Manual Mosby de Exploración Física 05

 
































































































































































ión y la posición del útero, comparando los hallazgos de la palpación y

la inspección. El útero debe localizarse en la línea media, con independencia de su posición. La

desviación a la derecha o a la izquierda es indicativa de posibles adherencias, masas pélvicas o

embarazo. Conocer la posición del útero es fundamental antes de realizar cualquier tipo de

intervención dentro de él, incluida la inserción de un dispositivo intrauterino.

Tamaño, forma y contorno. Palpe el útero para determinar su tamaño, forma y contorno.

Debe tener forma de pera, con 5,5 a 8 cm de largo, aunque todas sus dimensiones son mayores en

las mujeres multíparas. Un útero mayor de lo previsible en una paciente en edad gestacional es

Vídeo/animación

Puede encontrar un

vídeo de los genitales

femeninos (palpación

bidigital útero con

ambas manos) en

Práctica basada en evidencias en la exploración física

¿Debe realizarse un frotis de pap después de una histerectomía?

La mayoría de los expertos se muestran de acuerdo en que las mujeres que han sido

sometidas a histerectomía por causas no relacionadas con cáncer, con el cuello uterino

extirpado, y sin signos de neoplasia maligna ni antecedentes de crecimiento celular canceroso

pueden dejar de someterse a frotis de Pap para detectar cáncer cervical. El rendimiento de la

detección citológica es muy bajo después de la histerectomía y no existen datos que indiquen

que la continuación de las pruebas mejore los resultados clínicos.

American Cancer Society, 2002; National Cancer Institute, 2003; U.S. Preventive Services Task Force, 2003.

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CIÓN Y HALLAZGOS

Capítulo 18 Genitales femeninos 565

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indicativo de embarazo o tumor. En las no gestantes, el contorno tiene que ser redondeado, y las

paredes han de percibirse firmes y lisas. La uniformidad del contorno se ve alterada en caso de

embarazo o tumor.

Movilidad. Desplace suavemente el útero entre la mano intravaginal y la abdominal para

determinar su movilidad y sensibilidad. El órgano debe ser móvil en el plano anteroposterior. Un

útero fijo es indicativo de adherencias. El dolor con el movimiento puede ser un indicio de un

proceso inflamatorio pélvico o de embarazo tubárico roto.

Anejos y ovarios

Palpe las áreas anejas y los ovarios. Coloque los dedos de la mano abdominal sobre el cuadrante

inferior derecho. Con la mano intravaginal orientada hacia arriba, sitúe ambos dedos en el fondo

de saco lateral derecho. Presione profundamente hacia dentro y hacia arriba con los dedos intravaginales en dirección a la mano abdominal, mientras efectúa un movimiento de barrido con la

superficie plana de los dedos de dicha, en profundidad hacia dentro y en sentido oblicuo descendente,

Figura 18-27

Diversas posiciones del útero.

A. Anteverso. B. Anteflexo.

C. Retroverso. D. Retroflexo.

E. Útero en posición media.

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566 Capítulo 18 Genitales femeninos

hacia la sínfisis del pubis. Palpe toda el área presionando con firmeza, con la mano abdominal y

los dedos intravaginales simultáneamente. Repita la maniobra en el lado izquierdo (fig. 18-28).

Cuando son palpables, los ovarios se perciben firmes, uniformes, ovoides y con un tamaño de

3 × 2 × 1 cm. El ovario sano presenta dolor leve o moderado a la palpación. La sensibilidad intensa,

un agrandamiento o la nodularidad no son previsibles. En general, no hay otras estructuras que

sean palpables, a excepción de los ligamentos redondos. Las trompas de Falopio no suelen ser

palpables y, cuando lo son, es probable que exista en ellas algún problema. También han de palparse posibles masas anejas que, cuando existen, deben ser exploradas para definir su tamaño,

forma, localización, consistencia y sensibilidad.

A menudo, los anejos son difíciles de palpar, debido a su localización y posición, así como a la

presencia de exceso de tejido adiposo en algunas mujeres. Si no se percibe nada en las áreas anejas

mediante una palpación minuciosa, cabe presumir que no haya ninguna anomalía, siempre que

no se registren síntomas clínicos.

Exploración Rectovaginal

Preparación

La exploración rectovaginal es una parte importante de la exploración pélvica total. Permite llegar

unos 2,5cm más arriba en la pelvis, lo que mejora la evaluación de los órganos y de las estructuras

pélvicas. Se trata de una exploración molesta para la paciente, que puede solicitar que se omita. No

obstante, es importante realizarla, por lo que debe explicarle los motivos que la hacen necesaria.

Una vez concluida la exploración bimanual, retire los dedos de exploración, cámbiese de

guantes y lubrique de nuevo los dedos. Indique a la paciente que es posible que sienta sensación

de defecación urgente. Asegúrele que esta no se producirá, y pídale que respire despacio y que

relaje conscientemente el esfínter, el recto y las nalgas, ya que la tensión muscular hace que la

exploración resulte más molesta.

Esfínter anal

Introduzca su dedo índice en la vagina y, a continuación, presione con el dedo medio sobre el ano

e indique a la paciente que apriete. Cuando lo haga, deslice la punta del dedo a través del ano hacia

el recto, inmediatamente después del esfínter. Palpe la región de la unión anorrectal y por encima

de la misma. Pida a la paciente que contraiga y relaje el esfínter anal. Observe el tono esfinteriano.

Un esfínter extremadamente tenso puede ser consecuencia de la ansiedad generada por la exploración, de una posible cicatriz o de espasticidad causada por fisuras, lesiones o inflamación. Un

esfínter laxo es indicativo de déficit neurológico, mientras que la ausencia de esfínter es debida a

la reparación inadecuada de una laceración perineal de tercer grado por parto o traumatismo.

Paredes rectales y tabique rectovaginal

Deslice los dedos vaginal y rectal hasta la mayor profundidad posible, e indique a la paciente que

apriete. Ello hará que pueda penetrar en torno a 1cm más con los dedos. Haga girar el dedo rectal

para explorar la pared anterior del recto en busca de masas, pólipos, nódulos, estenosis,

INFORMACIÓN CLÍNICA

Dolor intermenstrual

y sensibilidad dolorosa

de los anejos

El dolor intermenstrual

(mittelschmerz), dolor

abdominal en el bajo

abdomen asociado a

la ovulación, puede ir

acompañado de cierto grado

de sensibilidad dolorosa

en el costado en el que la

ovulación tiene lugar ese mes

y de sensibilidad unilateral,

generalmente leve, de los

anejos. La secuencia temporal

es, en este caso, esencial en

la anamnesis. El inicio suele

ser repentino y la remisión

es espontánea. Si se realiza

una exploración pélvica, en

ocasiones se registra cierto

grado de dolor en los anejos,

aunque muchas veces la

maniobra es negativa.

Figura 18-28

Palpación bimanual de los anejos.

Deslizamiento de los dedos

abdominales para capturar el

ovario.

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Capítulo 18 Genitales femeninos 567

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irregularidades y áreas sensibles. La pared debe percibirse lisa y sin discontinuidades. Palpe el

tabique rectovaginal a lo largo de la pared anterior para evaluar el grosor, el tono y la presencia de

nódulos. En un útero en retroflexión, se perciben el cuerpo uterino y, ocasionalmente, el fondo.

Útero

Presione con firmeza y en profundidad hacia abajo con la mano abdominal, inmediatamente por

encima de la sínfisis del pubis, al tiempo que coloca el dedo vaginal en el fondo de saco de la

vagina, y presione con fuerza hacia arriba contra el lado posterior del cuello uterino. Palpe

la mayor superficie posible del lado posterior del útero, confirmando los hallazgos obtenidos en

la exploración vaginal en lo que respecta a localización, posición, tamaño, forma, contorno,

consistencia y sensibilidad dolorosa del útero. Esta maniobra resulta particularmente útil en la

evaluación del útero retroverso (fig. 18-29).

Anejos

Si no pudo palpar las áreas anejas en la exploración bimanual o si los hallazgos resultaron dudosos,

repita la exploración de las mismas con las mismas maniobras descritas para la exploración

bimanual.

Heces

Al retirar los dedos, realice un movimiento rotatorio con el dedo rectal para evaluar la pared posterior del recto posterior, al igual que hizo previamente en la anterior. Retire con suavidad los dedos

de exploración, y observe las secreciones y las heces. Observe el color y el eventual sangrado. Prepare

una muestra para detección de sangre oculta en heces, si procede. Salvo que la mujer no pueda

hacerlo, indíquele que se aplique gel lubricante por sí misma. Lo hará de forma más completa y

cómoda para ella. Proporciónele las toallitas de papel que necesite y el recipiente adecuado para

desecharlas.

Conclusión

Ayude a la mujer a sentarse y a recuperar el equilibrio y la compostura. Ofrézcale una compresa

si está menstruando. Comente con ella los hallazgos de la exploración y anímela a expresar sus

percepciones al respecto. Esta conversación puede ser breve, pero no debe nunca omitirse. Algunos

médicos prefieren salir de la habitación y dejar que la mujer se vista antes de comentar los hallazgos

de la exploración.

LACTANTES

El aspecto de los genitales externos puede contribuir a valorar el estado gestacional en las lactantes.

La exploración se realiza con las piernas de la niña sujetas en postura de rana. Los labios mayores están

ampliamente separados, y el clítoris es prominente hasta las 36 semanas de la gestación. Sin embargo,

en niñas nacidas a término los labios mayores cubren por completo los menores y el clítoris.

Los genitales de las recién nacidas reflejan la influencia de las hormonas maternas. Los labios

mayores y menores pueden estar inflamados, y a veces estos últimos son más prominentes.

Figura 18-29

Palpación rectovaginal. (Tomado

de Lowdermilk and Perry, 2007.)

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568 Capítulo 18 Genitales femeninos

A menudo el himen está protruido, engrosado o vascularizado, y se asemeja a una masa forzada hacia

el exterior. Todos ellos son fenómenos transitorios que desaparecen en pocas semanas (fig. 18-30).

El clítoris puede aparecer relativamente grande, aunque ello carece de significación. La hipertrofia real es rara. No obstante, en recién nacidas, el agrandamiento del clítoris ha de poner en

alerta al médico ante la posibilidad de una hiperplasia suprarrenal congénita.

La abertura central del himen suele medir unos 0,5 cm de diámetro. Es importante determinar

la presencia de la abertura, aunque no debe realizarse ninguna maniobra que lo someta a estiramiento. El himen imperforado es poco habitual. Sin embargo, cuando se registra, puede dar lugar

a dificultades ulteriores, como hidrocolpos en niñas y hematocolpos en adolescentes.

Las malformaciones de los genitales externos muchas veces son difíciles de apreciar. Si la niña

nació por parto vaginal, los genitales pueden aparecer inflamados y con equimosis durante bastantes

días después del nacimiento. Cualquier aspecto ambiguo o un orificio inusual en la cavidad vulvar

o en el periné ha de ser rápidamente explorado antes de que se produzca la asignación de sexo.

Durante el período neonatal y, en ocasiones, hasta las 4 semanas siguientes al nacimiento, es

frecuente apreciar una secreción vaginal blanquecina mucoide, en ocasiones mezclada con sangre.

Esto es consecuencia de la transferencia hormonal pasiva procedente de la madre y se trata de un

hallazgo previsible. Es necesario tranquilizar a los padres a este respecto.

A menudo, durante los primeros meses o, incluso, años de vida, se observan adherencias finas,

aunque difíciles de separar, entre los labios menores. En ocasiones, dichas adherencias cubren por

completo el vestíbulo bulbar, quedando un espacio mínimo para que pase la orina a través de él.

En tales casos suele ser necesaria la separación, con el máximo cuidado, o la aplicación de cremas

de estrógenos.

La secreción vaginal en lactantes y niñas pequeñas puede ser consecuencia de la irritación

producida por pañales o polvos y suele ser mucoide.

NIÑAS

Indicaciones para la exploración

El alcance de la exploración ginecológica depende de la edad y de los síntomas, así como de las

preocupaciones manifestadas por los padres. En la niña sana, la exploración consta sólo de inspección y palpación de los genitales externos. La exploración vaginal interna de niñas de corta

edad sólo se lleva a cabo cuando hay un problema específico como sangrado, secreción, traumatismo o sospecha de abusos sexuales. La vaginitis por alergia a los geles de baño es frecuente en

niñas de corta edad y no requiere exploración interna. En la exploración con espéculo de este

grupo de pacientes, es necesario un equipo especial y que el ginecólogo o pediatra cuente con la

debida experiencia en este ámbito.

Si el abordaje es el adecuado, las niñas suelen cooperar en la exploración de los genitales

externos. En general, las de menor edad prefieren permanecer en brazos de la madre o del padre.

Las niñas en edad preescolar pueden ser examinadas sobre la mesa de exploración, echadas sobre

el cabezal de la misma, que debe elevarse unos 30°. La madre o el padre puede cooperar sosteniendo las piernas de la niña en posición de rana.

INFORMACIÓN CLÍNICA

Clitoromegalia

¡Tenga cuidado! Las

lactantes muy prematuras

dan la impresión de una

aparente clitoromegalia. No

precipite las conclusiones.

Sólo 1 de cada 5.000 recién

nacidas tiene un problema

endocrinológico. Estudie

otros signos de virilización

y, en caso de duda, consulte

a un especialista en

endocrinología pediátrica.

Figura 18-30

Aspecto normal de los genitales

femeninos. A. Genitales de una

niña recién nacida. Los labios

mayores aparecen llenos y los

menores engrosados protruyen

entre ellos. B. Genitales de una

niña de 2 años. Los labios

mayores aparecen aplanados, y los

menores y el himen son finos y

aplanados. (Tomado de Zitelli and

Davis, 2007; A, por cortesía de Ian

Holzman, MD, NY.)

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CIÓN Y HALLAZGOS

Capítulo 18 Genitales femeninos 569

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Es probable que las pacientes de edad escolar se muestren ya más reacias a cooperar, aunque

es posible que lo hagan si les asegura que sólo se va a examinar y palpar la parte exterior. Se ha

de tener en cuenta, en cualquier caso, que una niña en esa postura, tumbada y sin ropa interior,

se siente ciertamente vulnerable. La paciente se mostrará más cooperativa si le toma la mano y se

hace que tome primero contacto con los genitales, incluso retrayendo ella misma los labios

mayores mientras usted procede a la exploración. Debe situarse sobre la mesa inclinada, apoyada

sobre la espalda y con las rodillas flexionadas y levantadas. La exploración ha de plantearse con el

mismo grado de respeto y con las mismas explicaciones y precauciones que en la mujer adulta.

Siempre es necesario que haya una tercera persona presente durante la exploración.

Inspección y palpación

Inspeccione el periné, todas las estructuras del vestíbulo bulbar y los orificios uretral y vaginal,

separando los labios con el pulgar y el índice de una mano.

La visualización idónea del interior de la vagina y la abertura himenal puede resultar difícil en

las niñas prepuberales. En estos casos, resulta útil la técnica de la tracción labial anterior. Sujete

con firmeza los dos labios mayores (no los menores) con el pulgar y el índice de cada mano y, a

continuación, tire de ellos hacia delante y en sentido ligeramente lateral. Una tracción firme pero

suave no produce molestias. Con esta técnica, una abertura himenal antes oculta se hace casi

siempre visible, al igual que el interior de la vagina, casi hasta el cuello uterino. Con este método

pueden visualizarse la mayoría de los cuerpos extraños. Con ayuda de un auxiliar, resulta fácil, si

es necesario, insertar una torunda en la abertura himenal para obtener cultivos.

Las glándulas de Bartolino y de Skene no suelen ser palpables y, si lo son, están aumentadas

de tamaño. Esto es sugestivo de infección, generalmente (aunque no siempre) gonocócica. Cuando

se piensa en un posible himen imperforado, debe pedirse a la niña que tosa y, mientras lo hace,

observar el himen. Si está imperforado presentará abombamiento, que no se observará en el no

imperforado.

Secreción

La secreción vaginal a menudo irrita los tejidos, causando irritación y, en ocasiones, excoriación.

Otras posibles fuentes de irritación son las espumas para baño, jabones, detergentes e infecciones

urinarias. Consulte detenidamente a los padres sobre posibles antecedentes de hematuria, disuria

u otros síntomas indicativos de infección de las vías urinarias. El olor desagradable suele ser indicio

de presencia de cuerpos extraños (en especial en niñas en edad preescolar), sobre todo si hay

infección secundaria. La secreción vaginal también puede deberse a infección por tricomonas,

gonococos o monilias.

Lesiones

La inflamación de los tejidos vulvares, particularmente si va acompañada de hematomas o secreción maloliente, debe alertar ante la posibilidad de abusos sexuales (cuadro 18-4). Esta posibilidad

ha de contemplarse siempre que una niña de corta edad padezca una ITS o si presenta lesiones

en los genitales externos. Las lesiones en las estructuras blandas de los genitales externos no son

causadas por los sillines de bicicleta. Las lesiones genitales producidas por el sillín de una bicicleta

suelen situarse en la sínfisis del pubis, donde las estructuras están más fijadas. Las lesiones propias

de los abusos sexuales aparecen, en general, en localización posterior y pueden afectar a todo el

perineo. Para evaluar los abusos sexuales, a veces es necesaria la posición genupectoral, que ofrece

una mejor exposición de las características anatómicas.

Estos hallazgos no deben ser ignorados. El interrogatorio detallado a los padres o a la persona

responsable es obligado y debe ir acompañado del aviso a los servicios sociales pertinentes, que

se encargarán de la posterior investigación. En muchos casos de abuso sexual la exploración física

es normal, por lo que no sirve para descartar la sospecha.

Sangrado

A menudo, la hemorragia vaginal en niñas es consecuencia de una lesión no intencionada, de

experimentación con cuerpos extraños (p. ej., juguetes) o de abusos sexuales. En casos raros, puede

deberse a un tumor ovárico o a un carcinoma de cuello uterino. Recuerde, además, que algunas

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CIÓN Y HALLAZGOS

570 Capítulo 18 Genitales femeninos

niñas presentan pubertad precoz y que inician la menstruación antes de lo previsto (cuadro 18-5).

Cuando esto sucede, se ha de proceder a una investigación más a fondo.

Exploración rectal

En ocasiones, una exploración rectal está indicada para determinar la presencia o ausencia de

útero o la existencia de un cuerpo extraño en la vagina. Los padres/responsables de la niña pueden

ayudar y prestar apoyo a la misma durante la exploración. Esta debe realizarse con la paciente

tumbada de espaldas, con los pies juntos y las rodillas dobladas sobre el abdomen. Coloque una

mano sobre las rodillas de la niña e introduzca un dedo enguantado en el recto. La mayor parte

de los médicos utilizan el dedo índice, aunque no es obligatorio. Una vez introducido el dedo,

puede hacer que la niña desdoble las rodillas, empleando su otra mano para palpar el abdomen.

Si la paciente es lo suficientemente mayor para cooperar, dígale que jadee como un cachorro para

que relaje los músculos. Un posible cuerpo extraño o el útero pueden ser palpables, mientras que

los ovarios no suelen percibirse. A veces, después de la exploración se produce sangrado o incluso

un ligero prolapso rectal transitorio, hecho del que debe avisar a los padres.

CUADRO 18-4

Signos de alerta de posibles abusos sexuales

Los siguientes signos y síntomas en niños y adolescentes deben suscitar sospechas de posibles

abusos sexuales.Tenga en cuenta, no obstante, que cualquier signo o síntoma por sí mismo

tiene una significación limitada, ya que puede relacionarse también con cualquier otra causa y

que, además, la exploración física en casos de abuso es muchas veces normal. Se trata de un

terreno en el que el criterio clínico resulta fundamental. Cada signo o síntoma ha de ser

considerado en el contexto del estado de salud específico de la niña, de su fase de crecimiento

y desarrollo, y de los antecedentes completos.

Síntomas y hallazgos médicos

Evidencia de maltrato físico o abandono

Signos de traumatismo y/o cicatrices en las regiones genital, anal y perianal

Cambios inhabituales de color o pigmentación de la piel en las áreas genital o anal

Presencia de infección de transmisión sexual (oral, anal, genital)

Problemas anorrectales como prurito, sangrado, dolor, incontinencia fecal, mal tono del

esfínter anal o disfunción del hábito intestinal

Alteraciones genitourinarias como exantema o úlceras en el área genital, olor vaginal, dolor

(también abdominal), prurito, hemorragia, secreción, disuria, hematuria, infecciones de las

vías urinarias, enuresis

Ejemplos de manifestaciones de comportamiento inespecíficas

Problemas escolares

Cambios radicales de peso o trastornos alimentarios

Depresión

Trastornos del sueño o pesadillas

Cambios repentinos de personalidad o comportamiento

Agresividad o actitudes destructivas

Evitación repentina de determinadas personas o situaciones

Ejemplos de comportamiento sexuales preocupantes

Comportamiento sexualmente provocativo

Masturbación excesiva o comportamiento sexual que no pueda ser reconducido

Conocimientos o experiencias sexuales no acordes con la edad

Inserción repetida de objetos en la vagina y/o el ano

Niña que pide que le toquen/besen en la región genital

Juegos sexuales con 4 años o más de diferencia de edad

Juegos sexuales que impliquen actos de fuerza, amenaza o chantaje

Modificado de Koop, 1988; McClain et al., 2000; Hornor, 2004.

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Capítulo 18 Genitales femeninos 571

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ADOLESCENTES

Todas las adolescentes han de someterse a una exploración pélvica en un plazo de 3 años desde el

inicio de las relaciones sexuales, incluyendo un frotis de Pap con evaluación de citología cervical y de

ITS. Las mujeres jóvenes que no mantengan relaciones sexuales pueden posponer la primera exploración

hasta los 21 años. Las adolescentes requieren las mismas condiciones y posiciones de exploración que

las mujeres adultas. Pregunte a la joven si es la primera vez que se somete a una exploración

ginecológica. El primer examen es probablemente el más importante, puesto que es el que establece

el marco a partir del cual la joven valorará las futuras evaluaciones. Tómese el tiempo necesario para

explicar a la adolescente lo que va a hacer. Utilice modelos o imágenes para mostrar lo que va a

suceder y lo que va a observar. Técnicas como la respiración profunda durante la técnica, la tensión

y relajación alternantes de los músculos perineales o la relajación muscular progresiva pueden ayudar

a la joven en el curso de la exploración. Se debe dejar que la adolescente decida si prefiere preservar

su intimidad y que sus padres o acompañantes no estén presentes, aunque una tercera persona

siempre debe asistir a la exploración. Siempre es necesaria una conversación sin los padres para

conocer los antecedentes sexuales, incluyendo datos sobre posibles abusos sexuales o violencia de la

pareja sexual, o para comentar la actividad sexual de la joven (cuadro 18-6). Ello suele hacerse antes

de proceder a la exploración. Existen datos que indican que la mayoría de las jóvenes sexualmente

activas prefieren hacerse pruebas de cribado de ITS (p. ej., Chlamydia trachomatis, Neisseria gonorrhoeae y Trichomonas vaginalis) mediante muestras de orina y para frotis obtenidas por ellas mismas

que someterse a una exploración pélvica (Serlin et al., 2000). Las pruebas de orina son útiles en

adolescentes sexualmente activas asintomáticas o en mujeres que no se han sometido al frotis de Pap

anual. Sin embargo, según nuestro punto de vista, la exploración pélvica resulta esencial para la

prestación de una asistencia sanitaria óptima.

Escoja un espéculo de tamaño idóneo. Puede usarse, por ejemplo, un espéculo pediátrico con

valvas de 1-1,5 cm, que causa unas molestias mínimas. Si la adolescente es sexualmente activa, es

posible emplear un espéculo para mujeres adultas, aunque de dimensiones reducidas.

A medida que la adolescente progresa en su pubertad, se van apreciando los cambios y

la maduración propios del desarrollo sexual (v. fig. 5-18, capítulo 5). Inmediatamente antes de la

menarquia se produce un aumento fisiológico de las secreciones vaginales. El himen puede aparecer distendido, o no, a través de la abertura vaginal. En la menarquia, su abertura suele ser de

1 cm de ancho. A medida que la adolescente madura, los hallazgos van siendo los propios de la

mujer adulta.

MUJERES GESTANTES

La exploración ginecológica de la mujer gestante sigue la misma técnica que la de la adulta no

gestante. La valoración comprende la estimación de la edad gestacional, el tamaño y el contorno

del útero, y la evaluación de las dimensiones pélvicas, y de la dilatación y la longitud cervicales.

La exploración incluye, asimismo, la evaluación del feto en lo que respecta a crecimiento, posición

y estado general. En el trabajo de parto se valoran también la estación y la posición fetales.

CUADRO 18-5

Causas de hemorragia genital en niños

La hemorragia vaginal en la infancia siempre tiene significación clínica y requiere un estudio en

profundidad. Entre sus causas se encuentran las enumeradas a continuación.

Lesiones genitales

Vaginitis

Cuerpo extraño

Traumatismo

Tumores

Alteraciones endocrinas

Ingestión de estrógenos

Pubertad precoz

Tumor ovárico productor de hormonas

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CIÓN Y HALLAZGOS

572 Capítulo 18 Genitales femeninos

Edad gestacional

Se realiza el cálculo de la FEP, que con frecuencia se determina mediante la regla de Naegele: añada

1 año al primer día del último ciclo menstrual, reste 3 meses y sume 7 días.

La duración media del embarazo es de 280 días o 40 semanas. La gestación se divide en trimestres, cada uno de los cuales dura algo más de 13 semanas, o 3 meses. No obstante, las unidades

de medida más apropiadas son las semanas desde la gestación. Las semanas de gestación completadas pueden calcularse con facilidad utilizando un gestograma o una calculadora de embarazo

automática, disponible en Internet.

Tamaño y contorno del útero

Las dimensiones uterinas se estiman por medición manual del tamaño del fondo. La técnica

proporciona una estimación de la longitud del embarazo, del crecimiento fetal y de la edad gestacional. Indique a la paciente que evacue la vejiga antes de realizar la técnica. Dígale que se tumbe

en decúbito supino. El agrandamiento uterino inicial puede no ser simétrico y, en ocasiones, se

percibe cierta desviación hacia un lado, con irregularidad del contorno en el sitio de implantación.

Esta irregularidad (signo de Piskacek) se registra entre las semanas 8 y 10.

No existe consenso sobre la precisión de las estimaciones del tamaño del útero en las diferentes

semanas. No obstante, es necesario adoptar ciertos valores de referencia. La comparación con

frutas de distintos tamaños es un método, por lo demás nada fiable, de describir el tamaño del

útero al principio del embarazo. Los centímetros proporcionan una medida más precisa, que debe

empezar a usarse lo antes posible. La tabla 18-2 ofrece estimaciones del tamaño uterino.

Con una cinta métrica no extensible mida, en centímetros, la distancia entre la parte superior

de la sínfisis del pubis y la del fondo del útero (fig. 18-31). Es necesario que la medida sea efectuada

siempre por la misma persona a fin de evitar variaciones individuales.

La medición es más precisa entre las semanas 20 y 32, cuando la altura del fondo en centímetros

es igual a la edad gestacional en semanas. Una pauta adecuada es un aumento de 1 cm por semana

en la altura del fondo. Si durante el segundo trimestre el tamaño del útero es superior al previsto

según la FEP, debe sospecharse un embarazo gemelar u otras causas de agrandamiento uterino.

Una variación de más de 2 cm hace aconsejable un estudio ecográfico. Si el útero es menor de lo

previsto, ha de considerarse la posibilidad de retraso del crecimiento intrauterino. La exactitud de

CUADRO 18-6

Evaluación de la exploración y de la actividad sexual en adolescentes

Los adolescentes requieren un importante grado de apoyo y orientación en lo que respecta a

independencia, identificación de la propia identidad y asunción de la propia sexualidad. En la

adolescencia, la exploración sexual engloba el conjunto de los comportamientos sexuales. Los

factores fundamentales para determinar la significación de las actividades que afectan al

desarrollo de la sexualidad se centran en comprobar si estas se ajustan a los referentes éticos

o religiosos del propio joven y de su familia, así como en si existe equilibrio en la relación con

este aspecto. Las siguientes directrices pueden contribuir a determinar si las actividades son

saludables o requieren un estudio posterior.

Actividad saludable Requiere una valoración más en profundidad

Discreta, privada Sin preservación de la intimidad

Con consentimiento mutuo Un adolescente no actúa libremente

Sin desequilibrio de poder Con desequilibrio de poder

Sin amenazas ni violencia Amenazas o violencia implícitas o explícitas

Infrecuente Frecuente, compulsiva

Lenguaje y conocimientos sexuales

adecuados para la edad

Lenguaje más allá del nivel de conocimientos

sexuales adecuados para la edad

No produce lesiones Produce lesiones

Actividad sexual básica y rudimentaria Actividad sexual explícita, gráfica y detallada

Intento de penetración o penetración real de los

orificios genitales

Tomado de Haka-Ikse and Mian, 1993.

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CIÓN Y HALLAZGOS

Capítulo 18 Genitales femeninos 573

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la altura del fondo uterino como referencia del retraso del crecimiento es escasa, aunque puede

servir como indicación para ecografía. Las gráficas personalizadas basadas en la estatura, el peso,

el número de partos y la raza de la madre resultan más fiables. Entre los factores que influyen en

el valor de la medida de la altura fúndica se encuentran la obesidad, la cantidad de líquido

amniótico, los miomas, la gestación múltiple, el tamaño fetal y la posición del útero.

Los cambios de la altura fúndica en relación con las semanas de gestación se muestran en la

figura 18-32, junto con algunas alteraciones detectables en la exploración.

Exploración pélvica

Al principio del embarazo se puede percibir un ablandamiento del istmo, mientras que el cuello

aún se mantiene firme. En el segundo trimestre de gestación, el cuello, la vagina y la vulva

adquieren una tonalidad azulada, debido a un aumento de la vascularización. El cuello se ablanda

y asume una consistencia similar a la de los labios, en vez de la anterior, equiparable a la de la

punta de la nariz. El fondo se flexiona fácilmente sobre el útero. Se percibe una ligera plenitud y

ablandamiento del fondo cerca del sitio de implantación, o bien un abultamiento lateral o una

prominencia blanda con implantación cornual. Estos hallazgos se resumen en el cuadro 18-7. Se

observa un aumento de las secreciones vaginales, debido a la mayor vascularización. Ninguno de

tales hallazgos es completamente sensible o específico de la detección de embarazo, por lo que no

deben reemplazar a la prueba de gonadotropina coriónica humana y/o a la ecografía.

Dilatación y longitud cervicales

Otras alteraciones gestacionales que se evalúan en la exploración pélvica son la dilatación y el

borramiento cervicales. La dilatación implica la apertura del canal cervical para permitir el paso del

feto. El proceso se mide en centímetros y evoluciona desde el orificio cerrado (interno) hasta los

10cm, que suponen la dilatación completa. El tiempo varía de unas mujeres a otras en lo que respecta a los centímetros de dilatación, en función del número de partos, de las semanas de gestación

(parte de la dilatación puede producirse en una fase tardía) y de la evolución del trabajo de parto.

El borramiento es el adelgazamiento del cuello uterino debido a que la actividad del miometrio

impulsa el cuello hacia arriba, haciendo que este se convierta en parte del segmento uterino

Figura 18-31

Medición de la altura del fondo

desde la sínfisis del pubis hasta el

fondo superior del útero.

Tabla 18-2 Estimaciones de tamaño del útero en la primera fase

del embarazo

Semanas de gestación Longitud del útero (cm) Anchura del útero (cm)

6 De 7,3 a 9,1 3,9

8 De 8,8 a 10,8 5

10 De 10,2 a 12,5 6,1

12 De 11,7 a 14,2 7,1

14 De 13,2 a 15,9 8,2

Tomado de Fox, 1985.

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CIÓN Y HALLAZGOS

574 Capítulo 18 Genitales femeninos

inferior en la fase previa o inicial del trabajo de parto. El cuello ve reducida su longitud. Mediante

ecografía se estima que dicha longitud es de 3-4 cm al final del tercer trimestre. El acortamiento

del cuello uterino (menos de 29mm), percibido en la ecografía vaginal a mitad del embarazo, es

indicativo de riesgo de parto pretérmino. A este respecto, las exploraciones digitales son menos

precisas que la ecografía y pueden pasar por alto el problema. El cuello del útero se va adelgazando

gradualmente hasta tener sólo uno pocos milímetros (grosor de papel). El borramiento, que ha

de registrarse en centímetros, suele preceder a la dilatación cervical en las primíparas y a menudo

coincide con ella en las multíparas.

Figura 18-32

Cambios en la altura del fondo

con el embarazo. Semanas 10 a

la 12: útero en la pelvis; el latido

cardíaco fetal puede ser detectado

mediante Doppler. Semana 12:

útero palpable inmediatamente

por encima de la sínfisis del pubis.

Semana 16: útero palpable en el

punto medio entre la sínfisis y el

ombligo; el peloteo del feto es

posible por exploración abdominal

y vaginal. Semana 20: fondo

uterino en el borde inferior del

ombligo; el latido cardíaco fetal

puede auscultarse con un

fetoscopio. Semanas 24 a la 26: el

útero cambia de forma globular a

ovoide; feto palpable. Semana 28:

útero a una distancia media entre

el ombligo y el apéndice xifoides;

feto fácilmente palpable. Semana 34:

fondo uterino inmediatamente

por debajo del xifoides. Semana 40:

la altura del fondo uterino

comienza a disminuir a medida

que el feto empieza a encajarse

en la pelvis.

CUADRO 18-7

Primeros signos de embarazo

A continuación se exponen los signos físicos propios de la fase inicial del embarazo. Junto con

el peloteo interno, la palpación de partes fetales y los resultados positivos en pruebas de

gonadotropina coriónica humana, en orina o suero, estos signos son probables indicadores de

embarazo. Se consideran sólo causas probables, ya que cualquiera de ellos puede relacionarse

con otros trastornos. No obstante, si se dan en conjunto, generan una importante probabilidad

de presencia de embarazo.

Signo Hallazgo

Semanas aproximadas

de gestación

De Goodell Ablandamiento del cuello uterino De 4 a 6

De Hegar Ablandamiento del istmo uterino De 6 a 8

De McDonald El fondo se flexiona con facilidad sobre el

cuello

De 7 a 8

De Braun von

Fernwald

Plenitud y ablandamiento del fondo cerca

del sitio de implantación

De 7 a 8

De Piskacek Bulto lateral palpable o prominencia blanda

de un cuerno uterino

De 7 a 8

De Chadwick Coloración azulada del cuello uterino, de la

vagina y de la vulva

De 8 a 12

Tomado de Haka-Ikse and Mian, 1993.

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CIÓN Y HALLAZGOS

Capítulo 18 Genitales femeninos 575

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Bienestar fetal

Para determinar el bienestar fetal se evalúan, entre otros, la frecuencia cardíaca fetal (FCF) y el

movimiento fetal (MF). La FCF se establece mediante Doppler la semana 11 o 12, y se ausculta

por fetoscopia en la semana 19 o 20 de la gestación. Determine la FCF o el impulso en 1min y

compárelos con el pulso de la madre en ese mismo intervalo. Observe la calidad y el ritmo de los

tonos cardíacos. En ocasiones, los resultados se representan en una gráfica, utilizando una figura

de dos líneas en la que el punto de inserción es el ombligo y los cuatro cuadrantes corresponden

a los del abdomen de la madre. Utilice una X o un registro de la FCF para establecer la localización

del máximo impulso sobre el abdomen materno (v. ejemplo).

Es característico que el MF sea notado por la madre entre las semanas 16 y 20 de la gestación.

La valoración materna del MF se emplea como indicador del bienestar fetal. Instruya a la madre

para que anote las pautas de movimiento durante un período de tiempo preestablecido. Si la pauta

registra una disminución o si los movimientos cesan, la mujer debe comunicarlo al médico de

inmediato. Una de las técnicas más empleadas es el método de Cardiff de contar hasta 10, en el

que la madre contabiliza 10 movimientos y cuenta el tiempo a lo largo del cual se produce cada

uno. No existen criterios unánimemente aceptados en lo que respecta a los MF, aunque las pautas

estándar oscilan entre 10 movimientos en 1h y 10 movimientos en 12h. Si se cuentan menos de

10 movimientos en 12h, la mujer debe ponerlo en conocimiento del médico. Cuando no se emplea

ninguna técnica de control, el recuento de tres MF o menos en 2h durante 2 días consecutivos,

con la mujer en reposo echada sobre el costado, hace necesaria una evaluación más detallada del

bienestar fetal. En caso de que no se identifique riesgo de insuficiencia uteroplacentaria, puede

pedirse a la mujer que comience a registrar los MF entre las semanas 34 y 36 de la gestación. Si

hay factores de riesgo, la valoración ha de comenzar en la semana 28.

Posición fetal

En la última mitad del tercer trimestre se puede proceder a la valoración de la posición fetal

mediante los cuatro pasos de las maniobras de Leopold (fig. 18-33). Tras colocar a la mujer en

decúbito supino con la cabeza ligeramente elevada y las rodillas levemente flexionadas, disponga

una toalla pequeña bajo su cadera derecha. Si es usted es diestro, sitúese a la derecha de la mujer,

frente a ella, y realice los tres primeros pasos de las maniobras. A continuación, oriente sus manos

hacia los pies de la mujer para abordar el último paso. Las maniobras se realizan de la forma

siguiente:

1. Coloque la mano sobre el fondo e identifique la parte fetal (v. fig. 18-33, A). La cabeza se percibe

redonda, firme y con movimiento libre, y es detectable por peloteo. Las nalgas se perciben más

blandas y menos móviles y regulares.

2. Con la superficie palmar de la mano, localice la espalda del feto aplicando una presión suave

pero profunda (v. fig. 18-33, B). La espalda se percibe lisa y convexa, mientras que las partes

pequeñas (pies, manos, rodillas y codos) se notan de forma más irregular.

3. Con la mano derecha (si usted es diestro) o con la izquierda (si es zurdo), y utilizando el pulgar

y el anular, sujete suavemente la parte de presentación sobre la sínfisis del pubis (v. fig. 18-33, C).

La cabeza se percibe firme y, si no está encajada, se desplaza fácilmente de lado a lado y hacia

arriba. En caso de presentación de nalgas, estas se perciben más blandas. Si la parte de presentación no está encajada, se utiliza el cuarto paso.

4. Gírese en dirección a los pies de la mujer y utilice las dos manos para notar el contorno de la

cabeza fetal (v. fig. 18-33, D). Si hay presentación de cabeza y esta se sitúa a una profundidad

suficiente en la pelvis, sólo se notará una pequeña porción de la misma. La palpación de la

prominencia cefálica (la parte del feto que impide la penetración de la mano del explorador) en

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CIÓN Y HALLAZGOS

576 Capítulo 18 Genitales femeninos

el mismo lado que las partes pequeñas indica que la cabeza está flexionada y que hay presentación de vértice. Esta es la posición óptima. La palpación de la prominencia cefálica en el mismo

lado que la de la espalda indica que la parte de presentación es más extensa.

Al registrar la información recabada de la palpación abdominal, incluya la parte de presentación (es decir, vértice si es de cabeza o nalgas si es podálica), la colocación (relación entre el eje

largo del feto y el de la madre), sea esta longitudinal, transversal (perpendicular) u oblicua, y la

actitud de la cabeza fetal si esta es la parte de presentación (flexionada o extendida). Con experiencia es posible llegar a estimar también el peso del feto. Una ecografía permite confirmar la

posición.

Los gemelos constituyen una variación, a menudo sospechada en presencia de dos tonos cardíacos fetales o a la palpación abdominal, cuando se detecta un segundo conjunto de partes fetales.

El diagnóstico es ecográfico. La técnica de palpación abdominal en el embarazo gemelar se ilustra

en la figura 18-34.

La FCF también puede emplearse para estimar la posición del feto. Las áreas de FCF de máxima

intensidad y la posición del feto se ilustran en la figura 18-35.

Estación

La estación es la relación entre la parte de presentación y las espinas isquiáticas de la pelvis de la

madre. La exploración vaginal y la palpación se llevan a cabo durante el trabajo de parto para

valorar el descenso de la parte de presentación. La medida se determina en centímetros, por

encima y por debajo de las espinas isquiáticas, y se registra con signos de más y menos (fig. 18-36).

Por ejemplo, la estación a 1 cm por debajo de las espinas se consigna como +1, a la altura de las

espinas como 0, y 1 cm por encima de las espinas como -1. Anote (en centímetros) los hallazgos

de la exploración cervical de rutina en lo que respecta a dilatación, longitud cervical y estación,

por ese orden.

Figura 18-33

Maniobras de Leopold.

A. Primera maniobra. Coloque la

mano (o manos) sobre el fondo

uterino e identifique la parte fetal.

B. Segunda maniobra. Use la

superficie palmar de una mano

para localizar la espalda del feto.

Utilice la otra mano para percibir

irregularidades, como en las

manos o los pies. C. Tercera

maniobra. Utilice el pulgar y el

dedo medio para palpar la parte de

presentación sobre la sínfisis del

pubis. D. Cuarta maniobra.

Utilice ambas manos para seguir

el contorno del cráneo del feto.

Cuando la cabeza está encajada

en la pelvis, sólo se percibe una

pequeña proporción de la misma.

EXPLORACIÓN Y HALLAZGOS

Capítulo 18 Genitales femeninos 577

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Fi

gura 18-34

Palpación abdominal en

el embarazo gemelar.

Fi

gura 18-35

Áreas de máxima intensidad de

frecuencia cardíaca fetal (FCF)

para distintas posiciones:

AMI, anterior mentoniana izquierda;

AMD, anterior mentoniana derecha;

ASD, anterior sacar derecha;

ASI, anterior sacra izquierda;

OAD, occipitoanterior derecha;

OAI, occipitoanterior izquierda;

OPD, occipitoposterior derecha;

OPI, occipitoposterior izquierda. A. La presentación es de nalgas si

la FCF se ausculta por encima del

ombligo. B. La presentación es de

cabeza si se ausculta por debajo

del ombligo. (Tomado de

Lowdermilk et al., 1997.)

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CIÓN Y HALLAZGOS

578 Capítulo 18 Genitales femeninos

Contracciones

Las contracciones uterinas, que pueden comenzar a partir del tercer mes de gestación, se denominan contracciones de Braxton Hicks. Pueden pasar desapercibidas para la mujer, aunque, en

ocasiones, son dolorosas, en especial a medida que el embarazo avanza y la gravidez aumenta. Un

número superior a cuatro o seis contracciones uterinas por hora antes de las 37 semanas de gestación requiere evaluación.

Las contracciones uterinas pueden valorarse mediante palpación abdominal, aunque son más

precisos los equipos de monitorización electrónica, bien indirectamente, a través de la pared

abdominal, o bien directamente mediante implantación de un catéter de presión intrauterina.

Cuando no se dispone de equipo, la valoración por palpación abdominal resulta útil para determinar el inicio del trabajo de parto, sea pretérmino o a término. Es necesaria experiencia para

establecer la diferencia entre las contracciones leves, moderadas o intensas. Coloque las puntas de

los dedos sobre el abdomen, de modo que pueda detectar la contracción y la relajación del útero,

manteniéndolos en esta posición durante toda la contracción, comprendido el período de

relajación.

La intensidad de la contracción se clasifica en los siguientes términos:

Leve: fondo ligeramente tenso fácil de marcar con las puntas de los dedos

Moderada: fondo firme difícil de marcar con las puntas de los dedos

Intensa: fondo a modo de tabla, rígido o duro y que no se puede marcar con las puntas de los

dedos

La duración de la contracción se mide en segundos, desde el comienzo hasta que se produce

la relajación. La frecuencia de las contracciones se cuantifica desde el inicio de una contracción al

de la siguiente. En dicha frecuencia se valora la regularidad (a intervalos, p. ej., de 5min o con

periodicidad irregular o esporádica). El grado de molestia inducido por las contracciones varía

en cada mujer según sus condiciones fisiológicas, experiencias previas, influencias culturales,

expectativas, educación sobre cuestiones prenatales, apoyo y otros factores. Su percepción de los

episodios no debe ser infravalorada en función de referencias fisiológicas o subjetivas.

Posición de la cabeza fetal

La posición de la cabeza fetal puede determinarse mediante exploración vaginal una vez iniciada

la dilatación. Introduzca los dedos anteriormente en la cara posterior de la vagina y, a continuación, desplácelos hacia arriba sobre la cabeza del feto al tiempo que los gira, localizando la sutura

sagital con las fontanelas posterior y anterior en cada extremo (fig. 18-37, A). La posición de las

fontanelas queda determinada mediante la exploración de la cara anterior de la sutura sagital, con

posterior movimiento circular para pasar a lo largo del lado de la cabeza, hasta que se percibe y

se diferencia la otra fontanela (fig. 18-37, B). La posición de la cara y de las nalgas es más fácil

de determinar, porque las diferentes partes son más perceptibles.

Figura 18-36

Estaciones de la parte de

presentación (grado de descenso).

La silueta representa la cabeza del

feto en estación 0. (Por cortesía de

Ross Products Division, Abbott

Laboratories Inc., Columbus, OH.

From Lowdermilk and Perry, 2007.)

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CIÓN Y HALLAZGOS

Capítulo 18 Genitales femeninos 579

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Resúmenes de

exploración en

formato audio

Puede encontrar una revisión

de los pasos necesarios para llevar a

cabo una exploración física de los

genitales femeninos en

http://evolve.elsevier.com/Seidel, en

formato PDF imprimible u otros

formatos descargables.

Otros cambios asociados al embarazo

El útero puede aumentar su anteflexión durante los primeros 3 meses, debido al ablandamiento

del istmo. En consecuencia, el fondo presiona la vejiga urinaria, lo que provoca un incremento de

la frecuencia urinaria de la mujer.

Durante el embarazo se producen, además, frecuentes varicosidades vulvares, que se extienden

al área rectal. La presión del útero gestante y, posiblemente, ciertos factores hereditarios contribuyen a la formación de dichas varicosidades.

Los cambios mamarios y cutáneos que se registran durante el embarazo se tratan en los

capítulos 8 y 16.

ADULTAS MAYORES

En las mujeres de edad avanzada siempre se está expuesto a la tentación de diferir la exploración,

precisamente por su edad y, muchas veces, ello no resulta lo más apropiado. La técnica de exploración para las adultas mayores es la misma que la de las que están en edad gestacional, con

pequeñas modificaciones que favorecen la comodidad. Las mujeres mayores pueden requerir más

tiempo y ayuda para adoptar la posición de litotomía. En ocasiones, es necesaria la intervención

de otra persona que ayude a sujetar las piernas, que se cansan fácilmente cuando las caderas se

mantienen en abducción durante un tiempo prolongado. Las pacientes con ortopnea han

de mantener la cabeza y el tórax elevados durante la exploración. Es probable que deba usar un

espéculo pequeño, dependiendo del grado de contracción del introito propio del envejecimiento.

Observe que los labios aparecen planos y reducidos, en correspondencia con la pérdida de grasa

subcutánea que se registra en otras partes del cuerpo. La piel es más seca y lustrosa que la de las

mujeres adultas más jóvenes y el vello púbico, de color gris, puede estar disperso. El clítoris es

menor que el de las mujeres de menor edad.

El meato urinario puede aparecer como una abertura o hendidura irregular. En ocasiones se

localiza en posición posterior, cerca del orificio vaginal o dentro del mismo, debido a la relajación

de la musculatura perineal.

A veces, el orificio vaginal está contraído y en él sólo se puede introducir un dedo. En algunas

mujeres multíparas de edad avanzada el introito queda abierto, con las paredes rotadas en dirección a la abertura.

La vagina es más estrecha y corta, y es posible que no haya arrugas. El cuello uterino es más

corto y pálido que en mujeres más jóvenes, y los fondos de saco circundantes pueden estar ausentes

o reducidos. El cuello parece menos móvil si protruye menos en el canal vaginal. El orificio es más

pequeño, pero todavía se puede palpar.

El útero disminuye de tamaño y en ocasiones no es palpable, y los ovarios lo son muy rara vez,

debido a la atrofia. Los ovarios palpables han de levantar sospechas de posible tumor, en cuyo

caso es necesario proceder a un estudio más detallado, por ejemplo, ecográfico.

El tabique rectovaginal se percibe fino, liso y flexible. El tono del esfínter anal puede estar algo

disminuido. Dado que la musculatura pélvica se relaja, se han de controlar especialmente la posible

incontinencia por tensión y el prolapso de las paredes vaginales o el útero.

Figura 18-37

A. Localización de la sutura sagital en la exploración vaginal. B. Diferenciación de las fontanelas en la

exploración vaginal.

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CIÓN Y HALLAZGOS

580 Capítulo 18 Genitales femeninos

Como en las mujeres más jóvenes, en la inspección y la palpación se han de buscar signos de

inflamación (las mujeres de edad avanzada son especialmente sensibles a la vaginitis atrófica),

infección, traumatismo, sensibilidad dolorosa, masas, nódulos, agrandamiento irregularidades y

cambios de consistencia.

MUJERES CON DISCAPACIDADES

Preparación

Tanto el médico como la mujer discapacitada pueden adoptar diversas medidas que hagan más

cómoda la exploración pélvica. Para consultar los abordajes generales destinados a los pacientes

discapacitados, véase el capítulo 3.

Posiciones alternativas para la exploración pélvica

Son posibles diversas alternativas en lo que respecta a las posiciones para la exploración pélvica.

La propia paciente es quien mejor puede saber cuál es la posición que más se adapta a ella o cómo

servirse de la ayuda de los auxiliares del modo más eficaz. Este tipo de decisiones han de ser

tomadas conjuntamente por el médico y la paciente.

El auxiliar y el médico deben contribuir a que la exploración sea lo más cómoda posible. Por

ejemplo, el auxiliar puede ayudar a la mujer a situarse sobre la mesa de exploración. Además del

médico, durante toda la exploración es necesario que intervenga, al menos, un auxiliar. Las funciones auxiliares pueden ser desarrolladas por un miembro del personal sanitario o por la persona

que acompaña a la mujer.

Muchas mujeres con discapacidad física no adoptan fácilmente la posición tradicional de la

exploración (litotomía). Debido a su discapacidad, las pacientes en ocasiones experimentan una

o más alteraciones, como rigidez articular, dolor, parálisis o falta de control muscular, que obligan

a utilizar una posición alternativa.

Asimismo, a veces las mujeres sin discapacidades presentan estas alteraciones, por lo que

requieren igualmente una posición alternativa, mientras que ciertas pacientes discapacitadas prefieren la posición tradicional de la exploración pélvica.

Posición genupectoral. En la posición genupectoral, la mujer se tumba sobre un costado

con las rodillas dobladas, con la pierna superior más próxima al tórax (fig. 18-38). Una variante

de esta posición permite a la mujer tumbarse con la pierna inferior estirada y la superior doblada

sobre el tórax. El espéculo puede insertarse con el mango orientado en dirección al abdomen o a

la espalda. Dado que la paciente está apoyada sobre un costado, el médico debe asegurarse de que

la angulación del espéculo se orienta a la parte baja de la espalda de la mujer y no hacia arriba,

en dirección a su cabeza. Una vez retirado el espéculo, la paciente se podrá girar para apoyarse

sobre la espalda.

El auxiliar puede prestar apoyo a la mujer mientras está sobre la mesa de exploración, ayudándola a estirar la pierna inferior, si ella prefiere esta variante, o a girarse sobre la espalda para

proceder a la exploración bimanual. Si la paciente no puede abrir las piernas, el auxiliar la ayudará

a elevar una de ellas.

Figura 18-38

Posición genupectoral.

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CIÓN Y HALLAZGOS

Capítulo 18 Genitales femeninos 581

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La posición genupectoral no requiere el uso de estribos. Es particularmente útil para casos en

los que la mujer se siente más cómoda y equilibrada apoyándose sobre un costado.

Posición en rombo. En la posición en rombo, la mujer se apoya sobre la espalda con las

rodillas dobladas, de forma que ambas piernas queden separadas, y los talones, unidos a los pies

de la mesa de exploración (fig. 18-39). El espéculo debe introducirse con el mango orientado hacia

arriba. La exploración bimanual puede realizarse con facilidad desde un lado o desde los pies de

la mesa.

El auxiliar se encarga de ayudar a la mujer a sujetarse sobre la mesa y a mantener los pies unidos

y alineados con la columna vertebral. Algunas pacientes se encuentran más cómodas haciendo

que el auxiliar las ayude a elevar los muslos o usando almohadas para ello, o bien con una

almohada colocada en la región lumbar.

La posición en rombo no requiere el uso de estribos. La mujer debe poderse apoyar tumbada

sobre la espalda para adoptar esta postura, que también puede utilizarse en niñas.

Posición de estribos obstétricos. En la posición de estribos obstétricos, la mujer se

apoya sobre la espalda cerca de los pies de la mesa de exploración con las piernas sujetas bajo las

rodillas por estribos obstétricos (fig. 18-40). El espéculo puede insertarse con el mango hacia abajo.

La exploración bimanual se realiza desde los pies de la mesa.

La paciente suele requerir ayuda para colocar las piernas sobre los estribos, que conviene que estén

acolchados para favorecer la comodidad y reducir la irritación. También es aconsejable que cada

estribo cuente con una banda para asegurar la posición de las piernas, si la paciente así lo desea.

Los estribos obstétricos ofrecen mucha más firmeza que los tradicionales estribos de pie. Esta

postura hace que las mujeres que tienen dificultades para utilizar los estribos de pie adopten

la postura tradicional para proceder a la exploración pélvica.

Posición en M. En la posición en M, la mujer se apoya sobre la espalda, con las rodillas

dobladas y separadas, y las plantas de los pies apoyadas sobre la parte inferior de la mesa, cercanas

a las nalgas (fig. 18-41). El espéculo debe insertarse con el mango hacia arriba. La exploración

bimanual se realiza desde los pies de la mesa.

Figura 18-39

Posición en rombo.

Figura 18-40

Posición de estribos obstétricos.

Figura 18-41

Posición en M.

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CIÓN Y HALLAZGOS

582 Capítulo 18 Genitales femeninos

Si la mujer nota que sus pies no están completamente estables sobre la mesa de exploración,

un auxiliar puede sujetar sus pies o sus rodillas. Cuando una paciente tiene amputada una pierna,

el auxiliar puede sostener el muñón para simular esta posición.

La posición en M no requiere el uso de estribos. Permite a la paciente estar con todo el cuerpo

sobre la mesa.

Posición en V. En la posición en V, la mujer se apoya sobre la espalda con las piernas estiradas

y abiertas a los lados de la mesa (fig. 18-42). Si puede colocar una pierna en un estribo, una variante

de esta posición consiste en que una de las piernas esté estirada y el pie de la otra se eleve sobre

dicho estribo. El espéculo se introduce con el mango orientado hacia arriba y la exploración

bimanual se realiza desde el costado o desde los pies de la mesa.

Son necesarios al menos uno o, si es posible, dos auxiliares para que la mujer mantenga esta

posición. Los auxiliares deben sujetar las dos piernas de la paciente por la rodilla y el tobillo. La

comodidad puede favorecerse manteniendo las piernas de la mujer ligeramente elevadas o con

una almohada bajo la región lumbar o coccígea.

La posición en V no requiere el uso de estribos. Para adoptarla, la paciente debe estar en

condiciones de tumbarse cómodamente sobre la espalda.

Mujeres con deterioro sensorial

Una mujer con deterioro visual o auditivo preferirá probablemente adoptar una posición de

estribos de pie para someterse a la exploración pélvica (figs. 18-43 y 18-44). Antes de proceder a

la misma, pregúntele a la paciente si desea examinar el espéculo, las torundas y los instrumentos

Figura 18-42

Posición en V.

Figura 18-43

Colocación de una paciente con deterioro de la visión.

Figura 18-44

Colocación de una paciente con deterioro de la audición.

ANO

MALÍAS

Capítulo 18 Genitales femeninos 583

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.

que vayan a emplearse. Si dispone de modelos genitales tridimensionales muéstrelos para familiarizar a la mujer con el proceso de exploración. En mujeres con disfunción auditiva, es posible

elevar el cabecero de la mesa, de modo que puedan ver al médico y/o al intérprete de signos. El

paño que se utiliza para cubrir el cuerpo de la mujer por debajo de la cintura debe retirarse o

mantenerse entre sus piernas.

INFORMACIÓN CLÍNICA

Embarazo ectópico

Desgraciadamente, muchas

veces el embarazo ectópico

no se diagnostica antes

de su rotura, ya que sus

síntomas pueden ser leves.

Un indicio importante es el

cambio repentino y brusco

de dolor abdominal leve e

indefinido, que no constituye

una molestia especialmente

significativa, a sensibilidad

dolorosa súbita e intensa en el

área hipogástrica, sobre todo

en un costado. La rigidez y el

rebote pueden ser precoces

o tardíos. Cuando una mujer

presenta dolor abdominal

vago, debe obtenerse

información sobre sus

antecedentes de contactos

sexuales y menstruación,

y realizar una exploración

pélvica, sin menospreciar la

sensibilidad dolorosa leve que

pueda producirse. Considere

llevar a cabo una evaluación

radiológica detallada para

intentar, al menos, anticiparse

a la urgencia de una posible

rotura.

ANOMALÍAS

SÍNDROME PREMENSTRUAL

Conjunto de síntomas físicos, psicológicos y relacionados con el estado de ánimo, vinculados al ciclo menstrual de la mujer

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Etiología poco clara; entre las posibles

causas se cuentan factores hormonales

y respuestas a ellos

Suele comenzar al final de la tercera

década de la vida de la mujer, y su

incidencia y gravedad aumentan a medida

que se aproxima la menopausia

Entre los síntomas se encuentran

inflamación y sensibilidad dolorosa en las

mamas, acné, plenitud abdominal y

ganancia de peso, cefalea o dolor articular,

ansia por la comida, irritabilidad, dificultad

de concentración, cambios de estado de

ánimo, episodios de llanto y depresión

Los síntomas se presentan de 5 a 7 días

antes de la menstruación (fase lútea) y

remiten al comenzar ésta

Ninguno

El diagnóstico se basa en los síntomas

y en la relación temporal con el ciclo

menstrual

Muestra de documentación

Antecedentes y exploración física

SUBJETIVA

Mujer de 45 años de edad que ha presentado secreción y prurito vaginales a lo largo de la

última semana. Anteriormente ha padecido varias infecciones por levaduras. Sin antecedentes

de infecciones de transmisión sexual. Completó un tratamiento con amoxicilina hace 2 días. El

último período menstrual fue hace 2 semanas. Sexualmente activa, con una sola pareja,

mutuamente monógamos. Hemorragias vaginales no inhabituales. No se aplica lavados vaginales.

OBJETIVA

Exterior: distribución del vello femenina; sin masas, lesiones o inflamación. Meato uretral intacto

sin eritema ni secreción. Periné intacto con cicatriz de episiotomía cerrada; sin lesiones.

Interior: mucosa vaginal rosada y húmeda, con arrugas. Olores no infrecuentes. Secreción

profusa, densa, blanquecina y grumosa. Cuello uterino rosado con línea media hendida

horizontal; sin lesiones ni secreción.

Bimanual: cuello liso, firme y móvil. Sin sensibilidad dolorosa al movimiento cervical. Útero

anteverso en línea media, firme, terso, no sensible y no agrandado. Ovarios no palpables. Sin

sensibilidad dolorosa de los anejos.

Rectovaginal: tabique intacto; tono esfinteriano intacto; anillo anal terso e intacto. Sin masas

ni sensibilidad dolorosa.

Para una muestra de documentación adicional, véase el capítulo 26.

ANO

MALÍAS

584 Capítulo 18 Genitales femeninos

INFERTILIDAD

Incapacidad para concebir durante un período de 1 año de relaciones sexuales sin métodos anticonceptivos

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Numerosas causas entre las que se

cuentan trastornos masculinos y

femeninos

Factores contribuyentes en la mujer son

anomalías vaginales, cervicales, uterinas, de

las trompas de Falopio y de los ovarios

La infertilidad masculina puede deberse a

espermatozoides insuficientes, sin

motilidad o inmaduros; obstrucción de los

conductos espermáticos y factores

relacionados con el transporte del las

células espermáticas

Factores que influyen tanto en hombres

como en mujeres son estrés, nutrición,

exposición a sustancias químicas,

anomalías cromosómicas, ciertos procesos

patológicos, problemas sexuales y de

relación, y trastornos hematológicos e

inmunológicos

Intentos fracasados de quedarse

embarazada

Varían en función de la causa subyacente

A menudo sin hallazgos en la exploración

física

ENDOMETRIOSIS

Presencia y crecimiento de tejido endometrial fuera del útero (figs. 18-45 y 18-46)

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Patogenia no definitiva

Se cree que se debe a flujo retrógrado

de tejido menstrual desde las trompas de

Falopio durante la menstruación

Dolor pélvico, dismenorrea y flujo

menstrual intenso o prolongado

Sin hallazgos

En la exploración bimanual pueden

palparse nódulos sensibles a lo largo de

los ligamentos uterosacros

Diagnóstico confirmado por laparoscopia

Figura 18-45

Endometriosis superficial del

ectocérvix, similar a los quistes

de Naboth hemorrágicos. (Tomado de

Gardner, 1962.)

Figura 18-46

Localizaciones frecuentes de la

endometriosis. (Tomado de

Stenchever et al., 2001.)

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Capítulo 18 Genitales femeninos 585

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Lesiones Por Infecciones De Transmisión Sexual

CONDILOMA ACUMINADO (VERRUGAS GENITALES)

Lesiones verrugosas debidas a ITS por VPH

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

El VPH invade la capa basal de la

epidermis; penetra a través de la piel

y produce microabrasiones

La fase vírica latente comienza sin signos

ni síntomas y puede prolongarse desde

1 mes a varios años

Después de la fase de latencia, se

producen ADN vírico, cápsides y

partículas; las células huésped se infectan

y desarrollan las características lesiones

cutáneas

Lesiones verrugosas, blandas e indoloras

Antecedentes de contactos sexuales

Crecimientos blandos y aislados de color

carne, blanquecinos, rojizos o pardos en

los labios, el vestíbulo o el área perianal

(fig. 18-47)

Las lesiones pueden aparecer aisladas o en

conjuntos y, en ocasiones, se agrandan

constituyendo masas en forma de coliflor

MOLUSCO CONTAGIOSO

Infección vírica de la piel y las membranas mucosas; es considerada ITS en adultos, a diferencia de la infección de transmisión no

sexual que se da en niños pequeños (fig. 18-48)

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Causado por un poxvirus que penetra en

la piel a través de las pequeñas

discontinuidades de los folículos pilosos

Se disemina por contacto entre personas

y con objetos contaminados

Las lesiones genitales se transmiten

sexualmente

El período de incubación dura de 2 a

7 semanas

Lesiones indoloras en el área genital

Personas sexualmente activas

Pápulas cupuliformes blanquecinas o de

color carne, redondeadas y ovales

La superficie presenta una umbilicación

central característica que puede

comprimirse, extrayendo un núcleo

pastoso

Las lesiones duran de meses a años

El diagnóstico suele basarse en el aspecto

clínico de las lesiones

La exploración microscópica directa del

material teñido pone de manifiesto los

característicos cuerpos de molusco en las

células epiteliales

Figura 18-47

Condiloma acuminado. (Tomado de

Morse et al., 2003.)

Figura 18-48

Molusco contagioso en un caso desarrollado en torno

a los ojos. (Por cortesía de Walter Tunnesen, MD, Chapel

Hill, NC.)

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586 Capítulo 18 Genitales femeninos

CHANCRO SIFILÍTICO

Lesión cutánea asociada a sífilis primaria

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

ITS causada por la bacteria Treponema

pallidum

Trasmitido por contacto directo con

una úlcera sifilítica

La lesión sifilítica primaria suele

producirse 2 semanas después de la

exposición

El chancro perdura entre 3 y 6 semanas,

y sana sin tratamiento

Con frecuencia no se perciben lesiones,

que pueden ser internas (fig. 18-49)

Úlcera genital indolora

Persona sexualmente activa

Lesión solitaria; úlcera firme, redondeada,

pequeña e indolora

La lesión presenta bordes indurados con

base transparente

En el rascado de la úlcera examinado al

microscopio pueden aparecer espiroquetas

CONDILOMA PLANO

Lesión de sífilis secundaria

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

ITS causada por la bacteria T. pallidum

Aparece de 6 a 12 semanas después de la

infección

Lesión genital solitaria cicatrizada

Persona sexualmente activa

Pápulas planas, redondeadas u ovales,

cubiertas por exudado gris (fig. 18-50)

Figura 18-49

Chancro sifilítico primario en la vagina.

Figura 18-50

Condiloma plano. (Tomado de

Lemmi and Lemmi, 2000.)

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Capítulo 18 Genitales femeninos 587

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HERPES GENITAL

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Causado generalmente por el virus herpes

simple de tipo 2 (VHS-2)

La mayoría de los casos de transmisión de

VHS se producen cuando los individuos

diseminan virus en ausencia de síntomas

Lesiones dolorosas en el área genital

Antecedentes de contactos sexuales

Se puede referir ardor o dolor en la

micción

Vesículas superficiales en el área genital;

internas o externas (figs. 18-51 y 18-52);

pueden estar erosionadas

La infección inicial es a menudo extensa,

mientras que la recurrente suele quedar

confinada a un pequeño parche localizado

en la vulva, el periné, la vagina o el cuello

uterino

Vulva y Vagina

INFLAMACIÓN DE LAS GLÁNDULAS DE BARTHOLIN

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Habitualmente, aunque no siempre,

causada por Neisseria gonorrhoeae

Puede ser aguda o crónica

Dolor e inflamación en la ingle ◆ Inflamación caliente, enrojecida, sensible y

fluctuante de las glándulas de Bartolino,

que puede drenar pus (fig. 18-53)

La inflamación crónica da lugar a un quiste

no sensible en el labio

Figura 18-51

Lesiones herpéticas. Erosiones dispersas

cubiertas de exudado. (Tomado de Habif,

2004.)

Figura 18-52

Cervicitis herpética. Eritema, exudado

purulento y erosiones presentes en el

cuello uterino. (Tomado de Morse et al.,

2003.)

Figura 18-53

Inflamación de las glándulas de Bartolino.

(Tomado de Kaufman and Faro, 1994.)

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588 Capítulo 18 Genitales femeninos

CARCINOMA VAGINAL

Clasificado en función del tipo de tejido a partir del cual se desarrolla el cáncer: epidermoide, adenocarcinoma, melanoma y

sarcoma

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

El carcinoma epidermoide se inicia en el

revestimiento epitelial de la vagina; puede

ser causado por VPH; se desarrolla a lo

largo de un período de varios años desde

un conjunto de cambios precancerosos

denominados neoplasia intraepitelial

vaginal (NIVa)

El adenocarcinoma comienza en el tejido

glandular

El melanoma maligno se desarrolla partir

de células productoras de pigmento

llamadas melanocitos

Los sarcomas se forman en las capas

profundas de la pared de la vagina, no en

su epitelio superficial

Hemorragia vaginal anómala

Micción difícil o dolorosa

Dolor durante el coito

Dolor en la parte dorsal de la región

pélvica o las piernas

Edema en las piernas

Entre los factores de riesgo se cuenta el

hecho de que la madre fuera tratada con

DES durante el embarazo

Secreción, lesiones y masas vaginales

El melanoma tiende a afectar las

porciones inferior o externa de la vagina

Los tumores son muy variables en tamaño,

color y patrón de crecimiento

El diagnóstico se basa en la biopsia tisular

CARCINOMA VULVAR

Clasificado en función del tipo de tejido a partir del cual se desarrolla el cáncer: epidermoide, adenocarcinoma, melanoma y

basocelular

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

El carcinoma epidermoide se forma a

partir de las células epiteliales; es el tipo

más común de cáncer

El adenocarcinoma se inicia en las células

de Bartolino o en las glándulas

sudoríparas vulgares, y es causante de un

porcentaje menor de los cánceres de

vulva

El melanoma es responsable del 2-4% de

los casos de cáncer vulvar; las mujeres

con melanoma en otras partes del cuerpo

presentan mayor riesgo de padecer

melanoma vulvar

El carcinoma basocelular, frecuente en

áreas expuestas al sol, es una forma

infrecuente de cáncer vulvar

Bulto o crecimiento dentro de la vulva o

sobre ella, o parche de piel vulvar de

textura o color diferenciados

Úlcera que persiste durante más de 1 mes

Sangrado en el área vulvar

Cambio de aspecto de un lunar

preexistente (específico del melanoma

vulvar)

Prurito, dolor o quemazón persistentes en

la región vulvar

Micción dolorosa

Carcinoma epidermoide: lesión ulcerada o

elevada en la vulva; suele localizarse en los

labios (fig. 18-54, A)

Adenocarcinoma: lesión ulcerada o

elevada generalmente situada a los lados

del orificio vaginal

Melanoma: lesión oscura que suele

aparecer en el clítoris o los labios

menores

Basocelular: lesión ulcerada (fig. 18-54, B)

El diagnóstico se fundamenta en la biopsia

tisular

Figura 18-54

A. Carcinoma epidermoide ulcerativo de la vulva. B. Carcinoma basocelular de la vulva. (Tomado de

Symonds and Macpherson, 1994.)

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Capítulo 18 Genitales femeninos 589

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INFECCIONES VAGINALES

Las infecciones vaginales a menudo producen secreción (figs. 18-55 y 18-56); véase el cuadro «Diagnóstico diferencial» en la página 590.

Figura 18-55

Tricomoniasis. La mucosa vaginal mucosa aparece inflamada y a menudo moteada con lesiones

petequiales. En adolescentes, las hemorragias petequiales también pueden afectar al cuello uterino, dado

lugar al denominado cuello en fresa. (Tomado de Zitelli and Davis, 2007.)

Figura 18-56

Diferenciación microscópica de las infecciones vaginales. A. Vaginosis bacteriana: «células clave».

B. Vulvovaginitis por cándidas: «hifas en gemación ramificadas» C. Tricomoniasis: tricomonas móviles.

(Tomado de Zitelli and Davis, 2007.)

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590 Capítulo 18 Genitales femeninos

Diagnóstico diferencial

Secreciones e infecciones vaginales

Alteración Antecedentes Hallazgos físicos Pruebas diagnósticas

Vaginitis

fisiológica

Aumento de la

secreción

Secreción líquida o

mucoide; pH < 4,5

Preparación en fresco:

hasta 3-5 leucocitos;

células epiteliales

Vaginosis

bacteriana

(Gardnerella

vaginalis)

En ocasiones, sin mal

olor, prurito ni edema

Otras, secreción

maloliente con olor a

«pescado»

Secreción homogénea,

clara, blanquecina o

gris; pH < 4,5

Prueba de olor de

KOH+; preparación en

fresco; células clave +

(v. fig. 18-56, A)

Vulvovaginitis

por Candida

albicans

Secreción pruriginosa;

prurito en labios, que

puede extenderse a los

muslos

Secreción grumosa

blanca; pH de 4-5; el

cuello uterino puede

aparecer enrojecido; en

ocasiones hay eritema

en periné y muslos

Preparación de KOH:

micelios; levaduras en

gemación o ramificadas,

seudohifas (v. fig. 18-56, B)

Tricomoniasis

(Trichomonas

vaginalis)

Secreción acuosa; olor

fétido; disuria y

dispareunia en

infecciones graves

Secreción profusa,

espumosa y verdosa;

pH 5-6,6; cuello friable

y rojizo con petequias

(cuello uterino en

«fresa») (v. fig. 18-55)

Preparación en fresco:

protozoos

redondeados o

en forma de pera,

móviles y con flagelos

«giratorios»

(v. fig. 18-56, C)

Gonorrea

(Neisseria

gonorrhoeae)

Pareja con ITS; a

menudo asintomática,

o con síntomas de EIP

Secreción purulenta del

cuello uterino;

inflamación de las

glándulas de Skene/

Bartolino; el cuello y la

vulva pueden estar

inflamados

Tinción de Gram,

cultivo, sonda de ADN

Clamidiosis

(Chlamydia

trachomatis)

Pareja con uretritis no

gonocócica, a menudo

asintomática; en

ocasiones se refieren

manchas de sangre tras

el coito o uretritis

± secreción purulenta; el

cuello uterino puede o

no estar enrojecido o

friable

Sonda de ADN

Vaginitis

atrófica

Dispareunia; sequedad

vaginal;

perimenopáusica o

posmenopáusica

Mucosa vaginal pálida y

fina; pH < 4,5

Preparación en fresco:

células epiteliales

plegadas y agrupadas

Vaginitis

alérgica

Geles de baño, jabones

u otros productos de

higiene nuevos

Olor fétido, eritema;

pH < 4,5

Preparación en fresco:

leucocitos

Cuerpo

extraño

Vulva enrojecida e

inflamada, secreción

vaginal, antecedentes

de uso de tampones,

preservativos

femeninos o diafragmas

Secreción sanguinolenta

o maloliente

Preparación en fresco:

leucocitos

EIP, enfermedad inflamatoria pélvica; ITS, infección de transmisión sexual; KOH, hidróxido potásico.

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Capítulo 18 Genitales femeninos 591

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Cuello Uterino

CARCINOMA CERVICAL

Clasificado en función del tipo de tejido a partir del cual se desarrolla el cáncer: epidermoide y adenocarcinoma; hay otros tipos,

poco frecuentes, de cáncer de cuello uterino

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Es característico que se origine a partir de

una lesión displásica o premaligna en la

unión escamocolumnar

Las lesiones evolucionan gradualmente a

través de etapas conocidas antes de que

se desarrolle una enfermedad invasiva

La transformación del carcinoma displásico

leve en invasivo suele producirse con

lentitud, a lo largo de varios años

Actualmente, el VPH es reconocido como

el principal agente causal en la

carcinogenia cervical a nivel molecular

Se dispone de una vacuna contra el VPH

Generalmente asintomático

Puede haber sangrado o manchado

inesperados

Con frecuencia no hay hallazgos en la

exploración física

Superficie granular dura en el orificio

cervical o sus proximidades

La lesión puede evolucionar hasta formar

un crecimiento en coliflor, irregular

extenso, que sangra con facilidad

(fig. 18-57)

Las lesiones iniciales son indistinguibles

de las inducidas por ectropión

Área ulcerada

Los cambios precoces precancerosos se

detectan mediante frotis de Pap, no por

exploración física

Figura 18-57

Las lesiones cancerosas del cuello de útero se localizan

predominantemente en torno al orificio externo. (Tomado

de Symonds and Macpherson, 1994.)

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592 Capítulo 18 Genitales femeninos

Útero

PROLAPSO UTERINO

Descenso o hernia de útero en la vagina o más allá de ella

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Es resultado del debilitamiento de las

estructuras del suelo pélvico y, a menudo,

concurre con cistocele y rectocele

El útero tiende a la retroversión

progresiva y desciende al canal vaginal

(fig. 18-58)

Sensación de pesadez pélvica y de caída

del útero

Protrusión de tejido desde la vagina

Pueden referirse pérdidas o incontinencia

urinaria, dificultad para defecar o dolor

lumbar

Prolapso de primer grado: el cuello

permanece en la vagina

Prolapso de segundo grado: el cuello se

sitúa en el orificio vaginal

Prolapso de tercer grado: el cuello y

la vagina protruyen más allá del orificio

vaginal (fig. 18-59)

Figura 18-58

Prolapso uterino. A. Posición esperada del útero. B. Prolapso de primer

grado. C. Prolapso de segundo grado. D. Prolapso completo.

Figura 18-59

Prolapso de tercer grado del

útero y las paredes vaginales.

(Tomado de Symonds and

Macpherson, 1994.)

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Capítulo 18 Genitales femeninos 593

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SANGRADO UTERINO

Las anomalías en el sangrado menstrual y el sangrado uterino inapropiado son problemas ginecológicos frecuentes (tabla 18-3). Los

siguientes términos asociados al sangrado menstrual pueden hallarse en el «Glosario»: amenorrea, hemorragia uterina disfuncional,

hipermenorrea, hipomenorrea, menorragia, metrorragia, oligomenorrea, sangrado posmenopáusico, polimenorrea y manchado.

MIOMAS (LEIOMIOMAS, FIBROIDES)

Tumores uterinos benignos frecuentes (fig. 18-60)

Tabla 18-3 Tipos de sangrado uterino y causas asociadas

Tipo Causas frecuentes

Manchado intermenstrual Fluctuación del estradiol intermenstrual asociada a ovulación

Menstruación retardada Anovulación o amenaza de aborto con sangrado excesivo

Sangrado frecuente EIP crónica, endometriosis, HUD, anovulación

Sangrado menstrual profuso Pólipos endometriales, HUD, adenomiosis, leiomiomas

hemorrágicos submucosos, DIU

Sangrado intermenstrual o

irregular

Pólipos endometriales, HUD, cáncer uterino o cervical,

anticonceptivos orales

Sangrado posmenopáusico Hiperplasia endometrial, tratamiento con estrógenos, cáncer de

endometrio

DIU, dispositivo intrauterino; EIP, enfermedad inflamatoria pélvica; HUD, hemorragia uterina disfuncional.

Modificado de Thompson et al., 1997.

Figura 18-60

Miomas en el útero (fibroides). A. Localización habitual de los miomas. B. Fibroides

uterinos múltiples. C. Fibroides uterinos múltiples con hipertrofia ovárica por

presencia de múltiples quistes. (B y C, tomados de Symonds and Macpherson, 1994.)

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594 Capítulo 18 Genitales femeninos

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Se forman a partir de una proliferación

de músculo liso y tejido conjuntivo en el

útero

Pueden ser aislados o múltiples, y varían

notablemente de tamaño

Los síntomas fibroides se relacionan con

el número, el tamaño y la localización de

los tumores; entre sus síntomas cabe citar

los siguientes:

Menstruación intensa

Calambres abdominales, habitualmente

durante la menstruación

Frecuencia, urgencia y/o incontinencia

urinaria por presión en la vejiga

Estreñimiento, defecación difícil o dolor

rectal por presión sobre el colon

Calambres abdominales por presión sobre

el intestino delgado

Molestias pélvicas y/o del abdomen

inferior generalizadas

Nódulos firmes e irregulares en el

contorno del útero en la exploración

bimanual

El útero puede estar agrandado

CARCINOMA ENDOMETRIAL

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Es más frecuente después de la

menopausia

Casi todos los cánceres endometriales

afectan a células glandulares halladas en el

revestimiento del útero; los factores más

conocidos de cáncer endometrial se

relacionan con el equilibrio corporal entre

estrógenos y progesterona

Las mujeres que toman tamoxifeno

presentan un mayor riesgo de presentarlo

El sangrado vaginal posmenopáusico es

una señal de alerta ante un posible cáncer

de endometrio

Ninguno; diagnosticado por biopsia

endometrial

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Capítulo 18 Genitales femeninos 595

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Anejos

QUISTES OVÁRICOS

Saculaciones llenas de líquido en un ovario (fig. 18-61)

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

El folículo experimenta tasas variables

de maduración y los quistes pueden

producirse por disfunción

hipotalámico-hipofisaria o por defectos

anatómicos congénitos en el sistema

reproductor

Pueden ser unilaterales o bilaterales

Pueden estar presentes desde el período

neonatal a la menopausia

La mayoría de los quistes ováricos

aparecen durante la lactancia o la

adolescencia, períodos hormonalmente

activos de desarrollo

La mayor parte de ellos son de naturaleza

funcional y remiten con un tratamiento

mínimo

Habitualmente las pacientes están

asintomáticas

El ocasiones se refiere dolor abdominal

agudo, intermitente, repentino e intenso

La aparición súbita de dolor puede ser

indicativa de rotura de un quiste

Puede palparse una masa pélvica

A veces se desarrolla sensibilidad dolorosa

al movimiento cervical

A menudo son un hallazgo accidental en

ecografías realizadas por otros motivos

CARCINOMA OVÁRICO

Clasificado en función de las células a partir de las cuales se desarrolla el cáncer: epitelial, estromal o de células germinales

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Tumores epiteliales: se desarrollan a partir

de una capa del epitelio germinal fuera del

ovario: son la forma más común de cáncer

de ovario

Los tumores estromales se desarrollan a

partir de células de tejido conjuntivo que

ayudan a formar las estructuras del ovario

y que producen hormonas

Los tumores de células germinales se

forman a partir de las células productoras

del óvulo; suelen aparecer en mujeres

jóvenes (incluidas las adolescentes)

A menudo, la paciente está inicialmente

asintomática

Debe sospecharse cáncer ovárico en las

mujeres mayores de 40 años con síntomas

gastrointestinales indeterminados de causa

desconocida, como molestias abdominales

y/o dolor, gas, indigestión, presión,

distensión, calambres o sensación de

plenitud, incluso después de una comida

ligera

Es posible que no haya hallazgos físicos

En la exploración bimanual, un ovario

agrandado o palpable en una mujer

posmenopáusica debe considerase

sospechoso de cáncer

Son necesarias pruebas posteriores

Figura 18-61

Quiste ovárico. (Fotografía tomada de Symonds and Macpherson, 1994.)

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596 Capítulo 18 Genitales femeninos

EMBARAZO TUBÁRICO (ECTÓPICO)

El embarazo ectópico se produce fuera del útero

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

La localización más común es una de las

trompas de Falopio, aunque puede haber

otras

El embarazo ectópico suele deberse a una

alteración que bloquea o desacelera el

movimiento de un óvulo fertilizado a

través de la trompa hacia el útero

Puede ser causado por bloqueo físico en

la trompa; la mayoría de ellos se deben a

la cicatrización producida por un

embarazo ectópico previo, a una infección

anterior de las trompas de Falopio, a una

EIP o a cirugía de las trompas

Sangrado vaginal anómalo

Dolor lumbar

Calambres leves en un costado de la

pelvis

Dolor en el abdomen inferior o el área

pélvica

Cuando el embarazo anómalo se rompe

y sangra, los síntomas pueden empeorar

Aturdimiento o síncope

Dolor percibido en la región del hombro

Dolor intenso, agudo y repentino en el

abdomen inferior

Intenso dolor pélvico a la palpación, con

sensibilidad y rigidez del abdomen inferior

Sensibilidad al movimiento cervical; una

masa aneja unilateral sensible puede

indicar la localización del embarazo

(fig. 18-62)

La taquicardia y la hipotensión son reflejo

de hemorragia por un embarazo tubárico

roto en la cavidad peritoneal, con posible

colapso cardiovascular inminente

El embarazo tubárico roto constituye una

urgencia quirúrgica

ENFERMEDAD INFLAMATORIA PÉLVICA

Infección del útero, las trompas de Falopio y otros órganos reproductores; complicación frecuente y grave de ciertas ITS (fig. 18-63)

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

A menudo causada por Neisseria

gonorrhoeae y Chlamydia trachomatis

Aguda o crónica

Los síntomas pueden ser leves o

inexistentes

Secreción vaginal inusual, a veces con olor

fétido

Entre los síntomas se cuentan coito y

micción dolorosos, sangrado menstrual

irregular y dolor en el abdomen superior

derecho

La EIP aguda induce sensibilidad dolorosa

intensa en áreas anejas bilaterales; la

paciente presenta defensa abdominal y no

suele tolerar la exploración bimanual

Los síntomas de EIP se centran en la

presencia de áreas anejas bilaterales

sensibles, irregulares y fijas

Figura 18-62

Embarazo tubárico roto.

Figura 18-63

Enfermedad inflamatoria pélvica. La fotografía muestra una fina lámina de adherencias que cubre las

trompas y el ovario, oculto bajo las trompas (Fotografía tomada de Symonds and Macpherson, 1994.)

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Capítulo 18 Genitales femeninos 597

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.

SALPINGITIS

Inflamación o infección de las trompas de Falopio, a menudo asociadas a EIP: puede ser aguda o crónica (fig. 18-64)

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

La mayoría de los casos de salpingitis

aguda se producen en dos etapas: la

primera es la adquisición de una infección

vaginal o cervical; la segunda, la ascensión

de la misma a las vías genitales superiores

Los organismos que más suelen estar

relacionados son N. gonorrhoeae y

C. trachomatis

Dolor en el cuadrante inferior, constante

y sordo o espasmódico; puede acentuarse

con el movimiento o la actividad sexual;

secreción vaginal concurrente; sangrado

vaginal anómalo, náuseas, vómitos y fiebre

Sensibilidad dolorosa al movimiento

cervical y/o sensibilidad de los anejos en

la exploración bimanual

Secreción cervical mucopurulenta

LACTANTES Y NIÑAS

GENITALES AMBIGUOS

Los genitales no permiten identificar si el neonato es niño o niña (fig. 18-65)

Figura 18-64

Salpingitis. La fotografía muestra una salpingitis aguda con adherencias. Se ha instilado colorante

en la trompa de Falopio muy inflamada, que aparece a la derecha. Las densas adherencias ocultan

el ovario. (Fotografía tomada de Morse et al., 2003.)

Figura 18-65

Genitales ambiguos. (Por cortesía de Patrick C.

Walsh, MD, The Johns Hopkins School of Medicine,

Baltimore.)

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598 Capítulo 18 Genitales femeninos

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

La presencia o ausencia de hormonas

masculinas regula la evolución de los

órganos sexuales durante el desarrollo

fetal. Los órganos genitales masculinos se

desarrollan por acción de las hormonas

masculinas segregadas por los testículos

del feto; en el femenino, sin los efectos de

las hormonas masculinas, se desarrollan

genitales femeninos

Una carencia de hormonas masculinas en

un feto genéticamente masculino induce

genitales ambiguos. En el feto femenino, la

presencia de hormonas masculinas

durante el desarrollo da lugar también a

genitales ambiguos

La mayoría de los casos se deben a

anomalías congénitas

Antecedentes familiares de:

Anomalías genitales

Hiperplasia suprarrenal congénita

conocida

Muertes no explicadas en la primera

fase de la lactancia

Infertilidad en pacientes próximos

Desarrollo anómalo durante la

pubertad

Genitales ambiguos en una lactante

genéticamente femenina:

Clítoris grande que tiene el aspecto de

un pequeño pene

El orificio uretral se sitúa en cualquier

localización a lo largo, por encima o

por debajo de la superficie del clítoris

Labios fusionados similares a un

escroto

Masa de tejido que se percibe en los

labios fusionados, adoptando el aspecto

de un escroto con testículos

Genitales ambiguos en un lactante

genéticamente masculino:

Pene pequeño similar a un clítoris grande

El orificio uretral se localiza en el

pene, por encima o por debajo de él, o

incluso en el periné, haciendo que el

lactante parezca de sexo femenino

Escroto pequeño con cierto grado de

separación, asemejándose a los labios

vaginales

Los testículos no descendidos con

frecuencia acompañan a los genitales

externos

HIDROCOLPOS

Distensión de la vagina producida por acumulación de líquido por obstrucción vaginal congénita

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Obstrucción habitualmente debida a

himen imperforado o, con menos

frecuencia, a tabique vaginal transverso

Ninguno ◆ Pequeña masa abdominal inferior en la

línea media, o pequeña masa quística entre

los labios

La alteración puede remitir

espontáneamente o requerir cirugía

La ecografía abdominal ayuda a establecer

el diagnóstico y muestra una masa

translúcida grande en la línea media, que

desplaza la vejiga hacia delante

VULVOVAGINITIS

Inflamación de los tejidos vulgares y vaginales

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Entre las posibles causas se cuentan

abusos sexuales; infecciones por

tricomonas, monilias o gonococos; infección

secundaria por cuerpo extraño;

infecciones inespecíficas por geles de

baño; irritación del pañal; uretritis y lesión

o infección por oxiuros

Una faringitis reciente puede inducir

vaginitis por Streptococcus ß-hemolítico del

grupo A (SBHGA)

En los meses previos a la menarquia a

menudo se produce secreción vaginal,

como respuesta fisiológica a los niveles

crecientes de estrógenos

Secreción vaginal

Molestias, dolor o prurito

Irritación vulvar

Ardor en la micción

En lactantes y niñas de corta edad, los

padres pueden referir manchas de

secreción en los pañales o en la ropa

interior, olor vaginal anómalo o

enrojecimiento de la vulva

Entre las causas se encuentran la limpieza

del ano de atrás hacia delante, el uso de

ropa interior ajustada de tejido sintético y

el empleo de posibles irritantes vaginales,

como ciertos geles de baño

Infección de las vías respiratorias superior

o faringitis recientes

Tejido vulvar caliente, eritematoso e

inflamado (fig. 18-66)

El prurito vaginal, en especial nocturno, es

indicativo de infección por oxiuros

Prurito, dolor sangrado y secreción vaginal.

La secreción sanguinolenta y de olor fétido

puede ser indicativa de presencia de

cuerpo extraño

Figura 18-66

Inflamación inespecífica característica de la

vulvovaginitis por irritantes químicos.

(Tomado de Zitelli and Davis, 2007.)

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Capítulo 18 Genitales femeninos 599

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MUJERES GESTANTES

ROTURA PREMATURA DE MEMBRANAS

La rotura prematura de membranas (RPM) espontánea en un embarazo pretérmino comporta riesgo de morbilidad y mortalidad,

tanto para el lactante como para la madre

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

La causa de la RPM no se conoce; no

obstante, ciertas alteraciones, como

infección o hidramnios, se han visto

implicadas. Algunos médicos consideran la

RPM antes del inicio del trabajo de parto

en embarazos a término, si el parto no se

inicia en 12 h

Durante el embarazo previo a término,

paso prematuro de líquido a la vagina

La RPM debe verificarse por exploración

con un espéculo estéril, a fin de tomar

muestras de líquido para proceder a

pruebas con papel de nitracina y

exploración microscópica

El líquido amniótico tiene un pH de 7,15 y

vira el papel de nitracina a verde azulado

El líquido amniótico colocado sobre un

porta y secado con aire adopta un

aspecto de «helecho»

La evaluación ecográfica revela

disminución o ausencia de líquido

amniótico

SANGRADO VAGINAL

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Existen numerosas causas de sangrado

durante el embarazo:

En su fase inicial, puede deberse a causas

desconocidas y tener escasas

consecuencias, o bien ser potencial causa

de riesgo vital, como en el embarazo

ectópico

En la fase tardía, las causas del sangrado

pueden ser procesos benignos, como

alteraciones cervicales o cuadros de

riesgo vital, como el desprendimiento

placentario

Sangrado vaginal

Puede ir o no acompañado de dolor

El diagnóstico se basa en la edad

gestacional y en el carácter del sangrado

(leve o intenso, asociado a dolor o

indoloro, intermitente o constante)

Las mujeres que sangran durante el

trabajo de parto o en las que se sospecha

placenta previa no deben someterse a

exploración sin preparación previa para

cesárea de urgencia

Las pruebas radiológicas y de laboratorio

se emplean para confirmar o revisar el

diagnóstico inicial

MUJERES ADULTAS MAYORES

VAGINITIS ATRÓFICA

Inflamación de la vagina por adelgazamiento y contracción de los tejidos y disminución de la lubricación

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Causada por carencia de estrógenos en la

perimenopausia y en la menopausia

Dolor o prurito vaginal

Molestias o sangrado durante el coito

La mucosa vaginal aparece seca y pálida,

aunque puede enrojecerse, y desarrollar

petequias y erosiones superficiales

La secreción vaginal concomitante puede

ser blanquecina, gris, amarillenta o verdosa,

o estar teñida de sangre

Puede, asimismo, ser densa o acuosa y,

aunque varía en cantidad, rara vez es

profusa

INCONTINENCIA URINARIA

Véase «Anomalías», capítulo 17, página 544.

600

Capítulo

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La exploración de los genitales masculinos habitualmente se realiza cuando un paciente consulta

con un síntoma específico, como parte de la exploración neonatal o de una preventiva en un niño

o un adulto. En adultos con frecuencia se realiza a la vez que la exploración del ano, del recto y

de la próstata (v. capítulo 20).

Genitales masculinos 19

Capítulo

 Media link

Pueden encontrarse vídeos, listas de comprobación, resúmenes de exploración y otros recursos

útiles en la página web complementaria: http://evolve.elsevier.com/Seidel.

• Audios y videos de exploración física

• Impresos para la práctica: guías para la

educación del paciente

• Guías de evaluación

• Listas de comprobación de los antecedentes

y de la exploración física

• Pruebas interactivas

• Cuadros de información clínica

• Guías de factores de riesgo

• Resúmenes de exploración descargables para

PDA, imprimibles y en formato audio

• Calculadoras instantáneas

Sinopsis de exploración física

A continuación puede leer una sinopsis de los pasos necesarios para llevar a cabo una exploración física de los genitales

masculinos. Estos procedimientos se explican detalladamente

en este capítulo y están disponibles en (http://evolve.

elsevier.com/Seidel) en formato PDF imprimible o en formatos descargables para PDA, iPod o Smartphone.

Genitales masculinos

Se realizan los siguientes pasos con el paciente en decúbito o en

bipedestación:

1. Inspeccione las características y la distribución del vello púbico

(v. pág. 606).

2. Retraiga el prepucio si el paciente no está circuncidado (v. pág. 607).

3. Inspeccione el glande del pene con el prepucio retraído, observando lo siguiente (v. pág. 607):

Color

Esmegma

Meato uretral externo

Secreción uretral

4. Palpe el pene para determinar lo siguiente (v. pág. 608):

Dolor a la palpación

Induración

5. Exprima la uretra para detectar secreción (v. pág. 607).

6. Inspeccione el escroto y la superficie ventral del pene para

detectar lo siguiente (v. pág. 608):

Color

Textura

Asimetría

Lesiones

Engrosamiento anómalo

Presencia de hernia

7. Transilumine cualquier masa que haya en el escroto (v. pág. 613).

8. Palpe el conducto inguinal para detectar una hernia directa o

indirecta (v. pág. 610).

9. Palpe los testículos, los epidídimos y los conductos deferentes

para determinar lo siguiente (v. pág. 611):

Consistencia

Tamaño

Dolor a la palpación

Hemorragia, masas, superficie irregular o nódulos

10. Palpe para detectar ganglios linfáticos inguinales (v. pág. 228).

11. Provoque el reflejo cremastérico bilateralmente (v. pág. 611).

ANATOMÍA Y FISIOLO

GÍA

Capítulo 19 Genitales masculinos 601

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Anatomía y fisiología

Los genitales masculinos están formados por el pene, los testículos, los epidídimos, el escroto, la

glándula prostática y las vesículas seminales (fig. 19-1).

El pene actúa como órgano excretor final de la orina y, cuando está erecto, como método para

introducir semen en la vagina. Está formado por los cuerpos cavernosos, que forman el dorso y

los lados, y el cuerpo esponjoso, que contiene la uretra. El cuerpo esponjoso se expande en su

extremo distal para formar el glande del pene. El orificio uretral es una abertura similar a una

hendidura localizada aproximadamente 2 mm ventral a la punta del glande (figs. 19-2 y 19-3). La

piel del pene es fina, redundante para permitir la erección, y no tiene grasa subcutánea. En general,

tiene una pigmentación más oscura que la piel del cuerpo. Salvo que el paciente haya sido circuncidado, el prepucio recubre el glande. En el hombre no circuncidado, se forma esmegma por la

secreción de material sebáceo por el glande y la descamación de las células epiteliales del prepucio.

Aparece como un material blanco caseoso en el glande y en el fondo de saco del prepucio.

El escroto, al igual que el pene, generalmente tiene un color más oscuro que la piel del cuerpo.

Un tabique divide el escroto en dos sacos péndulos, cada uno de los cuales contiene un testículo,

un epidídimo, un cordón espermático y una capa muscular denominada músculo cremastérico,

que permite que el escroto se relaje o se contraiga (fig. 19-4). La temperatura testicular se controla

Figura 19-1

Órganos pélvicos masculinos.

Figura 19-2

Anatomía del pene.

ANATOMÍA Y FISIOLO

GÍA

602 Capítulo 19 Genitales masculinos

modificando la distancia de los testículos al cuerpo por la acción muscular. La espermatogenia

precisa el mantenimiento de temperaturas menores de 37 °C.

Los testículos son responsables de la producción de espermatozoides y testosterona. El testículo

adulto tiene forma ovoidea y mide aproximadamente 4 × 3 × 2 cm. El epidídimo es una estructura

blanda en forma de coma localizada en la cara posterolateral y superior del testículo. Sus funciones

son el almacenamiento, la maduración y el tránsito de los espermatozoides. El conducto deferente

comienza en la cola del epidídimo, asciende por el cordón espermático, pasa por el conducto

inguinal y se une a la vesícula seminal para formar el conducto eyaculador.

La glándula prostática, que es similar a una castaña grande y tiene aproximadamente el tamaño

de un testículo, rodea la uretra en el cuello de la vejiga. Produce la mayor parte del volumen del

líquido eyaculador, que contiene fibrinolisina. Esta enzima licúa el semen coagulado, proceso que

puede ser importante para una motilidad satisfactoria de los espermatozoides. Las vesículas

seminales se extienden desde la próstata hasta la superficie posterior de la vejiga.

La erección del pene se produce cuando los dos cuerpos cavernosos se ingurgitan con sangre,

generalmente de 20 a 50 ml. El aumento de la vascularización se debe a un aumento de la dilatación

arterial y a una disminución del flujo de salida venoso; ambos procesos están controlados por el

sistema nervioso autónomo y se producen por la síntesis local de óxido nítrico. La eyaculación

durante el orgasmo supone la emisión de las secreciones del conducto deferente, el epidídimo, la

próstata y las vesículas seminales. Al orgasmo le sigue la constricción de los vasos, que vascularizan

los cuerpos cavernosos, y la detumescencia gradual.

Lactantes Y Niños

Los genitales externos son idénticos en los hombres y en las mujeres a las 8 semanas de la gestación,

pero a las 12 semanas de la misma ya se ha producido la diferenciación sexual. Cualquier lesión fetal

durante las primeras 8 a 9 semanas del embarazo puede producir malformaciones graves de los genitales

externos. En fases posteriores de la gestación, se producen pequeñas malformaciones morfológicas.

Durante el tercer trimestre, los testículos descienden desde el espacio retroperitoneal a través

del conducto inguinal hasta el escroto. A término, uno o los dos testículos pueden seguir estando

dentro del conducto inguinal, y el descenso final hasta el escroto se produce al comienzo del

período posnatal. Sin embargo, el descenso de los testículos puede detenerse en cualquier momento,

o pueden seguir un trayecto anómalo.

Comienza a haber separaciones pequeñas entre el glande y el epitelio interno del prepucio

durante el tercer trimestre. La separación entre el prepucio y el glande suele ser incompleta en el

momento del nacimiento, y con frecuencia sigue siéndolo hasta los 3-4 años de edad en los

hombres no circuncidados.

Figura 19-4

El escroto y su contenido.

Figura 19-3

Anatomía de la uretra y del pene. (Tomado de Lowdermilk et al., 1997.)

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Capítulo 19 Genitales masculinos 603

Adolescentes

Con el inicio de la pubertad comienza el crecimiento de los testículos, y la piel escrotal adquiere

color rojo, se adelgaza y se hace cada vez más péndula. Posteriormente, aparece vello escaso, sedoso

y recto en la base del pene. Este aumenta de longitud y anchura. A medida que continúa la

maduración, el vello púbico se oscurece y se extiende a toda la zona púbica, y la glándula prostática

aumenta de tamaño. Al final de la pubertad, el vello púbico está rizado, es denso y grueso, y forma

un patrón con forma de diamante desde el ombligo hasta el ano. El crecimiento y el desarrollo de

los testículos y del escroto ya se han completado (v. capítulo 5).

Adultos Mayores

El vello púbico se hace más fino y menos abundante con la edad, y puede haber alopecia púbica. El

escroto se hace más péndulo con el envejecimiento. Asimismo, suele disminuir la frecuencia de la

actividad sexual, si bien la velocidad de deterioro se correlaciona mucho con la frecuencia de

la actividad sexual en la juventud, es decir, el hombre que era muy activo en la juventud tiene más

probabilidades de mantener un nivel mayor de actividad sexual durante los años posteriores. La

erección puede aparecer más lentamente, y el orgasmo puede ser menos intenso.

Revisión de los antecedentes relacionados

Para cada uno de los síntomas o trastornos que se abordan en esta sección se señalan los temas

que se deben incluir en los antecedentes de la enfermedad actual. Las respuestas a estas preguntas aportan datos para orientar la exploración física y elaborar una valoración diagnóstica

adecuada. Las preguntas sobre el uso de fármacos (preparados de venta con y sin prescripción),

además de las terapias complementarias y alternativas, son importantes para cada uno de estos

aspectos.

Antecedentes de la enfermedad actual

Dificultad para conseguir o mantener la erección

Dolor con la erección, erección prolongada y dolorosa

Constante o intermitente, con una o más parejas sexuales

Asociada a la ingesta de alcohol o de fármacos

Fármacos: diuréticos, sedantes, antihipertensivos, ansiolíticos, estrógenos, inhibidores de la

síntesis de andrógenos, antidepresivos, carbamacepina, agentes para la disfunción eréctil

Erecciones persistentes no relacionadas con la estimulación sexual

Historia actual de anemia drepanocítica, leucemia, esclerosis múltiple, diabetes, lesión

medular

Traumatismo de los genitales o de la ingle

Asociada a ingesta de alcohol o de fármacos

Fármacos: agentes para la disfunción eréctil, antidepresivos, antipsicóticos, anticoagulantes,

ansiolíticos, drogas

Curvatura del pene en cualquier dirección con la erección

Dolor asociado

Lesión del pene

Antecedentes personales de diabetes, contractura del cuarto y quinto dedos de la mano

(contractura de Dupuytren)

Antecedentes familiares de la enfermedad

Fármacos: propranolol

Dificultad eyaculatoria

Dolorosa o prematura, intentos de tratar el problema

Color, consistencia, olor y cantidad del eyaculado

Fármacos: a-bloqueantes, antidepresivos, antipsicóticos, clonidina, metildopa

Revisión de los

ante

cedentes rela

cionados

604 Capítulo 19 Genitales masculinos

Secreción o lesión en el pene

Características: nódulos, úlceras, exantema

Secreción: color, consistencia, olor, tendencia a manchar la ropa interior

Síntomas: prurito, quemazón, punzadas

Exposición a infecciones de transmisión sexual (ITS): múltiples parejas, infección en las

mismas, ausencia de uso de preservativo, antecedentes de ITS

Infertilidad

Factores del estilo de vida que pueden aumentar la temperatura del escroto: ropa apretada,

calzoncillos, baños calientes, trabajos en un entorno de temperatura elevada (p. ej., acería) o

en los que es preciso estar mucho tiempo sentado (p. ej., conducir un camión), varicocele

Duración del tiempo que se ha intentado la gestación, patrón de actividad sexual, conocimiento del período fértil del ciclo reproductor de la mujer

Antecedente de testículos no descendidos

Evaluación diagnóstica hasta la fecha: espermiograma, exploración física, niveles de anticuerpos contra los espermatozoides

Fármacos: testosterona, glucocorticoides, hormona liberadora hipotalámica

Aumento de tamaño en la zona inguinal

Intermitente o constante, asociación a los esfuerzos o al levantamiento de pesos, duración,

presencia de dolor

Cambio del tamaño o de las características de la masa; capacidad de reducir la masa; si no

se puede reducir, cuánto tiempo ha transcurrido desde que se podía reducir

Dolor inguinal: características (dolor desgarrante, súbito, quemante o cortante), actividad

asociada (levantamiento de objetos pesados, tos o esfuerzo para la defecación)

Uso de un braguero o de otro tratamiento

Fármacos: analgésicos

Dolor o masa testicular

Cambio del tamaño testicular

Episodios próximos a su inicio: observado casualmente durante el baño, después de un

traumatismo, durante la actividad deportiva

Nódulos irregulares, dolor o pesadez de los testículos

Fármacos: analgésicos, antibióticos

Antecedentes Médicos

Cirugía del aparato genitourinario: testículos no descendidos, hipospadias, epispadias, hidrocele, varicocele, hernia, próstata; vasectomía

ITS: infecciones únicas o múltiples, microorganismos específicos (gonorrea, sífilis, herpes,

verrugas, clamidias), tratamiento, eficacia, problemas residuales

Enfermedad crónica: cáncer testicular o prostático, deterioro neurológico vascular, diabetes

mellitus, artritis, cardiopatía o neumopatía

Antecedentes familiares

Infertilidad en hermanos

Antecedente de cáncer de próstata, testículo o pene

Hernias

Enfermedad de Peyronie (contractura del pene)

Antecedentes personales y sociales

Riesgo ocupacional de traumatismo de la región suprapúbica o de los genitales, exposición a

radiación o toxinas

Ejercicio: uso de un dispositivo protector en deportes de contacto o ciclismo

Preocupaciones por los genitales: tamaño, forma, características superficiales, textura

Prácticas de autoexploración testicular

Revisión de los

ante

cedentes rela

cionados

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Capítulo 19 Genitales masculinos 605

Preocupaciones sobre las prácticas sexuales: parejas sexuales (únicas o múltiples), estilo de vida

sexual (heterosexual, homosexual, bisexual)

Función reproductora: número de hijos, forma de anticoncepción utilizada, frecuencia de la

eyaculación

Alcohol: cantidad

Consumo de drogas

Lactantes Y Niños

Consumo por la madre de hormonas sexuales o de anticonceptivos orales durante la

gestación

Circuncidado: complicaciones de la intervención

No circuncidado: medidas higiénicas, posibilidad de retraer el prepucio, interferencia en el

chorro urinario

Tumefacción escrotal con el llanto o la deposición

Malformaciones congénitas: hipospadias, epispadias, testículos no descendidos, genitales

ambiguos

Preocupaciones parentales por la masturbación, exploración sexual

Tumefacción, coloración o úlceras en el pene o el escroto, dolor en los genitales

Preocupación por un posible abuso sexual

Adolescentes

Conocimiento de la función reproductora, fuentes de información sobre actividad y función

sexuales

Presencia de poluciones nocturnas, vello púbico, aumento del tamaño de los genitales, edad

en el momento de producción de cada uno de los fenómenos del desarrollo sexual

Preocupación por un posible abuso sexual

Actividad sexual, protección utilizada para la anticoncepción y la prevención de las ITS

Adultos Mayores

Cambio de la frecuencia de la actividad o del deseo sexuales: relacionado con la pérdida de la

esposa o de otra pareja sexual; sin pareja sexual; entorno restrictivo desde el punto de vista

sexual; depresión; enfermedad física que produce astenia, debilidad o dolor

Cambio de la respuesta sexual: necesidad de más tiempo para conseguir la erección completa,

eyaculación menos intensa, detumescencia más rápida, intervalo más prolongado entre erecciones, cirugía prostática

Factores de riesgo

Carcinoma de los genitales masculinos

Peniano

Ausencia de circuncisión con imposibilidad de mantener una buena higiene

Fimosis

Sección por condiloma acuminado (virus del papiloma humano)

Edad: el riesgo aumenta con la edad

Tabaquismo

Testicular

Testículo no descendido (criptorquidia): aumento del riesgo en ambos testículos

Antecedente personal de cáncer testicular

Antecedente familiar de cáncer testicular

Desarrollo testicular anómalo: síndrome de Klinefelter

Edad: 20 a 54 años

Raza: blanca

Revisión de los

ante

cedentes rela

cionados

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CIÓN Y HALLAZGOS

606 Capítulo 19 Genitales masculinos

Exploración y hallazgos

Equipo

◆ Guantes

◆ Paños

◆ Linterna para la transiluminación de cualquier masa

La exploración de los genitales incluye la inspección, la palpación y la transiluminación de

cualquier masa que se encuentre. El paciente puede presentar ansiedad ante la exploración de sus

genitales, por lo que es importante proceder a la misma de forma cuidadosa y completa, pero

también rápidamente (cuadro 19-1). El paciente puede estar en decúbito o de pie para esta parte

de la exploración (fig. 19-5).

Inspección y palpación

Distribución del vello genital

En primer lugar, inspeccione la distribución del vello genital. Este es más grueso que el cabello

del cuero cabelludo. Debe ser abundante en la región púbica y puede continuar en un patrón con

estrechamiento progresivo en la línea media hasta el ombligo (patrón en escudo masculino).

Dependiendo de cómo esté colocado el paciente, puede ser posible observar que la distribución

continúa alrededor del escroto hasta el orificio anal. El propio pene no está cubierto por cabello,

y el escroto generalmente tiene una cantidad escasa.

CUADRO 19-1

Minimización de la ansiedad del paciente

La exploración física está cargada de elementos que provocan ansiedad a la mayoría de las

personas, pero no hay ninguna parte del cuerpo que tenga tanta probabilidad de producir tanta

molestia psíquica en el paciente hombre como la exploración de sus genitales. Los

adolescentes y hombres adultos con frecuencia tienen miedo a tener una erección durante la

exploración. Los niños y los adolescentes pueden preocuparse por si sus genitales son

«normales», y la información errónea sobre temas sexuales (como «los males de la

masturbación») puede aumentar su preocupación. Su actitud y capacidad de comunicarse

pueden tranquilizar al paciente aprensivo. Debe recordar algunos elementos importantes:

Conozca el lenguaje. No es adecuado hablar de forma condescendiente a cualquiera, pero

usted y el paciente se deben entender mutuamente. Puede que usted no se sienta

totalmente cómodo con algunas de las palabras y frases comunes que oye a los pacientes,

aunque en algunas circunstancias puede ser adecuado el lenguaje común. No perderá su

dignidad si mantiene la compostura y consigue comunicarse de forma eficaz. Conozca el

lenguaje y utilícelo de forma eficaz, sin disculpas y de forma no degradante.

Nunca cuente chistes. La charla ligera y casual o los chistes sobre los genitales o las funciones

sexuales siempre son inadecuados, independientemente de lo bien que conozca al paciente.

Los sentimientos sobre la propia sexualidad son profundos y con frecuencia están muy bien

enmascarados. No tire de los bordes de una máscara que puede no sospechar que está ahí.

Recuerde que el paciente le ve fácilmente la cara cuando le explora los genitales. Un

hallazgo inesperado puede producirle un cambio súbito de expresión. Se debe defender

contra lo que comunique con el lenguaje no oral.

No tiene por qué estar a la defensiva si usted es una mujer que explora a un hombre, igual

que si fuera un hombre que explora a una mujer, una situación habitual históricamente. Una

vez más, comunica mucho con su comportamiento y con la vacilación al hablar. No se

disculpe de ninguna forma evidente ni sutil. Recuerde que usted es un profesional y que,

como tal, está cumpliendo con la responsabilidad que le corresponde.

E

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CIÓN Y HALLAZGOS

Capítulo 19 Genitales masculinos 607

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Pene

Explore el pene. La vena dorsal debe ser evidente a la inspección. Si el paciente no está circuncidado, retraiga el prepucio o pida al paciente que lo haga. Se debe retraer fácilmente, y se puede

ver una pequeña cantidad de esmegma blanco y caseoso sobre el glande. Ocasionalmente, el

prepucio está tenso y no se puede retraer. Esta situación se denomina fimosis (fig. 19-6) y puede

producirse durante los primeros 6 años de vida. Suele ser congénita, aunque también puede

deberse a infecciones recurrentes o balanopostitis (inflamación del glande del pene y del prepucio). Asimismo, puede estar producido por intentos previos y sin éxito de retraer el prepucio, y

en los que se han producido desgarros radiales del anillo prepucial, lo que da lugar a adherencias

del prepucio al glande. La balanitis, la inflamación del glande (fig. 19-7), se produce sólo en

hombres no circuncidados y con frecuencia se asocia a fimosis. Puede estar producida por infecciones bacterianas o fúngicas y la mayoría de las veces se observa en hombres con diabetes mellitus

mal controlada e infección candidiásica.

Si el paciente está circuncidado, el glande estará expuesto y, por tanto, eritematoso y seco. No

habrá esmegma.

Meato uretral

Explore el meato externo de la uretra. El orificio debe tener aspecto de hendidura y estar localizado

en la superficie ventral, a tan sólo unos milímetros de la punta del glande. Apriete este entre los

dedos pulgar e índice para abrir el orificio uretral (fig. 19-8). Puede pedir al paciente que realice

esta maniobra por usted. La abertura debe ser brillante y de color rosa. La presencia de eritema

brillante o de secreción es indicativa de una enfermedad inflamatoria, mientras que una abertura

puntiforme o redonda puede deberse a estenosis meatal.

Vídeo/animación

Puede encontrar un vídeo

sobre los genitales

masculinos (exploración

del pene) en

Figura 19-5

Aspecto de los genitales

masculinos. A. Circuncidado.

B. No circuncidado.

Figura 19-6

Fimosis. (Tomado de 400

Self-assessment picture tests in

clinical medicine, 1984. Con

autorización de Mosby

International.)

Figura 19-7

Balanitis. (Tomado de Lloyd-Davies et al., 1994.)

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CIÓN Y HALLAZGOS

608 Capítulo 19 Genitales masculinos

Cuerpo del pene

Palpe el cuerpo del pene para detectar dolor a la palpación e induración. Exprima la uretra, comprimiendo con firmeza la base del pene con los dedos pulgar e índice y moviéndolos hacia el

glande, para identificar cualquier secreción. La presencia de secreción puede indicar una ITS. La

textura del pene flácido debe ser blanda y sin nodularidad. Vuelva a colocar el prepucio después

de realizar estas maniobras.

Raras veces puede ver un paciente con una erección peniana prolongada, llamada priapismo

(fig. 19-9). Con frecuencia es doloroso. Aunque en la mayoría de los casos la enfermedad es

idiopática, puede aparecer en pacientes con leucemia o hemoglobinopatías, como la enfermedad

drepanocítica.

Escroto

Inspeccione el escroto (fig. 19-10). Puede tener una pigmentación más intensa que la de la piel

del cuerpo, y la superficie puede ser rugosa. La piel escrotal con frecuencia está enrojecida en

personas de cabello pelirrojo; sin embargo, la piel enrojecida en otras personas puede indicar un

proceso infeccioso. El escroto habitualmente es asimétrico, porque el testículo izquierdo tiene

un cordón espermático más largo y, por tanto, con frecuencia está más bajo. El grosor del escroto

varía con la temperatura y la edad, y tal vez con el estado emocional. Las nodulaciones de la piel

escrotal a menudo están producidas por quistes sebáceos, también denominados quistes epidermoides. Aparecen como pequeños nódulos en el escroto, aunque pueden aumentar de tamaño y

secretan un material oleoso (fig. 19-11).

Ocasionalmente, puede observarse un engrosamiento anómalo del escroto producido por

edema, con frecuencia con fóvea. En general, esto no constituye un indicio de una enfermedad

relacionada con los genitales, sino que tiene mayor probabilidad de deberse a una retención

general de líquidos asociada a una enfermedad cardíaca, renal o hepática.

Figura 19-8

Exploración del orificio uretral.

Figura 19-9

Priapismo. (Tomado de

Lloyd-Davies et al., 1994.)

Figura 19-10

Inspección del escroto y de la superficie

ventral del pene, sujetado por el propio

paciente.

Figura 19-11

Glándulas sebáceas del escroto.

(Tomado de Morse et al., 2003.)

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CIÓN Y HALLAZGOS

Capítulo 19 Genitales masculinos 609

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Promoción de la salud

Autoexploración de los genitales en hombres

Se recomienda la autoexploración de los genitales (AEG) en cualquier persona que tenga

riesgo de contraer una infección de transmisión sexual (ITS). Esto incluye a personas activas

sexualmente que hayan tenido más de una pareja sexual o cuya pareja sexual haya tenido

relaciones con otras personas. La finalidad de la AEG es detectar cualquier síntoma o signo

que pudiera indicar la presencia de una ITS. Muchos individuos con una ITS no saben que la

tienen, y algunas ITS pasan desapercibidas durante años. La AEG se debe convertir en una

parte de las prácticas de autocuidados de la salud habituales. Debe explicar y demostrar a los

pacientes el siguiente procedimiento, y debe darles la oportunidad de realizar una AEG con su

orientación.

Indique al paciente que sujete el pene con la mano y que explore el glande. Si no está

circuncidado, debe retraer suavemente el prepucio para exponer el glande. La exploración y la

palpación de todo el glande se deben realizar con un movimiento a favor de las agujas del

reloj, mientras el paciente busca cuidadosamente cualquier bulto, úlcera o ampolla en la piel.

Los bultos y las ampollas pueden ser de color rojo o claro, o pueden ser similares a granos.

Diga al paciente que también busque verrugas genitales, que pueden ser similares a las de otras

partes del cuerpo.También debe explorarse el meato uretral para buscar secreciones.

A continuación el paciente debe explorar todo el cuerpo del pene y buscar los mismos

signos. Enséñele a separar el vello púbico en la base del pene y a explorar cuidadosamente la

piel que hay debajo del mismo.Asegúrese de que incluya en la exploración la parte inferior del

cuerpo del pene; puede ser útil un espejo.

Enseñe al paciente a que explore la piel y el contenido del escroto. Debe sujetar suavemente

cada uno de los testículos e inspeccionar y palpar la piel, incluyendo la parte inferior del escroto,

en busca de cualquier nódulo, tumefacción o úlcera.También debe palpar suavemente los dos

testículos para detectar nódulos e irregularidades. (Sugiera al paciente que realice la

autoexploración del escroto mientras se baña, porque es probable que el calor haga que la piel

de esta zona sea menos gruesa.) Aunque no hay datos que respalden el cribado sistemático para

detectar cáncer testicular mediante exploración clínica ni autoexploración (U.S. Preventative

Services Task Force [USPSTF], 2004;American Academy of Family Physicians [AAFP], 2008), la

exploración testicular se puede incluir fácil y rápidamente como parte de la AEG.

Enseñe al paciente otros síntomas asociados a las ITS: en concreto, dolor o quemazón al

orinar o secreción en el pene. El color, la consistencia y la cantidad de esta última pueden ser

variables.

Si el paciente tiene alguno de los síntomas o signos anteriores, debe consultar con un

médico.

Izquierda. Autoexploración del pene. Derecha. Autoexploración del escroto y del testículo.

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CIÓN Y HALLAZGOS

610 Capítulo 19 Genitales masculinos

Hernia

Explore para detectar hernias. La figura 19-16 (v. pág. 615) muestra la anatomía de la región y los

tres tipos habituales de hernias. Con el paciente en bipedestación, pídale que haga fuerza como si

fuera a defecar. Mientras hace fuerza, inspeccione el área del conducto inguinal y la región de la

fosa oval. Después de pedir al paciente que se vuelva a relajar, introduzca el dedo explorador en

la parte inferior del escroto y desplácelo hacia arriba a lo largo del conducto deferente hasta el

conducto inguinal (fig. 19-12).

Diagnóstico diferencial

Características distintivas de las hernias

Inguinal indirecta Inguinal directa Femoral

Incidencia Tipo más frecuente de

hernia; se afectan ambos

sexos; con frecuencia

los pacientes son niños

y hombres jóvenes

Menos frecuente que la

hernia inguinal indirecta;

aparece con más

frecuencia en los

hombres que en las

mujeres; es más habitual

en personas menores de

40 años

El tipo menos

frecuente de

hernia; aparece

más a menudo en

las mujeres que

en los hombres;

es rara en niños

Aparición A través del anillo

inguinal interno; puede

quedar en el conducto,

salir por el anillo

externo y pasar al

escroto; puede ser

bilateral

A través del anillo inguinal

externo; localizada en la

región del triángulo de

Hesselbach; raras veces

entra en el escroto

A través del anillo

femoral, del

conducto femoral

y de la fosa oval

Manifestaciones Tumefacción suave en el

área del anillo inguinal;

dolor al hacer esfuerzos;

la hernia desciende por

el conducto y toca la

punta del dedo durante

la exploración

Protrusión en el triángulo

de Hesselbach;

habitualmente es

indolora; se reduce

fácilmente; la hernia

protruye hacia delante,

empuja la zona lateral

del dedo en la

exploración

La presentación en

el lado derecho es

más frecuente que

en el izquierdo;

puede ser grave;

el conducto

inguinal está vacío

en la exploración

Figura 19-12

Exploración para detectar una

hernia inguinal; inserción del dedo

enguantado a través del conducto

inguinal.

Vídeo/animación

Puede encontrar un vídeo

sobre los genitales

masculinos (valoración de

hernias) en

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CIÓN Y HALLAZGOS

Capítulo 19 Genitales masculinos 611

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Qué dedo utilice dependerá del tamaño del paciente. En el niño pequeño es adecuado el

meñique; en el adulto, generalmente se utiliza el dedo índice o el medio. Debe poder palpar el

anillo oval externo. Pida al paciente que tosa. Si hay una hernia inguinal, debe notar la presencia

súbita de una víscera sobre su dedo. La hernia es indirecta si está en el conducto inguinal. También

puede atravesar el conducto externo e incluso llegar al escroto. Como una hernia indirecta en un

lado es muy indicativa de la posibilidad de herniación bilateral, asegúrese de explorar meticulosamente los dos lados. Si se percibe la víscera medial al conducto externo, probablemente se trate

de una hernia inguinal directa (v. el cuadro «Diagnóstico diferencial», pág. 610).

Testículos

Palpe los testículos utilizando los dedos pulgar, índice y medio. El testículo debe ser sensible a la

compresión suave pero no doloroso, así como liso y de consistencia elástica, y no debe tener

nódulos (fig. 19-13). En algunas enfermedades (p. ej., sífilis y neuropatía diabética), un testículo

puede ser totalmente insensible a los estímulos dolorosos. Las irregularidades de textura o de

tamaño pueden indicar la existencia de una infección, un quiste o un tumor.

El epidídimo, localizado en la superficie posterolateral del testículo, debe ser liso, discreto,

mayor en la zona cefálica y no doloroso a la palpación. Se debe poder palpar el apéndice del

epidídimo como una irregularidad en la superficie cefálica.

A continuación, palpe el conducto deferente. Tiene arterias y venas acompañantes, aunque no

se pueden identificar de forma precisa mediante palpación. El propio conducto deferente es liso

y discreto; no debe estar arrosariado ni debe tener nódulos en su trayecto, cuando lo palpe desde

el testículo hasta el anillo inguinal. La presencia de estos hallazgos inesperados podría ser indicativa de diabetes o de cambios inflamatorios antiguos, especialmente tuberculosis.

Se debe enseñar a todos los pacientes, especialmente a los niños y a los hombres jóvenes, la

técnica de la autoexploración de los genitales (v. cuadro «Promoción de la salud», pág. 609).

Reflejo cremastérico

Por último, evalúe el reflejo cremastérico. Acaricie la cara interna del muslo con un instrumento

romo, como el mango del martillo de reflejos, o con el dedo en caso de que se trate de un niño.

El testículo y el escroto se deben elevar en el lado que se explore (v. capítulo 22).

La exploración de la próstata se detalla en el capítulo 20.

Vídeo/animación

Puede encontrar un vídeo

sobre los genitales

masculinos (palpación de

los testículos y estructuras

relacionadas) en

Figura 19-13

Palpación del contenido del saco

escrotal.

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CIÓN Y HALLAZGOS

612 Capítulo 19 Genitales masculinos

Lactantes

Explore los genitales del recién nacido para detectar malformaciones congénitas, desarrollo incompleto y ambigüedad sexual. Inspeccione el pene para determinar su tamaño, la situación del meato

uretral y cualquier malformación. La longitud no erecta del pene en el momento de nacimiento

es de 2-3 cm. Es frecuente la erección transitoria del pene en la lactancia, y el pene debe tener una

proyección recta. Un pene pequeño (micropene) puede indicar malformaciones de otros órganos.

También se debe diferenciar el pene pequeño del clítoris anómalamente grande que se encuentra

en el seudohermafroditismo. Un arqueamiento inferior del pene indica encordamiento.

Inspección Y Palpación

Inspeccione el glande del pene del neonato. En el lactante no circuncidado, el prepucio está tenso,

aunque se debe retraer lo suficiente para permitir un buen chorro urinario. No retraiga el prepucio

más de lo necesario para ver la uretra, especialmente si no se va a circuncidar al neonato. La

movilidad del prepucio aumenta con el tiempo, y se debe poder retraer por completo a los 3-4 años

de edad. El meato uretral, similar a una hendidura, debe estar localizado cerca de la punta.

Inspeccione el glande del lactante circuncidado para detectar ulceración, hemorragia e inflamación (cuadro 19-2). El chorro urinario debe ser fuerte y tener buen calibre. El goteo y la reducción

de la fuerza o del calibre del chorro urinario pueden indicar estenosis del meato uretral.

Inspeccione el escroto para determinar su tamaño y forma, los pliegues, la presencia de testículos y cualquier malformación (fig. 19-14). El escroto del lactante prematuro puede parecer

infradesarrollado, sin pliegues y sin testículos, mientras que el recién nacido a término debe tener

un escroto laxo y péndulo con pliegues y un rafe en la línea media. El extremo proximal del escroto

debe ser la zona más amplia. El escroto en lactantes habitualmente parece grande en comparación

con el resto de los genitales. Es frecuente el edema de los genitales externos, especialmente después

de un parto de nalgas. Habitualmente, una hendidura profunda en el escroto (escroto bífido) se

asocia a otras malformaciones genitourinarias o a genitales ambiguos.

Figura 19-14

Palpación del escroto de un

lactante.

INFORMACIÓN CLÍNICA

Retracción del prepucio

Es importante no forzar la

retracción del prepucio,

porque de lo contrario

podría contribuirse a la

formación de adherencias.

Puede persistir cierta

adherencia del prepucio al

glande incluso hasta los

6 años de edad.

CUADRO 19-2

Circuncisión masculina

Ha existido una gran controversia sobre la adecuación de la circuncisión sistemática; algunos

autores piensan que no está indicada desde el punto de vista médico y reconocen que los

lactantes perciben el dolor incluso en el estado neonatal (American College of Pediatrics

Policy Statement, 1999, 2005). Otros autores presentan datos de que la circuncisión masculina

se ha asociado a un menor riesgo de infección por el virus de la inmunodeficiencia humana en

los hombres, y la ausencia de aquella se ha asociado a sífilis y herpes genital, infección por

clamidia, infecciones urinarias del lactante, cáncer peniano y cáncer cervical en las parejas

femeninas de hombres no circuncidados (CDC, 2008). Hasta que se disponga de unas

directrices definitivas, la decisión sobre la circuncisión debe incluir una discusión de los riesgos

y posibles beneficios, además de tener en cuenta la tradición cultural, religiosa y étnica.

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CIÓN Y HALLAZGOS

Capítulo 19 Genitales masculinos 613

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Cuando explore el escroto, particularmente en niños, asegúrese de que tenga las manos calientes

y de que su tacto sea suave. Se puede producir el reflejo cremastérico, en el que el contenido del

escroto se retrae, en respuesta a las manos frías y a la manipulación brusca. Antes de palpar el escroto,

coloque los dedos pulgar e índice de una mano sobre los conductos inguinales en la parte superior

del saco escrotal. Esta maniobra contribuye a evitar la retracción de los testículos hacia el conducto

inguinal o el abdomen. Palpe los dos lados del escroto para detectar la presencia de los testículos y

de otras masas. El testículo del recién nacido mide aproximadamente 1 cm de diámetro.

Si no se puede palpar ninguno de los testículos, coloque un dedo sobre el anillo inguinal superior

y empuje suavemente hacia el escroto. Puede palpar una masa blanda en el conducto inguinal. Intente

empujarla hacia el escroto y pálpela con los dedos pulgar e índice. Si es posible empujar el testículo

hacia el escroto, se considera que es un testículo descendido, aunque se retraiga hacia el conducto

inguinal. Si es retráctil, existe un riesgo elevado de que se convierta en un testículo ascendente o no

descendido adquirido, por lo que es necesaria una exploración de seguimiento frecuente a largo

plazo (Agarwal, 2006). Un testículo que se puede palpar en el conducto inguinal pero que no se

puede empujar hasta el escroto, o que no se puede palpar, es un testículo no descendido.

Palpe el conducto inguinal interno con la parte plana de los dedos. Dé vueltas al cordón

espermático debajo de los dedos para palpar la estructura sólida que atraviesa el anillo. Si desaparece la sensación de lisura cuando palpa, el peritoneo está atravesando el anillo, lo que indica

una hernia invisible. Una protrusión aparente en la zona inguinal es sugestiva de una hernia visible.

La palpación puede producir sensación de crepitación.

Transiluminación

Cuando se palpe cualquier masa distinta al testículo o al cordón espermático en el escroto,

determine si está llena de líquido, gas o material sólido. Probablemente se trate de una hernia o

un hidrocele. Intente reducir el tamaño de la masa empujándola de nuevo a través del conducto

inguinal externo. Si una linterna brillante transilumina la masa y si no hay cambio de tamaño

cuando se intenta la reducción, muy probablemente contenga líquido (hidrocele con una túnica

vaginal cerrada). Una masa que no se transilumina pero que cambia de tamaño cuando se intenta

la reducción probablemente sea una hernia. Si no cambia de tamaño ni se transilumina, puede

tratarse de una hernia incarcerada, que es una urgencia quirúrgica.

Niños

Los genitales externos del niño pequeño y del preescolar se exploran como se ha indicado para

los lactantes. Los preescolares pueden haber desarrollado el sentido del pudor, por lo que debe

explicarles lo que está haciendo y debe realizar rápidamente la exploración. Tranquilice al niño

que se está desarrollando adecuadamente, siempre que sea posible.

Inspección Y Palpación

Inspeccione el pene para determinar su tamaño y la presencia de lesiones, tumefacción, inflamación y malformaciones. Retraiga el prepucio en el niño no circuncidado sin forzarlo, e inspeccione

el glande para detectar lesiones y secreciones, y la localización y el aspecto del meato uretral. En

niños obesos, el pene puede parecer relativamente pequeño si está oscurecido por la grasa. Si está

tumefacto o es doloroso a la palpación o si hay lesiones equimóticas, plantéese la posibilidad de

que el paciente haya sufrido abuso sexual.

El escroto es inspeccionado para determinar su tamaño, su forma y su color, y así como la

presencia de testículos o de otras masas. Los pliegues bien formados indican que los testículos han

descendido durante la lactancia, aunque no sean evidentes en el escroto. Proceda a palpar este

para identificar los testículos y los epidídimos. Los testículos deben medir aproximadamente 1 cm

de tamaño. Una vez más, los hematomas en el escroto o en la zona inguinal deben hacerle plantearse la posibilidad de que el niño haya sufrido abuso sexual.

Algunos testículos son muy retráctiles, por lo que es difícil encontrarlos. Será útil tener las

manos calientes, disponer de una habitación caliente y realizar un abordaje suave. Si el paciente

es suficiente mayor como para colaborar, pídale que se siente en la posición del sastre con las

piernas cruzadas, o indíquele que lo haga en una silla con los talones de los pies en el asiento y

las manos sobre las rodillas. Cualquiera de estas posiciones impone presión a la pared abdominal

y, en consecuencia, los testículos son empujados hacia el escroto. Si hay una hernia inguinal, esta

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CIÓN Y HALLAZGOS

614 Capítulo 19 Genitales masculinos

maniobra también es útil para provocar ese hallazgo (fig. 19-15). Un escroto que sigue siendo

pequeño, plano e infradesarrollado indica criptorquidia (testículos no descendidos).

Un testículo duro, aumentado de tamaño e indoloro puede albergar un tumor. La tumefacción

aguda del escroto con coloración puede deberse a la torsión del cordón espermático o a orquitis. La

tumefacción dolorosa aguda sin coloración y con epidídimo engrosado o nodular indica epididimitis. El aumento del tamaño del pene sin aumento del tamaño de los testículos se produce en la

pubertad precoz, en la hiperplasia suprarrenal y en algunas lesiones del sistema nervioso central.

Adolescentes

La exploración de niños mayores y adolescentes se realiza del mismo modo que en los adultos.

Debido a su pudor y a su mayor sensibilidad al desarrollo, habitualmente esta parte de la exploración física se realiza en último lugar. Los cambios de la pubertad siguen una secuencia predecible,

aunque su momento de aparición es variable. La maduración sexual se puntúa de 1 a 5 de acuerdo

con las fases descritas por Tanner (v. capítulo 5; la maduración sexual en el hombre se basa en los

cambios del vello púbico y en el desarrollo de los testículos y del escroto, y en el pene). Cada una

de estas áreas se evalúa por separado. Es posible que un hombre tenga una puntuación de maduración sexual (PMS) distinta para cada área, aunque las PMS del vello púbico y de los genitales

habitualmente tienen una correlación estrecha. La PMS tiene una correlación elevada con la

madurez física medida por la edad ósea en comparación con la cronológica (Marcell, 2006).

Adultos Mayores

La técnica de exploración de los adultos mayores es la misma que en los hombres de menor edad.

Entre los cambios relacionados con el envejecimiento que se pueden observar se encuentran el

encanecimiento y una menor cantidad de vello púbico, y saco escrotal (y su contenido)

péndulo.

INFORMACIÓN CLÍNICA

Preocupaciones

de la adolescencia

Puede ser necesario

tranquilizar al adolescente

de que su desarrollo genital

avanza como era de esperar.

Si tiene una erección durante

la exploración, explíquele que

es una respuesta frecuente al

tacto y que no plantea

ningún problema.

Resúmenes de

exploración en

formato audio

Puede encontrar una revisión

de los pasos necesarios para llevar a

cabo una exploración física de los

genitales masculinos en

http://evolve.elsevier.com/Seidel, en

formato PDF imprimible u otros

formatos descargables.

Muestra de documentación

Anamnesis y exploración física

Subjetiva

Hace 2 días, un hombre de 19 años de edad notó tumefacción en la ingle izquierda después de

levantar pesos. Dolor leve al hacer fuerza. No hay fiebre ni escalofríos ni enfermedades

recientes. Sin antecedentes de infecciones de transmisión sexual.

Objetiva

No hay secreción en el meato urinario. Sin lesiones de los genitales externos. El cuerpo del

pene es liso.Testículos descendidos bilateralmente; lisos, sin nodularidad, induración y masas.

No hay dolor a la palpación a lo largo del trayecto de los cordones espermáticos, ni

linfoadenopatía inguinal.Tumefacción blanda en la zona inguinal izquierda. Hernia palpable con

la punta del dedo y en la exploración. No hay hernia a la derecha.

Para una muestra de documentación adicional, véase el capítulo 26.

Figura 19-15

Posición del niño para empujar

los testículos hacia el escroto.

Una maniobra alternativa es

sentar al niño en la posición

del sastre.

ANOMALÍAS

Capítulo 19 Genitales masculinos 615

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Anomalías

HERNIA

Protrusión de un saco recubierto de peritoneo a través de un defecto de la pared abdominal. La figura 19-16 muestra la anatomía

de la región y los tres tipos frecuentes de hernias pélvicas

Figura 19-16

Anatomía de la región de las hernias pélvicas habituales. A. Hernia inguinal indirecta. B. Hernia inguinal directa.

C. Hernia femoral.

ANOMALÍAS

616 Capítulo 19 Genitales masculinos

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Se produce porque hay un espacio virtual para

la protrusión de algún órgano abdominal,

habitualmente el intestino, aunque

ocasionalmente contiene epiplón

Las hernias se originan a lo largo del trayecto

que ha recorrido el testículo en su salida del

abdomen y su entrada al escroto durante la

vida intrauterina

Las hernias femorales se producen en la fosa

oval, por donde sale del abdomen la arteria

femoral

La hernia estrangulada es una hernia no

reducible en la que hay interrupción de la

vascularización del tejido protruido; está

situación precisa una intervención quirúrgica

rápida

Tumefacción o protrusión blanda en la

zona inguinal

Puede haber dolor al hacer esfuerzo

(indirecta, femoral)

Indirecta: tumefacción blanda en la

zona del anillo interno; la hernia

desciende por el conducto y toca la

punta del dedo en la exploración

Una hernia grande puede estar en el

escroto (fig. 19-17)

Directa: protrusión en la zona del

triángulo de Hesselbach; se reduce

fácilmente; la hernia protruye hacia

delante, empuja la zona lateral del

dedo en la exploración

Femoral: aparece con más frecuencia

en el lado derecho que el izquierdo;

conducto inguinal vacío en la

exploración

PENE

PARAFIMOSIS

Imposibilidad de devolver el prepucio a su posición habitual después de haberlo retraído detrás del glande

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Casi siempre es una situación yatrógena o

inducida de forma accidental, que se produce

por retraer el prepucio y después dejarlo sin

darse cuenta en su posición retraída

En la mayoría de los casos, el prepucio se

reduce espontáneamente aunque, si no esto no

ocurre, se puede producir tumefacción y

parafimosis

Cuando el prepucio queda atrapado detrás de

la corona durante un período prolongado, se

forma una banda constrictiva de tejido

alrededor del pene, que reduce el flujo

sanguíneo y linfático hacia el glande del pene

y el prepucio

Retracción del prepucio durante la

exploración peniana, limpieza, sondaje

uretral o cistoscopia

Dolor y tumefacción del pene

Los niños pueden referir síntomas

miccionales obstructivos

El glande del pene está congestionado

y aumentado de tamaño (fig. 19-18)

Prepucio edematoso

Banda constrictiva de tejido

directamente detrás del glande

Si no se trata se puede producir

necrosis y gangrena del glande del

pene (pigmentado, ennegrecido,

ulcerado)

Figura 19-17

Gran hernia inguinal indirecta. (Tomado

de Lemmi and Lemmi, 2009.)

Figura 19-18

Parafimosis. (Por cortesía de Patrick C. Walsh, MD, The Johns Hopkins

University School of Medicine, Baltimore.)

ANOMALÍAS

Capítulo 19 Genitales masculinos 617

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.

HIPOSPADIAS

Malformación congénita en la que el meato uretral está localizado en la superficie ventral del glande o del cuerpo del pene, o en

la base de este

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Malformación congénita que, según se

cree, se produce en la vida embrionaria

durante el desarrollo uretral, de la

semana 8 a la 20 de la gestación

Se han propuesto varias causas, como

factores genéticos, endocrinos y

ambientales

La presencia de hipospadias hace que el

lactante tenga mayor riesgo de tener

testículos no descendidos

El progenitor puede notar la malformación

del pene

El diagnóstico generalmente se realiza en

la exploración del recién nacido

El meato uretral está localizado en la

superficie ventral del cuerpo del glande o

del pene o en la base de este (fig. 19-19)

Se observa un capuchón dorsal de

prepucio y el surco del glande, aunque el

prepucio es incompleto en la zona

ventral

El pene puede tener acortamiento

ventral y curvatura, denominado

encordamiento, con defectos de la uretra

más proximal

CHANCRO SIFILÍTICO

Lesión cutánea asociada a la sífilis primaria

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

ITS producida por la bacteria Treponema

pallidum

Se contrae por contacto directo con una

úlcera sifilítica

La lesión de la sífilis primaria

generalmente se produce 2 semanas

después de la exposición

Lesión indolora en el pene

Antecedente de contacto sexual

Lesión solitaria, firme, redonda y

pequeña, localizada habitualmente en

el glande, aunque puede estar situada

en el prepucio (fig. 19-20)

La lesión tiene bordes indultados con

base limpia

La raspadura de la úlcera, cuando se

explora con el microscopio, muestra

espiroquetas

El chancro dura de 3 a 6 semanas

y cicatriza sin tratamiento

Figura 19-19

Hipospadias. (Tomado de 400

Self-assessment picture tests in clinical

medicine, 1984. By permission of Mosby

International.)

Figura 19-20

Chancro sifilítico. (Tomado de Lemmi and Lemmi, 2009.)

ANOMALÍAS

618 Capítulo 19 Genitales masculinos

HERPES GENITAL

El herpes genital es una ITS producida por el virus del herpes simple (VHS)

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

La mayoría de las veces, el herpes

genital está producido por el virus

VHS-2

La mayor parte de la transmisión del

VHS se produce cuando los individuos

desprenden virus en ausencia de

síntomas

Lesiones indoloras en el pene

Antecedente de contacto sexual

Puede haber quemazón o dolor con la

micción

Vesículas superficiales en el glande, o

en el cuerpo o la base del pene

(fig. 19-21)

Con frecuencia se asocia a

linfoadenopatía inguinal y a síntomas

sistémicos, como fiebre

Los hombres que mantienen relaciones

sexuales con otros hombres pueden

tener también ampollas en el ano o

alrededor del mismo

CONDILOMAS ACUMINADOS

«Verrugas genitales» producidas por el virus del papiloma humano (VPH)

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

El VPH invade la capa basal de la

epidermis; el virus penetra en la piel y

produce microabrasiones mucosas

La fase crítica latente comienza sin

síntomas y signos, y puede durar

desde 1 mes hasta varios años

Después de la latencia, se produce

ácido desoxirribonucleico vírico,

cápsides y partículas; las células del

huésped se infectan, y se producen

lesiones cutáneas características

Se considera que es una ITS

Lesiones verrugosas blandas e indoloras

en el pene

Antecedente de contacto sexual

Lesiones papulares únicas o múltiples

Pueden ser perladas, filiformes,

exofíticas (ulceradas y necróticas), en

coliflor o similares a una placa

(figs. 19-22 y 19-23)

Pueden ser lisas, verrugosas o lobuladas

Pueden tener el mismo color que la

piel, o pueden tener color rojizo o

estar hiperpigmentadas

Habitualmente, las lesiones se localizan

en el prepucio, el glande y el cuerpo

del pene, aunque también pueden estar

presentes dentro de la uretra

Figura 19-21

Herpes genital. (Tomado de Lemmi and Lemmi, 2009.)

Figura 19-22

Condiloma acuminado (verrugas

genitales). (Tomado de 400

self-assessment picture tests in clinical

medicine, 1984. By permission of Mosby

International.)

Figura 19-23

Condiloma acuminado (verrugas genitales). (Tomado de

Lemmi and Lemmi, 2009.)

ANOMALÍAS

Capítulo 19 Genitales masculinos 619

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.

LINFOGRANULOMA VENÉREO

Infección de transmisión sexual que afecta a los linfáticos

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Producido por Chlamydia trachomatis

El microorganismo entra a través de roturas

y abrasiones de la piel, o atraviesa las células

epiteliales de las membranas mucosas

La lesión inicial se produce en el punto de

entrada

Se desplaza a través de los linfáticos hasta los

ganglios linfáticos regionales, donde el

microorganismo se replica dentro de los

macrófagos

Posteriormente, se afectan los ganglios

linfáticos locales; salvo que la infección sea

tratada, pueden formarse trayectos fistulosos

con drenaje

Lesión indolora en el pene

Los síntomas pueden ser sistémicos

(fiebre, malestar)

Antecedente de contacto sexual

La lesión inicial es una erosión indolora

en el surco coronal o cerca del mismo

(fig. 19-24)

Aumento del tamaño de los ganglios

linfáticos regionales

Si el drenaje linfático es bloqueado,

puede producirse linfedema peniano y

escrotal

MOLUSCO CONTAGIOSO

Infección cutánea benigna

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Producido por un poxvirus que sólo infecta la

piel

Se propaga por contacto piel-piel o con un

objeto que ha sido tocado por una piel

infectada

El virus entra en la piel a través de roturas

pequeñas de la barrera cutánea

Tras un período de incubación, aparecen las

lesiones

Lesiones indoloras en el pene

Contacto con una persona infectada

Las lesiones son de color gris perlado,

con frecuencia umbilicadas, lisas, con

forma de cúpula y con márgenes

discretos (fig. 19-25)

Las lesiones son más frecuentes en el

glande del pene

Figura 19-24

Linfogranuloma venéreo. (Tomado de

Meheus U: Sexually transmitted diseases,

Kalamazoo, Michigan, 1982, The Upjohn

Company.)

Figura 19-25

Molusco contagioso. Primer plano que muestra

umbilicación central. (Tomado de Lemmi y Lemmi, 2009.)

ANOMALÍAS

620 Capítulo 19 Genitales masculinos

ENFERMEDAD DE PEYRONIE

La enfermedad de Peyronie se caracteriza por una banda fibrosa en el cuerpo cavernoso

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Formación de tejido cicatricial fibroso

denso (placa) en la túnica albugínea (pared

del cuerpo cavernoso)

Durante la erección, la placa interfiere

focalmente en la expansión del cuerpo

cavernoso

La etiología no está clara; puede ser

secundario a un traumatismo, a una

inflamación o a un trastorno hereditario

Generalmente es unilateral

La zona afectada con más frecuencia es la

parte media-superior del pene

Incurvación y/o indentación de la erección

(fig. 19-26)

Disminución de la longitud del pene

Puede haber dolor con la erección

Antecedente familiar de la enfermedad

Antecedente de contractura de Dupuytren

(cuarto y quinto dedos de la mano)

Una o más zonas endurecidas

palpables

Reducción de la elasticidad del pene

flácido

La calcificación de la placa puede ser

visualizada mediante radiografía o

ecografía

CARCINOMA PENIANO

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Carcinoma epidermoide que habitualmente

se origina en el glande o el prepucio

Inicialmente, se puede formar en la corona

del glande y propagarse superficialmente

por el glande hasta el prepucio

La etiología de estos cánceres se puede

relacionar con la exposición crónica a los

carcinógenos contenidos en el esmegma

que se acumulan en el prepucio (Brosman,

2008)

Los hombres que han sido circuncidados

raras veces presentan cáncer peniano

Ulceración indolora que no cicatriza

No circuncidado

Escasa higiene del pene

La lesión, habitualmente en el glande,

se puede manifestar como una zona

enrojecida

Pápula o pústula

Crecimiento verrugoso, erosión poco

profunda o ulceración profunda con

márgenes elevados (fig. 19-27)

Puede haber fimosis que oscurezca la

lesión

Figura 19-26

Enfermedad de Peyronie. (Por cortesía de

Patrick C. Walsh, MD, The Johns Hopkins

University School of Medicine, Baltimore.)

Figura 19-27

Carcinoma de pene. (Por cortesía de

Patrick C. Walsh, MD, The Johns Hopkins

University School of Medicine, Baltimore.)

ANOMALÍAS

Capítulo 19 Genitales masculinos 621

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Escroto

HIDROCELE

Acumulación de líquido en el escroto

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Se acumula líquido en el escroto como

consecuencia de un efecto de la túnica

vaginal; esta alteración es frecuente en la

lactancia; si la túnica vaginal no es

permeable, el hidrocele generalmente

desaparecerá espontáneamente en los

primeros 6 meses de vida

Aumento de tamaño o tumefacción

indolora del escroto

Masa firme, lisa y no dolorosa superior y

anterior al testículo (fig. 19-28)

Se transilumina

Confinado al escroto y no entra en el

conducto inguinal, salvo que haya estado

presente durante mucho tiempo y sea

muy grande y esté tenso

ESPERMATOCELE

Acumulación quística benigna de semen en el epidídimo

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Se desconocen su etiología y su

fisiopatología

Asintomático; hallazgo casual en la

exploración física o en la autoexploración

Masa lisa, esférica y no dolorosa en el

epidídimo (superior y posterior al

testículo; fig. 19-29)

Habitualmente, menor de 1 cm

Figura 19-28

Hidrocele. (Tomado de Lloyd-Davies et al.,

1994.)

Figura 19-29

Espermatocele. (Tomado de Lloyd-Davies

et al., 1994.)

ANOMALÍAS

622 Capítulo 19 Genitales masculinos

VARICOCELE

Tortuosidad y dilatación anómalas de las venas del plexo pampiniforme en el cordón espermático (fig. 19-30)

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Más frecuente en el testículo izquierdo que

en el derecho debido a varios factores

anatómicos, como el ángulo en el que la

vena testicular izquierda entra en la vena

renal izquierda, ausencia de válvulas

antirreflujo eficaces en la unión de la vena

testicular con la vena renal, y aumento de

la presión de la vena renal por su

compresión entre la arteria mesentérica

superior y la aorta

Se puede asociar a reducción de la

fertilidad, probablemente por el aumento

de la presión venosa y por la elevación de

la temperatura testicular

Habitualmente, paciente asintomático

(y se encuentra durante la evaluación

de la infertilidad)

Puede referir dolor pesadez escrotal

Con frecuencia se puede ver sólo

cuando el paciente está en bipedestación;

clásicamente, se describe como una

«bolsa de gusanos»

Se cuantifica como:

Pequeño: se palpa sólo durante la

maniobra de Valsalva

Moderado: se palpa fácilmente sin

maniobra de Valsalva

Grande: produce protrusión visible

del escroto

ORQUITIS

Inflamación aguda del testículo secundaria a infección

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

La orquitis es infrecuente, salvo como

complicación de la parotiditis en el

adolescente o el adulto

Generalmente, es unilateral y produce

atrofia testicular en el 50% de los casos

En adultos mayores, se puede deber a

migración bacteriana desde una infección

prostática

Dolor y tumefacción testiculares de inicio

agudo

El dolor varía desde molestia leve hasta

dolor intenso

Síntomas sistémicos asociados: astenia,

malestar, mialgias, fiebre

La orquitis por parotiditis se produce

4-7 días tras la aparición de la parotiditis

Testículo aumentado de tamaño y

doloroso (fig. 19-31)

Piel escrotal eritematosa y edematosa

Epidídimo aumentado de tamaño en la

orquiepididimitis

Figura 19-31

Orquitis.

Figura 19-30

Varicocele.

ANOMALÍAS

Capítulo 19 Genitales masculinos 623

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EPIDIDIMITIS

Infamación del epidídimo (una alteración importante que se debe incluir en el diagnóstico diferencial es la torsión testicular, una

urgencia quirúrgica; v. más adelante el cuadro «Diagnóstico diferencial»)

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Con frecuencia se asocia a una infección

urinaria

También se puede producir como

consecuencia de una ITS

En ocasiones se puede producir

epididimitis crónica como consecuencia

de tuberculosis

Dolor escrotal

Secreción uretral

Fiebre

Piuria

Actividad sexual reciente

El epidídimo es firme y nodular; doloroso

a la palpación (fig. 19-32)

Los conductos deferentes pueden estar

arrosariados

El escroto de recubrimiento puede estar

muy eritematoso

TORSIÓN TESTICULAR

Giro del testículo sobre el cordón espermático; la torsión testicular es una urgencia quirúrgica (v. más adelante el cuadro «Diagnóstico

diferencial»)

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Una malformación congénita anatómica

(deformidad en badajo) produce fijación

testicular incompleta

La torsión del cordón espermático

interrumpe la vascularización del testículo

Aparece desde en recién nacidos hasta en

adolescentes; es más frecuente en estos

últimos

Inicio agudo de dolor escrotal, con

frecuencia acompañado de náuseas

y vómitos

Ausencia de síntomas sistémicos como

fiebre y mialgias

Factores de riesgo: traumatismo

y actividad física intensa

El testículo es muy doloroso a la

palpación

Suele haber coloración escrotal

Ausencia de reflejo cremastérico

en el lado de la tumefacción aguda

Diagnóstico diferencial

Tumefacción testicular aguda

Torsión Epididimitis

Causa Giro del testículo sobre el cordón

espermático

Infección bacteriana (ITS o IU)

Edad Desde el nacimiento hasta la

adolescencia

Desde la adolescencia hasta la

edad adulta

Inicio del dolor Agudo Gradual

Vómitos Frecuentes Infrecuentes

Anorexia Frecuente Infrecuente

Fiebre Infrecuente Posible

Disuria Infrecuente Posible

Datos de apoyo Ausencia de reflejo cremastérico

en el lado de la tumefacción aguda

Secreción uretral

Coloración escrotal Antecedente de actividad sexual

reciente

Fiebre

Piuria

Epidídimo engrosado o nodular

ITS, infección de transmisión sexual; IU, infección urinaria.

Figura 19-32

Epididimitis. (Tomado de Lloyd-Davies

et al., 1994.)

ANOMALÍAS

624 Capítulo 19 Genitales masculinos

CARCINOMA TESTICULAR

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Los seminomas y los tumores no

seminomatosos se originan en las células

germinales (productoras de

espermatozoides)

Los tumores no derivados de células

germinales se originan en los tejidos de

soporte y productor de hormonas

La mayoría de los cánceres testiculares

son de células germinales

Los tumores de células germinales tienden

a aparecer en hombres jóvenes y son la

causa más frecuente de tumor en sujetos

de 15 a 30 años de edad

Presencia de una masa indolora en el

testículo

El paciente puede referir un aumento

de tamaño o tumefacción del escroto

Sensación de pesadez en el escroto

Dolor sordo en la parte inferior del

abdomen, en la espalda o en la ingle

Acumulación súbita del líquido en el

escroto

Masa fija, irregular y no dolorosa en el

testículo (fig. 19-33)

No se transilumina

Puede haber hidrocele (sí se transilumina)

Puede haber linfoadenopatía inguinal

asociada

SÍNDROME KLINEFELTER

Enfermedad congénita asociada a una dotación cromosómica XXY

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Producida por un cromosoma X adicional

El lactante con síndrome de Klinefelter

parece normal en el momento del

nacimiento; la enfermedad se hace

evidente en la pubertad, cuando no

aparecen las características sexuales

secundarias

Los síntomas dependen de cuántas células

con XXY tenga el paciente, de cuánta

testosterona tenga en el cuerpo y de su

edad cuando se diagnostique la

enfermedad

Diferencias en el desarrollo físico, del

lenguaje y social en comparación con

otros hombres de la misma edad

Hipogonadismo, incluyendo escroto

pequeño

Disminución del vello púbico, axilar y facial

Aumento del tamaño del tejido mamario

Talla alta, piernas largas, tronco corto

(fig. 19-34)

En casos leves no habrá alteraciones; sin

embargo, el paciente será infértil

Figura 19-34

Síndrome de Klinefelter. (Tomado

de Thibodeau and Patton, 2010.)

Figura 19-33

Tumor testicular. (Tomado de 400

Self-assessment picture tests in

clinical medicine, 1984. By

permission of Mosby International.)

ANOMALÍAS

Capítulo 19 Genitales masculinos 625

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Lactantes

GENITALES AMBIGUOS

Los genitales del recién nacido no son claramente masculinos ni femeninos

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

La presencia o ausencia de hormonas

masculinas controla el desarrollo de los

órganos sexuales durante el desarrollo

fetal; los genitales masculinos se

desarrollan por la presencia de hormonas

masculinas producidas por los testículos

fetales

La deficiencia de hormonas masculinas en

un feto masculino genético produce

genitales ambiguos

La mayoría de las causas de genitales

ambiguos se deben a alteraciones

genéticas

Antecedentes familiares de:

Alteraciones genéticas

Hiperplasia suprarrenal congénita

conocida

Muertes no explicadas en la lactancia

Infertilidad en familiares próximos

Desarrollo anómalo durante la pubertad

Genitales ambiguos en un hombre

genético:

Pene pequeño, similar a un clítoris

aumentado de tamaño

Abertura uretral en cualquier parte a

lo largo del pene, por arriba o por

debajo del mismo, o tan bajo como en

el perineo, lo que contribuye aún más

a que el lactante parezca una mujer

Escroto pequeño con cualquier grado

de separación, similar a los labios

Los genitales ambiguos con frecuencia

se acompañan de testículos no

descendidos

Puede haber fusión parcial del pliegue

labioescrotal o escroto bífido

Genitales ambiguos en mujeres genéticas:

Aumento del tamaño del clítoris, que

tiene el aspecto de un pene pequeño

La abertura uretral está en cualquier

parte a lo largo de la superficie del

clítoris, por encima o por debajo

Labios fusionados, similares a un

escroto

Se palpa un nódulo de tejido en el

interior de los labios fusionados, lo

que hace que parezca un escroto con

testículos (fig. 19-35)

En el lactante, deben realizarse estudios

cromosómicos

Figura 19-35

Genitales ambiguos en lactante. (Por

cortesía de Patrick C. Walsh, MD, The Johns

Hopkins University School of Medicine,

Baltimore.)

626 © 2011. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos

Capítulo

La exploración del ano y del recto se realiza como parte de la exploración preventiva anual de

hombres y mujeres. En los hombres incluye la exploración de la próstata. La exploración también

se realiza cuando el paciente tiene un problema específico.

Ano, recto y próstata 20

• Audios y videos de exploración física

• Impresos para la práctica: guías para la

educación del paciente

• Guías de evaluación

• Listas de comprobación de los antecedentes

y de la exploración física

• Pruebas interactivas

• Cuadros de información clínica

• Guías de factores de riesgo

• Resúmenes de exploración descargables para

PDA, imprimibles y en formato audio

• Calculadoras instantáneas

Media link

Pueden encontrarse vídeos, listas de comprobación, resúmenes de exploración y otros recursos

útiles en la página web complementaria: http://evolve.elsevier.com/Seidel.

Sinopsis de exploración física

A continuación puede leer una sinopsis de los pasos necesarios para llevar a cabo una exploración física del ano, el

recto y la próstata. Estos procedimientos se explican detalladamente en este capítulo y están disponibles en

(http://evolve.elsevier.com/Seidel) en formato PDF imprimible o en

formatos descargables para PDA, iPod o Smartphone.

Ano, recto y próstata

1. Inspeccione las zonas sacrococcígea y perianal para determinar

lo siguiente (v. pág. 633):

Características de la piel

Lesiones

Excavación pilonidal y/o penachos de cabello

Inflamación

Excoriación

2. Inspeccione el ano para determinar lo siguiente (v. pág. 633):

Características de la piel y acrocordones

Lesiones, fisuras, hemorroides o pólipos

Fístulas

Prolapso

3. Introduzca el dedo y evalúe el tono del esfínter (v. pág. 633)

4. Palpe el anillo muscular para determinar lo siguiente (v. pág. 634):

Contorno liso

Homogeneidad de la presión sobre el dedo que explora

5. Palpe las paredes rectales laterales, posterior y anterior para

determinar lo siguiente (v. pág. 634):

Nódulos, masas o pólipos

Dolor a la palpación

Irregularidades

6. En los hombres, palpe la superficie posterior de la glándula

prostática a través de la pared rectal anterior para determinar

lo siguiente (v. pág. 635):

Tamaño

Contorno

Consistencia

Movilidad

7. En las mujeres palpe el cuello del útero y el útero a través de la

pared rectal anterior para determinar lo siguiente (v. pág. 637):

Tamaño

Forma

ANATO

MÍA

Y FI

SIOLO

GÍA

Capítulo 20 Ano, recto y próstata 627

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Anatomía y fisiología

Posición

Contorno liso

Movilidad

8. Pida al paciente que haga fuerza y palpe en zonas más profundas

para determinar lo siguiente (v. pág. 633):

Dolor a la palpación

Nódulos

9. Retire el dedo y explore el material fecal para determinar lo

siguiente (v. pág. 637):

Color

Consistencia

Sangre o pus

Sangre oculta mediante pruebas químicas si está indicado

Sinopsis de exploración física (cont.)

El recto y el ano forman las porciones terminales del tubo digestivo (fig. 20-1). El canal anal mide

aproximadamente de 2,5 a 4 cm de longitud y se abre en el perineo. El tejido visible en el borde

externo del ano es una mucosa húmeda sin cabello. La unión con la piel perianal se caracteriza

por un aumento de la pigmentación y, en el adulto, por la presencia de cabello.

El canal anal normalmente está bien cerrado por anillos concéntricos de músculo, los esfínteres

interno y externo. El anillo interno de músculo liso está sometido a control autónomo involuntario.

La urgencia de defecar se produce cuando el recto se llena de heces, lo que produce estimulación

refleja que relaja el esfínter interno. La defecación está controlada por el esfínter externo estriado, que

está bajo control voluntario. La mitad inferior del canal anal recibe inervación de nervios sensitivos

somáticos, lo que hace que sea sensible a estímulos dolorosos, mientras que la mitad superior está

sometida a control autónomo y es relativamente poco sensible. , las enfermedades de la parte inferior

del ano producen dolor, mientras que las de la parte superior del ano pueden no producirlo.

El interior del canal anal está tapizado por columnas de tejido mucoso (columnas de Morgagni)

que se fusionan para formar la unión anorrectal. Los espacios entre las columnas se denominan

criptas, y en ellas drenan las glándulas anales. La inflamación de las criptas puede dar lugar a la

formación de fístulas o fisuras. Hay venas anastomóticas en las columnas, que forman un anillo

denominado zona hemorroidal. Las hemorroides internas se deben a la dilatación de estas venas.

Figura 20-1

Anatomía del ano y el recto.

ANATO

MÍA

Y FI

SIOLO

GÍA

628 Capítulo 20 Ano, recto y próstata

El segmento inferior del canal anal contiene un plexo venoso, que drena en las venas rectales

inferiores. La dilatación de este plexo produce hemorroides externas.

El recto es proximal al ano y mide unos 12 cm de longitud. Su extremo proximal se continúa

con el colon sigmoide. El extremo distal, la unión anorrectal, se puede visualizar en la exploración

proctoscópica como un borde aserrado, pero no se puede palpar. Por encima de la unión anorrectal, el recto se dilata y gira hacia atrás, hacia la concavidad del cóccix y el sacro, para formar

la ampolla rectal, que almacena gas y heces. La pared rectal contiene tres pliegues transversos

semilunares (válvulas de Houston). El explorador puede palpar el más bajo de estos pliegues.

En los hombres, la glándula prostática está localizada en la base de la vejiga y rodea la uretra.

Está formada por tejido muscular y glandular, y mide aproximadamente 4 × 3 × 2 cm. La superficie

posterior de la glándula prostática está en contacto estrecho con la pared rectal anterior y es

accesible mediante tacto rectal. Es convexa y está dividida por un surco medio poco profundo en

los lóbulos laterales derecho e izquierdo. Un tercer lóbulo, o lóbulo medio, no palpable en la

exploración, está formado por tejido glandular y se localiza entre el conducto eyaculador y la

uretra. Contiene alvéolos secretores activos que contribuyen al líquido eyaculador. Las vesículas

seminales se extienden hacia afuera desde la próstata (fig. 20-2).

En las mujeres, la pared rectal anterior está en contacto con la vagina y separada de la misma

por el tabique rectovaginal. Véase el capítulo 18 si desea una exposición más detallada.

Lactantes Y Niños

A las 7 semanas de la gestación, una porción del intestino posterior caudal es dividida por un

tabique anorrectal en un seno urogenital y un recto. El seno urogenital es recubierto por una

membrana que se transforma en la abertura anal a las 8 semanas de la gestación. La mayoría de

las malformaciones anorrectales se deben a alteraciones de este proceso de separación.

Habitualmente, la primera deposición de meconio se expulsa en las 24 a 48 h siguientes al

nacimiento, e indica permeabilidad del ano. Posteriormente, es frecuente que los recién nacidos

tengan una deposición después de cada toma (reflejo gastrocólico). Los esfínteres interno y externo

están bajo control reflejo involuntario, ya que la mielinización de la médula espinal es

incompleta.

Al final del primer año, el lactante puede tener una o dos deposiciones al día. Como promedio,

los niños están dispuestos, desde el punto de vista del desarrollo, a comenzar el entrenamiento

del uso del inodoro a los 18 meses de vida, y finalizan el entrenamiento a los 2-3 años de edad

(Horn et al., 2006).

Figura 20-2

Anatomía de la glándula prostática

y de las vesículas seminales.

A. Corte transversal. B. Vista

lateral. C. Vista posterior.

Capítulo 20 Ano, recto y próstata 629

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Revisión De

Los

Ante

c

e

dentes

Relaciona

dos

En los niños, la próstata es pequeña, inactiva y no se puede palpar en el tacto rectal. La próstata

sigue estando infradesarrollada hasta la pubertad, momento en el cual las influencias androgénicas

producen su crecimiento y maduración. El componente glandular, inicialmente mínimo, desarrolla alvéolos secretores activos, y la próstata se hace funcional.

Mujeres Gestantes

Durante la gestación, la presión se incrementa en las venas por debajo del útero aumentado de

tamaño, al igual que el flujo sanguíneo. Los hábitos dietéticos y los cambios hormonales que

reducen el tono del tubo digestivo y la motilidad producen estreñimiento. Estos factores predisponen a que en las mujeres gestantes aparezcan hemorroides. El parto, que produce presión sobre

el suelo de la pelvis por la presentación del feto y los esfuerzos expulsivos de la mujer, también

puede agravar la situación, y producir protrusión e inflamación de las hemorroides.

Adultos Mayores

La degeneración de las neuronas aferentes de la pared rectal interfiere en el proceso de relajación

del esfínter interno en respuesta a la distensión del recto. Esto puede producir un aumento del

umbral de presión para la sensibilidad a la distensión rectal en el adulto mayor, con la consiguiente

retención de heces. Por el contrario, a medida que el esfínter interno, bajo el control autónomo,

pierde tono, el externo no puede controlar por sí solo el intestino, y el adulto mayor puede tener

incontinencia fecal.

En los hombres, las estructuras fibromusculares de la glándula prostática se atrofian, con

pérdida de función de los alvéolos secretores; sin embargo, con frecuencia la atrofia del envejecimiento queda oscurecida por la hiperplasia benigna del tejido glandular. El componente muscular

de la próstata es sustituido progresivamente por colágeno.

Revisión De Los Antecedentes Relacionados

Para cada uno de los síntomas o trastornos que se exponen en esta sección se señalan los temas

que se deben incluir en los antecedentes de la enfermedad actual. Las respuestas a estas preguntas

aportan datos para orientar la exploración física y elaborar una valoración diagnóstica adecuada.

Las preguntas sobre el uso de fármacos (preparados de venta con y sin prescripción), además de

las terapias complementarias y alternativas, son importantes para cada uno de estos aspectos.

Antecedentes de la enfermedad actual

Cambios de la función intestinal

Características: número, frecuencia y consistencia de las deposiciones; presencia de moco o

sangre; color (rojo oscuro o brillante, negro, claro, o de color de arcilla); olor

Inicio y duración: súbito o gradual, relación con un cambio de la dieta, relación con episodios estresantes

Síntomas acompañantes: incontinencia, meteorismo, dolor, fiebre, náuseas, vómitos, dolor

cólico, distensión abdominal

Fármacos: hierro, laxantes, reblandecedores de las heces

Molestia anal: prurito, dolor, sensación punzante, quemazón

Relación con la posición corporal y la defecación

Esfuerzo con la deposición

Presencia de moco o sangre

Interferencia en las actividades de la vida diaria o en el sueño

Fármacos: preparados para las hemorroides

Hemorragia rectal

Color: rojo brillante u oscuro, negro

Relación con la defecación

630 Capítulo 20 Ano, recto y próstata

Revisión De

Los

Ante

c

e

dentes

Relaciona

dos

Cantidad: manchado en el papel higiénico frente a hemorragia activa

Cambios acompañantes de las heces: color, frecuencia, consistencia, forma, olor, presencia

de moco

Síntomas asociados: incontinencia, meteorismo, dolor rectal, abdominal o cólico, distensión

abdominal, pérdida de peso

Fármacos: hierro, suplementos de fibra

Hombres: cambios de la función urinaria

Antecedente de aumento del tamaño de la próstata o prostatitis

Síntomas: vacilación, tenesmo, nicturia, disuria, cambio de la fuerza o del calibre del chorro,

goteo, secreción uretral

Fármacos: antihistamínicos, anticolinérgicos, antidepresivos cíclicos, inhibidores de la 5-areductasa

Antecedentes médicos

Hemorroides

Lesión medular

Hábito intestinal y características: hora, frecuencia, número, consistencia, forma, color, olor

Hombres: hipertrofia prostática o carcinoma prostático

Mujeres: episiotomía o laceración de cuarto grado durante el parto

Cáncer colorrectal u otros cánceres relacionados: mama, ovario, endometrio

Antecedentes familiares

Pólipos rectales

Cáncer de colon o síndrome de cáncer familiar (v. cuadro «Factores de riesgo», pág. 630)

Cáncer de próstata (v. cuadro «Factores de riesgo», pág. 631)

Antecedentes personales y sociales

Antecedente de viajes: áreas con elevada incidencia de infestación parasitaria, incluyendo zonas

de EE. UU.

Dieta: inclusión de alimentos con fibra (cereales, pan, frutos secos, frutas, verduras) y alimentos

ricos en fibra concentrada; cantidad de grasa animal

Factores de riesgo de cáncer colorrectal, prostático o anal (v. cuadro «Factores de riesgo»,

pág. 631)

Hombres: relaciones sexuales con hombres (cuadro 20-1)

Consumo de alcohol

Factores de riesgo

Cáncer colorrectal

Más de 50 años de edad

Antecedentes familiares de cáncer de colon, poliposis adenomatosa familiar (PAF), cáncer

colorrectal no poliposo hereditario (CCNPH) familiar, síndrome de Gardner

Antecedente familiar de cáncer colorrectal, pólipos intestinales, enfermedad inflamatoria

crónica (enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa), síndrome de Gardner

Antecedentes personales de cáncer de ovario, endometrio, mama

Procedencia étnica: origen judío askenazí

Dieta rica en carne de vacuno y grasas animales, pobre en fibra

Obesidad

Tabaquismo

Inactividad física (la actividad física habitual reduce el riesgo)

Ingesta de alcohol: el riesgo aumenta al hacerlo la cantidad ingerida

Capítulo 20 Ano, recto y próstata 631

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Revisión De

Los

Ante

c

e

dentes

Relaciona

dos

Factores de riesgo

Cáncer de próstata

Edad mayor de 50 años

Raza: negra (el doble de riesgo que los hombres blancos)

Nacionalidad: frecuente en Norteamérica y Europa noroccidental; menos frecuente en Asia,

África, América Central y Sudamérica

Antecedentes familiares de cáncer de próstata (aumento al doble del riesgo con un familiar

en primer grado; el riesgo aumenta con más de un familiar en primer grado)

Dieta rica en grasas animales

Hormonas: exposición acumulada de la próstata a concentraciones elevadas de andrógenos

Inactividad física (la actividad física habitual reduce el riesgo)

Factores de riesgo

Cáncer anal

Edad mayor de 50 años

Infección por el virus del papiloma humano (VPH)

Múltiples parejas sexuales

Relaciones sexuales anales pasivas

Enrojecimiento, tumefacción y dolorimiento anal frecuente

Fístulas anales

Tabaquismo

Inmunodepresión

CUADRO 20-1

Cribado para detectar infecciones de transmisión sexual en hombres

que mantienen relaciones sexuales con hombres (HRSH)

Los CDC recomiendan el cribado de laboratorio sistemático para detectar infecciones

de transmisión sexual (ITS) frecuentes en todos los HRSH activos sexualmente. Las pruebas

se deben realizar al menos cada año.

Serología del VIH, en caso de negatividad previa para el mismo o si no se estudió el año

previo

Serología sifilítica

Prueba para detectar infección uretral por N. gonorrhoeae y C. trachomatis en los hombres

que en el año previo han tenido relaciones sexuales activas, independientemente del uso de

preservativo durante la exposición

Estudio para detectar infección rectal por N. gonorrhoeae y C. trachomatis en hombres que

han tenido relaciones anales pasivas durante el año previo independientemente del

antecedente de uso de preservativo durante la exposición

Prueba para detectar infección faríngea por N. gonorrhoeae en hombres que han reconocido la

participación en relaciones orales pasiva durante el año previo, independientemente del

antecedente de uso de preservativo durante la exposición

Además, algunos especialistas considerarían la realización de pruebas serológicas específicas de

tipo para el VHS-2 si se desconoce la situación de la infección. No se recomienda el estudio

sistemático de alteraciones histológicas o de infección anal por el VPH hasta que se disponga de

más datos sobre la fiabilidad de los métodos de cribado, la seguridad, la respuesta al tratamiento y

consideraciones programáticas.

Está indicado un cribado más frecuente de las ITS (p. ej., a intervalos de 3-6 meses) en

HRSH que tienen parejas múltiples o anónimas, que mantienen relaciones sexuales al mismo

tiempo que consumen drogas, que utilizan metanfetamina o cuyas parejas sexuales participan

en estas actividades.CDC, Centers for Disease Control and Prevention; VHS-2, virus del herpes

simple de tipo 2; VIH, virus de la inmunodeficiencia humana.

Tomado de CDC, 2006.

E

XPLORACIÓN

Y HALLAZGOS

632 Capítulo 20 Ano, recto y próstata

Lactantes Y Niños

Recién nacidos: características de las deposiciones

Deposiciones acompañadas por llanto, esfuerzo o hemorragia

Hábitos de alimentación: tipos de alimentos, leche (fórmula o leche materna en lactantes),

apetito

Edad a la que se consiguió el control intestinal y el entrenamiento del uso del inodoro

Encopresis («manchado fecal» involuntario de niños que habitualmente ya han conseguido el

entrenamiento en el uso del inodoro)

Síntomas asociados: episodios de diarrea o estreñimiento; dolor al limpiarse después de la

deposición; irritación perianal; pérdida de peso; náuseas, vómitos

Malformaciones congénitas: ano imperforado, mielomeningocele, megacolon aganglionar

Mujeres Gestantes

Semanas de gestación y fecha estimada del parto

Ejercicio

Ingesta de líquido y hábitos dietéticos

Fármacos: vitaminas prenatales, hierro

Uso de terapias complementarias o alternativas

Adultos Mayores

Cambios del hábito intestinal o de las características de las heces: frecuencia, número, color,

consistencia, forma, olor

Síntomas asociados: pérdida de peso, dolor rectal o abdominal, incontinencia, meteorismo,

episodios de estreñimiento o diarrea, distensión abdominal, hemorragia rectal

Cambios dietéticos: intolerancia a determinados alimentos, inclusión de alimentos ricos en

fibra, regularidad de los hábitos alimentarios, apetito

Hombres: antecedente de hipertrofia prostática, síntomas urinarios (vacilación, tenesmo, nicturia, disuria, fuerza y calibre del chorro urinario, goteo)

Exploración y hallazgos

Equipo

◆ Guantes

◆ Lubricante hidrosoluble

◆ Paños

◆ Linterna u otra fuente de luz

◆ Materiales para el análisis de sangre oculta en heces

Preparación

Aunque el tacto rectal habitualmente es incómodo y a veces vergonzoso para el paciente, aporta

información importante y es una parte necesaria de una exploración completa. Tenga tranquilidad, vaya despacio y realice la exploración con suavidad. Explique paso a paso lo que va a ocurrir

y deje que el paciente sepa lo que debe esperar. Una exploración apresurada o brusca puede

producir dolor innecesario y espasmo del esfínter, y fácilmente puede perder la confianza y la

colaboración del paciente.

Colocación

El tacto rectal se puede realizar con el paciente en cualquiera de estas posiciones: con las rodillas

en el tórax, en decúbito lateral izquierdo con las caderas y las rodillas flexionadas, o de pie con las

INFORMACIÓN CLÍNICA

¿Siente dolor?

El paciente con un problema

realmente grave con

frecuencia cambiará

incómodamente de posición

de un lado a otro mientras

está sentado.

E

XPLORACIÓN

Y HALLAZGOS

Capítulo 20 Ano, recto y próstata 633

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.

caderas flexionadas y la parte superior del cuerpo apoyada en la camilla de exploración. En los

hombres adultos, estas últimas dos posiciones son satisfactorias para la mayoría de las finalidades,

y permiten una visualización adecuada de las áreas perianal y sacrococcígea. En las mujeres, el

tacto rectal la mayoría de las veces se realiza como parte de la exploración rectovaginal con la

paciente en posición de litotomía (v. capítulo 18).

Pida al paciente que se coloque en una de estas posiciones de exploración, guiándole suavemente con las manos cuando sea necesario. Utilice paños pero mantenga una buena visualización

de la zona. Póngase guantes en una o en las dos manos.

Áreas sacrococcígea y perianal

Inspeccione las áreas sacrococcígea (pilonidal) y perianal. La piel debe ser lisa y continua. Inspeccione para detectar nódulos, exantemas, inflamación, excoriación, cicatrices, excavación pilonidal y penachos de cabello en el área pilonidal. Las micosis y las infecciones por oxiuros pueden

producir irritación perianal. Las micosis son más frecuentes en los adultos diabéticos, y los oxiuros,

en los niños. La mejor hora para ver oxiuros en niños es después de dormirse. La inspección del

ano (por un progenitor) con frecuencia permite verlos. Palpe la zona. El descubrimiento de dolor

a la palpación e inflamación debe alertar sobre la posibilidad de un absceso perianal, una fístula

o fisura anorrectal, un quiste pilonidal o prurito anal.

ANO

Separe las nalgas del paciente e inspeccione el ano. El uso de una linterna o una lámpara puede

facilitar la visualización. La piel que rodea el ano tendrá un aspecto más rugoso y un color más

oscuro. Busque lesiones cutáneas, acrocordones o verrugas, hemorroides externas, fisuras y fístulas.

Pida al paciente que haga fuerza. Esto hará que se observen con más facilidad las fístulas y las

fisuras, el prolapso rectal, los pólipos y las hemorroides internas. Se utilizan las horas del reloj

para describir la localización de los hallazgos renales y rectales: las 12 en punto están en la línea

media ventral, y las 6 en punto, en la línea media dorsal.

Esfínter

Lubrique el dedo índice y apriete con el pulpejo en la abertura anal (fig. 20-3, A). Pida al paciente

que haga fuerza para relajar el esfínter externo. Cuando se produzca la relajación, introduzca la

punta del dedo en el canal anal (fig. 20-3, B). Advierta al paciente de que puede tener sensación

de necesidad de realizar una deposición, y tranquilícelo a ese respecto diciéndole que no va a

ocurrir. Pídale que apriete el esfínter externo alrededor de su dedo (fig. 20-4, A) y observe su tono;

se debe tensar de forma homogénea, sin que cause molestias al paciente. Un esfínter laxo puede

indicar un déficit neurológico. Un esfínter demasiado apretado puede deberse a cicatrización,

espasticidad por una fisura u otra lesión, inflamación o ansiedad por la exploración.

Una fístula o fisura anal puede producir un dolor tan intenso a la palpación que no se pueda

finalizar la exploración sin anestesia local. El dolor rectal casi siempre es indicativo de una

enfermedad local. Busque irritación, estreñimiento con heces de consistencia pétrea, fisuras rectales o hemorroides trombosadas. Pregunte siempre por episodios previos de dolor.

Vídeo/animación

Puede encontrar un vídeo

sobre el ano, el recto y la

próstata (exploración del

ano y el esfínter) en

Figura 20-3

A. Procedimiento correcto para

introducir el dedo en el recto.

Apriete con el pulpejo del dedo

en la abertura anal. B. Cuando se

relaje el esfínter externo,

introduzca la punta del dedo en el

canal anal. Observe que el

paciente está en la posición de

caderas flexionadas.

E

XPLORACIÓN

Y HALLAZGOS

634 Capítulo 20 Ano, recto y próstata

Anillo anal

Gire el dedo para explorar el anillo anal muscular (fig. 20-4, B). Debe ser liso y debe ejercer una

presión homogénea sobre el dedo. Observe cualquier nódulo o irregularidad.

Paredes rectales laterales y posterior

Introduzca el dedo más en profundidad y palpe de forma secuencial las paredes rectales laterales

y posterior en busca de cualquier nódulo, de una masa, de una irregularidad, de un pólipo o de

dolor a la palpación (fig. 20-4, C). Las paredes deben ser lisas, homogéneas e ininterrumpidas.

Habitualmente no se palpan hemorroides internas salvo que estén trombosadas. El dedo explorador puede palpar una distancia de aproximadamente 6 a 10 cm en el interior del recto.

Palpación bidigital

La palpación bidigital con los dedos pulgar e índice a veces aporta más información que la

realizada sólo con el índice. Para proceder a la palpación bidigital, apriete suavemente el pulgar

sobre el tejido perianal y aproxime el dedo índice hacia el pulgar. Esta técnica es particularmente

útil para detectar un absceso perianal.

Pared rectal anterior

Gire el dedo índice para palpar la pared rectal anterior como se ha señalado antes. Pida al paciente

que haga fuerza. Esto le permite llegar varios centímetros más allá en el interior del recto. Como

la pared rectal anterior está en contacto con el peritoneo, puede detectar el dolor a la palpación

de la inflamación peritoneal y la nodularidad de las metástasis peritoneales. Los nódulos, denominados lesiones en repisa, se pueden palpar inmediatamente encima de la próstata en los hombres

y del fondo de saco en las mujeres. Se pueden palpar como una repisa nodular dura en la punta

del dedo explorador.

Vídeo/animación

Puede encontrar un vídeo

sobre el ano, el recto y la

próstata (palpación de las

paredes rectales laterales

y posterior) en

Vídeo/animación

Puede encontrar un vídeo

sobre el ano, el recto y la

próstata (palpación de la

próstata y la pared rectal

anterior) en

Figura 20-4

A. Palpación del esfínter externo

subcutáneo. Observe cómo se

contrae alrededor del dedo

explorador. B. Palpación del

esfínter externo profundo.

C. Palpación de la pared rectal

posterior.

E

XPLORACIÓN

Y HALLAZGOS

Capítulo 20 Ano, recto y próstata 635

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Próstata

En los hombres, se puede palpar la superficie posterior de la glándula prostática (fig. 20-5) en la pared

anterior. Diga al paciente que puede notar la urgencia de orinar pero que no lo hará. Observe el

tamaño, el contorno, la consistencia y la movilidad de la próstata. La glándula debería tener la consistencia de una goma de borrar (firme, lisa y ligeramente móvil) y no debería haber dolor a la palpación.

Una próstata sana tiene un diámetro de unos 4 cm, con una protrusión hacia el interior del recto de

menos de 1 cm. Una protrusión mayor indica un aumento del tamaño de la próstata, que se debe

reseñar, registrando la magnitud de la protrusión (cuadro 20-2). El surco medio puede estar obliterado

cuando los lóbulos están hipertrofiados o son neoplásicos. Una consistencia elástica o empastada es

indicativa de hipertrofia benigna, mientras que una nodularidad dura pétrea puede indicar carcinoma,

cálculos prostáticos o fibrosis crónica. Una blandura fluctuante y dolorosa es sugestiva de un absceso

prostático. Identifique los lóbulos laterales y el surco medio. Los lóbulos prostáticos deben ser simétricos. Las vesículas seminales no se pueden palpar salvo que estén inflamadas. En el cuadro 20-3 de

la página 636 y el cuadro «Práctica basada en evidencias» se detalla el cribado del cáncer de próstata.

Práctica basada en evidencias en la exploración física

Cribado del cáncer de próstata: la controversia

La publicación de los datos preliminares de dos extensos estudios clínicos aleatorizados (uno

estadounidense y otro europeo) no ha resuelto la controversia sobre el cribado del cáncer

de próstata (Barry, 2009). Los estudios tuvieron diseños diferentes y analizaron poblaciones

distintas, y ambos mostraron tan sólo un pequeño un efecto sobre la mortalidad por cáncer

de próstata durante la primera década de seguimiento. En el estudio estadounidense, la

tasa de mortalidad por cáncer de próstata fue muy baja y no difirió significativamente entre el

grupo de estudio y el de control (Andriole et al., 2009). En el estudio europeo, el cribado

mediante antígeno prostático específico (PSA) redujo la tasa de mortalidad por cáncer de

próstata en un 20%, aunque se asoció a un riesgo elevado de sobrediagnóstico (Schroeder, 2009).

El problema persistente no es si el cribado es eficaz para detectar la enfermedad, sino si

los efectos beneficiosos del cribado del cáncer de próstata son suficientemente grandes como

para superar los perjuicios asociados al mismo. Incluso cuando el cribado detecta cáncer, las

pruebas no permiten identificar si es una forma de crecimiento lento o invasiva. Los riesgos

del tratamiento del cáncer de próstata son elevados. Por tanto, algunos hombres pueden ser

diagnosticados de cáncer de próstata a los que se apliquen regímenes terapéuticos que

producen impotencia y/o incontinencia urinaria sin ninguna mejoría de los resultados.Además,

muchos de los riesgos se producen en hombres cuyo cáncer de próstata no habría sido

detectado en toda su vida de no ser por el cribado. Asimismo, aún no se ha realizado ningún

análisis de calidad de vida y de la relación coste-efectividad.

Los expertos están de acuerdo en que todos los hombres necesitan una información

equilibrada sobre las ventajas y los inconvenientes del cribado del cáncer de próstata para ayudarlos

a tomar una decisión informada. Actualmente, la mayoría de las directrices recomiendan un modelo

de toma de decisiones compartida. Esta es un proceso que realizan el paciente y su médico en el

contexto clínico en el que las dos partes comparten información, y en el que aquel comprende la

naturaleza y los riesgos del cáncer de próstata, entiende los riesgos, beneficios y alternativas del

cribado, participa en la toma de decisiones en la medida que desea, y toma una decisión compatible

con sus preferencias y valores o retrasa la decisión hasta un momento posterior.

Figura 20-5

Palpación de la superficie

posterior de la glándula prostática.

Palpe los lóbulos laterales y el

surco medio.

E

XPLORACIÓN

Y HALLAZGOS

636 Capítulo 20 Ano, recto y próstata

CUADRO 20-2

Aumento del tamaño de la próstata

El aumento del tamaño de la próstata se clasifica por la magnitud de la protrusión en el

interior del recto:

Grado I: 1 a 2 cm

Grado II: 2 a 3 cm

Grado III: 3 a 4 cm

Grado IV: más de 4 cm

CUADRO 20-3

Cribado del cáncer de próstata: herramientas

Existe controversia sobre el cribado del cáncer de próstata, y diferentes autores presentan

recomendaciones variables (v. cuadro «Práctica basada en evidencias», pág. 635). A continuación

se resumen algunas de las recomendaciones.

Tacto rectal (TR)

Aunque la mayoría de los autores está de acuerdo en utilizar el TR como parte del cribado

periódico en hombres mayores de 50 años, no está clara su utilidad para el cribado del cáncer

de próstata. Los autores que proponen el TR lo recomiendan (combinado con el estudio del

antígeno prostático específico [PSA]) como parte de la exploración periódica de hombres

mayores de 50 años con riesgo medio y en hombres de más de 40 años de edad que tienen

riesgo mayor (p. ej., negros, antecedentes familiares de cáncer de próstata).

Antígeno prostático específico (PSA)

El PSA es una glucoproteína específica de la próstata pero no del cáncer de próstata. Es

sintetizado por todos los tipos de tejido prostático, ya sean sanos, hiperplásicos o cancerosos;

por tanto, hay controversia sobre si se debe realizar cribado de hombres asintomáticos para

detectar cáncer de próstata mediante el estudio del PSA. El cribado puede detectar tumores

en estadio más favorable, aunque no hay datos que indiquen que el cribado mediante PSA

reduzca la mortalidad por cáncer de próstata.

Algunos autores no recomiendan el uso del PSA para el cribado sistemático; los que sí lo

hacen, lo recomiendan combinado con el TR, como ya se ha descrito (es decir, más de 50 años

de edad en hombres de riesgo medio y más de 40 años de edad en aquellos de riesgo elevado).

Habitualmente se considera que valores de PSA menores de 4 ng/ml son normales,

mayores de 10 ng/ml, elevados, y entre 4 y 10 ng/ml, limítrofes. Cuanto mayor sea la

concentración de PSA, más probable es la presencia de un cáncer de próstata; sin embargo,

hombres con cáncer de próstata pueden tener una concentración negativa o limítrofe de PSA.

La negatividad del PSA y del TR hace que sea poco probable la presencia de un cáncer.

Pueden ser útiles otros cálculos o pruebas de PSA cuando el resultado del PSA habitual es

limítrofe:

La densidad del PSA (DPSA) se calcula dividiendo el valor del PSA por el volumen

prostático (medido mediante ecografía transuretral).

Pueden ser útiles intervalos específicos de edad porque los hombres de edad avanzada

tienen mayores concentraciones de PSA que los jóvenes, incluso si no tienen cáncer.

La velocidad del PSA mide la rapidez con la que aumenta la concentración de PSA con el

tiempo. El estudio seriado puede ser adecuado para abordar los resultados limítrofes.

El cociente de PSA libre indica cuánto PSA circula no unido y cuánto está unido. Para los

resultados de PSA en el intervalo limítrofe, un cociente de PSA libre bajo aumenta la

probabilidad de que haya un cáncer de próstata e indica la necesidad de realizar una biopsia.

Biopsia

La biopsia del tejido prostático está recomendada cuando la concentración de PSA está

elevada. Los resultados en el intervalo limítrofe pueden ser una indicación de biopsia si el TR

es anómalo.También se puede realizar una biopsia cuando el cociente de PSA libre sea bajo, o

si hay resultados limítrofes del PSA.

Ecografía transuretral (ETU)

La ETU se utiliza cuando el PSA es limítrofe y el TR es normal. La ETU puede indicar las zonas

de la próstata que precisan una biopsia.También se puede utilizar para determinar el volumen

prostático, que se puede emplear para calcular la DPSA.

E

XPLORACIÓN

Y HALLAZGOS

Capítulo 20 Ano, recto y próstata 637

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.

La palpación de la próstata puede expulsar secreciones a través del orificio uretral. Se debe

cultivar y explorar microscópicamente cualquier secreción que aparezca en el meato. Las técnicas

para la preparación de las muestras se describen en el capítulo 18.

Útero y cuello uterino

Normalmente, en las mujeres se puede palpar un útero en retroflexión o retroversión en el tacto

rectal. El cuello uterino se puede palpar a través de la pared rectal anterior (v. capítulo 18). No

confunda estas estructuras con un tampón o un tumor.

Heces

Extraiga lentamente el dedo y explórelo para detectar material fecal, que debe ser blando y marrón

(cuadro 20-4). Observe la presencia de sangre o pus. Las heces de color bronceado muy claro o gris

podrían indicar ictericia obstructiva, mientras que las de color negro de alquitrán deben llevarlo a

sospechar una hemorragia digestiva alta. Una hemorragia más sutil puede llevar a que no haya

prácticamente modificaciones del color de las heces, aunque incluso una cantidad pequeña dará un

resultado positivo en la prueba para detectar sangre oculta (cuadro 20-5). Si está indicado, se puede

estudiar el material fecal para identificar sangre con un procedimiento químico con guayacol.

Está indicada una evaluación adicional si hay hemorragia anal o rectal persistente, si hay alguna

interrupción del contorno liso de la pared rectal a la palpación, si hay dolor persistente con

hallazgos negativos en el tacto rectal, o si hay cambios persistentes y no explicados de las heces.

Lactantes Y Niños

El tacto rectal no siempre se realiza en los lactantes y en los niños, salvo que haya un problema

particular. Es necesaria una exploración siempre que exista algún síntoma que indique un problema intraabdominal o pélvico, una masa o sensibilidad, distensión vesical, hemorragia, o alteraciones rectales o intestinales. Se debe investigar la desviación del patrón defecatorio esperado

en lactantes (tabla 20-1).

Se debe respetar el pudor y la aprensión del niño. Al que es suficientemente mayor como para

comprenderlo se le debe dar una explicación cuidadosa de todos los pasos del proceso.

Inspeccione siempre la región anal y el perineo, explorando las nalgas circundantes para detectar

enrojecimiento, masas o tumefacción. Inspeccione para detectar protrusiones perirrectales tumefactas y dolorosas, abscesos y posiblemente fístulas rectales. Se pueden descubrir diversos problemas

con esta inspección. Las nalgas contraídas indican una enfermedad debilitante crónica. Hay asimetría

CUADRO 20-4

Características de las heces en diversas enfermedades

Los cambios de la forma, del contenido y de la consistencia de las heces indican que hay alguna

enfermedad. En ocasiones, las características de las heces pueden indicar el tipo de trastorno

presente; por tanto, debería estar familiarizado con las siguientes características y trastornos

asociados:

Las heces similares a un lapicero de forma intermitente indican una contracción

espasmódica del área rectal.

La presencia de heces similares a un lapicero de forma persistente indican estenosis

permanente por cicatrización o por compresión por una neoplasia maligna.

La disminución del calibre (heces del grosor de un lápiz) indica estenosis rectal baja.

Una gran cantidad de moco en el material fecal es característica de la inflamación intestinal

de la colitis mucosa.

La presencia de pequeñas hebras de moco teñido de sangre en las heces líquidas es

indicativa de amebiasis.

Se observan deposiciones grasas en pacientes con trastornos pancreáticos y síndromes de

malabsorción.

Las heces del color del aluminio (producidas por una mezcla de melena y grasa) aparecen

en el esprúe tropical y en el carcinoma de la ampolla hepatopancreática, así como en niños

tratados con sulfonamidas por diarrea.

E

XPLORACIÓN

Y HALLAZGOS

638 Capítulo 20 Ano, recto y próstata

de los pliegues en la luxación congénita de cadera. El enrojecimiento y la irritación perirrectales son

indicativos de infestación por oxiuros, micosis, Candida o presencia de otros irritantes en el área del

pañal. El prolapso rectal se debe a estreñimiento, a diarrea o, en ocasiones, a tos intensa o esfuerzos.

Las hemorroides son infrecuentes en niños, y su presencia indica un problema subyacente grave,

como hipertensión portal. Los colgajos cutáneos planos y pequeños alrededor del recto (condilomas)

pueden ser de origen sifilítico. La presencia de trayectos fistulosos, penachos de cabello y excavación

del área pilonidal pueden indicar malformaciones vertebrales bajas.

Toque con suavidad la abertura anal, lo que debe producir una contracción anal («parpadeo

anal»). La ausencia de contracción puede indicar una lesión medular baja.

Explore la permeabilidad del ano y su posición en todos los recién nacidos. La permeabilidad

habitualmente se confirma por la expulsión del meconio. Para determinar la permeabilidad cuando

haya dudas, inserte una sonda lubricada no más de 1 cm en el recto. En ocasiones, se puede confundir

una fístula perianal con un orificio anal. Tenga cuidado cuando realice este juicio. A veces el orificio

anal puede parecer adecuado, aunque puede haber atresia en el recto o a tan sólo varios centímetros.

El tacto rectal y la inserción de una sonda no siempre constituyen una evaluación definitiva, y pueden

ser necesarios estudios radiológicos. Si no hay heces en el recto de un recién nacido, sospeche atresia

rectal, enfermedad de Hirschsprung (megacolon congénito) o fibrosis quística.

En los lactantes y en los niños pequeños, realice el tacto rectal con el paciente en decúbito

supino. Puede sujetar juntos los pies del niño, y flexionar las rodillas y las caderas sobre el abdomen

con una mano, utilizando el dedo índice enguantado de la otra para la exploración (fig. 20-6).

Algunos exploradores son reacios a utilizar el dedo índice debido a su tamaño y, en su lugar,

prefieren emplear el quinto dedo; sin embargo, incluso con el más pequeño de los dedos adultos,

INFORMACIÓN CLÍNICA

Tacto rectal del recién

nacido

Cuando se intente realizar

un tacto rectal a un recién

nacido, utilice el meñique

y no haga fuerza.

CUADRO 20-5

Causas frecuentes de hemorragia rectal

Hay muchas causas por las que puede aparecer sangre en las heces, y van desde episodios

benignos autolimitados hasta enfermedades graves potencialmente mortales. A continuación se

presentan algunas causas frecuentes:

Fisuras anales

Púrpura anafilactoide

Fármacos que contienen ácido acetilsalicílico

Trastornos hemorrágicos

Trastornos de la coagulación

Colitis

Disentería, aguda y amebiana

Varices esofágicas

Telangiectasia familiar

Traumatismo por cuerpo extraño

Hemorroides

Hernia de hiato

Anquilostoma

Invaginación

Intoxicación por hierro

Divertículo de Meckel

Neoplasias de cualquier tipo

Corticoides orales

Úlcera péptica, aguda y crónica

Pólipos, únicos o múltiples

Enteritis regional

Hernia estrangulada

Sangre deglutida

Trombocitopenia

Vólvulo

TABLA 20-1 Secuencia y descripción de las heces en lactantes

Lactantes Tipo de deposición

Meconio neonatal Verdoso-negro, viscoso, contiene sangre oculta; la

primera deposición es estéril

3 a 6 días de edad Transicional: poco espesa, pegajosa, de color marrón

a verde

Lactancia materna Pastosa, suelta, de color amarillo dorado; la

frecuencia varía desde después de cada toma hasta

cada pocos días; no irrita la piel

Alimentación con fórmula Color amarillo claro, olor característico, irrita la piel

Datos tomados de Lowdermilk and Perry, 2004.

E

XPLORACIÓN

Y HALLAZGOS

Capítulo 20 Ano, recto y próstata 639

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con frecuencia se produce algo de hemorragia y prolapso transitorio del recto después de la

exploración. Advierta siempre de esta posibilidad a los padres.

Evalúe el tono del esfínter rectal. Debe estar apretado pero no demasiado tenso ni demasiado

laxo. Un esfínter muy tenso puede generar tensión suficiente para producir una estenosis, que da

lugar a retención de las heces y dolor durante la deposición. Un esfínter laxo se asocia a lesiones

de los nervios raquídeos periféricos o de la médula espinal, infección por Shigella e impactación

fecal previa. La presencia de hematomas alrededor del ano, cicatrices, desgarros anales (especialmente los que se extienden hasta la piel perianal circundante) y dilatación anal puede ser un dato

de abuso sexual.

Palpe para detectar heces en el recto. El estreñimiento crónico en niños con deficiencia mental

o problemas emocionales suele asociarse a distensión del recto por heces. Un recto vacío de forma

constante en presencia de estreñimiento es un dato diagnóstico de enfermedad de Hirschsprung.

Una masa fecal en el recto acompañada de diarrea indica que esta se produce por rebosamiento.

Se deben analizar las heces que se recuperan en el dedo explorador para detectar sangre oculta.

El tacto rectal en la mujer joven da un buen acceso a información sobre el cuello uterino y el

útero (v. capítulo 18). En el tacto rectal, los ovarios no suelen poderse palpar.

Habitualmente, en los niños no se palpa la próstata. Si esta es palpable en niños preadolescentes,

indica pubertad precoz o alguna enfermedad virilizante, que debería ser evidente por la exploración de los genitales.

Se puede realizar una evaluación adicional del recto ante la sospecha de fisuras, fístulas o pólipos

utilizando un proctoscopio pequeño o incluso un espéculo de boca ancha en el otoscopio.

El tacto rectal debe formar parte de la exploración física de adolescentes que tengan síntomas

relacionados con el tubo digestivo bajo. Las mismas técnicas e indicaciones válidas para los adultos

son aplicables a los adolescentes. Tenga una especial sensibilidad en una primera exploración, e

invierta tiempo adicional explicando qué se puede esperar. Pueden ser útiles las ilustraciones y los

modelos.

Mujeres Gestantes

La exploración del recto aporta información sobre la musculatura rectovaginal, así como datos

más específicos sobre el cuello uterino y el útero (v. capítulo 18). Durante la gestación, el color de

las heces puede ser verde oscuro o negro debido al consumo de preparados de hierro. El tratamiento con hierro puede producir diarrea o estreñimiento. La valoración para detectar hemorroides debe incluir la evaluación tanto externa como interna. Habitualmente no se encuentran

hemorroides en las fases tempranas de la gestación; sin embargo, pueden ser una variante esperada

en fases posteriores de la misma. Evalúe las hemorroides para determinar su tamaño, extensión,

localización (internas o externas), molestias para la paciente y signos de infección o hemorragia.

Adultos Mayores

El procedimiento de la exploración y los hallazgos en los adultos mayores son muy similares a

los de los más jóvenes. El paciente mayor puede tener menor capacidad de adoptar una posición

distinta al decúbito lateral izquierdo. Puede haber cierta disminución del tono del esfínter. Los

adultos de edad avanzada con frecuencia tienen impactación fecal por estreñimiento. Los hombres

mayores tienen una probabilidad mucho mayor de presentar un aumento del tamaño de la

próstata, que se percibirá como lisa, elástica y simétrica. El surco medio puede o no estar

Figura 20-6

Colocación del lactante o del

niño para el tacto rectal.

E

XPLORACIÓN

Y HALLAZGOS

640 Capítulo 20 Ano, recto y próstata

obliterado. Los adultos mayores tienen mayor probabilidad de tener pólipos, así como un riesgo

mayor de carcinoma, lo que hace que el tacto rectal sea particularmente importante en este

grupo de edad.

Resúmenes de

exploración en

formato audio

Puede encontrar una revisión

de los pasos necesarios para llevar a

cabo una exploración física del ano,

el recto y la próstata en

http://evolve.elsevier.com/Seidel,

en formato PDF imprimible u otros

formatos descargables.

Muestra de documentación

Anamnesis y exploración física

Subjetiva

Un hombre de 57 años de edad refiere nicturia durante varios meses, al menos dos veces por

noche. Restringe la ingesta de líquidos después de las 8 de la tarde.Tiene dificultad para iniciar

el chorro. No tiene dolor ni hemorragia con la micción. Sin cambios del calibre del chorro. No

refiere cambios del hábito intestinal ni de las características de las heces. No tiene

antecedentes de prostatitis ni de aumento del tamaño de la próstata.

Objetiva

Área perianal intacta, sin lesiones ni hemorroides visibles. Se observa un acrocordón externo

en la posición de las 6 en punto. No hay fisuras ni fístulas. El esfínter se contrae de forma

homogénea. La próstata es simétrica, lisa y empastada, con protrusión de 1 cm hacia el recto.

Surco medio presente. No dolorosa, sin nódulos. Paredes rectales sin masas. Hay una cantidad

moderada de heces blandas.

Para una muestra de documentación adicional, véase el capítulo 26.

Información clínica

Fiebre no explicada

El estudio de la fiebre no

explicada siempre debe

incluir el tacto rectal.

Promoción de la salud

Infecciones de transmisión sexual

Las personas infectadas pueden propagar las infecciones de transmisión sexual (ITS) mediante

prácticas sexuales anales en las que se comparte sangre, semen u otros fluidos. La práctica de

relaciones sexuales más seguras puede prevenir las ITS en hombres y mujeres. Entre las ITS

que afectan al ano se encuentran las siguientes:

Infección por el virus del herpes simple (VHS) de la piel y la mucosa, que produce úlceras

recurrentes y dolor

Infección gonorreica de la mucosa, que produce una secreción infecciosa

Virus del papiloma humano (VPH), que produce verrugas anales

Parásitos que afectan a todo el tubo digestivo

Sífilis; la lesión temprana produce una lesión indolora

La hepatitis y el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) son dos ITS cuyos síntomas no

aparecen en el ano, aunque se pueden transmitir mediante prácticas de sexo anal.

Es posible adquirir una ITS sin penetración. El contacto oral-anal, ya sea por besos o por

contacto oral con dedos que han tocado el ano, puede extender bacterias y producir infección.

El uso de juguetes sexuales puede transmitir determinadas infecciones.

El cuadro 20-1 (v. pág. 631) analiza las recomendaciones para el cribado de ITS en un grupo

de riesgo elevado.

ANO

MALÍAS

Capítulo 20 Ano, recto y próstata 641

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Anomalías

Ano, recto y piel circundante

QUISTES PILONIDALES

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Cabellos sueltos penetran en la piel en el

área sacrococcígea

La reacción inflamatoria local da lugar a la

formación de un quiste alrededor del

cabello enterrado

La presión excesiva y el traumatismo

repetitivo de la zona sacrococcígea

predisponen a la aparición del quiste

La mayoría se diagnostican por primera

vez en adultos jóvenes, aunque suelen ser

una malformación congénita

Habitualmente, los pacientes están

asintomáticos

Puede haber dolor e inflamación por

infección secundaria

El quiste o el seno se ve como una

excavación con la abertura de un trayecto

fistuloso

Se localizan en la línea media, superficiales

al cóccix y a la parte inferior del sacro

(fig. 20-7)

La abertura puede contener un penacho

de cabello y puede estar rodeada por

eritema

Se puede palpar un quiste

VERRUGAS ANALES (CONDILOMAS ACUMINADOS)

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Se deben a infección por el virus del

papiloma humano (VPH)

El virus se transmite de persona a

persona, casi siempre por contacto

sexual directo

Los pacientes pueden desconocer que

tienen verrugas

Lesiones papulares únicas o múltiples

Pueden ser perladas, filiformes, exofíticas

(ulceradas y necróticas), en coliflor o

similares a una placa (fig. 20-8)

Figura 20-7

Quiste pilonidal. (Tomado de Zitelli and

Davis, 2007.)

Figura 20-8

Verrugas anales (condilomas

acuminados). (Tomado de Morse et al.,

2003.)

ANO

MALÍAS

642 Capítulo 20 Ano, recto y próstata

CARCINOMA ANAL

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Los cánceres anales son cánceres cutáneos

La mayoría son carcinomas epidermoides,

que se asocian a infección por el VPH

Aproximadamente el 15% son

adenocarcinomas, que se originan en las

glándulas próximas al ano

El resto de los cánceres anales son

carcinomas de células basales y melanomas

malignos

Es difícil ver el melanoma anal, y con

frecuencia se descubre en un estadio

avanzado, cuando el cáncer se ha

extendido a través de capas de tejido

El paciente puede estar asintomático

Puede haber:

Hemorragia por el ano o el recto

Dolor o presión en la zona que rodea al

ano

Prurito o secreción por el ano

Un nódulo cerca del ano

Un cambio del hábito intestinal, como

estreñimiento, diarrea y adelgazamiento de

las heces

Mucosa eritematosa y elevada

Mucosa descamada blanca

Mucosa pigmentada

Ulceración mucosa

Lesión verrugosa

ABSCESOS PERIANALES Y PERIRRECTALES

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Absceso perianal: infección de los tejidos

blandos que rodean al canal anal, con

formación de una cavidad de absceso

discreta

Abscesos perirrectales: infección de las

glándulas anales secretoras de moco, que

drenan en las criptas anales; la formación

de absceso se produce en los tejidos más

profundos (fig. 20-9)

Infecciones producidas por anaerobios,

habitualmente polimicrobianas

Doloroso con dolor a la palpación

Fiebre

Dolor a la defecación, al sentarse o al

caminar

Absceso perianal: masa dolorosa a la

palpación, tumefacta y fluctuante en el

tejido subcutáneo superficial

inmediatamente adyacente al ano

Absceso perirrectal: masa dolorosa a la

palpación que puede estar indurada, ser

fluctuante o tener drenaje

Figura 20-9

Abscesos perianales y perirrectales. Localizaciones frecuentes

de la formación de abscesos.

ANO

MALÍAS

Capítulo 20 Ano, recto y próstata 643

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FISURA ANORRECTAL

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Desgarro de la mucosa anal (fig. 20-10)

Habitualmente producida por la expulsión

traumática de heces grandes y duras

Antecedente de heces duras

Dolor, prurito o hemorragia

La exploración es dolorosa y puede

precisar anestesia local

La fisura está la mayoría de las veces en la

línea media posterior, aunque también

puede aparecer en la anterior

Se puede ver un acrocordón centinela en

el borde inferior de la fisura

Puede haber ulceración, a través de la cual

se ven los músculos del esfínter interno

El esfínter interno está espástico

FÍSTULA ANAL

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Trayecto inflamatorio que se origina en el

ano o el recto, y se abre en la superficie

de la piel perianal o en otro tejido

Producida por drenaje de un absceso

perianal o perirrectal

El paciente puede referir escalofríos,

fiebre, náuseas, vómitos y malestar

La abertura externa de una fístula aparece

como tejido rojo o rosa y elevado,

o como tejido granular rojo y elevado, en

la piel próxima al ano

Puede haber un trayecto indurado

palpable en el tacto rectal

Puede aparecer drenaje serosanguinolento

o purulento al comprimir la zona

PRURITO ANAL

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Producido habitualmente por micosis en

adultos y parasitosis en niños

Quemazón o prurito anal que pueden

interferir en el sueño

Excoriación, engrosamiento y

pigmentación de los tejidos

anales y perianales

Figura 20-10

Fisura anal lateral en un adulto.

(Por cortesía de Gershon Efron, MD,

Sinai Hospital of Baltimore.)

ANO

MALÍAS

644 Capítulo 20 Ano, recto y próstata

HEMORROIDES

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Hemorroides externas: venas varicosas

que se originan debajo de la línea

anorrectal y están recubiertas por piel

anal (fig. 20-11, A)

Hemorroides internas: venas varicosas

que se originan encima de la unión

anorrectal y están cubiertas por mucosa

rectal (fig. 20-11, B)

Pueden producir prurito, hemorragia y

molestia

Internas: no hay molestia, salvo que estén

trombosadas, prolapsadas o infectadas

Puede producirse hemorragia con o sin la

defecación

Habitualmente no se ven en reposo, y

pueden protruir al ponerse de pie y al

hacer fuerza para la defecación

Si no se reducen, pueden ponerse

edematosas y trombosarse, y precisan

resección quirúrgica

Las hemorroides trombosadas aparecen

como masas brillantes de color azul en el

ano

Internas: tumefacciones blandas que no se

palpan en el tacto rectal y que no se ven,

salvo que se prolapsen a través del ano;

habitualmente es necesaria una

proctoscopia para el diagnóstico

Los acrocordones hemorroidales, que

pueden aparecer en la localización de

hemorroides resueltas, son fibróticos o

flácidos e indoloros

PÓLIPOS

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Aparecen en cualquier parte del tracto

intestinal

Pueden ser malignos o benignos

Pueden ser aislados o múltiples

Asintomáticos

Hemorragia rectal

Un pólipo rectal puede protruir a través

del recto (fig. 20-12)

Los pólipos rectales en ocasiones se

palpan en el tacto rectal como nódulos

blandos, y pueden estar pedunculados

(con un tallo) o pueden ser sésiles (muy

adheridos a la pared mucosa)

Habitualmente es necesaria una

colonoscopia o una proctoscopia para el

diagnóstico, y es preciso realizar una

biopsia para distinguir los pólipos

benignos de los malignos

Figura 20-11

A. Hemorroides prolapsadas. B. Hemorroides internas primarias. (Por cortesía de Gershon

Efron, MD, Sinai Hospital of Baltimore.)

Figura 20-12

A. Pólipo fibroepitelial del recto. B. Lactante con pólipo rectal prolapsado. (Por cortesía

de Gershon Efron, MD, Sinai Hospital of Baltimore.)

ANO

MALÍAS

Capítulo 20 Ano, recto y próstata 645

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.

CARCINOMA RECTAL

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

La inmensa mayoría de los cánceres

rectales son adenocarcinomas

La hemorragia es el síntoma más

frecuente

Con frecuencia son asintomáticos

Habitualmente se palpan como una masa

polipoideas sésil con bordes elevados y

nodulares zonas de ulceración

La consistencia suele ser pétrea, y el

contorno es irregular

Próstata

PROSTATITIS

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Inflamación de la glándula prostática

(fig. 20-13)

Aguda: infección bacteriana, como

Escherichia coli, Klebsiella y Proteus

Se puede adquirir como enfermedad

de transmisión sexual o por la infección

de un órgano adyacente, o como

complicación de una biopsia prostática

Bacteriana crónica

Crónica: puede ser bacteriana o no

bacteriana (síndrome de dolor pélvico

crónico)

Aguda

Dolor

Problemas miccionales

Disfunción sexual

Fiebre, escalofríos, tiritona

Crónica

Asintomática

Infecciones vesicales frecuentes

Polaquiuria

Dolor persistente en la parte inferior

del abdomen o en la espalda

Aguda

Es obligatoria una exploración suave; el

masaje de la próstata puede producir

bacteriemia

Próstata aumentada de tamaño, dolor

intenso a la palpación y, con frecuencia,

asimétrica

Puede aparecer un absceso, que se

palpa como una masa fluctuante en la

próstata

Suelen estar afectadas las vesículas

seminales, que pueden estar dilatadas y

ser dolorosas a la palpación; sin

embargo, la próstata puede estar

empastada, aumentada de tamaño y

dolorosa, o tener zonas palpables de

fibrosis que simulan una neoplasia

Bacteriuria

Crónica

La próstata puede tener un tamaño

y una consistencia normales

Puede estar aumentada de tamaño

y empastada

HIPERTROFIA PROSTÁTICA BENIGNA

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Es frecuente en hombres mayores de

50 años

La glándula comienza a crecer en la

adolescencia, y sigue aumentando de

tamaño con el paso del tiempo (fig. 20-14)

El crecimiento de la próstata es paralelo

al aumento de la incidencia de hipertrofia

prostática benigna (HPB)

Síntomas de obstrucción urinaria:

vacilación, disminución de la fuerza

del calibre del chorro, goteo, vaciado

incompleto de la vejiga, polaquiuria,

tenesmo, nicturia y disuria

La próstata es lisa, elástica, simétrica y

está aumentada de tamaño

El surco medio puede o no estar

obliterado

Figura 20-13

Prostatitis.

Figura 20-14

Hipertrofia prostática benigna.

Mnemotecnia

Hipertrofia prostática

benigna: NUTS

N Nocturia («nicturia»)

U Urine dribbles («goteo

urinario»)

T Traed to void, but cannot

(«intenta orinar, pero

no puede»)

S Small stream («chorro

pequeño»)

ANO

MALÍAS

646 Capítulo 20 Ano, recto y próstata

ARCINOMA PROSTÁTICO

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Más de 99% de los cánceres de próstata

son adenocarcinomas y se originan en las

células glandulares de la próstata

(fig. 20-15)

En la mayoría de los casos, el cáncer de

próstata tiene un crecimiento

relativamente lento; un pequeño

porcentaje de casos corresponden a una

forma invasiva de crecimiento rápido

La incidencia aumenta con la edad y es

menos frecuente en hombres menores de

50 años

El carcinoma temprano es asintomático

A medida que avanza la neoplasia maligna,

aparecen síntomas de obstrucción urinaria

(v. los síntomas citados para la HPB)

Se puede palpar un nódulo duro e

irregular en la exploración prostática

La próstata es asimétrica, y puede haber

obliteración del surco medio

Es necesaria una biopsia para el

diagnóstico

Niños

ENTEROBIOSIS (NEMATODO, OXIURO)

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

El nematodo adulto (parásito) vive en

el recto o el colon y sale hasta la piel

perianal para poner huevos mientras

el niño duerme

Prurito intenso de la zona perianal

Los padres con frecuencia refieren

irritabilidad inexplicada del lactante o

del niño, especialmente por la noche

La irritación perianal con frecuencia se

debe a rascado

Se puede diagnosticar utilizando la prueba

de cinta adhesiva: apriete el lado adhesivo

de la cinta de celulosa sobre los pliegues

perianales y después apriétela sobre un

portaobjetos; se pueden ver nematodos

en la exploración microscópica

Figura 20-15

Carcinoma de próstata.

ANO

MALÍAS

Capítulo 20 Ano, recto y próstata 647

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.

ANO IMPERFORADO

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Se pueden producir diversas

malformaciones anorrectales durante

el desarrollo fetal

El recto puede tener un final ciego, estar

estenosado o tener una conexión fistulosa

con el perineo, el aparato urinario o, en

las mujeres, la vagina (fig. 20-16)

Ninguno ◆ La enfermedad habitualmente se

diagnostica mediante tacto rectal y se

confirma por la ausencia de eliminación

de heces en las primeras 48 h de vida

(figs. 20-17 y 20-18). Puede ser necesaria

la confirmación radiográfica

Tenga en cuenta que la ausencia de

perforación puede estar inmediatamente

más allá del alcance del dedo explorador

en algunas ocasiones

Figura 20-16

Ano imperforado: diversas malformaciones anorrectales. A. Estenosis anal congénita. B. Atresia por membrana

anal. C. Agenesia anal. D. Atresia rectal. E. Fístula retroperineal. F. Fístula rectovaginal.

Figura 20-17

Ano imperforado. (Tomado de 400

self-assessment picture tests in

clinical medicine, 1984. Con

autorización de Mosby

International.)

Figura 20-18

Atresia rectal. (Por cortesía de

Gershon Efron, MD, Sinai Hospital of

Baltimore.)

648

Capítulo

© 2011. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos

El sistema musculoesquelético proporciona la estabilidad y la movilidad necesarias para el desarrollo de la actividad física. El trabajo físico requiere el funcionamiento fluido y sin esfuerzo de

huesos, músculos y articulaciones. Dado que el sistema musculoesquelético sirve como principal

línea de defensa frente a fuerzas externas, las lesiones son frecuentes. Por otro lado, numerosos

procesos patológicos afectan al sistema musculoesquelético y pueden, en última instancia, provocar discapacidad.

Sistema

musculoesquelético 21

Capítulo

Media link

Pueden encontrarse vídeos, listas de comprobación, resúmenes de exploración y otros recursos

útiles en la página web complementaria: http://evolve.elsevier.com/Seidel.

• Audios y videos de exploración física

• Impresos para la práctica: guías para la

educación del paciente

• Guías de evaluación

• Listas de comprobación de los antecedentes

y de la exploración física

• Pruebas interactivas

• Cuadros de información clínica

• Guías de factores de riesgo

• Resúmenes de exploración descargables

para PDA, imprimibles y en formato audio

• Calculadoras instantáneas

Sinopsis de exploración física

A continuación puede leer una sinopsis de los pasos necesarios para llevar a cabo una exploración física del sistema

musculoesquelético. Estos procedimientos se explican detalladamente en este capítulo y están disponibles en

(http://evolve.elsevier.com/Seidel) en formato PDF imprimible o en

formatos descargables para PDA, iPod o Smartphone.

Los siguientes pasos se llevan a cabo con el paciente de pie,

sentado y caminando:

1. Efectúe la inspección del esqueleto y de las extremidades y

compare ambos lados para valorar lo siguiente (v. pág. 660):

Alineación

Contorno y simetría de partes corporales

Tamaño

Deformidad importante

2. Realice la inspección de la piel y de los tejidos subcutáneos que

cubren los músculos y las articulaciones para valorar lo siguiente

(v. pág. 660):

Color

Número de pliegues cutáneos

Hinchazón

Masas

3. Inspeccione los músculos y compare ambos lados para valorar

lo siguiente (v. pág. 660):

Tamaño

Simetría

Fasciculaciones o espasmos

4. Palpe los huesos, las articulaciones y los músculos que los

rodean para valorar lo siguiente (v. pág. 661):

Tono muscular

Calor

Sensibilidad dolorosa

Hinchazón

Crepitación

5. Evalúe cada articulación grande en relación con la amplitud

del movimiento activo y pasivo, y compare ambos lados

(v. pág. 61).

6. Evalúe los grandes grupos musculares en relación con la fuerza

y compare ambos lados (v. pág. 662).

Capítulo 21 Sistema musculoesquelético 649

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Si

stema musculoe

squeléti

c

o

Entre las articulaciones que merecen especial atención se

encuentran las siguientes:

Manos y muñecas

1. Realice la inspección del dorso y de la palma de las manos para

valorar lo siguiente (v. pág. 662):

Contorno

Posición

Forma

Número de dedos e integridad de los mismos

2. Efectúe la palpación de todas las articulaciones de la mano y

de la muñeca (v. pág. 663).

3. Compruebe la amplitud del movimiento mediante las siguientes

maniobras (v. pág. 664):

Flexión (90°) e hiperextensión (30°) metacarpofalángica

Oposición del pulgar

Cierre del puño

Aducción y abducción del dedo

Extensión, hiperextensión (70°) y flexión (90°) de la muñeca

Movimiento del radio (20°) y del cúbito (55°)

4. Compruebe la fuerza muscular mediante las siguientes maniobras (v. pág. 665):

Extensión e hiperextensión de la muñeca

Prensión de la mano

Codos

1. Inspeccione los codos en posición flexionada y extendida para

valorar lo siguiente (v. pág. 665):

Contorno

Ángulo de porte (5 a 15°)

2. Palpe la superficie extensora del cúbito, la apófisis del olécranon

y los epicóndilos lateral y medial del húmero (v. pág. 665).

3. Compruebe la amplitud del movimiento mediante las siguientes

maniobras (v. pág. 666):

Flexión (160°)

Extensión (180°)

Pronación y supinación (90°)

Hombros

1. Inspeccione los hombros y el cinturón escapular para valorar

el contorno (v. pág. 666).

2. Palpe los espacios articulares y los huesos de los hombros

(v. pág. 667).

3. Compruebe la amplitud del movimiento mediante las siguientes

maniobras (v. pág. 667):

Encogimiento de los hombros

Flexión hacia delante (180°) e hiperextensión (hasta 50°)

Abducción (180°) y aducción (50°)

Rotación interna y externa (90°)

4. Compruebe la fuerza muscular mediante las siguientes maniobras (v. pág. 668):

Encogimiento de los hombros

Abducción con flexión hacia delante

Rotación medial

Rotación lateral

Articulación temporomandibular

1. Palpe el espacio articular en busca de sonidos como chasquidos

o crujidos, o de dolor (v. pág. 668).

2. Compruebe la amplitud del movimiento pidiendo al paciente

que realice los siguientes movimientos (v. pág. 669):

Abrir y cerrar la boca

Mover la mandíbula lateralmente hacia cada lado

Sacar hacia delante y retraer la mandíbula

3. Compruebe la fuerza de los músculos temporales pidiendo al

paciente que apriete los dientes (v. pág. 669).

Columna cervical

1. Efectúe la inspección del cuello para valorar lo siguiente

(v. pág. 669):

Alineación

Simetría de los pliegues cutáneos y los músculos

2. Compruebe la amplitud del movimiento mediante las siguientes

maniobras (v. pág. 669):

Flexión hacia delante (45°)

Hiperextensión (55°)

Flexión lateral (40°)

Rotación (70°)

3. Valore la fuerza de los músculos esternocleidomastoideo y

trapecio (par craneal XI, nervio espinal accesorio) (v. pág. 669).

Columna torácica y lumbar

1. Realice la inspección valorando la alineación (v. pág. 669).

2. Palpe las apófisis espinosas y los músculos paravertebrales

(v. pág. 671).

3. Efectúe la percusión en busca de sensibilidad espinal dolorosa

(v. pág. 671).

4. Compruebe la amplitud del movimiento mediante las siguientes

maniobras (v. pág. 671):

Flexión hacia delante (75°)

Hiperextensión (30°)

Flexión lateral (35°)

Rotación

Cadera

1. Inspeccione las caderas para valorar la simetría y el nivel de los

pliegues glúteos (v. pág. 672)

2. Palpe las caderas y la pelvis para valorar lo siguiente (v. pág. 672):

Inestabilidad

Sensibilidad dolorosa

Crepitación

3. Compruebe la amplitud del movimiento mediante las siguientes

maniobras (v. págs. 672-673):

Flexión (120°), extensión (90°) e hiperextensión (30°)

Aducción (30°) y abducción (45°)

Rotación interna (40°)

Rotación externa (45°)

4. Compruebe la fuerza muscular de las caderas mediante las

siguientes maniobras (v. pág. 673):

Rodilla en flexión y extensión

Abducción y aducción

Sinopsis de exploración física (cont.)

(Continúa)

A

NATOMÍA Y FISIOLO

GÍA

650 Capítulo 21 Sistema musculoesquelético

Anatomía Y Fisiología

Piernas y rodillas

1. Inspeccione las rodillas para valorar las concavidades naturales

(v. pág. 674).

2. Palpe el espacio poplíteo y el espacio articular (v. pág. 674).

3. Compruebe la amplitud del movimiento mediante flexión

(130°) y extensión (0 a 15°) (v. pág. 674).

4. Compruebe la fuerza de los músculos en flexión y extensión

(v. pág. 674)

Pies y tobillos

1. Inspeccione los pies y los tobillos con y sin carga de peso, para

valorar lo siguiente (v. pág. 674):

Contorno

Alineación con tibias

Tamaño

Número de dedos

2. Palpe el tendón de Aquiles y cada articulación metatarsiana

(v. pág. 676).

3. Compruebe la amplitud del movimiento mediante las siguientes

maniobras (v. pág. 676):

Dorsiflexión (20°) y flexión plantar (45°)

Inversión (30°) y eversión (20°)

Flexión y extensión de los dedos de los pies

4. Compruebe la fuerza de los músculos en flexión plantar y en

dorsiflexión (v. pág. 677).

Entre los procedimientos adicionales se encuentran los

siguientes:

Valoración de mano y muñeca (v. pág. 677)

Diagrama de la mano de Katz

Prueba de abducción del pulgar

Signo de Tinel

Prueba de Phalen

Valoración del hombro (v. pág. 678)

Prueba de Neer

Prueba de Hawkins

Valoración de columna inferior (v. pág. 678)

Prueba de elevación de la pierna estirada

Prueba de estiramiento femoral

Valoración de la cadera (v. pág. 680)

Prueba de Thomas

Prueba de Trendelenburg

Valoración de rodilla (v. pág. 681)

Peloteo

Signo de abultamiento

Prueba de McMurray

Prueba del cajón anterior y posterior

Prueba de Lachman

Prueba de estrés en varo y en valgo

Medición de extremidad (v. pág. 683)

Sinopsis de exploración física (cont.)

El sistema musculoesquelético es una estructura ósea con articulaciones sujetas por ligamentos,

tendones de fijación a los músculos y cartílagos de protección (figs. 21-1 y 21-2). Además de

proporcionar soporte a los tejidos blandos del cuerpo y permitir el movimiento, las funciones del

sistema musculoesquelético son proteger órganos vitales, proporcionar espacio de almacenamiento para minerales, producir células sanguíneas (hematopoyesis), y hacer posible la reabsorción y la reconstitución de sí mismo.

La mayoría de las articulaciones son diartródicas: articulaciones de libre movimiento, rodeadas

por una cápsula de cartílago articular fibroso, ligamentos y cartílago de recubrimiento de los extremos

de los huesos opuestos. Una membrana sinovial reviste la cavidad articular y segrega el líquido sinovial

seroso lubricante. En los espacios de tejido conjuntivo entre tendones, ligamentos y huesos se desarrollan bolsas para facilitar el movimiento en puntos en los que, de lo contrario, existiría fricción.

La variabilidad entre individuos en cuanto al tamaño y la fuerza de los músculos se debe a la

constitución genética, la nutrición y el ejercicio físico. A todas las edades, los músculos aumentan

de tamaño con el uso y encogen por inactividad. Cada músculo debe conservar intacta su inervación para funcionar y mover las articulaciones en su recorrido completo de movimiento.

Extremidades Superiores

La articulación radiocarpiana (muñeca) está integrada por el radio y los huesos del carpo. Existen

articulaciones adicionales entre las filas proximal y distal de los huesos carpianos. Un disco articular

separa el cúbito y los huesos del carpo, y la articulación se halla protegida por ligamentos y una

cápsula fibrosa. La muñeca es una articulación condiloidea, que permite el movimiento en dos

planos (movimiento de flexión y extensión; movimiento radial y cubital). La mano presenta

ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA

Capítulo 21 Sistema musculoesquelético 651

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Fi

gura 21-1

A

. Huesos de las extremidades

superiores e inferiores.

B. Músculos de las extremidades

superiores.

(Continúa)

A

NATOMÍA Y FISIOLO

GÍA

652 Capítulo 21 Sistema musculoesquelético

articulaciones entre los huesos carpianos y los metacarpianos, entre los metacarpianos y las falanges

proximales, y entre las falanges medias y las distales. Las articulaciones metacarpofalángicas son

condiloideas (fig. 21-3). Las articulaciones del antebrazo son las que se establecen entre el radio y

el cúbito, en sentido proximal y distal. Son importantes para la pronación y la supinación.

El codo está formado por la articulación que integra el húmero, el radio y el cúbito. Sus tres

superficies contiguas quedan incluidas en una misma cavidad sinovial, y los ligamentos del radio

y del cúbito protegen la articulación. Entre el olécranon y la piel se extiende una bolsa sinovial

(fig. 21-4). El codo es una articulación en bisagra, que permite el movimiento del húmero y del

cúbito en un mismo plano (flexión y extensión).

La articulación glenohumeral (del hombro) es aquella en la que participan el húmero y la

cavidad glenoidea de la escápula. El acromion, la apófisis coracoides y el ligamento que se extiende

entre ellos forman el arco que rodea y protege la articulación (fig. 21-5, A). Cuatro músculos

(supraespinoso, infraespinoso, redondo menor y subescapular) y sus tendones componen el manguito rotador, que refuerza la articulación glenohumeral para estabilizar el hombro y la posición

de la cabeza del húmero dentro de la articulación (fig. 21-5, B). El hombro es una articulación de

bola y cavidad que permite el movimiento del húmero en muchos planos.

Otras dos articulaciones adyacentes a la glenohumeral completan la del cinturón escapular. La

articulación acromioclavicular es la integrada por la apófisis del acromion y la clavícula, y

la articulación esternoclavicular es la que se establece entre el manubrio del esternón y la

clavícula.

Cabeza Y Columna Vertebral

La articulación temporomandibular es la que se forma entre la mandíbula y el hueso temporal

del cráneo. Se localiza en la depresión inmediatamente anterior al trago de la oreja. La acción de

bisagra de la articulación abre y cierra la boca, mientras que la de deslizamiento permite el

movimiento lateral, la protrusión y la retracción de la mandíbula (figs. 21-6 y 21-7). Véase

el capítulo 10 para una descripción de los huesos fusionados del cráneo.

La columna vertebral está constituida por las vértebras cervicales, torácicas, lumbares y sacras.

Salvo estas últimas, el resto están separadas entre sí por discos fibrocartilaginosos. Cada disco tiene

Figura 21-1 (cont.)

C. Músculo de las extremidades

inferiores.

A

NATOMÍA Y FISIOLO

GÍA

Capítulo 21 Sistema musculoesquelético 653

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 21-3

Estructuras de la muñeca y de las

articulaciones de la mano.

Figura 21-2

A. Huesos del tronco, vista anterior. B. Huesos del tronco, vista posterior. C. Músculos superficiales del tronco, vista

anterior. D. Músculos superficiales del tronco, vista posterior.

A

NATOMÍA Y FISIOLO

GÍA

654 Capítulo 21 Sistema musculoesquelético

Figura 21-6

Músculos de la cara y la cabeza, vista lateral izquierda.

Figura 21-7

Estructuras de la articulación temporomandibular.

Figura 21-4

Estructuras de la articulación del

codo izquierdo, vista posterior.

Figura 21-5

Estructuras del hombro. A. Estructuras de las articulaciones glenohumeral y acromioclavicular, vista anterior.

B. Músculos del manguito rotador del hombro, vista posterior.

A

NATOMÍA Y FISIOLO

GÍA

Capítulo 21 Sistema musculoesquelético 655

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.

un núcleo de material fibrocartilaginoso que hace las veces de almohadilla entre los cuerpos vertebrales (fig. 21-8). Las vértebras forman entre sí una serie de articulaciones en las que las superficies

implicadas se deslizan ligeramente las unas sobre las otras, permitiendo cierto movimiento en

distintos ejes. Las vértebras cervicales son las más móviles. Entre el cráneo y C1 son posibles los

movimientos de flexión y extensión, mientras que entre C1 y C2 es posible la rotación. Las vértebras sacras están fusionadas y, con el cóccix, forman parte de la parte posterior de la pelvis.

Extremidades Inferiores

La articulación de la cadera está integrada por el acetábulo y el fémur. La profundidad del acetábulo del hueso pélvico, así como la articulación, mantenida por tres fuertes ligamentos, ayuda a

estabilizar y protege la cabeza del fémur en la cápsula articular. Tres bolsas sinoviales reducen la

fricción en la cadera. Se trata de una articulación de bola y cavidad, que permite el movimiento

del fémur sobre distintos ejes (fig. 21-9).

La rodilla es la articulación del fémur, de la tibia y de la rótula. Los discos fibrocartilaginosos

(meniscos lateral y medial), que actúan como almohadillas entre la tibia y el fémur, están unidos

a la tibia y a la cápsula articular. Los ligamentos colaterales ofrecen estabilidad lateral y medial a

la rodilla, y la protegen del estrés en varo y en valgo. Los dos ligamentos cruzados atraviesan

oblicuamente la rodilla por dentro, aportando así estabilidad anterior y posterior. El ligamento

cruzado anterior protege la rodilla de la hiperextensión. Diversas bolsas sinoviales reducen la

fricción. La bolsa suprarrotuliana separa la rótula, el tendón del cuádriceps y el músculo del fémur.

La rodilla es una articulación en bisagra, que permite el movimiento (flexión y extensión) entre

el fémur y la tibia en un solo plano (fig. 21-10).

La articulación talocrural (del tobillo) es la formada por la tibia, el peroné y el astrágalo. Está

protegida por ligamentos en las caras medial y lateral. Es una articulación en bisagra, que permite

la flexión y la extensión (dorsiflexión y flexión plantar) en un solo plano. Otras articulaciones del

tobillo, la articulación astragalocalcánea (subastragalina) y la transversa del tarso, permiten el

movimiento pivotante o de rotación (pronación y supinación) de la articulación. Las articulaciones del pie entre los huesos tarsianos y metatarsianos, entre los metatarsianos y las falanges, y

entre las falanges medias y las distales son de tipo condiloideo (fig. 21-11).

Lactantes Y Niños

Durante el desarrollo fetal, el sistema esquelético empieza a formarse a partir de tejidos conjuntivos embriológicos, que dan lugar a cartílago, el cual se calcifica y se convierte en hueso. A lo

VARIANTES FÍSICAS

Vértebras

El 85% de los individuos

presentan un número normal

de vértebras (24), si bien el

11% tienen 23, y hasta el 5%,

25. La incidencia de la

variante de 23 vértebras es

mayor en las mujeres que en

los hombres.

Figura 21-8

Estructuras de las articulaciones vertebrales.

Figura 21-9

Estructuras de la cadera. (Tomado de Thompson et al., 1997.)

A

NATOMÍA Y FISIOLO

GÍA

656 Capítulo 21 Sistema musculoesquelético

largo de los primeros años de vida y en la infancia, los huesos largos crecen en diámetro por

aposición de nuevo tejido óseo en torno a la diáfisis o caña del hueso. El crecimiento en longitud

de los huesos largos se produce como consecuencia de la proliferación de cartílago en las placas

de crecimiento (epífisis). En los huesos más pequeños, como los carpianos, los centros de osificación conforman cartílago calcificado. Existen un orden y un ritmo de crecimiento óseo y de osificación durante la infancia. Los ligamentos son más fuertes que el hueso hasta la adolescencia;

por tanto, en esta etapa, las lesiones de huesos largos y articulaciones consisten más frecuentemente en fracturas que en esguinces.

Adolescentes

El rápido crecimiento en el estadio 3 de Tanner (v. págs. 108-111) da lugar a una disminución de

resistencia de las epífisis, así como a una reducción general de la fuerza y de la flexibilidad, lo cual

conduce a una mayor probabilidad de lesiones. El crecimiento óseo se completa en torno a los

20 años de edad, cuando se cierra la última epífisis y se fusiona firmemente a la diáfisis. Una vez

que cesa el crecimiento óseo, la densidad y la resistencia del hueso siguen aumentando; no obstante,

la masa ósea máxima no se alcanza en ambos sexos hasta aproximadamente los 35 años de edad.

Mujeres Gestantes

En torno a las semanas 12 a 20 de la gestación, los niveles más altos de hormonas en circulación

contribuyen al aumento de la elasticidad de los ligamentos y al reblandecimiento de los cartílagos

de la pelvis. Ello da lugar a una mayor movilidad de las articulaciones sacroilíaca, sacrococcígea

y de la sínfisis pubiana.

Figura 21-10

Estructuras de la rodilla, vista

anterior. A. Huesos y ligamentos

de la articulación. B. Músculos

con inserción en la rodilla.

Figura 21-11

Huesos y articulaciones del

tobillo y del pie.

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Capítulo 21 Sistema musculoesquelético 657

Para compensar el aumento de tamaño del útero hacia el final de la gestación, se produce una

lordosis progresiva, en un esfuerzo por desviar el centro de gravedad hacia atrás. Los ligamentos

y músculos de la columna inferior pueden sufrir estiramiento, lo cual da lugar a dolor lumbar en

el 40-50% de las mujeres embarazadas.

Adultos Mayores

Con el envejecimiento, el sistema esquelético sufre una alteración del equilibrio entre depósito y

resorción de materia ósea, predominando esta última. En la mujer menopáusica, la caída de

estrógenos incrementa la resorción ósea y reduce el depósito de calcio, lo que da lugar a una pérdida

de hueso y a una disminución de la densidad ósea. En torno a los 80 años de edad, una mujer puede

haber perdido hasta el 30% de su masa ósea. La pérdida de densidad ósea afecta a todo el esqueleto,

aunque los huesos largos y las vértebras son especialmente vulnerables. Los huesos que soportan

peso son los más predispuestos a las fracturas. Con la pérdida de grasa subcutánea, las prominencias

óseas se hacen más visibles. Los cartílagos en torno a las articulaciones se deterioran.

La masa muscular también sufre alteraciones al aumentar la cantidad de colágeno que se

acumula inicialmente en los tejidos, fenómeno seguido de fibrosis del tejido conjuntivo. Los

tendones pierden elasticidad. Todo esto da lugar a una reducción de la masa muscular total, del

tono y de la fuerza. Se registra, asimismo, un deterioro progresivo del tiempo de reacción, de la

velocidad de los movimientos, de la agilidad y de la resistencia.

Revisión De Los Antecedentes Relacionados

Para cada uno de los síntomas o trastornos tratados en esta sección, se señalan las cuestiones

específicas que deben incluirse en los antecedentes de la enfermedad actual. Las respuestas a las

preguntas sobre tales cuestiones proporcionan pistas para orientar la exploración física y el desarrollo de una evaluación diagnóstica apropiada. Las preguntas relacionadas con el uso de fármacos

(preparados de venta con y sin prescripción), así como con las terapias complementarias y

alternativas, son importantes para ambos fines.

Antecedentes de la enfermedad actual

Síntomas articulares

Características: rigidez o limitación de movimiento, alteraciones de la forma o del contorno,

hinchazón o enrojecimiento, dolor constante o con determinados movimientos, afectación

unilateral o bilateral, interferencia en las actividades de la vida diaria, bloqueo articular o

articulación que cede

Elementos asociados: momento del día, actividad, movimientos específicos, lesión, actividad

agotadora, clima

Factores temporales: variaciones en la frecuencia o en las características de los episodios,

mejoría o empeoramiento al avanzar el día, naturaleza de la presentación (lenta o rápida)

Medidas de tratamiento: ejercicio, reposo, reducción de peso, fisioterapia, calor, hielo, dispositivos ortopédicos

Fármacos: antiinflamatorios no esteroideos, paracetamol, modificadores biológicos y otros

inmunodepresores, corticoesteroides, analgésicos tópicos; glucosamina, condroitina, ácido

hialurónico

Síntomas musculares

Características: limitación del movimiento, debilidad o fatiga, parálisis, temblor, tics, espasmos, torpeza, consunción, sensibilidad dolorosa o dolor

Promoción de la salud

Cómo frenar los cambios musculoesqueléticos asociados al envejecimiento

La vida sedentaria y cualquier problema de salud que contribuya a reducir la actividad física

favorecen y aceleran los cambios musculoesqueléticos asociados al envejecimiento. A todas las

edades, la práctica regular de ejercicio y una dieta equilibrada, que incluya suplementos de

vitamina D y calcio, ayudan a frenar el avance de dichos cambios musculoesqueléticos.

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658 Capítulo 21 Sistema musculoesquelético

Factores precipitantes: lesión, actividad extenuante, movimiento repentino, estrés

Medidas de tratamiento: calor, hielo, férulas, reposo, masaje

Fármacos: relajantes musculares, salicilatos, antiinflamatorios no esteroideos

Síntomas esqueléticos

Características: dificultad para caminar o cojera; entumecimiento, hormigueo o sensación

de presión; dolor con el movimiento, crepitación; deformidad o alteración del contorno

esquelético

Episodio asociado: lesión, fracturas recientes, actividad extenuante, movimiento repentino,

estrés; posmenopausia

Medidas de tratamiento: reposo, férulas, quiropraxia, acupuntura

Fármacos: tratamiento hormonal, calcio; calcitonina, bisfosfonatos

Lesión

Sensación en el momento de la lesión: crujido, chasquido, rasgado, entumecimiento, hormigueo, atrapamiento, bloqueo, chirrido, resorte, calor o frío, capacidad para cargar peso

Mecanismo de lesión: traumatismo directo, uso excesivo, cambio súbito de dirección, contracción forzada, excesivo estiramiento

Dolor: localización, tipo, inicio (súbito o gradual), factores que agravan o alivian, posición

más cómoda

Hinchazón: localización, momento (con la lesión o con actividad)

Medidas de tratamiento: reposo, hielo, calor, férulas

Fármacos: analgésicos, antiinflamatorios

Dolor de espalda

Inicio repentino o gradual

Características del dolor y sensación: dolor lacerante, urente o constante; hormigueo o

entumecimiento; localización y distribución (unilateral o bilateral), irradiación a los glúteos,

a la ingle o a las piernas; desencadenado por tos o estornudos y movimientos bruscos

Episodio asociado: traumatismo, levantamiento de cargas pesadas por razones laborales u

otras, conducción en viajes largos, actividades deportivas, alteración postural o deformidad

Medidas de tratamiento: descanso, evitar los movimientos bruscos y la bipedestación prolongada, quiropraxia

Fármacos: relajantes musculares, analgésicos, antiinflamatorios

Antecedentes médicos

Traumatismo: nervios, tejidos blandos, huesos, articulaciones; problemas residuales; infección ósea

Cirugía de articulaciones o huesos; amputación, artroscopia

Enfermedad crónica: cáncer, artritis, anemia falciforme, hemofilia, osteoporosis, trastorno

renal o neurológico

Deformidades esqueléticas o anomalías congénitas

Antecedentes Familiares

Anomalías congénitas de la cadera y del pie

Escoliosis o problemas de espalda

Artritis: artritis reumatoide, artrosis, espondilitis anquilosante, gota

Trastornos genéticos: osteogenia imperfecta, displasia esquelética, raquitismo, hipofosfatemia,

hipercalciuria

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Factores de riesgo

Artrosis

Obesidad

Antecedentes familiares de artrosis

Síndromes de hipermovilidad

Envejecimiento (mayores de 40 años)

Lesión, alto nivel de actividades deportivas

Profesión que exige un uso excesivo de articulaciones

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Capítulo 21 Sistema musculoesquelético 659

Antecedentes Personales Y Sociales

Trabajo: actual y anterior, levantamiento de peso y probabilidad de lesiones accidentales,

movimientos repetitivos por encima de la cabeza, uso de teclado/ordenador, medidas de seguridad, uso de soporte de columna vertebral, estrés crónico de articulaciones, otros movimientos

repetitivos

Ejercicio físico: intensidad, tipo y frecuencia; carga de peso; tensión en articulaciones concretas;

entrenamiento general; deporte (nivel de competición, tipo de calzado y de equipamiento);

rutina de calentamiento y enfriamiento cuando se practica ejercicio

Capacidades funcionales: cuidado personal (alimentación, baño, vestido, aseo, micción y defecación); otras actividades (tareas del hogar, paseos, subir escaleras, cuidado de mascotas); uso

de prótesis

Peso: aumento reciente, peso excesivo o escaso para la estructura corporal

Talla: máxima altura alcanzada, cualquier cambio

Nutrición: cantidad de calcio, vitamina D, calorías y proteínas

Consumo de tabaco y de alcohol

Lactantes Y Niños

Antecedentes de parto

Presentación, grande para la edad gestacional, lesiones durante el parto (pueden registrarse

fracturas o lesiones de nervios), tipo de parto (vaginal o por cesárea), uso de fórceps

Bajo peso al nacer, prematuro, maniobras de reanimación, necesidad de soporte ventilatorio

(puede producirse anoxia, que da lugar a trastornos del tono muscular)

Elementos esenciales del desarrollo motor fino y grueso, apropiados para la edad cronológica

del niño

Sobrepeso u obesidad

Calidad del movimiento: espasticidad, flacidez, rigidez en rueda dentada

Dolor en los brazos o en las piernas

Características: localizado o generalizado; en músculo o articulación; limitación de movimiento; asociado a movimiento, traumatismo o aceleración del crecimiento

Inicio: edad, súbito o gradual, por la noche en reposo, después de actividad

Participación en deportes organizados o de competición, levantamiento de peso

Mujeres Gestantes

Calambres musculares: naturaleza de la presentación, frecuencia y momento, músculos afectados, medidas de tratamiento

Dolor de espalda

Semanas de gestación, asociado a embarazo múltiple, medidas de tratamiento

Síntomas asociados: tensión uterina, náuseas, vómitos, fiebre, malestar (puede denotar

molestias musculoesqueléticas si no existe otro trastorno)

Tipo de calzado (los tacones pueden favorecer la lordosis)

Adultos Mayores

Debilidad

Presentación: repentina o gradual, localizada o generalizada, con la actividad o después de

actividad prolongada

Síntomas asociados: rigidez de articulaciones, tensión o espasmos musculares, cualquier

actividad concreta, disnea

Aumento de lesiones menores: tropiezos, caídas, agilidad limitada; asociado a visión

deteriorada

Variaciones en la facilidad de movimiento: pérdida de habilidad para realizar movimientos

repentinos, variaciones en la resistencia al ejercicio, dolor, rigidez, localizadas en determinadas

articulaciones o generalizadas

Espasmos musculares nocturnos: frecuencia, dolor de espalda asociado, entumecimiento o

enfriamiento de extremidades

Historia de lesiones o uso excesivo de una articulación o de un grupo de articulaciones,

claudicación, anomalías articulares conocidas

Fracturas previas, pruebas de densitometría ósea

Fármacos

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660 Capítulo 21 Sistema musculoesquelético

Exploración Y Hallazgos

Factores de riesgo

Osteoporosis

Raza (blanca, asiática, indios nativos de Norteamérica); europeo septentrional u occidental;

rubio o pelirrojo, con pecas

Constitución corporal ligera, delgada

Antecedentes familiares de osteoporosis, genes de baja densidad ósea

Mujer nulípara

Amenorrea o menopausia antes de los 45 años de edad, posmenopausia

Estilo de vida sedentario; falta de ejercicio aeróbico o con carga de peso

Dietas constantes; inadecuada ingesta de calcio y vitamina D; demasiados refrescos

carbonatados al día

Escoliosis, artritis reumatoide, cáncer, esclerosis múltiple, enfermedad crónica

Trastornos metabólicos (p. ej., diabetes, hipercortisolismo, hipogonadismo, hipertiroidismo)

Fármacos que reducen la densidad ósea (p. ej., tiroxina, corticoesteroides, heparina, litio,

anticonvulsivos, antiácidos con aluminio)

Mala dentadura; fracturas previas

Tabaquismo o consumo importante de alcohol

Equipo

◆ Marcador para la piel

◆ Goniómetro

◆ Cinta métrica

◆ Martillo de reflejos

Comience su exploración del sistema musculoesquelético observando la marcha y la postura del

paciente cuando entre en la sala de consulta. Tome nota de la manera de caminar, del modo en

que se sienta y se levanta desde la posición de sentado, de cómo se quita el abrigo y de cómo

responde a las instrucciones que se le dan durante la exploración.

Cuando vaya a centrar su atención en huesos, articulaciones y músculos, la superficie corporal

debe quedar bien expuesta y observarse bajo una buena iluminación. Coloque al paciente proporcionando a las articulaciones la mayor estabilidad posible. Examine cada región corporal y valore

la estabilidad de las extremidades y del tronco, la fuerza y la función de músculos y articulaciones.

Coloque las extremidades de forma equivalente mientras efectúa la exploración, para poder así

valorar cualquier posible asimetría.

Inspección

Efectúe la inspección de las superficies corporales anterior, posterior y laterales del paciente

(fig. 21-12). Observe la capacidad del mismo para mantenerse de pie erguido, la simetría de las

partes del cuerpo y la alineación de las extremidades. Identifique una posible lordosis, cifosis o

escoliosis.

Realice la inspección de la piel y de los tejidos subcutáneos que recubren músculos, cartílagos,

huesos y articulaciones, y valore si existe alteración del color, hinchazón o masas.

Observe las extremidades para evaluar el tamaño global y si existe deformidad o agrandamiento

óseo, y valore, asimismo, la alineación, el contorno y la simetría en cuanto a longitud y posición.

Es de esperar la observación de simetría bilateral en cuanto a longitud, circunferencia y alineación,

así como en la situación y en el número de pliegues cutáneos.

Lleve a cabo la inspección de los músculos en busca de hipertrofia o atrofia, fasciculaciones y

espasmos. Los músculos de ambos lados han de ser aproximadamente simétricos, sin atrofia ni

hipertrofia. Ha de tenerse en cuenta que la simetría bilateral no es absoluta, pues no existe una

simetría perfecta. Así, por ejemplo, en los atletas que juegan a deportes de raqueta y en los trabajadores manuales es de esperar que el brazo dominante sea más grueso. Tras la lesión de la neurona

Vídeo/animación

Puede encontrar un vídeo

del sistema

musculoesquelético

(observación de la marcha

y la postura) en

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Capítulo 21 Sistema musculoesquelético 661

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.

motora de un músculo se registra fasciculación. Tras una lesión se produce consunción muscular

por dolor, enfermedad del músculo o lesión de la neurona motora.

Palpación

Efectúe la palpación de todos los huesos, articulaciones y músculos que los rodean. Tome nota de

la existencia de calor, sensibilidad dolorosa, hinchazón, fluctuación de una articulación (asociada

a derrame), crepitación, dolor y resistencia a la presión. No debe ocasionar molestia alguna cuando

usted aplique presión sobre huesos o articulaciones. El tono muscular ha de ser firme, ni duro ni

pastoso. La espasticidad es un aumento del tono muscular. Por último, palpe las articulaciones

inflamadas. En ocasiones, el engrosamiento sinovial se percibe en articulaciones próximas a la

superficie de la piel cuando la membrana sinovial está edematosa o hipertrofiada debido a

la inflamación. La crepitación puede percibirse cuando dos superficies óseas irregulares rozan entre

sí al moverse la articulación, cuando los dos extremos ásperos de un hueso roto friccionan entre sí

o con el movimiento de un tendón dentro de su vaina si existe tenosinovitis.

Amplitud De Movimiento

Examine la amplitud de movimiento de cada articulación principal y de los grupos musculares

relacionados. A menudo el tono muscular se evalúa al mismo tiempo. Deje al paciente el espacio

adecuado para que mueva cada grupo muscular y cada articulación en todo su recorrido. Proporciónele instrucciones para que mueva cada articulación en toda su amplitud de movimiento de

la manera que se detalla en «Articulaciones y músculos específicos». El dolor, la limitación

de movimiento, el movimiento espástico, la inestabilidad articular, la deformidad y la contractura

sugieren un problema en la articulación, del grupo muscular relacionado o de la inervación.

Pida al paciente que se relaje y que le permita mover de manera pasiva las articulaciones hasta

que note que ha llegado al final del recorrido. No fuerce la articulación si existe dolor o espasmo

muscular. El tono muscular puede valorarse a través de la percepción de la resistencia al estiramiento pasivo. Durante el recorrido del movimiento pasivo, los músculos deben mostrar una

ligera tensión. A menudo la amplitud del movimiento pasivo es 5° mayor que la del activo. El

recorrido del movimiento de una articulación mediante maniobras activas y pasivas debe ser

equivalente en las articulaciones contralaterales. Las discrepancias entre la amplitud de movimiento activo y la del pasivo pueden indicar debilidad muscular o trastorno articular. No debe

observarse crepitación ni sensibilidad dolorosa con el movimiento. Identifique la localización

concreta de la sensibilidad dolorosa, cuando exista. Los músculos espáticos muestran mayor

resistencia a moverse en toda su amplitud de movimiento. Las mediciones pueden variar si el

músculo examinado se relaja con cierta persistencia.

Figura 21-12

Inspección de la postura corporal.

Observe el contorno uniforme de

los hombros, la altura de las

escápulas y de las crestas ilíacas,

la alineación de la cabeza sobre

los pliegues de los glúteos, y la

simetría y la alineación de las

extremidades. A. Vista anterior.

B. Vista posterior. C. Vista lateral.

El occipucio, los hombros, los

glúteos y los tobillos deben poder

tocar la pared cuando el paciente

se coloca de pie contra ella.

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662 Capítulo 21 Sistema musculoesquelético

Cuando una articulación parece presentar un aumento o una limitación en su amplitud de

movimiento, se utiliza un goniómetro para medir con mayor precisión el ángulo. Comience con

la articulación en posición totalmente extendida o neutra, y después flexione la articulación tanto

cuanto sea posible. Mida los ángulos máximos de flexión y extensión, y compárelos con los valores

de flexión y extensión esperados (fig. 21-13).

Fuerza Muscular

La evaluación de la fuerza de cada grupo muscular, considerada también como parte de la

exploración neurológica, suele realizarse conjuntamente con la valoración de la amplitud del

movimiento de la articulación asociada. En un principio, pida al paciente que contraiga el músculo

que usted le indique, extendiendo o flexionando la articulación; después, pídale que resista mientras usted aplica fuerza en contra de la contracción muscular (fig. 21-14). No permita que el

paciente mueva la articulación. Como alternativa, pídale que empuje contra su mano hasta notar

resistencia. Compare la fuerza del músculo bilateralmente. Es de esperar que la fuerza muscular

sea simétrica, con resistencia plena a una fuerza contraria. La fuerza muscular plena requiere una

amplitud completa de movimiento activo.

Las variaciones en la fuerza muscular se clasifican desde contracción involuntaria hasta fuerza

muscular completa, utilizando la escala que se ofrece en la tabla 21-1. Cuando la fuerza muscular

es de grado 3 o inferior, se considera que existe discapacidad; no puede desarrollarse actividad en

un campo gravitatorio y es necesario soporte externo para realizar los movimientos. La debilidad

puede deberse a atrofia, dolor, fatiga o sobreestiramiento.

Articulaciones Y Músculos Específicos

Manos y muñecas

Efectúe la inspección de las caras dorsal y palmar de las manos, y valore el contorno, la posición,

la forma, el número y la integridad de los dedos. Observe la presencia de los pliegues palmares y

Figura 21-13

Utilice el goniómetro para medir la amplitud de

movimiento de la articulación.

Figura 21-14

Evaluación de la fuerza muscular: flexión del codo contra

una fuerza contraria.

TABLA 21-1 Valoración de la fuerza muscular

Nivel de función muscular Grado

Sin evidencia de movimiento 0

Movimiento residual 1

Amplitud de movimiento completa, pero no contra la gravedad* 2

Amplitud de movimiento completa, contra la gravedad, pero no contra una resistencia 3

Amplitud de movimiento completa contra la gravedad y contra cierta resistencia, aunque débil 4

Amplitud de movimiento completa, resistencia completa 5

*Movimiento pasivo.

Vídeo/animación

Puede encontrar una

serie de animaciones

sobre contracciones

musculares en

Tomado de Jacobson, 1998.

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Capítulo 21 Sistema musculoesquelético 663

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.

falángicos. La superficie palmar de cada mano debe presentar una depresión central con un

montículo redondeado (eminencia tenar) en la parte del pulgar de la mano y una eminencia

hipotenar, menos prominente, en la parte correspondiente al dedo. Es de esperar que los dedos se

extiendan completamente en una posición cercana entre sí y que se muestren alineados con el

antebrazo. Los dedos deben ser progresivamente ahusados de proximal a distal (fig. 21-15).

La desviación de los dedos hacia el lado cubital y las deformidades en cuello de cisne o en ojal

suelen ser indicativas de artritis reumatoide (fig. 21-16).

Palpe cada articulación de la mano y de la muñeca y las articulaciones interfalángicas con los

dedos pulgar e índice. Las articulaciones metacarpofalángicas se palpan con ambos pulgares.

Efectúe la palpación de la muñeca y del surco radiocarpiano con ambos pulgares sobre la superficie

Figura 21-15

A. Estructura ósea de la mano y de la muñeca derechas; obsérvese la alineación de los dedos con el radio. B. Características de la cara

palmar de la mano: eminencias tenar e hipotecar, y disminución gradual del diámetro de los dedos.

Figura 21-16

Hallazgos inesperados de la mano.

A. Desviación cubital y

subluxación de las articulaciones

metacarpofalángicas.

B. Deformidades en cuello de

cisne. C. Deformidad en ojal o

boutonnière. (A-B, reproducidos a

partir de Clinical Slide Collection of

the Rheumatic Diseases, copyright

1991. Utilizado con autorización de

American College of Rheumatology.

C, tomado de Arthritis Teaching

Slide Collection, copyright 1980.

Utilizado con autorización de

Arthritis Foundation.)

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664 Capítulo 21 Sistema musculoesquelético

dorsal y los demás dedos sobre la cara palmar de la muñeca (fig. 21-17). Las superficies articulares

deben ser lisas y no deben presentar nódulos, hinchazón ni sensibilidad dolorosa. Una masa firme

sobre el dorso de la muñeca puede ser un ganglio.

Los desarrollos óseos en las articulaciones interfalángicas distales, que se perciben como

nódulos duros no dolorosos a la palpación, generalmente de 2 a 3mm de diámetro pero que en

ocasiones afectan a toda la articulación, se asocian a artrosis. Cuando están localizados a lo largo

de las articulaciones interfalángicas distales reciben el nombre de nódulos de Heberden; los que se

localizan a lo largo de las articulaciones interfalángicas proximales se denominan nódulos de Bouchard. La hinchazón dolorosa y fusiforme de las articulaciones interfalángicas proximales provoca

dedos en forma de huso, asociados al estadio agudo de la artritis reumatoide (fig. 21-18). Las

formaciones quísticas, redondeadas y no dolorosas que se localizan a lo largo de las vainas de los

tendones o de las cápsulas articulares y que se hacen más visibles con la flexión pueden ser

indicativas de quistes ganglionares.

Compruebe la amplitud de movimiento de la mano y de la muñeca pidiendo al paciente que

realice estos movimientos:

Flexione los dedos hacia la articulación metacarpofalángica; después estírelos hacia arriba y

hacia por los nudillos. La flexión metacarpofalángica esperada es de 90°, y la hiperextensión,

de hasta 30° (fig. 21-19-A).

Toque con el pulgar la yema de cada dedo y la base del meñique; cierre la mano en puño. Todos

estos movimientos deben ser posibles (fig. 21-19, B y C).

Separe los dedos y después júntelos. Ambos movimientos deben ser posibles (fig. 21-19, D).

Flexione la mano por la muñeca hacia arriba y hacia abajo. Cabe esperar una flexión de 90° y

una hiperextensión de 70° (fig. 21-19, E).

Con la palma de la mano hacia abajo, gire cada mano hacia la derecha y hacia la izquierda. Son

de esperar un movimiento radial de 20° y uno cubital de 55° (fig. 21-19, F).

Figura 21-17

Palpación de las articulaciones de

mano y muñeca. A. Articulaciones

interfalángicas proximales.

B. Articulaciones

metacarpofalángicas. C. Surco

radiocarpiano y muñeca.

Figura 21-18

Hallazgos inesperados en los

dedos. A. Hinchazón fusiforme o

agrandamiento en forma de huso

de las articulaciones

interfalángicas proximales.

B. Enfermedades articulares

degenerativas; nódulos de

Heberden en las articulaciones

interfalángicas distales y nódulos

de Bouchard en las articulaciones

interfalángicas proximales.

C. Dedos telescópicos con

articulaciones hipermóviles.

(Reproducido a partir de Clinical

Slide Collection of the Rheumatic

Diseases, copyright 1991. Utilizado

con autorización de American

College of Rheumatology.)

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Capítulo 21 Sistema musculoesquelético 665

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Pida al paciente que mantenga la flexión y la hiperextensión de la muñeca mientras aplica una

fuerza contraria para valorar la fuerza de los músculos de la muñeca. Para valorar la fuerza de la

mano, pida al paciente que agarre dos de sus dedos. Con objeto de evitar la compresión dolorosa

de un apretón excesivo, ofrezca dos dedos de la mano en posición de saludo. La extensión, la

abducción y la aducción de los dedos y la oposición del pulgar se utilizan también para valorar la

fuerza de las manos.

Codos

Efectúe la inspección del contorno de los codos del paciente en flexión y en extensión. Nódulos

subcutáneos a lo largo de los puntos de presión de la superficie cubital pueden indicar artritis

reumatoide (fig. 21-20) o tofos gotosos.

Observe cualquier desvío del ángulo de porte entre el húmero y el radio mientras el brazo de

encuentra extendido pasivamente, con la palma hacia delante. El ángulo de porte suele ser de 5 a

15° en sentido lateral. Variaciones de dicha angulación son el cúbito valgo, es decir, un ángulo

lateral superior a 15°, y el cúbito varo, un ángulo de porte medial (fig. 21-21).

Flexione el codo del paciente 70° y palpe la superficie extensora del cúbito, la apófisis del olécranon y los epicóndilos medial y lateral del húmero. Después palpe el surco a cada lado de la

apófisis del olécranon en busca de sensibilidad dolorosa, hinchazón y engrosamiento de la membrana sinovial (fig. 21-22). Una tumefacción blanda, pastosa o fluctuante, un punto de sensibilidad

dolorosa en el epicóndilo lateral o a lo largo de los surcos de la apófisis del olécranon y de los

Figura 21-19

Amplitud de movimiento de la

mano y de la muñeca. A. Flexión

metacarpofalángica e

hiperextensión. B. Flexión del

dedo: pulgar hasta la yema de

cada dedo y hasta la base del

meñique. C. Flexión de dedos:

formación de puño. D. Abducción

de los dedos. E. Flexión e

hiperextensión de la muñeca.

F. Movimiento cubital y radial de

la muñeca.

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666 Capítulo 21 Sistema musculoesquelético

epicóndilos, y un aumento del dolor en la pronación y la supinación del codo deben hacer sospechar una epicondilitis o una tendinitis.

La amplitud del movimiento del codo se explora pidiendo al paciente que lleve a cabo los

siguientes movimientos:

Con el codo totalmente extendido, a 0°, doble y estire el codo. Cabe esperar una flexión de 160°

y una extensión de retorno de 0° o una extensión completa de 180° (fig. 21-23, A).

Con el codo flexionado en ángulo recto, gire la mano desde la posición con la palma hacia

abajo hasta que la misma esté hacia arriba. Cabe esperar una pronación y una supinación de

90° (fig. 21-23, B).

Para valorar la fuerza de los músculos del codo, pida al paciente que mantenga la flexión y la

extensión mientras aplica una fuerza contraria.

Hombros

Inspeccione el contorno de los hombros, el cinturón escapular, las clavículas y las escápulas, así

como la musculatura de alrededor. Debe existir simetría de tamaño y de contorno en todas las

Figura 21-20

Nódulos subcutáneos en la superficie extensora del

antebrazo, cerca del codo. (Reproducido a partir de Clinical

Slide Collection of the Rheumatic Diseases, copyright 1991.

Utilizado con autorización de American College of

Rheumatology.)

Figura 21-21

Ángulo normal del brazo, de

5 a 15°.

Figura 21-22

Palpación de los surcos de la apófisis del olécranon.

Figura 21-23

Amplitud de movimiento del codo. A. Flexión y extensión. B. Pronación y supinación.

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Capítulo 21 Sistema musculoesquelético 667

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.

estructuras del hombro. Cuando el contorno del hombro es asimétrico y un hombro tiene depresiones en su contorno redondeado, sospeche una luxación (fig. 21-24, A). Observe si existe escápula alada, una prominencia de la escápula que indica lesión del nervio del músculo serrato

anterior (fig. 21-24, B).

Palpe la articulación esternoclavicular, la clavícula, la articulación acromioclavicular, la escápula, la apófisis coracoides, el tubérculo mayor del húmero, el surco del bíceps y los músculos del

área. Para palpar el surco del bíceps, rote el brazo y el antebrazo hacia fuera. Localice el músculo

bíceps junto al codo, y siga el músculo y su tendón hasta el surco del bíceps, a lo largo de la cara

anterior del húmero. Palpe las inserciones musculares del supraespinoso, del infraespinoso y del

redondo menor junto a la tuberosidad mayor del húmero, levantando el codo hacia atrás para

extender la articulación del hombro. No debe percibirse sensibilidad dolorosa sobre las inserciones

musculares.

Examine la amplitud de movimiento pidiendo al paciente que lleve a cabo los siguientes

movimientos:

Encoja los hombros. Cabe esperar que los hombros suban de manera simétrica.

Eleve ambos brazos hacia delante y por encima de la cabeza. Es de esperar una flexión hacia

delante de 180°.

Extienda y estire ambos brazos detrás de la espalda. Cabe esperar una hiperextensión de 50°

(fig. 21-25, A).

Eleve ambos brazos lateralmente y rectos por encima de la cabeza. Es de esperar una abducción

del hombro de 180°.

Balancee cada brazo por delante del cuerpo, de lado a lado. Cabe esperar una aducción de 50°

(fig. 21-25, B).

Coloque ambos brazos detrás de las caderas, con los codos hacia fuera. Cabe esperar una

rotación interna de 90° (fig. 21-25, C).

Sitúe ambos brazos detrás de la cabeza, con los codos hacia fuera. Cabe esperar una rotación

externa de 90° (fig. 21-25, D).

Figura 21-24

Variaciones en el contorno del

hombro. A. Con luxación.

B. Aleteo de la escápula con

abducción del brazo. (B, tomado

de DePalma, 1983.)

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668 Capítulo 21 Sistema musculoesquelético

Pida al paciente que mantenga los hombros encogidos mientras usted aplica una fuerza contraria para evaluar la fuerza de los músculos del cinturón escapular. El par craneal XI ese evalúa

al mismo tiempo que se realiza la maniobra de encogimiento de hombros.

Articulación temporomandibular

Para localizar las articulaciones temporomandibulares, coloque las yemas de los dedos inmediatamente por delante del trago de cada oreja. Deslícelos hasta el interior del espacio articular y

pálpelo suavemente al mismo tiempo que el paciente abre la boca (fig. 21-26). No es raro escuchar

o palpar un chasquido o un clic en las articulaciones temporomandibulares; pero el dolor, la

crepitación o el bloqueo pueden indicar una disfunción de la articulación temporomandibular.

Figura 21-25

Amplitud del movimiento del hombro. A. Flexión e hiperextensión hacia delante. B. Abducción y

aducción. C. Rotación interna. D. Rotación externa. E. Encogimiento de hombros.

Vídeo/animación

Puede encontrar un

vídeo del sistema

musculoesquelético

(valoración de la

articulación

temporomandibular) en

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Capítulo 21 Sistema musculoesquelético 669

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.

La amplitud del movimiento se explora pidiendo al paciente que realice los siguientes

movimientos:

Abra y cierre la boca. Es de esperar un espacio de 3 a 6 cm entre los dientes superiores y los

inferiores cuando la mandíbula está abierta.

Mueva lateralmente la mandíbula inferior hacia cada lado. La mandíbula debe moverse entre

1 y 2 cm en cada dirección (fig. 21-27).

Retraiga y protruya la mandíbula. Ambos movimientos deben ser posibles.

La fuerza de los músculos temporal y masetero se evalúa pidiendo al paciente que apriete los

dientes mientras usted palpa los músculos contraídos y aplica una fuerza contraria. El par cranealV

se valora al mismo tiempo que se realiza esta maniobra.

Columna cervical

Efectúe la inspección el cuello del paciente desde una posición anterior y posterior, y observe la

alineación de la cabeza en relación con los hombros, así como la simetría de los pliegues cutáneos

y de los músculos. El hallazgo esperado es una curva cóncava de la columna cervical con la cabeza

erguida y con la debida alineación. No deben observarse pliegues cutáneos asimétricos.

Palpe la cara posterior del cuello, la columna cervical y los músculos paravertebrales, trapecio

y esternocleidomastoideo. Los músculos deben tener buen tono y un tamaño simétrico, sin dolor

a la palpación ni espasmos.

Valore la amplitud de movimiento en la columna cervical pidiendo al paciente que realice los

siguientes movimientos (fig. 21-28):

Flexione la cabeza hacia delante, con la barbilla hacia el pecho. La flexión esperada es de 45°.

Flexione la cabeza hacia atrás, con la barbilla hacia el techo. La extensión esperada es de 45°.

Flexione la cabeza hacia cada lado, con la oreja hacia el hombro. La flexión lateral esperada es

de 40°.

Gire la cabeza hacia cada lado, con la barbilla hacia el hombro. La rotación esperada es de

70°.

La fuerza de los músculos esternocleidomastoideo y trapecio se evalúa manteniendo al paciente

en cada una de las posiciones arriba sugeridas mientras usted aplica una fuerza contraria. En la

rotación, se evalúa al mismo tiempo el par craneal XI (fig. 21-29).

Columna torácica y lumbar

Entre las principales referencias anatómicas de la espalda se encuentran las apófisis espinosas de

las vértebras (C7 y T1 suelen ser las más prominentes), las escápulas, las crestas ilíacas y los músculos paravertebrales (fig. 21-30). El hallazgo esperado es que la cabeza quede situada directamente

Figura 21-26

Palpación de la articulación

temporomandibular.

Figura 21-27

Amplitud de movimiento lateral

en la articulación

temporomandibular.

Figura 21-28

Amplitud de movimiento de la

columna cervical. A. Flexión e

hiperextensión. B. Flexión lateral.

C. Rotación.

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670 Capítulo 21 Sistema musculoesquelético

sobre la cresta glútea y que las vértebras estén rectas, tal como indican las alturas simétricas de los

hombros, las escápulas y las crestas ilíacas. La curva de la columna torácica debe ser convexa, y la

curva de la columna lumbar, cóncava (fig. 21-31, A). Las rodillas y los pies deben estar alineados

con el tronco y apuntando directamente hacia delante.

En los adultos mayores, puede observarse cifosis (curvatura de la columna torácica; fig. 21-31, B).

La lordosis (curvatura hacia dentro de la columna) es frecuente en pacientes obesos y en mujeres

embarazadas (fig. 21-31, C). Una deformidad marcadamente angulosa, o joroba, se asocia a

vértebra colapsada por osteoporosis (fig. 21-31, D).

Figura 21-29

Examen de la fuerza de los músculos esternocleidomastoideo y trapecio. A. Flexión con palpación del músculo esternocleidomastoideo.

B. Extensión contra una resistencia. C. Rotación contra una resistencia.

Figura 21-30

Referencias anatómicas de la

espalda.

Figura 21-31

Desviaciones de las curvaturas

de la columna vertebral.

A. Curvatura normal de la

columna. B. Cifosis. C. Lordosis.

D. Giba.

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Capítulo 21 Sistema musculoesquelético 671

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Con el paciente de pie y en posición erguida, palpe las apófisis espinosas y los músculos

paravertebrales (fig. 21-32). No deben notarse espasmos musculares ni sensibilidad dolorosa

espinal. Realice la percusión en busca de sensibilidad dolorosa raquídea percutiendo, en primer

lugar, cada apófisis espinosa con un dedo y, después, cada lado de la columna a lo largo de los

músculos paravertebrales con la cara cubital del puño. No deben observarse espasmos musculares

ni sensibilidad dolorosa espinal a la palpación ni a la percusión.

Pida al paciente que flexione el cuerpo lentamente hacia delante y se toque los dedos de los pies

mientras usted lo observa desde atrás. Efectúe la inspección de la columna en busca de una curvatura

inesperada. (Una marca realizada con un rotulador en cada apófisis espinosa favorece la inspección,

especialmente si se sospecha una curvatura anómala.) La espalda del paciente debe mantener su

simetría plana cuando la curva cóncava de la columna lumbar se torna convexa en la flexión del

cuerpo hacia delante. Una curvatura lateral o giba costal puede inducir a sospechar de escoliosis

(fig. 21-33). Después pida al paciente que eleve el tronco, pero que mantenga la flexión por la cintura

para extender completamente la espalda. La inversión de la curvatura lumbar ha de ser evidente.

La amplitud de movimiento se evalúa pidiendo al paciente que realice los siguientes

movimientos:

Flexione el cuerpo hacia delante por la cintura y, sin doblar las rodillas, intente tocarse los

dedos de los pies. La flexión esperada es de 75-90° (fig. 21-34, A).

Flexione el cuerpo hacia delante por la cintura, llegando tan lejos como pueda. La hiperextensión esperada es de 30° (fig. 21-34, B).

Flexione el cuerpo hacia cada lado, llegando tan lejos como pueda. Cabe esperar una flexión

lateral de 35° hacia ambos lados (fig. 21-34, C).

Balancee la parte superior del tronco desde la cintura en un movimiento circular desde el frente

hacia un lado, hacia atrás y hacia el otro lado, con la pelvis estabilizada. La rotación esperada

del tronco superior es de 30° hacia delante y hacia atrás (fig. 21-34, D).

Promoción de la salud

Reducción del riesgo

Para reducir el riesgo de lesiones lumbares, haga uso de las técnicas adecuadas para levantar

objetos pesados. En lugar de doblar la espalda sobre un objeto pesado para levantarlo,

mantenga la espalda recta y flexione las rodillas para acercarse al suelo. Sostenga el objeto

pegado al cuerpo y suba con las rodillas. Evite girar la espalda mientras sube.

Figura 21-32

Palpación de las apófisis espinosas de las vértebras.

Figura 21-33

Inspección de la columna para la

valoración de la curvatura lateral

y de la convexidad lumbar.

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672 Capítulo 21 Sistema musculoesquelético

Caderas

Con el paciente de pie, proceda a la inspección de las caderas por delante y por detrás. Utilizando

las principales referencias anatómicas, es decir, la cresta ilíaca y el trocánter mayor del fémur,

observe cualquier asimetría de altura de las crestas ilíacas, de tamaño de los glúteos o del número

y de la altura de los pliegues glúteos.

Explore la amplitud de movimiento de las caderas pidiendo al paciente que realice los siguientes

movimientos:

En decúbito supino, eleve la pierna por encima del cuerpo, con la rodilla extendida. Es de

esperar una flexión de la cadera de 90° (fig. 21-35, A).

De pie o en decúbito prono, balancee la pierna estirada por detrás del cuerpo sin arquear la

espalda. La hiperextensión de cadera esperada es de 30° o menos (fig. 21-35, B).

En decúbito supino, eleve una rodilla hasta el pecho manteniendo la otra pierna estirada. La

flexión de cadera esperada es de 120° (fig. 21-35, C).

En decúbito supino, balancee la pierna en sentido lateral y medial, con la rodilla extendida.

Con el movimiento de aducción, eleve de forma pasiva la otra pierna para permitir el movimiento completo de la pierna examinada. La abducción esperada es de 45°, y la aducción, de

hasta 30° (fig. 21-35, D).

En decúbito supino, flexione la rodilla manteniendo el pie sobre la mesa y después rote la pierna hacia

la otra pierna, con la rodilla flexionada. La rotación interna esperada es de 40° (fig. 21-35, E).

Figura 21-34

Amplitud de movimiento de las

columnas torácica y lumbar.

A. Flexión. B. Hiperextensión.

C. Flexión lateral. D. Rotación del

tronco superior.

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Capítulo 21 Sistema musculoesquelético 673

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.

En decúbito supino, coloque la cara lateral del pie sobre la rodilla de la otra pierna; mueva la

rodilla flexionada hacia la mesa (prueba de Patrick o FABER: del inglés flex, abudct and

externally rotate, «flexión, abducción y rotación externa»). La rotación externa esperada es de

45° (fig. 21-35, F).

Para valorar la fuerza de flexión de la cadera, aplique resistencia mientras el paciente mantiene

la flexión de la cadera, con la rodilla primero flexionada y después extendida. La fuerza muscular

también puede evaluarse durante la abducción y la aducción, así como a partir de la resistencia

al cruce de piernas con el paciente sentado.

Figura 21-35

Amplitud del movimiento de la cadera. A. Flexión de la cadera, rodilla extendida. B. Extensión de la cadera, rodilla

extendida. C. Flexión de la cadera, rodilla flexionada. D. Abducción. E. Rotación interna. F. Rotación externa.

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674 Capítulo 21 Sistema musculoesquelético

Piernas y rodillas

Inspeccione las rodillas y sus espacios poplíteos en posición flexionada y extendida, y observe las

referencias anatómicas principales: tuberosidad de la tibia, cóndilos tibiales lateral y medial,

epicóndilos lateral y medial del fémur, tubérculo del aductor del fémur y rótula (v. fig. 21-10).

Efectúe la inspección de la rodilla extendida para observar sus concavidades naturales en la cara

anterior, en cada lateral y por encima de la rótula. La pérdida de estas cavidades puede sugerir un

derrame de rodilla.

Observe la alineación de la región inferior de la pierna. El ángulo esperado entre el fémur y la

tibia es menor de 15°. Las variaciones en la alineación de la región inferior de la pierna son rodilla

valga (piernas arqueadas hacia dentro, en «X») y rodilla vara (piernas arqueadas hacia fuera, en

«O»). La hiperextensión excesiva de la rodilla cuando se carga peso (rodilla recurvada) puede

indicar debilidad de los músculos cuádriceps.

Un derrame en la rodilla llenará la bolsa suprarrotuliana y la concavidad inferior y medial a la

rótula. La oquedad que se localiza normalmente por encima de la rótula y en posición medial a

esta se encuentra llena de líquido y se muestra convexa en lugar de cóncava.

Palpe el espacio poplíteo y observe cualquier hinchazón o sensibilidad dolorosa. Después palpe

el espacio articular tibiofemoral, identificando la rótula, la bolsa suprarrotuliana y la almohadilla

de grasa infrarrotuliana. La articulación debe notarse suave y firme, sin dolor, hinchazón, pastosidad, nódulos ni crepitación (v. «Procedimientos adicionales», pág. 681).

Examine la amplitud de movimiento de las rodillas pidiendo al paciente que realice los siguientes movimientos (fig. 21-36):

Flexione cada rodilla. La flexión esperada es de 130°.

Estire la pierna. La extensión esperada es completa, con una hiperextensión normal de hasta 15°.

La fuerza de los músculos de la rodilla se valora mientras el paciente mantiene la flexión y la

extensión, al tiempo que usted aplica una fuerza contraria. El paciente puede permanecer sentado

o de pie para esta valoración.

Pies y tobillos

Efectúe la inspección de los pies y de los tobillos mientras el paciente carga peso (es decir, de pie

y caminando) y mientras está sentado. Las referencias anatómicas del tobillo son los maléolos

medial y lateral, y el tendón de Aquiles. Son hallazgos esperados unas prominencias maleolares

redondeadas y lisas, unos talones prominentes y unas articulaciones metatarsofalángicas prominentes. La presencia de callos y cuernos indica irritación o presión crónica.

Observe el contorno de los pies y la posición, el tamaño y el número de dedos. El pie debe

guardar alineación con la tibia. El pie varo (dedos hacia dentro) y el pie valgo (dedos hacia fuera)

Figura 21-36

Amplitud de movimiento de la

rodilla: flexión y extensión.

Vídeo/animación

Puede encontrar un vídeo

del sistema

musculoesquelético

(exploración de piernas y

rodillas) en

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Capítulo 21 Sistema musculoesquelético 675

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.

son variaciones frecuentes de la alineación. En la carga, el peso debe caer sobre la línea media del

pie, es decir, sobre una línea imaginaria que va del centro del talón hasta un punto comprendido

entre el segundo y el tercer dedos. Las desviaciones en la alineación del antepié (metatarso varo

o metatarso valgo), la pronación del talón y la presencia de dolor o de una lesión son causas

frecuentes de desviación de la carga de peso (fig. 21-37).

Es de esperar que el pie presente un arco longitudinal, aunque puede aplanarse al soportar

carga (fig. 21-38, A). Variaciones frecuentes son el pie plano (fig. 21-38, B), que se mantiene plano

aunque haya cesado la carga de peso, y el pie cavo con arco alto (fig. 21-38, C). El pie cavo puede

asociarse a dedos en garra.

Los dedos deben mostrarse rectos hacia delante, planos y alineados entre sí. Pueden observarse

diversas desviaciones inesperadas de los dedos (fig. 21-39). La hiperextensión de la articulación

metatarsofalángica, con flexión de la articulación proximal del dedo, se denomina dedo en martillo. La deformidad por flexión de la articulación interfalángica distal se denomina dedo en mazo.

El dedo en garra es la hiperextensión de la articulación metatarsofalángica con flexión de las

articulaciones proximal y distal del dedo. El hallux valgus es la desviación lateral del dedo gordo,

que puede provocar solapamiento sobre el segundo dedo. A menudo se forma una bolsa en el

punto de presión que, si se inflama, da lugar a un juanete doloroso.

Figura 21-37

Pronación del talón. Observe que

el peso no cae sobre la línea

media del pie. (Por cortesía de

Charles W. Bradley, DPM, MPA, and

Caroline Harvey, DPM, California

College of Podiatric Medicine.)

Figura 21-38

Variaciones en el arco longitudinal del pie. A. Arco habitual. B. Pie plano (arco aplanado). C. Pie cavo (arco alto).

(B-C, Por cortesía de Charles W. Bradley, DPM, MPA, and Caroline Harvey, DPM, California College of Podiatric Medicine.)

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676 Capítulo 21 Sistema musculoesquelético

El calor, el enrojecimiento, la hinchazón y la sensibilidad dolorosa son signos de articulación

inflamada, posiblemente causada por artritis reumatoide, articulación séptica, fractura o tendinitis. Una articulación metatarsofalángica del primer dedo inflamada debe hacer sospechar artritis

gotosa. En ocasiones se observa un tofo drenante.

Palpe el tendón de Aquiles, la cara anterior del tobillo, y los maléolos medial y lateral. Un

tendón de Aquiles engrosado de manera persistente puede ser indicativo de la tendinitis que se

desarrolla en caso de espondiloartritis o de xantelasma por hiperlipidemia. Use el pulgar y los

demás dedos de ambas manos para comprimir el antepié y para palpar cada una de las articulaciones metatarsofalángicas en busca de molestias o hinchazón.

La amplitud de movimiento del pie y del tobillo se valora pidiendo al paciente que realice los

siguientes movimientos estando sentado:

Apunte con el pie hacia el techo. La dorsiflexión esperada es de 20° (fig. 21-40, A).

Apunte con el pie hacia el suelo. La flexión plantar esperada es de 45°.

Con el pie flexionado por el tobillo, gire la planta del pie hacia el otro pie y después hacia el

lado contrario. La inversión esperada es de 30°, y la eversión, de 20° (fig. 21-40, B).

Rotando el tobillo, gire el pie hacia fuera y después hacia el otro pie, mientras el examinador

mantiene estable la pierna. La abducción esperada es de 10°, y la aducción, de 20°

(fig. 21-40, C).

Flexione y extienda los dedos. La flexión y la extensión han de ser posibles, especialmente en

los dedos gordos.

Figura 21-39

Hallazgos inesperados de los pies. A. Hallux valgus con juanete. B. Cabezas metatarsianas prominentes, con callosidades.

C. Dedos en martillo. D. Dedo en mazo. E. Dedos en garra. (Por cortesía de Charles W. Bradley, DPM, MPA, and Caroline Harvey,

DPM, California College of Podiatric Medicine.)

Figura 21-40

Amplitud del movimiento del pie

y del tobillo. A. Flexión dorsal y

plantar. B. Inversión y eversión.

C. Abducción y aducción.

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Capítulo 21 Sistema musculoesquelético 677

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Pida al paciente que mantenga la dorsiflexión y la flexión plantar mientras usted aplica una

fuerza contraria para valorar la fuerza de los músculos del tobillo. La abducción y la aducción del

tobillo, y la flexión y la extensión del dedo gordo pueden utilizarse también para valorar la fuerza

muscular.

Para la valoración de la marcha, véase el capítulo 22.

Práctica basada en evidencias en la exploración física

Lesión aguda de tobillo en adultos

En los casos de lesión aguda de tobillo, las reglas de Ottawa paras las lesiones de tobillo

ayudan a identificar las características de los pacientes que requieren radiografías de tobillo.

Debe existir dolor en la zona maleolar y darse uno de los siguientes elementos:

Dolor óseo a la palpación a lo largo de 6cm en dirección distal al borde posterior del peroné

o a la punta del maléolo lateral

Dolor óseo a la palpación a lo largo de 6cm en dirección distal al borde posterior de la tibia

o a la punta del maléolo medial

Incapacidad para cargar peso durante cuatro pasos inmediatamente después de la lesión y en

el departamento de urgencias.

Entre los criterios absolutos de exclusión de radiografías de tobillo se encuentran las siguientes:

menores de 18 años, intoxicación, múltiples lesiones dolorosas, embarazo, traumatismo craneal

y déficit neurológico.

Las reglas de Ottawa para las lesiones de tobillo tienen una sensibilidad del 99-100% y una

especificidad del 50% para la detección de una fractura de tobillo visible por radiografía.

Datos tomados de Stiell et al., 1993.

Procedimientos Adicionales

Si en los procedimientos de rutina se detectan problemas, se llevarán a cabo otros adicionales para

una mejor evaluación de articulaciones específicas del sistema musculoesquelético (tabla 21-2).

Valoración de la mano y de la muñeca

Se emplean diversos procedimientos para evaluar la integridad del nervio mediano, que inerva la

palma de la mano y la superficie palmar del dedo pulgar, del índice, del corazón y de la mitad del

TABLA 21-2 Procedimientos especiales para la valoración del sistema

musculoesquelético

Procedimiento Trastorno detectado

Medición de la extremidad Asimetría en tamaño de extremidades

Prueba de Neer Compresión o rasgado del manguito rotador del hombro

Prueba de Hawkins Compresión o rasgado de manguito rotador del hombro

Diagrama de la mano de Katz Integridad del nervio mediano

Prueba de abducción del pulgar Integridad del nervio mediano

Signo de Tinel Integridad del nervio mediano

Prueba de Phalen Integridad del nervio mediano

Elevación de pierna en extensión completa Irritación de la raíz nerviosa de L4, L5, S1

Prueba de estiramiento femoral Irritación de la raíz nerviosa de L1, L2, L3, L4

Peloteo Derrame en la rodilla

Signo de abultamiento Derrame en la rodilla

Prueba de McMurray Menisco roto en la rodilla

Prueba del cajón anterior y posterior Integridad del ligamento cruzado anterior y posterior

Prueba de estrés en varo/valgo Inestabilidad del ligamento colateral medial o lateral en la

rodilla

Prueba de Lachman Integridad del ligamento cruzado anterior

Prueba de Thomas Contractura por flexión de la cadera

Signo de Trendelenburg Debilidad de los músculos abductores de la cadera

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CIÓN Y HALLAZG

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678 Capítulo 21 Sistema musculoesquelético

dedo anular. Pida al paciente que indique la localización específica del dolor, del entumecimiento

y del hormigueo en el diagrama de la mano de Katz (fig. 21-41). Ciertos patrones de dolor,

entumecimiento y hormigueo se asocian a síndrome de túnel carpiano.

Práctica basada en evidencias en la exploración física

Síndrome del túnel carpiano

La probabilidad de que un paciente dé resultado positivo en un estudio electrodiagnóstico para

túnel carpiano aumenta en las siguientes circunstancias: abducción débil del pulgar, distribución

clásica o probable de síntomas en el diagrama de la mano de Katz (v. pág. 679) e hipoalgesia

(disminución de la sensación de dolor a lo largo del pulgar y en la distribución del nervio

mediano en comparación con el dedo meñique de la misma mano). Las pruebas de Tinel y

Phalen son menos precisas.

Datos tomados de D’Arcy and McGee, 2000.

La prueba de abducción del pulgar valora de forma aislada la fuerza del músculo abductor corto

del pulgar, inervado sólo por el nervio mediano. Pida al paciente que coloque la mano con la

palma hacia arriba y que eleve el pulgar perpendicularmente a esta. Aplique presión hacia abajo

sobre el pulgar para valorar la fuerza muscular (fig. 21-42, A). Es de esperar una resistencia completa a la presión. La debilidad se asocia a síndrome de túnel carpiano.

El signo de Tinel se valora dando unos golpecitos en la muñeca del paciente con el dedo índice

o corazón en el punto en el que el nervio mediano pasa por debajo del retináculo flexor y del

ligamento palmar del carpo (fig. 21-42, B). Una sensación de hormigueo que se irradia desde la

muñeca hacia la mano siguiendo la distribución del nervio mediano se considera un signo positivo

de Tinel y sugiere síndrome de túnel carpiano.

Para realizar la prueba de Phalen, pida al paciente que mantenga ambas muñecas en una

posición de flexión palmar completa, presionando ambas superficies dorsales entre sí durante

1min (fig. 21-42, C). El entumecimiento y la parestesia en la distribución del nervio mediano

sugieren síndrome de túnel carpiano.

Valoración del hombro

Se utilizan distintos procedimientos para valorar el manguito rotador en busca de una posible

compresión (tendinitis o lesión por sobreuso como consecuencia de movimientos repetitivos por

encima de la cabeza) o de un desgarro.

La prueba de Neer se lleva a cabo pidiendo al paciente que eleve el brazo; a continuación, el examinador flexiona el brazo hacia delante 150°, al tiempo que ejerce presión sobre la escápula. Esta

acción presiona el tubérculo mayor y el músculo supraespinoso contra el acromion anteroinferior. Un

dolor creciente de hombro se asocia a inflamación o desgarro del manguito rotador (fig. 21-43, A).

La prueba de Hawkins se lleva a cabo con una abducción de 90° del hombro, una flexión del

codo de hasta 90° y una rotación hacia dentro del brazo hasta el límite. Un dolor creciente en el

hombro se asocia a inflamación o desgarro del manguito rotador (fig. 21-43, B).

Para valorar la fuerza de los músculos del manguito rotador, lleve a cabo las siguientes maniobras. El dolor y la debilidad al ejercer fuerza contraria es un hallazgo inesperado y puede asociarse

a inflamación o desgarro.

Para valorar el músculo supraespinoso del manguito rotador, pida al paciente que coloque el brazo

en 90° de abducción, en 30° de flexión hacia delante y rotado internamente (con los pulgares apuntando

hacia abajo). Aplique presión hacia abajo sobre el brazo, en contra de la resistencia del paciente.

Para valorar el músculo subescapular, indique al paciente que mantenga el brazo en un costado,

con el codo flexionado 90°, y que rote el antebrazo en sentido medial contra la resistencia.

Para valorar los músculos infraespinoso y redondo menor, pida al paciente que mantenga el

brazo en el costado y el codo flexionado 90°, y que rote el brazo lateralmente contra la resistencia.

Valoración de la columna lumbar

La prueba de elevación de la pierna estirada se utiliza para valorar la irritación de la raíz nerviosa

o una posible hernia de disco lumbar en los niveles L4, L5 y S1. Pida al paciente que se tumbe en

EXPLORACIÓN Y HALLAZGOS

Capítulo 21 Sistema musculoesquelético 679

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Fi

gura 21-41

Valoración del síndrome del túnel

carpiano.

A

. Diagrama de la mano

de Katz. B. Patrones probables y

clásicos de dolor, hormigueo y

entumecimiento utilizando el

diagrama de la mano de Katz.

(Tomado de D’Arcy and McGee,

2000.)

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CIÓN Y HALLAZG

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680 Capítulo 21 Sistema musculoesquelético

decúbito supino con el cuello ligeramente flexionado. A continuación, dígale que eleve la pierna,

manteniendo la rodilla extendida (v. fig. 21-35, A). El paciente no debe sentir dolor alguno bajo

la rodilla al levantar la pierna. El dolor radicular bajo la rodilla según un patrón de dermatoma

puede asociarse a hernia de disco. La flexión de la rodilla a menudo elimina el dolor al levantar

la pierna. Repita el procedimiento con la pierna no afectada. El dolor cruzado desencadenado con

esta maniobra en la pierna afectada es más indicativo de compresión del nervio ciático.

La prueba de estiramiento femoral o de extensión de la cadera se utiliza para detectar inflamación de la raíz nerviosa en los niveles L1, L2, L3 y a veces L4. Pida al paciente que se tienda en

decúbito prono y que extienda la cadera. No es de esperar dolor. La presencia de este en la

extensión es un signo positivo de irritación de la raíz nerviosa (fig. 21-44).

Valoración de la cadera

La prueba de Thomas se utiliza para detectar contracturas de la cadera en flexión, que pueden quedar

enmascaradas por una excesiva lordosis lumbar. Indique al paciente que se tienda en decúbito

supino, extienda completamente una pierna sobre la camilla de exploración y flexione la otra llevando la rodilla al pecho. Observe la capacidad del paciente para mantener plana la extremidad

extendida sobre la camilla (fig. 21-45). La elevación de la pierna extendida por encima de la camilla

indica una contractura en flexión de la cadera correspondiente a la pierna extendida.

Figura 21-42

Procedimientos adicionales para la valoración del síndrome del túnel carpiano. A. Prueba de abducción

del dedo. B. Desencadenamiento del signo de Tinel. C. Prueba de Phalen.

Figura 21-43

Valoración de inflamación o

desgarro del manguito rotador.

A. Prueba de Neer. B. Prueba de

Hawkins.

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Capítulo 21 Sistema musculoesquelético 681

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La prueba de Trendelenburg es una maniobra para detectar debilidad de músculos abductores

de la cadera. Pida al paciente que se ponga de pie y que mantenga el equilibrio sobre un pie

y después sobre el otro. Observando desde atrás, valore cualquier asimetría o variación a la altura

de las crestas ilíacas. Cuando estas caen del lado de la pierna que se eleva, significa que los músculos

abductores de la cadera del lado que soporta el peso están débiles (fig. 21-46).

Valoración de la rodilla

El signo de peloteo se utiliza para determinar la presencia de líquido en exceso o derrame en la

rodilla. Con la rodilla extendida, aplique presión hacia abajo sobre la bolsa rotuliana con el pulgar

y el índice de una mano, y después empuje con decisión la rótula contra el fémur con un dedo de

su otra mano. Si existe derrame, se percibirá un golpe o chasquido al empujar la rótula contra el

fémur. Suelte la presión contra la rótula, pero mantenga el dedo suavemente posado. Si existe

derrame, la rótula flotará hacia fuera como si la empujara una ola (fig. 21-47).

Figura 21-46

Prueba del signo de

Trendelenburg. Observe la

asimetría a la altura de las

crestas ilíacas al cargar peso.

Figura 21-44

Prueba de estiramiento femoral para irritación de raíz

nerviosa lumbar alta.

Figura 21-45

Procedimientos para la exploración de la cadera con la

prueba de Thomas. Observe la elevación de la pierna

extendida por encima de la camilla de exploración.

Figura 21-47

Procedimiento para la prueba de peloteo en la

exploración de la rodilla.

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682 Capítulo 21 Sistema musculoesquelético

La exploración para la valoración del signo de abultamiento se utiliza también para determinar

la presencia de líquido en exceso en la rodilla. Manteniendo el paciente la rodilla extendida, realice

un masaje en la cara medial de la rodilla hacia arriba dos o tres veces, y después de un golpecito

en la cara lateral de la rótula. Observe si existe abultamiento producido por el líquido de retorno

a la oquedad medial a la rótula (fig. 21-48).

La prueba de McMurray se utiliza para detectar rotura de menisco lateral o medial. Pida al

paciente que se tienda en decúbito supino y que flexione una rodilla. Coloque el pulgar y los demás

dedos a cada lado del espacio articular. Sostenga el talón con su otra mano, flexionando completamente la rodilla, y rote el pie y la rodilla hacia fuera (estrés en valgo) hasta una posición

lateral. Extienda y después flexione la rodilla del paciente. Cualquier chasquido o chirrido palpable

o audible, dolor o extensión limitada de la rodilla es un signo positivo de menisco medial roto.

Repita el procedimiento, rotando el pie y la rodilla hacia dentro (estrés en varo) (fig. 21-49). Un

chasquido o chirrido palpable o audible, la presencia de dolor o la falta de extensión son signos

positivos de menisco lateral roto.

La prueba del cajón anterior y posterior se utiliza para identificar la inestabilidad de los ligamentos cruzados anterior y posterior. Pida al paciente que se tienda en decúbito supino y que

flexione la rodilla de 45 a 90°, colocando el pie plano sobre la camilla. Sitúe ambas manos sobre

la pierna, con los pulgares sobre la espinilla, inmediatamente por debajo de la tuberosidad tibial.

Tire de la tibia hacia delante, forzándola a deslizarse hacia el fémur. Después empuje la tibia hacia

atrás (fig. 21-50). Un movimiento anterior o posterior de la rodilla mayor de 5mm en una u otra

dirección es un hallazgo inesperado.

La prueba de Lachman se utiliza para valorar la integridad del ligamento cruzado anterior. Con

el paciente en decúbito supino, flexione la rodilla entre 10 y 15° con el talón sobre la mesa. Coloque

una mano por encima de la rodilla para estabilizar el fémur y la otra alrededor de la tibia proximal.

Mientras estabiliza el fémur, tire de la tibia hacia delante. Intente que el paciente relaje los músculos isquiotibiales para que la prueba sea satisfactoria. Un aumento de laxitud mayor de 5mm

en comparación con el lado no lesionado es indicativa de lesión del ligamento.

Figura 21-48

Prueba del signo de abultamiento

en la exploración de la rodilla.

A. Masajee la cara medial de la

rodilla dos o tres veces. B. Dé un

golpecito en la cara lateral de la

rótula.

Figura 21-49

Procedimiento de exploración de la rodilla con la prueba

de McMurray. Se flexiona la rodilla después de rotar la

pierna en sentido medial.

Figura 21-50

Exploración de la rodilla mediante la prueba del cajón

para valorar la estabilidad anterior y posterior.

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Capítulo 21 Sistema musculoesquelético 683

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La prueba de estrés en varo (abducción) y en valgo (aducción) se utiliza para identificar la

inestabilidad de los ligamentos colaterales lateral y medial. Pida al paciente que se tienda en

decúbito supino y con las rodillas extendidas. Estabilice el fémur con una mano y sostenga el

tobillo con la otra. Aplique fuerza en varo contra el tobillo (hacia la línea media) y rotación interna.

Una laxitud excesiva se percibe como si la articulación se abriera. La laxitud en esta posición indica

lesión del ligamento colateral lateral. Después aplique fuerza en valgo contra el tobillo (en sentido

opuesto a la línea media) y rotación externa. En esta posición, la presencia de laxitud indica lesión

del ligamento colateral medial (fig. 21-51). Repita el movimiento pidiendo al paciente que flexione

la rodilla 30°. No es de esperar un excesivo movimiento medial ni lateral de la rodilla.

Medición de la extremidad

Cuando se sospecha una diferencia de longitud o circunferencia entre las extremidades, se hace

necesario medir y comparar ambos miembros. La longitud de la pierna se mide desde la espina

ilíaca anterosuperior hasta el maléolo medial del tobillo, pasando por la cara medial de la rodilla

(fig. 21-52, A). La longitud del brazo se mide desde la apófisis del acromion pasando por el olécranon hasta la prominencia cubital distal. La circunferencia de las extremidades se mide en

Práctica basada en evidencias en la exploración física

Lesión aguda de rodilla

En casos de lesión aguda de rodilla, las reglas de Ottawa para la valoración de la rodilla

identifican las características de los pacientes que deben someterse a una radiografía de la

misma. Las reglas contemplan los siguientes hallazgos:

Edad superior a los 55 años

Sensibilidad dolorosa en la cabeza del peroné

Sensibilidad dolorosa aislada en la rótula

Incapacidad para flexionar la rodilla 90°

Datos tomados de Stiell et al., 1996.

Figura 21-51

Prueba de estrés en valgo con la

rodilla extendida.

Figura 21-52

Medición de la longitud (A) y de

la circunferencia de la pierna (B).

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684 Capítulo 21 Sistema musculoesquelético

centímetros, a la misma distancia en cada extremidad desde una referencia anatómica importante

(fig. 21-52, B). Los atletas que utilizan el brazo dominante de manera casi exclusiva en su actividad

deportiva (p. ej., pícheres de béisbol y tenistas) pueden presentar cierta diferencia en cuando a

circunferencia. En la mayoría de los individuos, existe una diferencia entre las extremidades no

superior a 1 cm en cuanto a la longitud y la circunferencia.

Lactantes

Las alteraciones genéticas y fetales pueden dar lugar a anomalías musculoesqueléticas. El feto se

halla expuesto a diversas presiones posturales, que pueden manifestarse en el lactante como una

extensión reducida de las extremidades y torsiones de diversos huesos.

Desvista completamente al lactante, y observe la postura y los movimientos espontáneos

generalizados. (Utilice una camilla con buena temperatura cuando examine al recién nacido.) No

es de esperar que exista ninguna contracción muscular localizada ni generalizada. Efectúe la inspección de la espalda en busca de mechones de pelo, hoyuelos, alteraciones del color, quistes o

masas próximas a la columna. Una masa próxima a la columna que presenta transiluminación

debe hacer sospechar un meningocele o un mielomeningocele.

Desde aproximadamente los 2 meses de vida, el niño debe ser capaz de levantar la cabeza y el

tronco desde el decúbito prono, lo cual es indicativo de fuerza en los antebrazos. Valore la curvatura de la columna y la fuerza de los músculos paravertebrales con el bebé en posición sedente.

La cifosis de la columna torácica y lumbar resulta evidente en la sedestación, hasta que el bebé es

capaz de permanecer sentado sin apoyo (fig. 21-53).

Efectúe la inspección de las extremidades para observar la flexión simétrica de las piernas y los

brazos. Los pliegues axilar, glúteo, femoral y poplíteo deben ser simétricos, y las extremidades

deben mostrar libre movimiento. Se deben identificar proporciones inusuales o de asimetría de

las extremidades en cuanto a longitud o circunferencia, de constricciones anulares y de otras

deformidades. La desigualdad de las extremidades en cuanto a longitud y circunferencia se ha

asociado a neoplasias intraabdominales.

Sitúe al neonato en posición fetal para observar cómo la misma ha podido contribuir a cualquier asimetría de flexión, posición o forma de las extremidades. Los neonatos muestran cierta

resistencia a la extensión completa de los codos, las caderas y las rodillas. Los movimientos deben

ser simétricos.

Todos los bebés tienen los pies planos, y muchos neonatos presentan una ligera curvatura en

varo de las tibias (torsión tibial) o aducción del antepié (metatarso aducto) debido a la postura

fetal. La línea media del pie puede pasar entre el tercer y el cuarto dedos, en lugar de entre el

segundo y el tercero. El antepié debe mostrarse flexible y enderezarse con la abducción. Es necesario realizar un atento seguimiento de posibles problemas, aunque pocas veces sea necesario

intervenir. Con el crecimiento y el desarrollo, suele alcanzarse la postura corporal esperada.

El bebé debe abrir las manos periódicamente, con los dedos totalmente extendidos. Cuando la

mano está cerrada, el pulgar queda a menudo tapado por los dedos. Abra el puño y observe las

arrugas palmares y falángicas de cada mano. Un solo surco que atraviesa toda la palma de la mano

puede estar asociada a síndrome de Down. Cuente los dedos de las manos y de los pies para

identificar o descartar una posible polidactilia o sindactilia (fig. 21-54).

Palpe las clavículas y los huesos largos en busca de posibles fracturas, luxaciones, crepitaciones,

masas y sensibilidad dolorosa. Uno de los hallazgos que más fácilmente pasa desapercibido en el

Figura 21-53

Cifosis, curvatura convexa de las

columnas torácica y lumbar,

normal en el neonato.

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Capítulo 21 Sistema musculoesquelético 685

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neonato es una clavícula fracturada. Tal circunstancia puede ponerse de manifiesto por la existencia de un bulto, causado por el callo que forma la clavícula en proceso de curación.

Coloque al bebé con el tronco flexionado y palpe cada apófisis espinosa. Palpe la forma de cada

una y observe si son delgadas y están bien formadas, como es de esperar, o si están divididas, lo

cual podría indicar espina bífida (fig. 21-55).

Palpe los músculos para valorar el tono muscular, agarrando el músculo para evaluar su firmeza.

Observe si existe espasticidad o flacidez y, si las detecta, determine si es localizada o generalizada.

Utilice las pruebas de amplitud de movimiento pasivo para valorar la movilidad articular.

La maniobra de Barlow-Ortolani para detectar luxación o subluxación de cadera debe llevarse

a cabo cada vez que vaya a examinarse al bebé durante el primer año de vida. Sin hacer mucha

fuerza, valore una cadera y después la otra, al mismo tiempo que estabiliza la pelvis con la otra

mano. Sitúese a los pies del niño colocado en decúbito supino y flexione 90° la cadera y las rodillas

del bebé. Para realizar la maniobra de Barlow, agarre la pierna del bebé situando el pulgar en el

interior del muslo, con la base del pulgar sobre la rodilla y los demás dedos agarrando el muslo

por fuera, con las yemas descansando sobre el trocánter mayor (fig. 21-56).

Figura 21-54

Anomalías de la mano del

neonato. A. Pliegue simio.

B. Sindactilia. C. Polidactilia.

(Por cortesía de Mead Johnson,

Evansville, IN.)

Figura 21-55

Defecto bífido de vértebra

identificado por palpación.

Figura 21-56

Maniobra de Barlow-Ortolani

para detectar luxación de cadera.

A. Fase I, aducción. B. Fase II,

abducción.

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686 Capítulo 21 Sistema musculoesquelético

Fuerce la aducción del muslo y aplique una suave presión hacia abajo sobre el fémur en un

intento de sacar la cabeza del fémur del acetábulo. Se considera un signo positivo si se percibe

un sonido o golpe cuando la cabeza del fémur sale del acetábulo por detrás. Para la maniobra de

Ortolani, lleve a cabo lentamente la abducción del muslo al tiempo que mantiene la presión axial.

Con las yemas de los dedos sobre el trocánter mayor, realice un movimiento de palanca en la

dirección opuesta, de manera que las yemas de sus dedos presionen la cabeza del fémur hacia atrás

en dirección al centro del acetábulo. Si la cabeza del fémur resbala al interior del acetábulo con

un sonido palpable al ejercer presión, habrá que sospechar una posible luxación o subluxación de

cadera. Los clics agudos son frecuentes y previsibles. A los 3 meses de edad los músculos y ligamentos se tensan, y la abducción limitada de las caderas se convierte en el signo más fiable de

posible luxación o subluxación (fig. 21-57).

La prueba del signo de Allis se utiliza también para detectar luxación de cadera o fémur acortado. Con el bebé en decúbito supino sobre la camilla de exploración, flexione ambas rodillas,

manteniendo los pies planos sobre la camilla y los fémures alineados entre sí. Colóquese a los pies

del niño y observe el nivel de las rodillas (fig. 21-58). Cuando una rodilla se muestra más baja que

la otra, el signo de Allis es positivo.

La fuerza muscular se evalúa sosteniendo al niño erguido con las manos bajo sus axilas

(fig. 21-59). Se considera que la fuerza muscular de los hombros es la adecuada si el bebé se

mantiene en posición erguida. Si comienza a resbalar entre los dedos del examinador, existe

debilidad muscular.

Niños

Observe al niño pequeño mientras juega o mientras permanece con su padre o su madre al tiempo

que obtiene los datos clínicos, pues dicha observación proporciona información muy valiosa sobre

Figura 21-59

Valoración de la fuerza de la

musculatura del hombro en el

recién nacido.

Figura 21-57

Signos de luxación de la cadera: limitación de la abducción y pliegues glúteos asimétricos.

Figura 21-58

Exploración del signo de Allis. La

desigual longitud de la parte

superior de las piernas es un

signo positivo.

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Capítulo 21 Sistema musculoesquelético 687

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el sistema musculoesquelético del niño. Si ha sido capaz de asir juguetes y de jugar con ellos,

moviéndose de manera fluida sin limitación alguna, la aplicación de las manos por parte de quien

realiza la exploración, aunque necesaria, puede no ofrecer información adicional.

Coloque al niño para observar el desarrollo motor y la función musculoesquelética. Efectúe la

inspección de la columna vertebral del niño mientras permanece de pie. Los niños pequeños

presentan curvatura lumbar de la columna y abdomen prominente (fig. 21-60). Observe la capacidad del paciente para sentarse, gatear, y agarrar y soltar objetos durante el juego. El conocimiento

del orden esperado en el que se producen los fenómenos de desarrollo motor facilita la

exploración.

A menudo, el desarrollo motor de los niños de raza negra es más avanzado que el de los blancos;

así pues, los niños negros menores de 3 años pueden alcanzar los objetivos previstos antes que los

blancos. Los niños de raza blanca empieza a alcanzar el nivel de los negros en torno a los 3 años

de edad. Cuando efectúe la inspección de huesos, articulaciones y músculos, preste especial

atención a la alineación de las piernas y de los pies, ya que la tensión del desarrollo recae en el

sistema musculoesquelético. No olvide revisar el desgaste del calzado del niño y pregunte a sus

padres sobre su manera favorita de sentarse. La posición en «W» o de sastre invertida pone en

tensión las articulaciones de la cadera, de la rodilla y del tobillo. Se observa con frecuencia en niños

con dedos orientados en sentido medial y con anteversión femoral (fig. 21-61).

Efectúe la inspección del arco longitudinal del pie y de la posición de los pies al cargar peso.

Una almohadilla de grasa oculta el arco longitudinal del pie hasta aproximadamente los 3 años

de edad; más adelante, debe ser observable cuando el pie no está cargando peso. Un metatarso

aducto debe ser abordado y resuelto. Los pies del niño que ha empezado a andar a menudo muestran una ligera pronación hacia dentro hasta aproximadamente los 30 meses de vida. Después, la

carga de peso debe desviarse hacia la línea media del pie.

La torsión tibial se evalúa con el niño tendido en decúbito prono en la camilla de exploración.

Flexione 90° una rodilla y coloque el pie paralelo al fémur. Con los dedos pulgar e índice de una

mano, agarre los maléolos lateral y medial del tobillo; sujete la rodilla, colocando el pulgar y el índice

en el mismo lado de la pierna (fig. 21-62). Si sus pulgares no están paralelos, existe torsión tibial, un

efecto residual de la posición fetal que suele resolverse con el paso de los años, al cargar peso.

Las piernas en «O» (rodilla vara) se valoran con el niño de pie frente al examinador, de manera

que las rodillas queden a la altura de los ojos de este. Mida la distancia entre las rodillas cuando

los maléolos mediales de los tobillos están juntos. Existe rodilla vara si el espacio entre las rodillas

es de 2,5 cm. La angulación normal de 10-15° en la articulación tibiofemoral aumenta en la rodilla

vara, pero se mantiene bilateralmente simétrica. En exploraciones posteriores, observe cualquier

incremento del ángulo o del espacio entre las rodillas. La rodilla vara es un hallazgo frecuente en

los niños hasta los 18 meses de vida. La asimetría del ángulo de la articulación tibiofemoral o del

espacio entre las rodillas no debe ser superior a 4 cm.

Figura 21-60

Curvatura lumbar de la columna

en el niño.

Figura 21-61

Posición de «W» o de sastre invertida.

Figura 21-62

Exploración para torsión tibial.

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688 Capítulo 21 Sistema musculoesquelético

Las piernas en «X» (rodilla valga) se evalúan también con el niño de pie, situado frente a usted,

y con las rodillas a la altura de sus ojos. Mida la distancia entre los maléolos mediales de los tobillos

manteniendo las rodillas juntas. Se considera que existe rodilla valga si el espacio existente entre

los maléolos mediales es de 2,5 cm. Al igual que en la rodilla vara, también en este caso aumenta

el ángulo de la articulación tibiofemoral. En sucesivas exploraciones, observe cualquier aumento

del ángulo o del espacio entre los tobillos. Las piernas en «X» son un hallazgo frecuente en niños

de edades comprendidas entre los 2 y 4 años (fig. 21-63). La asimetría del ángulo de la articulación

tibiofemoral o del espacio entre los maléolos mediales no debe ser mayor de 5 cm.

Palpe los huesos, los músculos y las articulaciones, prestando especial atención a las partes del

cuerpo asimétricas. Utilice la amplitud de movimiento pasivo para examinar una articulación y

un grupo muscular si observa alguna limitación del movimiento mientras el niño juega.

Pida al niño que se levante desde el decúbito supino. El niño con una adecuada fuerza muscular

se pondrá en pie sin utilizar los brazos. El signo de Gower es indicativo de debilidad muscular

generalizada y consiste en que el niño se levanta desde la posición de sentado apoyando las manos

en las piernas e impulsando el tronco hacia arriba (fig. 21-64).

Adolescentes

La exploración clínica de los niños mayores y de los adolescentes se lleva a cabo siguiendo los

mismos procedimientos que en los adultos. En el capítulo 23 pueden consultarse los procedimientos específicos para la exploración musculoesquelética orientada a la competición deportiva.

La columna debe mostrar un recorrido regular, con curvas cóncavas y convexas. No se debe

observar ninguna curvatura lateral ni giba costal en la flexión hacia delante. Los hombros y las

escápulas deben estar a la misma altura, con una diferencia no superior a 1,5cm, siendo habitual

una distancia entre las escápulas de 7,5 a 12,5cm (v. fig. 21-12, B). Los adolescentes pueden presentar

una ligera cifosis y hombros redondeados, con un espacio interescapular de 12,5 a 15,25cm.

Figura 21-63

Rodilla valga (rodillas arqueadas

hacia dentro) en el niño pequeño.

Figura 21-64

Signo de Gower de debilidad

muscular generalizada. A, B. El

niño maniobra hasta adoptar una

posición de apoyo sobre brazos y

piernas. C, D. El niño se impulsa

sobre el suelo, apoya la mano en

la rodilla y hace fuerza hacia

arriba con los brazos y las

manos sobre las rodillas. E. El

niño de pie. (Tomado de Ball and

Bindler, 2008.)

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Capítulo 21 Sistema musculoesquelético 689

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Mujeres Gestantes

Los cambios posturales son habituales en la gestación. El feto en crecimiento desplaza el centro

de gravedad de la mujer hacia delante, lo que provoca un aumento de la lordosis y una flexión

cervical compensatoria hacia delante (fig. 21-65). Los hombros caídos y las mamas grandes exageran la curvatura raquídea. La movilidad aumentada y la inestabilidad de las articulaciones

sacroilíacas y de la sínfisis del pubis al perder tensión los ligamentos contribuyen a la marcha «de

pato», característica del final de la gestación. La mujer embarazada puede sufrir dolor desde la

sínfisis del pubis hacia el muslo interno cuando está de pie y en ocasiones tiene la sensación de

que los huesos se mueven o chasquean cuando camina.

Durante la gestación, se producen incrementos normales de la curvatura lumbosacra y de la

flexión anterior de la cabeza en la región cervicodorsal. Para valorar la hiperextensión lumbosacra,

pida a la paciente que realice una flexión hacia delante por la cintura hacia los dedos de los pies.

Palpe la distancia entre las apófisis espinosas L4 y S1. Cuando la mujer eleve el tronco para adoptar

la posición erguida, es decir, cuando pase de flexión completa a extensión completa, identifique

cuándo la distancia entre L4 y S1 se mantiene fija. Si dicho valor queda fijo antes de que la columna

esté totalmente extendida, la paciente caminará en hiperextensión, lo cual posiblemente le ocasionará dolor de espalda. La mayor parte de los dolores de espalda se resuelven en un plazo de

6 meses después del parto.

Algunas mujeres sufren el síndrome del túnel carpiano (v. pág. 693) en el último trimestre de

la gestación, debido a la retención de líquido asociada al embarazo. Los síntomas remiten después

del parto.

Adultos Mayores

El adulto mayor ha de ser capaz de participar en la exploración física que se describe para el adulto

en general, aunque es posible que la respuesta a las instrucciones del examinador sea más lenta.

Las habilidades finas y gruesas necesarias para llevar a cabo las actividades de la vida diaria, como

vestirse, asearse, subir escaleras y escribir, sirven para evaluar la agilidad muscular y articular del

paciente (v. cuadro «Valoración funcional», pág. 690). La agilidad articular y muscular es enormemente variable entre los adultos mayores (fig. 21-66).

La postura del paciente puede mostrar una cifosis dorsal acentuada, acompañada de flexión de

las caderas y de las rodillas. Es posible que la cabeza se incline hacia atrás para compensar el aumento

de la curvatura torácica (v. fig. 21-31, B). Las extremidades pueden parecer relativamente largas si el

tronco presenta una longitud disminuida debido a colapso vertebral. La base de apoyo puede ser

más amplia cuando el individuo separa más los pies, y puede que el paciente mantenga los brazos

separados del cuerpo para contribuir al equilibrio. La reducción de la masa muscular total a menudo

guarda relación con la atrofia, bien por enfermedad, como en los pacientes con artritis, bien por

pérdida de inervación nerviosa, como ocurre en los sujetos con neuropatía diabética.

Resúmenes de

exploración en

formato audio

Puede encontrar una revisión

de los pasos necesarios para llevar a

cabo una exploración física del

sistema musculoesquelético en

(http://evolve.elsevier.com/Seidel) en

formato PDF imprimible u otros

formatos descargables.

Figura 21-65

Cambios posturales propios del

embarazo.

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690 Capítulo 21 Sistema musculoesquelético

Valoración funcional

Valoración musculoesquelética

Actividad a observar Indicadores de grupos musculares débiles

Se incorpora desde la posición

de tumbado a la de sentado

Gira sobre un costado y se impulsa con los brazos para

levantarse hasta los codos; se agarra a la barra o mesa

para elevarse hasta la posición de sentado

Se levanta de una silla Se impulsa con los brazos para suplir la debilidad de los

músculos de las piernas; empuja hacia delante la parte

superior del torso antes de elevar el cuerpo

Camina Levanta la pierna más lejos del suelo en cada paso; la fase

de balanceo está acortada; el pie puede caer o resbalar

hacia delante; mantiene los brazos separados para

conseguir un mayor equilibrio o los mueve a modo de

remos

Sube escaleras Se agarra al pasamanos para conseguir un mayor

equilibrio; tira del cuerpo hacia arriba y hacia delante

con los brazos; utiliza la pierna más fuerte

Baja escaleras Baja en primer lugar la pierna más débil; a menudo

desciende de lado sujetándose al pasamanos con ambas

manos; puede que se mire los pies

Coge objetos del suelo Se inclina sobre el mobiliario para sostenerse; dobla el

cuerpo por la cintura para no flexionar las rodillas;

utiliza una mano sobre el muslo para ayudarse a bajar y

a subir el torso

Se ata los zapatos Utiliza un escabel para reducir la flexión de la columna

Se pone pantalones o medias La dificultad puede indicar pérdida de fuerza del hombro

y del brazo; a menudo realiza estas actividades en

posición sedente

Se pone un jersey Se pone primero la manga del hombro o del brazo más

débil; realiza una rotación interna o externa del hombro

para meter el otro brazo por la manga

Se abrocha una prenda en la espalda La dificultad en esta tarea indica rotación débil del

hombro

Se peina La dificultad en esta tarea indica problemas para asir el

peine, para flexionar la muñeca, para la pronación y la

supinación del antebrazo y para la rotación del codo

Aparta la silla de la mesa estando

sentado

Empuja la silla hacia atrás con el torso; la dificultad en esta

tarea indica problemas de fuerza del brazo, del antebrazo

y del hombro, así como del movimiento de la muñeca

Se abotona una prenda o escribe su

nombre

La dificultad en esta tarea indica un problema de

destreza manual y de oposición pulgar-demás dedos

Modificado de Wilson and Giddens, 2005.

Figura 21-66

Agilidad en el adulto mayor.

Obsérvense la flexibilidad y la

capacidad de equilibrio de esta

mujer de 83 años.

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Capítulo 21 Sistema musculoesquelético 691

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Anomalías

Muestra de documentación

Antecedentes y exploración física

SUBJETIVA

Una niña de 13 años es derivada por el personal de enfermería de su colegio por presentar

una altura desigual de hombros y caderas. Participa en deportes, buena fuerza, sin dolor de

espalda ni rigidez.

OBJETIVA

Columna vertebral recta sin deformidades evidentes en posición erguida, pero con ligera

curvatura derecha de la columna torácica y flexión hacia delante. Sin gibas costales. Hombro y

cresta ilíaca derechos ligeramente más altos que los izquierdos. Músculos y extremidades

simétricos; fuerza muscular apropiada y equivalente en ambos lados; amplitud de movimiento

activo sin dolor, bloqueo, ruidos ni limitación en todas las articulaciones.

Para una muestra de documentación adicional, véase el capítulo 26.

ESPONDILITIS ANQUILOSANTE

Enfermedad inflamatoria, crónica y hereditaria, la espondilitis anquilosante afecta inicialmente a la columna lumbar y a las articulaciones sacroilíacas (fig. 21-67)

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Discos intervertebrales inflamados y

ligamentos longitudinales osificados

Puede dar lugar a fusión y grave

deformidad de la columna vertebral

Se desarrolla fundamentalmente en

hombres de edades comprendidas entre

20 y 40 años

Comienza de manera insidiosa con dolor

lumbar, que afecta también a las caderas y

a los hombros

El dolor puede fluctuar de un lado al otro

y evolucionar hacia movilidad espinal

reducida

Restricción de la flexión lumbar del

paciente

Los hombros, las caderas y las rodillas

pueden estar afectados, desarrollándose

más tarde limitación de la amplitud de

movimiento

Puede existir uveítis

Figura 21-67

Importantes cambios posturales en un hombre

con espondilitis anquilosante. (Reproducido a

partir de Rheumatic Diseases, copyright 1991.

Utilizado con autorización de American College of

Rheumatology.)

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NOMALÍA

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692 Capítulo 21 Sistema musculoesquelético

RADICULOPATÍA LUMBOSACRA (DISCO LUMBAR HERNIADO)

La radiculopatía lumbosacra es una hernia de un disco lumbar que irrita la correspondiente raíz nerviosa

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

En general, está causada por alteraciones

degenerativas del disco

Se produce sobre todo en las raíces

nerviosas de L4, L5 y S1

La mayor incidencia se registra entre los

31 y los 50 años de edad

Puede cursar asociada al levantamiento

de objetos pesados

Entre los síntomas comunes se encuentra

el dolor lumbar con irradiación a los

glúteos y al muslo posterior o a la pierna,

siguiendo la distribución del dermatoma

de la raíz nerviosa

A menudo, se obtiene alivio del dolor al

tumbarse

Pueden existir también espasmo y

sensibilidad dolorosa en el área de la

musculatura paraespinal

Es posible que al paciente le cueste

caminar sobre los talones (L4 y L5) o

sobre las puntas de los pies (S1)

En la extremidad afectada pueden

registrarse entumecimiento, hormigueo

o debilidad (fig. 21-68)

ESTENOSIS LUMBAR

La estenosis espinal suele deberse a hipertrofia del ligamento amarillo y de las articulaciones entre las carillas vertebrales, lo que

provoca un estrechamiento del canal medular

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

El estrechamiento del canal medular por

hipertrofia del hueso y del ligamento

puede dar lugar a atrapamiento de la

médula espinal en su paso por el canal

vertebral

Dolor al caminar o en la estación, que a

menudo parece tener su origen en los

glúteos y que puede irradiarse hacia las

piernas

Es posible que el individuo obtenga alivio

del dolor al sentarse

El dolor puede empeorar si el paciente

permanece de pie de forma prolongada, al

caminar, al flexionar la espalda o al

hiperextenderla

En los primeros estadios del trastorno, la

exploración neurológica suele ser normal

Al avanzar, en la exploración puede

detectarse debilidad focal y pérdida

sensorial

Figura 21-68

Distribución de parestesia y dolor irradiado asociado a discos

herniados en las raíces nerviosas de L4, L5 y S1. (Tomado de

Thompson et al., 1997.)

A

NOMALÍA

S

Capítulo 21 Sistema musculoesquelético 693

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SÍNDROME DEL TÚNEL CARPIANO

Compresión del nervio mediano (v. fig. 21-41)

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Compresión del nervio dentro de la

vaina del tendón flexor debido a un

microtraumatismo, a un edema local, a

un movimiento repetitivo o a la vibración

de las manos

Asociado a artritis reumatoide, gota,

acromegalia, hipotiroidismo y a los

cambios normales del embarazo

Entumecimiento, ardor y hormigueo

frecuentes por la noche en las manos

También puede presentarse

desencadenado por movimientos

rotacionales de la muñeca

El dolor puede irradiarse a los brazos

Pueden registrarse debilidad de la mano y

aplanamiento de la eminencia tenar de la

palma de la mano

GOTA

La gota, una forma de artritis, es un trastorno del metabolismo de las purinas debido a valores elevados de ácido úrico en suero

sanguíneo

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Los depósitos de cristales de urato

monosódico en articulaciones y tejidos

adyacentes dan lugar a ataques agudos

Presentación súbita de articulaciones

calientes e hinchadas, dolor intenso,

limitación de amplitud de movimiento

Afecta fundamentalmente a mujeres

mayores de 40 años y en la

posmenopausia

Afecta de manera característica a la

falange proximal del primer dedo del pie,

aunque también pueden resultar

implicados las muñecas, las manos, los

tobillos y las rodillas

La piel que cubre la articulación inflamada

puede mostrarse brillante y de color rojo

o morado

En la gota crónica, los cristales de ácido

úrico forman tofos bajo la piel (fig. 21-69)

ENFERMEDAD DE LYME

Enfermedad transmitida por las garrapatas y que puede dar lugar a infección multisistémica

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Infección causada por espiroquetas Borrelia

burgdorferi

Es la enfermedad por picadura de

garrapata más frecuente en EE. UU.

Pueden desarrollarse síntomas

constitucionales de fatiga, anorexia y

cefalea

Se reconocen tres fases de la enfermedad:

localizada temprana, diseminada temprana

y enfermedad tardía

La mayoría de los pacientes muestran

eritema migratorio, una erupción cutánea

que se extiende lentamente, con una zona

central más clara

Con el tiempo, pueden desarrollarse

artritis y síntomas neurológicos de

parálisis facial, meningitis o encefalitis

SÍNDROME DE LA ARTICULACIÓN TEMPOROMANDIBULAR

Movimiento doloroso de la mandíbula

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Causado por anomalías congénitas,

maloclusión, traumatismo, artritis y otras

enfermedades articulares

Dolor facial unilateral, que suele empeorar

con el movimiento de la articulación

Puede percibirse en algún punto de la cara

o del cuello

La mayoría de los pacientes presentan un

espasmo muscular y muchos notan

chasquidos, crujidos o crepitaciones en la

articulación afectada

Figura 21-69

Tofo gotoso en el pie derecho. (Tomado de

Dieppe et al., 1991.)

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NOMALÍA

S

694 Capítulo 21 Sistema musculoesquelético

OSTEOMIELITIS

Infección del tejido óseo

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Suele tener su causa en una herida abierta

o en una infección sistémica

La materia purulenta se extiende a través

de la cortical del hueso y llega al tejido

blando

La disminución del flujo de sangre al

hueso afectado puede conducir a necrosis

En el sitio afectado, se desarrolla de forma

insidiosa un dolor sordo, que avanza a lo

largo de días o semanas

En bebés y niños, provoca cojera o

movimiento disminuido

Entre los signos de infección se

encuentran edema, eritema y calor local

Dolor a la palpación, dolor con el

movimiento y signos de inflamación, como

fiebre

BURSITIS

Inflamación de la bolsa sinovial

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Debida a un movimiento repetitivo y a

una presión excesiva sobre la bolsa

También puede deberse a infección o gota

Entre las localizaciones más frecuentes se

cuentan el hombro, el codo, la cadera y la

rodilla, con dolor y rigidez en torno a la

bolsa articular inflamada

El dolor suele agravarse con la actividad

Limitación del movimiento causada por

hinchazón; dolor con el movimiento;

sensibilidad dolorosa en un punto; área

caliente y eritematosa (fig. 21-70)

El dolor puede irradiarse a tendones del

área afectada

ENFERMEDAD DE PAGET (OSTEÍTIS DEFORMANTE)

Trastorno metabólico focal del hueso

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Aparece en personas mayores de 45 años

Un exceso de resorción y formación ósea

da lugar a un patrón en mosaico de hueso

laminar

Los huesos del cráneo a menudo resultan

afectados, lo cual puede dar lugar a

síntomas de vértigo y cefalea

Puede desarrollarse sordera progresiva

por afectación de los huesecillos o de

elementos neurales

Tibias arqueadas, pelvis deforme o frente

prominente

Fracturas frecuentes

FIBROMIALGIA

Alteración dolorosa, no articular, que da lugar a malestar musculoesquelético difuso

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Afecta sobre todo a mujeres mayores de

40 años y no tiene una etiología clara

Dolor extendido y continuo, fatiga

persistente, rigidez generalizada por las

mañanas

Puede cursar acompañada de cefaleas,

intestino irritable, dificultad para dormir

y dismenorrea

Múltiples puntos dolorosos (11 o más) en

nueve sitios bilaterales (es decir, occipucio,

columna cervical baja, trapecio,

supraespinoso, segunda costilla, epicóndilo

lateral, glúteo, trocánter mayor y rodilla)

Figura 21-70

Bursitis del olécranon. (Tomado de Clinical Slide

Collection of the Rheumatic Diseases, copyright 1991.

Utilizado con autorización de American College of

Rheumatology.)

A

NOMALÍA

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Capítulo 21 Sistema musculoesquelético 695

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ARTROSIS

Deterioro del cartílago articular que cubre los extremos óseos en las articulaciones sinoviales

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Como resultado de la abrasión y del

adelgazamiento del cartílago, las

superficies óseas pueden quedar

expuestas

Los huesos empiezan a friccionar entre sí,

lo que da lugar al remodelado de la

superficie ósea y a la formación de

espolones óseos

Las manos, los pies, las caderas, las rodillas

y las columnas cervical y lumbar son las

localizaciones más frecuentes

Suele comenzar después de los 40 años

de edad y se desarrolla lentamente a lo

largo de muchos años

La incidencia aumenta con el

envejecimiento, acercándose al 100% en

personas mayores de 75 años

Las articulaciones pueden mostrarse

agrandadas debido a desarrollo óseo

(osteófitos) (v. fig. 21-18, B)

Se desarrollan crepitación, dolor y

limitación de amplitud de movimiento

ARTRITIS REUMATOIDE

Trastorno inflamatorio sistémico y crónico del tejido sinovial que rodea las articulaciones

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

De causa desconocida

En el seno del tejido y del líquido sinovial

inflamado existen agregados de leucocitos

polimorfonucleares

Se liberan múltiples enzimas y citocinas

inflamatorias, que pueden dañar hueso,

cartílago y otros tejidos

La enfermedad suele tener un inicio

insidioso, con poliartritis simétrica

Dolor y rigidez, especialmente por la

mañana o en períodos de inactividad; llega

a afectar a múltiples articulaciones

Son frecuentes los síntomas

constitucionales de fatiga, mialgias, pérdida

de peso y fiebre baja

Las articulaciones afectadas son las manos,

las muñecas, los pies y los tobillos, así

como las caderas, las rodillas y la columna

vertebral

En la exploración se observa sinovitis, con

hinchazón de tejido blando y derrame

Al avanzar la enfermedad, pueden

desarrollarse nódulos y deformidades

características (v. fig. 21-16)

Bajo estas líneas, en el cuadro «Diagnóstico diferencial», se compara la artritis reumatoide y la artrosis.

Diagnóstico diferencial

Comparación entre artrosis y artritis reumatoide

Signos y síntomas Artrosis Artritis reumatoide

Inicio Insidioso, a lo largo de años Gradual o repentino (24-48 h), a veces semanas o meses

Duración de la rigidez Unos minutos, localizada, pero

más densa después de reposo

prolongado

Al menos 1 h, a menudo de mayor duración, más pronunciada

después del reposo

Dolor Con el movimiento, la actividad

prolongada; alivio con reposo

Incluso en reposo, puede alterar el sueño

Debilidad Generalmente localizada y no

grave

A menudo pronunciada, desproporcionada para la atrofia

muscular

Fatiga Poco frecuente A menudo grave, de aparición pasadas 4-5 h después de

levantarse

Depresión e inestabilidad

emocional

Poco frecuente Frecuente, coincidiendo con fatiga y con la fase activa de la

enfermedad, a menudo alivio si está en remisión

Sensibilidad dolorosa localizada

en la articulación afectada

Frecuente Casi siempre; es el indicador más sensible de inflamación

Hinchazón Derrame frecuente, escasa

reacción sinovial, rara vez

hinchazón

Tejido blando fusiforme, derrame frecuente, proliferación

sinovial y engrosamiento a menudo simétrico, nódulos

reumatoides

Calor, eritema Poco frecuentes, mínimos, si es

que existen

Presentes a veces

Crepitación, chasquido Entre grueso y medio, con el

movimiento

Entre medio y fino

Aumento de tamaño de

articulación

Leve y de consistencia firme De moderado a grave

Modificado de McCarty, 1993.

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NOMALÍA

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696 Capítulo 21 Sistema musculoesquelético

Lesiones Deportivas

Los traumatismos que afectan al sistema musculoesquelético pueden dar lugar a diversas lesiones

de músculos, huesos y articulaciones. La lesión puede ser resultado de un accidente agudo o de

uso excesivo y de un traumatismo repetitivo. A menudo es necesaria una valoración neurovascular

para detectar cualquier daño nervioso o deterioro circulatorio (cuadro 21-1).

Factores de riesgo

Lesión deportiva

Escasa forma física

Falta del adecuado calentamiento muscular

Intensidad de competición

Participación en deportes de colisión y contacto

Rápido crecimiento

Uso excesivo de articulaciones

DISTENSIÓN MUSCULAR

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Puede deberse a un estiramiento excesivo

o a una contracción forzada más allá de la

capacidad funcional del músculo

A menudo asociado a calentamiento

inapropiado, fatiga o lesión previa

La gravedad varía entre un ligero desgarro

intrafibrinoso y la rotura total de un

músculo

Debilidad muscular temporal, espasmo,

dolor y contusión

LUXACIÓN

Pérdida completa de contacto entre dos huesos en una articulación

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

A menudo causada por presión o fuerza

que empuja el hueso fuera de la

articulación

Suele producirse en el marco de un

traumatismo agudo

Es más fácil que se produzca en pacientes

con hiperextensibilidad (p. ej., Marfan,

Ehlers-Danlos)

Deformidad e incapacidad para utilizar la

extremidad o las articulaciones de la

manera habitual

CUADRO 21-1

Valoración neurovascular

La valoración de la circulación sanguínea y de la sensibilidad nerviosa es importante cuando

una extremidad está lesionada. Siga los siguientes pasos para llevar a cabo una completa

valoración neurovascular distal a la lesión. Utilice la extremidad contralateral para comparar.

Valoración Hallazgos inesperados

Color Palidez o cianosis

Temperatura Frío o calor

Tiempo de llenado capilar Mayor de 4 s

Tumefacción Hinchazón importante

Dolor Presencia de dolor de moderado a intenso

Sensibilidad Entumecimiento, hormigueo, sensación de

cosquilleo

Movimiento Disminuido o sin movimiento

Considere todos los hallazgos de manera simultánea para completar la valoración

neurovascular. La presencia de la mayoría o de todos estos hallazgos inesperados es indicativa

de un deterioro importante de la circulación sanguínea y de la presión, o de una lesión del

nervio, que requiere intervención urgente.

A

NOMALÍA

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Capítulo 21 Sistema musculoesquelético 697

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FRACTURA

Interrupción parcial o completa de la continuidad de un hueso

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Por traumatismo (directo, indirecto,

torsión o aplastamiento)

Suele producirse en el marco de un

traumatismo agudo

Se produce con mayor facilidad en

pacientes con trastornos óseos (p. ej.,

osteogenia imperfecta, osteoporosis,

metástasis ósea)

Deformidad, edema, dolor, pérdida de

función, cambios de color y parestesia

TENOSINOVITIS (TENDINITIS)

Inflamación de la vaina sinovial que envuelve el tendón

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Se observa con acciones repetitivas

asociadas a actividades deportivas u

ocupacionales

Puede darse en trastornos inflamatorios,

como la artritis reumatoide

Dolor con el movimiento de

articulaciones como el hombro, la rodilla,

el talón y la muñeca

Sensibilidad dolorosa sobre el tendón

afectado

Dolor con el movimiento activo y cierta

limitación de movimiento en la

articulación afectada

DESGARRO DE MANGUITO ROTADOR

Microtraumatismo y desgarro de los músculos del manguito rotador, sobre todo del supraespinoso

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Suele deberse a degeneración del músculo

y del tendón por repetidas elevaciones

sobre la cabeza y compresión bajo el

acromion

Un desgarro agudo puede deberse a una

caída sobre el brazo extendido

Puede existir dolor en el hombro y en el

área del deltoides, que en ocasiones

despierta al paciente por la noche

Puede existir una incapacidad para

mantener el brazo levantado lateralmente

contra una resistencia

Sensibilidad dolorosa en el área de la

articulación acromioclavicular

Sonido chirriante con el movimiento,

crepitación y debilidad en la rotación

externa del hombro

Lactantes Y Niños

PIE ZAMBO (TALIPES EQUINOVARUS)

El pie zambo o equinovaro es un defecto congénito del tobillo y del pie

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Entre las causas de pie

equinovaro se encuentran

factores genéticos e

influencias externas en el

último trimestre, como

compresión intrauterina

El diagnóstico suele ser

evidente en el momento del

nacimiento, en virtud de la

deformidad característica

La combinación más frecuente de deformidades de posición son la

inversión del pie y del tobillo y la flexión plantar, con los dedos

más bajos que el talón (fig. 21-71)

Figura 21-71

Deformidad de pie zambo, talipes equinovarus (desviación

bilateral). (Tomado de Zitelli and Davis, 2007.)

A

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698 Capítulo 21 Sistema musculoesquelético

METATARSO ADUCTO (METATARSO VARO)

El metatarso aducto es la deformidad congénita más frecuente del pie y puede ser fija o flexible

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

El defecto tiene su causa en la posición

intrauterina

La aducción medial de los dedos y del

antepié es el resultado de la angulación de

la articulación tarsometatarsiana

El diagnóstico suele ser evidente en el

momento del nacimiento por la

deformidad característica

El talón y el tobillo no están implicados

La deformidad suele resolverse en los

primeros 6 meses de vida y menos del

10% de los niños requieren férulas o

cirugía para su tratamiento (fig. 21-72)

El borde lateral del pie es convexo

En ocasiones se observa un pliegue

en el borde medial del pie

ENFERMEDAD DE LEGG-CALVÉ-PERTHES

Necrosis avascular de la cabeza del fémur

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Es el resultado de una menor irrigación

sanguínea de la cabeza del fémur

Se desconoce su causa

Se observa más a menudo en chicos de

edades comprendidas entre los 3 y los

11 años

A menudo el dolor es de tipo referido,

percibiéndose en el muslo medial, en la

rodilla o en la ingle

En el 10% de los casos existe afectación

bilateral

El niño puede presentar cojera no

dolorosa o antiálgica (cojera dolorosa con

acortamiento de tiempo de carga sobre

extremidad)

Pérdida de rotación interna; se observan

abducción y disminución de la amplitud de

movimiento en el lado afectado

Puede existir debilidad muscular de la

extremidad superior si ha habido síntomas

durante un período de tiempo prolongado

ENFERMEDAD DE OSGOOD-SCHLATTER

Se trata de una apofisitis por tracción (inflamación de una proliferación ósea) de la cara anterior de la tuberosidad tibial

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Inflamación de una proliferación ósea de

la cara anterior de la tuberosidad tibial

Se desarrolla asociada a inflamación del

tendón rotuliano anterior

Este trastorno autolimitante es más

frecuente en hombres, entre los 9 y los

15 años de edad

El niño puede presentar cojera

A menudo se queja de dolor de rodilla

(especialmente con la actividad)

Hinchazón de la rodilla, que se agrava con

la actividad extenuante

Es especialmente evidente en caso de

actividad en la que interviene el músculo

cuádriceps

Figura 21-72

Metatarso aducto bilateral.Visto desde la cara plantar,

muestra el borde lateral de los pies redondeado. (Tomado

de Zitelli and Davis, 1997.)

A

NOMALÍA

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Capítulo 21 Sistema musculoesquelético 699

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DESLIZAMIENTO EPIFISARIO DE LA CABEZA FEMORAL

Trastorno en el que la epífisis femoral resbala sobre el cuello del fémur

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Más frecuente entre los 8 y los 16 años

de edad, aunque las niñas afectadas suelen

ser más jóvenes que los niños

En la mayoría de los casos (75%) es

unilateral y el lado izquierdo resulta

implicado más a menudo que el derecho

Los niños con sobrepeso u obesos corren

mayor riesgo

El niño o adolescente presenta dolor de

rodilla y cojera

A menudo el niño afectado es obeso, más

alto que la mayoría, y presenta debilidad

en la pierna y escasa rotación interna de

la cadera

La radiografía simple es característica y

muestra un desplazamiento de la cabeza

del fémur

DISTROFIA MUSCULAR

Se trata de un grupo de trastornos genéticos que suponen la degeneración gradual de las fibras musculares

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Progresiva debilidad simétrica y atrofia

muscular o seudoatrofia por infiltrados

musculares grasos

Pueden resultar afectados los músculos

esqueléticos y el corazón

Ciertas formas dan lugar sólo a una ligera

discapacidad y estos pacientes pueden

tener expectativas de vida normales

Otros tipos producen discapacidad grave,

deformidad y muerte

Entre los signos tempranos se encuentran

torpeza, dificultad para subir escaleras y

caídas frecuentes

Atrofia y debilidad muscular, con marcha

tambaleante

Signo de Gower positivo (v. fig. 21-64)

ESCOLIOSIS

Deformación física de la columna vertebral

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Curvatura anterior cóncava de los

cuerpos vertebrales, curvas posteriores

convexas y rotación lateral de la columna

torácica

No se conoce la causa

La escoliosis estructural afecta más a

menudo a las chicas y avanza durante la

primera adolescencia

Puede dar lugar a molestias de espalda y

a menudo se asocia a desigualdad en la

longitud de las piernas

En las deformidades graves, el paciente

presenta altura desigual de los hombros y

las caderas

Se producen alteraciones fisiológicas en la

columna, el tórax y la pelvis (fig. 21-73)

Figura 21-73

Escoliosis, curvatura lateral de la

columna, con convexidad

incrementada hacia la derecha.

A. En posición erguida, se

distingue claramente la asimetría

escapular. B. La flexión hacia

delante revela una ligera

deformidad de giba costal.

(Tomado de Zitelli and Davis, 2007.)

A

NOMALÍA

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700 Capítulo 21 Sistema musculoesquelético

SUBLUXACIÓN DE LA CABEZA DEL RADIO

Conocida como «codo de niñera», se trata de una lesión por luxación

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Causada por la tracción del brazo hacia

arriba mientras el codo está extendido

La fuerza de tracción separa la articulación

del codo y rasga el margen del ligamento

anular que rodea la cabeza radial en la

articulación

Esta lesión es frecuente en niños de entre

1 y 4 años de edad

El niño se queja de dolor en el codo y la

muñeca, y se niega a mover el brazo

El niño lleva el brazo ligeramente

flexionado y en pronación

Se resiste al movimiento de supinación

Adultos Mayores

OSTEOPOROSIS

Enfermedad en la que se produce una pérdida de masa ósea porque la resorción es más rápida que la formación de tejido óseo

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Los huesos se vuelven frágiles y

susceptibles de sufrir fracturas

espontáneas

Se observa sobre todo en mujeres

posmenopáusicas, con un cociente

mujeres-hombres de 4:1

El exceso de glucocorticoides y el

hipogonadismo son también factores

de riesgo

El síntoma de presentación suele ser

pérdida de altura y una fractura aguda y

dolorosa

Los sitios más frecuentes de fractura son

la cadera, las vértebras y la muñeca

Las personas afectadas pierden altura y

sufren una disminución del espacio

toracoabdominal (fig. 21-74)

En la columna, las fracturas por

compresión vertebral conducen a cifosis

o escoliosis

Figura 21-74

Característica distintiva de osteoporosis:

«joroba de viuda». (Tomado de Kamal,

1992.)

A

NOMALÍA

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Capítulo 21 Sistema musculoesquelético 701

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CONTRACTURA DE DUPUYTREN

Contracturas que afectan a los tendones flexores de la mano

Fisiopatología Datos subjetivos Datos objetivos

Se desconoce la causa, aunque puede que

exista un componente hereditario

Se desarrollan de forma espontánea

contracturas por flexión

La incidencia aumenta después de los

40 años, y es mayor entre los hombres

(fig. 21-75)

Los tendones flexores, generalmente del

cuarto y quinto dedos, se contraen, lo

que provoca la retracción de los dedos,

impidiendo su extensión

Estos tendones son fácilmente palpables

Figura 21-75

Contractura de Dupuytren.

702

Capítulo

© 2011. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos

El sistema nervioso, con sus divisiones central y periférica, mantiene y controla todas las funciones

corporales mediante sus respuestas voluntarias y autónomas. La evaluación del componente

motor, sensitivo, autónomo, cognitivo y conductual hace de la valoración neurológica una de las

partes más complejas de la exploración física. Los aspectos del sistema nervioso relacionados con

el estado mental (función cognitiva, comunicación y conducta) se analizan en el capítulo 4. La

valoración de la fuerza muscular se trata en el capítulo 21.

Sistema neurológico 22

 Media Link

Pueden encontrarse vídeos, listas de comprobación, resúmenes de exploración y otros recursos

útiles en la página web complementaria: http://evolve.elsevier.com/Seidel.

• Audios y videos de exploración física

• Impresos para la práctica: guías para la

educación del paciente

• Guías de evaluación

• Listas de comprobación de los antecedentes

y de la exploración física

• Pruebas interactivas

• Cuadros de información clínica

• Guías de factores de riesgo

• Resúmenes de exploración descargables para

PDA, imprimibles y en formato audio

• Calculadoras instantáneas

Sinopsis de exploración física

A continuación puede leer una sinopsis de los pasos necesarios

para llevar a cabo una exploración física del sistema neurológico. Estos procedimientos se explican detalladamente en este

capítulo y están disponibles en (http://evolve.elsevier.

com/Seidel) en formato PDF imprimible o en formatos descargables

para PDA, iPod o Smartphone.

1. Explore los pares craneales I al XII (v. págs. 714-719).

FUNCIÓN CEREBELOSA Y PROPIOCEPCIÓN

2. Evalúe la coordinación y las capacidades motoras finas en los

aspectos siguientes (v. págs. 719-720):

Movimientos rítmicos rápidos alternantes

Precisión de los movimientos de las extremidades superiores e inferiores

3. Evalúe el equilibrio utilizando la prueba de Romberg (v. pág. 721).

4. Observe la marcha del paciente (v. pág. 722):

Postura

Ritmo y secuencia de los pasos y de los movimientos de

los brazos

FUNCIÓN SENSITIVA

5. Explore las respuestas sensitivas primarias a lo siguiente

(v. pág. 724):

Tacto superficial

Dolor superficial

6. Explore la respuesta vibratoria a un diapasón sobre las articulaciones o prominencias óseas en las extremidades superiores

e inferiores (v. págs. 724-725).

7. Evalúe la percepción del sentido de posición con el movimiento de los dedos gordos de los pies o de un dedo de cada

mano (v. pág. 725).

8. Valore la capacidad para identificar un objeto familiar mediante

el tacto y la manipulación (v. pág. 725).

9. Examine la discriminación de dos puntos (v. pág. 725).

10. Valore la capacidad para identificar una letra o un número

«dibujado» en la palma de la mano (v. pág. 726).

11. Valore la capacidad para identificar un área del cuerpo cuando

se le toca (v. pág. 726).

REFLEJOS TENDINOSOS SUPERFICIALES

Y PROFUNDOS

12. Explore los reflejos abdominales (v. pág. 727).

13. Explore el reflejo cremastérico en los hombres (v. pág. 727).

14. Explore el reflejo plantar (v. pág. 727).

15. Explore los siguientes reflejos tendinosos profundos: bicipital,

braquiorradial, tricipital, rotuliano y aquíleo (v. págs. 728-729).

16. Explore el clono aquíleo (v. pág. 729).

A

NATO

MÍA Y FISIOLO

GÍA

Capítulo 22 Sistema neurológico 703

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito.

El sistema nervioso central (SNC; encéfalo y médula espinal) es la principal red de coordinación

y control del cuerpo. El sistema nervioso periférico, que comprende los pares craneales y espinales

y las vías ascendentes y descendentes, lleva información hacia y desde el SNC. El sistema nervioso

autónomo coordina y regula los órganos internos del cuerpo, como el músculo cardíaco y el liso.

Tiene dos divisiones, cada una de las cuales tiende a equilibrar los impulsos de la otra. La división

simpática empuja al cuerpo a la acción durante momentos de estrés fisiológico y psicológico; la

división parasimpática funciona de forma complementaria como contrapeso para conservar las

fuentes del organismo y mantener las funciones corporales diarias como la digestión y la

defecación.

Las intrincadas interrelaciones del sistema nervioso permiten al cuerpo realizar lo siguiente:

Recibir estímulos sensitivos del entorno

Identificar e integrar los procesos adaptativos necesarios para mantener las funciones corporales que están en marcha

Orquestar los cambios en la función corporal que se requieren para la adaptación y la

supervivencia

Integrar la rápida capacidad de respuesta del SNC con la capacidad de respuesta más gradual

del sistema endocrino

Controlar los procesos cognitivos y conductuales voluntarios (v. capítulo 4)

Controlar las funciones corporales subconscientes e involuntarias

El encéfalo y la médula espinal están protegidos por el cráneo y las vértebras, las meninges y

el líquido cefalorraquídeo. Las tres capas de las meninges rodean el encéfalo y la médula espinal,

colaborando en la producción y en el drenaje del líquido cefalorraquídeo (fig. 22-1). Este circula

entre un sistema interconectado de ventrículos en el encéfalo, y alrededor de este y de la médula

espinal, actuando como absorbente de los golpes.

Encéfalo

El encéfalo recibe su irrigación sanguínea (en torno al 20% del gasto cardíaco total) de las dos

arterias carótidas internas y de las dos vertebrales (fig. 22-2). La sangre se drena del encéfalo a

través de los plexos venosos y de los senos durales que se vacían en las venas yugulares internas.

Las tres unidades principales del encéfalo son el cerebro, el cerebelo y el tronco del encéfalo.

Cerebro

El cerebro está formado por dos hemisferios cerebrales, cada uno de ellos dividido en lóbulos. La

capa de sustancia gris externa, la corteza cerebral, aloja las funciones mentales superiores y es

responsable del movimiento general, de las funciones viscerales, de la percepción, de la conducta

y de la integración de dichas funciones. Las fibras comisurales (cuerpo calloso) interconectan las

AnatomÍa Y Fisiología

Figura 22-1

Sección frontal de la porción

superior de la cabeza, vista de

frente. Pueden observarse las

cubiertas tanto óseas como

membranosas del encéfalo.

(Tomado de Thibodeau and Patton,

2003.)

A

NATO

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704 Capítulo 22 Sistema neurológico

áreas correspondientes de cada hemisferio, lo que permite la coordinación de las actividades entre

los hemisferios (fig. 22-3; v. también fig. 4-1).

El lóbulo frontal contiene la corteza motora relacionada con los movimientos esquelético

voluntario y repetitivos finos, así como con el control de los oculares. En el área motora primaria

hay áreas específicas asociadas al movimiento de partes concretas del cuerpo. Los tractos corticoespinales se extienden desde el área motora primaria hasta la médula espinal.

El lóbulo parietal es responsable principalmente de procesar los datos sensitivos a medida que

se reciben. Ayuda en la interpretación de las sensaciones táctiles (es decir, temperatura, presión,

dolor, tamaño, forma, textura y discriminación de dos puntos), así como de las sensaciones

visuales, gustativas, olfatorias y auditivas. El reconocimiento de las partes corporales y la conciencia de la posición corporal (sensibilidad propioceptiva) dependen del lóbulo parietal. Las fibras

de asociación proporcionan la comunicación entre las áreas sensitivas y motoras del encéfalo.

El lóbulo occipital contiene el centro primario de la visión y proporciona la interpretación de

los datos visuales.

El lóbulo temporal es responsable de la percepción y de la interpretación de los sonidos, así

como de la determinación de su origen. También está implicado en la integración del gusto, del

olfato y del equilibrio. La recepción y la interpretación del habla se localizan en el área de

Wernicke.

El sistema de los ganglios basales funciona como la vía extrapiramidal y como estación de

procesamiento entre la corteza motora cerebral y la parte superior del tronco del encéfalo. A través

Figura 22-2

Irrigación arterial del encéfalo. Las

arterias carótidas internas

aportan el 80%, y las arterias

vertebrales y la basilar aportan,

el 20%. (Tomado de Thibodeau

and Patton, 2007.)

Figura 22-3

Lóbulos y cisuras principales de la

corteza cerebral, del cerebelo y

del tronco del encéfalo

(hemisferio izquierdo, vista

lateral). (Tomado de McCance

and Huether, 2006.)

A

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Capítulo 22 Sistema neurológico 705

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de sus interconexiones con el tálamo, la corteza motora, la formación reticular y la médula espinal,

los ganglios basales refinan la actividad motora.

Cerebelo

El cerebelo colabora con la corteza motora del cerebro en la integración del movimiento voluntario. Procesa la información sensitiva procedente de los ojos, de los oídos, de los receptores táctiles

y del sistema musculoesquelético. Integrado con el sistema vestibular, el cerebelo usa los datos

sensitivos para el control reflejo del tono muscular, del equilibrio y de la postura para producir

movimientos estables y precisos.

Tronco del encéfalo

El tronco del encéfalo es la vía entre la corteza cerebral y la médula espinal, y controla muchas

funciones involuntarias (tabla 22-1). Sus estructuras son el bulbo raquídeo, la protuberancia, el

mesencéfalo y el diencéfalo. Los núcleos de los 12 pares craneales se originan en estas estructuras.

El tálamo es el principal centro de integración para la percepción de diversas sensaciones como

el dolor y la temperatura (junto con el procesamiento cortical para su interpretación). Asimismo,

transmite los aspectos sensitivos de la información motora entre los ganglios basales y el cerebelo.

La protuberancia transmite información entre el tronco del encéfalo y el cerebelo, enviando la

información motora desde la corteza cerebral hasta el hemisferio cerebeloso contralateral. El bulbo

raquídeo es el lugar donde se decusan (se cruzan al lado contralateral) los tractos corticoespinales

descendentes.

Pares craneales

Los pares craneales son nervios periféricos que se originan en el encéfalo en lugar de en la médula

espinal. Todos tienen funciones motoras o sensitivas, y cuatro de ellos, funciones parasimpáticas

(tabla 22-2).

MNEMOTECNIA

Pares craneales

Nombres de los pares

craneales: ¡Oh, oye,

mamá! Por ti me fui a

Galicia. Vives esperando

hijos.

Clasificación de los pares

craneales por su

función (sensitiva [S],

motora [M] o ambas

[A])::

O Olfatorio (S)

O Óptico (S)

M Motor ocular común

u oculomotor (M)

P Patético o troclear

(M)

T Trigémino (B)

M Motor ocular externo

o abducens (M)

F Facial (B)

A Acústico (S)

G Glosofaríngeo (B)

V Vago (B)

S Espinal accesorio (M)

H Hipogloso (M)

Vídeo/animación

Puede encontrar una

animación sobre los

pares craneales en

Tabla 22-1 Estructuras del tronco del encéfalo y sus funciones

Estructura Función

Bulbo raquídeo

PC IX a XII

Actividad respiratoria, circulatoria y vasomotora; aloja el centro respiratorio

Reflejos de la deglución, la tos, el vómito, el estornudo y el hipo

Centro de relevo para los principales tractos medulares ascendentes

y descendentes que se decusan en la pirámide

Protuberancia

PC V a VIII

Reflejos de acción pupilar y movimiento ocular

Regula la respiración; aloja una porción del centro respiratorio

Controla la acción muscular voluntaria con la vía del tracto corticoespinal

Mesencéfalo

PC III y IV

Centro reflejo para el movimiento ocular y cefálico

Vía de relevo auditivo

Vía del tracto corticoespinal

Diencéfalo

PC I y II

Tálamo

Transmite impulsos entre el cerebro, el cerebelo, la protuberancia y el bulbo

(v. fig. 22-5)

Conduce todos los impulsos sensitivos (excepto la olfacción) hasta y desde el

cerebro antes de su distribución a las áreas sensitivas de asociación apropiadas

Integra los impulsos entre la corteza motora y el cerebro, influyendo en los

movimientos voluntarios y en la respuesta motora

Controla el estado de conciencia, la percepción consciente de las sensaciones

y las sensaciones abstractas

Epitálamo Aloja el cuerpo pineal

Desarrollo y conducta sexual

Hipotálamo Centro principal de procesamiento de los estímulos internos para el sistema

nervioso autónomo

Mantiene el control de la temperatura, el metabolismo del agua, la osmolaridad

de los líquidos corporales, la conducta alimentaria y la actividad

neuroendocrina

Glándula hipofisaria Control hormonal del crecimiento, la lactancia, la vasoconstricción y el

metabolismo

PC, par craneal.

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706 Capítulo 22 Sistema neurológico

Médula espinal y tractos medulares

La médula espinal, de 40 a 50 cm de longitud, comienza en el agujero magno como continuación

del bulbo raquídeo y termina a la altura de L1 o L2 de la columna vertebral. Las fibras, que se

agrupan en tractos, circulan a través de la médula espinal llevando impulsos sensitivos, motores

y autónomos entre los centros superiores del encéfalo y el cuerpo. La sustancia gris, dispuesta en

forma de mariposa en las astas anteriores y posteriores, contiene los cuerpos celulares de las

neuronas relacionadas con las vías sensitivas y el sistema nervioso autónomo. La sustancia blanca

de la médula espinal contiene los tractos medulares ascendentes y descendentes (fig. 22-4). Los

tractos medulares ascendentes (p. ej., espinotalámicos, espinocerebelosos) median diversos tipos de

sensibilidad. Facilitan las señales sensitivas necesarias para tareas de discriminación complejas, y

son capaces de transmitir información precisa acerca del tipo de estímulo y su localización. El

tracto medular de las columnas posteriores (dorsales; fascículo grácil y fascículo cuneiforme) lleva

las fibras para la sensibilidad táctil fina, discriminación de dos puntos y sensibilidad propioceptiva.

Los tractos espinotalámicos conducen las fibras para la sensibilidad táctil fina y grosera a la

presión, a la temperatura y al dolor.

Los tractos medulares descendentes (corticoespinal, reticuloespinal, vestibuloespinal) se originan

en el encéfalo y transmiten impulsos a diversos grupos musculares inhibiendo o estimulando la

actividad medular. También tienen una función en el control del tono muscular, de la postura y

de los movimientos precisos. El tracto corticoespinal (piramidal) permite movimientos deliberados con destreza y delicados. El tracto vestibuloespinal provoca una contracción súbita de los

músculos extensores del cuerpo cuando el individuo comienza a caerse. El tracto corticobulbar

del tronco del encéfalo inerva las funciones motoras de los pares craneales.

Las neuronas motoras superiores son los cuerpos de las células nerviosas para todas las vías

motoras que se originan y terminan en el SNC. Forman las vías descendentes desde el encéfalo

hasta la médula espinal. Su función principal es influir, dirigir y modificar los arcos y circuitos

reflejos medulares. Las neuronas motoras superiores pueden influir en el movimiento sólo a travé




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