,9 < 2,5 (muy activo)
Tomado de Dietary Reference Intakes for Energy, Carbohydrate, Fiber, Fat, Fatty Acids, Cholesterol, Protein, and Amino Acids (2002).
Capítulo 6 Nutrición 121
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Antecedentes de la enfermedad actual
◆ Pérdida de peso
◆ Peso total perdido en comparación con el peso habitual; período temporal (súbita, gradual);
deseada o no deseada
◆ Pérdida de peso deseada: hábitos alimentarios, plan dietético utilizado, guías seguidas sobre
terapia nutricional médica, preparación de los alimentos, evitación de grupos de alimentos,
ingesta calórica diaria media, apetito, patrón de ejercicio, participación grupos de apoyo,
objetivo de peso
◆ Pérdida de peso no deseada: anorexia; vómitos o diarrea, dificultad deglutoria, otros síntomas de enfermedad, período temporal; micción frecuente, sed excesiva; cambio del estilo
de vida, actividad y nivel de estrés
◆ Preocupación por el peso corporal o la forma del cuerpo: no sentirse nunca suficientemente
delgado, ayunar, ingesta calórica excesivamente estricta; restricciones anormales de alimentos o deseo compulsivo de tomarlos; abuso de laxantes, vómitos inducidos; amenorrea;
ejercicio excesivo; ingesta de alcohol
◆ Fármacos: quimioterapia, diuréticos, insulina, fluoxetina; supresores del apetito de venta
con y sin prescripción; laxantes; hipoglucemiantes orales; suplementos herbales
◆ Aumento de peso
◆ Peso total ganado: período temporal, súbito o gradual, deseado o no deseado, posibilidad
de gestación
◆ Cambio de estilo de vida: cambio de los aspectos sociales de la comida; consumo de más
comidas fuera de casa; alimentos tomados rápidamente y «sobre la marcha»; cambio de los
patrones de preparación de los alimentos; cambio de los patrones de ejercicio, nivel de estrés
o ingesta de alcohol
◆ Fármacos: esteroides, anticonceptivos orales, antidepresivos, insulina
◆ Aumento de las necesidades metabólicas
◆ Lactancia, prematuridad
◆ Fiebre, infección, quemaduras, traumatismo, gestación, hipertiroidismo, cáncer
◆ Pérdidas externas (p. ej., fístulas, heridas, abscesos, hemorragia crónica, diálisis crónica)
Antecedentes Médicos
◆ Enfermedad crónica: enfermedad de Wilson, diabetes, insuficiencia cardíaca congestiva, hipotiroidismo, hipertiroidismo, insuficiencia pancreática, infección crónica (p. ej., virus de la
inmunodeficiencia humana y tuberculosis), enfermedad celíaca, enfermedad inflamatoria
intestinal, resección quirúrgica del tubo digestivo
◆ Intentos previos de ganar o perder peso: peso a los 25 años, máximo peso corporal, mínimo
peso en la edad adulta
◆ Trastorno de la conducta alimentaria diagnosticado previamente, hipoglucemia
Antecedentes familiares
◆ Obesidad, dislipidemia
◆ Talla baja o alta de forma constitucional
◆ Trastorno genético metabólico: diabetes (v. enfermedad crónica en «Antecedentes médicos»)
◆ Trastorno de la conducta alimentaria: anorexia, bulimia
◆ Alcoholismo
Antecedentes personales y sociales
◆ Nutrición: apetito; ingesta calórica habitual; vegetarianismo; directrices sobre terapia nutricional médica que se han seguido; prácticas alimentarias religiosas/culturales; proporción de
grasas, proteínas e hidratos de carbono en la dieta; ingesta de las principales vitaminas y
minerales (p. ej., A, C, D, hierro, calcio, folato).
◆ Uso de suplementos vitamínicos, minerales y herbales
◆ Peso y altura habituales y actuales; capacidad de mantener el peso, objetivo de peso
◆ Consumo de alcohol
122 Capítulo 6 Nutrición
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◆ Consumo de drogas
◆ Ingresos adecuados para comprar alimentos; ingresos escasos/fijos; idoneidad para el Supplemental Nutrition Assistance Program [previamente Food Stamp Program]; agentes estresantes
económicos y psicosociales
◆ Capacidad de comprar/preparar alimentos; acceso a alimentos saludables; medios para el
almacenamiento/preparación de los alimentos (nevera, cocina, horno)
◆ Situaciones típicas a la hora de comer, compañeros; entorno vital
◆ Uso de suplementos orales, alimentación por sonda, nutrición parenteral
◆ Dentición: prótesis dentales, dientes ausentes, enfermedad gingival
(Consulte Determine Your Nutritional Health y Level I Screen en , en http://evolve.elsevier.com/Seidel.)
Lactantes y niños
◆ Nutrición: frecuencia y duración de la lactancia materna; tipo y cantidad de fórmula para
lactantes; método de preparación de la fórmula; tiempo que se tarda en beber una toma; ingesta
de proteínas, calorías, vitaminas y minerales adecuada para el crecimiento; vegetarianismo;
alergia a las proteínas de la leche de vaca y otras alergias alimentarias; suplementos vitamínicos
y minerales; idoneidad para el programa Women, Infants and Children (WIC) o para programas
de desayuno y comida en el colegio
◆ Enfermedad crónica: fibrosis quística, fenilcetonuria (FCU), enfermedad de la orina en jarabe de
arce, errores innatos del metabolismo de los hidratos de carbono, trastornos de la oxidación de
los aminoácidos y de los ácidos grasos, tirosinemia, homocistinuria, síndrome de Prader-Willi
◆ Malformaciones congénitas, prematuridad, hospitalización neonatal prolongada, paladar
hendido o malformado, protrusión lingual, trastornos de la alimentación y la de deglución,
alimentación prolongada por sonda enteral (gastrostomía y gastroyeyunostomía), trastornos
neurológicos, reflujo gastroesofágico, cardiopatía congénita
Adolescentes
◆ Nutrición: ingesta de proteínas, calorías, vitaminas y minerales adecuada para el crecimiento;
vegetarianismo; ingesta de comida rápida; dietas milagrosas; alergias alimentarias; suplementos de
vitaminas y minerales, y herbales; supresores del apetito; consumo de laxantes; abuso de alcohol
◆ Preocupación por el peso; no limitada a niñas (p. ej., clasificaciones del peso en boxeo y lucha
libre)
◆ Preocupación excesiva por la masa muscular en desarrollo y la pérdida de grasa corporal
◆ Ejercicio excesivo
◆ Se pesa a diario, presume de la pérdida de peso, objetivos de peso
◆ Omite de la dieta alimentos y grupos de alimentos que piensa que engordan
Información clínica
Trastornos de la conducta
alimentaria
Un factor de riesgo
importante para presentar
un trastorno de la conducta
alimentaria (p. ej., anorexia o
bulimia) es tener un familiar
de primer grado con un
trastorno similar.
Factores de riesgo
Trastornos de la conducta alimentaria
• Preocupación por el peso
• Autoestima baja, personalidad perfeccionista
• Trastornos de la percepción de la propia imagen
• Enfermedad médica crónica (diabetes insulinodependiente)
• Antecedentes familiares de trastornos de la conducta alimentaria, obesidad, alcoholismo o
trastornos afectivos
• Presión familiar a favor de la delgadez o de un rendimiento sobresaliente
• Atleta impulsado a destacar en los deportes (gimnastas, patinadores sobre hielo, boxeadores y
luchadores)
• Deseo compulsivo de comer, restricciones de alimentos
• Alimentación compulsiva/atracones
• Dificultades con la comunicación y la resolución de conflictos; separación de las familias
• Uso de supresores del apetito y/o laxantes
Capítulo 6 Nutrición 123
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Mujeres gestantes
◆ Peso previo a la gestación, edad, patrones alimenticios/trastornos de la conducta alimentaria
◆ Aumento de peso durante la gestación; ingesta de nutrientes durante el embarazo (particularmente proteínas, calorías, hierro, folato, calcio); suplemento de vitaminas, y hierro, ácido fólico;
idoneidad para el programa WIC
◆ Posibles riesgos: pica, alcohol, aumento de peso insuficiente
◆ Lactancia: ingesta de nutrientes durante la misma (particularmente proteínas, calorías, calcio,
vitaminas A y C); ingesta de líquidos (agua, zumo, leche, cafeína)
◆ Enfermedad crónica: diabetes, nefropatía, otras
Adultos mayores
◆ Nutrición: aumento o pérdida de peso, ingresos adecuados para comprar alimentos, interés en
la preparación de las comidas, necesidad de terapia nutricional médica, participante en programas de alimentación de adultos mayores, interacción social a la hora de la comida, número
de comidas y tentempiés al día, transporte a supermercados y acceso a alimentos saludables
(consulte Level II Nutrition Screen en )
◆ Nivel de energía, ejercicio/actividades habituales
◆ Enfermedad crónica: diabetes, nefropatía, cáncer, insuficiencia cardíaca, disfunción deglutoria
después de un accidente cerebrovascular
◆ Interacciones entre alimentos/nutrientes/fármacos (cuadro 6-1)
Factores de riesgo
Posibles efectos de los fármacos sobre la ingesta nutricional
y el estado nutricional
• Alteración de la ingesta de alimentos debido a alteración del gusto/olfato, sequedad de boca
por fármacos, irritación gástrica, bezoares (concreciones de alimento que se encuentran en
el estómago y/o el intestino), aumento/disminución del apetito, náuseas/vómitos
• Alteración de la absorción de los nutrientes por alteración del pH digestivo, aumento/
disminución de la actividad de los ácidos biliares, alteración de la motilidad digestiva,
inhibición enzimática, lesión de las paredes celulares mucosas, complejos nutrientes-fármaco
insolubles
• Modificación del metabolismo de los nutrientes debido a antagonismo con vitaminas (p. ej., la
warfarina es un antagonista de la vitamina K)
• Alteración de la excreción de nutrientes por pérdida urinaria o fecal
CUADRO 6-1
Interacciones entre alimentos, nutrientes y fármacos
Los fármacos pueden afectar a la ingesta y al estado nutricional de la misma manera que
algunos alimentos, y los nutrientes contenidos en los mismos pueden afectar a su absorción, a
su metabolismo y a su excreción. Por ejemplo, una ingesta elevada y continua de zumo de
pomelo mientras se toma simvastatina aumenta la biodisponibilidad del fármaco, lo que con
frecuencia se asocia a un incremento del riesgo de miopatía. Es importante evaluar los
medicamentos que toma un paciente para determinar su adecuación, así como si hay alguna
posible interacción. El término fármacos comprende no sólo aquellos que se han adquirido con
receta, sino también los que se han comprado sin ella. Con frecuencia los pacientes no se
acuerdan de enumerar los suplementos de vitaminas, minerales, productos herbales y proteínas
durante la anamnesis, salvo que se les pregunte específicamente por los mismos.
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124 Capítulo 6 Nutrición
Equipo
◆ Cinta métrica con marcas en milímetros
◆ Calculadora
◆ Báscula de plataforma con estadímetro
Datos Antropométricos
Los procedimientos para medir de forma exacta la altura y el peso, y las tablas de los valores
normales para los correspondientes grupos de edad y sexo, se tratan en el capítulo 5. Estas medidas
son útiles para evaluar el estado nutricional de un paciente y el posible riesgo de enfermedad.
Consulte el cuadro 5-2 del capítulo 5 para calcular el índice de masa corporal (IMC) y el apéndice B,
tabla B-3, para ver una guía de referencia rápida del IMC. Consulte el cuadro 6-2 para evaluar el
peso deseable y el cambio porcentual del peso.
Circunferencia de la cintura
Las personas de peso normal que tienen un aumento de la circunferencia de la cintura con frecuencia se encuadran en una categoría mayor en la clasificación de riesgo de enfermedad. Con
frecuencia, una circunferencia de la cintura grande (>89 cm en mujeres y >102 cm en hombres)
se asocia a un aumento del riesgo de diabetes de tipo 2, dislipidemia, hipertensión y enfermedad
cardiovascular (National Institutes of Health, 2000). La monitorización de los cambios de la
EXPLORACIÓN Y HALLAZGOS
CUADRO 6-2
Evaluación de la altura y el peso
Peso actual ____________ Altura actual ____________
Peso habitual ____________
Peso corporal deseable ____________ (Mujeres: 45,4 kg para los primeros 152,4 cm;
más 2,3 kg por cada 2,5 cm adicionales)
(Hombres: 48,1 kg para los primeros 152,4 cm;
más 2,7 kg por cada 2,5 cm adicionales)
Este es un método rápido para determinar el
peso deseable.
(Véanse las mediciones del índice de masa
corporal en el capítulo 5, cuadro 5-2.)
Sume el 10% para una complexión grande; reste
el 10% para una complexión pequeña.
Consulte en el capítulo 5 los métodos
utilizados para determinar la complexión
corporal.
% peso deseable ____________ Peso actual × 100 ÷ peso corporal deseable
% peso habitual ____________ Peso actual × 100 ÷ peso habitual
% cambio de peso ____________ (Peso habitual − peso actual) × 100 ÷ peso
habitual
Una pérdida de peso significativa es igual o mayor de:
1-2% en 1 semana
5% en 1 mes
7,5% en 3 meses
10% en 6 meses
Para pacientes pediátricos (desde el nacimiento hasta los 18 años), consulte las gráficas
de crecimiento del apéndice A en en http://evolve.elsevier.com/Seidel.
EXPLORA
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Capítulo 6 Nutrición 125
© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.
circunferencia de la cintura de una persona a lo largo del tiempo, con o sin modificaciones del
IMC, puede ayudar en la predicción del riesgo relativo de enfermedad, en términos de riesgo
cardiovascular y de enfermedades relacionadas con la obesidad.
La circunferencia de la cintura y el cociente cintura-altura son indicadores de grasa visceral o
de obesidad abdominal en personas de 2 a 19 años de edad. El aumento de la adiposidad visceral,
medida por la circunferencia de la cintura, aumenta el riesgo de morbilidad y mortalidad relacionadas con la obesidad. La circunferencia de la cintura se debe medir en el punto superior de la
cresta ilíaca con la persona en bipedestación y con una respiración mínima. El cociente cinturaaltura se calcula dividiendo el cociente de la circunferencia de la cintura (cm) entre la altura (cm)
(Li et al., 2006). Véanse las tablas sobre circunferencia de la cintura para personas de 2 a 19 años
de edad de los Centers of Disease Control and Prevention (CDC) en http://www.cdc.gov/nchs/
data/ad/ad361.pdf.
Cociente De Las Circunferencias
De Cintura-Cadera
El cociente de las circunferencias de cintura-cadera es otra medida de la distribución de la grasa
según el tipo corporal, aunque no es tan útil como el IMC para evaluar la grasa corporal total.
Una proporción excesiva de grasa en el tronco y el abdomen (es decir, cuerpo de forma ovoidea
o de manzana) tiene una mayor asociación de riesgo con diabetes mellitus, dislipidemia, síndrome
metabólico, accidente cerebrovascular y cardiopatía isquémica que una mayor proporción de grasa
glútea (es decir, cuerpo con forma de pera). Mida la cintura en el punto medio entre el borde
costal y la cresta ilíaca (se pueden utilizar pulgadas o milímetros). Después mida la cadera en la
parte más ancha de la región glútea (fig. 6-1). Divida la circunferencia de la cintura por la circunferencia de la cadera para obtener el cociente cintura-cadera. Los cocientes mayores de 1 en
hombres y mayores de 0,85 en mujeres son indicativos de una distribución central de la grasa y
de riesgo de trastornos relacionados con la obesidad.
Determinación De La Adecuación De La Dieta
La historia de la ingesta de alimentos de una persona permite estimar la adecuación de la dieta.
Las historias se pueden obtener con recordatorios de la dieta durante 24 h o con diarios de alimentos de 3 o 4 días, que deben incluir un día de fin de semana. Se dispone de varios métodos
para medir la ingesta de nutrientes.
Dieta en el recordatorio de 24 h
El recordatorio de 24 h es el método más rápido y sencillo para obtener una historia de ingesta
de alimentos. Pida al paciente que rellene un recordatorio de alimentos de 24 h, en el que enumere
todos los alimentos, bebidas y tentempiés consumidos en las últimas 24 h. Se puede encontrar un
Figura 6-1
Medición de la circunferencia de la cintura (A) y la circunferencia de la cadera (B) para calcular el
cociente entre las circunferencias de la cintura y la cadera: circunferencia de la cintura (cm)/
circunferencia de la cadera (cm) = cociente cintura-cadera.
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126 Capítulo 6 Nutrición
impreso de recordatorio de 24 h en . De forma alternativa, pida al paciente que le diga lo
que ha comido y bebido en las últimas 24 h. Acuérdese de hacer preguntas específicas sobre el
método de preparación de los alimentos, los tamaños de las raciones, los tipos de grasa añadida,
y el uso de sal y de otros aditivos. Sin embargo, este método ofrece una perspectiva muy limitada
de la ingesta real de la persona a lo largo del tiempo, y puede llevar a error. Además, la mayoría de
las personas no pueden recordar con exactitud todo lo que han comido el día antes, lo que genera
más inexactitud en la interpretación de la información.
Diario de alimentos
El diario de alimentos es el método más exacto, pero también el más laborioso para el paciente y
el profesional sanitario. Ofrece una visión retrospectiva de los hábitos alimentarios y de la ingesta
con la dieta del paciente, registrados según se fue produciendo. También permite obtener datos
importantes que pueden ayudar a identificar áreas problemáticas. Entregue al paciente el impreso
del diario de alimentos que se encuentra en , y pídale que registre la ingesta de alimentos
y bebidas específicos durante al menos 3 días, incluyendo 1 día del fin de semana.
Mediciones Del Análisis De Los Nutrientes
Realice un análisis de los nutrientes utilizando un método de historia de la dieta o de recordatorio.
En también se pueden encontrar tres impresos de pantalla de nutrición que se pueden
utilizar para obtener información específica sobre el estado nutricional actual y la ingesta, así como
para determinar si hay áreas problemáticas. Seleccione el impreso de la pantalla que corresponda
a la profundidad preferida de la evaluación y la disponibilidad de valores antropométricos y de
laboratorio. Las preguntas se pueden modificar para lactantes, niños, adultos mayores y circunstancias particulares. Los programas de análisis computarizado de los nutrientes son el método más
rápido y eficiente para analizar la ingesta de nutrientes de una persona. El análisis se puede realizar
para 1 o más días, para obtener promedios para todos los nutrientes o para algunos de ellos.
Guía de alimentos MyPyramid
El método más rápido para estimar la adecuación de la dieta con una exactitud fiable es comparar
la ingesta de la persona con las raciones y porciones recomendadas que se presentan en el
MyPyramid Food Guidance System que se encuentra en . Este sistema ofrece recomendaciones sobre los alimentos para ayudar a aplicar las recomendaciones de las Dietary Guidelines for
Americans de 2005. De acuerdo con los últimos datos científicos, las directrices, publicadas por el
U. S. Department of Health and Human Services (HHS) y el U. S. Department of Agriculture
(USDA), dan información y consejo para elegir una dieta nutritiva, mantener un peso saludable,
realizar ejercicio adecuadamente y mantener la seguridad de los alimentos para evitar las enfermedades transmitidas por los alimentos. Las directrices completas están disponibles en http://
www.health.gov/dietaryguidelines/dga2005/document/.
Cuando utilice la guía MyPyramid, recuerde lo siguiente:
◆ La guía no aborda la nutrición de lactantes.
◆ No hay ningún alimento esencial para una buena nutrición. Todo alimento es pobre en al
menos un nutriente esencial.
◆ Ningún grupo de alimentos aporta todos los nutrientes esenciales en cantidades adecuadas. Cada
grupo de alimentos hace una contribución importante y específica a la ingesta nutricional.
◆ La variedad es la clave. Y esta se garantiza utilizando todos los grupos. Además, se deben
consumir diversos alimentos de cada grupo.
Dietas vegetarianas
Las dietas vegetarianas pueden satisfacer todas las recomendaciones de nutrientes. La clave es
consumir alimentos variados y la cantidad correcta de los mismos para satisfacer las necesidades
calóricas del individuo. Una dieta vegetariana puede ser deficitaria en cinco nutrientes si no se
planifica cuidadosamente: proteínas, calcio (ovolactovegetariana y vegana), hierro, vitamina B12
(vegana) y vitamina D.
Información clínica
MyPyramid
MyPyramid (http://www.
mypyramid.gov) ofrece
materiales interactivos en
Internet y materiales
impresos para consumidores
profesionales. Se puede
utilizar el sistema para seguir
y analizar los hábitos
individuales de alimentación
y actividad física, y generar
un plan dietético
individualizado basado en la
edad, el sexo y el nivel de
actividad física.
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CIÓN Y HALLAZG
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Capítulo 6 Nutrición 127
© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Food Guide Pyramids étnicas
Se dispone de Food Guide Pyramids para poblaciones étnicas (p. ej., mediterránea, india, mexicana
y asiática). Para ver ejemplos de pirámides con guías de alimentos étnicas y culturales, diríjase al
Food and Nutrition Information Center del USDA (http://www.nal.usda.gov/fnic). Asimismo, un
recurso útil es el Oldways Preservation Trust (http://www.oldwayspt.org).
Medidas De La Adecuación De Los Nutrientes
La nutrición se puede evaluar en muchos sistemas corporales. En las tablas 6-3 a 6-5 se muestran
resúmenes de las funciones/metabolismo/utilización, de los síntomas de deficiencia/toxicidad,
y de las fuentes de vitaminas liposolubles e hidrosolubles y de minerales en los alimentos. En la
tabla 6-6 se muestran los hallazgos clínicos que suelen asociarse a deficiencias de nutrientes. La
siguiente sección aborda los métodos de medición de la ingesta de nutrientes y de su adecuación,
junto a medidas antropométricas y bioquímicas específicas del estado nutricional.
Se puede determinar la adecuación nutricional de la dieta de una persona midiendo las
necesidades energéticas y/o diversos macronutrientes y micronutrientes.
TABLA 6-3 Resumen de las vitaminas liposolubles
Vitaminas Función Síntomas de deficiencia Síntomas de toxicidad Fuentes alimentarias
Vitamina A
Retinol
Retinal
Ácido retinoico
Mantiene la integridad de
las células epiteliales
Formación de rodopsina
para la visión con luz
tenue
Necesaria para la
cicatrización de las
heridas, el crecimiento y la
función inmunitaria
anormal
Ceguera nocturna
Sequedad ocular
Escaso crecimiento óseo
Disminución de la
resistencia a la infección
Sequedad y descamación
intensas de la piel
Astenia, sudores nocturnos
Vértigo, cefalea
Sequedad y fisuras en la
piel y en los labios
Retraso del crecimiento,
dolor óseo
Dolor abdominal, vómitos,
ictericia
Leche materna, fórmula
para lactantes
Hígado, mantequilla,
margarina reforzada, yema
de huevo
Verduras y frutas de color
verde oscuro y amarillo
intenso
Vitamina D
Precursores:
ergosterol en
vegetales
7-deshidrocolesterol;
en la piel
Movilización y
mineralización del hueso
Favorece la absorción de
calcio y fósforo en el
intestino
Raquitismo
Rosario costocondral
Aumento del tamaño de las
epífisis
Aumento del tamaño del
cráneo
Protrusión craneal
Piernas arqueadas
Osteomalacia
Osteodistrofia renal
Retraso del crecimiento,
vómitos
Hipercalcemia
Nefrocalcinosis
Fórmula para lactantes
Yema de huevo
Hígado, pescados grasos, luz
solar
Vitamina E
Tocoferoles
Actúa como antioxidante
en el intestino y en otras
localizaciones
Protege las membranas
celulares y las membranas
de los eritrocitos
Puede participar en la
prevención de la aparición
de enfermedades
cardiovasculares
Hemólisis en lactantes
malnutridos
Hiporreflexia
Degeneración retiniana
Puede interferir en la
actividad de la vitamina K,
lo que produce
prolongación del tiempo
de coagulación y de
hemorragia
Suprime la respuesta
normal al hierro en
pacientes con anemia
Leche materna, fórmula
para lactantes
Aceites vegetales, yema de
huevo
Hígado, mantequilla,
margarina reforzada
Verduras de hoja verde
Pan integral, cereales y
otros productos con
grano fortificado o
enriquecido
Vitamina K Forma la protrombina para
la coagulación normal de
la sangre
Es sintetizada por las
bacterias el intestino
Prolongación de los
tiempos de hemorragia y
protrombina
Manifestaciones
hemorrágicas
(especialmente en
neonatos)
Posible anemia hemolítica,
hiperbilirrubinemia
(ictericia)
Fórmula para lactantes,
aceites vegetales
Verduras de hoja verde
Carne de cerdo, hígado
Modificado de Robinson et al., 1993; y de Infant Nutrition and Feeding, U.S. Department of Agriculture Food and Nutrition Service, 2008.
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128 Capítulo 6 Nutrición
TABLA 6-4 Resumen de las vitaminas hidrosolubles
Vitaminas Función Síntomas de deficiencia Síntomas de toxicidad Fuentes alimentarias
Ácido ascórbico
Vitamina C
Forma colágeno (que
fortalece los tejidos y
mejora la cicatrización de
las heridas y la resistencia
a la infección)
Mantiene los dientes firmes
en las encías
Síntesis de hormonas
Mejora la absorción y el
transporte del hierro
Mala cicatrización de las
heridas
Desarrollo escaso de huesos
y dientes
Escorbuto
Hematomas y hemorragia
Hemorragia gingival
Piezas dentales sueltas
Náuseas, dolor abdominal
cólico, diarrea
Posible formación de
cálculos renales
Leche materna, fórmula para
lactantes
Frutos cítricos
Papaya, melón cantalupo,
fresas
Tomates, brócoli, patatas
Verduras verdes crudas
Tiamina
Vitamina B1
Coenzima para la
degradación de la glucosa
para obtener energía
Digestión normal
Apetito normal
Sistema nervioso sano
Perspectiva mental positiva
Beriberi
Astenia
Disminución del apetito
Estreñimiento
Depresión
Neuropatía
Polineuritis
Edema
Insuficiencia cardíaca
La toxicidad es muy
infrecuente
Leche materna, fórmula para
lactantes
Carne de cerdo, hígado,
otras carnes, carne de ave
Alubias y guisantes secos,
manteca de cacahuete
Panes integrales o
enriquecidos, cereales
Leche, huevos
Riboflavina
Vitamina B2
Coenzimas para el
metabolismo de las
proteínas y la glucosa
Síntesis de ácidos grasos
Piel saludable
Visión normal con luz
brillante
Queilosis, glositis
Fotofobia
Quemazón, prurito y
sensibilidad oculares
Retraso del crecimiento
Descamación cutánea
La toxicidad es muy
infrecuente
Leche materna, fórmula para
lactantes y productos
lácteos
Carne, carne de ave,
pescado
Yema de huevo, legumbres
Verduras de hoja de color
verde oscuro
Pan integral o enriquecido,
cereales
Niacina
Ácido nicotínico
Niacinamida
Coenzimas para el
metabolismo energético
Digestión normal
Sistema nervioso saludable
Piel saludable
Pelagra
Dermatitis
Estomatitis angular
Diarrea
Depresión
Desorientación
Trastorno confusional
Entre los síntomas
transitorios por los efectos
vasodilatadores de la
niacina (no se producen
con niacinamida) se
encuentran enrojecimiento,
parestesias, mareo, náuseas
Alteraciones de la función
hepática, hiperuricemia
Leche materna, fórmula para
lactantes
Carne, carne de ave,
pescado
Yema de huevo
Verduras de hoja de color
verde oscuro
Pan integral o enriquecido,
cereales
Vitamina B6
Piridoxina
Piridoxal
Piridoxamina
Coenzimas para la síntesis y
la degradación de las
proteínas
Conversión del triptófano
en niacina
Crecimiento normal
Formación del hemo
Queilosis
Síntomas digestivos
Debilidad de la marcha
Irritabilidad
Neuropatía
Convulsiones
Anemia microcítica
Neuropatía sensitiva con
ataxia progresiva
Fotosensibilidad
Leche materna, fórmula para
lactantes
Carne
Pan integral o enriquecido,
cereales
Verduras de hoja de color
verde oscuro
Patatas
Vitamina B12 Síntesis de los ácidos
desoxirribonucleico (ADN)
y ribonucleico (ARN)
Maduración de los
eritrocitos
Participa en el metabolismo
del sistema nervioso
central
Precisa el factor intrínseco
del estómago para su
absorción
Anemia perniciosa: ausencia
de factor intrínseco, o
después de gastrectomía
Anemia macrocítica:
degeneración neurológica,
palidez
La toxicidad es muy
infrecuente
Leche materna, fórmula para
lactantes
Sólo alimentos animales:
leche, yema de huevo,
queso, carne, carne de ave,
pescado
Folato
Folacina
Ácido fólico
Síntesis de ADN y ARN
Maduración de los
eritrocitos
Retraso del crecimiento
Anemia macrocítica en la
gestación, esprúe (se debe
sospechar deficiencia
simultánea de vitamina B12)
Enmascaramiento de los
síntomas de deficiencia de
vitamina B12 en pacientes
con anemia perniciosa que
no toman cianocobalamina
Leche materna, fórmula para
lactantes
Verduras de hoja de color
verde oscuro
Carne de ternera magra,
hígado, pescado, carne de
ave, huevos
Pan integral o enriquecido,
cereales
Naranjas, melón cantalupo
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Capítulo 6 Nutrición 129
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Vídeo/animación
Puede encontrar un
vídeo sobre la función
suprarrenal en
Vitaminas Función Síntomas de deficiencia Síntomas de toxicidad Fuentes alimentarias
Biotina Componente esencial de
coenzimas
Transportador coenzimático
de dióxido de carbono
Participa en el metabolismo
de los ácidos grasos y de
los aminoácidos
Dermatitis seborreica,
pérdida de cabello
Glositis, náuseas
Insomnio
Diarrea, retención de agua Leche materna, fórmula para
lactantes
Hígado, carne
Yema de huevo
Plátanos, fresas, pomelo,
sandía
La mayoría de las verduras
Legumbres, frutos secos
Ácido
pantoténico
Componente de la
coenzima A
Síntesis y degradación de
muchos compuestos vitales
para el cuerpo
Esencial para el metabolismo
de hidratos de carbono,
grasas y proteínas
Deficiencia infrecuente
Neuritis de brazos y piernas;
sensación de pies
quemantes; disminución de
la coordinación
Astenia, trastornos del
sueño
Calambres musculares
Diarrea
Retención de agua
Leche materna, fórmula para
lactantes
Carne, carne de ave,
pescado, hígado
Yema de huevo
Legumbres, pan integral y
cereales
Verduras
Modificado de Robinson et al., 1993; y de Infant Nutrition and Feeding, U.S. Department of Agriculture Food and Nutrition Service, 2008.
TABLA 6-4 Resumen de las vitaminas hidrosolubles (cont.)
TABLA 6-5 Resumen de los minerales
Elemento Función
Utilización y síntomas
de deficiencia Síntomas de toxicidad Fuentes alimentarias
Calcio Formación y mantenimiento
de huesos y dientes
Transmisión nerviosa y
contracción muscular
Coagulación sanguínea
Activa enzimas
Se absorbe del 10 al 40%
Facilitado por la vitamina C y
la lactosa; dificultado por el
ácido oxálico
Regula la concentración
sanguínea de hormona
paratiroidea
Deficiencia: huesos frágiles,
osteoporosis
Hipercalcemia
Calcificación excesiva de
hueso y tejidos blandos
Vómitos, letargo
Leche materna, fórmula para
lactantes
Productos lácteos (yogur,
queso)
Derivados de granos
fortificados o enriquecidos
Col rizada, hojas de mostaza y
de nabo
Repollo, brócoli
Almejas, ostras, sardinas, salmón
Fósforo Formación y mantenimiento
de huesos y dientes
Componente de los ácidos
nucleicos y de los
fosfolípidos
Transporte de grasas
Función coenzimática en el
metabolismo energético;
síntesis proteica
La vitamina D favorece su
absorción y uso por los
huesos
Deficiencia: infrecuente
Toxicidad infrecuente
Hipocalcemia (con disfunción
de la glándula paratiroides)
Leche materna, fórmula para
lactantes
Productos lácteos, queso
Yema de huevo
Carne, carne de ave, pescado
Cereales integrales, frutos
secos, legumbres
Magnesio Transmisión nerviosa y
contracción muscular
Enzimas para el metabolismo
energético
Temblores musculares,
convulsiones, irritabilidad,
tetania, hiperreflexia
El ácido favorece su absorción
Deficiencia: infrecuente; se
produce en el alcoholismo,
en la insuficiencia renal
Toxicidad infrecuente
Hiporreflexia, prolongación de
la conducción
auriculoventricular y bloqueo
cardíaco, hipocalcemia
Leche materna, fórmula para
lactantes
Leche
Tofu
Carne, verduras de hoja verde,
legumbres, cereales integrales
Sodio Ayuda a regular la presión
osmótica de los líquidos
corporales
Influye en la permeabilidad
celular
Equilibrio acidobásico
Estimulación nerviosa y
contracción muscular
Se absorbe casi por completo
La concentración corporal
está regulada por las
suprarrenales; el exceso se
excreta con la orina y por la
piel
Náuseas, vómitos, mareo
Deficiencia: infrecuente; se
produce con sudoración
excesiva
Hipernatremia
Edema, hipertensión
Cloruro sódico (sal de mesa)
Levadura en polvo,
bicarbonato
Leche, carne, carne de ave,
pescado, huevos
Cantidades adecuadas en la
mayoría de los alimentos
excepto en frutas
(Continúa)
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130 Capítulo 6 Nutrición
Elemento Función
Utilización y síntomas
de deficiencia Síntomas de toxicidad Fuentes alimentarias
Potasio Ayuda a regular la presión
osmótica de los líquidos
corporales
Síntesis de proteínas y
glucógeno
Transmisión de impulsos
nerviosos y contracción
muscular (especialmente del
músculo cardíaco)
Se absorbe casi por completo
La concentración corporal
está regulada por las
suprarrenales; el exceso se
excreta con la orina
Deficiencia: se produce con la
inanición y el tratamiento
diurético
Debilidad muscular,
disminución del tono y
distensión intestinales
Arritmias cardíacas
Hiperpotasemia
Náuseas, astenia, debilidad
muscular
Arritmias cardíacas
Leche materna, fórmula para
lactantes
Cantidades adecuadas en
carne, cereales, frutas
(especialmente plátano y
frutos secos), zumos de fruta
(especialmente zumo de
naranja), verduras
Productos de soja
Hierro Esencial para la formación de
hemoglobina y el transporte
de oxígeno
Mioglobina muscular
Enzimas oxidantes para la
liberación de energía
Absorción del 5 al 20%
El ácido y la vitamina C
facilitan la absorción
Pérdida diaria en orina y
heces
Pérdida menstrual
Deficiencia: anemia microcítica
hipocrómica, queilosis,
palidez, letargo, anorexia
Hemocromatosis
Hemosiderosis
Leche materna, fórmula para
lactantes
Carne, hígado, pescado, carne
de ave
Panes y cereales integrales,
fortificados y enriquecidos
Verduras verdes, frutas
desecadas
Yodo Necesario para la producción
de hormonas tiroideas
Oxidación celular y
crecimiento
Principalmente en la glándula
tiroides
Deficiencia: bocio endémico,
síntomas de hipotiroidismo
(estreñimiento, estado de
ánimo deprimido)
Hipotiroidismo por inhibición
por retroalimentación de la
síntesis de hormonas
tiroideas
Leche materna, fórmula para
lactantes
Sal yodada
Marisco, pescado de agua
salada
Flúor Protege los dientes de la
caries
Se almacena de huesos y dientes
Deficiencia: aumento del riesgo
de caries dental
Moteado y coloración marrón
oscura de los dientes
Agua fluorada
Cobre Utilización de hierro para la
formación de hemoglobina
Participa en la síntesis de
colágeno
En forma de ceruloplasmina
en la sangre
Deficiencia: infrecuente; anemia,
palidez, retraso del
crecimiento, edema, anorexia
Enfermedad de Wilson:
depósitos de cobre en la
córnea, cirrosis hepática,
alteración de la función
neurológica
Hígado, marisco, carne, frutos
secos, legumbres, cereales
integrales y otros derivados
de granos
Selenio Puede ser esencial para la
respiración hística
Se asocia al metabolismo de
las grasas y la vitamina E
Antioxidante
Deficiencia: infrecuente
Mialgias, dolor muscular a la
presión
Miocardiopatía
Aumento de la fragilidad de
los eritrocitos
Degeneración del páncreas
Náuseas, vómitos, astenia
Diarrea
Pérdida del cabello y de las
uñas
Neuropatía periférica
Pan integral, cereales y otros
derivados de grado
fortificados o enriquecidos
Cebollas y otras verduras
(depende del contenido en el
suelo)
Carne, marisco
Cinc Cofactor para enzimas que
participan en el metabolismo
de proteínas, hidratos de
carbono, grasas y alcohol
Síntesis proteica e integridad
de las membranas celulares
Crecimiento y reparación de
los tejidos, cicatrización de
las heridas
Gusto
Deficiencia: retraso de la
cicatrización de las heridas,
hipogonadismo, anemia,
retraso del crecimiento,
pérdida de cabello, diarrea,
alteración del gusto
Trastornos digestivos, vómitos,
sudoración, mareo
Disminución de la
concentración de HDL,
leucocitos y cobre
Leche materna, fórmula para
lactantes
Carne, hígado
Yema de huevo
Ostras y otros mariscos
Pan integral, otros derivados
de granos fortificados o
enriquecidos
Proteínas vegetales y animales
Modificado de Robinson et al., 1993; y de Infant Nutrition and Feeding, U.S. Department of Agriculture Food and Nutrition Service, 2008.
TABLA 6-5 Resumen de los minerales (cont.)
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Capítulo 6 Nutrición 131
© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Información clínica
Estimaciones aproximadas para calcular las necesidades energéticas diarias
Adultos sanos kcal/kg de peso corporal
Para perder peso 25
Para mantener el peso 30
Para ganar peso 35
Para mantener y/o ganar peso en pacientes hipermetabólicos
y malnutridos
35 a 50
Use el peso ajustado en pacientes que pesen más del 125% de su PCD.
Ajuste para pacientes obesos (para la energía si 125% del PCD):
Peso ajustado = [(PCR - PCD) × 25%] + PCD
Pacientes pediátricos: 1.000 kcal + 100 kcal/año de edad hasta los 12 años
PCD, peso corporal deseable; PCR, peso corporal real.
TABLA 6-6 Síntomas y signos clínicos de diversas deficiencias de nutrientes
Exploración Síntoma/signo Deficiencia
Pelo Alopecia Cinc, ácidos grasos esenciales
Caída fácil cuando se tira de él Proteínas, ácidos grasos
esenciales
Cabello deslucido Proteínas, cinc
Cabello en «sacacorchos» Vitamina C, vitamina A
Disminución de la pigmentación Proteínas, cobre
Ojos Xerosis conjuntival Vitamina A
Queratomalacia Vitamina A
Manchas de Bitot Vitamina A
Vascularización corneal Riboflavina
Tubo digestivo Náuseas, vómitos Piridoxina
Diarrea Cinc, niacina
Estomatitis Piridoxina, riboflavina, hierro
Queilosis Piridoxina, hierro
Glositis Piridoxina, cinc, niacina, folato,
vitamina B12
Riboflavina
Vitamina C
Proteínas
Piel Seca y descamada Vitamina A, ácidos grasos
esenciales, cinc
Petequias/equimosis Vitamina C, vitamina K
Hiperqueratosis folicular Vitamina A, ácidos grasos
esenciales
Seborrea nasolabial Niacina, piridoxina, riboflavina
Dermatitis atópica Niacina, cinc
Extremidades Pérdida de grasa subcutánea Calorías
Emaciación muscular Calorías, proteínas
Edema Proteínas
Osteomalacia, dolor óseo,
raquitismo
Vitamina D
Artralgias Vitamina C
Neurológica Desorientación Niacina, tiamina
Fabulación Tiamina
Neuropatía Tiamina, piridoxina, cromo
Parestesias Tiamina, piridoxina, vitamina B12
Cardiovascular Insuficiencia cardíaca congestiva,
cardiomegalia, taquicardia
Tiamina
Miocardiopatía Selenio
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132 Capítulo 6 Nutrición
◆ Energía: se pueden utilizar diversos métodos para calcular las necesidades energéticas de una
persona. Los cálculos aproximados también ofrecen una estimación rápida de las necesidades
energéticas en personas que deben ganar, mantener o perder peso. Se pueden realizar ajustes
a los cálculos para satisfacer las necesidades de determinadas personas (p. ej., las que parecen
tener mayor tasa metabólica y siguen perdiendo peso incluso cuando se utiliza el cálculo
mayor). Es importante señalar que los individuos con sobrepeso infraestiman su ingesta energética en un 30-55%, mientras que los delgadas, en tan sólo un 0-20%.
◆ Grasa: en personas mayores de 2 años de edad, el 25-35% de las calorías que se consumen cada
día con la dieta deben proceder de grasas, con una distribución de menos del 7% de grasa
saturada, menos del 10% de grasa poliinsaturada y el resto en grasa monoinsaturada. Antes de
los 2 años de edad, la ingesta puede alcanzar el 35-40% de las calorías. Para obtener ácidos
grasos esenciales, se recomienda una ingesta de al menos 20 g al día. Consulte Dietary Reference
Intakes en , en http://evolve.elsevier.com/seidel, para conocer las IDR de grasa de todas
las personas, incluyendo lactantes, niños y adolescentes.
◆ Proteínas: en adultos es suficiente un promedio de 0,8 g por cada kilogramo de peso corporal
para satisfacer las necesidades. Consulte en las IDR de las necesidades de proteínas de
todas las personas, incluyendo lactantes, niños y adolescentes.
◆ Vitaminas, minerales y electrólitos: una persona que come alimentos variados de todos los
grupos de alimentos satisfará las necesidades de la mayoría de las vitaminas y minerales.
Algunas que pueden plantear preocupaciones si la ingesta de alimentos está restringida son las
vitaminas A, C y E, y el calcio, el hierro y el folato. Consulte para ver las IDR propuestas
para todas las personas, incluyendo lactantes, niños y adolescentes.
◆ Fibra: aunque no se clasifica como nutriente, se recomienda que un adulto obtenga 25-30 g de
fibra al día. En niños de 3 a 18 años de edad se debe utilizar la fórmula «edad + 5 g» para determinar las necesidades de fibra. Consulte en las IDR de fibra total propuestas para todas
las personas, incluyendo lactantes, niños y adolescentes.
Procedimientos Especiales
Grosor del pliegue cutáneo tricipital
La medición del grosor del pliegue cutáneo o del graso ofrece otro parámetro que permite evaluar
el estado nutricional del paciente. Se deben colocar correctamente las ramas de los calibres para
medir el grosor del pliegue cutáneo para obtener una lectura adecuada.
Para determinar la zona de la medición del grosor del PCT, indique al paciente que flexione el
brazo derecho en ángulo recto. Colóquese detrás del paciente y, con una cinta métrica, trace una
marca horizontal a mitad del trayecto entre las puntas del olécranon y del acromion en la cara
posterior del brazo. Después dibuje una línea recta a lo largo del plano vertical del brazo que cruce
el punto medio. Dejando que el brazo del paciente cuelgue relajado, utilice los dedos pulgar e
índice para asir y elevar el pliegue cutáneo aproximadamente 1,27 cm proximal a la cruz marcada.
Asegúrese de que palpa la masa principal del tríceps, identificando la interfase cutánea del músculo
entre sus dedos, profunda al pliegue cutáneo. (Si no palpa la masa muscular, puede estar demasiado medial o lateral a la misma, y debe volver a colocar los dedos.) Sitúe las ramas del calibre a
ambos lados del pliegue cutáneo elevado en la cruz marcada, pero no tan apretados como para
producir una indentación (fig. 6-2). Con el medidor a la altura de los ojos, haga dos lecturas hasta
el milímetro más próximo y en la misma zona, y obtenga el promedio.
Como aproximadamente el 50% de la grasa corporal está en las capas de tejido subcutáneo,
existe una correlación entre el grosor del PCT y el contenido de grasa del cuerpo. Por tanto, se
puede utilizar la medición del PCT para el diagnóstico de obesidad. Compare la medición del
paciente con los percentiles del grosor del PCT por edad y sexo (estos recursos del capítulo 6 están
disponibles en el apartado «Nutrición» en ).
La medición del pliegue cutáneo en personas muy obesas resulta difícil porque los calibres no
son suficientemente grandes para algunos pliegues cutáneos. El grosor del tejido adiposo en
pacientes obesos también dificulta la elevación del pliegue cutáneo con los lados paralelos para la
medición. Además, habitualmente su medición no se recomienda en niños, y se ha descrito que
tiene poca utilidad para evaluar a aquellos con sobrepeso porque las medidas tienen poca capacidad predictiva de la grasa abdominal y total (Watts et al., 2006).
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Capítulo 6 Nutrición 133
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Circunferencia de la porción media del brazo
La circunferencia de la porción media del brazo (CMB), que no suele determinarse, ofrece una
estimación aproximada de la masa muscular y de los depósitos disponibles de grasa y proteínas.
Sin embargo, habitualmente un valor reducido se encuentra tan sólo en las formas más graves de
malnutrición proteico-calórica. La medición tiene más utilidad para el cálculo de la circunferencia
y la masa musculares del brazo, parámetros que son sensibles a cambios del músculo y/o de los
depósitos de proteínas. Para la medición, seleccione el brazo derecho desnudo del paciente. (Nota:
Utilice el mismo lado del cuerpo para todas las medidas antropométricas.) Coloque la cinta
métrica milimétrica alrededor del brazo del paciente, a mitad de trayecto entre las puntas de las
apófisis olécranon y acromion (fig. 6-3), la misma localización donde se realiza la medición del
grosor del PCT. Apriete la cinta métrica, pero no tanto como para producir una indentación, y
mida hasta los 5 mm (0,5 cm) más próximos. Utilice el valor obtenido, junto a la medida del PCT,
para calcular la circunferencia muscular de la porción media del brazo (CMMB).
Circunferencia de la porción media del brazo/área
muscular de la porción media del brazo
Tanto la CMMB como el área muscular del brazo se estiman a partir de las medidas de la CMB
y del PCT. La CMMB está bien aceptada como índice sensible de las reservas de proteínas del
cuerpo. También se puede estimar el área muscular transversal de la porción media del brazo
(AMMB). Ambas medidas suelen estar reducidas en caso de malnutrición proteica. El área muscular del brazo es útil en niños porque cambia más con la edad que la circunferencia muscular
del brazo. Esta medida del músculo del brazo sólo es una estimación, ya que no se tiene en consideración el grosor del húmero, y los brazos no son perfectamente redondos, como supone la
fórmula. Se pueden encontrar los percentiles de estas dos medidas en niños, hombres y mujeres de
1 a 55 años en . Para evaluar adecuadamente el estado nutricional de adultos mayores
(60 años y mayores) se utilizaron datos específicos de edad y sexo obtenidos de la base de datos
del National Health and Nutrition Examination Survey (NHANES III) para preparar tablas de
IMC, CMB, PCT y CMMB para este subgrupo de la población (disponibles en http://evolve.
elsevier.com/Seidel). Esta web también contiene la Level II Nutrition Screen, que presenta un
Figura 6-2
Colocación de los calibres para la medición del
grosor del pliegue cutáneo tricipital.
Figura 6-3
Medición de la circunferencia de la porción
media del brazo.
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134 Capítulo 6 Nutrición
resumen de los percentiles de estas medidas (CMB, CMMB y PCT) en hombres y mujeres de 55 a
75 años de edad basados en datos más antiguos.
Cálculos:
CMMB: CMB(enmm) − [3,14 × PCT(enmm)]
AMMB:{CMB(enmm) − [3,14 × PCT(enmm)]}2
÷12,56
Medición Bioquímica
La siguiente lista pretende ser orientativa. Puede que no sean necesarios o adecuados todos los
indicadores para evaluar la adecuación nutricional de un paciente dado. De igual modo, otras
medidas de laboratorio que no se presentan aquí pueden ser necesarias en una situación particular.
Se deben comparar los datos de laboratorio con los valores normales del correspondiente grupo
de edad y sexo (tabla 6-7). Un laboratorio puede haber establecido diferentes intervalos de referencia en función del equipo y de la técnica de estudio.
◆ Hemoglobina (g/dl)
◆ Hematocrito (%)
◆ Saturación de transferrina (%)
◆ Albúmina sérica (g/dl)
◆ Colesterol (COL) sérico (mg/dl)
TABLA 6-7 Indicadores bioquímicos de buen estado nutricional
Medición o nutriente Prueba Grupo de edad Hombre Mujer
Hierro Hemoglobina (g/dl)
Adultos ≥ 14 ≥ 12
Neonatos ≥ 13,7 ≥ 13,7
Lactantes y niños pequeños
(6 meses a 6 años)
≥ 12 ≥ 12
Niños (7 a 12 años) ≥ 11 ≥ 11
Adolescentes (13 a 16 años) ≥ 13,5 ≥ 11,5
Gestación
(2.º trimestre) ≥ 11
(3.er trimestre) ≥ 10,5
Hematocrito (%) Adultos ≥ 40 ≥ 37
Neonatos ≥ 45 ≥ 45
Lactantes y niños pequeños
(6 meses a 6 años)
≥ 33 ≥ 33
Niños (7 a 12 años) ≥ 34 ≥ 34
Adolescentes (13 a 16 años) ≥ 40 ≥ 36
Saturación de transferrina (%) Adultos ≥ 20 ≥ 20
Lactantes (<2 años) ≥ 15 ≥ 15
Niños (2 a 12 años) ≥ 20 ≥ 15
Adolescentes (12+ años) ≥ 20 ≥ 15
Proteínas Albúmina sérica (g/dl) Adultos 3,4 a 5,4 3,4 a 5,4
Niños y adolescentes 3 a 5 3 a 5
Metabolismo lipídico normal Colesterol sérico (mg/dl) Adultos < 200 < 200
Niños y adolescentes < 170 < 170
Triglicéridos séricos (mg/dl) < 150 < 150
Lipoproteínas de alta densidad (mg/dl) > 40 > 40
Lipoproteínas de baja densidad (mg/dl) Adultos < 130 < 130
Niños y adolescentes < 110 < 110
Cociente colesterol/lipoproteínas de alta
densidad
< 4,5 < 4,5
Metabolismo glucídico normal Glucosa sérica (mg/dl) 75 a 110 75 a 110
Hemoglobina A1c (%) ≤ 6 ≤ 6
Folato (ng/ml) Folato sérico 3,6 a 20 3,6 a 20
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Capítulo 6 Nutrición 135
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◆ Triglicéridos (TRI) séricos (mg/dl)
◆ Lipoproteínas de alta densidad (HDL) (mg/dl)
◆ Lipoproteínas de baja densidad (LDL) (mg/dl)
◆ Cociente COL/HDL
◆ Glucosa sérica (mg/dl)
◆ Hemoglobina A1c (%)
◆ Folato sérico (ng/ml)
Anomalías
Obesidad
Proporción excesiva de grasa corporal total
Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos
◆ Los factores genéticos, ambientales y de
comportamiento contribuyen al desarrollo
de la obesidad
◆ El exceso de grasa corporal es el
resultado del desequilibrio energético
entre la ingesta calórica y el gasto
energético (actividad física)
◆ Afecta desproporcionadamente a algunos
grupos raciales (p. ej., los negros) y a
personas de niveles socioeconómicos bajos
◆ Aumento de peso; incremento de la
ingesta calórica diaria y de alimentos
con altos niveles de grasa
◆ Reducción de la actividad física
◆ Fármacos
◆ Cambios vitales o factores de estrés
recientes
◆ Los síntomas o trastornos relacionados
con la obesidad incluyen ronquidos y
apnea del sueño, dificultad respiratoria,
cefalea, molestias musculoesqueléticas,
depresión, menstruaciones irregulares,
poliuria y polidipsia
◆ El exceso de grasa se localiza en los
pechos, los pies y los muslos (fig. 6-4)
◆ Pueden darse acantosis nigricans y estrias
blancas
◆ Véanse los hallazgos de la exploración
física de los trastornos relacionados con
la obesidad en la tabla 6-8
◆ Deben evaluarse los rasgos característicos
de los trastornos genéticos (p. ej., el
síndrome de Prader-Willi)
◆ IMC en adultos: sobrepeso, de 25 a 29,9;
obesidad, de 30 a 39,9; obesidad extrema,
>40%
◆ Niños y adolescentes de 2 a 18 años de
edad: obesidad, IMC ≥ 95% de percentil
según la edad y el sexo; sobrepeso, IMC
≥ 85% de percentil, pero menos del 95% de
percentil según la edad y el sexo (v. fig. 6-4)
◆ Vease la tabla 6-10 para los puntos de
corte del colesterol y las LDL en niños y
adolescentes
Muestra de documentación
Antecedentes y exploración física
Subjetiva
Un hombre de negocios de 45 años de edad con aumento de peso continuo en los últimos
5 años solicita asesoramiento nutricional para un plan de adelgazamiento. Hace tres comidas
abundantes al día, con tentempiés entre ellas, desayuna y cena en casa y su mujer prepara las
comidas. Con frecuencia toma la comida (comida rápida) sobre la marcha. Ingesta de alcohol:
1 o 2 vasos de vino al día con la cena. No hace ejercicio habitualmente. Nunca ha realizado un
registro de comidas. Sin cambios en el estilo de vida, estrés moderado.
Objetiva
Altura: 173 cm; peso: 90,9 kg; 123% del peso corporal deseable; IMC 30,5 kg/m2
; grosor del
pliegue cutáneo tricipital 20 mm (percentil 90), circunferencia de la parte media del brazo
327,8 mm; circunferencia muscular de la parte media del brazo 265 mm (percentil 25);
circunferencia de la cintura 107 cm; circunferencia de la cadera 104 cm; cociente
cintura-cadera 1,02; 2.200 calorías al día, estimadas para una pérdida de peso adecuada.
Si desea más muestras de documentación, consulte el capítulo 26.
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136 Capítulo 6 Nutrición
Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos
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